TEMA: LA ANUNCIACIÓN DE LA ENCARNACIÓN DE CRISTO TEXTO: Lucas 1:26-38; Mateo 1:18-25; Gálatas 4:4-7. INTRODUCCION Todas las obras maravillosas realizadas por Cristo durante su ministerio terrenal, y todo lo demás de su misión manifestado en un despliegue de poder y gloria solamente tiene una explicación: él es el Hijo de Dios encarnado. Su nacimiento virginal es la primera y más importante de las bases fundamentales de la Cristología. Aparte del hecho de su encarnación maravillosa, Cristo bien podría ser comparado con cualquiera de los grandes profetas de Dios, en cuanto a su historia. Es más, si el nacimiento de Jesús no fue algo extraordinario, si él no es más que el hijo de José y María, entonces tendrían razón todos los que enumeran a Cristo entre los grandes hombres de la historia humana y únicamente ocuparía un lugar destacado entre los grandes líderes de Dios y aun entre los paganos. Pero su encarnación y su nacimiento virginal, igual que su vida de pureza inigualable son evidencias innegables de su divinidad. La única esperanza para la salvación del hombre era que alguien que fuera verdadero Dios y verdadero hombre se presentara como sacrificio redentor. Por eso fue que el Verbo, que es Dios, se hizo carne y vivió una vida humana perfecta para servir así como ofrenda por el pecado. El tiene los méritos suficientes por cuanto es Dios y puede compadecerse genuinamente de nosotros por cuanto es humano. En la lección de hoy recordaremos una vez más los incidentes que componen la historia de la encarnación. l. EL MILAGRO DE LA ENCARNACIÓN DE CRISTO Lucas 1:26-38 A. El anuncio En otros estudios hemos considerado la importancia del ministerio de los ángeles en la revelación de los planes y . propósitos de Dios para con la humanidad. Los ángeles están muy relacionados con la vida y el ministerio de Cristo. En Lucas 1 :26, 27 se nos empieza a describir el emocionante relato de la anunciación. Gabriel, uno de los principales ángeles que rodeaban el trono de Dios, bajó al mundo para visitar una humilde joven judía que estaba comprometida con un carpintero. Tanto María como su prometido, José, pertenecían al linaje real de la casa de David, pero sus nombres eran desconocidos y vivían en relativa pobreza. Ellos vivían en la ciudad llamada Nazaret que está situada en un bello valle en las últimas estribaciones o faldas de la sierra del Líbano, al sur. El anuncio angelical le llegó a esta joven unos seis meses después de que su parienta Elisabet, esposa de un sacerdote de Judá había tenido una experiencia muy parecida. B. La instrumentalidad de una virgen Pregunta: ¿Por qué se turbó María al escucharar el saludo y las noticias que el ángel le expresó' El saludo que el ángel le expresó a María era especial: denotaba "gozo" y "bienaventuranza". La palabra "salve" se da aquí como traducción del término griego que significaba, "¡Salud!" o "¡Saludos!" Seguidamente, el ángel le asegura a la joven que el Señor estaba con ella y que le había concedido la bendición que casi todas las mujeres de su tiempo deseaban con todo su corazón: ser la madre del Mesías prometido. Para sacar a María de su estado de turbación por lo emocionante y hermoso de aquel mensaje, el ángel le dice que no tema, porque ha "hallado gracia delante de Dios" (Lucas 1 :30). Es probable que hubieran muchas mujeres que se consideraban dignas y capaces de servir de medio para el nacimiento del Mesías, pero Dios siempre escoge para el cumplimiento de sus propósitos a la persona que ha hallado gracia delante de él. Y esta palabra, "gracia", es quizá, la mejor explicación de todo lo que estaba ocurriendo. La venida de Cristo para la salvación de los pecadores es un acto de pura gracia de parte de Dios. C. Un nombre de sublime esperanza El ángel Gabriel no sólo le dijo a María que daría a luz un hijo sino que también le indicó cuál debería ser su nombre. El nombre "Jesús" significa literalmente: "Jehová es ayuda o salvación." El ángel le indicó a la virgen que su hijo se llamaría JESUS, porque él salvaría a su pueblo de sus pecados (Mateo 1:21). Pero, aunque es verdad que él vino a salvar primeramente a su pueblo: los judíos, también es cierto que en Juan 3:16 él mismo dijo: "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna." De manera que la salvación provista por Jesús no se limitaría al pueblo de Israel únicamente, sino que abarcaría a todo aquel