Cómo evitar la bancarrota moral Michael Skapinker. Financial Times La ley judia actúa de guía universal en las empresas y sus dilemas éticos. Daniel Rosenberg, un abogado londinense, no estaba disfrutando con la conversación. Los representantes legales de la otra parte elevaban la voz y daban sonoros golpes en la mesa. Pero ambas partes llegaron finalmente a un acuerdo a primeras horas de la mañana. Los abogados de la oposición redactaron un documento borrador y Rosenberg y su cliente se retiraron a otra habitación para leerlo y discutirlo. Rosenberg se dió cuenta de que habían cometido un error. Habían puesto un punto decimal en un lugar erróneo. Pero, lejos de dañar a su cliente, el error le beneficiaba. ¿Qué debía hacer Rosenberg? Sabía que su obligación como abogado era llevar a cabo los deseos de su cliente, siempre que fueran estrictamente legales. Pero también sabía que tenía la obligación de informarle del error y aconsejarle que se lo comunicara a la otra parte. Los libros de la Ley Rosenberg presentó este dilema real en un reciente seminario de la Asociación Judía para la Ética Empresarial (Jabe), con sede en Londres. Después de la discusión de la asamblea, el rabino Adin Steinsaltz ofreció su visión desde el punto de vista religioso. El comportamiento abusivo de los otros abogados era irrelevante, aseguró Steinsalz. No daba al cliente de Rosenberg en absoluto el derecho a beneficiarse del error. Rosenberg no se equivocaba al decir que tenía el deber de aconsejar a su cliente de que señalara el error. Pero al haberlo hecho, tenía que respetar los principios de confidencialidad del cliente. La decisión de informar o no a la otra parte era del cliente, después de todo. ¿Qué ocurrió?La respuesta del cliente al consejo de Rosenberg fue: "Estará bromeando". Pero Rosenberg no lo dejó ahí. "Tenemos que ser el guardián de la conciencia del cliente", asegura. Rosenberg le recordó a su cliente que estaba iniciando una relación empresarial con la otra parte y le preguntó si pensaba que éste era un buen comienzo. También preguntó cuál sería el efecto en la reputación del cliente si la gente descubría que había ocultado el error. El cliente dijo finalmente a los otros abogados que habían cometido un error. Jabe presenta dilemas similares a una gran audiencia de empresarios y estudiantes. Creada en 1991, la asociación tiene el respaldo de una impresionante serie de figuras destacadas del mundo de la empresa y la abogacía, incluyendo a Lord Grabiner, un conocido abogado y asesor del Gobierno británico, Sir Stanley Kalms, presidente del grupo minorista Dixons, y Rosalind Wright, directora de la Oficina contra el Fraude en el Reino Unido. Stephen Zimmerman, presidente de la asociación y director operativo de Merrill Lynch Investment Managers, decidió participar en la asociación cuando varios empresarios judíos se vieron envueltos en escándalos financieros a principios de la década de los noventa. Zimmermann estaba convencido de que su comportamiento no era típico de los hombres de negocios judíos. "No me gustaba que un minoría acaparara tanta atención y manchara el prestigio de nuestra religión", dice Zimmerman. La base de la ley judía es la Torah -los cinco libros que componen el Pentaeuco o ley de Moisés- y el Talmud, que contiene comentarios sobre las Escrituras y sus interpretaciones (Midrash). La Torah contiene 613 mandamientos que cubren desde las leyes sobre la alimentación kosher hasta la ayuda a los más débiles y a los pobres. Pero el principio central de la ética judía se debe al rabino fariseo Hillel, que vivió en la época de Jesucristo. Hillel fue desafiado a explicar toda la Torah permaneciendo de pie sobre una sola pierna. Hillel contestó: "Lo que es odioso para ti, no se lo hagas a otros. Eso es toda la Torah; el resto son comentarios. Ve y estúdialo". ¿Cómo se aplica la ley judía a la empresa? En el judaísmo, la empresa y el comercio no equivalen a pecado o deshonra, siempre que se realicen dentro del marco de la moral. Los negocios, en el judaísmo, son