PEDAGOGÍA MENESIANA II Hno. Miguel Ángel Merino 2 PEDAGOGÍA MENESIANA II 3 4 PEDAGOGÍA DE GETSEMANÍ. CÓMO HACER LA VOLUNTAD BUENA. Getsemaní punto de partida de la pedagogía menesiana. El objetivo de la pedagogía menesiana podemos enunciarlo así: Hacer la voluntad buena para estar en el Orden de la Providencia y abrazar el designio de Dios para nuestras vidas. La pedagogía menesiana es una pedagogía del discernimiento, siendo Getsemaní la casa, el hogar, la escuela donde se aprende y se vive ese discernimiento. Hemos dicho, también, que la pedagogía menesiana es una pedagogía de la voluntad. Ambos dimensiones van íntimamente unidas. La voluntad humana es una voluntad siempre tentada entre hacer su propia querer o hacer la voluntad de Dios. Una voluntad tentada entre la búsqueda del orgullo y el egoísmo o la búsqueda de la verdad y el amor. Discernir es aprender a separar lo que es voluntad propia de lo que es querer de Dios para entrar en comunión con la voluntad de Dios. 5 La voluntad se “hace buena” cuando se habitúa a elegir y acoger en toda circunstancia el querer de Dios. La finalidad primordial de la pedagogía menesiana es hacer buena la voluntad del educador menesiano para que éste enseñe, a partir de su experiencia, al niño y al joven a hacer buena su voluntad. El lugar donde se manifiesta el camino, el método, la pedagogía para hacer la voluntad buena es Getsemaní. En Getsemaní es donde Jesús llega a poder decir: “No lo que yo quiero sino lo que quieres Tú”. Getsemaní muestra el itinerario pedagógico para hacer la voluntad buena, tanto del educador como del alumno. Abba, Padre La pedagogía menesiana es una pedagogía del amor. Solo el amor es capaz de transformar la voluntad desde su raíz, desde lo profundo del corazón, haciéndola, así, verdaderamente libre. Sin amor no puede haber libertad. El amor crea el espacio donde la libertad puede crecer y desarrollarse, donde desaparecen los miedos y se diluyen las desconfianzas. La voluntad actúa libremente cuando se ve envuelta en un clima de confianza y de amor. En consecuencia el ministerio del educador menesiano es, en primer lugar, un ministerio de misericordia y de amor. Misericordia que se expresa en la bondad y en la caridad para con los niños y jóvenes. La bondad suscita la acogida, la dureza el odio y el rechazo. 6 “Tu ministerio debe ser siempre un ministerio de bondad y caridad. Por otra parte no se gana nada con la dureza y te harás odioso ante los niños”1 El niño para poder crecer debe sentirse y saberse querido. Sin esta actitud de cercanía y de cariño no hay ninguna posibilidad de hacer buena su voluntad. La autoridad, la capacidad de hacer crecer al niño y de desarrollar todas sus posibilidades, no es nunca poder o dominio, que provocan el temor y el miedo, sino la facultad de atraer y convencer desde la actitud de un amor incondicional. “Corregirás mejor los defectos de tus alumnos haciéndote amar que haciéndote temer”2 Los castigos, las coacciones, aparentemente eficaces, sólo provocan irritación y rechazo. “Procura hacerte amar de los niños, creo que es el mejor medio para dominar y tener autoridad en la escuela. Los castigos no hacen más que irritar”3 "Hay que tener en cuenta las circunstancias y no reprochar demasiado vivamente a los niños cosas de las que no tienen culpa; por otra parte los medios suaves son siempre los más eficaces"4 La dureza cierra el corazón del niño, le irrita y como dice Juan María agria su carácter. 1 Carta Al Hno Arturo 23 – 11 - 1846 2 Lettre 3790. Au F. Liguori-Marie Langlumé. D. S. Au Folgoät Le 8 Xbre 1845. 3 Lettre 3987. Au F. Liguori-Marie Langlumé. D. S. Ploërmel Le 1er Xbre 1846. 