FISIOLOGIA DEL OIDO Dr. Julián Chaverri Febrero del 2004 GENERALIDADES Podemos dividir las funciones del oído de la misma forma en que habitualmente lo hacemos desde el punto de vista anatómico. La función del oído externo es amplificar y favorecer la localización de la onda sonora. Recoger la onda sonora del medio ambiente y transmitirla al oído medio. Además sirve de protección al oído medio. El oído medio presenta una doble función. Por una parte regula la impedancia entre el medio ambiente y la cóclea; además se le confiere la función de proteger al oído interno de los estímulos sonoros fuertes. El oído medio, transmite y amplifica la onda sonora hacia el oído interno. El oído interno tiene una doble función. Por una parte contiene al aparato noble de la audición: el Órgano de Corti. Por otra parte presenta la función de mantener el equilibrio somático, tanto estático como dinámico, contribuyendo a la construcción de la sensibilidad espacial. Desde el punto de vista auditivo, le compete al oído interno, la función de transmisión y la función de receptor de la onda sonora. Transforma a la onda sonora, de energía mecánica a energía eléctrica. El sonido se propaga de acuerdo al medio en que viaje. La transmisión del sonido será distinta, ya sea si este viaja en medio sólido, liquido, o gaseoso. La velocidad de propagación también variará; 340m/ seg. en el aire; 1500m/ seg. en el agua; 3000m/seg. en los sólidos como el hierro. El sonido tiene una intensidad, una frecuencia, y una duración. OIDO EXTERNO La función del pabellón auricular, ha quedado rezagada en el hombre. Los movimientos del pabellón auricular, en ciertos animales son de gran importancia para la localización de los sonidos. En resumen, podemos decir que la función del oído externo se basa en la amplificación del sonido por la resonancia que se produce en el interior del conducto auditivo externo y la recolección de la onda sonora. Otra función que se le otorga al oído externo es la de protección. La forma del conducto auditivo externo (no es recto) y la producción de cerumen es para proteger a las estructuras anatómicas del oído medio ( tímpano, etc.). 1 OIDO MEDIO La función principal del oído medio es la de transformar las vibraciones aéreas que llegan al tímpano en variaciones de presión en el ámbito de los compartimentos líquidos del oído interno. Dicha situación se logra adaptando la impedancia que existe entre el medio ambiente ( aire), y la cóclea (líquido). La onda sonora, al viajar del aire a la cóclea, presentará resistencias. Le compete al oído medio eliminar estas resistencias durante la transmisión y amplificación de la onda sonora. El oído medio presenta además una función de adaptación de presiones aéreas a ambos lados de la membrana timpánica como consecuencia de la función de la Trompa de Eustaquio y la otra función es la de protección para el oído interno. Al ingresar la onda sonora al oído externo, esta viajará por el conducto auditivo externo. Posteriormente, la onda sonora hará contacto con la membrana timpánica, siendo esta la primera estructura anatómica del oído medio por el cual la onda sonora viajará. La membrana timpánica vibra bajo el efecto de las ondas acústicas y transmite este movimiento a la cadena osicular. El cuadrante postero-superior del tímpano es el que va a experimentar mayores desplazamientos sin tener que considerar la frecuencia de estimulación. Por otra parte, los otros cuadrantes experimentarán desplazamientos acordes a la frecuencia que se utilice. Hasta la frecuencia de 2000 Hz. la amplitud del cuadrante posterior del tímpano es tres veces mayor a la del martillo. Los cuadrantes anteriores presentan una amplitud similar a la del martillo. A partir de 3000 Hz. la amplitud de desplazamiento máximo del tímpano se sitúa en el cuadrante postero-superior. A mayores frecuencias, los desplazamientos de la membrana timpánica se tornan más complejos. La cadena osicular, segundo elemento anatómico del oído medio por el cual la onda sonora viajará, puesta en movimiento por la vibración del tímpano aseguran una transmisión global y masiva de las mismas. La cadena osicular transmite la vibración del tímpano a la cóclea, actuando como un transformador mecánico de la energía. El movimiento de la cadena osicular es similar al de una polea en donde el eje de rotación y de translación pasa por el ligamento anterior del martillo y el ligamento posterior del yunque. Este eje de rotación lo veremos en presencia de frecuencias bajas. En las frecuencias altas, el movimiento de translación parece dominar al de la rotación. El sistema tímpano-osicular, presenta también un papel de multiplicación de la presión de las ondas sonoras, debido casi por exclusividad a la