Ortega y Gasset O rtega y Gasset: Nace en Madrid el 3 de Mayo de 1883, en una familia de periodistas. Se forma así en un ambiente de interés por la incierta y diaria crónica de la vida. Sus estudios superiores de Derecho y Filosofía los realizó primero en Deusto y, luego, en Madrid. Aquí fue discípulo del Krausista Nicolás Salmerón y, por estos años, abandonó su fe católica, sin que parezca que la recuperase nunca posteriormente. Ejerció su primera docencia en la Escuela Superior de Magisterio y fue colaborador del periódico El Imparcial y de Vida Nueva. Amplió sus estudios desde 1905 hasta 1908 en Alemania, a laque volvió en 1911, recién casado, y permaneció allí un año entero. Él mismo llegó a afirmar que las tres cuartas partes de su cultura las aprendió en Alemania. No extraña, por ello, su filogermanismo. Su preocupación por la política le llevó a fundar la Liga de Educación Política Española, de tendencia liberal y socializante. Sus convicciones le empujaban a creer que solamente la república podría solventarlos problemas de España. Funda en 1923 la revista de occidente y, en 1929, dimite como profesor de la universidad de Madrid para protestar por la Dictadura de Primo de Rivera. Participa con Unamuno, Ayala, Marañon y otros en la Agrupación al Servicio de la República, pero, instaurada ésta, no deja de decepcionarle, llegando a decir no es esto; no es esto. Después de la Guerra Civil se refugió en Argentina y, a partir de 1946, fijo su residencia en Lisboa. Vuelto a Madrid fundó con Julián Marías el Instituto de Humanidades, muriendo unos años más tarde. Creó una escuela filosófica llamada la escuela de Madrid, de donde salen escritores tan prestigiosos como Javier Zubiri, José Luis Aranguren, Ferrater Mora y Julián Marías. Ortega y Gasset es una de las figuras cumbres de la intelectualidad española del presente siglo. Con su labor divulgadora de las principales culturales del momento y con su propio pensamiento personal, definido, si no por la objetividad, si por el rigor y elegancia de su exposición y por su sugestiva originalidad, Ortega se presenta como uno de los hombres que más han contribuido a la renovación del panorama español. También ha contribuido en la formación del lenguaje castellano con la aportación de más de tres mil términos, muchos de ellos recuperados del Quijote, términos que estaban en desuso. Dentro de un estilo caracterizado por la claridad y la belleza formal, así como por el empleo constante y siempre adecuado de la metáfora, que lo presenta no solo como un feliz recurso literario sino también como un eficaz recurso para facilitar la comprensión de las ideas expuestas. La amplia producción ensayista de Ortega incluye una amplia multiplicidad de tema, de las que constituyen un ejemplo representativo de ocho volúmenes de artículos que sobre un sinfín de materias aparecen reunidos en su libro El Espectador. Sus obras tratan sobre todo de tres temas principales: la historia, la estética literaria y artística y la filosofía. Al primer campo pertenecen dos ensayos relativos a España y a Europa: España invertebrada (1921) y La rebelión de las masas (1930) en las que se ponen de relieve el espíritu elitista de Ortega y su desconfianza frente a la gran masa del pueblo, al señalar que la razón de la crisis española y europea se halla en la carencia de minorías egregias y en el imperio imperturbado de las masas. En el terreno de la estética se incluye La Deshumanización del Arte (1925), en la que Ortega analiza el arte nacido a raíz del primer conflicto mundial y elogia sus notas definitorias (deshumanización; tendencia a la estilización deformadora y fuga de la realidad; carácter lúdico; y configuración como arte de minorías) 1 En el campo de la filosofía, El tema de nuestro tiempo (1925), representa una aportación trascendental al pensamiento occidental del siglo XX. En esta obra, además de exponer la teoría del perspectivismo según la cual todas las concepciones del mundo son igualmente validas