AP Valencia, sec. 8ª, S 16-4-2003, nº243/2003, rec.65/2003. Pte: Andrés Cuenca, Rosa María ANTECEDENTES DE HECHO PRIMERO.- La sentencia apelada, pronunciada por el Sr. Juez de Primera Instancia núm. 18 de Valencia en fecha 18 de septiembre de 2002, contiene el siguiente: “Fallo: Que desestimando la demanda formulada por la entidad Levi Strauss & Co, contra la mercantil Textil Conquense SA debo absolver y absuelvo a la expresada demandada de los pedimentos contra ella formulados, y ello con imposición de las costas a la parte actora”. SEGUNDO.- Contra la misma, se interpuso en tiempo y forma recurso de apelación por la entidad Levi Strauss & Co, admitido en ambos efectos y remitidos los autos a esta Audiencia, donde oportunamente se tramitó la alzada, señalándose para su Deliberación y Votación el día 8 de abril de 2003. TERCERO.- Se han observado las prescripciones y formalidades legales. FUNDAMENTOS DE DERECHO PRIMERO.- Dictada sentencia por el Juzgado de Primera Instancia número 18 de Valencia, que desestimaba la demanda formulada por la entidad Levi Strauss & Co contra la mercantil Textil Conquense SA., absolviendo a la demandada de los pedimentos contra aquella formulados, con expresa imposición de las costas causadas a la parte actora, al entender, de un lado, caducada la acción por cesación de publicidad ilícita , lo que viene a fundar en los artículos 26 y 27 de la Ley General de Publicidad EDL1988/13332▼ art.26 EDL1988/13332 art.27 EDL1988/13332 , de los que resulta la posibilidad de cesación, producida, en cuanto a la campaña televisiva de los anuncios de la campaña “Enrollaos Jeans” de la demandada con relación a la “Twist” de los Levis Engineered Jeans de la demandante, centrando su análisis exclusivamente en la página Web de la demandada, que continuaba activa al interponerse la demanda, atendido a que, de un lado, la publicidad comparativa , en principio, no ha de reputarse o calificarse como desleal, sin que en la citada página web aparezca mensaje alguno que en una comparación rápida pueda establecer una asociación con la publicidad de la actora o con los pantalones, con imposibilidad de confusión, en cuanto a la procedencia, al tener que accederse, precisamente, a la página de los pantalones Caster fabricados por la demandada, y , en cuanto a la infracción de la Ley de Marcas EDL2001/44999 , porque considera que el signo o gráfico de la actora, consistente en una especie de perfil simple y estilizado de pantalón o una letra “lambda” griega en minúscula, protegido como marca comunitaria, no se puede confundir con el que la demandada utiliza en su spot publicitario, al usarlo la primera, tan sólo en la etiqueta desechable del pantalón y reflejar, el de la demandada, la silueta reducida a trazos simples, de un monigote, según expresa la sentencia, aunque coincida, en parte, con el signo de las demandantes. Frente a dicha resolución recurrió en apelación la parte actora, que alegó, como motivos de recurso, los que resumidamente se expresan a continuación: a) La acción por publicidad ilícita no puede considerarse caducada con respecto del anuncio televisivo de Teconsa, ya que el artículo 26 de la LGP EDL1988/13332 se refiere a la actividad publicitaria como un todo, y no al medio publicitario concreto, sin que hubiera finalizado la actividad publicitaria de la demandada, reputada ilícita , puesto que al presentarse la demanda seguía emitiéndose a través de Internet, al menos, existiendo indicios de la posibilidad de reiterar el anuncio en televisión o cine. b) Imposibilidad de extender la caducidad de la acción por publicidad ilícita a otras acciones de la demanda distintas de la cesación, puesto que realmente el artículo citado sólo se refiere a la acción de cesación, pero no al resto de acciones, como la declaración de ilicitud y el resarcimiento de daños y perjuicios causados por la publicidad ilícita . c) Infracción del artículo 6 b) de la LGP EDL1988/13332 . en la campaña publicitaria de Teconsa, ya que utiliza e imita el spot de la actora, estableciendo un claro paralelismo entre ellos, para asegurar la asociación inmediata de los “Enrollaos” Jeans con los Engineered Jeans de la demandante, y beneficiarse de la reputación y esfuerzos de la actora en su único y exclusivo beneficio; tratándose de un claro ejemplo de publicidad adhesiva, sin que pueda justificarse por el mero hecho de que la demandada emplee en su publicidad su propia marca