relación de superficie existentes entre el tímpano y la platina del estribo. Es decir que la 2 diferencia de superficie entre la membrana timpánica y la ventana oval aumenta considerablemente la presión al nivel de la platina del estribo. Este aumento de la presión de las ondas sonoras es de alrededor de 22 veces lo que corresponde a una ganancia en decibeles de 27 a 35. Se admite clásicamente que la superficie del tímpano es de 65 mm2 y que la superficie de la platina del estribo es de 3.2 mm2; por consiguiente, la relación de superficie es del orden de 20/1, correspondiendo esta cifra al número de veces que aumenta la presión de la onda sonora. Otros autores consideran que la membrana timpánica no vibra en su totalidad, debido a que en el ámbito de la periferia, el tímpano se encuentra fijo. Por consiguiente, la relación tímpano-platina, será de 14/1. La protección del oído interno está asegurada por la cadena osicular, por los músculos del oído medio. Los movimientos fragmentarios que presenta la cadena osicular en el ámbito de sus articulaciones a intensidades fuertes, harán que la energía se disipe. La contracción del músculo del estribo hará que la platina no pueda penetrar en la ventana oval. Esta situación la observamos en la presencia de sonidos fuertes, siendo este elemento el más responsable de la función de protección que se le confiere al oído medio ante el oído interno. OIDO INTERNO Las vibraciones sonoras serán transmitidas a la cóclea a través del sistema tímpano-osicular gracias a los movimientos de la platina del estribo en la ventana oval. Los desplazamientos del estribo provocarán una onda de presión que se propagará en la peri linfa, transmitiendo las variaciones de presión tanto a la rampa timpánica como a la rampa vestibular. Esta transmisión de la vibración sonora se puede llevar a cabo gracias a la membrana de la ventana redonda, conocida también bajo el nombre de tímpano secundario. Si no existiera la membrana timpánica secundaria, los líquidos laberínticos no se podrían poner en movimiento; estaríamos ante una situación en donde los líquidos serían incompresibles, por consiguiente no existirá una onda que se propague a lo largo de la membrana basilar y no habrá por ende excitación de las células sensoriales. Ante esta situación no tendremos ninguna percepción auditiva. Esta membrana (la de la ventana redonda) constituye la única zona de expansión del líquido laberíntico la cual vibra en oposición a como vibra la platina del estribo al introducirse en la ventana oval. Al poner en movimiento a los líquidos, se origina una onda que se propaga a lo largo de la membrana basilar desde su base hasta el ápex. La membrana basilar en movimiento moverá al órgano de Corti el cual se halla sobre dicha membrana, originando la excitación de las células sensoriales. La membrana basilar presenta propiedades físicas específicas que le confieren ciertas particularidades. Entre las propiedades de la membrana tenemos su anchura la cual aumenta de la base al ápex. Esto hará que la masa aumente (la 3 de la membrana basilar) y que la rigidez disminuya. Ante un estímulo sonoro de frecuencias bajas, la onda sonora viajará de la base hasta el ápex. En estos casos la amplitud de la onda será muy grande; abarca toda la membrana basilar. Conforme aumentamos la frecuencia, la onda alcanza su máximo más rápidamente y por consiguiente se termina prontamente y cerca de la base. A mayor frecuencia, la onda sonora se termina más cerca de su base; conforme bajemos la frecuencia, la onda se terminará más cerca al ápex o sea que la onda va teniendo una amplitud cada vez mayor. Una vez la onda sonora en el oído interno, la onda produce un movimiento en masa de los líquidos laberínticos los cuales deforman a la membrana basilar; estos dos fenómenos distintos pero indisociables, se encuentran ligados por una relación de causa efecto, los cuales se originan por la presión alternante de la platina del estribo determinada en cada ciclo o Hertz. La membrana basilar se comporta como un analizador mecánico de frecuencia compuesto de filtros. En estudios recientes se demuestra que no solo la membrana basilar presenta estas características. Existen filtros de selectividad mecánica en el ámbito de las células ciliadas internas y en el nervio auditivo. Hasta aquí, las diferentes estructuras anatómicas del oído que han contribuido a la transmisión de la onda sonora, las cuales han jugado un papel de tipo mecánico. Todas estas estructuras del oído externo, medio y parte del interno, contribuyen a la transmisión de las vibraciones hasta el órgano de Corti. Esta conducción se encuentra siempre controlada por las mismas reglas. La vibración acústica se encuentra detenida o aminorada