Origen y Evolución de la Unión Europea La Unión Europea, tal como la conocemos hoy, es el resultado de un largo proceso iniciado en 1950 por los promotores de la Europa comunitaria. Es en esa fecha cuando nacen las dos corrientes de pensamiento que han dado cuerpo al proceso de integración comunitaria: federalista y funcionalista. Ambos confluyen hoy en el convencimiento de que debe existir un poder europeo que se asiente en unas instituciones democráticas e independientes, con capacidad para regir aquellos sectores en los que la acción común resulta más eficaz que la de los estados individualmente: mercado interior. Tras la Segunda Guerra Mundial, es Robert Schuman, Ministro de Asuntos Exteriores francés, quien, inspirado por Jean Monnet, lanza el 9 de mayo de 1950 la revolucionaria propuesta de poner en común la producción franco-alemana de carbón y acero, creando una organización a la que pudieran sumarse otros países. Además del evidente interés económico, la puesta en común de los recursos franceses y alemanes complementarios suponía acabar con el antagonismo franco-alemán: Alemania era considerada por Francia como socio en igualdad de derechos y esto hacia inviable una nueva guerra entre ambos, al tiempo que creaba un embrión de comunidad política europea. Nace así la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA), constituida por medio del Tratado de Paris el 18 de abril de 1951, sobre la base del principio de que, en palabras de Jean Monnet, “Europea no se construirá de golpe, sino a través de realizaciones concretas, creando una solidaridad de hecho.” En la CECA se integran Francia, Italia, Alemania, Bélgica, Holanda y Luxemburgo. Paralelamente a la creación de la CECA surge la idea de crear un ejército europeo. Así pues, basándose en el modelo de la CECA, se negoció y firmó por los seis en 1952 el Tratado Constitutivo de la Comunidad Europea de Defensa (CED). Esta integración pretendía utilizar los recursos humanos e industriales de Alemania para la defensa común, obviando los inconvenientes de un ejército nacional alemán. Y como se entendió que no era posible un ejército europeo sin una política exterior común, se elaboró un proyecto de Comunidad Política Europea. Finalmente, ambos proyectos fueron abandonados al negarse la Asamblea Nacional Francesa a ratificar el Tratado CED en 1954. A pesar de este fracaso, los estados seguían manteniendo su voluntad de seguir adelante con la construcción europea. Esto les llevó a constituir un Comunidad Económica Europea (CEE) y una Comunidad Europea de la Energía Atómica (EURATOM), instituidas por los Tratados de Roma el 27 de marzo de 1957. Los objetivos que la CEE perseguía eran la creación de una Unión Aduanera que garantizase la libre circulación de mercancías, servicios, personas y capitales. Además preveía la creación de cierto número de políticas comunes como la agrícola de transporte y comercial. Llegó luego el momento de unificar las instituciones que aseguraban el cumplimiento de las tareas encomendadas a cada una de las tres comunidades, gracias al Acuerdo de Fusión de los Ejecutivos, firmado en Bruselas en 1965, que constituyó un único Consejo de Ministerios y una única Comisión para las tres. (Ya existían un Parlamento y Tribunal de Justicia únicos.) El Marco institucional quedó entonces dibujado de la siguiente forma: La Comisión, cuyo objetivo era velar por la aplicación de las disposiciones de los tratados y aquellas adoptadas en aplicación de los mismos, para lo que formulaba proposiciones al Consejo de Ministros y las aplicaba. El Consejo de Ministros, que decidía a partir de las proposiciones de la Comisión. El Parlamento, encargado de asegurar el control democrático de la Comisión. El Tribunal de Justicia que asegura el control jurisdiccional.