Gerencia Pública: Del Mandato a la Creación de Valor Público José Jorge Saavedra, Octubre 2004 Introducción Una constante demanda durante las últimas décadas del siglo XX es la mejora del desempeño de las organizaciones gubernamentales. Los crónicos problemas de pobreza, desigualdad y desconfianza han derivado en la exigencia de la ciudadanía respecto a una mejor gestión por parte de los funcionarios públicos. No solamente en el requerimiento de Estados más pequeños, más eficientes en el uso de recursos públicos, más efectivos en la mejora de la calidad de vida y las oportunidades, sino también más y mejores políticas y servicios públicos bajo un criterio de participación y rendición de cuentas ante la sociedad civil. Estas demandas han generado un conjunto de iniciativas en distintos países como resultado de un cambio sobre la concepción de la responsabilidad de los gerentes públicos. Tradicionalmente se entendía la responsabilidad de los gerentes públicos como un trabajo administrativo limitado al cumplimiento de lo legalmente asignado, es decir el mandato. Posteriormente, se suscitaron varias reformas llevadas adelante durante la década de los 80 y 90 desembocando en una nueva concepción denominada la nueva gerencia pública. Este enfoque basa su propuesta en el entendido de que la responsabilidad de los gerentes públicos esta ligada a la efectividad y la eficiencia de su gestión, y no sólo así al cumplimiento de sus mandatos. Bajo este nuevo precepto de mecanismos de mercado que incrementan el desempeño de los servicios públicos, diversos países llevaron adelante importantes reformas hacia la modernización del Estado. Algunos académicos critican las propuestas y mecanismos de la nueva gerencia pública por estar centrados en propuestas de mejora de productividad y herramientas adoptadas del sector privado, considerándolo como un enfoque limitado. Asimismo, proponen un enfoque aún más desafiante sosteniendo que en sistemas democráticos, la responsabilidad de los gerentes públicos es la creación de valor para la sociedad y no sólo así el logro de productividad en sus organizaciones. En otras palabras, no basta cumplir con los mandatos impuestos, ni basta con ser efectivos y eficientes en la administración de servicios públicos. Lo verdaderamente importante es la pertinencia de lo que se hace y los beneficios reales para la sociedad; esta noción está en el corazón de la propuesta del valor público como marco conceptual para los gerentes sociales. Para un mayor detalle sobre las diferentes dimensiones del enfoque de administración tradicional, la nueva gerencia pública y la generación de valor público referirse al Cuadro 1 al final del documento. La Administración Pública Tradicional: Cumplir con los Mandatos El propósito de las organizaciones gubernamentales es implementar leyes aprobadas por la legislatura como representantes del pueblo, los gerentes públicos son legalmente responsables por cumplir con los procedimientos legales así como con ciudadanos y empleados según los términos y estándares fijados por su mandato. La rendición pública de cuentas requiere que las funciones del gobierno se desempeñen con legalidad y ética. (Kettl 2000) Bajo esta perspectiva la responsabilidad está definida y delimitada por lo que diga el mandato, independientemente de cambios en la coyuntura, en las demandas ciudadanas o en los propósitos gubernamentales. Los mandatos están representados por requerimientos formales, leyes, ordenanzas, artículos de constitución, decretos, estatutos y otros similares. (Bryson, 1995) Estos mandatos son formales y definen los propósitos, las responsabilidades y el alcance de la organización mediante un conjunto de normas promulgadas por el poder legislativo y firmadas por cargos electos. (Moore, 1995) En la práctica muy pocos gerentes públicos conocen los mandatos formales y cuando tienen que tomar decisiones buscan en ellos guía y dirección. No obstante, lo que usualmente encuentran son mandatos genéricos, abstractos, desactualizados o obsoletos. Sin embargo, en vez de interpretar el espíritu del mandato o de utilizarlo como un documento que estipula el objeto de la organización como punto de partida, los gerentes lo interpretan como una camisa de fuerza, lo que les impide ser creativos, imaginativos y los limita a cumplir con lo estrictamente normado. La Administración Pública Tradicional se refiere al modelo gerencial basado en el seguimiento estricto de un mandato, entendiéndose por este último a un conjunto de reglas y