denominativa, siendo contrario el uso injustificado que se hace en la campaña publicitaria de la demandada de las marcas y distintivos de la demandante, a las normas de corrección y buenos usos mercantiles, y siendo, por ello, publicidad comparativa ilícita , ya que ni se refiere a modelo equiparable, ni compara de modo objetivo características esenciales ni productos análogos y además saca indebida ventaja de la reputación y marcas de la actora. d) En cuanto considera que no se trata de una parodia desenfadada y divertida, calificación que tampoco acoge la sentencia de primera Instancia, ya que existe riesgo de confusión y /o asociación. e) En cuanto a la infracción de la marca gráfica comunitaria 1.394.675, consistente en un gráfico inserto en la etiqueta que cuelga de los pantalones de la actora, ya que se ha vulnerado el derecho de utilización exclusiva que confiere el registro de la marca a su titular; f) por no haber resuelto la acción por competencia desleal asimismo planteada, ya que el comportamiento de la actora conculca los artículos 5,11,2 y 12 de la citada Ley EDL1988/13332▼ art.5 EDL1988/13332 art.11 .2 EDL1988/13332 art.12 EDL1988/13332 , solicitando además indemnización de daños y perjuicios, por el enriquecimiento injustamente obtenido por la demandada, debiendo presumirse la producción de aquellos, sin necesidad de prueba alguna, solicitando se dictara sentencia de conformidad con lo pretendido. Por la demandada se opuso, solicitando la confirmación de la sentencia de primera Instancia, quedando planteada la cuestión, en esta alzada, en los términos expuestos. SEGUNDO.- La Sala comparte la fundamentación jurídica de la sentencia recurrida tan sólo en cuanto no se oponga a lo que seguidamente vamos a exponer. La parte actora recurrente insiste en que la acción por publicidad ilícita no está caducada, ya que, al tiempo de instar la demanda, persistía la página de Internet y que esta formaba un todo (misma actividad publicitaria) con el anuncio de televisión y de salas de cine (idénticos) que ya habían sido retirados antes, incluso, del requerimiento de cesación de emisión por parte de la actora a la demandada. Cierto es que, efectivamente, el artículo 26 de la LGP EDL1988/13332 se refiere a la actividad publicitaria como un todo, a los fines de la acción de cesación, y , por tanto, es obvio que, en parte, cuando se ejercitó, podía la demandante hacerlo, ya que la página de Internet seguía activa y formaba parte de la misma campaña, pero no lo es menos que el apartado 3 del propio precepto EDL1988/13332 , prevé como requisito para el ejercicio de las acciones y derechos a que se refiere el artículo 28 de la misma Ley EDL1988/13332 que, a su vez, remite a las controversias relativas a extremos recogidos en los artículos 3 a 8 EDL1988/13332▼ art.3 EDL1988/13332 art.4 EDL1988/13332 art.5 EDL1988/13332 art.6 EDL1988/13332 art.7 EDL1988/13332 art.8 EDL1988/13332 (publicidad ilícita , engañosa, desleal, subliminal etc.) que se produzca una situación de “silencio o negativa” del requerido, o que “no hubiere tenido lugar la cesación”, exigiéndose como auténtico requisito de procedibilidad la justificación de haber efectuado esa solicitud de cesación. Por tanto, hemos de concluir, si al instarse la demanda -e incluso el requerimiento- tan sólo se mantenía el anuncio de la página Web, es factible ejercitar la acción, pero no vincular lo que en el mismo se ofrecía (en el de Internet) con el emitido en Televisión-cine, aunque sea evidente la relación entre ambos; en consecuencia, la acción ejercitada, en sus distintas facetas, tan sólo habrá de valorarse de conformidad con lo que aparecía en la página Web, tal y como expresaba la sentencia de primera Instancia, por las razones dichas, debiendo rechazarse también el segundo motivo de recurso, ya que, si el anuncio había dejado de emitirse, incluso antes del requerimiento, por la razón ya expresada anteriormente, no cabrá valorar si podía calificarse, o no, de publicidad ilícita , engañosa, desleal etc, sirviendo, como argumento contrario al empleado por la recurrente, la propia valoración de la nueva redacción dada al artículo 29 Ley General Publicidad EDL1988/13332 , por Ley 32/02 de 28-10, al indicar que: “l.