1− INTRODUCCIÓN En este trabajo voy a intentar aclararme a mi mismo el tan famoso ¿qué es el hombre?; pero hasta qué punto llega nuestra ignorancia si no sabemos ni lo qué somos... Todas la culturas cuentan con una determinada concepción del ser humano. No podía se de otro modo ya que, al ser la cultura obra suya, no podía dejar de atribuirse un cierto protagonismo en relación con los otros seres distintos de él, en medio de los cuales se desarrolla. Por eso, cuando desde la filosofía se ha planteado el problema del hombre − en qué consiste ser hombre − se ha pretendido buscar alguna propiedad que, por pertenecerle a él en exclusiva, inmediatamente lo diferencie de todos los demás seres. Tiene o no naturaleza, algo propio, y como tal una esencia, algo que le haga ser lo que es y no otra cosa, algo, en definitiva, que establezca su diferencia específica dentro de su género animal. Las respuestas a este problema así planteado han sido afirmativas. Se ha definido al hombre como animal social, animal racional, animal que hace o fabrica cosas, como el ser que conoce, que es capaz de hablar, capaz de manejar símbolo, dominador de la naturaleza mediante la técnica y la ciencia, etc. Sin duda alguna, hay que continuar afirmando que el hombre es el objeto de estudio propio de la humanidad: lo principal continúa siendo conocernos a nosotros mismos. Las ciencias que estudian al hombre nos dicen que está constituido por un organismo, resultado de un proceso muy complejo de evolución de la vida, denominado proceso de hominización. Este proceso introdujo en el planeta una nueva dirección, es decir, la evolución de la vida del hombre en términos de sociedad humana. Las diferencias de condición con respecto a los demás seres son muy grandes porque dirige el proceso mediante la cultura, su verdadera naturaleza, en beneficio propio. En este sentido, afirmamos que el hombre tiene historia, está sometido a un proceso de humanización. El hombre va siendo y dessiendo −viviendo− Va acumulando ser −el pasado−: se va haciendo un ser en la serie dialéctica de sus experiencias... El hombre es lo que le ha pasado, lo que ha hecho... En suma, que el hombre no tiene naturaleza, sino que tiene historia. O lo que es igual: lo que la naturaleza es a las cosas, es la historia −como res gestae− al hombre. J. ORTEGA Y GASSET: Historia como sistema, pp 79−80 ¿Cómo podemos saber qué es ese ser humano que, a fin de cuentas, somos? ¿Observando sus formas de vida? ¿Acudiendo a las ciencias biológicas, culturales e históricas? ¿Cómo averiguar si la forma en que se vive en un momento histórico es auténticamente humana? ¿Acaso podemos descubrir una naturaleza humana, permanentemente en el espacio y en el tiempo? Resulta muy difícil llegar a conocer lo que es verdaderamente el ser humano. En principio, por su carácter problemático, incluso enigmático y misterioso, así como su dudable libertad de elección o su posible unidad cuerpo−espíritu. Ahora entraré en profundidad en aquellos aspectos más dudosos sobre el hombre tratándolos desde diferentes puntos de vista como son todos los importantes filósofos y también intentaré dar mi opinión siempre bajo la tutela de alguno de ellos. 2− EL ORIGEN DEL HOMBRE 1 − Linneo (1707 − 1778), al inventariar los productos o bienes de la naturaleza, estableció lo que denominó systema naturae o sistema de la naturaleza, en el que establecía una clasificación de los animales y de las plantas, de sus especies, en principio, según el grado de similitud que aparecía entre ellas. Sin embargo, acabó estableciendo la existencia de parentesco o de comunidad de origen entre las especies. Así, por ejemplo, colocó al hombre entre los animales vertebrados en general, entre los mamíferos en particular y entre los primates en específico, junto con los monos. − El hombre es una animal más, producto de la evolución biológica. El hombre no ha existido siempre sobre la Tierra, sino que apareció en un tiempo relativamente reciente. Como cualquier otra especie viviente, la especie humana representa el término de una larga serie de transformaciones, de un proceso evolutivo. − El hecho de la aparición del hombre es el caso más notable de la evolución biológica porque, una vez conseguidos los caracteres que lo hicieron posible, se produjo una inflexión o cambio cualitativo de tendencia, es decir, se produjo la emancipación de lo biológico para dar paso a la evolución cultural exclusiva del hombre. Éste ya no evoluciona en términos de individuo sino de sociedad e influye en todo el proceso anteriormente explicado. Así lo señala Faustino Cordón en su libro La naturaleza del hombre a la luz de su origen biológico, cuando dice: La aparición del hombre nada menos que culmina y cierra la evolución de los animales. El hombre es un animal más (un animal genuino, un individuo directamente supracelular), pero podemos afirmar que ya no constituye una especie animal. En efecto: 1. Por una parte, a diferencia de las especies animales, que se caracterizan precisamente por el hecho de que cada una evoluciona por la selección de sus individuos ejercida por un determinado conjunto de otras, el hombre deja de evolucionar en término de otros animales y pasa a hacerlo en términos de la sociedad humana. 