ARTICULOS JUNIO 2001 Dra. Hilda Fernández Ovalle Becaria del Instituto de Endocrinología y Nutrición (I.E.N.) Nº 31 TITULO: MORBILIDAD Y MORTALIDAD CARDIOVASCULAR ASOCIADO CON EL SINDROME METABOLICO. AUTORES: Bo Isomaa, et al. REVISTA: Diabetes Care 24: 683-689, 2001 RESUMEN: El síndrome metabólico ha tenido numerosas definiciones, pero en 1998 la OMS propone la unificación de criterios para su definición, en la que se incluyen: 1) hipertensión (sistólica> 160 mmHg o diastólica> 90 mmHg); 2) dislipemia ( aumento de triglicéridos en plasma 1.7 mmol/l y/o HDL colesterol 0.9 mmol/l en hombres y 1.0 mmol/l en mujeres); 3) obesidad (IMC 30 kg/m); 4) microalbuminuria. En un paciente con diabetes tipo 2, se define el síndrome metabólico cuando cumple dos de los criterios antes definidos. En este trabajo, los autores se proponen como objetivo estimar la prevalencia y la morbimortalidad cardiovascular asociado con el síndrome metabólico, usando la nueva definición propuesta por la OMS. Para ello seleccionaron una población de 4.483 sujetos de edad comprendida entre 35-70 años, los cuales participaron en un estudio para identificar defectos metabólicos tempranos en pacientes con diabetes tipo 2, en Finlandia y Suecia (Estudio Botnia). En sujetos que tenían diabetes tipo 2 (n=1.697), se determinó si tenían la Glucosa Basal Alterada (GBA) / Tolerancia a la Glucosa Alterada (TGA) (n=798), o Resistencia a la Insulina con Normal Tolerancia a la Glucosa (RINTG) (n=1.988) Se estudió la mortalidad cardiovascular en 3.606 sujetos con un seguimiento medio de 6.9 años. Después del análisis se encontró que en mujeres y hombres respectivamente, el síndrome metabólico fue parecido en el 10 y el 15 % de sujetos con RINTG, 42 y 64 % de aquellos con GBA/TGA, y 78 y 84 % de aquellos con diabetes tipo 2. El riesgo para desarrollar enfermedad coronaria y accidente cerebrovascular se triplicó en sujetos con el síndrome metabólico (P < 0.001). La mortalidad cardiovascular se incrementó notablemente en sujetos con el síndrome metabólico ( 12.0 vs. 2.2 %, P< 0.001). De los componentes individuales del síndrome metabólico, es la microalbuminuria la que le confiere un riesgo mayor de muerte por patología cardiovascular ( RR 2.80; P = 0.002). Con los resultados del trabajo concluyen que el síndrome metabólico, que incluye una serie de factores de riesgo cardiovascular, basado en la definición de la OMS, es similar en 10% de sujetos con TGA, 50% de sujetos con GBA / TGA, y 80% de sujetos con diabetes tipo 2. Por tanto la identificación de este síndrome, puede ser importante para determinar el desarrollo del riesgo de morbimortalidad cardiovascular y para instaurar un tratamiento en estos pacientes. Nº 32 TITULO: EL IMPACTO DE LA RESISTENCIA A LA INSULINA Y LA NEFROPATIA SOBRE LA HOMOCISTEINA EN LA DIABETES TIPO 2. AUTORES: Masanori Emoto, et al. REVISTA: Diabetes Care 24: 533-538, 2001 RESUMEN: Es reconocido por todos que el incremento en plasma de los niveles de homocisteína (Hcy) es un factor de riesgo independiente para desarrollar enfermedad arterioesclerótica coronaria y una de las causas más común de mortalidad en pacientes con diabetes tipo 2. Pero los niveles aumentados de Hcy, se asocian con otros factores de riesgo para desarrollar la enfermedad coronaria, tales como, hipertensión, hiperuricemia, alteración de la función renal y resistencia a la insulina; aunque este último no está del todo demostrado. Los autores se trazan como objetivo, en este trabajo, valorar el impacto de la resistencia a la insulina y la función renal sobre los niveles basales plasmáticos de Hcy en pacientes con diabetes tipo 2 con un rango amplio de nefropatía. Para ello se midieron niveles de Hcy, usando el método de inmunuensayo enzimático, en 75 pacientes con diabetes tipo 2 comparándolos con 54 controles