- Podrá ejercitarse la acción de cesación contra las conductas contrarias a la presente Ley que lesionen los intereses tanto colectivos como difusos de los consumidores y usuarios, sin necesidad de haber cumplido lo establecido en el art. 26.2 EDL1988/13332 . La acción de cesación se dirige a obtener una sentencia que condene al demandado a cesar en la conducta contraria a la presente Ley EDL1988/13332 y a prohibir su reiteración futura. Así mismo, la acción podrá ejercerse para prohibir la realización de una conducta cuando ésta haya finalizado al tiempo de ejercitar la acción, si existen indicios suficientes que hagan temer su reiteración de modo inmediato”, viene a excluir, por una parte, la necesidad del requerimiento previo, en caso de tales intereses generales, como se ha dicho (y resulta de la propia redacción del precepto) y , de otro, viene a posibilitar la acción incluso si esta ya ha finalizado, lo que, evidentemente, supone un cambio respecto de la regulación precedente, pero, aún admitiéndolo, lo vincula a una condición, cual es la “existencia de indicios suficientes que hagan temer su reiteración de modo inmediato”, y sólo para los supuestos apuntados. Y aunque ello no es aquí aplicable, dado que la norma aludida es posterior, incluso, a la sentencia de primera Instancia, nos sirve de criterio hermenéutico, al poder contraponerla, para valorarlas, con los requisitos anteriores, y ello ha de hacer perecer los dos primeros motivos del recurso, toda vez que la novedad que tal precepto introduce es precisamente, el innecesario requerimiento previo y la posibilidad de instar la acción de cesación, aunque la conducta hubiera finalizado, si existen indicios que hagan temer su reiteración inmediata, lo que, a contrario sensu, supone que tal posibilidad no existe, si se ha cesado en tal actividad y no existe tal indicio, lo que, indudablemente, no se hallaba, siquiera, previsto en la regulación aplicable al supuesto examinado, en que la necesidad del requerimiento era, precisamente, para lograr el cese en la emisión, y aquí este ya se había producido, incluso, antes de aquel requerimiento, en lo que se refiere al anuncio de televisión y cine, y los supuestos indicios de reiteración de estos ni se han probado ni constituían excepción aplicable al supuesto, al ser esta regulación posterior, incluso a la sentencia recurrida. En consecuencia, ceñiremos nuestro dictamen al anuncio que aparecía en la página Web, tal y como refleja el documento 38 de la demanda. TERCERO.- El tercero y cuarto motivos del recurso han de correr igual suerte desestimatoria. La lectura de la demanda pone de manifiesto que el hecho esencial sobre el que funda la actora (tras relatar unos antecedentes de otros procedimientos e incluso anuncios para justificar el comportamiento que califica de “parasitario” -hechos séptimo y octavo-) el comportamiento desleal de la demandada, y aquel no es otro que la campaña publicitaria emitida por Teconsa tras la estela de la de la actora, y , en concreto el spot que obra en la cinta de videocasete que se aporta como documento 37, que imita y , en opinión de la recurrente, consiste en “una reproducción cuasi exacta del guión y diversas imágenes del spot Twist”, refiriéndose, in extenso, al anuncio de televisión, y efectuando una referencia a la página web, de la que aporta copia de sus páginas impresas, que obra como documento 38 de la demanda. Sin embargo, como revela el examen de ambos documentos, en esta última, no existe referencia alguna a la demandante, no apreciándose, efectivamente, más que la imagen de un joven, vestido con unos tejanos (imposible comprobar si son similares a los de la actora, dado el plano, además parcial de los mismos) y la leyenda Caster a la izquierda, la página www.casterieans.com y , abajo, la mención a “enrollaos jeans”, refiriéndose en la primera página a que “cuestan la mitad pero no que los de la actora sin que aparezcan la imagen de llegada del coche, los giros de las chicas y chicos, el muñeco colgando del espejo retrovisor y las demás en que con énfasis ha insistido la actora para poner de manifiesto el carácter de publicidad parasitaria de la demandada, que, comparando, como debemos hacer, a página web y el anuncio Twist de la actora, en televisión, no se aprecia. Resulta, por tanto, inviable pretender que la comparación se efectúe respecto de algo no emitido desde antes del requerimiento, como se ha dicho, ni aceptable la referencia que se dice, a las marcas de la actora, que no consta en la página web, a que alude la recurrente, ni, menos aún, la mención a que nos hallamos ante publicidad parasitaria (respecto, repetimos, la