2. Y, en segundo lugar, el hombre mismo, lejos de tender a diferenciarse en especies, (por ley de la evolución cultural), tiende a una progresiva integración: a que cada hombre viva (sea) en función de grupos sociales cada vez más amplios, que en aspectos cada vez más numerosos, alcanzan ya a la humanidad entera. Por otra parte, el hombre, desde su surgimiento, interfiere con amplitud e intensidad creciente sobre la evolución natural de los animales, a la que desorganiza cada vez más, de modo que el paulatino aumento de número de especies propio de la evolución de los animales, va siendo sustituido por una acelerada desaparición de especies. En resumen, el cambio esencialísimo que ha supuesto la parición del hombre puede enunciarse diciendo que ha cerrado la evolución animal (que ha pasado a producirse bajo su conducción o, al menos, sufriendo su influencia) y ha iniciado una evolución primitiva suya: la de los individuos humanos en función de la sociedad y viceversa. El hecho diferencia, evidentemente, al hombre, por su naturaleza, de la de todos y cada uno de los demás animales y obliga a entender el surgimiento del hombre contratándolo con el proceso de la evolución conjunta de todos los animales, de la que el hombre es el resultado decisivo, final. Sobre el vasto telón de fondo de toda la evolución animal habremos, pues, de interpretar el proceso concreto de especialción que a partir de grupos de un mono antropoide dio origen al hombre (a la nueva especie que al surgir dejaba de ser especie animal), esto es, al proceso de hominización. F. CORDÓN: La naturaleza del hombre a la luz de su origen biológico, págs 17−18 2.1− Teoría de la Evolución 2 2.1.1− Teoría de Lamark − Fue Lamark quien en su Filosofía zoológica, publicada en 1809, hizo una exposición rigurosa de la teoría de la evolución. Sus estudios geológicos y paleontológicos unido al examen de las relaciones que había entre grupos y subgrupos orgánicos, le condujeron ala convicción de que la Naturaleza formaba un todo continuo en el que las plantas y los animales, una vez que emergieron de la materia inanimada por generación espontánea, formaron dos líneas evolutivas en las que los seres se van produciendo sucesivamente de acuerdo con una tendencia hacia el perfeccionamiento. − En esta evolución, las especies no siguen una línea continua sino que los grandes cambios que se han producido en le medio ambiente han obligado a los seres vivos a su consiguiente adaptación ocasionando numerosas diversificaciones. Por tanto, la evolución sería el resultado de la necesidad que tienen las especies de adaptarse al medio ambiente en el que viven mediante el desarrollo de los órganos adecuados, la atrofia de los inadecuados o la creación de otros nuevos: es la ley del uno y desuso de los órganos, siempre de acuerdo con el principio de que es la función la que crea el órgano. 2.1.2− La selección natural − Darwin en 1859 publicó El origen de las especies por medio de la selección natural asumiendo la teoría evolucionista y aportando en su favor las pruebas que había recogido en sus viajes. Tomando de Thomas R. Malthus el hecho de que las poblaciones de seres vivos aumentan en mayor proporción que el alimento disponible − lo que obliga a una lucha por la supervivencia −, y considerando la selección que conseguían los ganaderos mediante el cruce de razas con el fin de mejorar algunas de las cualidades de los animales, Darwin formulaba en su libro el principio fundamental de su teoría: la selección natural. − La evolución biológica se explica mediante un proceso de selección natural y no mediante un proceso de adaptación al medio ya que tiene origen en el mismo ser vivo y no en el medio en que se desarrolla. El crecimiento de las poblaciones obliga a los individuos de la especie a una lucha por la existencia en la que solamente sobreviven los más aptos, los que presentan variaciones más favorables para adaptarse al medio, variaciones que no transmitidas a sus descendientes. 2.1.3− Teoría sintética de la evolución − También llamado darwinismo actualizado ha ido incorporando estos nuevos descubrimiento para ampliar y perfecciona la teoría de la evolución como un proceso continuo que se realiza a través de la selección natural. − Las mutaciones originan los caracteres que producen la variación progresiva de las especies. Diversas mutaciones se producen al azar y se ven muy favorecidas por radiaciones de origen diverso o por algunos agentes químicos, etc. Luego, por efecto de migraciones, cambios climáticos o fenómenos biológicos, se producirían aislamientos entre grupos de una misma especie, los cuales siguiendo caminos particulares diversificarían la especie. La Naturaleza como sistema dinámico, mediante la selección natural, se encarga de dirigir el curso de la evolución produciendo la mejor adaptación de todos los seres vivos. 3− LA CULTURA COMO EMANCIPACIÓN DE LO BIOLÓGICO − La evolución biológica, como acabamos de ver, lleva a la vida social organizada por medio del lenguaje, lleva a la cultura. Con ella el hombre se va distanciando de todas las demás especies y las va sometiendo de tal modo que ya no evolucionará como ellas diferenciándose en nuevas especies en términos de selección natural de individuos, sino realizando una integración de grupos sociales cada vez más amplios, evolucionando en términos de sociedad humana. 