que creyere en él. De acuerdo con lo expuesto anteriormente, el cristiano reconoce que en el nombre "Jesús" está incluida no sólo la misión del Hijo de Dios sino también el propósito especial de Dios de salvar a los pecadores. Por esto es que ese nombre sin igual tiene un valor inigualable para todos los que creemos en el Señor. En Lucas 1:34, María no presenta un argumento con carácter de duda o contradicción. Su pregunta, "¿cómo será esto?" tiene una razón. La razón de esta pregunta, nacida más bien del asombro que de la incredulidad, se explica en la declaración sincera que ella hace al decir "pues no conozco varón". No se observa en ella la actitud de duda y sarcasmo de Sara (Génesis 18:11-15), ni la demanda de señal de parte de Zacarías cuando el ángel le anunció el nacimiento de Juan (Lucas 1: 18-20), sino una humilde declaración de su asombro impregnado de un regocijo inefable. Por otra parte, María sabía muy bien que el glorioso acontecimiento que estaba por ocurrir en su vida produciría malentendidos y causaría reproches, especialmente de parte de su prometido, quien, al enterarse de todo optaría por denunciarla como infiel y quizá divorciarse de ella. Sin embargo, de esto se encargaría el mismo Dios que la había escogido como vaso especial para la encarnación de su Hijo. Pregunta: ¿Cómo se manifieta la Trinidad divina en la encarnación de Jesucristo, según Lucas 1 :351? Algunos confunden al Espíritu Santo con el poder de Dios, negando así la personalidad o subsistencia individual del Espíritu de Dios, la tercera persona de la Trinidad. Aquí se indica que el Espíritu Santo, por una parte, vendría sobre la virgen, tal como "se movía sobre la faz de las aguas" en la creación. Pero quien efectuaría realmente el acto de engendrar la humanidad de Jesús sería "el Altísimo", por medio de su "poder". Dos cosas deben aclararse aquí: En primer lugar, el Espíritu Santo no engendra por sí solo a Jesús sino que actúa como rector de ese acto divino. Por eso es que el ángel explica que, "el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios". En segundo lugar, no se debe confundir "el poder del Altísimo" con la persona del Espíritu Santo. También cabe enfatizar aquí que este es únicamente el proceso de la humanización del Hijo de Dios y no contradice su preexistencia. La segunda persona de la Trinidad, haciendo un paréntesis en la eternidad se encarna en la historia. La razón del testimonio referido en Lucas 1:36 concerniente al milagro realizado en Elisabet quien concibió un hijo en su vejez a pesar. de ser estéril se da como una preparación a la declaración del versículo 37. Aquí Gabriel asegura que "nada hay imposible para Dios". Pero al ser humano le es más fácil entender las promesas de Dios para el futuro sobre la base de hechos ya ocurridos. María no sólo recibió con beneplácito esta noticia sino que la usó como prueba del poder maravilloso de Dios en el que confió decididamente, tal como se lo expresa al ángel, diciendo: "Hágase conmigo conforme a tu palabra." Enseñanza práctica: En esta primera parte de la lección, además de la grandeza del poder de Dios manifestado en el milagro de la encarnación de Jesucristo, nuestra atención es cautivada en tomo a la persona de María. Dos cosas se deben destacar aquí: En primer lugar debemos considerar la humildad de esta mujer joven. En la Biblia no se nos dice más acerca de su familia ni de sus circunstancias, pero bien podemos suponer que era una familia pobre y dada al trabajo, como también a la vida religiosa. Esto último se deduce de la instrucción que recibió Jesús en su niñez, lo cual refleja la formación hogareña de su madre. Casi lo mismo se puede decir de José. Es de admirar, pues, la gracia de Dios al elegir a este humilde pero devoto hogar para darle la dicha de que en su seno naciera el Hijo de Dios encarnado. Dios escogió a esta familia por sobre miles de familias de alta posición y de mayores pretensiones. En segundo lugar debemos considerar el uso que Dios hace de medios humildes para la realización de cosas grandes. María, en su humildad y sencillez era la persona que mejor podía desempeñar el noble y distinguido papel de ser la madre de Jesús el Salvador. Nosotros debemos imitar a María en su actitud ante el anuncio del ángel. Si Dios nos da un privilegio, aceptémoslo con fe y humildad a fin de ser objeto de mayores bendiciones del Señor.