INTRODUCCIÓN………………………………………………………….2 PAUTAS PARA LA REALIZACIÓN DEL COMENTARIO DE TEXTO…4 EDAD ANTIGUA…………………………………………………………...10 LOS PRESOCRÁTICOS…………………………………………………12 LOS SOFISTAS Y SÓCRATES……………………………………...…27 PLATÓN……………………………………………………………..….……..37 CONTEXTO……………………………………….……..38 TEORÍA……………………………………………….….39 TEMA 1 (GNOSEOLOGÍA)(41 a 48, y 55 a 57) TEMA 2 (ANTROPOLOGÍA) (58 a 62) TEMA 3 (ÉTICA-POLÍTICA)(63 a 73) TEXTOS 1,2 Y 3 (74, 75 Y 76) DIBUJOS (77,78,79) ARISTÓTELES………………………………………………………80 CONTEXTO……………………………………….81 VIDA, OBRA Y EVOLUCIÓN……………………82 TEORÍA……………………………………………87 TEMA 4 (GNOSEOLOGÍA)( 87 a 89 Y 97,98) TEMA 5 (ANTROPOLOGÍA) (96 a 98) (Breve resumen del hilemorfismo – 91- y acto potencia-92 y ss) TEMA 6 (ÉTICA- POLÍTICA) (99 a 104) TEXTOS 4,5 Y 6 (105, 106 Y 107) HELENISMO: CINISMO, EPICUREISMO, ESTOICISMO, NEOPLATONISMO Y MISTICISMO ………………………………….108 COMPARACIONES ENTRE AUTORES…………………113 a 124 1 INTRODUCCIÓN A grandes rasgos los temas que vamos a tratar en Filosofía son los siguientes. (La numeración es de los textos que entran en la prueba de acceso a la universidad) La Filosofía antigua. Las principales cuestiones que cabe considerar son, por ejemplo, el tránsito del mito al logos entre los presocráticos; los primeros intentos metafísicos de Parménides y Heráclito; la significación de los filósofos pluralistas; Sócrates y los socráticos menores; el nacimiento de la "polis" y de la democracia en Atenas, y el proyecto ético del epicureísmo y el estoicismo, etc. Platón: El problema del conocimiento(1). El problema del hombre(2). El problema moral(3). Aristóteles: El problema del conocimiento(4). El problema del hombre(5). El problema moral.(6) La Filosofía Medieval. Debe contextualizarse la Filosofía medieval mediante los grandes problemas que se suscitan en torno a la necesidad de poner de acuerdo la fe, representada por las religiones monoteístas, y la razón, representada, sobre todo, por las filosofías de Platón y Aristóteles. El platonismo cristiano tiene su expresión más completa en el pensamiento de San Agustín de Hipona, en tanto que la síntesis entre cristianismo y filosofía aristotélica quedó modelada en el de Santo Tomás de Aquino. A partir del siglo XIV se inicia la crisis de la Escolástica medieval que es consecuencia, por un lado, de la filosofía de Guillermo de Ockham y, por otro, de los desarrollos científicos del siglo XIV (Oresme, Buridan, Sajonia). San Agustín de Hipona: El problema del conocimiento o El problema del hombre(7). Santo Tomás de Aquino: La concepción teológica tomista o la relación razón y fe (8). La Filosofía Moderna. El eje fundamental es el nuevo concepto de racionalidad que surge en los siglos XVI y XVII y se caracteriza por la secularización del pensamiento, el nacimiento de la ciencia moderna, la búsqueda de una nueva antropología basada en el sujeto consciente y una nueva forma de organizar el gobierno basada en la democracia. 2 En este contexto se deben considerar las grandes corrientes constituidas por el racionalismo y el empirismo, entre cuyos representantes se pueden mencionar a Descartes, Spinoza, Locke y Hume. A lo largo del siglo XVIII, o Siglo de las Luces, surgen diferentes formas de interpretar la Ilustración. En el campo de la filosofía política, adquiere especial relevancia la fundamentación que realiza Rousseau de la democracia. Por otro lado, aparece un nuevo racionalismo crítico con Kant, que realizará una síntesis acabada y completa de los supuestos gnoseológicos y éticos de las corrientes racionalista y empirista. Descartes: El problema del conocimiento(9). El problema de la realidad(10). (Hume. Breve explicación para entender a Kant) Kant. El problema del conocimiento(11). El problema moral (12). Filosofía Contemporánea. Entre las corrientes filosóficas del siglo XIX se pueden estudiar el materialismo histórico-dialéctico del marxismo y el vitalismo de Nietzsche, que suponen una culminación de los problemas de la filosofía y, a la vez, constituyen un antecedente del pensamiento actual. El marxismo se centra sobre todo en el análisis de las contradicciones del sistema económico y político propio del capitalismo industrial. Desde otra perspectiva, el vitalismo de Nietzsche se ocupa del ocaso de la cultura occidental dominada por los valores racionalistas de los griegos y los valores morales del cristianismo. Marx: El problema del conocimiento histórico(13). El problema del hombre(14). Nietzsche: El problema de la realidad(15). El problema del conocimiento(16). El problema moral(17). 3 PAUTAS PARA LA REALIZACIÓN DEL COMENTARIO DE TEXTO 1 - RESUMEN DEL TEXTO. + Labor previa: - En casa: Antes de hacer el examen deberemos leer, subrayar y resumir los textos que nos han sido entregados. No basta con estudiar la teoría sino que debemos volver una y otra vez a los textos. Se comprenden mejor los textos si antes hemos entendido bien la teoría. El último repaso será de la teoría y de los textos. Si sólo estudiamos la teoría perderemos un tiempo muy valioso al realizar el examen. - En el momento del examen. Un buen resumen presupone una lectura atenta. Es muy importante no dejarse llevar por la ansiedad y dedicar el tiempo necesario para la comprensión del texto (Leer las veces que sean necesarias). Este tiempo se reduce mucho si lo hemos trabajado en casa. En una primera lectura subrayaremos o apuntaremos al margen las ideas principales. Posteriormente intentaremos redactar esas ideas principales del texto, exponiendo el problema que se trata y el modo de argumentar del autor. Muchas veces la puntuación del texto nos ayuda a encontrar la estructura del texto. + La redacción del resumen. Una vez que hemos encontrado las ideas principales del texto y sabemos lo que quiere decir el autor y cómo lo dice, debemos redactar el resumen. Desde la coordinación de la universidad se ha remitido una estructura de carácter formal que ayuda a expresar bien el contenido de los textos. La estructura es la siguiente: "En este texto de [autor] perteneciente a su libro [título de la obra] plantea un problema [ontológico, gnoseológico, antropológico, ético, político] que responde a la pregunta [forma interrogativa del problema]. Entiende por [primer término a definir]...... Por [segundo término a definir]..... Y por [tercer término a definir].... Argumenta que [primer argumento o justificación] y que [más argumentos si los hubiere]. Para concluir que efectivamente [tesis principal del texto]. Es evidente que en esta estructura se da respuesta conjunta al resumen y a las definiciones. Quizás resulte más sencillo separar el resumen de las definiciones. Una opción puede ser esta: -RESUMEN: 4 "En este texto de [autor] perteneciente a su libro [título de la obra] plantea un problema [ontológico, gnoseológico, antropológico, ético, político] que responde a la pregunta [forma interrogativa del problema]. Argumenta que [primer argumento o justificación] y que [más argumentos si los hubiere]. Para concluir que efectivamente [tesis principal del texto]. - DEFINICIONES. De las palabras subrayadas he elegido para su definición las siguientes: -(PRIMER TÉRMINO): -(SEGUNDO TÉRMINO): -(TERCER TÉRMINO): - ¿CÓMO CONTESTAR A LAS DEFINICIONES? En todos los textos encontraremos unas cuantas palabras subrayadas. Es muy importante elegir aquellas tres que dominamos mejor. Nos tomaremos el tiempo oportuno para elegir bien. En la definición deberemos dar, si es posible, (1)el significado ordinario del término, (2)el significado filosófico general y (3)el uso específico en el autor del texto. (Este último suele ser imprescindible.). Si se expresan los tres, mejor que mejor. De los tres el menos importante es el primero. Una buena definición siempre debe decir qué es lo definido. Una vez que se dice lo que es, se puede hablar de clases, importancia, finalidad, origen, etc. Es mejor extenderse (sin pasarse) que quedarse corto. 2.- EXPON LA TEORÍA DE ... De cada autor hay que explicar aquel aspecto problemático (realidad, conocimiento, hombre, ética y política) que aparece en el texto. La redacción del tema en cuestión no se puede hacer si no se ha comentado en una breve introducción los caracteres generales de la corriente de pensamiento en la que se incluye el autor. Una vez hecho esto se expondrá el tema, resaltando la importancia que tiene ese tema en la filosofía del autor y su trascendencia en la filosofía en general. Si no se tratan aspectos biográficos e históricos del autor, es conveniente que se comente que más adelante en la pregunta 3 se situará al autor. 3.- CONTEXTO CULTURAL En esta cuestión podemos hablar de los siguientes temas. 5 1. La biografía del autor y su protagonismo en la época que le tocó vivir. (Si no se ha hablado de la corriente a la que pertenece y su trascendencia en la filosofía de su época, este es un buen momento para hacerlo. Si ya se ha comentado en la cuestión anterior, no hay que volver a decirlo) 2. Los acontecimientos históricos más significativos de la época en que vivió el autor. 3. Los caracteres más sobresalientes de la cultura de su época (Arte, tecnología, economía, organización política, religión, etc.). 4. Los rasgos más destacados de la mentalidad de la época del autor. Es muy importante tener muy claro a qué época pertenece el autor. Si hay algún tipo de controversia, se dará una respuesta argumentada. Hay autores que pueden estar a caballo entre dos épocas. Si es así se expondrá con claridad. Un modo de iniciar la redacción de esta cuestión puede ser la siguiente: (Autor), (1500-1501), perteneciente a la época de (tal). De este periodo histórico vamos a destacar los siguientes temas: - Sucesos históricos más destacados: + + + - Los caracteres más sobresalientes de la cultura de su época en los siguientes aspectos: + Arte: + Tecnología: + Economía: + Política. + Religión. - Para finalizar se puede intentar relacionar lo anterior con la biografía del autor. ¿Cómo influyeron los sucesos históricos y la cultura en el autor? 4.- RELACIÓN Este apartado del comentario de texto, de acuerdo con lo decidido en la reunión de coordinación de profesores de historia de la filosofía se restringe en su formulación para la prueba de acceso a la Universidad a los términos siguientes: "Relaciona esta doctrina (metafísica, gnoseológica, antropológica, ética o política) del autor con la doctrina (metafísica, gnoseológica, antropológica, ética o política) de otro autor como por ejemplo....." . 6 AUTOR METAFÍSICA REALIDAD PLATÓN ARISTÓTELES SAN AGUSTÍN STO TOMÁS DESCARTES KANT MARX NIETZSCHE GNOSEOLOGÍA ANTROPOLOGÍA CONOCIMIENTO HOMBRE SÍ SÍ SÍ SÍ SÍ SÍ SÍ SÍ SÍ SÍ SÍ SÍ SÍ SÍ SÍ SÍ SÍ ÉTICA MORAL SÍ SÍ POLITÍCA SÍ SÍ SÍ SÍ SÍ SÍ Los autores están en orden cronológico En la relación debemos tener en cuenta los siguientes puntos:( EJEMPLO: Relacionar la teoría del conocimiento de Kant y Descartes, y el texto es de Kant.) - Situación histórica de los autores a comparar. Ver cuál es anterior y cuál es posterior. Esto es muy importante para ver si el autor posterior niega, completa o supone un cambio radical respecto al filósofo anterior. (En el caso de Kant, recoge ciertas tesis racionalistas de Descartes y las completa con ideas empiristas de Hume que le despertó de su sueño dogmático racionalista.) - Corriente filosófica a la que pertenecen. (Racionalismo de Descartes con el idealismo trascendental de Kant.) Se determinarán, si los hubiere, los puntos en común, las diferencias y aportaciones entre las dos corrientes. Las características generales de cada corriente vienen muy bien para ver en qué ámbitos se pueden comparar. - Determinar las variables a comparar. (Por ejemplo, papel de la experiencia, importancia de la razón, elementos del conocimiento, tipos de conocimiento, clases de juicios, consideración de la ciencia, límites del conocimiento, posibilidad de la metafísica como ciencia, fenomenismo, escepticismo, probabilismo científico. etc.) La relación será más completa cuantas más variables se consideren en la comparación. Os puede servir como guía orientativa el cuadro de comparaciones. (PÁGINA WEB DEL INSTITUTO) - Importancia de los autores en el tema a comparar. (Descartes fue el precursor de la filosofía moderna y Kant, teniendo muy presente a los racionalistas y a Hume, determinó con claridad en la Crítica de la Razón Pura qué se puede conocer.) Debemos exponer la relevancia histórica y filosófica de los autores en el problema filosófico que estamos relacionando. Qué punto de vista es el más vigente en la actualidad. 