1 GLADIATOR (2000). EL CINE Y SU APLICACIÓN DIDÁCTICA INTRODUCCIÓN Nacionalidad Estreno Duración Dirección Intérpretes USA 19-05-2000 110 m. Ridley Scout Russell Crowe (Máximo) Joaquin Phoenix (Cómodo) Richard Harris (Marco Aurelio) Djimon Hounsou (Juba) Oliver Reed (Próximo) Connie Nielsen (Lucilla) La película de Ridley Scott Gladiator (pronúnciese en latín y no en inglés) ha supuesto la reactivación del género de lo que se solía llamar “películas de romanos” o lo que los entendidos llaman “peplum”. Fernando Lillo Redonet, en su libro “El cine de romanos y su aplicación didáctica”, ed. Clásicas, Madrid, 1994, mostró diversas formas de acercamiento a este cine y a cómo sacar partido de lo que ese “cine de romanos” puede aportar. Hemos pretendido ofrecer un ejemplo de acercamiento al mundo clásico a través del cine y, en particular, de una película que ha marcado un hito dentro del cine actual, al saber conjugar recreación histórica clásica con sofisticados y modernos efectos especiales. I - ROMA: HISTORIA Y EXPANSIÓN La película, como es evidente en una “película de romanos”, está localizada temporal y espacialmente en la Roma, en concreto en la Roma Imperial. El carácter pseudo-histórico de la película, muy de moda en la actualidad en el ámbito de la literatura gracias al subgénero de la novela histórica, va a ser el guía de este apartado del estudio de la Antigüedad y de Roma. Analizar la veracidad y fidelidad de los hechos narrados en la película en relación con la realidad histórica y las desviaciones y falsedades históricas de la película pueden ser un hilo conductor del tema histórico, ya que la recreación de un pasado y de una época tan arraigada en los cimientos de la cultura occidental nos obliga a comprobar qué hay de verdad y qué hay de ficción en esta recreación histórica. En concreto, la acción nos lleva al momento histórico que va de los últimos momentos de la vida del emperador Marco Aurelio, tras su victoria sobre los germanos marcomanos cerca de Vindobona (actual Viena) (178-180 dC.), y la sucesión al trono de éste por parte de su hijo Cómodo, con quien se pone fin al período conocido generalmente como Alto Imperio y a la dinastía de los Flavios y tras el cual se dibuja la crisis y decadencia del Imperio, abriéndose Roma camino hacia el Bajo Imperio. Marcus Annius Aurelius Verus (Marco Aurelio) llegó al poder en el año 161 d.C, tras suceder a Antonino Pío. Contaba con 40 años de edad, y con una sólida formación humanística, de lo que se infiere fácilmente, que fuera conocido por todos como “el filósofo”. Hallándose el emperador en Vindobona, murió aquejado de peste, el 17 de marzo del año 180, y no en manos de su hijo Cómodo, como induce a creer el filme. 2 Marco Aurelio, no sin dificultades, alivió el peso fiscal del Imperio sobre los más desfavorecidos, al tiempo que hacía considerables esfuerzos por proteger las fronteras de Roma, y aún ampliar el territorio, cuyos confines eran sobradamente vastos, ya por aquél entonces. La afinidad que le unía al emperador precedente, Trajano, contribuyó a situarle en la línea sucesoria. Ambos eran de origen hispano, como el general Máximo en el filme. El cosmopolitismo que destila la película da a entender la vastedad de un Imperio que sólo una conducta recta podía preservar. Por ello, son muchos quienes defienden el restablecimiento de la República, como la solución más efectiva para combatir el despotismo de muchos emperadores, cuya política se basaba en una mezcla de exceso y represión, necesaria para contener a una población ávida de justicia social, y contraria al abuso de los poderosos. Para Cómodo, la única solución al descontento popular parecía ser una fórmula aparentemente infalible: panem et circenses, o lo que es lo mismo, alimento y diversión. La base del alimento, que se materializaba a través de la annona (reparto de trigo y otros alimentos de primera necesidad), la constituía, como no podía ser menos, el producto final del ingrediente principal: el pan. La diversión, por otro lado, estaba garantizada sobre la base de los espectáculos que se celebraban en el coliseo y en el circo. Hay que resaltar que durante un segundo o dos en una silla en la que se sienta Cómodo mientras habla con su hermana se leen abreviaturas del tipo a las que aparecen en las inscripciones IMP. CAES., etc. Hasta aquí historia y film van unidos. En la película, desviándose