sanos. Se midieron los índices de sensibilidad a la insulina en pacientes con diabetes tipo 2 usando un páncreas artificial por medio de un clamp hiperinsulinémico- euglucémico. Los niveles de Hcy plasmático y su transformación logarítmica (t-log.) de los valores fueron significativamente más altos en todos los pacientes con diabetes que en los controles (Hcy, 12.0 ± 0.7ds vs. 8.7 ± 0.3 µmol/l, P< 0.0001; t- log. de Hcy, 1.040 ± 0.021 vs. 0.920 ± 0.016 µmol/l, P < 0.0001). Niveles plasmáticos de Hcy en pacientes con diabetes fueron significativamente mayores con relación al grado de nefropatía. En el análisis de regresión simple, t-log de Hcy se correlacionó con índices de sensibilidad a la insulina ( r = -0.319, P = 0.005), así como con el aclaramiento de creatinina ( r = 0.634, P < 0.0001) en todos los pacientes con diabetes. En resumen, en el presente estudio cruzado, los resultados demuestran claramente el impacto independiente de la resistencia a la insulina y la nefropatía diabética sobre los niveles de Hcy en diabetes tipo 2. Estos factores clínicos se consideran que contribuyen al desarrollo y progresión de la enfermedad arterioesclerótica en pacientes con diabetes tipo 2, especialmente aquellos con nefropatía. No obstante, es necesario investigar más a fondo sobre este tema para poder llegar a modificar estos factores y cambiar el pronóstico de los pacientes con diabetes tipo 2. Nº 33 TITULO: EFECTOS A LARGO A LARGO PLAZO (5 AÑOS) DE UNA DIETA CON REDUCCION DE LAS GRASAS EN UN ESTUDIO DE INTERVENCION EN INDIVIDUOS CON INTOLERANCIA A LA GLUCOSA. AUTORES: Boyd A. Swinburn, et al. REVISTA: Diabetes Care 24: 619-624, 2001 RESUMEN: La tolerancia a la glucosa alterada (TGA) es el mayor factor de riesgo en el desarrollo de la diabetes tipo 2. Cualquier medida que sea tomada para reducir la progresión de la diabetes en la población de alto riesgo, traerá mayores beneficios a la salud de éstos pacientes. Los autores han llevado a cabo este estudio para determinar si consiguen frenar la progresión a la diabetes, en aquellos individuos con intolerancia a la glucosa, mediante una dieta reducida en grasas para disminuir el peso corporal y con ello disminuir a largo plazo la glucemia. Se realizó un ensayo controlado randomizado en 4.833 individuos del estudio Workforce Diabetes Survey. Se reclutaron aquellos que tenían intolerancia a la glucosa, los cuales siguieron una dieta con ingestión reducida en grasas durante 1 año, con un seguimiento durante 5 años para ver los efectos a largo plazo. Se midieron peso corporal y tolerancia a la glucosa en 136 participantes al comienzo, 6 meses y 1 año ( final de la intervención). Se observó una disminución del peso en el grupo con dieta reducida en grasas (P<0.0001) comparado con el grupo control. Se notó una gran diferencia al año (-3.3 kg) y fue progresivamente disminuyendo en los seguimientos posteriores (-3.2 kg a los 2 años y – 1.6 kg a los 3 años) y no se mantuvo a los 5 años (1.1 kg). La tolerancia a la glucosa también mejoró en los pacientes con dieta reducida en grasas y una menor proporción presentaron diabetes tipo 2 o alteración de la tolerancia a la glucosa al año (47 vs. 67 %, P< 0.05), pero en los años subsiguientes no se encontraron diferencias entre los grupos. Sin embargo el 50% del grupo que cumplieron mejor las instrucciones intervención mantuvieron unos niveles más bajos de glucosa postprandrial, a los 5 años de comenzado el estudio ( P = 0.41 y P = 0.026, respectivamente) comparado con los sujetos controles. Se puede concluir, según los hallazgos de este trabajo, que las personas con alto riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, pueden retrasar o incluso evitar la aparición de esta enfermedad controlando el peso corporal mediante la reducción de grasas y evitando el deterioro de la