citada página de Internet) ya que la comparación no revela la relación que se pretende, las imágenes guardan una relación muy remota, no se menciona ni compara el producto con los de la demandante - ni con el 501 ni con los Engineered- sin que la mención “enrollaos” pueda asimilarse, sin más, a la idea de giro a que alude la demandante, pues sabido es que tal expresión, entre los más jóvenes, tiene una acepción semántica distinta (en sentido de sana complicidad o buena relación entre personas, o incluso, lo relativo a escritos o conversaciones largas) que nada tiene que ver con la directamente derivada de la palabra, correctamente escrita (enrollados envolver en forma de rollo); por tanto, tampoco hemos de inferir, tan sólo porque subjetivamente lo afirme la actora, que la página web al referirse a los pantalones tejanos “enrollaos” aluda o pretenda la inmediata asociación del consumidor con los “Engineered” jeans, máxime porque la idea de giro en que aquellos basan su campaña sólo en parte es coincidente con la idea de hallarse “enrollado”, y ninguna relación directa ni indirecta efectúa la página a la marca Levis o a alguno de sus concretos fabricados, identificando dos veces la procedencia -caster, casterjeans-. Se rechaza el motivo de recurso denunciado. CUARTO.- Respecto de la falta de pronunciamiento sobre la acción por competencia desleal, ciertamente tiene razón la recurrente al afirmar que la sentencia, aunque considera improcedente la acción por la publicidad ilícita planteada, no por ello debe entender que tal planteamiento, por razón de extemporaneidad de la demanda, puede extrapolarse a la acción de competencia desleal, y en tal sentido, cabría hablar de una omisión, determinante de incongruencia de la sentencia de primera Instancia. Sin embargo, la conclusión que obtiene la Sala, a la vista de la página Web persistente al presentar la demanda, ha de ser necesariamente desestimatoria, toda vez que en aquella no existen las múltiples referencias directas e indirectas a la actora y a sus marcas a que alude la demandante, hoy recurrente -folio 33 de la demanda- pues en nada menciona el nombre Levis, sin perjuicio de la denunciada infracción de marca gráfica comunitaria, en que luego entraremos, ni tampoco se refiere a ninguno de los productos de aquella, por lo que no apreciamos directamente, el pretendido riesgo de confusión y /o asociación, derivado de la publicidad en cuestión, a la que, nuevamente, se vincula la competencia desleal, ya que se invoca tanto el artículo 11,2 EDL1991/12648 como el artículo 12 de la Ley 3/1991 de 10 de enero EDL1991/12648 , considerando que la imitación de prestaciones comporta, en este caso, un aprovechamiento indebido del esfuerzo -publicitario- ajeno, sin que concurra la excepción del apartado final de dicho precepto, indicando que se ha aprovechado la demandada de la ventaja de la reputación adquirida por la actora, empleando denominaciones falsas acompañadas de la indicación relativa a la verdadera procedencia del producto, y nada de ello es de apreciar aquí la única cuestión en que el anuncio de la página Web y la campaña Twist de la actora podrían guardar alguna relación es en el, también denunciado, empleo de signo similar, por p r parte de la demandada, de la marca gráfica de la actora, pero en ninguna otra cosa, y , por ello, no cabe; en principio, la declaración de deslealtad pretendida, la asociación o confusión entre los dos elementos comparados, tantas veces repetidos no es de apreciar, (y no cabe efectuarla con el anuncio televisivo de la demandada), y , por tanto, no se estima que concurra la competencia desleal con fundamento en los preceptos invocados, sin que por ello quepa estimar, tampoco en tal aspecto, la demanda interpuesta, ni, por tanto, la pretendida indemnización de daños y perjuicios vinculada a algo ya inexistente al presentar la demanda, QUINTO.