derechodelseguro.com.arderech odelseguro.com.arderechodelse guro.com.arderechodelseguro.c Incoherencia en sus agravios. Aplicación del artículo 1113 del om.arderechodelseguro.com.ar CC; cosa riesgosa. derechodelseguro.com.arderech odelseguro.com.arderechodelse guro.com.arderechodelseguro.c om.arderechodelseguro.com.ar derechodelseguro.com.arderech odelseguro.com.arderechodelse guro.com.arderechodelseguro.c om.arderechodelseguro.com.ar derechodelseguro.com.arderech odelseguro.com.arderechodelse guro.com.arderechodelseguro.c om.arderechodelseguro.com.ar derechodelseguro.com.arderech odelseguro.com.arderechodelse guro.com.arderechodelseguro.c om.arderechodelseguro.com.ar ["Rizzo Angel T. c/ Empresa Provincial de la Energía de la Provincia De Santa Fe (E.P.E.) s/ daños y perjuicios"] [Seleccione la fecha] Usuario "Rizzo Angel T. c/ Empresa Provincial de la Energía de la Provincia De Santa Fe (E.P.E.) s/ daños y perjuicios" – CÁMARA DE APELACIÓN DE CIRCUITO DE ROSARIO - 17/05/2012 ACUERDO Nº 91 En la ciudad de Rosario, el día 17 de mayo del año dos mil doce, reuniéronse en Acuerdo los Jueces de la Cámara de Apelación de Circuito doctores Eduardo Jorge Pagnacco, Ricardo Netri y René Juan Galfré, para dictar sentencia en los caratulados "RIZZO ANGEL T. c/ EMPRESA PROVINCIAL DE LA ENERGÍA DE LA PROVINCIA DE SANTA FE (E.P.E.)) s/ DAÑOS Y PERJUICIOS" Expte. N° 244/11 (Expte. N° 190/08 del Juzgado de Primera Instancia de Circuito N° 12 de San Lorenzo). Se resolvió someter a sorteo el estudio de la causa, resultando el siguiente orden: doctores Ricardo Netri, René Juan Galfré y Eduardo Jorge Pagnacco. Hecho el estudio de la causa, se resuelve plantear las siguientes cuestiones: 1º) ES NULA LA SENTENCIA RECURRIDA? 2º) EN SU CASO, ES JUSTA? 3º) QUE PRONUNCIAMIENTO CORRESPONDE DICTAR? A la primera cuestión, el doctor Netri dijo: Mediante la sentencia N° 819/11 (fs. 108/113), a cuya relación de la causa me remito por razones de brevedad, se resolvió: Hacer lugar a la demanda y en consecuencia condenar a la parte demandada "EMPRESA PROVINCIAL DE LA ENERGÍA" a abonar al actor -Sr. Ángel Teodosio Antonio Rizzo- en el término de diez (10) días la suma de PESOS CUATRO MIL QUINIENTOS CINCUENTA Y NUEVE C/45/00 ($4.559,45) con más el interés de la tasa activa promedio mensual sumada del Nuevo Banco de Santa Fe S.A., desde la fecha del siniestro (29 de setiembre del año 2006) y hasta su efectivo pago, con costas a la vencida (art. 251 CPCC). Contra dicho pronunciamiento se alza la demandada interponiendo recurso de apelación y conjunta nulidad (fs. 114). Respecto de los recursos incoados se dispuso conceder los mismos por Auto N° 1556/11 (fs. 118). Llegados los autos a esta instancia la demandada expresa agravios a fs. 125/126 y el actor contesta los agravios a fs. 129/130. Encontrándose consentida la providencia que llamó los autos para dictar sentencia (fs. 132 y 133), quedan los presentes en estado de definitiva. El recurso de nulidad deducido no ha sido sustentado en esta instancia, y tampoco resulta de lo actuado que se hayan violado u omitido las formalidades prescriptas con carácter sustancial por la ley de rito, cuyo quebrantamiento podría autorizar la declaración oficiosa de la nulidad, por lo que corresponde su desestimación. Por ello, voto por la negativa. A la misma cuestión, los doctores Galfré y Pagnacco dijeron: De acuerdo con lo expuesto por el Vocal preopinante, votamos en igual sentido. A la segunda cuestión, el doctor Netri dijo: 1) La recurrente, en su primer agravio, manifiesta que le agravia que la sentencia determina probado el nexo causal entre la cosa riesgosa y el daño producido. Considera que no () se ha probado en autos que los daños sufridos en los electrodomésticos del actor se hubiesen producido por el proceder imprudente o negligente de la EPE. Expresa que la pericia técnica refiere a que los elementos tenidos a la vista son compatibles con un acontecimiento de alta tensión pero no afirma que los daños presuntamente sufridos