de la historia que nosotros conocemos, la trama pseudo-histórica nos cuenta que Marco Aurelio, cercano a la muerte, propone a su general en jefe Máximo que devuelva Roma a la República, así como su intención de no transferir el trono a su hijo Cómodo, encargo que Máximo acepta no muy gustoso. Cuando Marco Aurelio informa a su hijo de su decisión, no encuentra la comprensión de este, que lo asesina (hecho que la historia no parece reflejar) y decide asumir el imperio. Cuando pide fidelidad a Máximo, este se la deniega y, tras el intento fallido de ejecución del general por parte de la guardia pretoriana y el asesinato de la familia de Máximo, comienza el desarrollo de la obra: el fin de Máximo será la venganza. Se nos pinta a un emperador enloquecido (no debía ser muy distinto en la realidad) y a un general inverosímilmente convertido en gladiador, centrándose el final de la película en su enfrentamiento y desafíos. Esta sinopsis podría hacernos pensar en un típico protagonista de las modernas películas de acción, pasado por los filtros del cine histórico. Sin embargo, el personaje de Máximo resulta muy diferente a esos héroes unidimensionales a los que Hollywood nos tiene acostumbrados, ya que en él se dan cita muy diversos y sugestivos matices: antes que un guerrero implacable acuciado por la sed de venganza, es un jefe responsable, un camarada leal, y, ante todo, un hombre devoto de su familia, que desea volver a su hacienda de Hispania para recoger sus cosechas. Ciertos rasgos del personaje de Máximo, como su religiosidad, su modestia, su capacidad de ternura, incluso el fatalismo estoico con el que sobrelleva el dolor por la cruel pérdida de sus seres queridos, resultan más que infrecuentes en el cine de consumo de estos últimos tiempos. Ahora bien, si Máximo es el que nos emociona, el personaje más jugoso y complejo psicológicamente es Cómodo, que se desmarca del tópico del malo de la función. Paradójicamente, es el más débil de toda la película: un hombre atormentado y acomplejado por su falta de carisma, víctima de un amor imposible y escandaloso, y corroído por la envidia hacia Máximo, porque en realidad fue él el que le arrebató el papel de hijo del César. La coraza blanca que lucía Cómodo durante la lucha con Máximo al final, es una reproducción exacta de la famosa coraza de Augusto, el Primer Emperador de Roma. De hecho, éste aparece con ella en su escultura más conocida, 3 pero no pintada de blanco. En la vida real, Cómodo fue realmente el único Emperador Romano en la historia que luchó como gladiador en la arena. Sin embargo, el lo hizo en varias ocasiones, no solo una vez; además, el no murió en la arena, sino que fue estrangulado en su vestuario por un atleta llamado Narcissus. La banda sonora de la película, realizada por Hans Zimmer, es un gran trabajo. Se aleja bastante de esas composiciones suyas que no logra combinar acertadamente con las imágenes que surgen de la pantalla. Al contrario, su música es aquí una auténtica banda sonora, una verdadera música de cine. Temas como los que se escuchan durante la batalla (y sobre todo antes de que ésta se produzca), con la llegada del emperador a Roma y, sobre todo, el fragmento melódico que oímos cuando el protagonista reza antes de partir a su hogar, demuestran la gran capacidad creativa del compositor alemán. No obstante, presenta otros momentos sublimes a la vez que breves; tal sucede cuando Máximo avanza hacia su casa intentando evitar la tragedia. La música de Zimmer se adapta magistralmente al cabalgar del caballo, una auténtica maravilla Junto a ello, a lo largo de la película, en diversos pasajes, se nos recuerda otros momentos importantes de la historia de Roma: hacia el minuto 80 de la película, cuando Máximo y sus compañeros gladiadores salen a escena en el Anfiteatro Flavio, el “presentador” de los juegos recuerda a sus conciudadanos que allí se va a recrear la famosa batalla de Zama, donde el romano Publio Cornelio Escipión derrotó a los ejércitos del bárbaro cartaginés Aníbal, en el año 202 a. C. y que supuso el final de la Segunda Guerra Púnica y la extensión de Roma por nuevos territorios del Mediterráneo Occidental. Más adelante, hacia el minuto 125 de la película, cuando Cómodo juega con su sobrino Lucio Vero y éste muestra su admiración por Máximo, “el liberador de Roma”, el emperador alecciona a su sobrino a partir