Población y territorio en el momento del retorno

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Población y territorio en el momento del retorno
La extensión de la hegemonía judea en tiempos de Nehemías, esto es, los límites de la provincia de
Yehud, se refleja en varias referencias toponímicas en Esdras y Nehemías, así como en la distribución de
las improntas de sellos "Yehud" y monedas encontradas en la zona. Esdras (2,21-35) y Nehemías (7,2538, 3,2-22, 12,28-29) dan una relación de lugares en el territorio de Benjamín, el valle del Jordán de
Jericó a En Guedi, las colinas de Judá desde Jerusalem a Bet Tsur, y los distritos de Lod y Adulam en la
Sefelah. Estos nombres, como ha observado Efraim Stern, corresponden aproximadamente al ámbito de
hallazgos de sellos Yehud, bulas y monedas: desde Tel en-Nasbeh al Norte a Bet Tsur al sur y desde
Jericó y En Guedi al este a Guezer al oeste. Otras evidencias acerca de esos límites proceden de las
exploraciones arqueológicas de L.Y. Rahmani (Departamento de Antigüedades) y de M. Kochavi (de la
Universidad de Tel Aviv). Estos arqueólogos han descubierto líneas de fuertes levantados por los judíos
durante el periodo persa como defensas contra la provincia de Asdod al oeste y los territorios controlados
por los edomitas al sur. Las líneas de demarcación de la provincia de Judá al suroeste y al sur que esa
línea de fuertes refleja se corresponde con las indicaciones bíblicas y con la zona de distribución de las
improntas "Yehud".
La lista de Nehemías 11,23-35 da unos límites más amplios para Judá. No parece una descripción de los
verdaderos límites de Judá, sino más bien un planteamiento del territorio que Judá consideraba como
suyo, una idealización basada en los límites bíblicos. Los límites de Judá contemporáneos de Nehemías
eran mucho más pequeños1.
El tamaño de la provincia de Yehud y el de su capital Jerusalem estaban limitados no sólo por la porción
de poder que pudieran desplegar Nehemías y sus sucesores sino también por la población judía
disponible. Las investigaciones arqueológicas en Jerusalem han mostrado que en el periodo persa la
ciudad ocupaba solamente la colina oriental, como lo había hecho mucho antes en su historia como
ciudad judaita2. El resto de las indicaciones sobre la población sugieren que era mucho menor que en
tiempos pre-exílicos. Tal vez la tradición de que la tierra quedó desnuda de gente no es una simple
exageración de los editores de 2Re y Jeremías o una ficción impuesta por el cronista para promover la
idea de un descanso sabático para la tierra. La reconstrucción de la población judía tomó varios siglos y
hasta el s. II a.C. no hay una población considerable en Jerusalem y Judea.
Con el trabajo de Nehemías, termina la historiografía bíblica. Nuestro conocimiento de la vida judía
durante el resto del periodo persa (hasta la conquista de Alejandro Magno el 332 a.C.) es en el mejor de
los casos fraccionaria. A través de los papiros de Elefantina sabemos que el gobernador de Yehud en el
408 a.C. era Bagohi y que en el mismo año Samaria estaba gobernada por Delaiah y Shelemaiah, hijos
de Sanballat, el enemigo de Nehemías. Los judíos de Yeb (Elefantina) escribieron a esos líderes
samaritanos y judíos pidiendo ayuda para la reconstrucción de su templo. Josefo registra un incidente en
tiempos de Artajerjes II (404-358 a.C.) en el que los persas "abolieron el santuario e impusieron tributo a
los judíos, y también que "el pueblo fue hecho esclavo" durante un periodo de siete años. Ello resultó de
la interferencia del general de Artajerjes, Bagoses, que trató de nombrar a Joshua/Jeshua hijo de Eliashib
sumo sacerdote y se encolerizó cuando éste fue asesinado por su hermano, el sumo sacerdote
Johanan3. Algunos autores creen que el Bagoses de este relato es Bagohi, el gobernador de Judá
conocido a través de los papiros de Elefantina. Otros creen que este relato alude a las acciones punitivas
persas en la supresión de la revuelta de la satrapía de Abar Nahara durante el reinado de Artajerjes III
(por sobrenombre Ocus, 358-336a.C.). Específicamente, en 351/350 a.C., una rebelión liderada por
Tennes, rey de Sidón, fue sofocada por el general de Ocus Bagoas. El recuerdo de la campaña de
Bagoas en Siria-Palestina puede estar preservada en el libro apócrifo de Judit, representando Holofernes
a Bagoas4.
1
ver en Stern, Material Culture, pp. 245-248; y "The Persian Empire", pp. 82-86
N.Avigad, Discovering Jerusalem, Nashville, 1983, pp. 61-63; K. Kenyon, Jerusalem, Excavating 3.000 years of
History, N.York 1974, pp. 172-187
3
Antig. XI, 297-301
4
vid. Dan Barag, "The effects of the Tennes Rebellion on Palestine", BASOR 183, 1966, pp. 6-12
2
1
El último incidente del periodo persa registrado por Josefo tiene lugar en vísperas de la conquista de
Alejandro. Según Josefo, los samaritanos liderados por Sanballat construyeron un templo en el Monte
Guerizim. La referencia es a Sanballat III, nieto del anterior Sanballat que se había opuesto a la
reconstrucción de Judea por Nehemías. La construcción de un templo samaritano sobre el monte
Guerizim hacia el 332 a.C. no sólo aparece en Josefo y las fuentes por él utilizadas 5, sino que es
refrendada por las excavaciones arqueológicas, que han encontrado basamentos de un templo en Tel erRas. Sostiene Josefo que ese templo fue construido como resultado de un cisma de sacerdotes
expulsados del Templo de Jerusalem y otros descontentos de la comunidad judía de Jerusalem. Pero es
una teoría como otra cualquiera.
5
Antig. XI, 304-347
2
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