4. ENSAYO ¿Qué es un ensayo? Una posible definición: Escrito en le que se expone de un modo 7 claro, fundamentado, razonado y crítico el punto de vista personal sobre un tema de relevancia filosófica. ¿Cómo elegir el tema? El tema será de libre elección, pero siempre con una clara vinculación con el texto del examen. Recordad que puede estar relacionado con uno de los 5 grandes ámbitos que se han dado en el curso: REALIDAD, CONOCIMIENTO, ANTROPOLOGÍA, ÉTICA Y POLÍTICA. TEMAS POSIBLES PARA EL ENSAYO. VER ESQUEMAS DE LOS TEXTOS. Es importante que tengas claro cuáles son los grandes problemas de la historia de la filosofía en estos ámbitos. Por ejemplo: - Conocimiento científico: posibilidad e importancia. La existencia de Dios. ¿Es el hombre un ser compuesto de espíritu y materia? ¿Qué es la felicidad? ¿Es la democracia la mejor forma de gobierno? Si no sabéis qué tema tratar en el ensayo, es conveniente buscar cualquier excusa en el texto para disertar sobre algún tema que hayáis pensado de modo sistemático. Otra opción es relacionar el texto, si se puede, con alguna noticia de actualidad. (Por ejemplo: La caverna de Platón con los bajos índices de lectura que nos muestran las noticias; La democracia y la posible ilegalización de Batasuna; etc.) A lo largo del curso hemos visto una serie de soluciones, dadas por los filósofos, a una serie de problemas. ¿Cómo podemos hacer el ensayo a partir de esto? Posibilidades: - Estar de acuerdo con un filósofo en concreto. No basta con exponer su pensamiento, hay que dar razones por las que te parece la opción más correcta. Además, si se da el caso, deberás explicar de modo objetivo y completo los puntos de vista contrarios. Exponer bien las opiniones contrarias para determinar sus carencias de un modo justificado. - Considerar que ninguna solución de la historia de la filosofía es completamente correcta. Deberás exponer las razones por las que consideras estas soluciones como incompletas. Puedes intentar completar una solución con la aportada por otro filósofo. Incluso puedes dar una solución personal, siempre que esté justificada. 8 - Relacionar la solución de un filósofo con la actualidad. (Por ejemplo: Podemos aplicar la descripción que hace Platón de la caverna con la poca importancia que se da a los conocimientos científicos en la actualidad. La gente se queda en lo superficial ...) EN EL ENSAYO NO DEBES: - EXPONER SIN JUSTIFICAR. - DAR NADA POR SUPUESTO. - CRITICAR SIN ARGUMENTOS. - PRESCINDIR DE LA CLARIDAD. - HABLAR DE LO QUE NO SE ENTIENDE. - DESCALIFICAR. ESTRUCTURA DEL ENSAYO (UNA POSIBILIDAD) Introducción: En la introducción se debe (1) presentar el tema que se va a tratar, (2 )dar las razones que os han llevado a elegir ese tema e (3) indicar cuál va a ser vuestro modo de proceder en el ensayo con un breve esquema. A continuación se desarrollan los puntos del esquema. Un posible esquema general podría ser este: - Exposición de algunas soluciones de los filósofos del temario. - Valoración personal y justificada de éstas soluciones. - Tomando en cuenta la crítica anterior, redactar vuestro punto de vista personal. - Resaltar la vigencia o actualidad del problema tratado. Conclusión: Un modo sencillo de terminar el ensayo es resumir lo esencial de vuestra argumentación. 9 10 11 LOS PRESOCRÁTICOS. EL PASO DEL MITO AL LOGOS 12 Dimensión histórica de la Grecia clásica Contexto geográfico y político de Grecia EI continente griego es montañoso y muy estéril; solamente algunos valles, con fácil acceso al mar, son fértiles; tienen malas comunicaciones en el interior a causa de las montañas. La población se agrupaba en estos valles formando pequeñas comunidades aisladas que vivían de la agricultura, y se concentraban en una ciudad cerca del mar. En cuanto aumentaba la población más que sus recursos, lo único que podían hacer para poder subsistir los que ya no «cabían», era dedicarse a la navegación. Así fueron extendiéndose y fundando colonias en aquellos sitios donde les era más fácil vivir. Estas fueron las fértiles tierras de Asia menor (Efes, Mileto) y el sur de Italia (Elea, Crotona, Siracusa). En lo político, dominaba la aristocracia, una nobleza de terratenientes que tenía todo el poder económico y político en sus manos. El rey, si lo había, era sólo una figura decorativa. La gloria y el honor son los más altos valores de esta sociedad; de tal manera que el ser noble era igual a ser «bueno», y el ser plebeyo era ser «malo». La fama era intocable y siempre debían tener éxito sus empresas porque el fracasar era vergonzoso. Los griegos no estaban unidos políticamente: vivían en ciudadesestados completamente independientes, como Atenas, Esparta, Corinto, Samos, Mileto, etc. La ciudad, la «polis», era un eje en la vida de los griegos: el hombre griego es, ante todo, un ciudadano, sólo concibe su vida en la ciudad y formando parte de la ciudad, nunca aislado o solo. Los griegos son un pueblo aventurero e imaginativo, lleno de curiosidades y de alegría vital. Situación sociocultural La influencia de la religión La religión griega tenía unas características muy particulares: no contaban con un sacerdocio estable que garantizase y mantuviese una ortodoxia doctrinal, no había libros sagrados y el pensamiento estaba libre de dogmas. Únicamente existían los poemas de Homero y Hesíodo, donde se reflejaban las creencias de los griegos y la interpretación antropomórfica de sus dioses. Para los griegos eran menos importantes las creencias que las prácticas del culto. Junto a estas versiones poéticas de Homero y Hesíodo, aparecen intentos de interpretaciones alegóricas o racionalistas de los mitos. Los griegos no tenían ciencia, pero habían creado una amplia mitología con la que trataban de explicarlo todo. Y a partir del siglo VI se empiezan a 13 desechar los mitos para buscar otro tipo de explicaciones. Así, la insuficiencia de la religión griega hace posible la aparición de un pensar distinto: la explicación racional, la filosofía. La ciencia egipcia y babilónica Estas culturas son muy anteriores a la filosofía griega; sin embargo, influyeron mucho en la elaboración de su pensamiento; provienen del cuarto milenio a. de C. Incluso la India tiene referencias filosóficas del año 1500 a. de C. Y estas reflexiones tienen su base en el estado de la Ciencia: eran pensadores que reflexionaban a partir de la observación de los cuerpos celestes, como el Sol (como objeto de adoración del hombre primitivo), o bien, la crecida del Nilo, las cosechas, o el calendario; resumiendo, la ciencia se concretaba en la astronomía, la agricultura, la medicina, las matemáticas, etc. Las condiciones socioeconómicas - - La ciudad griega se basa en gran parte sobre el trabajo de los esclavos; no son maltratados, pero carecen de todos los derechos de los ciudadanos libres. El trabajo físico está mal considerado, y no se ve con buenos ojos el dedicarse a una actividad remunerada. Así, el ocio de los hombres libres se apoya sobre la existencia de los esclavos. Es decir, el filosofar, propio del «ocio», tiene una base en la estructura socioeconómica de la ciudad griega. En el siglo VIII a. de C. hay una crisis social y política que origina grandes transformaciones sociales y políticas: - Aumento de la riqueza debido a la expansión de los jonios hacia otras colonias (el sur de Italia). - Progresos en la técnica militar: en el mar se sustituyen los veleros lentos por las trirremes corintias (170 remos en lugar de los 50 de antes). Consecuencias: Se va consolidando la «polis», se impone el comercio con las nuevas colonias y aparece la moneda; los viajes traen consigo nuevos conocimientos técnicos y geográficos. Es la época de los tiranos; no significa abuso de poder, sino que éste se conquista por la fuerza; son, en general, hombres cercanos al pueblo. Se consolida la Asamblea: en ella reside el poder y está compuesta por los arcontes, que son los que hacen cumplir las leyes. Por su sistema político, se pueden distinguir dos ciudades que son claves en la Historia de Grecia: Esparta, ciudad aristocrática y guerrera. Atenas, ciudad democrática. Dimensión filosófica Lo que se pregunta es el origen de la Filosofía griega; se trata de 14 saber cómo empezó a expresarse esa conciencia que se tenía entonces de la Realidad, qué explicación daban de la totalidad, de todo el Universo. Y se hacían preguntas por lo que veían, por el sol, los astros, el día, la noche, etc., y en todo esto buscaban un principio material, a partir del cual podrían explicar todo lo que se manifiesta en la naturaleza, incluido el Hombre. Este cuestionarse las cosas es una de las características que definen al Hombre: su capacidad y necesidad de interrogarse, de poner en tela de juicio las cosas y a sí mismo. El resultado es una respuesta, un intento coherente de explicar la realidad, el Todo, el universo de cosas que suceden a su alrededor. El paso del mito al «logos» El origen de la filosofía griega hay que buscarlo en el paso del Mito al Logos, el paso de la Leyenda a la Razón; de una explicación mítica de la realidad a una explicación racional de la misma. El nacimiento de la filosofía griega se produce al preguntarse los pensadores por lo que están viendo, por el Universo, por la Naturaleza: sienten curiosidad por saber qué es esa Naturaleza, en qué consiste, cuál es su origen. Ésta es una pregunta racional, sometida al análisis de la razón, y no a la autoridad basada en el Mito. + Mito es un conjunto de narraciones tradicionales acerca del mundo, de los hombres, de los dioses, de la sociedad, que pretende ser una explicación total de la realidad (como los poemas de Homero y Hesíodo). + En los mitos, las fuerzas naturales son personificadas y divinizadas (el fuego, el viento, los huracanes, son dioses que actúan sobre los acontecimientos), y los sucesos dependen de la voluntad de los dioses. Estos pensadores griegos se dan cuenta de que los antiguos no dan razón de lo que dicen, no aportan pruebas, se quedan sólo en elementos imaginativos o sentimentales, no dan respuesta a los verdaderos problemas que se plantea el hombre sobre el mundo, sobre las cosas. La explicación de una tempestad no consiste en decir que el dios Zeus se enfurece, que está airado con los hombres, que los castiga, etc., o que el buen tiempo es propio de la diosa de la fertilidad que da buenas cosechas a los campos. Todo esto es propio del hombre precientífico. El orden natural y los hechos atmosféricos (el día, la tarde y la noche; o el verano, el otoño, la primavera y el invierno) no son inteligibles en el lenguaje poético o mítica, requieren una explicación racional. La pregunta fundamental (el arjé) Lo que pretenden resolver es el problema de los orígenes del Mundo, de 15 la naturaleza; quieren dar una respuesta racional que sustituya a la explicación mítica. Según el mito, todos los dioses son engendrados, son los dioses los que hacen el Mundo; entonces, no hay nada eterno, y el origen último