ACTAS DEL CONGRESO «IV CENTENA­ En cuanto al contenido de las RIO DE LA MUERTE DE SAN JUAN Actas, las comunicaciones presenta­ DE LA CRUZ», Jaén, UNED, 1992, das se 229 págs. histórico-sociales, artístico-documen­ agrupan en cuatro apartados: tales, de literatura y del pensamiento. En la presente publicación se Esta obra supone una recopila­ menciona también la conferencia ción de los trabajos presentados en el inaugural de Víctor García de la Con­ Simposium sobre San Juan de la cha, que versaba sobre San Juan de Cruz, celebrado en Úbeda, durante la Cruz y Santa Teresa en el contexto los días 5, 7 Y 8 de diciembre de jiennense, Para quién escribió San 1991, cuya presidencia de honor la Juan de la Cruz, de José Fradejas Le­ ostentaba S. M. la Reina Sofía. brero, así como la conferencia de Se trataba de estudiar la figura clausura, Presencia y significación del refonnador, el ambiente sociocul­ de la Orden Carmelitana en la pro­ tural y la obra literaria escrita en el vincia de Jaén, de Manuel Caballero entorno específico de Jaén y Granada, junto a todas las implicaciones de su producción. En la presentación, se ha­ ce mención del trágico accidente en el que, cuando aún no había finalizado el primer día del Congreso, perdieron la vida dos de los congresistas, el Dr. Miguel Avilés, catedrático de Historia Moderna y Presidente de la Comisión organizadora de aquél, y su esposa, la Dra. María Palacios, Profesora Titular de Historia Moderna. Desde aquí nos parece obligado Venzalá. El recital de poesía sanjua­ nista estuvo a cargo del poeta-rapso­ da Ramón Molina, así como las po­ nencias de los doctores Cuevas y Nieto, que estuvieron ya empañadas por ese clima de seriedad y tristeza que envolvió todos los actos que tu­ vieron lugar después del primer día. Lamentamos que en las Actas no ha­ yan podido quedar reflejadas tan im­ portantes intervenciones. El contexto social de la espiri­ tualidad de San Juan de la Cruz fue elaborada precisamente por el doctor dejar constancia del afecto que estos Avilés. En ella comenta que, al elegir buenos amigos supieron ganarse en el tema de su ponencia, se había deja­ su tristemente corta estancia en la Se­ de Central. Fueron de esas personas do llevar por el deseo de estudiar desde una perspectiva poco común lo que dejan huella a su paso, por lo que es para mí un honor el hacer la reseña que significó la espiritualidad sanjua­ de un Congreso en el que su presen­ tendencias que se registraron en la cia y su ausencia estuvieron ponien­ do esa inolvidable nota de luces y España del siglo XVI. No existe una sistematización clara de ellas y las ti­ Sombras. pificaciones que se han elaborado nista en el marco de las numerosas 675