disposiciones legales caracterizadas por un alto grado de rigidez e inflexibilidad. Nueva Gerencia Pública (New Public Management) La Nueva Gerencia Pública (NGP) busca reducir los costos del gobierno, hacer del gobierno un socio amigable para los ciudadanos como también para las empresas, mejorar la capacidad de los gestores públicos de administrar y mejorar la productividad. Este movimiento ha girado en torno a seis ideas centrales: a) la búsqueda de mayor productividad, b) más confianza del público en los mercados privados, c) una sólida orientación hacia el servicio, d) una mayor descentralización de gobiernos nacionales a subnacionales, e) una capacidad incrementada para diseñar y realizar un adecuado seguimiento de las políticas públicas, y finalmente f) tácticas para mejorar la responsabilidad sobre los resultados. (Kettl 2000) El abordaje de la NGP busca reemplazar procesos basados en reglas y autoridad con tácticas basadas en el mercado e impulsadas por la competencia, así como desarrollar herramientas similares a las utilizadas por el sector privado. Parte central de la reforma supone que los gerentes públicos sean responsables de los resultados de su gestión. Para ello, los gerentes necesitan flexibilidad en el diseño y gasto de sus presupuestos, posibilidad de seleccionar y contratar los mejores empleados, y cierta holgura en la compra y provisión de los equipos necesarios para realizar las tareas en cuestión. (Kettl 2000) La nueva gerencia pública propone separar el diseño de políticas públicas de su administración, reemplazar la burocracia y autoridad tradicional del gobierno por competencia e incentivos impulsados por el mercado, lograr metas y resultados transparentes, y por último dar la suficiente flexibilidad a los administradores del gobierno para determinar cómo alcanzar estas metas. De esta manera el movimiento de la reforma se concentra en herramientas administrativas tipo sector privado, donde la principal preocupación es la mejora de la gestión, productividad y eficiencia. (Kettl 2000) Más allá de los resultados y alcances que las reformas lograron en los distintos países, la nueva gerencia pública dejó un nuevo marco conceptual sobre la responsabilidad de los funcionarios públicos. Estos deben dejar de comportarse como simples administradores de oficinas públicas y convertirse en gerentes responsables por los resultados de sus organizaciones. La Nueva Gerencia Pública es una tendencia gerencial centrada en una eficiente administración de los recursos públicos, así como una gestión basada en el desempeño y logro de resultados. El espíritu de este modelo es similar al de la administración privada donde prevalece una orientación de mercado. Creación de Valor Público El concepto de valor público puede ser muy útil cuando se trata de pensar cuales son los objetivos y metas de las organizaciones públicas. Es una aproximación que toma los mandatos como puntos de partida, y no como fines por sí mismos. De igual manera, toma de la nueva gestión pública la importancia de la gestión por resultados, pero no simplemente de los resultados operativos, su productividad, efectividad y eficiencia, sino también desde la importancia de la pertinencia y el impacto. El enfoque de valor público busca impactos más allá de la simple buena y eficiente entrega de servicios, en la creación de valor público está implícita la noción de fortalecimiento del Estado democrático, la construcción de ciudadanía y la ampliación de oportunidades para los ciudadanos. (Kelly y Muers 2002) “El enfoque de valor público amplía la forma en la que medimos el desempeño del gobierno y guía las decisiones sobre políticas públicas. Tomando esta aproximación holística, mirando la totalidad de los impactos de las acciones del gobierno, puede ayudar a la formación de mejores políticas públicas y mejorar la relación del Estado con sus ciudadanos”. (Kelly y Muers 2002) Kelly y Muers (2002) proponen tres fuentes de generación de valor público: a) servicios facilitados, financiados o entregados por el gobierno, b) impactos o efectos que inciden en el bienestar de las comunidades y familias y c) mantenimiento de confianza y legitimidad a través de la una adecuada entrega de productos y servicios públicos. (Kelly y Muers, 2002) En este caso importan no sólo los resultados de las intervenciones sino también los procesos aplicados para generar dichos resultados, ya que la interacción entre las organizaciones responsables por una creación de valor público y los ciudadanos genera