de libros de historia sobre el futuro que espera a los traidores al emperador; le habla entonces del emperador Claudio (ejerció el “imperium” del 41 al 54 d. C.) y de cómo sus más allegados intentaron asesinarlo, pero, al enterarse él mismo con antelación, tomó las medidas oportunas para evitar su muerte, haciendo asesinar a la entonces su esposa, Mesalina, y a su amante Cayo Silio. Junto a estas escenas, es necesario citar la constante obsesión y contraposición entre el emperador Cómodo y el senador Graco, reflejo de la oposición entre la vieja aspiración de muchos romanos (e incluso del propio Marco Aurelio según la película) de volver a la República y el talante de los emperadores y de algunos de sus seguidores (como los pretorianos) defensores del “imperium”, al tiempo que nos recuerda la oposición entre Cómodo y su padre Marco Aurelio, que, como otros emperadores de la familia antonina, intentó tener siempre de su parte al senado confiriéndole más atribuciones que las que los Julio-Claudios y Flavios le confirieron, mientras que Cómodo les restó importancia y atribuciones, persiguiendo a senadores sospechosos (como hiciera Nerón), siendo esta una posible causa de su derrocamiento. Análisis: 1.º.- La reiterada obsesión reflejada en la película por los ideales de la vieja República y por devolver el poder al senado, tal cual le pide Marco Aurelio a Máximo antes de que muriera , es el momento oportuno para estudiar el segundo gran período histórico de Roma (el primero es el de la Monarquía de Roma, desde el 753 a. C. hasta el 509 a. C): la República, desde el lejano 509 a. C. hasta el año 30 a. C., en el que muere Marco Antonio, año que se toma como crucial ya que deja el camino expedito a Octavio para su definitivo ascenso político hasta el llamado Principado. 2.º.- La aparición de personajes históricos como Marco Aurelio y Cómodo, dos emperadores, y la idea del gobierno de emperadores depravados (motivo recurrente en las películas de romanos; sin ir más lejos, podemos mencionar a Tiberio, 4 Calígula y Nerón en “Yo, Claudio” o Nerón en varias películas “de romanos”), nos conduce inevitablemente a hablar del tercer gran momento de la historia de Roma: el Imperio, desde el 27 a. C. hasta el final de Imperio romano y su división en dos hacia el siglo V. El carácter autoritario de este sistema político está bien reflejado en la película. 3.º.- En relación con la República y con el Imperio, se nos plantea un importante apartado dentro de la historia de Roma que de siempre ha fascinado a todos aquellos que se han acercado a su historia, su expansión por el Mediterráneo y otros territorios: de pueblecito del Lacio al vasto imperio de la época de Adriano. Compaginando el estudio histórico y geográfico puede hacerse más entretenido el estudio de la romanización. Podemos tomar como referentes de la película el hecho de que la batalla inicial se lleve a cabo contra los germanos cerca de Vindobona (actual Viena); que Máximo Décimo Meridio es hispano (de hecho vive cerca de Emérita Augusta o Mérida); en el Coliseo van a rememorar la batalla Zama, punto final de la Segunda Guerra Púnica; se cita a Marco Antonio y Cleopatra, amor sólo posible por la conquista romana de Egipto; los gladiadores del grupo de Próximo, al que pertenece Máximo, inician su andadura y sus primeros combates en algún punto de lo que sería Mauritania (en la película el poblado se llama Zucchabar, en la actual Argelia). 4. º.- Por otro lado, la expansión de Roma sólo fue posible gracias a la imponente máquina de guerra que fue el ejército romano en su conjunto. La película comienza con la impresionante batalla en los bosques de Germania , donde se puede ver a los diversos destacamentos de infantería y caballería, las armas de corto y largo alcance, las máquinas de guerra, los generales, los estandartes de la legión (recuérdese el grito de guerra: “¡Por la Victrix!” y “Fuerza y honor”). Por otro lado, la escena en que Máximo se “borra” la marca de la legión de su brazo, SPQR (abreviatura de la denominación política de Roma, Senatus Populusque Romanus). Tanto las secuencias bélicas como las que describen la arquitectura de la Roma imperial son asombrosas, tanto por su perfección plástica (la imagen del exterior del Coliseo, contemplado desde abajo por los ojos asombrados de Máximo y sus camaradas gladiadores, es muy hermosa) como por su rotundidad y vigor. De entre todos los ejemplos que se podrían citar a este respecto, yo prefiero destacar la secuencia que abre la película (la batalla en los bosques de Germania), que deja al espectador literalmente pegado a la butaca durante toda su duración. No puede hacerse ningún reparo a su enérgica plasticidad, procedente no sólo de los detalles violentos y sanguinarios, sino de su precisión y detallismo. Y se puede ver que una de las legiones que aparecen dispuestas a la batalla, es la Legio VII que fue la que se asentó en España, sentando las bases para la fundación de la actual ciudad de León 5. º.