DA GRACIAS... A DIOS Da gracias, por la vida misma Aunque la tuya no sea la más perfecta, Dios te la dio y el tenerla es ya un milagro Aprende a valorarla. No dejes que en ella encuentre su casa la insatisfacción, el pesimismo, la ingratitud. Da gracias por el aire que respiras Es tan natural y vital y ni cuenta te das de que sin él con seguridad no vivirías. Por cada respiro que des recuerda y ten presente Que Dios lo creó pensando en ti. Da gracias por la luz del sol Es la que te permite veamos el día en esplendor. La que da vida a la hermosura de la creación Y da calor a los seres vivos de la tierra. Da gracias por la noche, Dios la hizo para darnos descanso. Para que la tierra repose del afán del día, Y es cuando realmente puedes relajarte y meditar. Para poder reponer fuerzas para seguir adelante. Da gracias por el agua que cae del cielo, Dios la envía para hacer de nuestro suelo uno fértil y productivo Y es la misma agua que al estar sedientos Calma nuestra sed. Da gracias por las pruebas que llegan a ti No te lamentes cuando estas llegan, Más bien, tómalas de un modo positivo Las pruebas purifican tu espíritu Y te hacen crecer y te fortalecen para enfrentarte a la vida. Da gracias por todo lo que eres, No te quejes de que no siempre es como quieres. Dios se hace presente en todo lo que llega a tu vida, Te acompaña para que puedas superarlo. Nada pasa en balde, de todo aprendemos. Al final verás y entenderás su sentido. Da gracias a Dios por todo, Por las cosas grandes y aun por pequeñeces Ser agradecido es una forma de situarse en la vida. Da siempre gracias... (Dejamos un espacio de tiempo para hacer presente nuestra vida y darle gracias a Dios por TODO lo que nos ha sucedido, incluso lo más difícil) CANTO: Hoy, Señor, te damos gracias Hoy, Señor, te damos gracias por la vida, la tierra y el Sol; hoy, Señor, queremos cantar las grandezas de tu amor. Gracias , Padre, Tú guías mis pasos, Tú eres la luz y el camino, conduces a Ti mi destino, como llevas los ríos al mar. Hoy, Señor, te damos gracias... VOLVER DANDO GRACIAS Evangelio de Lucas (17,11-19) Y aconteció que yendo él a Jerusalem, pasaba por medio de Samaria y de Galilea. Y entrando en una aldea, le salieron al encuentro diez hombres leprosos, los cuales se pararon de lejos, y gritaban diciendo: Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros. Y como él los vio, les dijo: Id, mostraos a los sacerdotes. Y aconteció, que yendo de camino quedaron limpios. Entonces uno de ellos, como se vio que estaba limpio, volvió, glorificando a Dios a gran voz; y postrándose ante él con el rostro en tierra le daba gracias: éste era Samaritano. Y Jesús, dijo: ¿No son diez los que quedaron limpios? Y los otros nueve ¿dónde están? ¿No hubo quien volviese y diese gloria a Dios sino este extranjero? Le dijo: Levántate, vete; tu fe te ha salvado. Respuesta a la Palabra Tu palabra me da vida, Confío en ti, Señor. Tu palabra es eterna, en ella esperaré. Para la reflexión. reflexión El evangelista Lucas nos presenta a Jesús que escucha y cura a diez leprosos . Este relato está lleno de lecciones que no deberíamos olvidar: - Subraya la dignidad y la compasión de Jesús. No espera nada para atender la petición de los leprosos. - Presenta la misericordia de Dios que acoge a todos, a judíos y samaritanos. - Nos recuerda el valor de la oración confiada que nace de la fe en el Mesías Jesús. - Y nos exhorta a recobrar el valor de la gratitud. Todos los leprosos han sido curados físicamente, pero sólo el que ha vuelto a Jesús dando gracias ha quedado «salvado» de raíz. Quien no es capaz de alabar y agradecer la vida, tiene todavía algo enfermo en su interior. (Tiempo de silencio para orar y compartir) SALMO 22 EL BUEN PASTOR El Señor es mi pastor, nada me falta. En verdes praderas me hace recostar; El Señor es mi pastor, nada me puede faltar. me conduce hacia fuentes tranquilas, y repara mis fuerzas; me guía por el sendero justo, por el honor de su nombre. El Señor es mi pastor, nada me puede faltar. Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo; tu vara y tu cayado me sosiegan. El Señor es mi pastor, nada me puede faltar. Preparas una mesa ante mí, enfrente de mis enemigos; me unges la cabeza con perfume, y mi copa rebosa. El Señor es mi pastor, nada me puede faltar Tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida, y habitaré en la casa del Señor por años sin término. El Señor es mi pastor, nada me puede faltar GRACIAS, MADRE, POR TU PRESENCIA, TÚ NOS LLEVAS A JESÚS. GRACIAS, MADRE, POR TU SILENCIO, TÚ ESTIMULAS NUESTRA FE. Gracias porque eres muy sencilla. Gracias porque eres la llena de gracia. Gracias, Madre, gracias. Gracias por tu vida tan callada. Gracias porque vives la Palabra. Gracias, Madre, gracias. Gracias por tu corazón abierto. Gracias por vivir un sí constante. Gracias, Madre, gracias. Porque te abandonas en sus manos, porque siempre vives la esperanza. Gracias, Madre, gracias. Gracias porque tú sigues amando. Gracias porque tú vas actuando. Gracias, Madre, gracias. Porque lo haces todo entre nosotros, porque tú nos quieres como a hijos. Gracias, Madre, gracias. LA GRATITUD, UN ESTILO DE VIDA Cuando la gratitud y el agradecimiento se hacen un estilo de vida, nos convertimos en una sinfonía de compasión, amor y comprensión, y las fronteras que dividen nuestro interior desaparecen en la conciencia de nuestra unidad con Dios y con toda la humanidad, los de cerca y los de lejos...