4 Lettre 1536. Au F. Lucien Deniau. Redon Le 13 Avril 1832 7 “La mansedumbre es el mejor remedio para obtener de tus alumnos lo que deseas de ellos. Si los reprendes y castigas se irritarán contra ti y su carácter se agriará”5 “No golpeéis nunca a vuestros alumnos ni con la mano ni con la regla; eso es totalmente contrario a la Regla."6 Sin la actitud de amor, incluso, la transmisión de saberes se hace difícil, prácticamente imposible, pues no se da la mínima actitud de apertura y acogida en el niño, toda enseñanza es rechazada. “Pon el máximo empeño en hacerte amar por tus alumnos, no menos que en instruirlos”7 Como dice San Pablo, el amor es paciente, perdona todo y disculpa todo. "Sed pacientes con los niños y no esperéis que sean perfectos; su edad disculpa muchas miserias y tus lecciones no están perdidas, aunque no aprovechen al instante"8 Por lo tanto, los lazos de amor, de mansedumbre, de bondad son los que el educador menesiano cultiva y establece, cada día, con sus alumnos. Podemos tener la tentación e incluso caer en ella de establecer lazos de dureza, de aspereza y de fuerza porque nos parecen, aparentemente más eficaces, pero estos no son lazos ni verdaderos ni educativos ni durables. Estos son los 5 Lettre 1834. Au F. Lucien Deniau. D. S.. Ploërmel Le 5 F(Évri)Er 1835. 6 Lettre 1265. Au F. Jean-Marie Le Net. D. S. St Meen Le 31 Xbre 1826. 7Carta Al Hno. Lucien 6 – 11 - 1831 8 Lettre 3628. Au F. Lucien Deniau. D. S. Ploërmel Le 14 Mars 1845. 8 lazos del mundo, muy diferentes de los lazos de los que Dios quiere que seamos testigos, porque revelan su rostro. "El mundo tiene lazos llenos de gran aspereza, y de una falsa dulzura; de dolores ciertos y placeres inciertos; un trabajo duro, un reposo incierto; cosas llenas de miseria y una esperanza vacía de dicha"9 El amor tampoco cae en la trampa de la arbitrariedad, ni depende del estado de ánimo, está lejos de la coacción, de la dureza o de la impaciencia. Estas son actitudes que no educan. “Para conseguirlo intentarán inspirarles confianza, respeto y cercanía, pero sin familiarizarse con ellos” “Se esforzarán en reprimir los movimientos de impaciencia que pudieran hacer nacer en ellos la ligereza y la indocilidad o la falta de aplicación de los niños”.10 Pero el amor no es tampoco indiferencia, fría lejanía. A Dios no le da igual que el hombre viva en plenitud o no. Dios quiere apasionadamente que el hombre llegue a su plena estatura. El educador menesiano tampoco es indiferente al crecimiento y desarrollo de sus alumnos. No fuerza, pero no cesa de hacer propuestas, de animar, de presentar exigencias. Sabe conjugar esa extraña mezcla de amor y exigencia, clave de la pedagogía menesiana. Quiere ayudar a crecer al alumno y a hacer de él un verdadero discípulo de Jesucristo. 9 Mercurio P.249 10 Règles de Conduite pour les Frères de l'instruction Chrétienne 9 “Sé bueno con los niños, paciente y dulce. Sin duda es necesario ser firme también, pero sin ser duro y sin dejarse llevar por la impaciencia”11 “Estarán, a la vez, llenos de dulzura y de firmeza, no permitiendo ningún desorden, pero tampoco reprendiendo o castigando por capricho o con mal humor”12 Detrás de cada práctica pedagógica hay una imagen de Dios que estamos transmitiendo a nuestros alumnos y que quedará gravada en sus espíritus. La pedagogía revela un Rostro de Dios. Prestar atención a esta realidad es un elemento clave y de especial importancia, a la cual debemos estar muy atentos. Hay pedagogías que provocan el rechazo de Dios. TU LO PUEDES TODO. LA PROVIDENCIA La creación, la historia, mi vida están en las manos de Dios, no son fruto ni del destino ni del azar. Dios está presente, actúa y obra al interior de toda la realidad. La pedagogía menesiana enseña a leer toda la realidad descubriendo en ella esta presencia activa, paterna y vivificante de Dios, que viene expresada por la Providencia. Este convencimiento y esta creencia implican: - Enseñar a leer la realidad y comprender la historia a partir de las diferentes asignaturas. Dios conoce la física, sabe matemáticas, escribe 11 Lettre 3790. Au F. Liguori-Marie Langlumé. D. S. Au Folgoät Le 8 Xbre 1845. 