- La presencia de personajes históricos (bien como elementos básicos del transcurso de la narración cinematográfica, bien sólo citados en algún momento del film), frente a personajes creados “ad hoc” para la película, nos puede llevar a revisar la historia de Roma a través de estos personajes, es decir, hablar de las épocas relevantes de la historia de Roma a partir de los personajes claves de la misma. Para la República, podríamos fijarnos en Publio Cornelio Escipión, por su importancia en la Segunda Guerra Púnica, ya que, gracias a su victoria sobre Cartago, Roma se deshizo de un peligroso enemigo, Aníbal, de un pueblo rival, el cartaginés, y, además, supuso la expansión definitiva y el asentamiento continuado de los romanos en el Mediterráneo Occidental: Hispania y Mauritania. También dentro de la República deberíamos hablar de Cayo Julio César, que dará nombre o título a los emperadores, por cuanto supone el inicio del tránsito del poder político oligárquico al poder político unipersonal y porque logró la conquista de las Galias y la delimitación y el enfrentamiento con los pueblos germanos e incluso el enfrentamiento con los habitantes 5 de Britania. También podríamos hablar de Marco Antonio y Cleopatra (historia de amor a menudo representada en el cine y en el teatro), que a su vez encierra un doble análisis: la expansión de Roma por el Mediterráneo Oriental (Egipto) y la formación del segundo triunvirato entre Marco Antonio, Lépido y Octavio, que finalizó con el ascenso político de éste último hasta el Principado, es decir, el inicio del Imperio Romano; téngase en cuenta además la relación de Cleopatra con César, del que tuvo un hijo, Cesarión. La figura misma de Octavio Augusto debe ser analizada por ser el inicio de la época imperial romana. La cita en un momento de la película del nombre de Claudio es también excusa para hablar de él y de la familia Julio-Claudia (recuérdese el “Yo, Claudio” de Robert Graves). Por último, la persona de Marco Aurelio y la de Cómodo nos han de bastar para que se explique la oposición de personalidades entre el emperador filósofo y el emperador gladiador, entre la templanza y el buen gobierno y la desmesura y el descontrol, el final del auge del Imperio y el inicio de la decadencia y la crisis. Por otro lado, podríamos hilar más fino e intentar ver en la figura de Máximo un nuevo Cincinato (Lucio Quincio Cincinato, 450 aC.): la conocida historia de Cincinato cuenta cómo el senado romano en un momento de crisis hizo venir de sus campos a Cincinato y le ordenó sacar a Roma de dicha crisis; así lo hizo, pero una vez acabada su tarea, se volvió a sus campos, se dedicó a sus tareas agrícolas y dejó de lado de nuevo la vida urbana y política; cuando Marco Aurelio le pide a Máximo que devuelva a Roma la República, le está haciendo un encargo parecido y la única condición que pide Máximo es volver a casa con su mujer y cuidar sus campos. También existió un general romano, de origen hispano, llamado Máximo. Fue nombrado emperador sobre Britania, Galias y todas las provincias hispanas entre los años 384-388 d. C. Fue derrotado y muerto en la batalla de Aquileya. II - ARQUITECTURA Y URBANISMO 1.