- Con relación a la infracción de la marca comunitaria 1.394.675 de Levi Strauss, ha de precisarse que en el documento 38 de la demanda, que refleja las imágenes de la página Web, se puede observar un signo gráfico similar al protegido por la marca gráfica comunitaria de la actora, ya que sobre aquel se limita la demanda a configurar una imagen que recuerde a una silueta humana, añadiendo un punto ovalado, a modo de cabeza y dos trazos, a modo de brazos, lo que, entendemos, supone, vista la comparación entre ambos, una vulneración de lo dispuesto en el artículo 9, 1 b) del Reglamento de marcas comunitarias EDL1993/19181 , que prohibe el uso en el tráfico económico, en el apartado indicado de cualquier signo que por ser idéntico o semejante a la marca y por ser idénticos o similares los productos o servicios implique un riesgo de confusión del público; el riesgo de confusión incluye el riesgo de asociación entre el signo y la marca, lo que implica, que según el apartado 2 EDL1993/19181 , podrán prohibirse, en particular “d) utilizar el signo en la publicidad ”. Por tanto, no se reputa correcto el razonamiento de la sentencia recurrida, ya que, de un lado, la similitud de ambos signos es evidente, y se refieren a productos del mismo tipo, y , de otro, no queda desvirtuada tal declaración con la mera consideración de que no se utilizan sino en la publicidad -de Internet en este caso- de la demandada, ya que obviamente, la norma invocada prevé tal prohibición, por mucho que en los pantalones, propiamente, de Tecosa no aparezca tal, denominado, monigote, o adorno, puesto que en la publicidad , conscientemente, se buscaba tal asociación, aunque se utilizara el nombre propio del producto asociado; a no otra razón puede obedecer la identidad, incluso de color, del referido muñeco esquemático con el signo de la demandante, debiendo considerarse que, efectivamente, tal y como expresa la parte recurrente, ello puede generar, una cierta asociación de productos, buscada de propósito con la imitación de la marca gráfica comunitaria de la actora, y por tanto ha de prosperar la petición de cesación de la demandada en el uso de dicho signo, descrito y acreditado en autos, por su semejanza con la marca gráfica comunitaria de la demandante. SEXTO.- Ahora bien, sentado lo que precede, resta por examinar la petición relativa a los daños y perjuicios. La actora la solicita al amparo de la legislación de marcas hoy vigente, puesto que, según la disposición final tercera de la misma, aunque la entrada en vigor se fijó el 31 de julio de 2002, ello era salvo lo previsto, entre otras normas, en el Título V, que es donde se encuentran las disposiciones que aquí nos ocupan, por lo que, evidentemente, al presentarse la demanda, la Ley, en cuanto aquí se invoca, ya estaba en vigor, aunque los hechos que generan la petición sean anteriores, solicitándose, al amparo del artículo 43,2 c) de la vigente Ley de Marcas EDL2001/44999 “El precio que el infractor hubiera debido pagar al titular por la concesión de una licencia que le hubiera permitido llevar a cabo su utilización conforme a derecho”, lo que, en cualquier caso, ya recogía, en idénticos términos, el artículo 38,2 c) anterior EDL1988/13320 , por lo que la apreciación carece de relevancia práctica alguna. Sin embargo, la confusa redacción de la fundamentación jurídica de la demanda - que no de los hechos, donde debía haberse constatado- relativa a la razón de pedir, parece vincular tal indemnización tanto a la infracción de derechos de marca -la gráfica antes descrita- cuanto a la conducta infractora o desleal derivada de la publicidad , que, por las razones ya expresadas, no se aprecia. La actora, hoy recurrente, considera que conforme el artículo 42,1 de la nueva Ley EDL2001/44999 los que infrinjan han de responder “en todo caso” de los perjuicios causados, pero, como hemos dicho, los hechos son anteriores a la vigencia de la nueva Ley EDL2001/44999 , aunque el procedimiento se plantea ya vigente esta -al menos en esta materia-. Pues bien, como sustento de su petición de daños y perjuicios plantea dos pretensiones: de un lado, solicita el canon del 12% de los gastos de inversión en publicidad , que luego modifica al importe del 1% de la cifra de negocio realizada por el infractor con el producto ilícitamente marcado, lo que, por sí solo, determina la imposibilidad de acoger tal pretensión, ni la primera, por no corresponder con concepto indemnizatorio alguno recogido en la Ley, ni, además, constar dicha inversión por la aquí demandante, ni lo segundo por constituir una pretensión nueva que, por ello, no ha de ser examinada en apelación, al haber modificado la recurrente, en forma unilateral, los baremos de petición en su día planteados. De otro lado, solicita el canon a satisfacer por el infractor por la concesión de licencia; al respecto, el perito Sr. José Pablo, en su dictamen, indica que el precio que Teconsa debería pagar por la concesión de una licencia durante el tiempo de la