a través de su trayecto por una fuerza de oposición o impedancia que se opone a los medios que atraviesa. Aquí entran en juego, masa, elasticidad, rigidez y frecuencia de la vibración. Con el órgano de Corti se inicia el verdadero sentido de la audición, encontrándonos ante el primer estadio de la integración auditiva en el sistema nervioso. La función del órgano de Corti es la de un transductor o transformador de la energía mecánica en energía nerviosa. Estamos ante el aparato de percepción, en donde se estimulan las células ciliadas como consecuencia de la onda de propagación que pone en movimiento a la membrana basilar. La excitación de las células ciliadas se produce cuando sus cilios contactan la membrana tectoria. Las células sensoriales, en número de quince mil, se encuentran en el interior del caracol y están unidas a treinta mil fibras nerviosas sensoriales.. Unas células son muy sensibles al estímulo sonoro por lo que son activadas a intensidades muy débiles; estas son las células ciliadas externas: muy sensibles y con poca especificidad. Estas células se encuentran en la parte más móvil de la membrana basilar. Las células ciliadas internas, se activan a partir de una intensidad mayor, la cual oscila alrededor de los cincuenta decibeles; estas son poco sensibles pero muy específicas. Las células ciliadas son elementos táctiles que transforman energía mecánica en energía nerviosa; deformando los cilios ubicados en el polo superior emiten un influjo nervioso hacia las terminaciones de las fibras nerviosas ubicadas en el polo inferior de la célula sensorial. Lo que 4 es propio de la audición, no es solo la célula ciliada sino el conjunto de estas células dispuestas en el espacio en una forma específica, las cuales son recorridas por ondas acústicas de frecuencias e intensidades determinadas. Existen dos tipos de fibras: las aferentes que son las sensoriales y las eferentes. Aproximadamente el 95% de las fibras aferentes abastecen a las células ciliadas internas; el 5% restante se dirigen a las células ciliadas externas. Cada célula ciliada interna recibe alrededor de 20 fibras nerviosas en forma directa y exclusiva. Para las células ciliadas externas, una fibra nerviosa se subdivide en colaterales y abastece a múltiples células ciliadas externas, a su vez, cada célula externa recibe fibras colaterales de otras fibras nerviosas. Las células ciliadas externas (CCE) son muy sensibles y poco específicas, mientras que las internas son muy específicas y poco sensibles. Todas estas fibras nerviosas que abastecen tanto a las células ciliadas externas e internas y que se encuentran dentro del órgano de Corti son sin mielina. Fuera del órgano de Corti las fibras nerviosas provenientes de las células ciliadas internas se continúan por el modiolo como fibras mielinizadas y se les denomina neuronas de Tipo I. Las fibras nerviosas provenientes de las células ciliadas externas se denominan de Tipo II y son sin mielina. La inervación eferente que recibe la cóclea proviene del haz olivo coclear el cual se origina en el complejo olivar superior y se termina en la cóclea. La distribución de las fibras eferentes es opuesta a la de las fibras aferentes ya que la mayoría llegan a las células ciliadas externas. Para llevar a cabo la función en el órgano de Corti se requiere de dos modos de acción que actúan simultáneamente: un proceso mecánico pasivo y un proceso biológico activo. El proceso mecánico es el ya descrito en párrafos anteriores al referirse a las características y funcionalidad de la membrana basilar. Con relación al proceso biológico activo, se debe tomar en cuenta lo anotado en párrafos anteriores considerando las características que tienen las células ciliadas externas e internas para que se exciten. Dijimos que las células externas se excitan ante un estímulo sonoro mínimo y que las internas requieren de unos 50 decibeles de intensidad para ser excitadas. Las células ciliadas internas son las únicas que pueden mandar un mensaje aferente a las fibras nerviosas; las externas por si solas no tienen la propiedad de enviar este mensaje aferente. Estas, las externas, tienen un aparato muscular de actina, miosina capaces de suministrar, debido a su estimulación, una energía suplementaria y deformarse mediante dilatación y contracción de su cuerpo celular para entrar en resonancia con el estímulo sonoro dado. Estos movimientos producirán desplazamientos de endolinfa los cuales activarán los cilios de las células internas, únicas capaces de enviar el mensaje aferente. 