º - Roma en el siglo II después de Cristo En el siglo II, Roma pudo contar más de 1.200.000 habitantes. Dentro de la ciudad de Roma, una ciudad que en época imperial llegó a tener un perímetro de casi 20 km., 11 acueductos que suministraban 1000 millones de litros diarios, 11 termas, 423 barrios, 190 graneros, 254 molinos y unas 1152 fuentes. Podemos encontrar distintos tipos de edificios y construcciones entre las que destacan los foros imperiales (antes y ahora). Estaban adornados con monumentos y estatuas que cada gran emperador hizo erigir cerca del viejo foro republicano. La élite escuchaba los discursos de los abogados en las basílicas, donde se administraba justicia, y las conferencias de los filósofos en las salas de recitationes. La élite y la multitud se mezclaban en el teatro, en el circo, en los combates del anfiteatro (el Coliseo de los Flavios) y en los grandes desfiles victoriosos, en los que el imperator, al frente de sus tropas, de los prisioneros y del botín conquistado, pasaba bajo un arco de triunfo decorado con bajorrelieves y con inscripciones, y ascendía por la vía Sacra hasta el Capitolio, para dar gracias a Júpiter. En la ciudad romana el centro de la vida urbana era el foro. Era el lugar de reunión, centro de la vida política, económica, judicial y religiosa. En Roma, por ejemplo, las horas de máxima animación eran las del mediodía. Desde el amanecer 6 hasta las cuatro de la tarde estaba prohibido el tráfico de carros por el foro, circulando sólo los peatones. Los ricos utilizaban para sus desplazamientos literas transportadas por esclavos. En los alrededores de los foros se levantaron distintos mercados. Había un macellum, dedicado a la venta de toda clase de comestibles. Luego había mercados más especializados: en el Forum boarium, se vendía ganado; en el Forum piscarium, pescado; y en el Forum Holitorium, verduras. Sin embargo, también había tiendas o tabernae en muchas otras zonas de la ciudad. - Curia: Era la sede donde deliberaba el Senado. Según la tradición fue fundada antes de la dominación etrusca de Tulio Hostilio. El aspecto que todavía perdura fue el que heredó de la reforma que hizo Julio César. A lo largo de la pared corrían tres rellanos bajos de mármol donde se apoyaban los escaños de los senadores (hacia el final de la República los senadores votaban cambiando de lugar; los que estaban a favor se ponían en una parte y los que estaban en contra, en la otra). 2.º - Residencias imperiales en el Palatino La Domus Augusta: La Domus Augusta era la residencia privada del emperador; se asemejaba a la típica villa romana en cuanto a planta y diseño. Ocupaba el doble que la Domus Flavia, pero en dos niveles. El palacio privado tenía tres peristilos en vez de uno. El nivel inferior sobrevive casi por completo. A esta parte del palacio se accedía desde el Área Palatina, a través de una entrada monumental que conducía a un largo peristilo y a continuación a otro con un estanque en el centro. Las habitaciones de la familia imperial estaban en el ala sudoeste. Todas eran abovedadas incluida la bóveda de planta octogonal. Una escalera conducía desde las habitaciones hasta la parte inferior del palacio. Un pasaje conducía desde el peristilo de la parte inferior hasta el Hipódromo que era una especie de estadio en miniatura vallado y aislado para el uso personal del emperador y sus invitados. 3.º - El Anfiteatro Flavio o Coliseo La leyenda dice que el anfiteatro surgió sobre el año 53-52 a. C. de la unión de dos teatros móviles de madera. Los anfiteatros eran construcciones ovaladas dedicadas a los combates de gladiadores , a las luchas de fieras y a las naumachiae o combates navales. El lugar donde se desarrollaba el espectáculo, siempre sangriento, era la arena generalmente rodeada de un vallado metálico para proteger al público de las fieras. A cuatro metros por encima de la arena empezaba la cavea o graderío destinado al público. Las gradas estaban perfectamente organizadas por un sistema de pasillos y a ellas se accedía por escaleras interiores. A los espectadores se les daba una entrada de piedra donde figuraba el número de su localidad y el sector donde se encontraba. Por último, por debajo de la arena había varias plantas subterráneas que servían de almacén y tenían jaulas para las fieras . Este subterráneo estaba cubierto de madera por lo que quedaba oculto a la vista del público. Para los días de calor también se extendía un toldo como en el teatro que recibía el nombre de velario. Las gradas en las que se sentaban los espectadores reflejaban con gran precisión la desigualdad social existente en Roma. De hecho el conjunto del graderío estaba dividido en cuatro secciones: las primeras gradas estaban destinadas a las personas distinguidas (vestales, senadores, magistrados); en la segunda sección se situaban los caballeros, tribunos y ciudadanos. La tercera sección correspondía a 7 quienes no tenían derecho de ciudadanía y en la cuarta se ubicaban las mujeres plebeyas. El