infracción sería el 12 % que aplica al beneficio total obtenido por Teconsa con la venta de los pantalones objeto de la publicidad en autos, y durante todo el tiempo de la emisión de todos los anuncios, tanto televisión como Internet, lo que, indudablemente, no es un criterio a considerar aceptable, ya que la mera inclusión de un signo publicitario que recuerde o sea parecido a la marca gráfica del titular, que en el pantalón, propiamente dicho, de la demandada, no aparece, no parece, por sí solo, suficiente para considerar que la totalidad de ventas del producto respondan al mismo. La valoración que efectúa la actora, hoy recurrente, en tal aspecto, no puede aceptarse, puesto que el perito Don.. José Pablo, expresa que para el cálculo de los daños y perjuicios deberá partirse de los beneficios obtenidos como consecuencia de tales actos, lo que necesariamente comporta una comparación de los precedentes con los obtenidos tras el comportamiento denunciado, y - - en este caso, dichos extremos no se han acreditado, puesto que el actor se ha limitado a calcular el canon expuesto sobre el total de beneficio, olvidando, además, que aquí no se ha vulnerado la marca denominativa fundamental, sino sólo la gráfica, en publicidad de Internet, en período reducido de tiempo y , lógicamente con alcance limitado -así se desprende de la prueba practicada para determinar las ocasiones en que se ha accedido a la página Web-, por lo que el criterio aplicado entendemos no puede acogerse, sin que tampoco pueda diferirse a ejecución de sentencia, dada la obligación de prueba que compete a la actora y la prohibición contenida en la Ley de Enjuiciamiento Civil vigente artículos 217 y 219,1 LEC EDL2000/77463▼ art.217 EDL2000/77463 art.219 .1 EDL2000/77463 ). No se trata de considerar si el perjuicio se ha producido, sin prueba directa de ello, puesto que así lo presume la Ley, lo que aceptamos aunque sea a efectos dialécticos, sino que el criterio y el cálculo utilizado por la demandante no se reputa correcto, dadas las circunstancias aquí existentes, ya que no se ha determinado con certeza el importe o beneficio obtenido por la demandada a consecuencia de la infracción, ni el canon a satisfacer, en este caso, atendidas las peculiaridades aludidas, y esto debe ser precisado por la demandante, debiendo, en otro caso, procederse a su desestimación. SÉPTIMO.- En consecuencia, por lo expuesto, procede estimar, sólo en parte, el recurso y la demanda, ordenando a la demandada cesar en la utilización del monigote, adorno o signo distintivo alguno que recuerde a la marca gráfica del demandante, que consta registrada, sin que proceda otro pronunciamiento, y sin expresa imposición de las costas ni en primera Instancia, conforme el artículo 391, ni en esta alzada, al acogerse, en parte, el recurso planteado, tal y como resulta del artículo 398,2 LEC. FALLO Se estima, en parte, el recurso de apelación interpuesto por la entidad Levi Strauss & Co, representada por la Procuradora Sra. Pérez Samper contra la sentencia dictada por el Juzgado de Primera Instancia 18 de Valencia, en autos de juicio ordinario 70/02 de dicho Juzgado, con fecha 18 de septiembre de 2002 que se revoca, en parte, y en su lugar, se estima, en parte, la demanda interpuesta por la recurrente contra la mercantil textil conquense SA declarando que el uso por la mercantil Textil Conquense SA. del signo gráfico que reproduce de manera casi idéntica la marca gráfica comunitaria número 1394675 de la actora constituye infracción de los derechos de marca, condenando a la demandada a cesar en el uso del signo gráfico referido en este procedimiento (que aparece en anuncio de página Web) o de otro que pueda ser semejante o confundible con la marca comunitaria de la demandante, manteniendo, en lo demás, la desestimación de la demanda, sin expresa imposición de las costas en ninguna de ambas instancias. Notifíquese esta resolución a las partes y , a su tiempo, devuélvanse los autos principales al Juzgado de Primera Instancia de origen, con oficio y certificación literal del presente para su ejecución. Se hace saber que contra la misma cabe recurso de casación de conformidad con lo dispuesto en el artículo 477,2 2ª de la vigente Ley de Enjuiciamiento Civil. Así por esta nuestra sentencia, de la que se unirá certificación al rollo, lo pronunciamos, mandamos y firmamos. Eugenio Sánchez Alcaraz.- Rosa María Andrés Cuenca.- Enrique Emilio Vives Reus.