Respiración Generalidades Como consecuencia de los procesos catabólicos, se libera energía potencial acumulada en los compuestos orgánicos, quedando almacenada una parte sustancial de la misma en formas utilizables por la célula; además los compuestos intermediarios originados son, frecuentemente, materiales básicos para la síntesis de constituyentes celulares esenciales. Las reacciones de los compuestos celulares con el oxigeno molecular constituyen la respiración aerobia, en la que los electrones de las moléculas orgánicas verifican la reducción del O2 y la formación consiguiente de H2O, con liberación de CO2, como demostró De Saussure en 1804. Sin embargo, en ausencia de O2, la liberación de CO2 prosigue, al menos durante un cierto tiempo, mediante el proceso de la fermentación o respiración anaerobia, en la que los aceptores electrónicos terminales son otros como el acido piruvico y el acetaldehído, con la consiguiente formación de ácidos láctico, alcohol etílico, etc. Esta fermentación es similar a la estudiada por Pasteur (1870), en levaduras, y, en el musculo, por Fletcher y Hopkins (1907). Desde el punto de vista cuantitativo, en los tejidos fotosintéticos vegetales, la respiración es de pequeña magnitud respecto a la fotosíntesis y de ahí que, a plena luz, se produzca una tasa fotosintética neta medible. Sin embargo, si se considera el conjunto de la planta completa, el balance, siendo todavía favorable a la fotosíntesis, ya no lo es tanto, dada la existencia de órganos heterótrofos como las raíces, tejidos no clorofílicos de tallos y hojas, las flores, los frutos, etc., y mas aun si se consideran conjuntamente los periodos de luz y oscuridad. En estos casos, la respiración pasa a ser una fracción importante de la fotosíntesis bruta ( hasta mas del 50%) en lugar de cerca del 5%, proporción media de los tejidos fotosintéticos. La respiración vegetal posee dos componentes significativamente diferentes: la fotorrespiracion y la respiración basal o de oscuridad. Esta es netamente citoplasmática y mitocondrial y se trata de un proceso muy semejante al que se instaura en las células animales, con algunas diferencias especificas respecto a las mismas. Por el contrario, la fotorrespiracion se debe a la colaboración de cloroplastos, peroxisomas y mitocondrias y es, por ello, propia y característica de los tejidos fotosintéticos. La medida de la intensidad respiratoria puede referirse a la cantidad de CO2 emitido o de O2 consumido en unidad de tiempo y de masa respiratoria, pero también puede establecerse por parámetros indirectos, como el calor liberado, por las perdidas de peso del material, etc. La relación a la masa respiratoria, se puede verificar respecto al peso fresco, al peso seco, al número de células, al nitrógeno proteínico, etc. Además, debe hacerse mención 1 especifica de todas las variables ambientales susceptibles de influencia en la tasa respiratoria, como la temperatura, las concentraciones de oxigeno y dióxido de carbono, la presencia o ausencia de luz, las condiciones nutritivas anteriores a la experiencia, etc. En general, las unidades de medida son del tipo de mg CO2 h-1g-1; sin embargo, si se refieren a peso fresco, las medidas vienen alteradas por el grado de hidratación variable de los tejidos. Así, una hoja, por ejemplo, proporcionaría valores de mayor tasa respiratoria (menor hidratación) que un ápice ( células no diferenciadas) o una raíz (células muy hidratadas), con valores respectivos del orden de 300-500, 200-300 y 50. Si se hacen las mediciones respecto a peso seco, se gana en regularidad y estabilidad y, en definitiva, en precisión, pero la medida aun queda afectada por el peso de las paredes celulares que no son respiratorias y que componen una gran medida indirecta del protoplasma vivo, pero las mediciones se hacen mas difíciles ya que debe hacerse un análisis cuantitativo del nitrógeno que, además, es de tipo destructivo. Cuando la actividad respiratoria se mide en relación al peso fresco, el pico de máxima tasa se halla en la región de división celular mas activa (menos vacuolizada), y si se hace respecto al peso seco o a la proteína total, esta zona coincide con un mínimo, mientras que el máximo se halla en la región de mayor elongación celular. A lo largo de la vida de la planta se encuentra diversas situaciones fisiológicas en los distintos tejidos que repercuten típicamente en las tasas respiratorias: 1. 