República de Colombia Corte Suprema de Justicia Sala de Casación Civil CORTE SUPREMA DE JUSTICIA SALA DE CASACIÓN CIVIL Magistrado Ponente FERNANDO GIRALDO GUTIÉRREZ Bogotá, D.C., veinticinco (25) de junio de dos mil trece (2013). Aprobado en sala de ocho (8) de mayo de dos mil trece (2013). Ref: Exp. N° 5451831030022008-00102-01 Procede la Corte a resolver la solicitud de “complementación, aclaración y adición”, formulada por Eduardo y Ramón Antonio Vélez Contreras, del auto de 8 de abril de 2013, que no repuso el que inadmitió el recurso de casación dentro del asunto de la referencia. ANTECEDENTES 1.- En providencia de 23 de noviembre de 2012, se declaró inadmisible y, en consecuencia, desierta la impugnación extraordinaria propuesta por Ana Cecilia, Eduardo y Ramón Antonio Vélez Contreras frente a la sentencia de 6 de octubre de 2011, proferida por la Sala Única del Tribunal Superior del Distrito de Pamplona dentro del proceso de pertenencia de Graciela Vélez República de Colombia Corte Suprema de Justicia Sala de Casación Civil Contreras contra personas indeterminadas, porque “la actuación llegó a la Corte en estado de deserción” en vista del pago extemporáneo de los portes por los obligados (folios 26 al 32). 2.- Eduardo y Ramón Antonio Vélez Contreras interpusieron reposición frente a dicha determinación, argumentando que la naturaleza agraria del pleito conlleva la gratuidad de las actuaciones, sin que estuviera a su cargo el pago de portes que establece el artículo 132 del Código de Procedimiento Civil; además, que con la misma se ocasiona “un grave perjuicio a un recurrente inválido (invidente), porque impone una sanción procesal que en la normativa agraria no existe” (folios 43 al 46). 3.- La Sala mantuvo el auto atacado, en pronunciamiento de 8 de abril del año en curso, en vista de que el principio de gratuidad que invocan sólo es aplicable a quien esté amparado por pobre, beneficio con el que no cuentan los intervinientes, “quienes asumieron la contienda como si no lo necesitaran”. Adicionalmente, porque las normas del estatuto procesal civil, relacionadas con la interposición y trámite de este recurso, son de estricto cumplimiento en procesos agrarios, como lo ordena el artículo 139 del Decreto 2303 de 1989, y “la condición de ‘inválido (invidente)’ que aduce el recurrente Eduardo Vélez Contreras, (…) no implica un trato preferencial al de los demás participantes ante los estrados judiciales” (folios 80 al 92). 4.- En oportunidad, los impugnantes allegan petición para que se “complemente y aclare, así como que se adicione y explique el auto del 8 de abril de 2013, fundado legítimamente en 2 FGG. Exp. 5451831030022008-00102-01 República de Colombia Corte Suprema de Justicia Sala de Casación Civil los interrogantes y vacíos que actualmente persisten, dado lo enigmático del caso” (folios 93 a 95). CONSIDERACIONES 1.- El artículo 309 del Código de Procedimiento Civil establece la posibilidad de que, de oficio o a solicitud de parte, se aclaren las providencias, únicamente, cuando existan “conceptos o frases que ofrezcan verdadero motivo de duda”, siempre que estén o tengan relación directa con la parte decisoria. A su vez, el 311 ibídem permite su adición o complementación si se omite “la resolución de cualquiera de los extremos de la litis, o de cualquier otro punto que de conformidad con la ley debía ser objeto de pronunciamiento”. Sobre el particular ha dicho la Sala que “al tenor de lo estipulado por el segundo inciso del artículo 309 del Código de Procedimiento Civil, ‘la aclaración de auto procederá de oficio dentro del término de su ejecutoria, o a petición de parte presentada dentro del mismo término’ (…) Sin embargo, no es cualquier razón la que faculta al juez para aclarar su decisión, dado que el inciso primero de la referida disposición preceptúa que ‘podrán aclararse en auto complementario los conceptos