5 Esta información, producto de las últimas investigaciones, permite entendimiento de algunos fenómenos. La falta de discriminación cuando lesionan las células ciliadas externas, situación que se da en la mayoría de sorderas neurosensoriales. La presencia de reclutamiento ya que solo células ciliadas internas funcionan. el se las las Al analizar la fisiología de la energía nerviosa que se genera en el órgano de Corti, entraremos al estudio de los potenciales cocleares. Al introducir un electrodo en la cóclea, obtendremos el registro de los potenciales eléctricos cocleares globales. A grosso modo podemos dividir estos potenciales cocleares en dos tipos. Por una parte los potenciales permanentes de reposo; por otro lado, aquellos que se originan mediante un estímulo eléctrico. El potencial de reposo más importante o potencial endococlear permanente, es el denominado potencial endolinfático. Este potencial se encuentra ligado o es dependiente de la secreción de la endolinfa en el ámbito de la estría vascular. Este potencial es muy sensible a la anoxia y a las drogas que alteren el transporte de la endolinfa en el ámbito de la estría vascular. La peri linfa de las rampas timpánica y vestibular, no presentan ninguna polaridad. Este líquido es similar al líquido extracelular el cual es rico en sodio. El líquido endolaberíntico es rico en potasio y la cortilinfa es rica en sodio. Entre los potenciales ligados a una estimulación, tenemos al potencial microfónico coclear, al potencial de sumación y al potencial de acción. El potencial microfónico coclear ( P. M.) fue descrito por primera vez en 1930 por Weber y Bray en el gato. Recibe este nombre debido a la similitud que guarda con un micrófono, es decir, transforma sonidos en ondas eléctricas. Este potencial reproduce muy exactamente las características de forma y frecuencia de la estimulación sonora dada. Este potencial no tiene latencia o sea que se produce desde el momento en que aparece en la cóclea. Se ha podido demostrar que el potencial microfónico refleja el movimiento de la membrana basilar. O sea que para frecuencias bajas tendremos la producción de potenciales microfónicos en el ámbito de toda la membrana basilar especialmente a nivel del ápex; para frecuencias altas, los observaremos únicamente a nivel de la parte basal de la membrana basilar. El potencial de sumación ( P.S.) descrito por Davis en 1950, es un potencial continuo el cual se sobrepone al potencial microfónico en el momento de la estimulación sonora, con el fin de producir una desviación continúa de la línea de base durante la respuesta microfónica. Lo observamos normalmente cuando existen estimulaciones sonoras de mediano o de alta intensidad y en frecuencias agudas. Si este potencial aparece en otras circunstancias, se habla de lesión del órgano de Corti. El potencial de acción global del nervio auditivo ( PA) representa la sumación de las actividades eléctricas de un gran número de fibras del nervio auditivo. El potencial de acción es difásico, presenta un primer pico negativo ( N1) seguido de un segundo pico negativo ( N2) de amplitud más débil. 6 A diferencia del potencial microfónico y al de sumación, el potencial de acción presenta una latencia, la cual aumenta progresivamente en la medida en que disminuimos la intensidad del estímulo. Su amplitud crece en función de la intensidad. Los potenciales de acción se visualizan a nivel del umbral auditivo, a diferencia de los potenciales microfónicos los cuales se ven a intensidades de 60dB o más sobre el umbral. La presencia de potenciales microfónicos y la ausencia de potenciales de acción nos indican, sordera de origen neural. La ausencia de potenciales microfónicos nos indica lesión del órgano de Corti; aquí no habrá potenciales de acción pues no hay órgano receptor que estimule el nervio. El potencial de acción tiene una aplicación clínica ya que es la base de la electrococleografía descrita por primera vez en 1967 por Aran-Portmann. Este mensaje sonoro creado a nivel del órgano de Corti, será recorrido por el nervio auditivo para llegar a los núcleos bulbares. De aquí, se continúan por las diferentes neuronas de la vía auditiva tanto homolateral como heterolateral para terminar en los centros auditivos temporales derecho e izquierdo. El sonido se podrá integrar a nivel psico intelectual y toma un valor para el individuo. Para esto intervienen, en la función auditiva, mecanismos neurofisiológicos como la atención, la costumbre, el acondicionamiento, la memoria. Como ya mencionamos, el estímulo sonoro de un oído llegará a las dos cortezas cerebrales, derecha e izquierda debido a las decusaciones de la vía auditiva; este concepto es importante de retener, para poder comprender las sorderas de origen central. Debemos tener presente la predominancia contra lateral en el sentido de que, por ejemplo, para un sujeto diestro, será el lóbulo temporal izquierdo el dominante. 7