2. 3. 4. 5. Estado embrionario (ápices, embriones germinales, etc.). Estado juvenil (zonas de elongación, frutos no maduros, etc.). Estado de madures (hojas funcionales, tejidos diferenciados, etc.). Estado de senescencia (frutos maduros, hojas a termino, etc.). Estado de letargo (semillas secas, yemas durmientes, etc.). Los tejidos embrionarios poseen paredes celulares delgadas, protoplasma abundante, núcleos grandes y exhiben una gran tasa de síntesis de proteínas y una escases relativa de glúcidos. Los tejidos juveniles se vacuolizan intensamente, tienen un alto metabolismo glúcidos y manifiestan elongación y extensión de las paredes celulares que, sin embargo, se mantienen aun delgadas. En la etapa de la madurez se da la diferenciación a las formas definitivas, existe poco incremento de tamaño y se logra un equilibrio entre las tasas sintéticas y las degradativas. En la senescencia suele aparecer el climaterio, cesa el crecimiento, se deterioran las estructuras celulares y la existencia de oxidaciones e hidrólisis irreversibles conducen a la autolisis. El letargo puede interrumpir cualquiera de los tres primeros estadios y se 2 caracteriza por su extrema pasividad metabólica que mantiene, no obstante, la capacidad de regreso a la vida activa. Cada célula , tejido u órgano pasa por alguna de estas fases y ello se refleja en la tasa de respiración exhibida, presentando grandes desviaciones respecto al valor medio de la planta completa. Durante la germinación, que incluye el primer estadio embrionario, la respiración se eleva rápidamente hasta un máximo sobre la pequeña tasa de la semilla aletargada. La mayor tasa se logra cuando se completa la germinación. La mayoría de los tejidos se encuentra entonces en fase juvenil, con una gran actividad y, luego, la tasa decrece a lo largo de la fase de la madurez. Esta depresión es debida a la mayor cantidad de sustancias celulares inertes y al crecimiento de las paredes; si se mide solamente la tasa respiratoria apical, el decremento es menos brusco. En el estadio de senescencia, puede presentarse uno o mas picos climáticos, dependientes en numero e intensidad de la temperatura y del etileno. En las clásicas investigaciones de Kidd y colaboradores (1923) sobre la respiración en Helianthus annus, se demostró que las tasas respecto al peso seco decrecen desde la germinación, a lo largo del periodo siguiente de crecimiento (60 días), por la acumulación de materia inerte en forma de materiales de pared celular. Si la expresión se realiza respecto al nitrógeno proteínico, la tasa respiratoria aumenta con la edad, indicando un incremento de la intensidad por unidad de protoplasma a medida que las células van madurando y envejeciendo. En especies del genero Fraxinus, si se mide la respiración respecto al peso fresco, el Cambium es el tejido que exhibe las mayores tasas y se mide respecto al nitrógeno es el xilema en formación. Al medir respecto al peso fresco, el valor de la tasa del xilema y de los radios medulares se rebaja por la presencia de células metabólicamente inertes. Por consiguiente, se pueden estableces correlaciones entre la edad y las tasas respiratorias. Así, durante la vida vegetal, respecto al peso fresco, se obtendría una correlación negativa ya que los tejidos embrionarios no latentes tienen un alto metabolismo respiratorio que se hace menor en las células maduras porque están muy vacuolizadas, respecto al nitrógeno proteínico, se obtiene una correlación positiva, aumentando