o frases que ofrezcan verdadero motivo de duda, siempre que estén contenidos en la parte resolutiva’ de la providencia o que influyan en ella” (auto de 6 de diciembre de 2012, exp. 2009-00919-00) y que “[l]a norma referida en precedencia [artículo 311 id] alude, con total claridad, que la complementación de las sentencias o de los autos, según el caso, procede siempre y cuando el funcionario 3 FGG. Exp. 5451831030022008-00102-01 República de Colombia Corte Suprema de Justicia Sala de Casación Civil judicial desatendió pronunciamiento sobre algún punto que a instancia de parte o de oficio debía acometer” (auto de 5 de marzo de 2011, exp. 2006-00243-01). 2.- Los opugnadores discuten que “la Honorable Corte -Sala Agraria- No se pronunció, ni dio ninguna razón jurídica, ni deslindó el campo de aplicación prevalente de la jurisdicción social agraria, sobre el Código de Procedimiento Civil, especialmente el inaplicable art. 132 del código referido” y que “dentro del argumento central, se le pidió aplicar normas que no fueron siquiera comentadas (…). Se trató de los artículos 16, 139 y 14 del Decreto 2303 de 1989 que regularon holísticamente esta materia, pero (…) olvidó dar las razones jurídicas que le permitieran despreciar lo argumentado por el recurrente, para dar paso a la aplicación ilegal e inconstitucional de una norma procesalista y civilista (132 C.P.C.), que está prohibida y subrogada por la legislación social agraria, dado que es antagónica a los fines y principios que categóricamente fueron estatuidos por el Decreto 2303 de 1989, tal como es el de gratuidad. Esta gratuidad cobija a ricos y pobres, en el sentido de no tener que pagar portes de correo para el expediente. Nada tiene que ver con el amparo de pobreza inaplicable al caso que exonera de pagar costas y otras condenas. En esta materia la Honorable Corte no se pronunció”. 3.- Se advierte la improcedencia de lo planteado, por lo siguiente: a.-) Están expuestas, de manera clara y concreta, las razones que llevan a desechar las afirmaciones de los inconformes, sin que se vislumbren “conceptos o frases que 4 FGG. Exp. 5451831030022008-00102-01 República de Colombia Corte Suprema de Justicia Sala de Casación Civil ofrezcan verdadero motivo de duda” en el auto que se pide aclarar. Además, existe coherencia entre las conclusiones en que se respalda, con las que se despejaron, una a una, todas las inquietudes de los impugnantes, así: (i) Se guardó silencio respecto del pago de portes por fuera de tiempo. (ii) El principio de gratuidad a que se refiere la normatividad agraria invocada se pregona respecto de la parte más débil en la contienda, en cuyo beneficio se contempla el amparo de pobreza y del cual no gozan los recurrentes. (iii) El artículo 132 del Código de Procedimiento Civil, relacionado con la remisión de expedientes de un despacho a otro para surtir actuaciones judiciales, entre las cuales se encuentra el recurso extraordinario de casación, es aplicable por la especificidad de la materia a que se contrae y al no estar regulado este aspecto en el Decreto 2303 de 1989. (iv) Se citaron de manera descontextualizada los artículos 387 ibídem y 4° de la Ley 1394 de 2010, que tratan el arancel judicial y no lo relacionado con los gastos a cargo de las partes en cumplimiento de sus deberes procesales. (v) La prevalencia del derecho sustancial no conlleva el desconocimiento de la observancia con diligencia de los términos procesales, tanto por el juez como por los demás intervinientes. 5 FGG. Exp. 5451831030022008-00102-01 República de Colombia Corte Suprema de Justicia Sala de Casación Civil (vi) La condición de “inválido (invidente)” no implica un trato preferencial para quien la padece, sino que las normas protectoras buscan brindar garantías de igualdad, que no aparecen vulneradas en este asunto. b.