de las cosas, del mundo, queda sin explicar. Para el pensamiento mítico, todos los sucesos del universo dependen del capricho de los dioses. Los filósofos buscan el determinar cuál es el principio (arjé) último y eterno del que todo procede, y del que todo se compone. ¿Cuál es la naturaleza(physis) de las cosas? ¿Cuál es la realidad permanente y única que está detrás de lo que se ve, de lo que se percibe, de las impresiones sensibles? Los filósofos buscan una interpretación del universo que explique de verdad la Realidad: tiene que haber un primer principio real (no imaginativo o poético) de donde provenga todo el mundo y todas las cosas; porque es claro que del no-ser, de la no-realidad, no puede proceder el ser, la realidad, el universo. La explicación racional Lo racional, lo no-mítico, supone el despojo de los elementos poéticos, imaginativo-sentimentales, para quedarse con el Logos, con la razón: ¿Cuál es el origen del Universo? Y a esta pregunta, responden con elementos reales: agua, fuego, aire, tierra. Estos son elementos objetivos, físicos, naturales, no son religiosos, poéticos o sobrenaturales; aquí no intervienen los dioses para nada. Algunos de estos elementos pueden ser el último constitutivo de donde salió el Mundo, las cosas; es el principio que rige el nacimiento y la desaparición de las cosas (aparece el día, desaparece la noche; viene el verano, ya no existe el invierno, etc.) Y así, se ve que la Naturaleza está sometida a un orden, a una ley, una razón, que está dentro de ella misma, no viene de fuera, del capricho de los dioses; el Mundo es un Cosmos, es algo ordenado y bello, no es un caos. Los misterios que la naturaleza lleva dentro hay que explicarlos desde ella misma, y es materia de reflexión de los filósofos. Las etapas de la filosofía griega Etapa cosmológica: Presocráticos Desde el siglo VI a. de C. a primera mitad del siglo v. Tratan de descubrir la naturaleza(physis) del mundo, el origen esencial que garantice la unidad y el orden en el mundo. Etapa antropológica: Sofistas y Sócrates 16 Segunda mitad del siglo V a. de C. Tratan de descubrir la naturaleza del hombre y de la sociedad. Etapa ontológica: Platón y Aristóteles Siglo IV a. de C. Tratan de hacer una síntesis del ser del hombre y del mundo. Es la etapa cumbre de la filosofía griega. Etapa ética: Estoicos y epicúreos Siglo III a. de C. Tratan de los comportamientos humanos. Es la época de las doctrinas morales. Resumen La filosofía empieza cuando se abandona el MITO como explicación de la realidad y se opta por el LOGOS como explicación racional: + Se abandona a Homero y a Hesíodo como pre-científicos: sus libros no son sagrados, por tanto no hay que aceptarlos dogmáticamente, y se pueden abandonar sus explicaciones. + pesar de todo, algunas veces será peligroso el mero hecho de dejarlos a un lado, y los filósofos que así lo hagan y prefieran sus explicaciones racionales, serán condenados por delito de asebeia, es decir, impiedad. + Se dan cuenta de que otros pueblos tienen otros mitos, otras explicaciones de las cosas. Por tanto no son explicaciones dogmáticas: son relativas y se pueden criticar. + El mito se sustituye por la idea de necesidad: las cosas suceden porque tienen que suceder, no por capricho de los dioses: - Debe haber unas leyes constantes: por ejemplo, el agua a determinadas temperaturas hierve o se solidifica; la actividad de las cosas se debe a unas leyes - Debe haber un principio (arjé) que sea el principio ultimo de todo lo real, del que se compongan las cosas. ASÍ SE EMPIEZA A FILOSOFAR. Los presocráticos (siglo VI a. de C. - mitad del siglo V a. 17 de C.) Se llaman así porque son los filósofos que aportaron sus modos de pensar antes de Sócrates, como figura principal de todo este período.(Con todo es un término convencional porque alguno de los “presocráticos” son contemporáneos a Sócrates) La filosofía en este tiempo se desarrolla en las colonias jónicas e itálicas. + Colonias jónicas: situadas en el mar Jónico y Egeo, son los núcleos de expansión de las ciudades griegas. + Colonias itálicas: los eléatas, en torno a las colonias del mar Adriático y el Tirreno. Los filósofos jónicos son más empíricos, más apegados a la experiencia sensible, y con caracteres más materiales. Por el contrario, los filósofos eléatas son más especulativos, más abstractos, más espiritualistas. Estas Colonias tienen independencia total: su unión con las ciudadesestado es puramente espiritual: les une la lengua y la mitología común. Se plantean fundamentalmente estos problemas: + El concepto de naturaleza. + La búsqueda del principio (arjé). + El problema del conocimiento. 1. El concepto de naturaleza A estos filósofos se les conoce por ser más físicos que otra cosa, al tratar de estudiar y explicar la naturaleza, la physis de las cosas. ¿Cuál es la esencia, la naturaleza de las cosas (del Hombre, de las cosechas, de las estaciones, etc.)? (ESENCIA: LO QUE ES ALGO, LO COMUN A MUCHOS, LO PERMANENTE) El término physis viene del verbo griego en infinitivo «fiei», que significa nacer, crecer, desarrollarse, salir hacia fuera; es decir, indica una fuerza interna que impulsa a crecer y desarrollarse, no a estancarse, a quedarse como estaba. ¿En qué consiste esa fuerza que tiene la naturaleza de las cosas que le hace moverse, cambiar, crecer, mejorar? ¿Cuál es el principio (arjé) a partir del cual las cosas son lo que son, tienen esa naturaleza, esa physis? ¿Cuál es la naturaleza de las cosas? es lo mismo que preguntarse ¿cuál es la ley interna que rige las cosas? Tiene que haber, por tanto, una ley que rija el aparecer y el desaparecer de las cosas, porque el mundo (cosmos) no es un caos, es un todo ordenado y bello. Y esto a dos niveles: Como totalidad: la totalidad de las cosas está sometida a una ley, a un orden, un conjunto de leyes que rigen su funcionamiento, que hacen que la naturaleza se comporte de una forma muy determinada. Como individuos: cada cosa que existe en la naturaleza tiene que 18 estar determinada por unas leyes internas a cada realidad, que hace que cada cosa se comporte de una determinada forma; cada cosa debe estar regida por una ley interior. 2. La búsqueda del arjé Es un problema derivado del anterior: ¿cuál es el principio de donde provienen todas las cosas? El pensamiento griego es ajeno a la creación del mundo; por otra parte, se ha liberado de las explicaciones míticas, en las que aparecen los dioses haciendo y manejando el mundo. Ellos quieren explicar la realidad que existe a partir de algo (- principio, arjé) que se puede encontrar dentro de las cosas; es decir, pretenden encontrar el constitutivo último de todos los seres. - En esta búsqueda no se han liberado del todo de los elementos míticos; de ahí que junto a este comienzo o intento del pensar filosófico, se encuentren restos de las antiguas cosmogonías de los antiguos mitos. Por tanto, el proceso es lento: se van dando pasos, hay explicación racional, pero con frecuencia mezclada con elementos míticos; la naturaleza no procede por saltos, la historia del pensamiento es siempre evolutiva, nunca se pasa de una postura a otra, de repente. Se va abandonando la explicación mítica, sustituyéndola por la explicación racional, aunque no se haga de golpe. En esta explicación hay dos tendencias: monista: hay un único principio que explica todas las cosas, que muchas veces tiene carácter divino, aunque no deja de ser completamente material, como en Tales, Anaximandro, Anaxímenes, Heráclito... pluralista: hay una diversidad de principios que se relacionan entre sí; por ejemplo, en pitagóricos, Empédocles, Anaxágoras, atomistas... 3. El problema del conocimiento Es el tema específico de este inicio de la filosofía: el abandono de la explicación mítica de la realidad y el empleo de la razón como instrumento para tratar de explicar racionalmente la realidad. Se abandona la imaginación, la inspiración poética, la emoción, el sentimiento y se busca la razón para explicar la realidad. Para responder a estas preguntas, el método que se emplea es el racional, la razón como medio de explicación de la realidad, no es la imaginación que nada explica. Pero existen dos modos de conocimiento: - Los sentidos, que nos ponen en contacto con las realidades sensibles (el mundo, las cosas, los hombres). Los sentidos nos muestran lo 19 aparente, lo individual, lo material, lo diferente y lo cambiable o mutable. - La razón, que va más allá de los sentidos y nos hace llegar a la esencia, a la verdad de las mismas cosas. Esta facultad nos muestra lo real, lo universal, lo ideal, lo común y lo permanente o fijo. Hay una diferencia clara entre lo que percibimos de la naturaleza por los sentidos, y lo que es esta misma naturaleza captada por la razón. De aquí que parezca que el auténtico camino del conocimiento sea la razón, que va más allá de lo observado. Esto da lugar a dos modos del conocer: el empírico, basado en la observación de los sentidos, un conocimiento sensible, y otro, el racional, la reflexión intelectual sobre lo observado; de aquí se seguirán, en la Historia de la Filosofía, dos teorías del conocimiento que enfrentan a distintas escuelas a través de los siglos: empirismo y racionalismo, o realismo e idealismo. La solución de los jonios El discurso que hacen estos primeros filósofos no está del todo deslindado del elemento mítico; la Historia no procede por saltos, sino gradualmente: quiere esto decir que el paso del mito al logos es lento, es todo un proceso largo. En este primer pensar rudimentario se mezclan todavía elementos míticos con factores nítidamente racionales. La respuesta que dan estos filósofos es más o menos a esta pregunta: ¿Cuál es el arjé de la physis? 1. Tales de Mileto (640-550 a. de C.) Se le considera como uno de los siete sabios de Grecia, por haber predicho un eclipse de sol que puso fin a la guerra entre los lidios y los medos (28 mayo 585 a. de C.). Hombre de negocios y de acción, matemático, astrónomo, filósofo. Es una mezcla de filósofo y científico. El primer principio es el agua: - creía que la Tierra está apoyada en el agua, como flotando sobre ella; - el agua es el alimento de todas las cosas; - todo animal, todo ser vivo, no puede vivir sin agua; - las semillas de todas las cosas poseen una naturaleza húmeda; - en agua se transforman los distintos estados (sólido, gaseoso), o se convierten otras cosas, como la niebla, la lluvia, las fuentes subterráneas... En la tierra todo se reduce a agua. 2 Anaximandro (610-545 a. de C.) 20 En su intento de buscar el elemento primordial piensa que no puede ser el agua porque es uno de los elementos que entran en conflicto. Y llega a esta conclusión: El principio de todo es el a peirón: es lo indeterminado, lo inexperimentable. Significa también lo espacialmente indefinido (cuantitativa y cualitativamente). En la lucha de los cuatro elementos (caliente, frío, seco y húmedo) ninguno es infinito, pues los demás dejarían de existir. Tampoco es ninguno de los otros cuatro elementos materiales, aire, tierra, agua y fuego, sino alguna naturaleza indeterminable, el a peirón, de donde provienen todas las cosas y que los engloba a todos. 