por el actor son consecuencia del obrar negligente de la EPE. Agrega que la constatación notarial no puede tener relevancia jurídica alguna, ya que un escribano podría acreditar que algún electrodoméstico no funciona pero no podría determinar cuál es la causa por la cual los mismos no funcionan ya que carece de conocimientos técnicos para ello. En cuanto al resto de las pruebas, dice que no son idóneas para determinar la responsabilidad de la EPE y/o la existencia de nexo causal entre la cosa riesgosa y el daño producido. En el segundo agravio, expresa que le agravia que en la sentencia no se consideró ni siquiera mínimamente los argumentos defensivos relacionados con el incumplimiento técnico del reclamante exigido por el Reglamento General para el Suministro y Comercialización del Servicio Eléctrico, arts. 11, 27 y 28. Señala que esos artículos imponen cargas y responsabilidades técnicas a los usuarios, como por ejemplo, instalar en su circuito principal interruptores automáticos de protección termomagnética, disyuntor diferencial, seccionadores, fusibles, etc., de acuerdo a la potencia instalada. Manifiesta que si esas cargas hubiesen sido cumplidas por el actor, el hecho no hubiese ocurrido o como mínimo no con las consecuencias expresadas en la demanda. Considera que por la responsabilidad que le cabe al actor-usuario, la situación encuadra en la eximente de responsabilidad prevista en el propio art. 1113 del Código Civil denominado culpa de la víctima. El actor contesta los agravios vertidos por la parte demandada, solicitando se rechacen los mismos con expresa imposición de costas a la contraria. 2) Entrando en la consideración de los agravios planteados por la recurrente, lo primero que se advierte es que el primer y segundo agravio son claramente incompatibles, puesto que mientras en el primero la demandada argumenta que no se encuentra probado en autos el nexo causal entre la cosa riesgosa y el daño producido, en el segundo se queja porque no se consideró la culpa de la víctima como eximente de responsabilidad. En efecto, si el actor sufrió los daños por los que reclama indemnización, por no haber cumplido las medidas de seguridad exigidas por el Reglamento General para el Suministro y Comercialización del Servicio Eléctrico, lo que eximiría a la demandada por culpa de la propia víctima, debe admitirse que existió el nexo causal que al mismo tiempo la apelante niega. Más allá de lo señalado en el párrafo anterior, respecto del primer agravio debe tenerse presente que el hecho objeto del proceso encuadra en lo prescripto por el art. 1113, 2° párrafo, 2a. parte, del Código Civil, ya que –conforme surge de la pericia técnica realizada por el perito ingeniero electricista- los artefactos eléctricos resultaron dañados por "haber estado sometidos a tensión excesiva" (respuesta a la pregunta 3 de fs. 59), es decir que el daño proviene del riesgo de una cosa. Sobre este particular, la Sala Segunda integrada de la Cámara de Apelación en lo Civil y Comercial de Rosario ha dicho: "El artículo 1113 del Código Civil -según la reforma operada por la ley 17711consagró una innovación procesal: se invierte la carga de la prueba, ya no de la culpa del dueño o guardián – que aquí no juega ningún papel – sino de la causalidad. En efecto, de la propia norma se desprende que es al dueño o guardián a quien compete probar la actuación de una causa extraña en la producción del daño: "la culpa de la víctima o de un tercero por quien no debe responder". "Ello significa que la relación causal se presume;; no pesa sobre el damnificado la prueba de una estricta relación causal entre el riesgo o vicio de la cosa y el daño; es suficiente que demuestre un nexo de causalidad aparente: la intervención de la cosa riesgosa o viciosa en el evento dañoso, salvo la prueba que pueda rendir el demandado de que la causa del daño ha sido un factor distinto y ajeno al riesgo o vicio". "El actor no necesita demostrar con exactitud que el daño ha sido causado por