-) No quedaron puntos pendientes por desarrollar, en la medida que se estudiaron de manera cohesionada todas las normas citadas por los contradictores, a las que se les dio una interpretación sistemática, como se pasa a recordar: En relación con el artículo 16 del Decreto 2303 de 1999 se precisó que “el ‘principio de gratuidad’ en esos términos queda condicionado a la ‘tutela de los derechos de la [parte] más débil’, que no puede ser otra diferente a aquella que se le concede amparo de pobreza, en los términos del capítulo IV del citado Estatuto, que en su artículo 19 lo contempla para ‘todo campesino de escasos recursos, sea demandante, demandado o interviniente a cualquier título en el proceso’ (…)”. Refuerza lo anterior con el análisis del 14 ibídem “en virtud del cual ‘[l]os jueces y magistrados aplicarán la Ley sustancial teniendo en cuenta que el objeto de esta jurisdicción es conseguir la plena realización de la justicia en el campo, en consonancia con los fines y principios generales del derecho agrario, especialmente el relativo a la protección de la parte más débil en las relaciones de tenencia de tierra y de producción agraria’ (resaltado extraño al texto), sin que implique la exoneración de las cargas propias que consagran las normas adjetivas, para obtener la satisfacción de los derechos sustanciales cuya protección se busca”, a lo que se sumó precedente jurisprudencial de la Sala sobre el particular. 6 FGG. Exp. 5451831030022008-00102-01 República de Colombia Corte Suprema de Justicia Sala de Casación Civil Se acotó igualmente que “[e]n contra de lo que pregonan los censores, respecto de la falta de alcance en los debates agrarios del artículo 132 del Código de Procedimiento Civil en vista de la especialidad normativa sobre la materia, como bien lo señala el artículo 139 del Decreto 2303 de 1989, en los aspectos no contemplados allí ‘se aplicarán las disposiciones del Código de Procedimiento Civil, en cuanto sean compatibles con la naturaleza de los procesos agrarios, con los objetivos que persigue este estatuto y los principios que lo inspiran’. (…) Pues, bien, en relación con el recurso de Casación en el citado decreto sólo figura el artículo 50, que establece ‘una restricción de tipo legal que la circunscribe a los casos expresamente señalados en el indicado precepto y sin que sea aplicable la reglamentación general prevista en el artículo 366 del Código de Procedimiento Civil’ (auto del 22 de noviembre de 2011, exp. 2006-00063). (…) Pero en tal regulación se guardó silencio sobre las causales, oportunidad, legitimidad para interponerla, justiprecio del interés, concesión, efectos, admisión, trámite y requisitos de la demanda; lo que quiere decir que para agotar tales pasos se hacen obligatorias las pautas contempladas en los artículos 368 al 374 del estatuto procesal civil”. Quiere decir lo anterior que no sólo se tuvieron en cuenta los preceptos que pregonaron los censores para justificar su descontento, sino que se revisaron mancomunadamente con las demás regulaciones aplicables, para descubrir sus alcances en esta particular cuestión. c.-) El sustento del memorial no pasa de ser la reiteración, por una de las partes, de sus motivos de 7 FGG. Exp. 5451831030022008-00102-01 República de Colombia Corte Suprema de Justicia Sala de Casación Civil disconformidad con el criterio sentado por la Corporación, sin que encaje dentro de los estrictos casos en que es viable la aclaración, adición o complementación de providencias. El disentimiento de los litigantes frente a los pronunciamientos de las autoridades judiciales es propio de los recursos ordinarios y extraordinarios, mas, es ajeno a las peticiones con las que se busca esclarecer los apartes oscuros de las decisiones o precisar puntos pendientes por definir. Por tal razón no es dable por este sendero pretender, como aquí sucede, el cambio del sentido en la resolución tomada la que, por ende, debe seguir incólume. 4.