tolerancia a la glucosa. Sin embargo para obtener los mejores resultados hay que tener en cuenta que probablemente el desarrollo de diabetes tipo 2 en sujetos con intolerancia a la glucosa, sea un proceso multifactorial y de larga duración, por lo que hay que mantener las medidas preventivas durante un largo período de tiempo. Nº 34 TITULO: EFECTO DE LA METFORMINA SOBRE EL PEPTIDO 1 SEMEJANTE AL GLUCAGON (GLP-1) Y SOBRE LOS NIVELES DE LEPTINA EN OBESOS NO DIABETICOS. AUTORES: Edoardo Mannucci, et al. REVISTA: Diabetes Care 24: 489-494, 2001 RESUMEN: Se ha descrito que la metformina reduce el peso corporal o previene la ganancia de peso en pacientes obesos con diabetes tipo 2 y en modelos animales de obesidad. Su mecanismo de acción sobre la disminución del peso corporal, todavía no está claro. No obstante, con este trabajo se persigue el objetivo de evaluar los efectos de la metformina sobre el péptido semejante al glucagón (GLP-1) y sobre los niveles de leptina. Se estudiaron un total de 10 varones obesos (IMC>30 kg/m2) no diabéticos, antes y después de un tratamiento con 2.550 mg/día de metformina durante 14 días y se comparó con 10 obesos no tratados como controles. En los días 0 y 15, se midieron niveles de leptina y GLP-1 antes y después de la administración de glucosa durante un clamp euglucémico e hiperinsulinémico para evitar la interferencia de variaciones de insulinemia y glucemia sobre la secreción de GLP-1 y leptina. Se estudiaron también los efectos de metformina sobre la degradación de amida GLP-1 en plasma humano y en solución tampón conteniendo dipeptidil peptidasa IV (DPP-IV). Los niveles de leptina no se afectaron por la ingestión de glucosa y no se modificaron después del tratamiento con metformina. La metformina indujo un significativo aumento (P<0.05) deGLP-1(7-36) amida/(7-37) a los 30 y 60 minutos después de la administración oral de glucosa( 63.8 29.0 vs. 50.3 15.6 pmol/l y 75.8 35.4 vs. 46.9 20.0 pmol/l, respectivamente) sin afectar los niveles basales de GLP1. En un pool de plasma humano la metformina (0.1-0.5 g/ml) inhibió significativamente la degradación de GLP-1 amida (7-36) después de una incubación a 37C durante 30 minutos. La metformina, como ha quedado demostrado, aumenta significativamente los niveles de GLP-1( hormona insulinotropa que disminuye la ingesta de alimentos e induce una pérdida de peso en los humanos) después de la ingestión de glucosa en sujetos no diabéticos obesos, pero no afecta los niveles de leptina. Posiblemente el efecto puede ser debido a una inhibición de la degradación de GLP-1 por un efecto directo sobre el DPP-IV. Por esto la metformina, puede ser considerada como una posible propuesta terapéutica para los pacientes diabéticos y obesos. Nº 35 TITULO: EL IMPACTO DEL ESTUDIO DCCT Y LA INSULINA HUMALOG SOBRE LOS NIVELES DE GLICOHEMOGLOBINA E HIPOGLUCEMIA SEVERA EN LA DIABETES TIPO 1. AUTORES: H. Peter Chase, et al. REVISTA: Diabetes Care 24: 430-434, 2001 RESUMEN: El estudio DCCT (realizado en 1993) y otros estudios, han prestado importancia al buen control de la glucosa en sangre para la prevención de las complicaciones oculares y renales de los pacientes diabéticos tipo 1 y tipo 2. Basados en los resultados de este estudio, los autores se plantearon determinar los efectos del DCCT y la introducción de insulina Humalog en el control glucémico (valorando Hb A1c) y la frecuencia de episodios de hipoglucemias severas, en un gran número de pacientes con diabetes tipo 1 de todas las edades. Participaron en el estudio un total de 884 sujetos de los cuales se recogieron los datos de un cuestionario (nº de inyecciones de insulina/día y nº de episodios de hipoglucemia severa/día) desde 1993 a 1998 para el cuidado de la diabetes y las cifras de Hb A1c. Los participantes fueron divididos en 4 grupos de edades: <5, 5-12, 13-18 y > 18 años de edad. Se observó que los niveles de HbA1c disminuyeron significativamente después del informe DCCT 1993-1996 (P<0.001), pero sin embargo el número de crisis hipoglucémicas aumentó (P<0.001). Después de la introducción de insulina Humalog en 1996 se observó una segunda disminución de los niveles de HbA1c (P<0.001) (disminuyeron los niveles de HbA1c más allá de los que se obtuvieron después del DCCT), sin que se observaran cambios en los episodios hipoglucémicos severos. Como conclusión, se ha observado que los niveles de HbA1c disminuyeron en el estudio después del DCCT, pero desgraciadamente el número de episodios hipoglucémicos severos aumentó. Sin embargo, después de la introducción de insulina Humalog, se observó una disminución significativa de los valores de HbA1c sin que aumentara la incidencia de episodios hipoglucémicos severos. Por tanto, es importante tener en cuenta el tratamiento con insulina Humalog en poblaciones clínicas de diabetes de todas las edades, para futuros cambios en el cuidado del diabético y controlar la incidencia de episodios de hipoglucemia severa. Nº 36 TITULO: AUMENTO DE LAS NECESIDADES DE TIROXINA EN MUJERES CON HIPOTIROIDISMO DURANTE EL TRATAMIENTO CON ESTROGENOS AUTORES: Bah M Arafh, M.D. REVISTA: N Engl J Med, 344: 1743-1749; 2001 RESUMEN: Las mujeres con hipotiroidismo necesitan un aumento del 45% de la dosis de tiroxina durante el embarazo para mantener el estado eutiroideo. Dentro de las posibles causas se encuentran, un incremento de las concentraciones de TGB en plasma, degradación de hormona tiroidea por la placenta, la transferencia de tiroxina de la madre al feto y un incremento del aclaramiento de la tiroxina materna. La administración de una terapia estrogénica también causa un aumento de las concentraciones de TGB y tiroxina en mujeres con función tiroidea normal, pero se desconoce lo que ocurre en mujeres con hipotiroidismo. Por ello este estudio se lleva a cabo para determinar los efectos de la administración de estrógenos sobre la función tiroidea de mujeres normales y en mujeres que reciben tiroxina como tratamiento de un hipotiroidismo crónico. Se estudiaron 11 mujeres postmenopáusicas con función tiroidea normal y 25 mujeres postmenopáusicas en tratamiento con tiroxina para el hipotiroidismo (18 mujeres con tratamiento sustitutivo y 7 con tratamiento supresor). Se realizó una terapia estrogénica, pero antes y después se midió la función tiroidea: tiroxina sérica, T4 libre, TSH y TBG. Se observó que en las mujeres con función tiroidea normal, T4 y TSH no cambiaron, mientras que a las 12 semanas la concentración media (±DS) de tiroxina en suero aumentó de 8.0 ± 0.9 µg/ dl (103 ± 12 nmol por litro) a 10.4 ± 1.5 µg por decilitro (134 ± 19 nmol por litro, P <0.001) y la concentración de TBG aumentó de 20.3 ± 3.5 mg por litro a 31.3 ± 3.2 mg por litro (P<0.001). Las mujeres con hipotiroidismo tuvieron similares aumentos en la tiroxina sérica y la TBG durante la terapia con estrógenos, pero la concentración de tiroxina libre disminuyó de 1.7 ± 0.4 por decilitro (22 ± 5 pmol por litro) a 1.4 ± 0.3 ng por decilitro ( 18 ± 4 pmol por litro, P<0.001) y la concentración de TSH aumentó de 0.9 ± 1.1 a 3.2 ± 3.1 µU por mililitro (P<0.001). La concentración de TSH aumentó más de 7 µU por mililitro en 7 de 18 mujeres en el grupo de tratamiento sustitutivo con tiroxina y a más de 1 µU por mililitro en 3 de las 7 mujeres del grupo de tratamiento supresor con tiroxina. En resumen, las mujeres sin enfermedad tiroidea, se adaptan rápidamente a los aumentos de TBG inducida por los estrógenos. Por el contrario, las mujeres con hipotiroidismo que están tratadas con estrógenos tienen una disminución de la concentración de tiroxina libre suficiente para aumentar la concentración de TSH, resultando