“Había una vez, en una ciudad de Persia llamada Shushán, un rey llamado Ajashverosh. Ajashversoh estaba casado con Vashti. Un día, mandó Ajashverosh a llamar a Vashti, pero Vashti se negó a venir. El rey se enojó con la mujer y decidió casarse con otra. Ajashverosh ordenó traer a las mujeres más bonitas del imperio para que el pueda elegir a su futura reina. Mordejai tenía una sobrina muy linda que se llamaba Ester. Mordejai insistió para que Ester se presente en el concurso que había organizado el rey Ajashverosh. Ester se presentó y Mordejai, se quedó cerca del palacio de Ajashverosh para observar que nada malo le ocurra a su sobrina. Una noche, mientras estaba Mordejai cerca de la puerta del palacio, escuchó a dos sirvientes del rey que estaban planificando un complot en contra del rey Ajashverosh. Inmediatamente, comunicó ésto Mordejai a su sobrina Ester, que mandó a decir al rey por medio de uno de los sirvientes que se planificaba contra el un complot. Ajashverosh ordenó una investigación profunda y descubrió que era verdad. Cuando el rey Ajashverosh vio por primera vez a Ester, se enamoró y pidió que ella sea su reina. Más adelante, nombró a uno de sus ministros, de nombre Hamán, como el más importante de los ministros. Hamán odiaba a Mordejai por su astucia y porque había revelado el complot. Un día convenció Hamán a Ajashverosh de exterminar a todo el pueblo de Mordejai, el pueblo judío, y convenció al rey Ajashverosh de despertar su desconfianza contra el pueblo judío. Hamán echó suertes y decidió que la fecha en que se produciría la destrucción del pueblo judío seria el 13 de Adar. Hamán envió cartas a todas las provincias y ciudades del imperio para que cumplan con sus designios. Mordejai se enteró de los propósitos de Hamán y pidió a la reina Ester que convenza al rey Ajashverosh que no siga con este plan. La reina Ester ayunó y luego fue a visitar al rey Ajashverosh para invitarlo a él y a Hamán a un banquete. En el banquete reveló la reina Ester los propósitos de Hamán. Ajashverosh se enojó mucho y mandó colgar a Hamán. El decreto que Hamán había enviado a todas las provincias del imperio fue revocado y en su lugar, los judíos de todo el imperio se defendieron de sus enemigos. El día 13 de Adar, en lugar de acontecer un desastre para el pueblo judío, fue un día en que los judíos vencieron a sus enemigos bajo la conducción de Mordejai y de la reina Ester y fueron ejecutados los enemigos de Israel, entre ellos, los hijos de Hamán, que eran parte del plan de su padre. Desde entonces y hasta hoy, se festeja en todo el mundo judío la fiesta de Purim, por la victoria de los judíos sobre nuestros enemigos, por la astucia de Mordejai y por la belleza e inteligencia de Ester.”