Las dos anorexias* Por Betania Xamo I En el texto La familia, de 1938, Lacan indica que el complejo del destete -traumático o no- deja en el psiquismo una huella permanente de la relación biológica que irrumpe. Según la terminología en esa época, “la satisfacción propioceptiva” de la fusión oral con el seno dejan un recuerdo en el psiquismo y “el ser que absorbe es plenamente absorbido y el complejo arcaico le responde en el abrazo materno”. Se trata de un momento mítico donde existe un “canibalismo fusional e inefable” que Lacan llama “el deseo de la larva”1. Seguidamente, localiza al deseo anoréxico como lugar de fijación al complejo del destete sobre la forma primordial de la imago materna y siendo, una tendencia psíquica a la muerte que Lacan nombra: “el apetito de muerte”. De esta forma, la anorexia mental intenta “reencontrar la imago de la madre” en el camino lento hacia la muerte2. En el seminario La relación de objeto, de 1957, lo que desempeña un papel esencial no es el objeto (pecho) sino la actividad, que ha adquirido una función erotizada (zona oral). Lacan indica que la anorexia mental no es la negación de la actividad de comer, pues su estrategia subjetiva es “comer nada”. Teniendo en cuenta que la nada es algo que solo existe en el plano simbólico, el síntoma anoréxico es una respuesta frente al Otro3. Por último, en La dirección de la cura y los principios de su poder, ubica a la anorexia mental cuando el Otro confunde sus cuidados con el don de su amor y en lugar de lo que no tiene, le atiborra con la papilla asfixiante -de lo que si tiene-. De este modo, la maniobra del anoréxico se condensa en el “rechazo como deseo” para sobrevivir al atentado de la demanda del Otro4. 1 Lacan, Jacques: La familia. Editorial Argonauta. Buenos Aires 2003 Pág. 36 Ídem 1, Pág.41 3 Lacan, Jacques: Seminario IV. La relación de objeto. Paidós. 2007. 4 Lacan Jacques. La dirección de la cura y los principios de su poder. Escritos II. Siglo XXI. 2005. 2 II Las tres referencias presentadas han sido comentadas por varios psicoanalistas que investigan el tema. En su conjunto, tales desarrollos, nos permiten inferir dos tipos de anorexias: una vinculada al apetito de muerte donde el parasitismo del sujeto se rehúsa a la falta; otra, como afirmación del deseo del sujeto para producir una falta en el Otro. En efecto, en el texto La familia, el deseo del sujeto remite al momento mítico de encuentro con el seno materno como momento de fusión con la imago materna que la anoréxica intenta reencontrar: en esta posición, la anoréxica iría en contra del deseo; es más, busca aniquilarlo poniendo en funcionamiento el poder irresistible de la pulsión de muerte. Según Massimo Recalcati, el movimiento perpetuo del deseo es reemplazado por el “deseo de la larva” -ausente de movimiento y vitalidad- que vive en su condición de parasito absorbido por el Otro5. Recientemente, una paciente de 16 años de características espectrales -y en estado de anorexia extrema- contaba que nunca discutía con su madre y que su relación con ella era muy buena; sin embargo, otra versión de la madre aparecía en sus sueños: -“Mi mamá mataba gente, las ponía en bolsas de consorcio y las enterraba en el patio de mi casa. Yo espiaba como enterraba a las personas y no podía hacer nada”. De este modo, se revela que detrás de la escena de cordialidad entre madre e hija; la anorexia muestra el estado de pasividad en el que se ubica sin poder cuestionar al Otro. Siguiendo las referencias del seminario La relación de objeto y el escrito La dirección de la cura, la presentación de la anorexia resulta una maniobra del sujeto para separarse del Otro de la demanda que parece sofocar toda falta. Estos casos, siguiendo la investigación de M. Recalcati, muestran una “pasión por el vacío” pues éste es condición para que pueda existir, junto a la falta, el deseo. La anoréxica da todo su ser para hacerse ella misma vacío puro -pura falta en servaciando su propio cuerpo del peso de la sustancia. A través del sacrifico de la carne hace valer el poder del significante, porque donde está el significante hay una pérdida de goce. 5 Recalcati Massimo. La última cena: anorexia y bulimia. Ed. Del cifrado. Bs. As. 2004 Capítulo I-9 El rechazo aparece como una forma de sostener su propio deseo. En tales casos y según mi experiencia clínica, comienzan dejando de comer carne, luego harinas, luego solo comen verduras y frutas; pero muchas veces la posición llega a extremarse de tal modo que pueden pasar varios días sin tomar agua, pues toda sustancia que entra al cuerpo hace que se sienta “llena”. Desde esta perspectiva, la nada que “come” la anoréxica es una nada consistente ya que tiene el espesor de la consistencia del deseo. La demanda que aparece aquí, es una demanda de amor que sin ser un objeto, llena de falta; por esto, intentan saber si pueden faltarle al Otro6. III Ahora bien, más allá de la fenomenología anoréxica, para situarse en la experiencia clínica, es importante establecer el diagnóstico de estructura. En los casos de anorexia severos como el primer tipo aquí desarrollado, es conveniente señala Recalcati- pensar en una psicosis hasta que se demuestre lo contrario. En casos de psicosis, la anorexia funciona como una barrera ante el Otro que intenta gozar del sujeto y funcionaría como suplencia de la forclusión del nombre del padre. En los casos severos –continúa Recalcati- podemos ubicar una estructura neurótica obsesiva cuya estrategia paradigmática es el intento de destruir el deseo del Otro; es decir: utilizando el significante, pretende eliminar del cuerpo todo signo de goce. Consecuentemente, en la anoréxica “obsesiva” todo quedaría en el programa del cálculo: calorías, cuadras caminadas, días sin comer, kilos adelgazados etc.7 En el segundo caso, se trata -en general- de una posición anoréxica de características histéricas. Como he enfatizado anteriormente, se presenta como un desafío dirigido al Otro para poder cavar una falta donde alojarse. Finalmente, otra forma de plantear la distinción que ha motivado mi trabajo es la tesis elaborada por J-A Miller y Eric Laurent, en el curso El Otro que no existe y sus comités de ética. Desde esta perspectiva, podemos ubicar las dos anorexias: anorexia de alienación donde el rechazo a la comida está simbólicamente motivado - el sujeto se 6 7 Ídem Capítulo I-1 Ídem Capítulo III-4 encuentra en relación al Otro del significante y mediante su síntoma buscan crear el deseo en el Otro-; y anorexia de separación donde impera el objeto y el amor queda reducido al objeto de necesidad -el sujeto es tomado por la papilla asfixiante, quedando atrapado en el fantasma materno8. * Publicado en el Boletín del IOM Bahía Blanca - Año 6 - Número 27 - Octubre 2007 8 Miller J-A, Laurent E. El Otro que no existe y sus comités de ética. Ed. Paidós Bs. As. 2005 Cáp. XVIII.