en un aumento de las necesidades de tiroxina. Así pues, la TSH en suero debería ser medida aproximadamente 12 semanas después del comienzo del tratamiento con estrógenos en mujeres con hipotiroidismo para poder aumentar la dosis de tiroxina, de acuerdo con los requerimientos. Nº 37 TITULO: LA PREVENCION DE LA DIABETES MELLITUS TIPO 2 POR MEDIO DE CAMBIOS EN EL ESTILO DE VIDA ENTRE SUJETOS CON TOLERANCIA A LA GLUCOSA ALTERADA. AUTORES: Jaakko Tuomilehto, et al. REVISTA: N Engl J Med, 344: 1343-1350; 2001 RESUMEN: La incidencia de la diabetes mellitus tipo 2 está aumentando en todo el mundo. La aparición de ésta enfermedad, resulta de la interacción de dos factores: la predisposición genética y la influencia de factores medioambientales conjuntamente con un estilo de vida sedentario. Hasta el momento actual no se sabe si la diabetes tipo 2 puede ser prevenida por intervenciones que afectan al estilo de vida de los sujetos con alto riesgo para esta enfermedad. En este estudio randomizado se reclutaron 522 sujetos (172 hombres y 350 mujeres), con sobrepeso, de 55 años de edad media, IMC media de 31, con tolerancia anormal a la glucosa bien en el grupo control o bien en el grupo de intervención. Cada sujeto en el grupo de intervención recibió consejo individualizado con la finalidad de reducir peso, ingesta total de grasas saturadas y aumentar la ingesta de fibra y actividad física. Se realizó anualmente un test de tolerancia oral a la glucosa; el diagnóstico de diabetes se confirmó por una segunda prueba. La duración media del seguimiento fue de 3.2 años. Se obtuvieron los siguientes resultados: cantidad media de peso perdido ( DS ) entre los niveles previos y al final del primer año fue de 4.2 5.1 kg en el grupo de intervención y 0.8 3.7 kg en el grupo control; la pérdida neta al final de los 2 años fue de 3.5 5.5 kg en el grupo de intervención y 0.8 4.4 kg en el grupo control (P<0.001 para ambos grupos comparativos). La incidencia acumulativa de la diabetes después de 4 años fue del 11 % ( IC del 95%, 6-15%) en el grupo de intervención y 23% ( IC 95%, 17 a 29%) en el grupo control. Durante el ensayo, el riesgo de diabetes se redujo en un 58% en el grupo de intervención (P<0.001). La reducción en la incidencia de diabetes fue directamente relacionada con cambios en los estilos de vida. El estudio evidencia que la diabetes mellitus tipo 2, puede prevenirse por medio de cambios en el estilo de vida, sin intervención farmacológica, en aquellos sujetos que presentan factores de riesgo para desarrollar esta enfermedad. En los casos que aparece la enfermedad, se puede retrasar la aparición de las complicaciones. Nº 38 TITULO: EFECTO DE LA HORMONA PARATOROIDEA (1-34) SOBRE LAS FRACTURAS Y LA DENSIDAD MINERAL OSEA EN MUJERES POSTMENOPAUSICAS CON OSTEOPOROSIS. AUTORES: Robert M. Neer, et al. REVISTA: N Engl J Med, 344:1434-1441; 2001 RESUMEN: Para tratar a las mujeres postmenopáusicas con osteoporosis y reducir la reabsorción ósea y el incremento de la densidad ósea (factores de riesgo de las fracturas), se cuenta con un tratamiento hormonal sustitutivo con estrógenos, moduladores selectivos de los receptores estrogénicos, bifosfonatos, calcitonina, vitamina D y calcitriol. Por otra parte, se conoce que la hormona paratiroidea estimula la formación y reabsorción de tejido óseo, así como, puede incrementar o disminuir la masa ósea, dependiendo de su forma de administración. Por esta razón, los autores realizan el estudio, administrando una inyección diaria de hormona paratiroidea o fragmentos amino-terminal de ésta, para determinar los efectos sobre la formación, densidad ósea y por tanto, de las fracturas. Participaron 1637 mujeres postmenopáusicas con fracturas vertebrales previas para recibir 20 ó 40 g de hormona paratiroidea subcutánea (1-34) o placebo, administrada