3. Anaxímenes (585-528 a. de C.) Supone un retroceso respecto a Anaximandro; vuelve a fijarse en un elemento material, no abstracto. Sigue a Tales de Mileto. El primer principio de todo es el aire; es como el alma del Mundo: el hombre vive mientras respira y muere cuando deja de respirar. El aire es un dios engendrado (elemento mítica) infinito e inmenso; compara el aire cósmico con el alma-aliento vivo. La Tierra es como una gran hoja flotando en el aire. 4. La escuela pitagórica Toma su nombre de Pitágoras, filósofo de la segunda mitad del siglo VI a. de C. Se le atribuye la tabla de multiplicar y el teorema de Pitágoras: «El cuadrado construido sobre la hipotenusa de un triángulo rectángulo es igual a la suma de los cuadrados construidos sobre los otros dos lados». Pitágoras es la figura más representativa de esta época y además es famoso por la escuela que funda. Aunque más que una escuela es una comunidad de carácter ascético-religioso: lo poseían todo en común, profesaban la transmigración de las almas (políticamente conflictiva porque el alma de un campesino podía reencarnarse en la de un rey y al revés). Eran aristócratas y vivían en una total austeridad. Principio filosófico: el arjé de la naturaleza es el número. + Ante todo son matemáticos y su dedicación a las matemáticas influyó en la explicación de la naturaleza de las cosas. + Todas las cosas son explicables por medio de los números: el orden existente es un conjunto que se explica con números: una unidad es un punto; dos, una línea; tres, la superficie; cuatro, el volumen; el número diez es la suma de estos cuatro primeros números. + Las cosas, pues, son números: unos puntos forman una línea; varias líneas forman una superficie; varias superficies combinadas forman un cuerpo; es decir, puntos, líneas, superficies (números) son las unidades 21 reales que componen todos los cuerpos. +Por tanto, todos los cuerpos deben ser considerados como números; a cada cosa, a cada ser, se les puede aplicar un número, y así toda la naturaleza se compone de números. + Así, el principio (arjé) no es algo físicamente material, como los anteriores filósofos, sino que es algo formal, abstracto: el número. 5. La solución de Heráclito y Parménides Heráclito y Parménides han sido presentados en la historia de la filosofía como autores contrapuestos: Mientras Heráclito defendía los sentidos en su gnoseología y una realidad dinámica y diferente, Parménides llevó a la razón hasta sus últimas consecuencias, considerando que la realidad es única y estática. 5.1. Heráclito (544-484 a. de C.) Natural de Éfeso, de familia noble. Rechaza la invitación de Darío para ser Rey de Éfeso. Es un insatisfecho permanente, disconforme con todas las opiniones de los demás. Le llamaban «el oscuro». Su filosofía + Para Nietzsche, Heráclito fue el más grande de los primeros filósofos, porque defendió la importancia de los sentidos en el conocimiento. Estos son los únicos que pueden captar la realidad tal como es: distinta y dinámica. No rechaza la razón, pero insiste en la necesidad de los sentidos para acceder a la verdadera realidad. La naturaleza es una unidad, pero formada por elementos contrarios (Madre-hijo: mortal-inmortal; día-noche). Estos elementos contrarios están unidos, y esa unidad es la que captan los sentidos. Pero la razón nos lleva a ver la unidad en los contrarios: se trata de esa unidad dialéctica de la que están hechas todas las cosas. + Esta dialéctica hace que todo se mueva. Todo está en continuo movimiento, en continua transformación: todo fluye (panta rei, es la frase griega). La fuerza interna de la naturaleza hace que crezca y se desarrolle. Por eso dice Heráclito: «No se puede uno bañar dos veces en el mismo río. Descendemos y no descendemos al mismo río, somos y no somos. Los que descienden se sumergen en aguas siempre distintas en su fluir incesante.» + El arjé es el fuego: «las llamas en incesante inquietud de subidas y bajadas, se enciende y se apaga según medida». ¿Cuál es esa medida? + La medida es el Logos. La unidad del cosmos, del mundo se rige por una ley, que es el Logos, la Razón, que es tanto como Dios; es una ley que todo lo ordena; así, el mundo no es un caos, no es el producto del azar, sino que todo está regulado por esta regla, esta ley, este Logos: «Dios es el día y la noche, invierno y verano, guerra y paz, saciedad y hambre, su Ser cambia como el fuego». 22 En resumen, la naturaleza es dialéctica, pero formando una coherencia que le hace estar en continuo devenir conforme a una ley que la ordena. 5.2 Parménides (540-470 a. de C.) Tomó parte activa en su ciudad natal, Elea, componiendo leyes. Escribió en verso. Su poema más importante es «Peri fiseos» («Sobre la naturaleza»), compuesto en hexámetros. Representa un nuevo punto de partida en su filosofar. Se trata de una de las pocas posiciones metafísicas más radicales que se han dado en la Historia de la filosofía occidental. Su filosofía parte de este principio: sólo el ser es y es imposible que no sea; el no-ser no es, y por tanto no se puede hablar de él. La razón: el único camino para llegar a la verdad es la razón, la vía del conocimiento; lo que ofrecen los sentidos son meras apariencias. Hay una oposición entre el conocimiento sensible y el racional; desde el conocimiento racional hay que reflexionar sobre la physis y el arjé. La unidad: a partir de la única realidad que existe, que es el Ser, es imposible que exista la pluralidad. No hay más que un solo ser; si éste fuera agua, por ejemplo, sólo podría haber agua, no podría transformarse en ninguna otra sustancia. Lo que no existe no ha existido nunca; lo que existe, ha existido siempre. Hay un solo ser: una única realidad; si hubiera otro ser, se distinguirían en algo: ese «algo» es ser, o no es ser; si no es ser, no es nada; si es ser, se distinguiría de otro ser, y así hasta el infinito. Luego, sólo existe un ser, una única realidad. Es eterno, no puede dejar de existir, no tiene principio ni fin; no puede haber otro ser que lo limitara al principio o al final. Si no fuera eterno, habría un momento en que no existiera, y es una contradicción un ser que al mismo tiempo es y no es. Es inmutable, porque si se moviera debería haber algo en donde se moviera, y entonces, ya no habría un solo ser; por lo tanto, el movimiento es imposible. En conclusión, el ser es uno, único, universal, estático y siempre el mismo. 6. La solución de los mecanicistas Estos filósofos tratan de reconciliar los dos extremos: - La explicación de la naturaleza, el principio (arjé) es una unidad estática y única, propia de Parménides. - La otra explicación de la realidad consiste en el principio del movimiento: el ser es dinámico, de Heráclito. 23 Optan por una postura intermedia: la explicación del mundo es lo mecánico. 6.1. Empédocles (492-432 a. de C) Oriundo de Agrigento (Sicilia). Personaje extraño, de profesiones diversas: sacerdote, místico, predicador ambulante, político, médico, poeta... Se dice que la muerte le vino al arrojarse sobre el Etna. Su pensamiento Pluralismo: Después de Parménides, ya no se puede explicar el origen de la naturaleza como un solo elemento, sino que se recurre a la variedad de elementos. Son cuatro: fuego, tierra, aire y agua; son elementos materiales, nada abstracto Mezcla: Todo lo que hay en el ser se ha formado por mezcla y separación de estos cuatro elementos; al mezclarse forman nuevas combinaciones; lo que los hombres llaman hacerse y desaparecer, no es otra cosa que mezclarse y de nuevo separarse; es, pues, el movimiento mecánico de los cuatro elementos. Dos fuerzas: Existen dos fuerzas externas que impulsan a estos movimientos de mezcla y separación: el amor, que lleva a la unión, a la mezcla; y el odio, que impulsa a la separación. Así se han formado los períodos de constitución del mundo, según vaya predominando una fuerza u otra. 6.2 Anaxágoras (500-428 a. de C.) De familia noble, renuncia a todo para dedicarse a la Filosofía. Es el primero que introduce la filosofía en Atenas, gobernada entonces por Pericles, la época del máximo esplendor. Desmitifica la Astronomía: el sol es una masa incandescente y la luna recibe la luz del sol: no hay intervención milagrosa en los astros. Por pasar del mito al logos, por ser un intelectual comprometido con la realidad científica, no imaginativa,. sufre las consecuencias de una condena a muerte por asebeia (impiedad, ateísmo). Su pensamiento La tesis que defiende sería ésta: - los principios materiales de las cosas son infinitos; - la fuerza que les hace moverse es la Mente. Homeomerías: las partículas elementales de que constan las cosas son como «semillas» (en griego «spermata»), que contienen 24 en esencia lo mismo que ha de producirse; Aristóteles las llamó homeomerías (omoios=semejante; meros=parte). Así explica que del no-ser salga el ser: en el hombre, cuando no tiene pelo, no le podría salir el pelo, porque del no-pelo no puede salir el pelo; sin embargo, tiene un germen (homeomería) de pelo en su esencia, del cual, a su tiempo, saldrá el pelo. La Mente (nous): esas partículas se encontraban dispersas, mezcladas anárquicamente, formando un caos; y el paso del caos al cosmos (un mundo ordenado y bello) se produce por una fuerza exterior y superior, el Nous, la Inteligencia: es el principio de ordenación del Universo, que introduce el movimiento y el orden; es infinita, dotada de fuerza propia; a veces se ha identificado con Dios, no como creador, sino como Arquitecto del Mundo. 6.3. Demócrito (460-370 a. de C.) De familia rica, gastó todo su dinero en viajes. Su obra fundamental es El gran orden del Cosmos. Escribió de todo, aunque solamente se guardan algunos fragmentos. Su pensamiento Explica la realidad a partir de dos principios: lo lleno (el ser) y el vacío (el no-ser); el vacío es algo real, aunque no sea material. El mundo está lleno de un número infinito de principios materiales e indivisibles (átomos) que son todos iguales; así se explica la pluralidad de seres, en contra de Parménides. Su tesis sería esta: Los átomos se mueven en el vacío. + Átomos: Son magnitudes compactas (en su interior no existe el vacío); son eternos e infinitos en número, se distinguen unos de otros por sus formas, tamaño, posición; es una explicación de la variedad y pluralidad de seres. + Movimiento: Se trata de un movimiento eterno, sin cesar, sin un plan determinado, por azar, por necesidad, automático y mecánico; es también violento, se mueven mediante presión y estimulo externo. + Vacío: Es un principio material que no ocupa espacio, y es el lugar donde se efectúan los cambios y es infinito; porque existe el vacío existe el movimiento y hay pluralidad de seres. 7. Resumen 25 La Filosofía griega nace de una actitud crítica ante las explicaciones míticas de la realidad del Universo. Ese pensar crítico consiste en desmitificar las leyendas de Homero y Hesíodo, principalmente, y aportar un pensar racional. Se preguntan por el origen (arjé) de las cosas, por la naturaleza (fisis) de cada cosa, del universo entero. El método que emplean es la observación y el razonamiento; hacen más caso de la razón que de los sentidos para llegar a una verdad. Hay muchas formas de elaboración de este primer pensamiento filosófico: - El arjé, el primer principio de donde dimanan todas las cosas, es único pero diferente: + el agua, para Tales de Mileto; + el a peirón, según Anaximandro; + el aire, según Anaxímenes; + el número, para los pitagóricos. - El arjé es múltiple: + fuego – tierra- aire - agua, para Empédocles; + homeomerías, según Anaxágoras; + los átomos, según Demócrito. - Otras diferencias: Según Parménides, el ser es único, estático; el movimiento es imposible; para Heráclito, el universo es movimiento incesante. Si para Anaxágoras el Cosmos es producto de una Mente (nous), Demócrito dirá que es el resultado del azar y de la necesidad. 