pues la verdad es subjetiva y depende del enfoque desde el que se examinen las cosas, se rompe con él yo y la razón vital y la relación del yo con su circunstancia como realidad radical del hombre. La idea del principio en Leibniz, es la más extensa y densa de cuantas escribió Ortega, y ocupa un puesto central de su producción filosófica. El tema de esta obra es el examen de los modos de pensar que en la tradición filosófica y científica se vienen practicando. Su fama internacional se ha debido sobre todo a su libro: La rebelión de las masas, tal rebelión estriba en el rechazo de toda norma superior, en especial el respeto por las elites y el desprecio por la inteligencia. Se rechaza así la guía ejemplar de los mejores y se pierde en las masas toda noción del deber y de servicio. Además no se ofrece nada alternativo porque es una mera negación, que oculta un efectivo parasitismo. El hombre−masa está aún viviendo precisamente de lo que niega y otros construyeron o acumularon. Importancia de nuestra vida individual. ¿Por qué Ortega dice que yo soy yo y mi circunstancia? S egún Ortega, el hombre es el único responsable de sí mismo. Nadie puede elegir ni escoger por él. Él debe empeñarse personalmente en la construcción de sí mismo, este empeño convierte a cada vida en un proyecto personal e intransferible. La verdad fundamental, según Ortega, está en yo con las cosas, somos el mundo y yo. Pero es un yo que coexistiendo con el mundo, conserva su identidad, su intimidad, su autenticidad. Atendiendo a esta idea, Ortega nos propone superar dos posturas, Realismo e Idealismo, con los siguientes argumentos: • Contra el Idealismo: el sujeto no es el eje entorno al cual gira la realidad. • Contra el Realismo: el sujeto no es un simple trozo de realidad ni un ser abstracto, es una realidad concreta que vive aquí y ahora, es una vida. La vida es la realidad radical y dentro se encuentran las demás realidades. La vida de cada cual es la existencia particular y concreta. El mundo es lo que nos afecta. Y vivir es hallarse cada cual a sí mismo en un ámbito de temas, de asuntos que le afectan. Así, la vida se encuentra a sí misma a la vez que descubre el mundo. No hay vivir si no es en un orbe lleno de otras cosas, sean objetos o criaturas; es ver cosas y escenas, amarlas u odiarlas, desearlas o temerlas. Todo vivir es ocuparse con lo otro que no es uno mismo, todo vivir es convivir con una circunstancia. Todo ser humano nace y vive en un mundo concreto que limita y condiciona sus posibilidades intelectuales, morales, educativas etc. Todos conocemos las cosas desde nuestra personal situación y a través de un punto de vista, el nuestro, no−coincidente con el de los demás En efecto «La realidad no puede ser contemplada sino desde el punto de vista que cada uno ocupa, fatalmente, en el universo». En resumen, cuando Ortega utiliza el término vida, lo hace primero en el sentido de vida humana o biográfica, pero además, le da otro sentido: lo que está entorno al hombre, lo que lo rodea, no sólo lo inmediato, sino también lo remoto, no sólo lo físico, sino también lo espiritual. La vida es algo concreto, incomparable, único. La vida es individual, es como un escenario, tragedia o drama, es algo que el hombre hace y le pasa con las 2 cosas, << yo soy yo y mi circunstancia >>, la realidad circunstante forma la otra unidad de mi persona. Así diríamos que la circunstancia es todo lo que no soy yo: los demás, las creencias, mi alrededor. ¿Qué es lo social? ¿Cuáles son los hechos sociales propiamente? ¿Qué es un uso? L a vida social es connatural con el hombre y sólo por la sociedad él puede realizarse como proyecto personal y libre. Ella exige que muchos compartan los mismos usos y costumbres, lo que hará posible la aceptación sin violencia de las leyes y de la autoridad. Ortega, confía en la posibilidad de las sociedades para progresar evolutivamente. Los hechos sociales o colectivos son fenómenos de vida humana y no hechos de la naturaleza física o