diariamente. Se realizaron radiografías vertebrales al comienzo y al final del estudio (duración media del período de observación de 21 meses) y se realizaron mediciones seriadas de masa ósea con absorptiometría dual. Se registraron nuevas fracturas vertebrales en el 14% de las mujeres del grupo placebo y en 54% respectivamente en las mujeres en el grupo con 20 ó 40 g de hormona paratiroidea (1-34); los riesgos relativos respectivos de fractura en el grupo de 20 y 40 g comparado con el grupo placebo, fueron de 0.35 y 0.31 ( IC 95%, de 0.55 y 0.19 a 0.50). Las nuevas fracturas no vertebrales ocurrieron en el 6 % de las mujeres en el grupo placebo y en el 3 % en las de cada grupo tratada con hormona paratiroidea ( RR, 0.47 y 0.46 respectivamente [IC 95%, 0.25 a 0.88 y 0.25 a 0.86]). Comparado con placebo las dosis de 20 g y 40 g de hormona paratiroidea aumentaron la densidad mineral ósea en un porcentaje de 9 y 13 puntos más en la espina lumbar y en un porcentaje de 3 y 6 puntos más en el cuello femoral; la dosis de 40 g disminuyó la densidad mineral ósea en el radio en un porcentaje de 2 puntos más. Ambas dosis aumentaron la masa total mineral ósea en un porcentaje de 2 a 4 puntos más que el placebo. La hormona paratiroidea tuvo solo pequeños efectos colaterales (ocasionales náuseas y cefalea). Por los resultados, concluimos que el tratamiento con hormona paratiroidea (1-34) en mujeres postmenopásicas con osteoporosis, diminuye el riesgo de fracturas vertebrales y aumenta la densidad mineral ósea vertebral, femoral y de todo el esqueleto. La dosis de 40 g es más efectiva para aumentar la densidad mineral ósea, pero sin embargo tuvo efectos similares sobre el riesgo de fracturas que la dosis de 20 g y aparentemente tuvo más efectos colaterales. Esta hormona parece ser efectiva en la prevención de fracturas en mujeres postmenopáusicas con osteoporosis. Nº 39 TITULO: EFECTOS DE LA ADMINISTRACION E LA HORMONA DE CRECIMIENTO EN LOS NIVELES DE HOMOCISTEINA EN HOMBRES CON DEFICIENCIA DE GH: UN ENSAYO RANDOMIZADO. AUTORES: Gemma Sesmilo, et al. REVISTA: J Clin Endocrinol & Metab 86: 1518-1524, 2001 RESUMEN: La deficiencia de GH en adultos se considera que está asociada con el incremento de la mortalidad cardiovascular y la enfermedad arterioesclerótica ya que en esta enfermedad hay una alta incidencia de factores de riesgo cardiovasculares como obesidad, distribución central de la grasa corporal, hipercolesterolemia y resistencia a la insulina. En estudios previos, se ha visto que el aumento en plasma de la homocisteína, constituye un factor de riesgo independiente para desarrollar arterioesclerosis y trombosis. Los autores se han propuesto evaluar el efecto de la sustitución de GH sobre los niveles de homocisteína en ayunas. Los autores estudiaron un grupo de 40 hombres con deficiencia de GH, de aparición en la edad adulta, en un ensayo randomizado a doble ciego y controlado con placebo, durante un período de 18 meses con ajuste de dosis según los niveles de IGF-I. Se determinaron los valores de homocisteína en ayunas, folato, B12 y niveles de T3 totales al inicio, 6 y 18 meses del estudio. También se tomaron datos antropométricos, niveles de IGF-I, insulina y glucosa en los meses 1, 3, 6, 12 y 18. Se evaluaron cada 6 meses el estado nutricional, composición corporal, T4 total, índice de unión de la hormona tiroidea e índice de T4 libre. Se observó que la Homocisteína disminuyó en el grupo tratado con GH comparado con el grupo placebo ( diferencia neta, -1.2 0.6 mol/L; IC, -2.4, -0.02 mol/L; P = 0.047). Los niveles de Homocisteína al inicio del tratamiento se correlacionaron negativamente con los niveles plasmáticos de folato ( r = -0.41; P = 0.0087). La T3 total aumentó en el grupo tratado con GH vs. el grupo placebo ( diferencia neta, 0.17 0.046 ng/dl; Ic, 