12 Règles de Conduite pour les Frères de l'instruction Chrétienne 10 las mejores obras de teatro, es actor de la historia. El niño aprende en la escuela a “Ver a Dios y no ver más que Dios en todo”. El educador menesiano educa la mirada sacramental que sabe descubrir a Dios en la vida. Debemos inculcar y transmitir a nuestros alumnos un sentido de confianza en la vida. Todo está en las manos de la Providencia, Dios dirige la historia. “Espera con profunda paz; confíate en Aquél que puede todo y no engaña nunca. Tienes su palabra; esta palabra ha creado el mundo ¡y temes que el mundo sea más poderoso que ella! ¿Temerás, hombre de poca fe? No, Dios mío, no temo nada. Tú estás con nosotros ¿quién estará contra nosotros?”13 - Enseñar a leer los lazos con los que se va tejiendo y construyendo nuestra vida. Enseñar a tejer la propia vida. El educador menesiano está llamado a tejer su vida con Dios a través de los lazos que Dios ha querido establecer con la vida de los alumnos, que El le ha confiado, lazos llenos de sentido. A través de los lazos que viven con sus alumnos aprenderán éstos a tejer su propia vida con sentido. - Enseñar y acompañar al niño y al joven para que logre encontrar su vocación dentro del plan de Dios, y vivir en el Orden de la Providencia. La pedagogía menesiana tiene una dimensión vocacional extremadamente fuerte. 13 Lettre 11. A M. Brute de Remur. 18 Juillet 1807. 11 Una de las finalidades de la pedagogía menesiana es ayudar al niño y al joven a encontrar “su estado” a descubrir la llamada de Dios en sus vidas, dónde el Señor quiere ser amado y servido por él. “Finalmente, es necesario que os pongais a prueba, es decir, que examineis seriamente cuál es, de todos los estados, aquél en que podeis dar más gloria a Dios, en el que podeis alcanzar con mayor facilidad vuestra salvación, aquel que es el más apropiado para vosotros teniendo en cuenta las cualidades de vuestro espíritu y de vuestro corazón. Y si después de todo esto estais, todavía, inciertos, San Ignacio os recomienda plantearos estas dos cuestiones: a) ¿Qué aconsejarías a otro que esté en tu lugar? ¿Qué estado de vida le aconsejarias? Lo que diría a otro debo decírmelo a mí mismo. b) En la hora de la muerte ¿qué estado me hubiera gustado elegir? Pues es entonces que veré las cosas tal como son, y que ni mis pasiones ni los prejuicios del mundo pueden obscurecer ya mi razón, quiero vivir en el estado en el que me encontraría a gusto en el momento de la muerte”14 David y Samuel son los modelos. Debemos decir al Señor, como David: Múestrame, Señor, el camino por donde debo caminar. O como Samuel: habla, Señor y 14 221 Précautions à prendre pour conserver la foi 12 "múestrame los designios que has formado sobre mi alma"15 Educar a saber elegir y a tomar la opción vocacional exige educar en la oración, acompañar, y entrar en diálogo con otras personas, especialmente con el educador, "de modo que ni los prejuicios del mundo ni mis pasiones obscurezcan mi razón"16. SI ES POSIBLE La pedagogía menesiana busca educar el deseo. Educar el deseo desde la realidad concreta del educando, haciéndolo consciente de lo que de verdad vive y siente, sin caer en la tentación del autoengaño. No es una pedagogía que parte de la transmisión de ideas sino de la experiencia concreta de la vida. Como decía Juan María se discierne vida, no ideas. No es un adiestramiento ni una ideologización, es búsqueda de la verdad en la propia vida. Se trata fundamentalmente de enseñar a vivir en verdad. Enseñar al niño y al joven a leer sus deseos, sus acciones, sus sentimientos. Descubrir las pulsiones y mociones profundas que mueven, dirigen y orientan su vida, sus elecciones y sus decisiones. 