ediciones adecuadas de nuestro teatro

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ediciones adecuadas de nuestro teatro
editado conjuntamente por la editorial
clásico ha sido y es apremiante, pero
Reichenberger y la Universidad de
resulta mucho más urgente con esa
Navarra en la colección dedicada al
parcela de los autos sacramentales, en
teatro del Siglo de Oro. El citado vo­
los últimos años reivindicados no sólo
lumen es el resultado del despegue
como expresión de una ideología reli­
iniciado, bajo la dirección de Angel
giosa concreta, sino como obras de ar­
L. Cilveti e Ignacio Arellano desde la
te (integrando ética y estética), obras
citada Universidad, en la publicación
de arte complejas que ponen en evi­
sistemática de los casi 80 autos calde­
dencia todos los recursos de la palabra
ronianos. Iniciativa acogida, por otra
poética y del espectáculo, que son par­
parte, a los auspicios estatales (indis­
te de una celebración festiva de la co­
cutiblemente necesarios en la realidad
lectividad social y que resultan muy
investigadora del momento) de ayu­
aptas para el estudio de todos los nive­
das a la investigación.
les del arte, la cultura y la historia que
El citado proyecto ya ha dado sus
se ponen en juego: música, escenogra­
primeros frutos. En primer lugar la
fía, poesía, religión, política, fiesta...
edición crítica del auto El divino Ja­
En fin, algunos errores de impre­
són (Reichenberger, 1992), preparada
sión (éste sin acento en p. 7, lo mismo
por los autores de este libro; y ahora la
con esté en p. 20, corte incorrecto de
bibliografía crítica, que se configura
palabra al final de línea en p. 16 . . )
como el segundo volumen de la serie.
son únicamente pequeñas faltas de un
La presente obra hay que consi­
volumen valioso por sí mismo, pero
derarla como la bibliografía anotada
también por las perspectivas que con
más extensa -ya que recoge 1365
él se abren y que sitúan al calderonis­
entradas- y, por lo lanto, más impor­
mo español en un lugar privilegiado..
tante sobre estudios realizados hasta
.
1991 del auto sacramental, en gene­
LUCIANO GARCfA LORENZO
ral, y del calderoniano en particular,
lo que la convierte en obra de referen­
cia básica para los investigadores de­
CILVELTI. ANGEL L.
y
ARELLANO.
IGNACIO (1994). Bibliografía crí­
tica para el estudio del auto sa­
cramental con especial atención a
Calderón. Kassel: Reichenbergerl
Universidad de Navarra.
dicados a este campo.
La obra, como su título indica, es­
tá concebida como una bibliografía
fundamental sobre el auto en general,
de aquí que se recojan aquellos estu­
dios, que desde distintos enfoques se
han llevado a cabo sobre el género en
su larga trayectoria, desde que venía
Acaba de publicarse la bibliogra­
gestándose en la Edad Media y avan­
fía crítica sobre el auto sacramental
zando a lo largo del s. XVI hasta llegar
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al género específico en Calder6n, sin
para llevar a cabo con escrupulosidad
olvidar su posterior renacimiento en
y rigor la edición de los autos. Traba­
el s.XX como muestra de renovación
jo queda, desde luego. para futuros
dramática.
calderonistas.
En la citada bibliografía tienen
Finalmente, y ante la imposibili­
cabida, de acuerdo con un criterio de
dad de que toda nómina bibliográfica
exhaustividad, no sólo los libros espe­
sea exhaustiva, citaré a continuación
cializados sino también numerosos
algunos títulos que bien pudieran te­
artículos de revistas, diversas tesis
ner cabida en este volumen. En pri­
doctorales, algunas ediciones críticas
mer lugar consignaremos dos trabajos
(aquéllas que los autores han conside­
que tienen que ver con las representa­
rado relevantes) y recensiones de los
ciones teatrales del Siglo de Oro en la
estudios. Los diferentes trabajos van
capital toledana: Francisco Asenjo
acompañados de un breve comenta­
Barbieri (1889) «Migajas de la histo­
rio, crítico en numerosas ocasiones y
ria». Toledo, VII, 1-2; vm, 6; IX, 2-
meramente informativo en otras. Fi­
3; X. 2-4: XI, 1-2; XIV, 5-6; y XVI,
nalmente el libro se cierra con los ín­
4-5, donde el autor en varias entregas
dices -<le obras, onomástico, toponí­
nos ofrece una relación cronológica
mico y temático- recopilados por
de las danzas y autos representados
Eva Reichenberger, los cuales confie­
durante los siglos XVI y XVII en la
ren utilidad práctica a la obra.