ligeramente el parámetro respiratorio a lo largo del tiempo. Ello se puede apreciar fácilmente en la maduración de los frutos donde suele existir un periodo climatérico de alta intensidad respiratoria, tras el cual se inician las fases de senescencia. En las hojas, con la edad, disminuye la tasa respiratoria, también influyen las condiciones de ontogenia y crecimiento de las mismas. Asi, hojas desarrolladas a gran intensidad luminosa presentan alta tasa de 3 respiración; hojas crecidas a la sombra poseen menos tasas respiratorias. Se aprecia en la misma que los hongos poseen tasas respiratorias muy elevadas; la razón fundamental es que sus hifas carecen casi de materia inerte, lo lignifican sus paredes y no acumulan reservas ya que capturan directamente sus nutrientes del sustrato. Como en el caso de la fotosíntesis, para medir la tasa respiratoria se puede recurrir al CO2, al O2 o a ambos a la vez. Por ejemplo las variaciones de dióxido de carbono se evidencian mediante un IRGA y las de oxigeno mediante un electrodo basado en las propiedades paramagnéticas del aire. De se puede obtener el cociente respiratorio inverso al fotosintético, que depende del tipo de sustrato que se este respirando en cada momento. Aunque las mediciones de la variación de los sustratos respiratorios son difíciles, se considera que los mas variables son el almidón, la sacarosa, la glucosa y la fructosa, de modo que la suma estequiometrica de la disminución de estos cuatro compuestos es, aproximadamente, igual al CO2 desprendido. Evidentemente, el hecho de que las reservas mayoritarias de muchas semillas consistan en lípidos presupone que, al menos en estas, se pueda verificar una respiración basada en lípidos. Por otro lado, aunque en la respiración típica no es frecuentemente el desprendimiento de NH3, porque los aminoácidos y las amidas se suelen utilizar en la formación de nuevos compuestos nitrogenados, en semillas ricas en reservas nitrogenadas y, también, en condiciones de inanición, se detecta evolución de amoniaco, lo cual indica que se pueden respirar también proteínas, involucrando hidrólisis, deaminacion y decarboxilacion y oxidación de los ácidos orgánicos resultantes. Así, de la ecuación estequiometrìca C6H12O6 +6 O2 6 CO2 + 6 H20 Se desprende que Cr=1 en los glúcidos. En las proteínas el valor de Cr se aproxima a 0.99, pero las perdidas en amidas (asparaguina y glutamina) determinan que el valor real se acerque a 0.75-0.80. Para una trioleina pura. C57H12O6 + 80 O2 57 CO2 + 52 H2O Se obtiene Cr=0.71. Los ácidos orgánicos muy oxidados dan coeficientes superiores a la unidad (el MA, 1.33) lo mismo que las amidas (glutamina, 1.11; asparaguina, 1.33). 4 El Cr varia mucho según los tejidos, Así, los frutos frescos exhiben bajos coeficientes respiratorios, cuando jóvenes, porque no oxidan totalmente los azucares, originando acido málico, cítrico y otros ácidos orgánicos. Luego elevan su coeficiente por oxidación casi total de glúcidos. Las crasuláceas forman MA y no desprenden CO2 durante el día por tener los estomas cerrados (Cr=0), capturando dióxido de carbono durante el periodo nocturno con lo que su Cr puede ser negativo. Las variaciones, por supuesto, pueden ser sucesivas. Así, por ejemplo, en la cebada (endosperma provisto con almidón) se observan algunas de estas situaciones. Los factores del ambiente operacional influyen decisivamente sobre la magnitud de las tasas respiratorias de los vegetales. Los efectos más conspicuos corresponden a las respuestas a la temperatura, las concentraciones respectivas de O2 y CO2 y la intensidad de la luz, pero también ejercen su influencia otros muy diversos como el estado de nutrición mineral, la disponibilidad y el balance hídricos, la presencia de heridas, las alteraciones por traumatismo, etc. Referencia. Salisbury, F.B. y Ross C.W. (1994) Fisiología Vegetal. Grupo Editorial Iberoamérica. México. Martínez-Gil, F. (1995). Elementos de Fisiología Vegetal. MP. México. 5