3.1− El hombre, animal cultural 3 − La cultura es parte integrante de la naturaleza del hombre, le marca su propia condición de vida en medio de sus semejantes y, a través de ellos, con el medio que le rodea. − A diferencia de todos los demás animales, que solamente tienen cuerpo celular, nosotros tenemos, a la vez, cuerpo celular y cultura supracelular. Somos producto de la evolución de la vida, pero con nuestros propios productos hemos llegado a salirnos de esa evolución. Para abordar como científicos monistas el estudio de la naturaleza del hombre, dicho de otro modo, para abordarlo al modo científico en términos del proceso de toda la realidad, tenemos que recordar una vez más que el hombre, como aseveró antes que nadie Darwin, es un animal genuino, diríamos hoy un individuo de nivel directamente supracelular, que, como todo ser vivo, consta de un soma, en su caso un conjunto de células íntimamente cooperante, y un organismo, psiqué, campo físico unitario que en él resulta de actividad coordinada de células a ello especializadas y que permite, que media, esta íntima cooperación. F. CORDÓN: La naturaleza del hombre a la luz de su origen biológico, pág. 129 3.2− La cultura, proceso acumulativo − No obstante, está claro que solamente podremos comprendernos a través de la consideración de la cultura como el resultado que culmina todo el proceso de la realidad, de todo cuanto existe. Por la cultura debemos reconocernos en todos los pasos anteriores que conducen a ella; solamente después de asumirlos podremos valorarnos en toda nuestra extensión. − Hay que entender por cultura, entonces, todo lo que hemos ido añadiendo desde nosotros mismos a todo el proceso de desarrollo de la vida incluyéndonos en él, todo lo que hemos dicho y echo en el sentido más amplio posible y que constituye nuestro propio modo de ser y de vivir: Desde que apareció el ser que se ha llamado homo sapiens, hombre sabio, este ser tardío surgido de los seres vivos que debía dominar el planeta, no ha cesado de desarrollar sus contactos con el mundo exterior, a la vez que se organizaba en colectividades más y más amplias y complejas. Aprendiendo a dominar y amaestrar las fuerzas materiales, a disciplinar sus instintos y a usar de su razón, creando íntegramente todo cuanto son las industrias y las técnicas, las ciencias y las arte, las filosofías, las leyes y las morales, se ha distanciado continuamente de sus humildes orígenes. J. ROSTAND: El hombre, pág. 141 4− EL HOMBRE ¿UN ANIMAL RACIONAL? 4.1− Filosofía Griega − Comenzó concibiendo al hombre como un ser racional, como un ser que posee logos (que en griego significa a la vez razón y palabra); es decir, un ser que tiene la capacidad de pensar y decir lo que son los seres. El hombre es un ser entre muchos seres. Sin embargo, debido a esa capacidad, el hombre adquiere cierta categoría, destaca, diferenciándose, de los demás seres. − Situaron al hombre en medio de los dioses y de las fieras. Tenía algo de ambos: la razón que poseen los dioses y el carácter animal de las fieras. 4.1.1− Platón 4 − Platón concibe al hombre como ciudadano de dos mundos: el mundo sensible y el mundo inteligible, aunque como ser racional está llamado a serlo definitivamente del segundo. − Aquí tenemos una definición que dio Platón del hombre: Hombre. Animal sin alas, con dos pies, con las uñas planas; el único entre los seres que es capaz de adquirir una ciencia fundada en razonamientos. 4.1.2− Aristóteles − Aristóteles ve al hombre a diferencia de todos los animales en la posesión de la razón o al menos de saber utilizarla. Nos da a entender con mayor claridad en este texto: Se admite que hay tres cosas por las que los hombres se hacen buenos y virtuosos, y esas tres cosas son la naturaleza, el hábito y la razón. Los otros animales viven primordialmente por acción de la naturaleza, si bien algunos, en un grado muy pequeño, son también llevados por los hábitos; el hombre, en cambio, vive también por acción de la razón, ya que es el único entre los animales que posee razón; de manera que en él estas tres cosas deben guardar armonía recíproca entre sí. Los hombre, en efecto, obran con frecuencia de manera contraria a los hábitos que han adquirido y a su naturaleza a causa de su razón, si están convencidos de que algún otro camino de acción les es preferible ARISTÓTELES: Política, VII, 12, 1332b. 4.2− Pascal − Pascal por encima de todas las cosas ve al hombre como algo pensante, siendo esta la cualidad indispensable que hace al hombre ser hombre. El hombre es una caza, la más débil de la naturaleza; pero es una caña pensante. No hace falta que el universo entero se arme para aplastarla: un vapor, una gota de agua basta para matarla. Pero aunque el universo lo aplaste, el hombre sería todavía más noble que lo que lo mata, puesto que sabe que muere y el poder que el universo tiene sobre él ; el universo, en cambio, no lo sabe. PASCAL, Pensamientos, 347. 4.3− ¿Sólo un animal racional? − E. Morín en su libro El paradigma perdido: el pasado olvidado, nos da otra visión del hombre que nos hace pensar si es algo más que un ser racional: Ante todo, el hombre no puede verse reducido a su aspecto técnico de homo faber, ni a su aspecto racionalístico de homo sapiens. Hay que ver en él también el mito, la fiesta, la danza, el canto, el éxtasis, el amor, la muerte, la desmesura, la guerra... No deben despreciarse la afectividad, el desorden, la neurosis, la aleatoriedad. El auténtico hombre se halla en la dialéctica sapiens−demens... E. MORÍN: El paradigma perdido: el pasado olvidado. Ensayo de bioantropología pág. 235 CONCLUSIÓN PERSONAL Yo pienso que tanto Aristóteles, Pascal y E. Morín tienen razón en sus pensamientos. Aunque cabe decir que la postura más completa es la última ya que se toman en cuenta los sentimientos (la pasión, el amor, la muerte...), que además de la razón, toman un importante partido si tenemos que ver al hombre desde un punto 5 de vista objetivo. 