el hecho (del hombre o de la cosa) imputado al demandado, sino que es éste quien, para eximirse de responsabilidad, tiene que acreditar que aquél ha sido causado por la propia víctima, por un tercero por quien no debe responder o por un caso fortuito ajeno" (Orgaz, Alfredo, "La culpa (actos ilícitos)", Bs. As., 1970, ps. 160 y ss. y 185 y ss.). "En otras palabras: no pesa sobre el damnificado la prueba de un "estricto" vínculo causal entre el riesgo o vicio de la cosa y el daño. Es suficiente, en cambio, que demuestre un nexo de causalidad "aparente": la intervención activa de la cosa riesgosa o viciosa en el suceso dañoso, a partir de lo cual se traslada al demandado la carga de probar que, en realidad, el perjuicio proviene de un factor distinto y ajeno al riesgo o vicio" (C.C.C. Rosario, Sala Segunda integrada, Acuerdo Nº 33 del 22/03/1999, "Hallanib, Alberto J.A. y otros c/ Grandinetti de Muraca, Raquel y/u otros s/ Daños y Perjuicios"). González Zavala señala que "corresponde diferenciar de los indicios aquellos supuestos favorecidos por una presunción legal. En efecto, existen diversas presunciones de causalidad, las cuales "constituyen un mecanismo tendiente a facilitar al damnificado la obtención del resarcimiento" y que "se destruyen probando la interrupción del nexo causal (caso fortuito, hecho de un tercero, culpa de la propia víctima, salvo casos especiales)" (Jornadas en homenaje al Prof. Dr. Roberto Brebbia, Rosario, 1986). El supuesto de más aplicación es la presunción de causación en caso de protagonismo de cosas riesgosas o viciosas" (González Zavala, Rodolfo M., "Prueba del nexo causal" en Revista de Derecho de Daños, 2003-2, "Relación de causalidad en la responsabilidad civil", Rubinzal – Culzoni Editores, pág. 100/101). En igual sentido, Zavala de González dice que: "basta la intervención de una cosa peligrosa en un suceso dañoso, para que quepa presumir que el daño resulta de la actualización de ese peligro, en tanto no se aporte la demostración de incausalidad que enerve aquella relación causal aparente. En consecuencia, lo importante es la presencia de la cosa en el contexto causal, mientras que el modo como interviene la cosa tiene un papel secundario" (Zavala de González, Matilde, "Responsabilidad por riesgo. El nuevo artículo 1113", Responsabilidad Civil 3, Editorial Hammurabi S.R.L., Buenos Aires, 1987, pág. 176). Sentado lo expuesto, en la pericia técnica realizada durante el proceso, el perito ingeniero electricista contestó afirmativamente a la pregunta sobre si la causa del deterioro o destrucción o mal funcionamiento de los artefactos en cuestión se encuentra en un aumento del voltaje eléctrico proveído por la E.P.E. (pregunta 6 de fs. 59). En consecuencia, teniendo en cuenta que es la demandada la encargada de suministrar energía eléctrica en el lugar del hecho objeto del proceso, la respuesta brindada por el perito ingeniero electricista (referida en el párrafo anterior) y la relación de causalidad presunta que, conforme lo que se expuso ut supra, resulta aplicable al caso de autos, llevan a la conclusión de que el primer agravio formulado por la recurrente no puede tener acogida. Entrando, ahora, a la consideración del segundo agravio, debe tenerse presente que encontrándose la situación de la demandada en el marco de lo prescripto por el art. 1113, 2° párrafo, 2a. parte, del Código Civil, se encuentra a su cargo la demostración de las circunstancias aptas para excluir su responsabilidad (a través de la prueba de una causa ajena al riesgo o vicio). Así las cosas, debe recordarse que la Corte Suprema de Justicia de la Nación ha establecido que en el caso de daños causados por el riesgo o vicio de la cosa, el dueño y/o el guardián para eximirse totalmente de responsabilidad debe demostrar, en forma fehaciente, que la culpa de la víctima o de un tercero por quien no deba responder, ha sido la única causa del daño y reviste las características de imprevisibilidad e inevitabilidad propias del caso fortuito o fuerza mayor. O sea, debe probarse la ruptura del nexo causal entre el riesgo creado y el daño (C.S.J.N., 9-9-86, "Entel c/ Dycasa –Dragos y Construcciones Argentinas S.A.