capital toledana durante las fiestas del
El libro, en líneas generales, res­
Corpus; y Francisco de Borja San Ro­
ponde a una necesidad patente: la de
mán (1935). Lope de Vega, los cómi­
recoger el material existente como ta­
cos toledanos y el poeta sastre (serie
rea previa para abordar las sucesivas
de documentos inéditos de los años
ediciones críticas de los autos sacra­
1590 a 1615). Madrid: Imprenta Gón­
mentales calderonianos. Tarea, en
gora, en el que se documentan las
apariencia modesta y mecánica pero
compañías que representaron en To­
de cuya utilidad para el progreso de la
ledo los autos de las festividades del
investigación literaria es innegable,
Corpus en los años abordados. En se­
ya que constituye el cimiento más so­
gundo lugar un par de títulos que po­
lido de cualquier trabajo posterior.
nen de manifiesto la revitalización del
En resumen. la obra constituye
auto sacramental en el segundo cuar­
un trabajo valioso tanto para los espe­
to del siglo XX: Mariano de Paco
cialistas como para aquéllos que quie­
(1992). «El auto sacramental en los
ran iniciarse en el abstruso campo de
años treinta», 265-273. En El teatro
las síntesis teológicas y la compleji­
en España. Entre la tradición y la
dad intelectual del auto. Confiamos
vanguardia
en que el presente repertorio biblio­
CSICrrabacalera; Jesucristo Riquel­
gráfico sirva de materia preparatoria
me (1990). El auto sacramental de
(1918-1939). Madrid:
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Miguel Hernández. Alicante: Técnica
«Tumbull Lectures» han sido cuida­
Gráfica Industrial; Theodore S. Be­
dosamente editadas y anotadas con
ardsley (1973). «El sacramento de­
profusión por Ronald Schuchard. El
sautorizado. El hombre deshabitado
propio Eliot tuvo la intención de pre­
de Alberti y los autos sacramentales
sentarlas ampliadas en forma de libro
de Calderón». 93-103. En Studia Ibe­
bajo el título de The School of Donne,
rica. Festschrift für Hans Flasche.
junto con otros dos volúmenes, como
Bern-München: Francke.
parte de una trilogía sobre el Renaci­
miento en Inglaterra que se hubiera ti­
AGUSTINA TORRES LARA
tulado The Dissintegration of the In­
teflect. Sin embargo, abandonó el
proyecto, en un principio desanimado
ante el escaso éxito que las ocho con­
ELlOT, T.S., The Varieties of Meta­
ferencias tuvieron en Cambridge y las
physical Poetry. (ed. & introd.
críticas adversas que le formularon
Ronald Schuchard). London: Paber
Herbert Read y Mario Praz. Otros
and Faber, 1993, 343 páginas.
compromisos le impidieron dedicar el
tiempo necesario para introducir las
setenta
modificaciones que el autor ya enton­
años, por fin se han publicado las fa­
ces juzgaba imprescindibles. En 1931
mosas «Clark Lectures» que T.S.
Eliot consideró que era demasiado
Eliot pronunció en el Trinity College
tarde para publicar el libro sobre
de Cambridge en 1926. Hasta ahora,
Donne y, aunque dos años después re­
sólo unos pocos investigadores habían
visó el texto para dictar las tres
tenido acceso al ejemplar mecanogra­
«Tumbull Lectures» en la universi­
fiado que se conserva en la biblioteca
dad Johns Hopkins, tampoco envió a
del King's College de Cambridge o a
la imprenta esta segunda versión,
su correspondiente copia depositada
abreviada y con bastantes modifica­
en la biblioteca Houghton de la uni­
ciones respecto a la de 1926. En una
versidad de Harvard. En consecuen­
carta a su hermano Henry, fechada el
cia, el publico únicamente conocía al­
30 de diciembre de 1936, T.S. Eliot
gunas breves citas reproducidas fuera
expresó su deseo de que las conferen­
de contexto y resúmenes de ciertos
cias nunca fueran publicadas y las ca­
fragmentos parafraseados en estudios
lificó de «pretenciosas e inmaduras»,
críticos, pero las 184 páginas seguían
al mismo tiempo que prohibía citar
siendo un misterio para la mayoría de
fragmentos de ellas sin su propio per­
los lectores.
miso por escrito. La razón última por
Inéditas
durante
casi
El secreto que rodeaba las confe­
la que Eliot decidió abstenerse de pu­
rencias acaba de desvelarse con este
blicar las conferencias probablemente
volumen en el que las «Clark» y las
estriba en el hecho de que, tras su
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