15 270 Aux Congréganistes de St-Brieuc, Sur le choix d'un état de vie 16 270 Aux Congréganistes de St-Brieuc, Sur le choix d'un état de vie 13 Juan María pide, en primer lugar, al educador menesiano que sea un experto en saber leer sus propios deseos. Cuando el educador está habituado a vivir en esta atención permanente a sus deseos tendrá la capacidad de poder enseñárselo a lo niños y jóvenes. “Penetra en los repliegues más escondidos, escruta tus profundidades, date cuenta no sólo de tus acciones, sino de tus sentimientos y de tus disposiciones más íntimas”17 Como dice Cencini: “Un buen educador debe conocer las paredes y los sótanos del corazón humano, a partir de los de su propio corazón, si quiere conducir a otros a lo largo de este misterioso viaje. Nadie puede pretender acompañar a alguno allí donde no ha estado.Escavar es identificar el origen andando hacia atrás en la experiencia de vida del sujeto. Es responder a la pregunta: ¿Qué hay detrás de este deseo?” No se trata de ahogar ni de reprimir el deseo pero sí descubrir su fuente y a dónde nos lleva. VIGILAD Y ORAD. El educador menesiano conoce y sabe de esa llamada insistente de Juan María: “Vigilad y orad”. Dos actitudes que intenta encarnar y hacer realidad en su vida. Sabe vivir atento a lo que acontece en su corazón y a descubrir el paso del Señor por su vida. 17 520 Ouverture de Retraite : Conditions pour profiter. 14 “Muchos se han perdido porque no han estado atentos a sí mismos, olvidando esta palabra de nuestro divino maestro: vigilad y orad para no entrar en tentación”.18 Por eso es capaz de enseñar al niño y al joven a vivir en esa actitud de vigilancia, de atención sobre sí mismo, de interioridad. Les ayuda a no vivir dispersos en medio de los acontecimientos y de las sensaciones. Les enseña a saber estar atentos a la propia vida. “Vigilad y orad: os he dicho que la conservación de la fe dependía para cada uno de nosotros de la fidelidad en cumplir este doble precepto, porque es imposible evitar las trampas que la impiedad ha sembrado en nuestro camino si no vigilamos sobre lo que hacemos con una atención infatigable, porque es imposible resistir a las seducciones de los malos ejemplos y de las malas doctrinas si no estamos unidos fuertemente a Dios por la oración.”19 Sabedor, por propia experiencia, de la importancia de la vigilancia vivirá con actitud de cuidado y de acompañamiento de los niños y jóvenes. "Los Hermanos no abandonarán los niños de los que están encargados ni de día ni de noche, ni estando a la mesa, ni en el recreo, ni durante el tiempo de trabajo, ni durante la 20 oración." 18 Lettre 3468. Au F. Anastase Gélébart. D. S. Ploërmel Le 6 Juin 1844 19 221 Précautions à prendre pour conserver la foi. 20Recueil. 15 El educador menesiano puede rezar al Padre como Jesús: “Mientras estaba con ellos, yo los protegía en tu lugar; tú me los confiaste, yo los tuve seguros” (Jn 17, 12) “¡Cuántos jóvenes están expuestos a peligros de los que vosotros felizmente estais preservados! Con qué ternura, con qué vigilancia y con qué amor estos educadores (señoritas) trabajan por vuestra educación. Entrega admirable que solamente Dios puede inspirar y recompensar dignamente. Seriais muy culpables, queridos niños, y sería lamentable, si a causa de vuestra indocilidad y de vuestra ligereza hicieseis inútiles todos los esfuerzos que estos educadores hacen para corregiros de vuestros defectos y para haceros sabios y virtuosos”.21 Dirá Juan María a los padres que vigilar es cuidar, acompañar, animar, sostener, estar cercanos de los niños cuando nos necesiten. “Si queréis que vuestros hijos perseveren y conserven las gracias tan preciosas que han recibido, os pido que redobleis vuestros cuidados y vuestra vigilancia, conocéis su inconstancia, la paja que el viento lleva no es más ligera que ellos. Estad siempre cerca de ellos para animarles y sostenerles en todo lo que hacen, vigilad para que no estrechen imprudentes y perniciosas amistades con jóvenes sin costumbres”.22 Vigilar es enseñar a los niños y jóvenes a tomar la medida de los propios actos. 21 198 Bénédiction des classes de la Providence 22 364 Importance et avantages d'une bonne éducation. 