5− EL HOMBRE ¿CENTRO DEL UNIVERSO? 5.1− De los Primitivos al Renacimiento − Según Martín Buber, el hombre se vuelve él mismo problemático cuando se siente solo en el mundo, perdido en el universo: Podemos distinguir en la historia del espíritu humano épocas en que el hombre tiene aposento y épocas en que está a la intemperie, sin hogar. En aquéllas, el hombre vive en el mundo como en su casa; en las otras, el mundo es la intemperie, y hasta le faltan a veces cuatro estacas para levantar una tienda de campaña. En las primeras, el pensamiento antropológico se presenta como una parte del cosmológico; en las segundas, ese pensamiento cobra hondura y, con ella, independencia. M. BUBER: ¿Qué es el hombre?, págs. 24 − 25 − Ha habido épocas en las que el hombre se ha sentido centro del mundo, y épocas en las que se ha sentido arrojado al mundo. Ahora veremos lo que ha ido pensando el hombre desde sus principios: • Los PRIMITIVOS, probablemente vivían en el mundo como en su propia casa. Según la tesis del etnólogo francés Lévy−Bruhl (hoy escasamente aceptada), la mentalidad del hombre primitivo era radicalmente diferente de la nuestra y más cercana de la mentalidad infantil: el primitivo no se sentía distinto del mundo en que vivía, y su modo de relacionarse con las cosas era una especie de participación mística. • Para los ♦ FILÓSOFOS GRIEGOS el mundo era también la casa del hombre, puesto que lo concebían como un espacio limitado en cuyo centro se encuentra la Tierra (geocentrismo). Decían que el hombre era un microcosmos, un mundo en pequeño, una réplica del universo compuesta por los mismos elementos (tierra, aire, agua y fuego). • Para los ♦ filósofos CRISTIANOS MEDIEVALES, se basan en la idea bíblica de que Dios ha creado el Universo y ha colocado al hombre como centro y rey de la creación. Todo existe para el hombre, y el hombre debe vivir para Dios. • En el ♦ RENACIMIENTO se quiebra todo lo anterior. La Tierra ya no es el centro(heliocentrismo), y para algunos el Universo es infinito: entonces ya no hay ni siquiera un centro del mundo 5.2− Época Moderna − Es ahora cuando la ruptura se hace grande: el hombre empieza a recluirse en su propia interioridad y, por tanto, a perder contacto con el mundo. En la literatura del barroco castellano encontramos un fuerte pesimismo ante la vida, la consideración de la realidad como un sueño , algo que nos refleja claramente la obra de Calderón de la Barca: ... Sueña el rico en su riqueza que más cuidados le ofrece; sueña el pobre que padece su miseria y su pobreza; sueña el que afana y pretende, sueña el que agravia y ofende, y en el mundo, en conclusión, todos sueñan lo que son, aunque ninguno lo entiende. Yo sueño que estoy aquí, de estas prisiones cargado, y soñé que en otro estado más lisonjero me vi. 6 ¿Qué es la vida? Un frenesí. ¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción, y el mayor bien es pequeño; que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son. CALDERÓN: La vida es sueño, escena XIX − El hombre moderno ha empezado a perder su mundo, ya no tiene casa. Esta tendencia se acentúa con los existencialistas, en un momento en que la segunda guerra mundial había destruido los hogares. − M. Heidegger dice que el hombre es alguien que se encuentra arrojado al mundo 5.3− El hombre, meta del Universo − Si nuestro planeta no ocupa el centro del espacio cósmico, el hombre es la meta y fin de la evolución del Universo. Teilhard de Chardin lo expresa de esta manera: ¿Qué sentido tiene este devenir? ¿Está dirigida la evolución? Lo que me propongo en este ensayo en construir una figura del mundo físico alrededor de la persona humana, escogida como elemento significativo de todo el sistema... La verdad del hombre es la verdad del universo para el hombre; es decir, la verdad simplemente... P. T. de CHARDIN, Esbozo de un universo personal, pág. 74 5.4− El hombre, resultado de la evolución − Algunos filósofos piensan que no se puede atribuir meta o finalidad a la evolución. Todo sucede según leyes y causas, pero no hay metas o fines. E hombre es ciertamente el resultado de la evolución, pero no su finalidad. Si ha aparecido el hombre es por pura casualidad, por puro azar. Así lo explicaba Jacques Monod: La vida ha aparecido sobre la Tierra: ¿cuál era antes del acontecimiento la probabilidad de que apareciera? No queda excluida, por la estructura actual de la biosfera, la hipótesis de que el acontecimiento decisivo no se haya producido más que una sola vez. Lo que significaría que su probabilidad a priori es casi nula... El universo no estaba preñado de la vida ni la biosfera del hombre. Nuestro número salió en el juego de Montecarlo. ¿Qué hay de extraño en que, igual que quien acaba de ganar mil millones, sintamos la rareza de nuestra condición? J. MONOD: El azar y la necesidad págs. 158 − 160, 186 y 193 CONCLUSIÓN PERSONAL Yo creo que el hombre no es ni mucho menos el centro del universo, sino una minúscula parte de él. Ni la 7 Tierra es el centro, pero pienso que el hombre puede vivir perfectamente sabiendo que no es el centro de todo y hacer el mundo un lugar habitable en el que no se siente como un extranjero. 6− EL HOMBRE, ¿UN SER SOCIABLE? 