simplemente biológica. Lo social es todo aquello que surge por la interacción entre semejantes a uno mismo. Ortega llama uso a lo que pensamos, decimos o hacemos por lo que se piensa, se dice o se hace. Los hechos sociales son primariamente usos (costumbres, hechos, normas...). Estos usos no surgen originariamente del individuo sino que son impuestos por la sociedad o por la gente. Si no los seguimos, la sociedad ejerce represalias contra nosotros. Los usos son irracionales e impersonales; nos permiten prever la conducta de los individuos que no conocemos, permiten la casi convivencia con un extraño. Además, los usos nos dan la herencia del pasado y no ponen a la altura de los tiempos y por eso puede haber progreso e Historia, porque hay sociedad. ¿Cómo ve a la juventud europea? ¿Qué opinas tu? O rtega, en el momento que escribió el libro describía una juventud frívola y estúpida, cuyo máximo objetivo era divertirse. Pero conforme vamos leyendo el capítulo observamos que Ortega, en ese momento, consideraba que la juventud estaba cambiando. Este cambio se refiere a que la juventud (personas entorno a los 20 años) ya se dejaba influenciar más por la madurez de generaciones mayores que la suya. Según este filósofo, a lo largo del tiempo la sociedad, o se orienta a la juventud, o se orienta a la madurez. Por ello, nos dice que, en los años que escribió el libro, la sociedad estaba orientándose a la madurez tras esa etapa joven que según él estaba empezándose a ser superada. Yo, personalmente, creo que lo que dice Ortega pude ser cierto, pero, enmarcado en el momento en el que escribió el libro, ya que en la actualidad los jóvenes son entorno a los que gira el mundo. ¿Qué mujer no desea un cuerpo joven?, ¿Qué agencia publicitaria no desea que se incorpore a ella un joven creativo rebosante de imaginación e ideas?... pero también he de decir que coincido con el autor en que la juventud es más madura a la hora de construirse un futuro, es decir, la juventud actual no es tan despreocupada como la que nos describe Ortega; La juventud de nuestros días busca diversión, pero también busca un futuro optimo y acorde a sus intereses. ¿Qué dice Ortega sobre la mujer y la relación hombres y mujeres? ¿Estas de acuerdo? A 3 ntes de empezar hay que decir que Ortega destaca la idea de que no se pueden comparar sexos, ya que, no por ser ambos seres humanos, hombres y mujeres son iguales. Para que entendamos que hombres y mujeres no son iguales Ortega describe las cualidades de cada sexo que impiden esa igualdad que actualmente es muy demandada. Según el autor no es que la diferencia entre hombres y mujeres sea únicamente corporal, sino que hay diferencias de todo tipo y por ello enumera las tres características diferenciadoras propias de la mujer: • La humanidad intima de la mujer se caracteriza por ser esencialmente confusa: Ortega, antes de empezar, aclara que esto no es un defecto, sino una cualidad que contribuye a que el varón se sienta atraído por ella. A diferencia de la mujer que es un ser de naturaleza confusa, el hombre esta hecho de claridades, es decir, por muy estúpido que sea lo que piense el se ve claro. • La mujer se nos presenta como una forma de humanidad inferior a la varonil: según Ortega, la mujer es débil, y siendo débil nos hace felices a los hombres y ella es feliz sintiéndose débil. • La mujer tiene una relación entre ego y cuerpo muy intima: a diferencia de la mujer, el hombre da mucha menos importancia al cuerpo que la mujer, es decir, entre el alma del hombre y el mundo exterior no se interpone nada; sin embargo, entre el alma de la mujer y el exterior se interpone su cuerpo, ya que la mujer se preocupa más por él. Como consecuencia de esto, al preocuparse más por su cuerpo, este, se convierte en un reflejo de su alma, lo cual nos provoca una gran atracción a los hombres, El cuerpo de ella es un alma. En cierto modo estoy de acuerdo con Ortega, ya que por mucho que se tienda en la actualidad a olvidarlo, hombres y mujeres