16 Orar: la oración nace de la conciencia de la propia debilidad y pobreza. De ahí nace el grito de confianza en el Señor y la esperanza. El Señor no nos deja solos y se acerca a aquél que le invoca. Esta confianza esperanzada hecha oración es la que el educador menesiano, desde su propia experiencia, enseña al niño y al joven. “Exponer nuestras necesidades y nuestras miserias a nuestro Padre que está en los cielos con una humilde confianza”23 Como dice Juan María debe inspirar a los niños el gusto por la piedad. "Cuide que se dediquen especialmente en todas las escuelas a la enseñanza religiosa y a inspirarles a los niños el gusto de la piedad; temo que por brillar, se busque demasiado las cosas de brillo, y a hacer sabios antes que santos; sería ir contra el objetivo de su misión”24 NO LO QUE YO QUIERO SINO LO QUE QUIERES TÚ. Es la meta, el objetivo, la finalidad de la pedagogía menesiana como discernimiento. Es el llegar a “ser santos”. “No lo que yo quiero sino lo que quieres Tú”. Es el criterio, el indicador fundamental de que la voluntad es buena. Cuando uno llega a vivir en la actitud permanente 23 Memorial. Aviso Nº XII 24 Document 464. Informations à prendre par le Frère Ambroise et avis divers. Le 1er Xbre 1840 17 de elegir el querer de Dios, ese es el signo de que la voluntad se ha hecho buena. Poder decir como Juan María: “un simple Dios lo quiere, eso me basta”, es el signo de que nuestra voluntad se ha hecho buena. Hacer del querer del Señor el objeto de nuestros pensamientos, de nuestro corazón, de nuestra voluntad. “Querer una cosa es hacer de ella el único objeto, por así decir, de sus pensamientos. Es no asustarse por ningún esfuerzo o pena por conseguirla. Es tender a este fin sin permitir que nada nos desvíe de él”25 Hacer la voluntad buena exige del educador dedicar el tiempo suficiente y necesario y saber ejercer el servicio de la autoridad. “Más tarde se lamentarán amargamente de que sus padres y sus maestros no les hayan mantenido sobre ellos durante tiempo suficiente y con la fuerza necesaria su autoridad y que no hayan logrado doblegar su voluntad indócil”.26 25 248 Discours à la Congrégation des Demoiselles. 26 047 Sur l'obéissance 18 INTEGRALIDAD DEL ACTO EDUCATIVO PEDAGOGÍA INTEGRAL : VOLUNTAD, CORAZÓN, INTELIGENCIA EVANGELIZAR Hacer conocer y amar a Jesucristo. Ser imagen de Jesucristo El Designio de Dios. Estar en el Orden de la Providencia. (dimensión vocacional) EDUCAR “Hacer la voluntad buena”, para encontrar el camino de la paz. Educar para que la voluntad se deje atraer y conducir en cada momento por la verdad y el amor. Para : INSTRUIR Desarrollar al máximo las facultades del educando para que saque el mayor provecho de los medios a su disposición. Exigencias: Clima de silencio, disciplina, interioridad, orden. Aceptar el proyecto de Dios en mi vida. Pedagogía de los lazos El orden de la Providencia se encarna en los lazos. Educador : es aquel que se siente llamado a vivir esta vocación. Ha descubierto los 19 Crear la mesa común : el Reino. La comunión es el a priori de la educación menesiana. lazos de Dios en su vida: “Dejad que los niños...” Niño: Es necesario educarle para que descubra y viva los lazos. Enseñarle a tejer su vida. Pedagogía del ángel Educación preventiva. El ángel es el modo popular de expresar la Providencia. Educador: es el ángel de los niños que les anuncia buenas noticias y les parte el pan. Niño : estar con los niños. Seguir la ley de la comunidad. El pastor se convierte en ángel. Encontrar el camino de la paz. Calidad menesiana. Para Integrar la ley de la comunidad y la ley del progreso. Seguir la ley del progreso. Metodología. Aplicar los mejores métodos didácticos y pedagógicos Calidad educativa. 