26 LOS SOFISTAS Y SÓCRATES Los sofistas y Sócrates Sócrates Sofistas Cobran por enseñar, su tares es interesada. No cobra, la suya es una tarea sagrada que debe hacerse en beneficio de los demás, y no en el propio. Vinculan la elección de los alumnos a su posición económica. Vincula la elección de los alumnos a su disposición intelectual y moral. Enseñan saberes “útiles”, como la retórica. Educa la excelencia del carácter. Son profesores itinerantes, van de ciudad en ciudad enseñando a los jóvenes el arte de tener éxito. La filosofía no les interesaba especialmente ni fundaron ninguna escuela filosófica. Prácticamente no salió de Atenas, por donde iba preguntando y dialogando con sus discípulos y con quien mostrara interés. Sus discípulos crearon escuelas filosóficas. SÓCRATES SOFISTAS El conocimiento es de lo universal (a través de la definición). El conocimiento es de lo relativo. Utilizan el monólogo (hablar a otros)... Utiliza el diálogo (hablar con otros)... ...dirigido a las emociones para persuadir. ...dirigido a la razón para buscar la verdad (que está en el alma). 27 De las colonias, la filosofía se traslada a Atenas. Ya Anaxágoras se había establecido allí durante el gobierno de Pericles. Pero son los sofistas y Sócrates los filósofos que representan verdaderamente las preocupaciones e intereses de la democracia ateniense. Con la fundación de la Academia por Platón, Atenas se convierte, definitivamente, en la capital de la filosofía a) LOS SOFISTAS 1. La nueva situación Con el triunfo de la democracia, el esplendor económico y cultural, y la preponderancia política en Grecia -no hay más rival fuerte que la conservadora y guerrera Esparta-, se crea en Atenas una situación inédita que plantea nuevos problemas. Según J. Touchard, en su Historia de las ideas políticas las grandes ideas de la Atenas democrática son: la democracia (igualdad política, igualdad social y gobierno del pueblo), la libertad (libertad personal -respecto a toda sujeción a otras personas o grupos- mediante la ley, pero sujeción a la ley) y la ley. La ley -único soberano permanente, puesto que las magistraturas son dispersas, efímeras e incluso se sortean--- centrará la mayor parte de las discusiones. En la época anterior se consideraba las «leyes no escritas» como de origen divino (son las tesmoi), frente a las nómoi, leyes humanas, escritas, con fecha y firma. Ahora, el valor de la ley-fundamento de la democracia y única barrera frente al individualismo y el afán de poder- será discutido y examinado a fondo. Los sofístas considerarán las leyes (nómoi) como puramente convencionales y carentes de valor absoluto (cada pueblo tiene leyes y usos diversos), contraponiéndolas al carácter universal y permanente de la naturaleza (physis). Esta contraposición entre la ley (considerada como una creación convencional, arbitraria y provisional) y la naturaleza (permanente y común o universal), se convierte en el tema del momento. Las investigaciones cosmológicas de los primeros filósofos han pasado de moda. La contraposición se hace entre: ley y exigencias o necesidades de la naturaleza; hasta los estoicos no se hablará claramente de que la naturaleza también tiene sus leyes. Además, la discusión incluirá no sólo la ley civil, sino también la ley moral, y, por otro lado, el concepto de naturaleza (humana) que se utiliza no está aún bien determinado. 2. Los llamados «sofistas» En el hervidero de ideas y polémicas que era Atenas, aparecen los sofistas, todos ellos extranjeros, enormemente cultos y conocedores -a través de sus numerosos viajes de las diversas formas de pensar y vivir de 28 los demás griegos Aportan nuevas ideas, que serán acogidas con entusiasmo por los jóvenes y encontrarán la oposición de los que mantienen la visión más tradicional. Su influencia será grande, y se aprecia incluso en autores como Eurípides, Heródoto y Tucídides. La reacción está representada por Sófocles -fiel a la religiosidad popular- o Aristófanes. Este último resulta un caso extraño puesto que siendo acérrimo defensor de la tradición y enemigo de las nuevas ideas, no tiene inconveniente de burlarse de la religión en sus comedias, En Las nubes se burla con indudable gracia de los sofistas, a quienes encarna -equivocadamente, quizá- en Sócrates. La palabra «sofista» (sophistés) fue, al principio un sinónimo de «sabio» (sophós), y Heródoto, por ejemplo, la emplea para referirse a Solón y a Pitágoras. Sólo más tarde adquiriría el sentido peyorativo de hábil engañador (ya en los diálogos de Platón). Ello muestra hasta qué punto su personalidad pudo aparecer como ambigua y encontró serias oposiciones. En la actualidad, los sofistas han encontrado una mejor comprensión y estima: de hecho fueron los creadores en Atenas de un movimiento de difusión cultural que ha merecido el nombre de «Ilustración griega». Al ser extranjeros en Atenas («metecos»), los sofistas no podían intervenir directamente en la política de la ciudad. Sin embargo, ellos formaban a la mayoría de los políticos atenienses Además, y como consecuencia de sus numerosos viajes, defendieron el ideal del panhelenismo: la unidad de todos los griegos -representada por su común lengua-, que debía obligar a mantener la paz y solventar las diferencias por medios distintos de la guerra. Su actividad fue muy grande. En primer lugar, fueron educadores –a sueldo- de la juventud, creando un modelo renovado de enseñanza, más amplia y más al día. Daban especial importancia a la oratoria y la erística, enseñando a convencer en la Asamblea pública y ganar pleitos en los tribunales (donde todavía no había abogados y cada uno debía defenderse por sí mismo. Además, fueron grandes oradores: sus notables discursos -Aristófanes se llego a quejar de que los atenienses preferían escucharles a acudir al teatro- fueron el medio empleado para difundir sus ideas entre los adultos. Por fin también fueron escritores, pero sus obras se han perdido y no nos quedan sino algunos escasos fragmentos. En realidad, los sofistas no formaron «escuela», ni defendieron una doctrina común. Se pueden encontrar, sin embargo, algunas coincidencias: + Representaron un notable giro filosófico: como consecuencia de las nuevas necesidades planteadas por la democracia y el hastío provocado 29 por las discusiones -cada vez más sutiles y rebuscadas- acerca de la physis, los sofistas se centraron en el hombre. Pero su filosofía no fue especulativa, sino práctica. Se dedicaron a lo que hoy día llamamos filosofía de la cultura (política, religión, lingüística, sociología y a la moral. + Adoptan, en general, una actitud relativista e incluso escéptica. Su abandono de la filosofía de la physis así lo demuestra: ¿para qué seguir discutiendo acerca de tales cuestiones, si jamás llegaremos a conocer la verdad? Pero también en los problemas del hombre y la sociedad se muestran relativistas: habían podido comprobar en sus numerosos viajes que no hay dos pueblos que tengan las mismas leyes ni las mismas costumbres. + No son pensadores sistemáticos, ni buscan principios universales para operar a partir de ellos de modo deductivo (al modo, por ejemplo, de Parménides). Proceden más bien de modo inductivo, acumulando datos e informaciones, de los que derivan conclusiones de carácter práctico. Lo propio del sofista es el saber universal (polimathía). Cada sofista es «una enciclopedia» (una similitud más con la Ilustración del siglo XVIII); pero no una enciclopedia escrita, sino oral. + La significación de los sofistas, pues, debió de ser muy notable en Atenas. Pusieron en tela de juicio la polis en su forma tradicional, realizando una aguda labor crítica e impulsando nuevas ideas. Pero esas ideas -y los instrumentos que los sofistas enseñaban: la oratoria y el arte de la discusión--- se prestaban a todo tipo de manipulaciones por parte de los espíritus más ambiciosos e individualistas de la época. No es de extrañar, pues, que la figura del sofista aparezca revestida de una notable ambigüedad. Protágoras (aproximadamente, 481-401) Era natural de Abdera (patria también de Demócrito). Viajó con frecuencia a Atenas, donde gozó de la confianza de Pericles Su fama fue muy grande en esta ciudad, pero tuvo que escapar a Sicilia al ser acusado de ateísmo y blasfemia. En su libro Acerca de los dioses afirmaba que «no es posible saber si existen, ni cuál es su forma ni su naturaleza. Porque hay muchos obstáculos para esta investigación: la oscuridad del problema y la brevedad de la vida». Postura, pues, agnóstica, y no atea. Pero Protágoras criticaba, además, los usos y ritos religiosos, y ello debió de ser considerado como peligroso. La doctrina más conocida de Protágoras es la siguiente: «El hombre es la medida de todas las cosas; de las que son, en cuanto que son, y de las 30 que no son, en cuanto que no son» (Fr. l). La significación de este fragmento ha sido ampliamente discutida (ya desde Platón en su diálogo Protágoras). Lo más probable es que Protágoras defendiera un relativismo de las cualidades sensibles y de los valores. Téngase en cuenta que los primeros filósofos consideraban que cualidades como frío, calor, húmedo y seco eran «cosas» (chrémata), y que lo más seguro es que Protágoras entendiese aquí «hombre» en sentido colectivo. Así, pues, Protágoras defendió, sin duda, un relativismo cultural. Cada pueblo posee costumbres y leyes diversas, y considera que son las mejores. La ley es, por tanto, no algo basado en la naturaleza, sino «invención» de los legisladores. La ley (nómos) existe, pues, por convención, no por naturaleza, y es siempre modificable. Pero la consecuencia que extrae Protágoras de esta doctrina no es que cualquiera puede contravenir la ley, sino todo lo contrario: puesto que cualquier otra ley sería también convencional, lo mejor es mantener --en la medida de lo posible- las leyes que ya se poseen. En el famoso «mito de Prometeo» que aparece en el diálogo de Platón dedicado a este sofista, defiende Protágoras el valor de la cultura como aquello que diferencia al hombre del animal: sólo gracias a ella puede el hombre subsistir, siendo como es un animal desvalido. Pero además necesita el sentido de la justicia y la virtud política (sin las cuales la estabilidad de la ciudad seria imposible). Gorgias (aproximadamente, 483-375) Natural de Leontinos (Sicilia), abandonó pronto la filosofía para dedicarse fundamentalmente a la oratoria, lo cual sería característico de la sofistica siciliana. Parece ser que Gorgias había sido discípulo del también siciliano Empédocles, y quizá para defender a su maestro de los ataques del eleata Zenón escribió un tratado Acerca de la naturaleza o del no-ente, en el que se afirma, en síntesis, lo siguiente: Primero, que nada existe; segundo, que si existiera algo, no podría ser conocido por el hombre, y tercero, que si pudiera ser conocido, no podría ser comunicado ni explicado a los demás. ¿Nihilismo absoluto de Gorgias? Es muy posible que el sofista de Sicilia pretendiera más bien retorcer y llevar al absurdo la filosofía de los eleatas. En efecto, Gorgias, con gran ingenio, intenta demostrar la no coincidencia entre el ser, el pensar y la palabra, destruyendo así el principio fundamental del eleatismo (la identidad entre el ser y el pensar). En cualquier caso, Gorgias renunció al conocimiento objetivo y dijo adiós a la filosofía, consagrándose a la oratoria, en la que destacó extraordinariamente, también como maestro y teórico de la misma. Partiendo de un relativismo ético, Gorgias considerará que la seducción, 31 la ilusión provocada y el engaño están justificados en la oratoria y en el teatro: el orador y el actor han de ser maestros de seducción Otros sofistas Pródico de Ceos se hizo famoso por su actitud pesimista ante la vida: una muerte temprana es un regalo de los dioses. Defendió un relativismo ético, y expuso una teoría psicológica acerca del origen de la religión: los hombres primitivos veneraron aquello de que dependían sus vidas: el sol, el agua, el fuego ... ; pero cuando comenzaron a desarrollar las técnicas, pasaron a adorar a los inventores de las mismas: el inventor del vino (Dioniso) o de las técnicas del