anfiteatro de Vespasiano fue el más famoso de todo el mundo romano. Conocido como anfiteatrum Flavium por el patronímico de Tito y Vespasiano, en la Edad Media recibió el nombre de Coliseo, por su proximidad a una colosal estatua de Nerón. El emperador Vespasiano inició su construcción en el año 70 d. C. en el lugar que ocupaba el lago de la Domus Aurea de Nerón, utilizando para su financiación el producto del saqueo de Jerusalén. Fue inaugurado por su hijo Tito en el año 80 d. C. Es el más grande de los anfiteatros romanos; sus ejes, de 188 y 156 m. forman un óvalo de 524 m. de perímetro. Es el monumento antiguo más impresionante de los que quedan en Roma. El Coliseo sigue en pie a pesar de los desastres naturales. Fue herido por un rayo en el año 217 d.C. y quedó en tan mal estado que no pudo utilizarse durante varios años. De nuevo sufrió los embates de la naturaleza 30 años más tarde y, finalmente, en los siglos V y VI, los terremotos hicieron mella en su estructura. Tras quedar seriamente dañado por otro terremoto en el siglo IX, sus ruinas fueron objeto del pillaje y utilizadas como cantera para la construcción de edificios privados en Roma. En el año 1749, el Papa Benedicto XIV consagró el Coliseo a la pasión de Cristo y dijo que estaba santificado por la sangre de los mártires y con ello se frenó la destrucción del edificio. Estructura del edificio. Consiste en 80 grandes pilares de mármol travertino. La fachada descansa sobre ellos y alcanza una altura de 45 m. En cada nivel las arquerías están reforzadas por columnas embebidas. La primera planta era de orden dórico, la segunda de orden jónico y la tercer pertenecía al corintio. La cuarta se compone de una pared lisa con pilastras corintias. Los cimientos son de hormigón y tienen una profundidad de 12 m. El hormigón estaba echado directamente sobre el subsuelo arcilloso y contenido por un muro lateral revestido de ladrillo. Estos cimientos soportaban los pilares de carga en travertino. Para las paredes radiales inferiores se utilizó la toba volcánica. En los niveles superiores se utilizó hormigón recubierto de ladrillo. Las bóvedas de cañón también eran de hormigón. La red de bóvedas y pasajes proporcionaba un sistema de acceso independiente mediante escaleras radiales o rampas (vomitoria) y cuatro galerías concéntricas con paredes enlucidas y pintadas. Había bocas de entrada por todo el perímetro, señaladas con números romanos sobre cada arco. Había 76 entradas para el público. Todavía hoy pueden verse los números de las puertas que van desde la XXIII hasta la LIV. El emperador y los magistrados tenían puertas especiales. La entrada situada en el extremo occidental, entre la número XIX y XX conectaba por medio de un túnel con el “Ludus Magnus”, escuela de gladiadores donde vivían y se entrenaban éstos. 8 III - CURIOSIDADES: 1. º.- Fallos: Aunque el propio director reconoció que no pretendía hacer una película histórica o, mejor dicho, fiel reflejo de una realidad histórica, no obstante, en la misma se pueden comprobar una serie de despropósitos de menor y mayor gravedad. Eduardo de Vicente expuso en un artículo de “El Periódico” del 16 de Abril del 2001, titulado “La película Gladiator gana el óscar de los errores en pantalla”, algunos de los fallos más escandalosos de la película, fallos extraídos de la página web www.moviemistakes.com, creada por John Sandys, un joven cinéfilo británico que se dedica a recoger los errores de las películas. Entre los errores habría que diferenciar errores propiamente cinematográficos de los fallos de caracterización y ambientación histórica que aparecen en el film. De los 124 errores que el británico recogió, E. de Vicente indica las siguientes como errores cinematográficos, la mayoría detectados en los cambios de planos dentro de una misma escena: cascos de gladiador que se abren y aparecen cerrados en la escena siguiente; espadas que cambian de mano; manchas de sangre que desaparecen; maniquíes que se caen de los caballos; soldados que se ríen en medio de la batalla, estelas de avión en el cielo, huellas de tractor en los campos, una bombona de gas en uno de los carros del Coliseo, cámaras y técnicos en vaqueros en mitad de una escena de guerra, las banderas del Coliseo, agitadas por el viento, ondean todas hacia un único punto, que es el centro del Coliseo, y no en una única y misma dirección, etc. Como