6.1− La socialización La socialización es el proceso mediante el cual el individuo es absorbido por la cultura de su sociedad. Fundamentalmente, la socialización es un aprendizaje; en su virtud el individuo aprende a adaptarse a sus grupos, y a sus normas, imágenes y valore. Trátase de un proceso de aprendizaje de conducta (y de ideas y ciencias que a la postre han de plasmarse en la conducta). Como proceso es permanente, pues dura toda la vida del individuo y es perenne en la sociedad. Para el individuo, la socialización es particularmente intensa durante sus primeros años. Y es durante la infancia cuando más clara se ve la naturaleza de la socialización, la cual es, en su carácter de aprendizaje, un proceso de interiorización normativa, imaginativa y valorativa. S. GINER: Sociología, pág. 94 − En efecto, el niño tiene que aprender desde el primer momento pautas de conducta presentes en su medio social, las cuales van configurando su propia identidad y constituyendo su forma de ser en el mundo. Poco a poco el niño va aprendiendo, en el sentido dicho, primero lo que su entorno familiar espera de él: que no se manche la ropa, que bese a la abuelita, que se porte como los niños buenos... 6.2− La sociabilidad natural. Aristóteles. Es evidente que la ciudad−estado es una cosa natural y que el hombre es por naturaleza un animal político... Y la razón por la que el hombre es un animal político es mayor grado que cualquier abeja o cualquier animal gregario es algo evidente. La naturaleza, en efecto, no hace nada sin un fin determinado; y el hombre es el único entre los animales que posee el don del lenguaje. La simple voz, es verdad, puede indicar pena y placer; por tanto, la poseen también los demás animales, ya que su naturaleza se ha desarrollado hasta el punto de tener sensaciones de lo que es penoso y agradable, y de poder significar esto los unos a los otros. Pero el lenguaje tiene el fin de indicar lo provechoso y lo nocivo y, por consiguiente, también lo justo y lo injusto, ya que es particular propiedad del hombre el ser el único animal que tiene la percepción del bien y del mal, de lo justo y lo injusto, y de las demás cualidades morales, y es la comunidad y participación en estas cosas lo que hace una familia y una ciudad−estado ARISTÓTELES: Política, Y, 1, 1253 a − Según Aristóteles, el hecho de que los hombres constituyan sociedad de ninguna manera es una capricho ni fruto de una decisión pactada previamente. El hombre está configurado de tal manera que por naturaleza es un ser social. − Es verdad que físicamente el individuo precede a la sociedad, al estado que dice Aristóteles, de tal manera que en el tiempo, el individuo, la familia o la tribu son anteriores al estado, pero desembocan éste al no bastarse a sí mismos para satisfacer las necesidades del hombre: defensa, trabajo, economía, comercio, etc. − La prueba más definitiva que encuentra Aristóteles para afirmar esa concepción del hombre destinado naturalmente a la sociedad − frente a la sociabilidad de las abejas o el gregarismo de otros animales−, la encuentra en el hecho del lenguaje. La razón por la cual el hombre es, más que la abeja o cualquier animal gregario, un animal social, es evidente: la naturaleza, como solemos decir, no hace nada en vano, y el hombre es el único animal que tiene palabra (logos) 8 6.3− Hobbes. Un estado de guerra. − El filósofo inglés Thomas Hobbes (1588−1679) describe el estado de naturaleza como un estado de guerra permanente, de dominio de los violento y señorío del egoísmo. − Fue este estado de cosas el que los llevó al establecimiento de un pacto salvador. Pero no es suficiente un pacto de unión o de aceptación de las decisiones tomadas − con lo que ya nace la sociedad − sino que se requiere, además, un pacto de sujeción por el que los individuos renuncian a sus derechos y se somete a una forma particular de gobierno civil. A partir de ese momento, los individuos pierden todos sus derechos naturales y los adquiere, todos sin excepción, el estado, como único medio de cumplir la finalidad que se le asigna: salvaguardar la seguridad de todos Es cierto que algunas criaturas vivientes, como las abejas y las hormigas, viven socialmente entre sí (por lo cual Aristóteles las enumera entre las criaturas políticas), aunque no tengan dirección alguna fuera de sus juicios y apetitos particulares, ni palabra mediante la cual pudiera una significar a otra lo que considera oportuno para el beneficio común. Y, en consecuencia, algún hombre puede quizá desear conocer por qué la humanidad no puede hacerlo. A lo cual contesto. Primero, que los hombre están continuamente en competencia de honor y dignidad, lo cual no sucede entre esas criatura; y, en consecuencia, entre los hombres surgen, sobre ese fondo, la envidia y el odio, y finalmente la guerra, pero entre esas criaturas no sucede así. En segundo lugar, que entre esas criaturas el bien común no difiere del privado, y estando por naturaleza inclinadas a lo privado, se procuran con esto el beneficio común. Pero el hombre, cuyo goce consiste en compararse con otros hombres, nada puede gustar salvo lo eminente. En tercer lugar, que esas criaturas, careciendo del uso de la razón (como el hombre) no ven ni piensan ver ningún defecto en la administración de su negocio común En cambio, entre los hombre hay muchos que se piensan más sabio y más capaces de gobernar lo público, y éstos se esfuerzan por reformar e innovar uno de este modo y otro del otro, y con ello lo llevan a la destrucción y a la guerra civil. En cuarto lugar, que tales criaturas, aunque tiene algún uso de la voz para darse a conocer sus deseos y otras afecciones, carecen de ese arte de las palabras mediante el cual pueden unos hombre representar maldad con el