ÍNDICE · Conceptos básicos de la logoterapia.. pág. 1

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ÍNDICE
· Conceptos básicos de la logoterapia.. pág. 1
· Un psicólogo en un campo de concentración:
· Primera fase: internamiento en el campo pág. 6
· Segunda fase: la vida en el campo..... pág. 7
· Tercera fase: después de la liberación... pág. 16
CONCEPTOS BÁSICOS DE LOGOTERAPIA
La logoterapia es la psicoterapia centrada en el sentido de la existencia humana y en la búsqueda de ese
sentido por parte del hombre. La función de la logoterapia es ayudar al paciente a encontrar el sentido de su
vida.
La voluntad del sentido
El hombre busca el sentido de su vida constantemente. Pero para mucha gente la voluntad del sentido es
cuestión de hecho.
El sentido no nace de la propia existencia, sino que se presenta frente a ella. La búsqueda resulta una
motivación para el hombre.
La frustración existencial
La frustración existencial se da cuando el hombre es capaz de malograr su voluntad de sentido. El término
existencial se puede referir a la existencia misma, al sentido de la existencia y a la voluntad del sentido.
Esta frustración también puede cursar como neurosis noógena.
Neurosis noógena
Las neurosis noógenas surgen de problemas existenciales, principalmente de la frustración de la voluntad del
sentido. La logoterapia contempla el afán del hombre por encontrarle un sentido a la vida o la frustración de
ese sentido.
No todos los conflictos son necesariamente neuróticos, el sufrimiento no es siempre un fenómeno patológico
sino que puede constituir un logro humano cuando nace de la frustración existencial. La preocupación o la
desesperación por encontrar un valioso sentido a la vida es una angustia espiritual pero en modo alguno
representa una enfermedad.
Noodinámica
Es la dinámica espiritual dentro de un campo de tensión bipolar, en el cual un polo representa el sentido a
consumar y el otro polo corresponde al hombre que debe cumplirlo.
La búsqueda humana de sentido de valores puede nacer de una tensión interior y no de un equilibrio interno,
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esa tensión es un requisito indispensable de salud mental. La salud psíquica precisa un cierto grado de tensión
interior.
Si los terapeutas procuran fortalecer la salud mental de sus pacientes, no deben tener miedo a aumentar la
tensión interior, si con ello les conducen a reorientar o encontrar el sentido de sus vidas.
El vacío existencial
El vacío existencial se manifiesta en un estado de tedio. El hombre carece de instintos que le impulsen a
determinadas conductas, en su lugar, se rige por el conformismo y/o el totalitarismo.
El vacío existencial muchas veces se oculta. La frustración de la voluntad de sentido se compensa mediante la
voluntad de poder hasta en la voluntad de tener dinero, o el vacío de la voluntad de sentido se rellena con la
voluntad de placer (lo que explica que la frustración existencial suela provocar un desenfreno libidinoso y
agresivo).
La única manera de que una persona no recaiga consiste en dotar de sentido su vacío existencial.
El sentido de la vida
La logoterapia considera que la esencia de la existencia consiste en la capacidad del ser humano para
responder a las demandas que la vida le plantea en cada situación particular.
La esencia de la existencia
La logoterapia intenta que el paciente cobre conciencia plena de sus responsabilidades personales, le fuerza a
elegir por qué, de qué o ante quién se siente responsable. No necesita imponer al paciente ningún juicio de
valor, ya que la verdad se impone por sí misma.
El sentido de la vida ha de buscarse en el mundo y no dentro del ser humano o de su propia psique.
El sentido del amor
En logoterapia, el amor no se interpreta como un mero epifenómeno de los impulsos e instintos sexuales,
según el proceder del mecanismo llamado sublimación.
El amor es un camino para descubrir el sentido de la vida ya que con él se llega a lo más profundo de la
personalidad de un hombre.
El sentido del sufrimiento
El sufrimiento es otro cauce para darle sentido a la vida. Reside valor en la actitud que se adopta frente al
sufrimiento. El sentido es posible sin el sufrimiento o a pesar de él. Para que el sufrimiento confiera un
sentido ha de ser un sufrimiento inevitable y necesario.
La logoterapia pretende que el paciente recupere su capacidad de sufrir si fuera necesario, y por ello
encontrarle un sentido al sufrimiento.