una parte intrínseca de la vida. De los 613 mandamientos, un centenar tiene que ver con el dinero y los negocios. En comparación, sólo 28 tratan las leyes de los alimentos lícitos e ilícitos y siete la observación del Sabbath. La contribución de los rabinos a los seminarios de Jabe abarca numerosos temas, desde la publicidad a los cazatalentos. Cualquiera que sea testigo de prácticas corruptas en una empresa, por ejemplo, tiene la obligación de hacer algo al respecto, aunque las leyes seculares no se lo exijan. En la tradición judía, cualquiera que pueda evitar los malos actos o los fallos, comparte la responsabilidad. Pero debe estar seguro de que actúa para proteger a la víctima, no por un deseo de dañar a la compañía, dicen los rabinos. Falsas impresiones El rabino Zvi Lieberman, un consultor de Jabe, señala que nunca se debe dar una falsa impresión de uno mismo en una empresa. ¿Qué ocurriría con las campañas publicitarias para los consumidores o los periodistas que intentan hacer público un mal trato a los clientes? ¿Sería aceptable que se presentaran como consumidores normales para descubrir las prácticas de una companía? Sí, afirma, porque ahí los publicistas y los periodistas están representando a los consumidores. "Pero si su intención es perjudicar a la empresa, eso sería mucho más problemático", afirma. Los cazatalentos no lo tienen fácil bajo la ley judía. Según los rabinos, es un error aproximarse a los empleados de otra empresa a menos que éstos hayan indicado que quieren cambiar de trabajo. Si no quieres que otras empresas te roben a tus empleados, aseguran los rabinos en su interpretación de la Torá, no se lo hagas a ellas. La página web de la ley judía (www.jlaw.com), un proyecto norteamericano de ética judía aplicada a la empresa, cubre una amplia gama de temas empresariales, desde la inflación hasta el copyright o la bancarrota. ¿Es posible, como Hillel, resumir el enfoque judío de la ética empresarial mientras te mantienes sobre una sola pierna? "Me gustaría ser tan inteligente como Hillel para poder responder", dice el rabino Lieberman. La respuesta de Hillel se aplica tanto a los negocios como a cualquier otra actividad, dice. "Lo que es odioso para ti, no se lo hagas a otros". ¿Cómo aplican los seguidores de Jabe sus principios a su propio trabajo? Stephen Rubin, presidente de Jabe y director de Pentland, firma propietaria de varias marcas, incluyendo los trajes de baño Speedo, contrató al director de un grupo contra la esclavitud para controlar el comportamiento ético de su empesa. Con su amplia presencia en el mundo de la moda y la ropa deportiva, Pentland opera en una industria donde la presión para recortar los costes laborales es intensa. Rubin asegura que Pentland no compra productos a las fábricas que emplean a niños o las que insisten en las pruebas obligatorias de embarazo a las mujeres. La razón por la que algunas fábricas en el mundo en desarrollo realizan las pruebas es que pueden despedir a las mujeres que se quedan embarazadas. Zimmerman señala que el enfoque ético del judaismo en su trabajo significa que no acepta automáticamente lo que su compañía le ordena hacer por "obediencia debida". "Si mi empresa hace algo que no me gusta, no significa que dimita, pero sí plantearé el problema a quien corresponda". Añade, sin embargo, que espera que cualquier otro empleado haga lo mismo, cualquiera que sea su religión. Lieberman afirma que éste es un punto importante. El código ético judío es de aplicación universal, como puede comprobar cuando asiste a los seminarios para estudiantes de Jabe al que acude gente de todas las religiones. Allí discute temas como qué hacer si ves a un compañero robando a la empresa para suplir una necesidad familiar o cómo tratar con los clientes que hacen afirmaciones racistas. Asegura Lieberman que ninguno de los asistentes ha dicho nunca que su religión les obligue a hacer algo diferente de lo que él aconseja. "Nos estamos centrando en los principios básicos compartidos por la sociedada occidental".