fallos históricos, los que más nos interesan, se citan: - la utilización de sillas de montar y estribos por parte de los soldados romanos de caballería e incluso el propio protagonista; - lanzamiento de octavillas impresas (o a modo de las impresas que hoy en día se utilizan), siendo que la imprenta se inventó en el siglo XV (d. C., evidentemente); - elementos arquitectónicos que anuncian el Renacimiento, como la villa renacentista en la que vive la familia de Máximo y algún que otro campanario y cúpula que se ven en el horizonte de Roma; - los tratantes de esclavos hablan en plena Península Ibérica ni más ni menos que italiano, que no latín, e incluso después se escucha algo parecido al árabe, cuando están en Zucchabar; - las flores que deposita el gladiador sobre la tumba de su familia, flores de buganvilla, no llegaron a Europa hasta siglos después (este fallo es de nota y para expertos botánicos). - el gladiador viste no unas sandalias ni unas “botas” al uso tradicional romano, sino una especie de botas-zapatillas con suela de goma (al más puro estilo de la moda de hoy); - los senadores reciben a Cómodo como emperador victorioso en el Foro, al pie de una Curia, que está orientada frente por frente al Coliseo, en una enorme plaza abierta; sin embargo, sabemos que la entrada a la Curia no está orientada al Coliseo, sino que, en todo caso, lo está uno de sus laterales, concretamente el derecho; al mismo tiempo, la gran plaza, el Foro, no estaba despejado ni podía dar cabida a tanta gente como aparecía en la película, sino que está jalonada de arcos, templos, fuentes, etc.; - los asientos del Coliseo son todos de piedra o mármol, si bien la mayoría de las gradas superiores poseían asientos de madera; - la decoración del palacio imperial nos parece más barroca que clásica, con tanto cortinaje, grandes mesas y grandes sillas; 9 - la batalla inicial de Vindobona parece tener un error estratégico, ya que no es normal que la caballería ataque en un bosque, donde la capacidad de maniobra es mucho menor que en campo abierto. La escena principal nunca se pudo haber producido en el Imperio Romano, ya que los ejércitos de este gran imperio nunca atacaban en bosques o lugares cerrados, siempre batallaban en llanuras y lugares bien descubiertos. Era su táctica de lucha; - aparece una imagen de una vía y su entrada a Roma que en realidad es un camino de tierra, más parecido a una pista forestal o para hacer rallies que a una calzada romana, sin empedrado; es sabido que los accesos a Roma por las puertas eran calzadas; - el propio nombre del gladiador, que por nacimiento parece un ciudadano romano (y para alcanzar el puesto que había alcanzado así lo debía ser), muestra un gran despropósito: si un ciudadano romano tenía un tria nomina (tres nombres) a la usanza, no parece lógico que Máximo tenga tres cognomina (tres apellidos): Máximo Décimo Meridio; Décimo es claramente un cognomen con carácter numérico al estilo de Secundus, Septimus, Sextus, Octavius, etc.; Máximo parece otro cognomina de los que indican características físicas al estilo de Flaccus, Rufus, Crispus, etc.; Meridio parece significar “que nació por la tarde” o “que nació en el sur”, por lo que también sería una característica aplicable a los cognomina; - otro error de importancia es la duración del reinado de Cómodo, ya que la película parece dar a entender que sólo dura unos meses, mientras que en realidad superó los diez años; Quede claro que los errores no quitan para que la película sea un gran espectáculo cinematográfico en el que hay que alabar la revitalización de un género y la preocupación por reflejar una época tan apasionante como ésta. 2. º - Guiños a la historia reciente: La película también nos ofrece en algunos momentos recreaciones de temas de la tradición romana, pero de factura no clásica sino de los últimos siglos de nuestra era. En primer lugar podemos partir de que la película es un revival del film de Anthony Mann del año 1964, “La caída del Imperio Romano”, con Sofía Loren y Christopher Plummer, entre otros. La escena en la que aparece una maqueta del Coliseo es un “remake” de otra escena de la película británica de Desmond Davis de 1981, “Furia de Titanes”, en la que Zeus (Lawrence Olivier) decide el futuro y la muerte de los personajes de la película sacándolos a la escena de la maqueta de un teatro y haciéndoles actuar allí. Por