somos muy diferentes porque tenemos unas condiciones físicas y psíquicas que nos impiden ser iguales. Personalmente estoy de acuerdo en que las mujeres puedan trabajar como los hombres, también estoy de acuerdo en que tengan las mismas oportunidades..., es decir, no soy nada machista, pero creo que, por mucho que se quiera, hombres y mujeres nunca serán iguales porque somos seres diferentes, que piensan diferente, que físicamente son diferentes, y cuya única cualidad en común es la de pertenecer a la raza humana, con los rasgos característicos que ésta conlleva. Importancia del tacto para descubrir lo que no es nosotros mismos. ¿qué son los campos pragmáticos? S egún Ortega el tacto es el sentido mas importante que poseemos, ya que se distingue de los demás sentidos en que en el tacto van dos cosa unidas, el cuerpo que tocamos y nuestro cuerpo, así se puede decir que es la relación entre el cuerpo del otro y el nuestro lo que nos lleva a descubrir lo que no es nosotros mismos. El tacto es el sentido que nos lleva a afirmar que estamos rodeados de cuerpos, y sin el tacto no estaríamos seguros de que lo que nos rodea fuera real o una simple visión. Es el contacto entre cuerpos lo que nos hace estar seguros de que alguien o algo esta delante nuestro. El cuerpo es el que nos ayuda a percibir nuestro alrededor, así Ortega llega a decir que el hombre es ante todo alguien que esta en un cuerpo y que en este sentido sólo es un cuerpo. El cuerpo hace que seamos seres espaciales, es decir, que ocupamos un espacio concreto en un momento concreto, lo cual nos impide estar en otro lugar al mismo tiempo. De este idea surgen tres nuevos conceptos: • El aquí: el lugar que ocupa mi cuerpo es el aquí. • El allí: todo lugar que se encuentra alejado de mi aquí. 4 • El ahí: indica lo próximo a mi aquí. Según Ortega nuestro mundo esta organizado en campos pragmáticos. Los campos pragmáticos son, por ejemplo, el mundo de la caza, el mundo del deporte, el mundo del trabajo, el mundo del estudio... así cada cosa pertenece a un campo pragmático. Cada uno vive en su mundo que a la vez esta dividido en varios campos pragmáticos, así cada cosa que nos aparece, nos aparece perteneciendo a uno de esos campos. Se podría decir que tenemos nuestra vida estructurada en un esquema y cada cosa que nos aparece la encuadramos en una parte u otra del esquema. Opinión personal del libro E l libro sobre el cual he realizado este trabajo me ha parecido de un gran interés. La verdad es que no había leído nada de este autor y al leerlo me a sorprendido mucho la fluidez de su escritura, es decir, lo increíblemente sencillo, comprensible y rápido de leer que me a parecido. En cuanto a la temática me parece un libro muy interesante que, a pesar de que aborda tan solo dos ideas (la vida y el yo), lo hace desde tantos ángulos que sorprende la cantidad de cosas que hay que decir sobre estas ideas. He de decir que el tema del libro me ha enganchado porque leer libros sobre temas filosóficos que me obliguen a pensar me encanta. El estilo de Ortega me a gustado mucho, como ya he dicho, por su fluidez; pero en algunas paginas me a costado entender la idea que nos expone porque las ideas en si ya eran complicadas y expresarlas aun más, por eso aplaudo la maestría de Ortega a la hora de emplear el lenguaje, ya que desde mi punto de vista hay ideas que alguien normal como yo no sabría como expresarlas en el papel. Un ejemplo de idea complicada que no sabría expresar, o que me costaría mucho hacerlo, es la 3ª característica de la mujer (relación cuerpo−ego) en el capitulo VI, página 141. Es un libro estupendo en su conjunto Fdo: Bibliografía • Ortega y Gasset, José (1933) el hombre y la gente. Editado por la Revista Occidente para Alianza Editorial: Madrid. • Baigorri Goñi, José (1998) Textos de filosofía LOGSE. Ediciones Laberinto: Madrid. • García García, Mª Luisa (1998) Historia de la filosofía. Editorial Editex: Madrid. • (1982) Enciclopedia Durvan. Editorial Durvan: Bilbao 5