Sociedad Civil y Reforma de la Justicia

Anuncio
Sociedad Civil y Reforma de la Justicia
Dra. Yolanda Falcón Lizaraso
Responsable de la Defensoría del Pueblo de Trujillo
La crisis de la administración de justicia ocupa de nuevo la agenda del debate público.
Se discute la reforma y un proceso de cambios que urgen en el Poder Judicial. Quizá
lo más novedoso de todo esto, que tiene ya un aire conocido, es que, a diferencia de
anteriores procesos de reformas y cambios, la sociedad civil se ha erigido en el nuevo
actor que está tratando de participar para lograr la reforma eficaz del Poder Judicial.
Excluida de los debates jurídicos pese a ser la parte más afectada por los graves
problemas que enfrenta la justicia en nuestro país, la sociedad civil ha dejado de ser el
convidado de piedra y ha asumido esta vez un rol protagónico.
La participación de la sociedad civil es, por supuesto, promisoria, marca el punto de
quiebre con el pasado en que se trató de implementar autoreformas o reformas
impositivas. Entre ambos extremos oscilaron las tentativas fallidas de cambios. Esta
vez, sin embargo, podría ser diferente.
La sociedad civil debe intervenir además porque la problemática de la administración
de justicia es muy variada y multidimensional, por lo que compromete a la sociedad en
su conjunto. La justicia no debe ser vista como un coto cerrado, un asunto que sólo
incumbe a los jueces y auxiliares jurisdiccionales, puesto que todos padecemos la
mala calidad de la administración de justicia.
Así parece que lo hemos entendido la mayoría de peruanos porque finalmente se ha
impuesto un enfoque amplio para la solución de la crisis con la creación de la
Comisión Especial de Reforma Integral de la Administración de Justicia, flamante
instancia que cuenta con representantes de la sociedad civil.
El debate y la reforma no están, sin embargo, libres de tropiezos. Actualmente, por
ejemplo, hay varios intentos de reforma en curso que podrían colisionar y anularse
recíprocamente. Por un lado, el proyecto de autoreforma que está impulsando el
presidente de la Corte Suprema, Dr. Hugo Sivina, y por otro lado, la reforma que ha
emprendido el Poder Ejecutivo y el Congreso.
Entre estos dos frentes de la reforma están las organizaciones vinculadas con el
quehacer jurídico que promueven la creación de un espacio de análisis y debate de la
reforma judicial. Son tantos y tan graves y multidisciplinarios los problemas que sólo
mediante la pluralidad y la participación activa podría encontrarse el camino correcto.
Porque no sólo está en cuestión la naturaleza de la reforma, también su grado e
intensidad. ¿Será sólo una reforma o el Poder Judicial amerita una refundación?
¿hasta dónde puede llegar la participación de la sociedad civil? ¿quién debe controlar
a los jueces? ¿cómo se deben nombrar a los magistrados?, son entre otras las
preguntas que marcan la pauta de los debates actualmente en curso.
Son tantas las interrogantes que, obviamente, lo convierten en un problema nacional
de primer orden. Para nadie es un secreto que la estabilidad jurídica es la condición
necesaria para atraer las inversiones que el país necesita y que la seguridad jurídica
es requisito sine qua non de la convivencia civilizada. Por todas estas razones,
esbozadas de modo genérico, el tema de la reforma judicial exige el compromiso de
todos.
Esta convicción, afortunadamente, se está abriendo paso, incluso en los sectores más
reacios de la judicatura, sensible a las injerencias políticas a las que diversos
gobiernos de turno los han sometido. Hay, por supuesto, razones para el escepticismo
y la desconfianza. Muchos jueces creen que la sociedad civil puede ser el caballo de
Troya de nuevas y soterradas injerencias.
En este contexto está jugando un partido aparte, muy útil e instructivo, el consorcio
jurídico “Justicia viva”, integrado por el Instituto de Defensa Legal, la Facultad de
Derecho de la Pontificia Universidad Católica y la “Asociación de Jueces para la
Justicia y Democracia”. Este consorcio ha emprendido una serie de jornadas a nivel
nacional, con el apoyo de la Oficina de Iniciativas Democráticas de USAID, para
recopilar, procesar, analizar y someter al debate ciudadano el acuciante tema de la
reforma judicial.
La semana del 12 al 15 de noviembre le ha tocado a Trujillo ser el escenario de la
“Semana de la Justicia” y durante cinco días magistrados, fiscales, abogados,
estudiantes universitarios, periodistas y líderes ciudadanos han intercambiado puntos
de vista sobre los diversos aspectos de la reforma judicial.
La Defensoría del Pueblo como ente a cargo de la defensa de los derechos
constitucionales auspició estas jornadas, convencida que la transparencia y la
participación de la sociedad civil son dos pilares que deberían marcar el actual debate
sobre la reforma del Poder Judicial para crear la diferencia con los otros proyectos de
reforma judicial del pasado. El Perú, que ha pasado por tantos intentos fallidos, no
puede desperdiciar otra oportunidad para construir un Poder Judicial que garantice la
vigencia de la democracia y el Estado de Derecho.
Descargar