Problemas metaclínicos
El médico ha de atender más a cuestiones humanas y filosóficas, solucionables por un eclesiástico, que a
conflictos emocionales o síntomas patológicos.
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Un logodrama
En una situación dramática se puede encontrar un sentido que impulse a seguir viviendo que también abarca al
sufrimiento.
El suprasentido
Este sentido excede y sobrepasa la capacidad intelectual del hombre. La logoterapia pide al hombre que
asuma racionalmente su propia capacidad para captar la sensatez incondicional de la vida.
La transitoriedad de la vida
La logoterapia, consciente de la esencial transitoriedad de la existencia humana, es activista. El único aspecto
transitorio de la vida es lo que en ella hay de potencial.
La logoterapia como técnica
La logoterapia ha desarrollado una técnica para tratar temores neuróticos. La logoterapia fundamente su
técnica denominada intención paradójica en un doble principio: por un lado, el miedo provoca precisamente
aquello que se teme, por otra parte, la hiperintención estorba la realización del efecto que se desea. La
intención paradójica es la constatación empírica, es un instrumento útil en el tratamiento de las situaciones
obsesivas, compulsivas y fóbicas.
La neurosis colectiva
El vacío existencial es la neurosis colectiva más frecuente actualmente. Es una forma de nihilismo definido
por la radical afirmación de la carencia de sentido del hombre. El fatalismo neurótico se ve fortalecido por una
psicoterapia que niega al hombre su libertad. No se trata de librarse de los condicionantes sino de la libertad
para adoptar una postura personal frente a esos condicionantes.
Crítica al pandeterminismo
El pandeterminismo es la visión del hombre que niega su capacidad para asumir posturas personales frente a
las circunstancias.
El hombre se determina a sí mismo, todo ser humano posee la libertad para cambiar a cada instante; el ser
humano es un ser auto trascendente.
El credo psiquiátrico
Al hombre no se le puede condicionar su libertad, por lo tanto, al neurótico y al psicótico les queda también
un resquicio de libertad, aunque sea muy limitada. Un psicótico incurable conserva la dignidad.
La psiquiatría humanizada
La psiquiatría humanizada aparece frente a la medicina psicologizada. El ser humano no es un objeto más
entre otros objetos, el hombre es su propio determinante. Lo que alcance a ser, lo ha de construir por sí
mismo.
UN PSICÓLOGO EN UN CAMPO DE CONCENTRACIÓN
PRIMERA FASE: internamiento en el campo
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−Estación de ferrocarril de Auschwitz
El síntoma predominante era un estado de schock agudo e intenso. Aquellas personas desconocían su situación
estando en el tren. Al oír Auschwitz se les paralizó el corazón. Víktor Frankl, al ver a los presos que lo
recibieron se sumió en un estado de ilusión del indulto, ya que no se veían en muy mal estado.
−La primera selección
La mayoría de las personas se encontraban bajo los efectos de la ilusión del indulto. Eran incapaces de
apreciar la auténtica realidad. En la primera selección V. Frankl fue destinado a los trabajos forzados, aquel
fue el primer veredicto de supervivencia o aniquilación.
Se produjo un largo proceso psicológico desde la estación hasta la primera noche de descanso en el campo.
− Desinfección
Los prisioneros aún no eran conscientes de que lo iban a perder todo. Cuando V. Frankl no pudo conservar su
manuscrito se dio cuenta de que debía borrar de la conciencia toda su vida anterior. Los demás, hasta ese
momento habían permanecido de pie, pálidos y asustados, y de pronto se produjo un fuerte revuelo entre ellos.
Así, desnudos y sin pertenencias se dirigieron hacia las duchas.
−La existencia desnuda
No tenían nada, ni siquiera pelo. No les quedaba ningún vínculo material con su existencia anterior.
−Las primeras reacciones
Se desvanecieron las pocas ilusiones que algunos albergaban. Muchos reclusos se sintieron embargados por
un humor macabro provocado por la segura conciencia de haberlo perdido todo, de solo poseer la existencia
desnuda. Sentían una fría curiosidad con la que lograban distanciar la mente de la realidad circundante y así
facilitaban contemplar lo real con cierta objetividad (utilizaban este mecanismo como medida de protección).
Estaban ansiosos por descubrir que sucedería después de cada acontecimiento y sus consecuencias.
−¿Lanzarse contra las alambradas?