viso de lo bueno, y aumentar o disminuir la grandeza aparente de la bondad y la maldad, creando el descontento turbando la paz de los hombres caprichosamente. T. HOBBES: Leviatán, págs 265− 268 6.4− Rousseau Jean−Jacçues Rousseau (1712−1778), filósofo francés nacido en Ginebra, vinculado a la Ilustración y crítico de la misma, a contrapelo del optimismo de la época concibe el progreso como un alejamiento sin retorno de su estado primitivo. Cada vez que acumulamos más conocimiento nuevos, más nos distanciamos de la posibilidad de conocer al hombre natural 6.3.1− El buen salvaje Si Aristóteles hablaba de sociabilidad natural, Rousseau afirma lo contrario: lo natural, lo originario es la insociabilidad; nada había en el hombre primitivo que caminara hacia la constitución de la sociedad. Ni la necesidad de sus semejantes ni la suya propia. El buen salvaje se bastaba, libre de lazos y libre de tentaciones agresivas. 9 Concluyamos que, errante en los bosque, sin industria, sin palabra, sin domicilio, sin guerra y sin vínculos, sin ninguna necesidad de sus semejantes, así como sin deseo alguno de perjudicarles, quizá incluso sin reconocer nunca a ninguno individualmente, el hombre salvaje, sujeto a pocas pasiones, y bastándose a sí mismo, únicamente tenía los sentimiento y las luces propias de tal estado, que sólo sentía sus verdaderas necesidades y no miraba más que aquello que creía interesante de ver, y que su inteligencia no hacía más progresos que su vanidad. Si por azar hacia algún descubrimiento, mal podía comunicarlo por cuanto ni reconocía a sus hijos. El arte perecía con el inventor; no había ni educación, ni progreso, las generaciones se multiplicaban inútilmente y, al partir cada una del mismo punto, los siglos transcurrían en la completa tosquedad de las primeras edades; la especie ya era vieja y el hombre permanecía siempre niño. ROUSSEAU: Discurso sobre el origen de la desigualdad humana, 1030−1040 6.3.2− La propiedad privada Para Rousseau, preocupado continuamente en sus obras por el contraste entre hombre natural y hombre artificial, la sociedad es la causante de todo lo negativo que hay en le hombre − la desigualdad, la insolidaridad, la violencia−, provocado inicialmente todo ello por la aparición de la propiedad privada. El primero a quien, tras haber cercado un terreno, se le ocurrió decir esto es mío y encontró gentes lo bastante simples para creerlo fue el verdadero fundador de la sociedad civil. ¡Cuántos crímenes, guerras, asesinatos, cuántas miserias y horrores hubiera ahorrado al género humano el que, arrancando las estacas o rellenando la zanja, hubiera gritado a sus semejantes: ¡Guardaos de escuchar a este impostor; estáis perdidos si olvidáis que los frutos son de todos y que la tierra no es de nadie! ROUSSEAU: Discurso sobre la desigualdad humana II, 10, pág. 119 CONCLUSIÓN PERSONAL El hombre, en conclusión a mi me parece que está llamado a estar integrado en una sociedad. Si es social o no es una de las preguntas más comprometedoras que traten sobre el hombre y si me tuviera que decantar no sabría bien hacia donde hacerlo. 7− EL HOMBRE ¿DIGNIDAD O MISERIA? − En el siglo XVII, Blaise Pascal expuso con gran dramatismo la concepción ambigua del hombre como ser contradictorio, capaz de lo mejor y de lo peor. Junto a una inmensa miseria, se manifiesta en el hombre una inmensa grandeza, ya que según su fin, es grande e incomparable pero, conforme a la multitud, entonces el hombre abyecto y vil (Pensamiento 254). Desarrolla este pensamiento diciendo: No es en el espacio donde debo buscar mi dignidad, sino en el arreglo de mi pensamiento. Yo no tendría más ventajas en poseer tierras: por el espacio, el universo me comprende y me traga como un punto; por el pensamiento, yo lo comprendo a él... Es peligroso hacer ver demasiado al hombre cuán igual es a las bestias, sin mostrarle al mismo tiempo su grandeza. Es también peligroso hacerle ver su grandeza, sin su bajeza. Es todavía más peligroso dejarle ignorar lo uno y lo otro. Pero es muy ventajoso representarle lo uno y lo otro. No es menester que el hombre crea que es igual a las bestias ni a los ángeles, ni que ignore lo uno y l otro, sino que sepa lo uno y lo otro. El hombre no es ni ángel ni bestia, y la desdicha hace que el que quiere hacer el ángel hace la bestia. 10 B. PASCAL: Pensamientos: 265, 328−329 8− EL HOMBRE ¿UN SER ESPIRITUAL? − El problema cuerpo−alma ha sido tratado en filosofía normalmente desde dos perspectivas distintas: metafísica o antropología. 8.1− Metafísica − Desde esta perspectiva se plantea el problema desde el punto de vista del tema teórico de la substancia. Muchos distinguieron entre dos clases de substancias: la material (cuerpo) y la espiritual (espíritus: Dios y el alma), dualistas; otros en cambio, afirmaron que todas las substancias eran del mismo tipo, o todas materiales(materialismo), o inmateriales (espiritualismo), monistas. 