fuego. Hípias de Elís destacó por lo enciclopédico de sus conocimientos. Consideró la ley no sólo como convencional, sino como contraria a la naturaleza, por lo que reclamaba la autarquía del individuo y la rebelión contras las leyes, que siempre oprimen a los más débiles. Así, Hipias se opone a Protágoras: para éste la ley es una consecuencia de la naturaleza; para Hipias, la ley va contra ella, por lo que se hace necesario una «vuelta a la naturaleza». A la muerte de Pericles, las discusiones acerca de la ley y el derecho se intensificaron notablemente. Algunos defendieron la doctrina del derecho natural del más fuerte. Según Calicles, por ejemplo, la ley ha sido dada por los débiles; pero la naturaleza -tanto entre los animales como entre los hombres--- hace que los fuertes dominen sobre los débiles: esto es lo justo. Y según Trasímaco, la justicia consiste en «el beneficio del más fuerte». Otros, por el contrario, defendieron el derecho natural del débil. Así, Licofrón declaró la igualdad natural de todos los hombres, considerando la aristocracia de nacimiento como algo injustificable; Alcidamente afirmó que «la naturaleza no ha hecho a nadie esclavo», y hay indicios de que se inició -quizá alentado por Aspasia, la mujer de Pericles--- un movimiento de emancipación cultural y política de la mujer (del que serían indicio las comedias de Aristófanes Lisístrata y La asamblea de las mujeres) Por fin, hay que citar a Critias, discípulo de Sócrates y pariente de Platón, aunque no fue sofista profesional. Tirano nato y enemigo acérrimo de la democracia, llevó a la práctica la doctrina del más fuerte. Por otro lado, expuso una teoría acerca del origen de la religión como «invento de un hombre astuto y prudente» para someter a los hombres a las leyes por medio del temor. 32 b) SÓCRATES Si los sofistas eran extranjeros (metecos), Sócrates (469-399) era ateniense, Pertenecía a una familia modesta (se dice que su padre era escultor y su madre comadrona) y nunca quiso dedicarse a la política ni ambicionó salir de su pobreza. 1. El «problema de Sócrates» Casi todo lo que se refiere a Sócrates está rodeado de misterio y sometido a discusión: ¿quién fue realmente?, ¿por qué fue condenado a muerte?, ¿cuál fue su doctrina? Sócrates nunca escribió nada, y los testimonios que nos han llegado sobre él son contradictorios. Por un lado, las burlas de Aristófanes, o la figura un tanto ramplona que presenta Jenofonte. Por otro lado, la exaltación de Sócrates en los diálogos de Platón, o los testimonios más comedidos de Aristóteles. Lo más seguro, quizá, es aceptar el testimonio de Aristóteles y de los primeros diálogos de Platón. ¿Quién fue Sócrates? Aunque parece que, en principio, se le podría considerar como un sofista más --como hace Aristófanes-, la Apología de Sócrates de Platón, le presenta con rasgos excesivamente divergentes. No escribe libros, renuncia a la oratoria, no cobra a sus discípulos. Y no presume de sabiduría. Cierto es que un amigo suyo fue a Delfos a preguntar a la pitonisa si había algún hombre más sabio que Sócrates, y que la pitonisa contestó que no. Pero Sócrates interpretó el oráculo de la siguiente manera: sólo la divinidad es sabia, para nada vale la sabiduría humana, y el que como él, Sócrates, sabe que «no sabe nada», está más cerca de la sabiduría que los que -como los sofistas- creen que lo saben todo. Sócrates es, pues, un hombre que busca la verdad; y a ello se siente impulsado por la voz de un espíritu (daimon) interior. Así, dedica toda su actividad a «examinarse a sí mismo y a los demás»acerca del bien del alma, la justicia y la virtud en general, pensando que «la vida sin tal género de examen no merece la pena de ser vivida”. Sócrates prefirió esta actividad filosófica a todas las preocupaciones de sus contemporáneos: «las ganancias, el gobierno de la casa, el generalato, los discursos ante el pueblo, todos los cargos públicos, las conjuraciones y las disensiones que tienen lugar en la ciudad ... . Figura inquietante e incómoda, se compara a sí mismo con un tábano que aguijonea a los demás para que no se duerman y presten atención a la virtud. 33 ¿Por qué fue condenado a muerte? La acusación ante el tribunal de los Quinientos fue la siguiente: «Meleto, hijo de Meleto, del demo de Mithos, contra Sócrates, hijo de Sofronisco, del demo alopecense. Se acusa a Sócrates por no honrar a los dioses que honra la ciudad y por introducir dioses (demonios) extraños; y también por corromper a la juventud. Pena de muerte». Probablemente, estas acusaciones no constituían el verdadero motivo-del juicio. Los acusadores esperaban que Sócrates se exiliara voluntariamente antes del proceso, pero no fue así; tampoco pidió conmutación de la pena. Condenado a beber la cicuta, rehusó la huida que le hablan preparado sus amigos y discípulos, y pasó sus últimas horas discutiendo con ellos acerca de la inmortalidad del alma y las ventajas de morir (cfr. el diálogo platónico Fedón). ¿Por qué fue, pues, condenado? En Atenas se acababa de restaurar la democracia, y la ciudad vivía todavía el tremendo trauma de la guerra del Peloponeso (431-404), las luchas de la oligarquía por hacerse con el poder, y, sobre todo, el breve y terrorífico gobierno de los Treinta Tiranos (404-403). El proceso de Sócrates --que no simpatizaba demasiado con la democracia y que había sido el maestro de Alcibíades y de Critias, el más violento de los oligarcas- se explica bastante bien en este contexto. Pero, sin duda, fue un error. ¿Cuál fue su doctrina? El problema consiste en saber, exactamente, cuáles de las doctrinas que pone en su boca Platón son verdaderamente socráticas y cuáles son propias del mismo Platón (Jenofonte, prácticamente, no le atribuye doctrina alguna, y Aristófanes le atribuye las doctrinas de los sofistas y algunos presocráticos). + Es posible que Sócrates escuchara a Arquelao, discípulo de Anaxágoras. Su doctrina del espíritu debió llamarle la atención, pero pronto quedó decepcionado por los planteamientos de los primeros filósofos y decidió dedicarse a reflexionar sobre sí mismo y sobre la vida del hombre en la ciudad: «Nada me enseñan la tierra y los árboles, sino los hombres en la ciudad» (Fedro, 230 d). Realmente, en aquel momento los problemas éticos eran los más urgentes. Y Sócrates hizo suya la máxima escrita en el templo de Delfos: «Conócete a ti mismo». + Sócrates entiende la filosofía como una búsqueda colectiva y en diálogo. Él no pretende poseer ya la verdad, ni poder encontrarla por sí solo. Cada hombre posee dentro de sí una parte de la verdad, pero debe descubrirla con la ayuda de los otros. Así se explican las dos partes del método socrático. La ironía, en primer lugar, es el arte de hacer 34 preguntas tales que hagan descubrir al otro su propia ignorancia: el que cree saber cae en la cuenta -acorralado por las preguntas de Sócrates- de que no sabe nada. Entonces comienza un proceso nuevo: la mayéutica (obstetricia, arte de la comadrona, por alusión al oficio de su madre), consistente en un arte de hacer preguntas tales que el otro llegue a descubrir la verdad en sí mismo. Sócrates, pues, no comunica doctrina alguna, ni parece tener doctrina propia: ayuda a los demás y busca con ellos. Esta búsqueda en común y esta modestia inicial contrastan fuertemente con el individualismo y autosuficiencia de los sofistas. «Yo nada sé, y soy estéril; pero puedo servirte de partera, y por eso hago encantamientos para que des a luz tu idea»(Teeteto, 151 a). + Según Aristóteles, «dos cosas se pueden atribuir a Sócrates: los razonamientos inductivos y la definición de lo universal; y ambas se refieren al principio de la ciencia» (Metafísica, 13, 4, 1078 b). Efectivamente, la pregunta fundamental que hace Sócrates es: «¿Qué es ... ?», y espera que el otro le conteste con una definición (de la justicia, por ejemplo). El método socrático se encamina pues, a la construcción de definiciones; las cuales deben encerrar la esencia inmutable de la realidad investigada. De este modo, Sócrates se opone al convencionalismo de los sofistas, e inaugura el camino de la búsqueda de las esencias. El procedimiento para llegar a la definición verdadera (finalidad de la mayéutica es inductivo: examen de casos particulares y ensayo de una generalización que nos dé ya la definición buscada. Sócrates concentró su búsqueda en tomo a conceptos morales, y, curiosamente, esa búsqueda -tal y como aparece en los primeros diálogos de Platón- terminó sin resultado. Así, los diálogos Eutrifón (sobre la piedad), Cármides (sobre la templanza) y Lisis (sobre la amistad) terminan en un aparente fracaso. + Todo el interés de Sócrates parece, pues, haberse centrado en los problemas éticos, sobre la esencia de la virtud y la posibilidad de enseñarla (tema muy debatido en aquel momento por los sofistas). La doctrina de Sócrates suele ser calificada como un «intelectualismo ético»: el saber y la virtud coinciden; el que conoce lo recto, actuará con rectitud, y sólo por ignorancia se hace el mal. Esta doctrina parece excesivamente optimista y alejada de la realidad (no basta conocer el bien para practicarlo ... ), y ya fue criticada por Aristóteles, Pero hay que tener en cuenta que Sócrates defiende también un utilitarismo moral: lo bueno (moralmente) es lo útil. Todo el mundo busca la felicidad y la utilidad, y la virtud consiste en discernir qué es lo más útil en cada caso, Así pues, el saber del que habla Sócrates no es un saber teórico, sino un saber práctico acerca de lo mejor y más útil en cada caso. Este saber-virtud puede, evidentemente, ser enseñado y aprendido: no bastan, pues, las disposiciones naturales para ser (interpretación de Nietzsche) bueno y virtuoso. 35 2. Las escuelas socráticas A la muerte de Sócrates (399) sus discípulos se dispersaron y algunos de ellos fundaron escuelas filosóficas. Ninguna de ellas representa el genuino pensamiento de Sócrates, sino que desarrollan con bastante independencia algunos de los temas tratados por el maestro común, añadiendo numerosos elementos tomados de los sofistas e incluso de los presocráticos. La escuela fundada por Platón (la Academia) desarrolla los aspectos científicos y psicológicos del socratismo. Platón, como veremos enseguida, elabora su doctrina de las Ideas a partir de la búsqueda socrática de la definición y el concepto. E, inspirándose también en el pitagorismo, profundizará notablemente en el tema del alma. Por supuesto, la Academia es la más importante escuela filosófica que deriva de Sócrates. Las demás escuelas -llamadas habitualmente «escuelas socráticas menores” se interesarán principalmente por los problemas éticos y mostrarán una particular oposición a las doctrinas platónicas. Las escuelas más importantes son: +La escuela de Megara, fundada por Euclides de Megara (t 340). +La escuela cínica, fundada quizá por Antístenes (aproximadamente, 445-365). +La escuela de Cirene, fundada por Arístipo de Cirene (435-360). 