- y otra"). Esta doctrina fue reiterada por la Corte Suprema de Justicia de la Nación en la causa "Fernández, Alba O. c. Ballejo, Julio A. y otra", en la que sostuvo que: "la culpa de la víctima con aptitud para cortar el nexo de causalidad a que alude el artículo 1113 del Código Civil debe revestir las características de imprevisibilidad e inevitabilidad propias del caso fortuito o fuerza mayor" (C.S.J.N., 11-6-1993, L.L., 1993-E-472). Lo expuesto por el más alto tribunal de justicia conduce a sostener que el demandado debe demostrar la "culpa evidente de la víctima" para eximirse de responsabilidad. Así lo ha sostenido la Corte Suprema de Justicia de la Provincia de Santa Fe en la causa "Levy, Daniel" (29-12-93, A. y S., t. 105, p. 192- 197). En su segundo agravio, la recurrente se queja diciendo que la sentencia de primera instancia "no consideró ni siquiera mínimamente la responsabilidad que le cabe al actor-usuario por su incumplimiento a instalar elementos de seguridad en su circuito principal y a mantener en buen estado sus instalaciones internas, lo que encuadra en el eximente de responsabilidad previsto en el propio art. 1113 del Código Civil denominado culpa de la víctima". Cita al respecto lo exigido en los arts. 11, 27 y 28 por el Reglamento General para el Suministro y Comercialización del Servicio Eléctrico. Pero, se advierte que la demandada no probó durante el proceso que el actor no haya instalado interruptores automáticos de protección termomagnética, disyuntor diferencial, etc., de acuerdo a la potencia instalada en su domicilio. Es decir, no acreditó que el demandante haya incumplido las obligaciones establecidas en la normativa que cita. En definitiva, ninguna prueba produjo la accionada tendiente a demostrar que los daños sufridos por los artefactos eléctricos del actor como consecuencia de un aumento del voltaje eléctrico proveído por la E.P.E., provinieron de una causa ajena a ella, y menos aún, de la culpa de la víctima. En consecuencia, el segundo agravio tampoco puede tener acogida. Por ello, voto por la afirmativa. A la misma cuestión, los doctores Galfré y Pagnacco dijeron: De acuerdo a los principios y fundamentos a los que arriba el Vocal preopinante, votamos en igual sentido.//A la tercera cuestión, el doctor Netri dijo: Atento el resultado obtenido al votar las cuestiones precedentes, corresponde desestimar la nulidad y rechazar el recurso de apelación interpuesto por la demandada, confirmando la sentencia Nº 819/11 (fs. 108/113). Las costas de la Alzada se imponen a la recurrente vencida (art. 251 del CPCC). Propongo que los honorarios de Alzada de los Dres. Juan Silvio Rebotaro y Ernesto Alberto Saccone se fijen en el cincuenta por ciento del honorario que en definitiva les corresponda a los profesionales de cada parte por su labor desplegada en lo principal en sede inferior, con noticia de la Caja Forense. Así voto. A la misma cuestión, los doctores .Galfré y Pagnacco dijeron: El pronunciamiento que corresponde dictar es el que propicia el doctor Netri.//Por todo ello, la Cámara de Apelación de Circuito;; RESUELVE: Desestimar la nulidad y rechazar el recurso de apelación interpuesto por la demandada, confirmando la sentencia Nº 819/11 (fs. 108/113). Imponer las costas de la Alzada a la recurrente vencida (art. 251 del CPCC). Fijar los honorarios de Alzada de los Dres. Juan Silvio Rebotaro y Ernesto Alberto Saccone en el cincuenta por ciento del honorario que en definitiva les corresponda a los profesionales de cada parte por su labor desplegada en lo principal en sede inferior, con noticia de la Caja Forense. Insértese, hágase saber y bajen. (AUTOS: "RIZZO ANGEL T. c/ EMPRESA PROVINCIAL DE LA ENERGÍA DE LA PROVINCIA DE SANTA FE (E.P.E.) s/ DAÑOS Y PERJUICIOS" Expte. N° 244/11). Fdo.: NETRI - GALFRÉ PAGNACCO - MUNINI