La proximidad de la muerte de otros conseguía que casi todos pensaran en la idea del suicidio, aunque en la
primera fase de schock el prisionero perdía el temor a la muerte. V. Frankl rehusó esta posibilidad y observó
las cámaras de gas con un horror atenuado y soportable ya que ahorraban el acto de suicidarse.
SEGUNDA FASE: la vida en el campo
−Apatía
Los prisioneros sufrieron una fase de apatía que desembocaba en una especie de muerte emocional. La tortura
interior se intensificaba con otras sensaciones más dolorosas, como la añoranza por su hogar y su familia. La
nostalgia consumía a los reclusos, repugnando la horrible fealdad que los rodeaba.
Los prisioneros que habían entrado en la segunda fase eran capaces de contemplar, impasibles, escenas de
torturas hacia sus compañeros, miraban apáticos e indiferentes. Repugnancia, piedad, indignación y horror
eran emociones vedadas para el prisionero.
−Lo que duele
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La apatía emocional les permitía permanecer impasibles ante los sufrimientos diarios, gracias a esa
insensibilidad, los prisioneros se construían un caparazón afectivo que actuaba como un íntimo escudo
protector.
El dolor físico no es lo que más les duele, sino la humillación y la indignación a causa de la cruda
irracionalidad de todo aquello.
−El insulto
En los prisioneros surgía indignación, no causada tanto por el dolor infligido o la crueldad física, cuanto por el
insulto que lo acompañaba.
La apatía actuaba como un mecanismo inevitable de autodefensa. La realidad se desvanecía ante los
prisioneros, el mundo emocional se amortiguaba y concentraban todos sus esfuerzos en conservar sus vidas.
−Los sueños de los prisioneros
Los prisioneros hablaban de comida a espaldas de los guardias. V. Frankl consideraba que las conversaciones
sobre la comida eran psicológicamente peligrosas aunque proporcionaran un alivio psicológico momentáneo,
sin embargo, al ser meras ilusiones, acarrearían efectos peligrosos en lo fisiológico.
−Sexualidad
La desnutrición explica la ausencia de deseo sexual en el lager. La hambruna y los efectos del schock inicial
parecen ser las únicas causas que dan razón a la mínima perversión sexual en un establecimiento masculino.
−Ausencia de sentimentalismo
El esfuerzo por concentrarse exclusivamente en seguir viviendo llevaba a despreciar cualquier cosa que le
apartara de ese único objetivo; lo cual explica la carencia absoluta de vida sentimental.
−Política y religión
Eran frecuentes las discusiones sobre política, generalmente eran desencadenadas por ilusorios rumores sobre
el final de la guerra. Ante estas contradictorias habladurías, algunos hombres perdían todas las esperanzas
pero otros mantenían un incorregible optimismo.
Las inquietudes religiosas de los prisioneros brotaban de lo más íntimo y profundo de su ser.
−Una sesión de espiritismo
V. Frankl asistió a una sesión de espiritismo dentro del campo de concentración. Cuando la sesión estaba a
punto de finalizar en fracaso, el administrativo dibujó inconscientemente vae v., es decir, vae victis que
significa ¡ay de los vencidos!. El suceso ocurrió meses antes de la liberación y el final de la guerra.
−La huída hacia el interior
Las personas de mayor sensibilidad, acostumbradas a una rica vivencia intelectual, sufrieron muchísimo, sin
embargo, el daño infligido a su ser íntimo fue mucho menor al ser capaces de abstraerse del terrible entorno y
sumergirse en un mundo de riqueza interior y de libertad de espíritu. Así se explica que los menos fornidos
soportasen mejor la vida en el campo que los más robustos.
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−Cuando se ha perdido todo
La salvación del hombre sólo es posible en el amor y a través de él. Un hombre, despojado de todo puede
saborear la felicidad si contempla el rostro de su ser querido.
−Meditación en la zanja
La intensificación de la vida interior defendía al prisionero contra el vacío, la desolación y la pobreza
espiritual de su existencia actual, al tiempo que le permitía evadirse devolviéndolo a su vida pasada.
−Monólogo al amanecer
V. Frankl pensaba en su esposa para evadirse de la realidad. En una ocasión sintió como si su espíritu se
elevara por encima de aquel insensato mundo y escuchó un sí a su pregunta sobre si la vida tenía algún
sentido.
−Arte en el campo
Cualquier tentativa de buscar arte en el campo adquiría matices grotescos. La posible leve sensación artística
surgía del fantasmagórico contraste entre lo chusco del espectáculo y la desolación de la vida en el campo.