- Sobre la improcedencia de este tipo de solicitudes para modificar los pronunciamientos señaló la Corte que “[s]egún el artículo 309, ejusdem, es admisible la aclaración respecto de conceptos o frases que ofrezcan verdadero motivo de duda, siempre que aparezcan en la parte resolutiva de la sentencia o del auto (…) Esta Corporación ha conceptuado que ‘La aclaración de las providencias adoptadas por un funcionario judicial, tal cual lo ha sostenido reiteradamente esta Corporación, procede únicamente con el propósito de precisar su verdadero sentido en cuanto que ‘por su redacción ininteligible o por la vaguedad de su alcance puedan servir para interpretar confusamente la resolución’ (G.J., t. LXXXIII, pag. 599), desde luego, en la medida en que tales expresiones oscuras o confusas aparezcan en la parte resolutiva o influyan en ella (…) Por manera que procurar claridad sobre expresiones o frases carentes de ella, hipótesis de la disposición evocada, implica proveer de luz suficiente a lo expresado en la decisión cuestionada; es introducir a lo resuelto por el funcionario, un entendimiento acorde con la idea que quiso 8 FGG. Exp. 5451831030022008-00102-01 República de Colombia Corte Suprema de Justicia Sala de Casación Civil trasmitir; es hacer refulgir concordante lo expuesto en la providencia con el discurso desplegado a lo largo de ella; es hacer florecer el verdadero querer de la decisión adoptada, cuando ella carece de la nitidez requerida. Circunstancia que de suyo repele cualquier ensayo por crear otra oportunidad para discernir en torno al punto zanjado; proscrito, aparece, entonces, todo intento por estimular de nuevo, siquiera tangencialmente, la controversia sobre el tema examinado en precedencia’ (Auto de 27 de agosto de 2008, exp. 010599). En cuanto a la adición es pertinente de conformidad con el precepto 311, ibídem, cuando se omita la resolución de cualquiera de los extremos de la litis, o de otro aspecto que acorde con mandato legal debía ser materia de pronunciamiento (…) Descendiendo al proveído en cuestión, advierte la Sala, que no concurren los supuestos determinados legalmente para que se abra camino su ‘aclaración o adición’, porque se analizó lo pertinente y concordante con ello se expresó de manera concreta la decisión (…) Es evidente que la misma no ofrece duda, porque además de la claridad de lo expresado, guarda armonía con los criterios técnicos que regulan la materia, los que se esbozaron en la motivación (…) Respecto de la complementación reclamada se observa, que lo buscado son explicaciones, mas no la resolución de algún asunto al que debiera dársele respuesta, y es que el tema al que se refieren aquellas, ni siquiera había lugar a abordarlo, porque al establecerse la improcedencia de la súplica, jurídicamente no se podía entrar a revisar la decisión, pues son los recursos autorizados o admisibles los que válidamente abren esa posibilidad” (auto de 25 de mayo de 2010, exp. 2000-01011-01). 5.- Consecuentemente, no se accederá a lo exigido. 9 FGG. Exp. 5451831030022008-00102-01 República de Colombia Corte Suprema de Justicia Sala de Casación Civil DECISIÓN En mérito de lo expuesto la Corte Suprema de Justicia, en Sala de Casación Civil, RESUELVE Primero: Negar la solicitud de “complementación, aclaración y adición”, formulada por Eduardo y Ramón Antonio Vélez Contreras, del auto del 8 de abril de 2013, que no repuso el proveído que inadmitió el recurso de casación en este diligenciamiento. Segundo: Disponer que por Secretaría se cumpla la orden de devolver el expediente a la oficina de origen. Notifíquese MARGARITA CABELLO BLANCO RUTH MARINA DÍAZ RUEDA 10 FGG. Exp. 5451831030022008-00102-01 República de Colombia Corte Suprema de Justicia Sala de Casación Civil FERNANDO GIRALDO GUTIÉRREZ ARIEL SALAZAR RAMÍREZ ARTURO SOLARTE RODRÍGUEZ JESÚS VALL DE RUTÉN RUIZ 11 FGG. Exp. 5451831030022008-00102-01