20 INTEGRALIDAD DEL ACTO EDUCATIVO. El documento “El laico católico en la escuela” presenta la integralidad del acto educativo. Educar es, según este documento, desarrollar todas las facultades del educando, formar en el sentido ético, abrir a la transcendencia. Tres dimensiones que no pueden separarse si se quiere que verdaderamente la educación sea un educación integral. “La formación integral del hombre como finalidad de la educación, incluye el desarrollo de todas las facultades humanas del educando, su preparación para la vida profesional, la formación de su sentido ético y social, su apertura a la trascendencia y su educación religiosa. Toda escuela, y todo educador en ella, debe procurar «formar personalidades fuertes y responsables, capaces de hacer opciones libres y justas», preparando a los jóvenes «para abrirse progresivamente a la realidad y formarse una determinada concepción de la vida»27 Esta es, también, la opción clara de la pedagogía menesiana en fidelidad al pensamiento de Juan María. a) El conocer y tener en cuenta el contexto cultural, social y político en el que nace la pedagogía menesiana nos ayuda a comprenderla mejor. Teniendo en cuenta ese contexto podremos llegar a 27 El Laico Católico en la Escuela nº 17 21 descubrir mejor su peculiaridad, su identidad, su riqueza y sus límites. A partir de la Revolución francesa, con la Ilustracción, se produjo la separación de la evangelización del ámbito de la escuela. Es la primera fase de la crisis de sentido en la que aún estamos inmersos. Juan María reaccionó fuertemente frente a esa crisis de sentido. Expresión de esa protesta es la afirmación clara y rotunda: “Mis escuelas han sido fundadas para hacer amar y dar a conocer a Jesucristo” El cambio de horizonte cultural y social produce la progresiva fragmentación entre instrucción-educaciónreligión. En esta fragmentación está ya, en germen, toda la crisis de sentido que se producirá a continuación en la sociedad y en la escuela, hasta nuestros días. Al separarse de la religión, la moral será comprendida más como una moral represiva que como un reconocimiento y una fundamentación de la dignidad humana. "Un error de estos tiempos, es el de querer la moral sin religión, es decir,reglas de conducta separadas de creencias religiosas, como si los preceptos y los dogmas podrían separarse y no se garantizasen los unos a los otros, como si se pudiera hacer cristianos sin cristianismo, darnos una religión sin culto, una creencia sin símbolo...Que se tenga cuidado, el hombre no obra más que por lo que cree y según lo que cree...Querer construir el edificio de la moral haciendo abstracción de la religión, es una pretensión tan rara de la que uno se maravilla que haya podido 22 brotar en cerebros que, por otra parte, no dan muestras de alienación"28 La segunda gran crisis de sentido se produce cuando se borra del horizonte cultural la moral y la educación queda reducida a simple instrucción. Como horizonte de la escuela queda la dimensión funcional. Valores y ética son expulsados del ámbito escolar. Como bien expresa José Antonio Merino: “La razón se desvincula de la fe, la moral se emancipa de la religión y la ciencia racional y experimental se convierte en autónoma y autosuficiente”29 Hoy existe una urgencia, recuperar la escuela como ámbito de sentido. Es un reto mayor para la educación. La escuela, como la sociedad, son víctimas de la crisis generalizada de sentido. Una crisis de sentido que abarca el campo personal, social, político, religioso. Una crisis que nos invade y nos envuelve. En este sentido recuperar la visión y el compromiso de Juan María resulta algo urgente. Impulsar la pedagogía del sentido es una prioridad. b) El pensamiento pedagógico de Juan María lo podemos comprender también por su posición ante la enseñanza mutua y el método lancasteriano. Para Juan María la pedagogía lancasteriana es una pedagogía exterior, sustentada en actos y prácticas mecánicas Aunque se sigan manteniendo las prácticas religiosas la religión no es la fuente de sentido. No 28 Enseignement Religieux p. 10. 