otro lado, en el Coliseo hay momentos en los que parece que la recreación está hecha no tanto sobre la tradición romana, como inspirándose en el cuadro del francés Jean Léon Gerôme, Police Verso. También la escena que se desarrolla en la Curia, la reconstrucción de la sede del Senado romano recuerda a la realizada en el cuadro de Cesare Maccari, “Juicio contra Catalina”. La puerta que aparece en el interior del anfiteatro africano parece una reproducción del arco de Tito de Roma. 10 LIBROS PARA CONSULTAR Y/O LEER - Alberich, J. y otros: “Griegos y romanos”, ed. Alhambra-Longman, Madrid, 1999 - Asimov, I.: “La República Romana”, Alianza ed., Madrid, 1999 - _______, “El Imperio Romano”, Alianza ed. Madrid, 1999 - Beltrán Lloris, F. y Marco Simón, F.: “Atlas de Historia Antigua”, ed. DGA-Pórtico, Zaragoza, 1987 - Beltrán Llorís, F.: “Lo mejor del arte romano”, vol. 1 y 2, ed. Historia 16, Madrid, 1997 - Bendala, M.: “El arte romano”, ed. Anaya (col. Biblioteca Básica del Arte), Madrid, 1998 - Bravo, G.: “Historia de la Roma antigua”, Alianza ed., Madrid, 1998 - CARCOPINO, J.: “La vida cotidiana en Roma en el apogeo del Imperio”, ed. Temas de Hoy, Madrid, 1993 (libro imprescindible para cualquier aficionado a la historia de la Roma imperial. Carcopino, un auténtico fan de la cultura y la civilización romanas, no ahorra sin embargo juicios severísimos sobre la terrible institución de los juegos del circo. El capítulo dedicado a este sangriento entretenimiento es terrorífico) - Christol, M. y Nony, D.: “De los orígenes de Roma a las invasiones bárbaras”, ed. Akal, Madrid, 1988 - Codoñer, C. y Fernández-Corte, C.: “Roma y su Imperio”, ed. Anaya (col. Biblioteca Básica de Historia), Madrid, 1996 - Corbí Echevarrieta, J. M.: “Cultura Clásica. Julio César”, ed. Palas Atenea, Madrid, 1999 - Connolly, P. y Dodge, H.: “La ciudad Antigua: La vida en la Atenas y Roma clásicas”, ed. Acento, Madrid, 1998 - Corbishley, M.: “¿Qué sabemos sobre los romanos?”, ed. SM, Madrid, 1993 - Davies, L.: “La plata de Bretaña”, ed. Plaza y Janés, Barcelona, 1998 (este autor posee un gran número de novelas policíacas desarrolladas en la Antigua Roma) - ESPAÑA, RAFAEL DE, “El peplum. La antigüedad en el cine”, Barcelona, Glénat, 1998. - Espinós, J. y otros: “Así vivían los romanos”, ed. Anaya (col. Biblioteca Básica de Historia. Vida Cotidiana), Madrid, 1994 - Gardner, J. F.: “Mitos romanos”, Ed. Akal, Madrid, 1995 - Graves, R.: “Yo, Claudio”, - Grimal, P.: “Diccionario de mitología griega y romana”, Ed. Paidós, Barcelona, 1997 - _______, “El Imperio romano”, ed. Crítica, Barcelona, 2000 - _______, “La civilización romana. Vida, costumbres, leyes, artes”, ed. Paidós, Barcelona, 1999 - Hacquard, G.: “Guía de la Roma Antigua”, ed. Centro de Lingüística Aplicada Atenea, Madrid, 2000 - INCLÁN, L., “El cine de romanos y su aplicación didáctica”, Madrid, Clásicas, 1994 - Jenkins, R. (ed.): “El legado de Roma. Una nueva valoración”, ed. Crítica, Barcelona, 1995 - Liberatti, A. M. y Bourbon, F.: “Roma Antigua. Historia de una civilización que conquistó el mundo”, ed. Folio, Barcelona, 1997 - LILLO REDONET, F., “El cine de romanos y su aplicación didáctica”, ed. Clásicas, Madrid, 1994 - Montanelli, I.: “Historia de Roma”, ed. Plaza y Janés, Barcelona, 1982 11 - Moormann, E. M. y Uitterhoerve, W.: “De Acteón a Zeus. Temas sobre la mitología clásica en la literatura, la música, las artes plásticas y el teatro”, ed. Akal, Madrid, 1997 - Paoli, U. E.: “Urbs. La vida en la Roma antigua”, ed. Iberia, Barcelona, 1990 - Papafava,F.: “Guía de los foros y del Coliseo”, ed. Museum, Roma, 1995 - PAYÁN, MIGUEL JUAN, “Las 100 mejores películas del cine histórico y bíblico”, Madrid, Capitel, 2003. - Robertson, D. S.: “Arquitectura Griega y Romana”. ed. Cátedra, Madrid 1988 - Robertson, M.: “El arte griego”, ed. Alianza, Madrid, 1993 - Segura Munguía, S.: “Cultura clásica y mundo actual”, ed. Zidor Consultling, Bilbao, 1997 - Santos Yanguas,N.: “Textos para la historia antigua de Roma”, Ed. Cátedra, Madrid 1986 - SOLOMON, JON, “Peplum. El mundo antiguo en el cine”, Madrid, Alianza Editorial 2002, 368 p. - Storch de Gracia y Asensio, J. J.: “Lo mejor del arte griego”, vol. 1 y 2, ed. Historia 16, Madrid, 1997 - Tarella, A.: “Cómo reconocer el arte romano”, ed. EDUNSA, Barcelona, 1993 - Teja, R.: “Espectáculos y deportes en la Roma antigua”, ed. Santillana, Madrid, 1996