VEN, ESPÍRITU DE DIOS Monición de entrada. Nos reunimos como los discípulos en el cenáculo, como y con María, la madre, como y en la Iglesia, para prepararnos a recibir el gran don de Dios, a Dios que se hace Don, la "promesa del Padre". En un ambiente de fiesta y de esperanza, sean nuestras actitudes principales las de la pobreza, acogida y súplica intensa. Pobreza, porque sin el reconocimiento de nuestro vacío no viene el Espíritu. Acogida, porque el Espíritu viene como huésped, como amigo, y hay que abrirle la casa con toda la disponibilidad. Súplica, que es hija de la necesidad y del deseo, pidiendo con fuerza y con fe la venida del Espíritu a nosotros, a la comunidad, a la Iglesia. pongo mi vida en tus manos y mi fe. Poco a poco llegarás a inundarme de tu luz; tú cambiarás mi pasado, cantaré. Génesis (11, 1-9) Toda la tierra hablaba una misma lengua y usaba las mismas palabras. Al emigrar los hombres desde oriente, encontraron una llanura en la región de Senaar y se establecieron allí. Y se dijeron unos a otros: - Vamos a hacer ladrillos y a cocerlos al fuego. Emplearon ladrillos en lugar de piedras y alquitrán en lugar de argamasa; y dijeron: - Vamos a edificar una ciudad y una torre cuya cúspide llegue hasta el cielo; así nos haremos famosos y no nos dispersaremos sobre la faz de la tierra. Pero el Señor bajó para ver la ciudad y la torre que los hombres estaban edificando, y se dijo: "Todos forman un solo pueblo y hablan una misma lengua; y éste es sólo el principio de sus empresas; nada de lo que se proponga les resultará imposible. Voy a bajar a confundir su idioma para que no se entiendan más los unos a los otros". De este modo, el Señor los dispersó de allí por toda la tierra y dejaron de construir la ciudad. Por eso se llamó Babel, porque allí confundió el Señor la lengua de todos los habitantes de la tierra, y desde allí los dispersó por toda su superficie. Palabra de Dios CANCIÓN: Ven, Espíritu de Dios. Ven, Espíritu de Dios, sobre mí, me abro a tu presencia, cambiarás mi corazón. Toca mi debilidad, toma todo lo que soy: 1. Relee en silencio profundizando el mensaje 2. Palabra o frases que te hacen pensar más. 3. Resume con un frase el mensaje de este texto. 4. Comparte tus reflexiones. El templo de la creación del cielo y de la tierra era el nombre de un zigurat dedicado a Marduk en la ciudad de Babilonia en el siglo VI a. C. de la dinastía caldea. CANTO: Espíritu Santo, ven. OREMOS unidos al Padre de todos, para que en este día de Pentecostés envíe sobre nosotros los dones de su Espíritu. Espíritu Santo, ven, ven (3) en el nombre del Señor. R./ Envía, Señor, tu Espíritu de Amor Hechos de los Apóstoles (2, 1-11) Todos los discípulos estaban juntos el día de Pentecostés. De repente un ruido del cielo, como de un viento recio, resonó en toda la casa donde se encontraban. Vieron aparecer unas lenguas, como llamaradas, que se repartían, posándose encima de cada uno. Se llenaron todos de Espíritu santo y empezaron a hablar en lenguas extranjeras, cada uno en la lengua que el Espíritu le sugería. Se encontraban entonces en Jerusalén judíos devotos de todas las naciones de la tierra. Al oír el ruido, acudieron en masa y quedaron desconcertados, porque cada uno los oía hablar en su propio idioma. Enormemente sorprendidos preguntaban: ¿No son galileos todos estos que están hablando? Entonces ¿cómo es que cada uno los oímos hablar en nuestra lengua nativa? Entre nosotros hay partos, medos y elamitas, otros vivimos en Mesopotamia, Judea, Capadocia, en el Ponto y en Asia, en Frigia y en Panfilia, en Egipto o en la zona de Libia que limita con Cirene; algunos somos forasteros de Roma, otros judíos o prosélitos; también hay cretenses y árabes; y cada uno los oímos hablar de las maravillas de Dios en nuestra propia lengua. Palabra de Dios 1. Sigue todos los pasos del texto anterior 2. ¿Existen paralelismos? 