REFLEXIONES DE LA HNA. MARINA “Tener debemos también muy por cierto que los frutos de la oración consisten en asemejar nuestra vida a la de nuestro amorosísimo Jesús, buscando en aquel divino ejemplar lo sólido de las virtudes” “Con esta consideración han de andar vigilantes en atender las inspiraciones de Dios y a conformar la vida con la de Cristo nuestro Bien, que éste es el modelo que se nos ha dado para que nuestros pasos sean rectos” “Tanto se camina a Dios, cuanto se vencen las pasiones y se niega la propia voluntad” “A la perfecta obediencia sólo se le permiten los ojos para ver si lo mandado contradice la Ley santa de Dios, pro no contradiciendo, se han de cerrar a todo lo demás, no haciendo aprecio del gusto o disgusto, mortificado nuestros quereres queriendo sólo lo que Dios quiere” “Debe ser este amor para que sea muy ordenado y perfecto benigno y afable, queriéndose unas a otras en Dios y para Dios. Y así será sufrido, que es lo que su Majestad quiere para que pueda llevarse bien la de semenanza de los genios y la diversidad de naturales, Este amor par que sea recto debe ser muy inclinado a ayudar al prójimo par ir a Dios, suavizándole el como no en cuanto hallar posible de su parte el amor al prójimo no de otra manera se realiza y perfecciona” “Sabida cosa es que tanto nos llegamos amorosamente a Dios, cuanto por su amor con mayor caridad amamos, servimos y sufrimos a nuestros prójimos.” “Vemos en el número de la Iglesia, marcadas con el carácter de Jesucristo y señaladas con la insignia real de las Hijas de su Santísima Madre, bastaría para deshacernos en su honor” “Deberían elevar a Dios su corazón deseándole saber agradecer a su Majestad un favor tan grande como en verdad es el poder cooperara la salvación de unas almas, en cuyo precio gasto los tesoros infinitos de su poder y de su amor” “Váldranse siempre para obrar con rectitud, del amparo de la Santísima Virgen a quien deben mirar como madre amorosísima, teniéndola como ejemplar en todo lo que obraren.”