−El humor en el campo
En el campo de concentración existía un humor apagado y sólo durante escasos segundos o minutos. El humor
es otra de las armas del alma en su lucha por la supervivencia.
−¡Quién fuera un preso común!
Al ver a un grupo de convictos, los prisioneros del campo comprendieron la relatividad del sufrimiento
humano.
−Suerte es lo que a uno no le toca padecer
Los escasos placeres de la vida del campo producían una especie de felicidad negativa e incluso representaban
una alegría relativa. Los prisioneros agradecían el más insignificante de los alivios, los verdaderos placeres
positivos escaseaban, hasta los más pequeños.
−¿Al campo de infecciosos?
V. Frankl estando enfermo se ofreció a ir como médico a un campo con infectados de tifus, le pareció más
sensato intentar ayudarles que perder la vida en un trabajo inútil.
El yo personal prescindía de principios morales, el prisionero terminaba por perder la conciencia de su
individualidad y se consideraba a sí mismo una simple fracción de una enorme masa de gente.
−Añoranza de la soledad
Los prisioneros anhelaban estar a solas, añoraban la intimidad y la soledad, en ocasiones resultaba hasta
necesario alejarse de la multitud.
−Juguete del destino
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Los prisioneros tenían el corazón endurecido y cada vez que se organizaba un convoy de enfermos se avivaba
ese estado de absoluto desprecio por la vida. No les interesaban las cosas de su alrededor, no cabía el
sentimentalismo, ellos se sabían a merced del humor de los guardias.
−La última voluntad aprendida de memoria
Se organizó un traslado a un campo de reposo. V. Frankl tuvo la oportunidad de salvarse pero la rehusó por
quedarse con sus amigos. Antes de partir expresó su última voluntad a un buen amigo.
−Planes de fuga
El prisionero de un campo de concentración tenía miedo a tomar decisiones o a tener iniciativas, además, la
apatía les paralizaba el ánimo.
En alguna ocasión tuvieron el pensamiento de escaparse. V. Frankl y un amigo suyo casi lo logran pero las
circunstancias cambiaron y una vez más se libró de la muerte.
−Irritabilidad
La apatía era agudizada por el hambre y la falta de horas de sueño, además de la irritabilidad general.
Muchos de los prisioneros sufrían un complejo de inferioridad. Ellos fueron alguien antes de ser internados, y
allí habían quedado reducidos a un número. El prisionero medio se sentía trágicamente degradado y
deshonrado.
La irritabilidad general se intensifica al añadirle las tensiones psicológicas entre los kapos y los demás
prisioneros.
−La libertad interior
Algunos prisioneros eran capaces de superar la apatía y la irritabilidad. El hombre puede conservar un reducto
de libertad espiritual, de independencia mental, incluso en aquellos crueles estados de tensión psíquica y de
indigencia física.
Si un recluido renunciaba a su propia libertad y dignidad se dejaba moldear hasta ser como un prisionero
típico. Cada hombre guarda la libertad interior de decidir quien quiere ser, porque incluso en estas
circunstancias es capaz de conservar la dignidad de seguir sintiendo como un ser humano.
−El destino, un regalo
El talante con el que un hombre acepta su ineludible destino (y el sufrimiento) le ofrece una oportunidad para
dar a su vida de un sentido más profundo. Si se zambulle en la amarga lucha por la supervivencia, es capaz de
olvidar su dignidad humana. En esa decisión personal reside la posibilidad de atesorar o despreciar la dignidad
moral que cualquier situación difícil ofrece al hombre para su enriquecimiento interior.
Solo unos pocos prisioneros conservaban esa fortaleza de la libertad y aprovecharon los atroces sufrimientos
para madurar interiormente.
−Análisis de la existencia provisional
La vida en un campo de concentración podía caracterizarse por una existencia provisional cuya duración se
desconoce. Resultaba imposible predecir cuándo y cómo terminaría aquella existencia, en el caso que tuviera
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fin.
El hombre que se dejaba vencer interiormente ante la ausencia de metas futuras ocupaba y llenaba sus
pensamientos de recuerdos. Considerar que su existencia provisional como algo irreal constituía un factor
primordial para que la vida se les fuese entre las manos, ya que todo se revestía como carente de sentido. Para
las personas que no aceptan las dificultades del campo como una prueba de su entereza humana, la vida pierde
todo su sentido.
