Las Hijas del Patrocinio de María, queremos expresar nuestro más profundo reconocimiento por el “gesto profético” que la renuncia del Santo Padre Benedicto XVI significa para la iglesia. Es una noticia de suma importancia y trascendencia. Seguramente nos ha provocado sentimientos encontrados. Por una parte nos apena y por otra reconocemos la grandeza que encierra una decisión así. En sus palabras encontramos la honestidad, lealtad, discernimiento y libertad de un hombre de fe. Su decisión nos habla de humildad. Agradecemos su lucidez y valentía para afrontar este momento y la significatividad de su gesto que revela una profunda humanidad. Oramos desde este momento junto con toda la Iglesia para que el Espíritu ilumine el proceso de elección del nuevo Pontífice. Si en tu corazón oyes la voz del Señor que te llama a seguirlo en la vida religiosa , ¿por qué no le das una respuesta?. ¿Acaso te detiene la sociedad de consumo donde das vueltas y vueltas buscando cuál es el último grito de la moda o el hit de la música? ¿Por qué tan poca decisión para seguirlo?... ORACION PARA PEDIR POR LAS VOCACIONES DE LAS HIJAS DEL PATROCINIO DE MARIA Corazón divino de Jesús, que un día dijiste: “Rueguen al Señor de la mies que envíe obreros a su mies”, te suplico vuelvas tus ojos misericordiosos a tu amada congregación, predilección de tu Madre. Envía a ella numerosas jóvenes escogidas para trabajar en la santificación propia, la educación y formación cristiana de la juventud y evangelización de los pobres y la niñez. Haz que tu voz resuene en el corazón de tantas jóvenes generosas al decidir su vida y llámalas a ser Santas Religiosas Hijas del Patrocinio de tu Madre. Guarda a aquellas que has llamado, a fin de que correspondan fielmente a su vocación. Que sean una sola cosa contigo, que lleven fruto a las almas y su fruto sea duradero. María Reina y Madre de nuestra amada congregación, presenta a Jesús nuestras suplicas haz valer tu amor de Madre y tu poder de Reina. AMÉN. . Felices quienes recorren el camino cuaresmal con una sonrisa en el rostro y sienten cómo brota de su corazón un sentimiento de alegría incontenible. Felices quienes durante el tiempo de Cuaresma, y en su vida diaria, practican el ayuno del consumismo, de los programas basura de la televisión, de las críticas, de la indiferencia. Felices quienes intentan en la cotidianidad ir suavizando su corazón de piedra, para dar paso a la sensibilidad, la ternura, la compasión, la indignación teñida de propuestas. Felices quienes creen que el perdón, en todos los ámbitos, es uno de los ejes centrales en la puesta en práctica del Evangelio de Jesús, para conseguir un mundo reconciliado. Felices quienes se aíslan de tanto ruido e información vertiginosa, y hacen un espacio en el desierto de su corazón para que el silencio se transforme en soledad sonora. Felices quienes recuerdan la promesa de su buen Padre y Madre Dios, quienes renuevan a cada momento su alianza de cercanía y presencia alentadora hacia todo el género humano. Felices quienes cierran la puerta a la tristeza y al desencanto, y abren todas las ventanas de su casa al sol de la ilusión, del encanto, de la belleza, de la solidaridad. Felices quienes emplean sus manos, su mente, sus pies en el servicio gozoso de los demás, quienes más allá de todas las crisis, mantienen, ofrecen y practican la esperanza de la resurrección a todos los desvalidos, marginados y oprimidos del mundo. Entonces sí que habrá brotado la flor de la Pascua al final de un gozoso sendero cuaresmal Te entrego, Señor, mi vida; hazla fecunda. Toma mis manos; hazlas acogedoras. Toma mi corazón; hazlo ardiente. Toma mis pies; hazlos incansables. Toma mis ojos; hazlos transparentes. Toma mis horas grises; hazlas novedad. Toma mi niñez; hazla sencilla. Toma mis cansancios; hazlos tuyos. Toma mis mentiras; hazlas verdad. Toma mis muertes; hazlas vida. Toma mi pobreza; hazla tu riqueza. Toma mi obediencia; hazla tu gozo. Toma mi nada; haz lo que quieras. Toma mi familia; hazla tuya. Toma mis amigos; hazlos tuyos. Toma mis faltas de amor, mis desilusiones. Hazme nueva en la donación, alegre en la entrega, gozo desbordante al darte la vida, al entregártela, al gastarme por las niñas, los niños y los jóvenes. AMEN