8.1.1− Dualismo • Platón lo veía de un modo religioso. Pensaba que el hombre se identificaba con el alma (espiritual, no material), y que el cuerpo no era sino una cárcel. Decía que el hombre no pertenece a este mundo de cosas, sino al mundo inmaterial de las ideas, y debe ansiar volver a él: Mientras tengamos el cuerpo, y nuestra alma se halle entremezclada con semejante mal, no poseeremos suficientemente aquello que deseamos, es decir, la verdad. El cuerpo, en efecto, no acarrea incontables distracciones debido a la necesidad de sustento, y, por si fuera poco, lo atacan enfermedades que nos impiden el conocimiento de lo real. Nos llena de amores, deseos, temores, toda clase de imágenes y tonterías; de tal modo que en lo que de él depende jamás no sería posible ser sabios. También las guerras, discordias y batallas las acarrean el cuerpo y sus deseos... ¿Y no es la muerte una liberación del alma con respecto al cuerpo? Por eso los que filosofan de verdad se preparan para morir PLATÓN: Fedón, 66 b−67 e. • Descartes decía que el cuerpo es una substancia distinta a la cual está unida el alma de un modo prácticamente inexplicable. Veía al alma como un pensamiento y al cuerpo como una mera extensión. • Sto. Tomás ♦ defendió un dualismo restringido: si bien el hombre es una sola substancia, el alma puede existir independientemente del cuerpo (por lo cual, ella es también una substancia, aunque incompleta, ya que por sí sola no es el hombre ni puede realizar toda la actividad humana posible); por otra parte, el cuerpo humano sólo es lo que es gracias al alma, y sin ella se disgrega en sus componentes materiales. 8.1.2− Monismo • El hombre es un ser corpóreo según los filósofos griegos. De acuerdo con esta concepción, Aristóteles afirmó que el alma no es sino la estructura (o forma) y las funciones del cuerpo, considerado como un organismo vivo: El alma no es sino la forma primera de un cuerpo natural organizado. Por ello, no hay que preguntarse si el alma y el cuerpo son una misma cosa, como tampoco si la cera y la impresión que se hace en ella lo son. Y aplicando lo dicho a las partes del cuerpo vivo, habría que decir que si el ojo fuera un animal, la vista sería su alma ARISTÓTELES: Sobre el alma II, 1 • Según Leibniz, el cual tomaba una postura inmaterialista, no admite más que la substancia espiritual. 11 Toda substancia es energía, energía espiritual, capacidad de percepción, aunque según diversos grados de consciencia. 8.2− Antropológica − La filosofía ha abandonado casi completamente los planteamientos anteriores y renunciado a resolver el problema del alma. − Popper explica que cada vez está menos claro lo que se debe entender por materia, lo cual implica que es también difícil saber que significa una substancia inmaterial. − Quizá el problema alma−cuerpo sigue estando mal planteado, por lo cual sigue siendo insoluble. En cualquier caso parece posible mantener estas dos afirmaciones: 1− El hombre es un ser unitario. (Contra Platón y Descartes) 2− La unidad del hombre es de carácter complejo que va contra un monismo reduccionista y simplista que afirmaría que sólo puede ser unitario lo que es simple, es decir, no complejo. CONCLUSIÓN PERSONAL Yo pienso que el hombre es sólo uno, sin distinción de alma y cuerpo pero creo que es difícil demostrarlo debido a la 2ª afirmación de carácter antropológico: La unidad del hombre es de carácter complejo, aunque a mi me parece un poco contradictorio ya que si dice que la unidad (refiriéndose a unión, según mi parecer), tiene que haber al menos dos cosas para unirse en algún momento. 9− EL HOMBRE ¿UN SER LIBRE? 9.1− Ambigüedad de la libertad − Por su dignidad, durante mucho tiempo se ha considerado al hombre como ciudadano de dos mundos: finito−infinito, aunque llamado a serlo definitivamente del segundo. Paralelamente, por su libertad se le ha colocado entre dos alternativas: dependencia−independencia, aunque esté llamado a seguir definitivamente la segunda. − E. Fromm, al estudiar la aparición histórica del concepto del hombre como individuo, plante la ambigüedad de la libertad del siguiente modo: El individuo carece de libertad en la medida en que todavía no ha cortado enteramente el cordón umbilical que lo ata al mundo exterior; pero estos lazos le otorgan a la vez la seguridad y el sentimiento de pertenecer a algo y de estar arraigado en alguna parte. Estos vínculos, que existen antes que el proceso de individuación haya conducido a la emergencia completa del individuo, podrían ser denominados vínculos primarios. Son orgánicos en el sentido de que forman parte del desarrollo humano normal, y si bien implican una falta de individualidad, también otorgan al individuo seguridad y orientación. Son los vínculos que unen al niño con su madre, al miembro de una comunidad primitiva con su clan y con la naturaleza o al hombre medieval con la Iglesia y con su casta social. Una vez alcanzada la etapa de completa individuación y cuando el individuo se halla libre de sus vínculos primarios, una nueva tarea se le presenta: orientarse y arraigarse en el mundo y encontrar la seguridad siguiendo caminos distintos de los que caracterizaban su existencia preindividualista. La libertad adquiere entonces un significado diferente del que poseía antes de alcanzar esta etapa de 12 evolución. E. FROMM: El miedo a la libertad, págs 50−51 9.2− Libertad absoluta. Sartre. − Sartre dice: el hombre carece de naturaleza: es él quien debe hacerse a sí mismo , eligiendo libremente en cada acto que realiza. Por eso el hombre se define como libertad absoluta No hay determinismo, el hombre es libre... Está condenado a ser libre: condenado, porque no se ha creado a sí mismo; libre, porque es responsable de lo que hace. No hay doctrina más optimista, puesto que el destino del hombre está en él mismo, sólo hay esperanza en su acción J. P. SARTRE: El existencialismo es un humanismo págs. 68−69 y 82−83 9.3− Aceptación de la necesidad − Es una ilusión creer que podemos escapar a la necesidad. Todas las cosas le están sometidas, pero sólo el hombre puede saberlo. Sólo al sabio se