3. Comparte tus reflexiones — Envíanos, Señor, el don de la sabiduría — Para que sepamos transmitir la Buena Noticia del Evangelio a todos los hombres y mujeres. OREMOS. (Un breve silencio) — Envíanos, Señor, el don del entendimiento — Para que sepamos adaptar el mensaje de Jesús a las circunstancias de nuestro tiempo, descubriendo los signos de tu plan de salvación. OREMOS. (Un breve silencio) — Envíanos, Señor, el don del consejo — Para que seamos capaces de orientarnos correctamente en la elección de nuestra vocación y de nuestro compromiso. OREMOS. (Un breve silencio) — Envíanos, Señor, el don de la ciencia — Para que hagamos nuevos descubrimientos para el bienestar de la humanidad y no para su destrucción. OREMOS. (Un breve silencio) — Envíanos, Señor, el don de la fortaleza — Para que sepamos afrontar los sufrimientos de la vida con esperanza y confianza. OREMOS. (Un breve silencio) — Envíanos, Señor, el don de la piedad — Para que no permanezcamos impasibles ante el sufrimiento de tantos hombres, mujeres y niños de nuestro mundo. OREMOS. (Un breve silencio) — Envíanos, Señor, el don del temor de Dios — Para que libres de toda idolatría, busquemos el encuentro contigo, único Dios y Señor, y así alabemos por siempre tu nombre. OREMOS. DESPEDIDA UNIDAD Y DIVERSIDAD son dos palabras que resumen el sentido de esta fiesta de Pentecostés. Unidad formando comunidad en un mismo sentir y en una misión común. Diversidad enriqueciendo y fortaleciendo la comunidad. Es la fuerza del Espíritu que nos lleva y nos llama a la unidad y a la diversidad de tareas. El regalo que Jesús resucitado da a sus discípulos es la paz y el Espíritu Santo. Los regalos que nos transmite el Espíritu son sus dones. ¡No podemos estar tristes, ni encerrados en nuestras casas, ni tener miedo a las dificultades! ¡Habitados por Jesús, por el Espíritu, construyamos el Reino de Dios con nuestras palabras y obras. Salgamos a anunciar con nuestras vidas que Jesús ha resucitado y que su Espíritu llena la Tierra. (Un breve silencio) CANTO: Canción del testigo LA PAZ El Espíritu se hace presente de manera inconfundible en la vida de los creyentes, estando reunidos en comunión. La confusión de lenguas en Babel, dio como resultado la dispersión de la humanidad. En la nueva etapa, inaugurada en Pentecostés el anuncio de los apóstoles puede ser entendido por todas las naciones de la tierra. Como signo de unión y fraternidad nos damos la paz. La paz esté con nosotros. La paz esté con nosotros. La paz esté con nosotros, que con nosotros siempre, siempre esté la paz. Por ti, mi Dios, cantando voy la alegría de ser tu testigo, Señor. Me mandas que cante con toda mi voz: no sé cómo cantar tu mensaje de amor. Los hombres me preguntan cuál es mi misión; les digo: "Testigo soy". Por ti, mi Dios, cantando voy la alegría de ser tu testigo, Señor. Secuencia de Pentecostés Ven, Espíritu Divino Riega la tierra en sequía, manda tu luz desde el cielo. sana el corazón enfermo, Padre amoroso del pobre; lava las manchas, infunde don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. calor de vida en el hielo, doma el espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Ven, dulce huésped del alma, Reparte tus siete dones, descanso de nuestro esfuerzo, según la fe de tus siervos; tregua en el duro trabajo, por tu bondad y tu gracia, brisa en las horas de fuego, dale al esfuerzo su mérito; gozo que enjuga las lágrimas y reconforta en los duelos. Los FRUTOS del Espíritu Santo son: amor alegría paz tolerancia agrado salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. generosidad Amén. Entra hasta el fondo del alma, lealtad divina luz y enriquécenos. Mira el vacío del hombre, si tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado, cuando no envías tu aliento. El himno más antiguo al Espíritu Santo sencillez dominio de sí Contra esto no hay ley que valga Gálatas 5, 22-25