valor en sí mismo. “El concepto de valor público da un punto de referencia que ayuda a los gerentes sociales a mantener una dirección estratégica en sus acciones. Permite guiar las decisiones con base en una reflexión sencilla: ¿Lo que se está haciendo genera algo que es valioso para la sociedad? ¿Se está logrando algo que la sociedad misma ha identificado como valioso? ¿Es algo por lo que la sociedad estaría dispuesta a sacrificar algo para poderlo lograr? Son preguntas de esta naturaleza las que fortalecen la base del pensamiento estratégico de la gerencia social.” La Creación de Valor Público es un modelo gerencial que emplea el mandato de la administración tradicional como punto de partida, contempla los criterios de eficiencia y eficacia de la nueva gestión pública, pero además incorpora como elemento central la percepción de generación de valor público de la ciudadanía en el proceso y logro de resultados. Conclusión Tradicionalmente el interés público estaba definido por políticos y expertos, posteriormente y en el marco de la nueva gerencia pública éste fue entendido como la agregación de demandas individuales, para finalmente desde la perspectiva de generación de valor público pasar a ser definido por la propia sociedad de manera deliberativa. Si bien bajo el enfoque tradicional el objetivo principal del gestor público estaba concentrado en una simple gestión de insumos de acuerdo al mandato, bajo la nueva gerencia pública este concepto se amplió a la eficiencia en la administración de los recursos. El enfoque de valor público, por su parte, no se limita a contemplar los criterios de eficacia y eficiencia, sino que incorpora la satisfacción de las necesidades de la ciudadanía como elemento central. En lo que respecta a los modelos de gestión tanto en la gerencia tradicional como en la nueva gerencia pública éstos son de carácter formal siguiendo rutas jerárquicas de abajo hacia arriba. La perspectiva de generación de valor público, por su parte, abre una mayor flexibilidad en la gestión constituyéndose en un modelo múltiple e interactivo, es decir, supone que los gestores no sólo responden y rinden cuentas a su inmediato superior sino que de manera genérica deben responder a todos los actores involucrados. De esta manera, el enfoque conceptual de valor público obliga a los gerentes sociales a abandonar el cómodo y limitado espacio burocrático y tecnocrático, desafiando a los gerentes públicos a reflexionar sobre cómo sus decisiones afectan el “bien común”. Les exige ejercer procesos iterativos e interactivos que ayudan a discernir y definir lo que el público prefiere y, por ende, lo que genera valor para el “público”. En otras palabras, conduce a esfuerzos que pasan de limitarse al mandato de escuchar a las voces de la autoridad formal, para escuchar a la “voz ciudadana” donde ésta última no sólo está compuesta por los grupos con representación formal, sino también contempla a los diversos grupos de interés que componen a la sociedad. Enfoca a los gerentes en una exploración continua de las necesidades y expectativas de los ciudadanos, y define los beneficios de la gestión pública como lo que efectivamente es percibido en las diversas dimensiones del bienestar de los ciudadanos. (Mokate 2004) Cuadro 1 Diferentes Enfoques sobre la Responsabilidad del Gestor Público (Adaptado de Kelly y Muers) Administración Pública Tradicional Nueva Gerencia Pública Valor Público Interés Público Definido por políticos o expertos Agregación de preferencias individuales, evidenciadas por elecciones en el mercado Preferencias públicas, evidenciadas en deliberación pública Objetivo Principal Gestión de insumos Gestión de insumos y productos. Eficiencia. Gestión de: • servicios • satisfacción • resultados • confianza y legitimidad del gobierno Modelo Dominante de Rendición de Cuentas Hacia arriba, formal, jerárquico Hacia arriba, por medio de contratos de gestión Múltiple, interactivo Sistema de Entrega Preferido Jerárquico Privado, o público “con gestión distante” Múltiple Ethos de Servicio Público Monopolio público en el ethos del servicio Esceptisismo con respecto al ethos del servicio publico Socialización del ethos del servicio Rol de la Participación Voto por representantes gubernamentales Voto por representantes gubernamentales, uso de encuestas de satisfacción Multi-facética Metas Gerenciales Respuesta a autoridades políticas Metas del desempeño Respuesta a los ciudadanos / usuarios. Mantener confianza y legitimidad por buena entrega de servicios.