29 José Antonio Merino : Antropología Filosófica. Ed. Reus p. 132 23 debemos dejarnos engañar, detrás de las prácticas religiosas puede alojarse un gran absurdo, una grande incredulidad, como denuncia Juan María. La educación no es un acto mecánico. “Para justificar sus escuelas nos hace observar que está escrito en sus reglamentos que la oración se recitará en ellas por la mañana y la tarde, que se enseñará el catecismo, que el Evangelio se aprenderá de memoria y que los niños irán todos los domingos a misa. Que eso esté escrito no lo niego, pero que no haga falta más que eso para que una escuela sea verdaderamente cristiana, lo niego. ¿Hay algún establecimiento educativo en Francia donde estos actos exteriores de culto, como suele llamárseles, no se practiquen, en virtud de hermosas ordenanzas? Y sin embargo ¿cuántos establecimientos educativos no han sido durante mucho tiempo, y quizá continúan siéndolo, seminarios de ateos?”30 El sentido no brota de las prácticas sino de la relación, de la comunicación, de la atención personal Es la falta de relación personal lo que Juan María no acepta de la pedagogía lancasteriana. Esta es la crítica que él hace. “La enseñanza mutua separa a los alumnos del maestro, para confiarles a jóvenes monitores, sin experiencia en educación y cuya instrucción es a penas superior a la de los niños que les son confiados. De este modo la cultura intelectual y moral de los alumnos, en lo que tiene de íntimo e individual, esta cultura que es el primer medio de realizar una educación verdadera, y que es el resultado de una comunicación personal, a menudo incluso, confidencial del maestro con cada uno de sus alumnos, esta cultura se debilita y encuentra pegas en la escuela mutua. Se ve 30 De L’enseignement mutuel. 24 claramente que cuanto más numerosa es la escuela, tanto más la educación individual de los alumnos será difícil. La enseñanza mutua puede ser conveniente para los objetos susceptibles de ser reducidos, por medio de un análisis completo, a elementos muy determinados, capaces de ser comunicados por medio de expresiones rigurosas, o que es posible hacer conocer por la simple intuición. Tales son, por ejemplo, los inicios de la lectura, de la escritura, de la aritmética. Las operaciones intelectuales se realizan, entonces, con facilidad e incluso por sí mismas. Pero siempre que la instrucción exija operaciones más difíciles, comparaciones complicadas o delicadas, extensas deducciones, percepciones vivas, rápidas, matices de ideas, de hechos o de sentimientos; todas las veces que las facultades deban recurrir a un orden superior, e incluso estimular la sensibilidad o la conciencia moral, la enseñanza mutua fracasa”31. Educar no es endosar un hábito exterior, educar es transformar el corazón de la persona. “La enseñanza mutua tiende a dar un desarrollo desmesurado a la memoria, a expensas de las facultades más relevantes. Da demasiada importancia a las formas exteriores de la enseñanza y oculta, bajo la regularidad de la división de la escuela, de las prácticas mecánicas y de los movimientos, la realidad del hombre, es decir, el estado de su pensamiento, de sus afectos y de su voluntad”32 31 Sobre La Educación Religiosa. 32 Sur L'éducation religieuse 25 Al método lancasteriano Juan María le echa en cara fundamentalmente: La ausencia de un clima de silencio y reflexión que favorezca la interiorización, elemento esencial de toda pedagogía. El mecanicismo que crea hábitos exteriores pero que no favorece los hábitos interiores en la persona del niño, los hábitos de virtud que dice Juan María. La ausencia de relación personal con el educador que priva a la educación de toda autoridad moral. El estilo de relaciones entre el alumno y los monitores que no es el ideal para descubrir el sentido de la verdadera autoridad. Reconociendo las ventajas que puede tener el método lancasteriano, Juan María descubre sus errores fundamentales. Esto explica su posición de rechazo radical del método sabiendo sin embargo reconocer e incluso aprovechar algunas de sus ventajas. 26 INDICE PEDAGOGÍA MENESIANA II 5 PEDAGOGÍA DE GETSEMANÍ. ESQUEMA INTEGRALIDAD DEL ACTO EDUCATIVO 19 21 INTEGRALIDAD DEL ACTO EDUCATIVO 27 28