36 PLATÓN (427-347) 37 CONTEXTO DE PLATON (427-347) (Etapa ontológica de la filosofía griega) 1. Atenas en el siglo V. Atenas fue en el siglo V una sociedad democrática abierta al debate. Las victorias atenienses de Maratón (490) y Salamina (480) con que concluyeron las dos guerras médicas hicieron que se consolidara la democracia. El poder político se ganaba con la palabra y para educar a la juventud en el arte de la retórica aparecieron los sofistas. Si Atenas en los años anteriores al nacimiento de Platón, la Atenas de Pericles, se había encontrado en la cúspide de su poder y esplendor cultural, sin embargo durante su niñez se vio empeñada en una durísima lucha contra los espartanos. El niño Platón hubo de presenciar a los seis años (421) la conclusión de la efímera paz negociada por Nicias y Plistoanacte; a los doce (415) la prometedora partida de las naves que marchaban a la conquista de Sicilia; a los catorce (413) la llegada de los enviados que informaron de la terrible derrota que dio al traste con la expedición. Dos años más tarde conoció la revolución de los Cuatrocientos y, pasados otros tres años, vio volver triunfalmente al expatriado Alcibiades, que al año siguiente (407) habría de abandonar para siempre su ciudad natal. Aquellos años presenciaron la ruina de la democracia ática y el advenimiento de los treinta oligarcas (404) que siguió a la derrota de Atenas. La oligarquía cayó en el año 403 y vino otra vez la democracia. Los vencedores se comportaron con relativa benignidad y Platón estaba ya casi a punto de reconciliarse con el régimen restaurado cuando cayó el terrible golpe de la condena y muerte de Sócrates, obra de algunos gobernantes demócratas. 2. Sócrates, maestro de Platón. Hacia el año 407 Platón percibió claramente que debía sacrificar su vocación política (Carta VII) para servir a su vocación filosófica siguiendo a Sócrates, del que fue durante ocho años fue el mejor discípulo, amigo e interlocutor. Juntos combatirían a los sofistas en su individualismo -tanto las instituciones políticas como las normas e ideas morales vigentes en una sociedad son convencionales-, y en su relativismo la verdad o la validez del juicio depende de las condiciones o circunstancias en que es enunciado, lo mismo que el bien y el mal-. Frente al individualismo y relativismo de los sofistas, Sócrates y Platón mantuvieron la posibilidad de lograr un conocimiento necesario y universalmente válido en la definición de los conceptos lograda mediante el diálogo. Frente al "saber es persuadir" de los sofistas, Sócrates y Platón mantuvieron que "saber es definir". 3. Los viajes a Siracusa y el pitagorismo. Platón realizó cuatro viajes a Siracusa: en el 388, en el año 367, en el año 362 y en el año 361. Estos viajes son importantes para contextualizar su pensamiento pues los contactos que Platón mantiene allá con los círculos pitagóricos supervivientes de la escuela de Pitágoras son decisivos para comprender la importancia la geometría en su pensamiento y de doctrinas claramente pitagóricas como la transmigración de las almas, la doctrina de que el alma humana es inmortal, que debe su inmortalidad a su parentesco especial con el alma universal y divina y que puede tener la esperanza de regresar a su fuente divina, cuando se haya purificado. En Siracusa intentó aplicar su sistema político ideal asesorando a Dionisio y fracasó por lo que tuvo muchos problemas. 4. La clase social de los artesanos y la especialización política. La mayoría de los ciudadanos atenienses se encontraban entre los llamados "demiurgos", artesanos o artistas, quienes tenían un agudo sentido de la técnica y de los bienes que se derivaban del principio de especialización. Que en el régimen democrático los cargos fueran electivos o por sorteo implicaba renunciar a la especialización y por tanto al bien hacer. Platón no se cansaría de advertir la necesidad de un especial conocimiento -el piloto del barco- para el desempeño de las funciones públicas. 38 (PLATÓN TEORÍA) Atenas, durante los siglos V y IV a. C., fue el foco de la civilización occidental. La Política, las Ciencias y las Artes, tuvieron un desarrollo inusitado y esplendoroso. También en la Polis, y en esta época, la Filosofía tuvo su centro álgido. Es el momento de la gran ilustración griega, en el que se consolida definitivamente el pensamiento racionalista y crítico: los Sofistas (iniciadores de la reflexión antropológica, y representantes de un movimiento intelectual y pedagógico defensor de la convencionalidad político-moral y jurídica, y del relativismo gnoseológico), Sócrates (defensor de la existencia de principios morales absolutos y de la posibilidad del conocimiento mediante el método mayéutico), Platón y Aristóteles. En este contexto histórico-filosófico, Platón, influido por los pitagóricos, Parménides, Heráclito y los Pluralistas, prosigue la obra iniciada por su maestro, no deteniéndose exclusivamente en la Ética y en la Política, sino extendiéndose también su especulación a los campos de la realidad(ontología) y del conocimiento (gnoseología). En estos dos últimos ámbitos, la problemática filosófica de la época giraba en torno a la consideración racional de cuál es el principio último explicativo de la totalidad de lo real, y que había sido iniciado por los presocráticos. Se discutía si este principio ("arjé") de la realidad ("physis") es uno o múltiple, si es abstracto o material, divino o natural, sujeto a movimiento y cambio o estable e inmóvil..., y venía siendo el objeto máximo de la polémica de monistas frente a pluralistas y, sobre todo, de Heráclito frente a Parménides. Pues bien, Platón vino a responder a dicha controversia mediante el establecimiento de un abismo entre el mundo sensible, o mundo de las cosas (múltiple, mudable, aparente...), y el mundo inteligible, o mundo de las Ideas (único, inmóvil, real...), siendo este último, además, el principio ontológico y gnoseológico del primero. Junto a esta doble realidad con caracteres antitéticos, Platón se ve obligado a afirmar la existencia de un doble conocimiento (sensitivo y racional). Es el famoso "dualismo platónico" que se manifestará en todos los ámbitos de su filosofía, con especiales consecuencias en su concepción del hombre (antropología). De este modo, Platón realiza la primera síntesis (síntesis entre Heráclito y Parménides) de la historia de la filosofía. CONTEXTO HISTORICO-FILOSOFICO: Los problemas de la filosofía platónica Platón enlaza con los problemas de los filósofos anteriores y a la vez intenta 39 dar solución a sus planteamientos. El panorama filosófico y el ambiente intelectual con el que se encuentra Platón y que constituye el punto de arranque de su pensamiento, está dominado por el escepticismo (Filosofía de la naturaleza) y el relativismo (Ética y Política) de los Sofistas: 1. EL ESCEPTICISMO ANTE LA FILOSOFÍA DE LA NATURALEZA: El escepticismo de los Sofistas había hecho mella en la ciencia física, y fue la causa filosófica profunda del abandono del estudio de la naturaleza de lo real. Recordemos que los primeros pensadores griegos centraron su especulación filosófica en la búsqueda del "arjé" en un intento por reducir la pluralidad cambiante de los seres naturales que pueblan el Universo a una única sustancia estable o permanente, al tiempo que se intentaba delimitar lo que sea la verdadera realidad de lo que no lo era. Pero en este ámbito, los filósofos presocráticos no parecían ponerse de acuerdo, y la filosofía ofrecía el aspecto desolador de un campo de batalla de doctrinas divergentes e incompatibles entre sí. Y así: a) Heráclito había afirmado que la realidad sensible, el mundo del espacio y del tiempo, está en permanente cambio, en continuo devenir ("Todo fluye, nada es"). El movimiento ni por un momento deja de producirse, y nada es idéntico a sí mismo en dos instantes consecutivos. La conclusión inmediata de esta doctrina era la negación del conocimiento de este mundo, puesto que para conocer la razón necesita un objeto estable. b) Parménides, por su parte, había dicho que esa realidad permanente existe, y que sólo puede ser descubierta por la actividad de la razón al margen completamente de la actividad de los sentidos: la razón capta lo que es ("EI ser es y el no ser no es"), la realidad única e inmutable, por lo que la multiplicidad y el devenir son sólo apariencias de los sentidos. Por tanto, y al igual que en Heráclito, para Parménides no cabe ciencia del mundo sensible. La consecuencia directa de esta disparidad de teorías opuestas entre sí fue la generalización de una actitud intelectual de radical escepticismo y, por consiguiente, la negación del conocimiento científico de la realidad: no podemos conocer las cosas como son, sino sus apariencias solamente. 2. EL RELATIVISMO ANTE LA FILOSOFÍA MORAL Y POLITICA: El relativismo, también de los Sofistas afectaba igualmente a los conceptos morales y a las leyes e instituciones políticas: firmes en su convicción de que no 40 podemos saber o conocer lo que las cosas realmente son, defendían el carácter convencional y arbitrario de las normas morales, así como de las leyes e instituciones políticas. Los Sofistas se amparaban en la falta de unanimidad de los hombres y de los pueblos respecto de lo que es" justo" e "injusto", "loable" y "reprensible", "bueno" y "malo", y concluían que las normas morales y las leyes políticas cambian con el tiempo y las sociedades. La consecuencia directa de la tesis relativista del convencionalismo éticopolítico era la negación de existencia de principios morales absolutos que regularan la vida práctica personal y pública.(Relativismo moral) Frente a la postura escéptica y relativista de los Sofistas reaccionaron Sócrates y sus seguidores: en efecto, pensaba Sócrates, si cada uno entiende por "bueno" y por "justo" una cosa distinta; si para cada uno las palabras "bueno" y "malo", "justo" e "injusto" poseen significaciones distintas, la comunicación y la posibilidad de entendimiento y convivencia entre los hombres resultaría imposible: ¿Cómo decidir en una asamblea si una ley es justa o no, cuando cada uno entiende algo distinto por "justo"?. De ahí que para Sócrates la tarea más urgente era la de restaurar el valor del lenguaje como vehículo de significaciones objetivas y válidas para toda la comunidad humana. Era necesario definir con rigor los conceptos de tal modo que se hiciera posible con ello el conocimiento de la realidad, así como la comunicación y convivencia entre los hombres. Sócrates tenía la convicción de que la conducta práctica (ética y política) había de basarse en el conocimiento, y además en un conocimiento de valores absolutos y eternos que no dependieran de las impresiones fluctuantes de los sentidos, ni del capricho personal, ni de la opinión subjetiva ni colectiva, sino que fueran idénticos para todos los hombres, todos los pueblos y todas las edades. Pues bien, Platón frente a los Sofistas heredó de su maestro la doble convicción de que: a) existen principios morales absolutos y eternos (y, por tanto, hay algo estable en la realidad), y b) es posible el conocimiento, entendiendo por tal un conocimiento objetivo y universalmente válido. TEORÍA DEL CONOCIMIENTO (TEMA 1) En el decenio siguiente a la muerte de Sócrates, Platón pasó una difícil época de crisis que le hizo dudar acerca de la posibilidad del conocimiento de la realidad. Pero dos factores principalmente fueron los que le dieron la certeza de que el saber es posible para el hombre: en primer lugar, el conocimiento 41 matemático (influencia pitagórica) y, en segundo lugar, la ley moral, cuya inmediata evidencia pudo experimentar con la muerte de Sócrates. Y quiso demostrarlo teóricamente, y por ello se introdujo de lleno en el problema del conocimiento preguntándose por su naturaleza (¿Qué es?) y por su objeto. Como primer objetivo se propuso desmantelar el relativismo gnoseológico de los Sofistas mostrando su falsedad. I. CRITICA AL SENSUALISMO SUBJETIVISTA DE PROTAGORAS: En el "Teeteto" Platón se propone combatir la teoría de Protágoras según la cual el conocimiento es la mera percepción sensible y su tesis subjetivista de que lo que a cada cual le parece verdadero eso es la verdad para él. En contra del pensamiento de los Sofistas, el conocimiento verdadero ha de cumplir, según Platón, dos requisitos fundamentales: a) ser objetivo (no meramente subjetivo y basado en la opinión), es decir, tener por objeto lo que realmente es, que trate de las cosas tal como realmente