0.071, 0.26 nmol/l; P = 0.0012). Los niveles de folato y vitamina B12 no cambiaron significativamente entre ambos grupos. Los cambios en los niveles de Homocisteína y se correlacionaron negativamente con cambios en IGF-I. Por cada 1 nmol/l de aumento de IG-I, la Homocisteína disminuyó en 0.04 0.02 mol/l ( P = 0.029). Por el contrario, cambios en la Homocisteína no se correlacionaron con cambios en el folato, B12, T3 total, proteína c-reactiva, interleukina-6 o niveles de insulina. Como conclusión, este estudio muestra que la sustitución de GH, en hombres con deficiencia de GH, disminuye los niveles periféricos de Homocisteína en ayunas, comparado con un grupo placebo. Este puede ser uno de los mecanismos por el cual la GH afecta el proceso de arterioesclerosis con consecuencias beneficiosas. Nº 40 TITULO: ¿ ES REVERSIBLE LA CARDIOMIOPATIA ACROMEGALICA? EFECTOS DE LA NORMALIZACION DE HORMONA DE CRECIMIENTO E IGF-I DURANTE 5 AÑOS SOBRE LA FUNCION CARDIACA. AUTORES: Annamaria Colao, et al. REVISTA: J Clin Endocrinol Metab 86: 1551-1557, 2001 RESUMEN: Se considera que los pacientes acromegálicos están expuestos a una tasa de mortalidad doble, fundamentalmente por enfermedades cardiovasculares. En estudios recientes, tanto la deficiencia como el exceso de GH e IGF-I se han asociado a cambios severos de la estructura y función cardíaca. Este estudio prospectivo abierto fue diseñado para evaluar si la alteración de la función cardiaca puede ser revertida con la supresión a largo plazo de GH e IGF-I. Para ello, estudiaron 18 pacientes con acromegalia antes y 5 años después de la cirugía por adenoma hipofisario productor de GH, con un tratamiento postquirúrgico con octeotride subcutáneo en 11 pacientes. El control de la enfermedad ( niveles de GH 1 g/l después de la administración de glucosa o 2.5 g/l en ayunas, junto con la normalización de niveles de IGF-I en relación con la edad) se consiguió en 7 pacientes después de la cirugía y en 6 pacientes después de 0.3-0.6 mg/día de octeotride subcutáneo. Cinco pacientes no fueron controlados durante este seguimiento de 5 años. La función cardíaca en reposo y durante el ejercicio fue verificada por medio de angiografía con radionucleótidos en equilibrio, en el momento del comienzo del estudio y 5 años después de la cirugía sola o más octeotride. Sirvieron como controles 36 sujetos sanos de edades y sexo semejantes. Al comienzo del estudio, los pacientes tenían menor la fracción de eyección ventricular izquierda (FEVI) y los cambios en FEVI inducido por el ejercicio, siendo la duración del ejercicio y la capacidad para los mismos menores que en los controles (P < 0.001). Después de 5 años de tratamiento, se encontró una significativa disminución del pulso cardíaco en reposo (P = 0.003) y un significativo aumento de FEVI durante el pico de ejercicio (P = 0.003) en pacientes los que lograron el control de la enfermedad. La respuesta de FEVI durante el pico de ejercicio no empeoró en ninguno de los pacientes con enfermedad controlada y en 3 pacientes con enfermedad incontrolada (60%) (x2= 5.5; P = 0.002). El llenado diastólico y duración del ejercicio no cambiaron significativamente durante los 5 años de seguimiento. No se encontraron diferencias entre pacientes controlados solo por cirugía o por cirugía más octeótride. Por tanto, los resultados de este estudio prospectivo, indican que la supresión efectiva de los niveles de GH junto con la normalización en plasma de los niveles de IGF-I, después de la cirugía o de la cirugía más tratamiento con octeótride, es seguido por una mejoría significativa de la función cardíaca en todos los pacientes. La respuesta al ejercicio (medido por la FEVI) mejoró en todos los pacientes que lograron controlar la enfermedad y empeoró en el 60% de los que no lograron controlar la enfermedad.