Cada prisionero pudo convertir su experiencia en el campo transformando su vida en un triunfo interior o
limitándose a vegetar.
−Spinoza, educador
Spinoza expone en su Ética: El sentimiento que se convierte en sufrimiento, deja de serlo en cuanto nos
formamos una idea clara y precisa del mismo.
El prisionero que perdía la fe en su futuro estaba condenado, se abandonaba y decaía, se convertía en un
sujeto del aniquilamiento físico y mental.
Cualquier intento por restablecer la fortaleza interior de los reclusos debe comenzar por acertar un objetivo
que dé sentido a sus vidas.
−La pregunta por el sentido de la vida
La existencia nos reclama continua e incesantemente, y debemos de responder con el valor y la conducta recta
y adecuada. Vivir significa asumir la responsabilidad de encontrar la respuesta correcta a las cuestiones que la
existencia nos plantea, cumplir con las obligaciones que la vida nos asigna a cada uno en cada instante
particular.
Cuando un hombre descubre que su destino es sufrir, ha de aceptar ese sufrimiento, ese sufrimiento le hace ser
una persona única. Para los prisioneros esos eran los únicos pensamientos capaces de ayudarles en su
desesperación.
−Sufrimiento como prestación
Cuando los prisioneros descubrieron el sentido de su sufrimiento se enfrentaron a él reduciendo al mínimo los
momentos de desfallecimiento.
−Algo nos espera
En los campos de concentración se aplicaban acciones terapéuticas para evitar el suicidio.
La razón más común de los suicidios era el hecho de que ya no esperaban nada de la vida así que la terapia
consistía en hacerles comprender que la vida si esperaba algo de ellos.
−Una palabra a tiempo
La influencia inmediata de una determinada conducta es siempre más eficaz que las palabras. Aunque a veces
una palabra también resulta eficiente, especialmente, si la receptividad del otro se ve incrementada por efecto
de las circunstancias.
−Asistencia psicológica
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Los aún supervivientes tenían razones para seguir esperanzados (familia, carrera laboral, posición social,),
cosas que se podían recuperar o adquirir. Incluso las vivencias en el campo supondrían una ganancia interior
para el futuro. La vida humana no cesa nunca y ese inabarcable sentido de la vida también incluye el
sufrimiento, la agonía, las privaciones y la muerte.
V. Frankl les dijo a sus compañeros que los sufrimientos de aquellos momentos para cada uno atesorarían un
sentido especial.
−Psicología de los guardias del campamento
Entre los guardias había algunos sádicos en el sentido clínico más estricto y preciso. A esos guardias se los
elegía cuando se requería una patrulla implacable, eran elegidos los más brutales y egoístas.
La mayoría de los guardias tenían el corazón embotado por el hecho de presenciar, como testigos directos, los
métodos brutales del campo. Estos hombres, endurecidos moral y mentalmente, se negaban a tomar parte
activa en las acciones de carácter sádico pero no impedían que los otros las consuman.
La bondad humana se encuentra en todos los grupos. Algunos guardias sentían compasión de los prisioneros.
Si un capataz se mostraba amable con los reclusos, suponía un gran logro moral, mientras resultaba
despreciable la vileza del preso que maltrataba a sus propios compañeros.
V. Frankl establece, según esto, que hay sólo dos razas de hombres: la de hombres decentes y la de hombres
indecentes.
TERCERA FASE: después de la liberación
Los prisioneros se encontraban en una situación de despersonalización, no eran capaces de creer en su
libertad, no sentían alegría ni ninguna emoción. Habían perdido la capacidad de alegrarse y poco a poco la
recuperarían.
−El desahogo
Una persona sometida a tensión psicológica durante tanto tiempo corre un cierto peligro en el momento de la
liberación. Este peligro es la contrapartida psicológica de la aeroembolia.
El hombre liberado repentinamente, puede sufrir un daño en su salud psíquica; además de la deformidad
moral, la amargura y el desencanto que sufrían al retornar a sus vidas también podía dañarles la personalidad.
Transcurrido el tiempo, cuando los prisioneros volvieron la vista atrás, no fueron capaces de entender como
pudieron soportar todo aquel sufrimiento. Al igual que acogieron la liberación como un sueño, ahora las
vivencias en el campo las tienen como lejanas pesadillas.
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