le puede, de alguna manera, llamar libre: la libertad consiste únicamente en aceptar lo inexorable. − Esta respuesta de los estoicos, que mas tarde reaparecerá en Spinoza. La fórmula aceptar la necesidad se encuentra en un texto clásico del colaborador de Marx, F. Engels, quien se inspira en Hegel: Para Hegel, la libertad consiste en comprender la necesidad: La necesidad es ciega mientras no es comprendida... La libertad de la voluntad no es, pues, otra cosa que la capacidad de decidirse con conocimiento de causa, es esa soberanía fundada en el conocimiento de las leyes necesarias de la naturaleza. La libertad es, pues, necesariamente un producto de la evolución histórica. F. ENGELS: El Anti−Dühring, pág. 125 − En realidad , los marxistas, desde el mismo Engels, intentaron conciliar libertad y necesidad a través del conocimiento: cuanto mejor se comprenden las leyes de la naturaleza y la sociedad, y cuanto más éxito se alcanza en su utilización, más libre se es. 9.4− Kant y la libertad − En el siglo XVIII, Immanuel Kant distingue dos órdenes: el numénico (lo que son las cosas en sí) y el fenoménico ( lo que conocemos). El mundo físico, que es el de los fenómenos, estaría regido por la necesidad causal (determinismo), mientras que el mundo del pensamiento puro o de los noúmenos estaría regido por la causalidad libre (libertad). De este modo, la libertad humana no puede plantearse en el mundo de los fenómenos, sino en el mundo de la conciencia, mediante la cual el hombre asumiría la responsabilidad de su acción. − Se trataría de una libertad formal que no afectaría directamente a las acciones sino al pensamiento, a las intenciones; el hombre sería causa de si mismo. Con esta distinción, I. Kant abrió las puertas a planteamientos sobre la libertad tan opuestos como los idealistas (libertad de espíritu) o los materialistas (libertad de alienación.) 13 Sólo cuando sabemos que actuamos respetando la ley moral actuamos en libertad J. GAARDER: El mundo de Sofía pág. 406 CONCLUSIÓN PERSONAL A mi me parece que el hombre es libre, aunque a medida que va creciendo va perdiendo libertad, se le van cerrando caminos por donde ir. Aunque también pienso que puede ser al contrario, ganar libertad que es a lo que todo hombre aspirar, a poseer el mayor grado de libertad posible. 10− CONCLUSIONES PERSONALES Me parece muy difícil dar una definición total de lo que es el hombre, es algo tan complejo que es imposible meterlo en unas cuantos folios. Además es más difícil todavía debido a que tiene innumerables facetas a contrastar, podríamos estar escribiendo días y hasta años y no llegaríamos a una definición completa y mucho menos válida. Lo que más me ha llamado la atención ha sido las numerosas opiniones de filósofos contradicciéndose a través de los años. No había una cosa aceptada definitivamente cuando ya había otro filósofo diciendo lo contrario. Esto me recordaba a Heráclito y su devenir a causa de los opuestos, y me hacía pensar en que nunca llegaremos a saber lo que es en definitiva el hombre. BIBLIOGRAFÍA ORTEGA Y GASSET, J: Historia como sistema. Sarpe Ediciones. Madrid, 1984 CORDÓN, F: La naturaleza del hombre a la luz de su origen biológico. Editorial Anthropos. Barcelona 1982 ROSTAND, J: El hombre. Alianza Editorial. Madrid, 1984 ARISTÓTELES: Política. Editora Nacional. Madrid, 1977 PASCAL, B: Pensamiento. Ediciones Aguilar. Buenos Aires, 1977 MORIN, E: El paradigma perdido: el pasado olvidado. Ensayo de bioantropología. Barcelona, Kairós, 1974 BUBER, M: ¿Qué es el hombre? México, FCE, 1976 CALDERÓN DE LA BARCA: La vida es sueño. Espasa Calpe (colección Austral) TEILHARD DE CHARDIN, P: Esbozo de un universo personal. Madrid,Editorial Narcea 1975 MONOD, J: El azar y la necesidad. Barcelona. Editorial Barral, 1974 GINER, S: Sociología. Editorial Península. Barcelona, 1983 HOBBES, T: Leviatán. Editorial Tecnos. Madrid, 1965 ROUSSEAU, J: Discurso sobre la desigualdad humana. Editorial Alhambra. Madrid, 1983 14 FROMM, E: El miedo a la libertad. Editorial Paidós. Buenos Aires, 1971 SARTRE, J. P: El existencialismo es un humanismo. Edicioens Sur−Orbis. Barcelona, 1984 ENGELS, F: El Anti−Dühring. Editorial Claridad. Buenos Aires, 1972 ECHANO, J: Filosofía, Arjé. Editorial Vicens−Vives, Barcelona, 1994 GAARDER, J: El mundo de Sofía. Ediciones Siruela, Madrid, 1994 BÖHMER, O. A: Diccionario de Sofía. Ediciones B, Barcelona, 1997 TEJEDOR CAMPOMANES, C: Introducción a la Filosofía. Editorial S.M., Madrid ÍNDICE 1− Introducción 2− El origen del hombre 2.1− Teoría de la evolución 2.1.1− Teoría de Lamark 2.1.2− Selección natural 2.1.3− Teoría sintética de la evolución 3− La cultura como emancipación de lo biológico 3.1− El hombre, animal cultural. 3.2− La cultura, proceso acumulativo 4− El hombre ¿un animal racional? 4.1− Filósofos Griegos 4.1.1− Platón 4.1.2− Aristóteles 4.2− Pascal 4.3− ¿Sólo un animal racional? 5− El hombre ¿el centro del universo? 5.1− De los Primitivos al Renacimiento 5.2− Época Moderna 15 5.3− El hombre, ¿meta del universo? 5.4− ¿Resultado de la evolución? 6− El hombre ¿un ser sociable? 6.1− Socialización 6.2− La sociabilidad natural. Aristóteles 6.3− Rousseau 6.3.1− El buen salvaje 6.3.2− La propiedad privada 7− El hombre ¿dignidad o miseria? 8− El hombre ¿un ser espiritual? 8.1− Metafísica 8.1.1− Dualismo 8.1.2− Monismo 8.2− Antropológica 9− El hombre ¿un ser libre? 9.1− Ambigüedad de la libertad 9.2− Indeterminismo 9.3− Aceptación de la necesidad 9.4− Kant y la libertad 10− Conclusiones personales 16