son, y b) ser universal, es decir, que trate sobre lo esencial (lo permanente y común) de las cosas, abarcando de este modo toda la pluralidad de casos particulares posibles. La ciencia sólo lo es de lo universal, y éste se expresa en conceptos. Es evidente frente al sensualismo subjetivista de Protágoras, que la percepción sensible (conocimiento sensible) no satisface ninguna de estas dos exigencias fundamentales. Por tanto, la percepción sensible no merece el nombre de verdadero conocimiento. Pero es que, además: 1º La percepción no es todo el conocimiento, pues gran parte de lo que los hombres reconocen como "conocimiento" consiste en verdades que no pueden ser objetos de la percepción. Por ejemplo, las conclusiones y los razonamientos de las Matemáticas no se pueden aprehender por los sentidos. Por lo demás, en esta ciencia tampoco hay opiniones subjetivas que valgan; 2º La percepción sensible no es conocimiento ni siquiera en su propio ámbito: no puede decirse que sepamos alguna cosa por el simple hecho de percibirla (una cosa es percibir y otra distinta comprender); es necesario alcanzar la verdad acerca de ella, por ejemplo, sobre su existencia o inexistencia, sobre su igualdad o desemejanza, sobre si son hermosas o feas, buenas o malas... Pero este tipo de verdad sólo se alcanza en la reflexión y no en la mera sensación. Por ejemplo: la sensación, por sí sola, únicamente puede mostrarnos una superficie blanca y otra superficie blanca, pero para relacionar 42 ambas y reconocerlas como iguales se necesita la actividad de la mente 3º Por último, el sensualismo subjetivista de Protágoras es insostenible y se contradice: si es verdad, critica Platón, que el conocimiento es la percepción sensible y que lo que a cada cual le parece verdadero esa es la verdad para él, entonces todas las opiniones son igualmente verdaderas y, por consiguiente, ningún hombre será más sabio que otro. ¿Cómo se permite entonces Protágoras enseñar a los demás y aceptar un pingüe salario por hacerlo? Por lo demás, si también se admite que toda verdad es relativa, quien sostenga que la doctrina de Protágoras es falsa estará afirmando, según Protágoras mismo, la verdad. De este modo acaba Platón con la pretensión sofista de que la percepción sea conocimiento: los sentidos no proporcionan verdadero conocimiento. Y, por tanto, tampoco los objetos sensibles son objetos propios del conocimiento ni pueden serlo, ya que las cosas sensibles están en continua transformación y el conocer sólo puede serlo de lo estable o permanente, es decir, de lo que realmente es. Y el mundo sensible" propiamente "no es", sino que "deviene". En resumen: Platón acepta de Protágoras la creencia en la relatividad de los sentidos y de la percepción sensible, pero no admite el relativismo extendido también a la razón: al contrario, el verdadero conocimiento, objetivo y universal, es alcanzable únicamente por la razón (escisión sentidos-razón). Platón acepta también de Heráclito la tesis de que los objetos sensibles están siempre en perpetuo cambio y, por ello, no pueden ser los objetos del auténtico conocimiento; el objeto del verdadero conocimiento ha de ser permanente, esto es, puramente inteligible (escisión "mundo sensible"-"mundo inteligible"). II.- LOS GRADOS DE CONOCIMIENTO: Platón, pues, cree firmemente que el hombre puede alcanzar un conocimiento científico de la realidad, siendo éste un conocimiento objetivo (sobre lo que las cosas son) y universal (sobre lo esencial y común a la pluralidad). De otro modo: el verdadero conocimiento, o ciencia, sólo lo es de esencias universales y éstas se expresan en conceptos universales (por ejemplo, en la definición: "el hombre es un animal racional", la razón expresa la esencia del hombre por medio de conceptos universales). Por tanto, el concepto universal es el que cumple los dos requisitos necesarios para ser objeto del verdadero conocimiento. Y así, el conocimiento de lo universal será el conocimiento más elevado, mientras que el "conocimiento” de lo particular será el grado más bajo del conocer. 43 (Conviene advertir antes de analizar los diversos grados o tipos de conocimiento que el punto más importante de la doctrina platónica de las Ideas es la afirmación de que el concepto universal (Bien, Justicia, Belleza, Hombre...) no es una construcción abstracta de la mente sin contenido objetivo, sino que, al contrario, a cada concepto universal le corresponde una realidad objetiva, es decir, una Esencia Universal a la que Platón llama Idea. La Idea, pues, es la verdadera Esencia universal separada de las cosas. De acuerdo con su distinción fundamental entre percepción sensible (sentidos) y razón, Platón distingue dos grandes géneros de conocimiento racional (Episteme o Ciencia) y conocimiento sensible (Doxa u opinión), que tienen por objeto dos ámbitos de la realidad totalmente diversos: "mundo inteligible" y " mundo sensible" respectivamente. Esto lo expone Platón en el famoso pasaje de la "Alegoría de la Línea" del libro VI de "La República(ver dibujo C de la página 77) TIPOS DE OBJETOS Ideas Mundo inteligible GRADOS DE CONOCIMIENTO Inteligencia o Nous Ciencia: Dialéctica Entes matemáticos Ciencia o episteme Razón Demostrativa o Dianoia Ciencia: Matemáticas Cosas Creencia o Pistis Mundo sensible Imágenes de las cosas Opinión o doxa Imaginación o Eikasia El desarrollo de la mente humana a lo largo de su camino desde la ignorancia hasta el conocimiento pleno, atraviesa dos campos principales: el del conocimiento sensible (Doxa u opinión) y el del conocimiento inteligible (Episteme o ciencia). Sólo éste es el conocimiento verdadero. La diferencia entre uno y otro se basa en una diferenciación de sus respectivos objetos: la Doxa versa sobre las cosas particulares y sus imágenes, mientras que la Episteme versa sobre los Universales o Ideas. Por ejemplo: si se pregunta a alguien qué es la Belleza y él, en lugar de 44 definirla certeramente, indica imperfectas encarnaciones de la belleza (un cuadro, una obra literaria, una pieza musical, un cuerpo, ...), entonces el estado mental de ese hombre al que se interroga es un estado de Doxa. En cambio si se posee la noción de Belleza en sí misma, se es capaz de elevarse por encima de las cosas e imágenes particulares hasta la Esencia universal, hasta la Idea de Belleza, en comparación con la cual deben ser juzgadas todas las cosas bellas particulares, entonces el estado de la mente de este hombre es un estado de Episteme o conocimiento pleno. Dentro de cada uno de estos dos grandes géneros de conocimiento cabe distinguir dos grados más en interna dependencia con sus respectivos objetos. Por tanto, la clasificación queda así: 1.- Conocimiento Sensible (Doxa u Opinión): Es el conocimiento que se tiene a través de la percepción sensible y, por tanto, su objeto son las realidades del mundo sensible (lo particular, cambiante, aparente...): 1.1.- Imaginación o Conjetura (Eikasia): Conocimiento que tiene por objeto sombras e imágenes de la realidad sensible. (Ej: "saber de oídas", por referencias de otros) 1.2.-Creencia o Fe (Pistis): Conocimiento perceptivo de las cosas sensibles, es decir, las cosas naturales, los seres vivos, los objetos de arte, . . (Ej. el anterior de la belleza). Las "ciencias" que corresponden a este nivel son las Ciencias Naturales y la Física. 2.- Conocimiento Inteligible (Episteme o Ciencia): Es el conocimiento que se tiene por medio de la Razón y, por tanto, su objeto son las realidades del mundo inteligible (lo universal, lo permanente, lo objetivo...): 2.1.- Razonamiento o Razón Discursiva (Dianoia): Conocimiento que tiene por objeto las entidades matemáticas que, aunque son realidades inteligibles, se concretan en símbolos sensibles. La ciencia que corresponde a este nivel es la Matemática. 2.2.-Inteligencia Pura o Conocimiento Filosófico (Nous): Conocimiento que tiene por objeto las realidades puramente inteligibles, esto es, las Esencias Universales o Ideas. Es la forma suprema de Conocimiento. La ciencia que corresponde a este nivel es la Dialéctica o Filosofía. Así pues, en Platón la escisión de la realidad corre pareja a la escisión del conocimiento, y del mismo modo que hay una graduación del conocimiento, hay también una jerarquización de la realidad: del mismo modo que las sombras, las imágenes reflejadas, etc., son copias de las cosas naturales (sensibles), así las cosas naturales son copias de los entes matemáticos y éstos, a su vez, copias de las Esencias Universales y Eternas que constituyen el "Mundo de las Ideas". 45 Así todo el conocimiento tiene su cima en el saber de las Ideas: cada uno de sus grados recibe su valor del grado superior y todos del primero. Platón ilustró posteriormente su doctrina gnoseológica con el célebre "MITO DE LA CAVERNA" (Libro VII de la "República", (ver dibujo de la portada de los apuntes de Platón), de carácter más metafórico, y cuyo tema central es la Educación concebida como un proceso gradual y ascendente de paso de la Opinión (contemplación del mundo sensible) a la Ciencia o conocimiento pleno (contemplación del inteligible): Describe Platón una caverna subterránea que tiene una abertura por la que penetra la luz. En esta caverna viven unos seres humanos que son como esclavos, con las piernas y el cuello sujetos por cadenas desde la infancia, de tal modo que sólo ven el muro del fondo de la gruta y nunca han visto la luz del sol. Por encima de ellos y a sus espaldas (es decir, entre los prisioneros y la boca de la caverna), hay una hoguera, y entre ellos y el fuego cruza un camino elevado y hay un muro bajo, que hace de pantalla. Por el camino elevado pasan hombres portadores de figuras de animales y otros objetos, de manera que estas cosas que llevan aparecen por encima del borde del muro o pantalla. Los prisioneros, de cara al fondo de la cueva, no pueden verse entre ellos ni tampoco pueden ver los objetos que se transportan a sus espaldas: sólo ven las sombras de ellos mismos y las de esos objetos, sombras que aparecen reflejadas en la pared a la que miran. Unicamente ven sombras y oyen voces, y las toman por la realidad porque desconocen la verdadera realidad. El esclavo que se liberase y consiguiese salir fuera, por de pronto no podría soportar la luz del sol; habría de acostumbrarse a mirar las sombras, después las imágenes de los hombres y de las cosas reflejadas en el agua, en fin, las cosas mismas y sólo al final podría elevarse a la contemplación de los astros y del sol: sólo entonces advertirá que precisamente del sol depende todo cuanto existe en el mundo visible y, por tanto, todas las cosas que él y sus compañeros veían en la caverna. Pues bien, la caverna representa el "mundo sensible", y los prisioneros encadenados a la mayoría de la humanidad, a la muchedumbre de gentes que permanecen durante toda su vida en un estado de "eikasía", viendo sólo sombras de la realidad y oyendo únicamente ecos de la verdad. Su opinión sobre el mundo es de lo más inadecuada, pues está deformada por "sus propias pasiones y sus prejuicios y por los prejuicios y pasiones de los demás, que les son transmitidos por el lenguaje y la retórica" (cadenas). Y aunque no se hallan en mejor situación que la de los niños, se aferran a sus deformadas opiniones con la tenacidad de los adultos y no tienen ningún deseo de escapar de su 46 prisión. Es más, si de repente se les liberase y se les dijese que contemplaran las realidades de aquello cuyas sombras habían visto anteriormente, quedarían cegados por el fulgor de la luz y se figurarían que las sombras eran mucho más reales que las realidades mismas. Sin embargo, si uno de los prisioneros logra escapar y se acostumbra poco a poco a la luz, después de un tiempo será capaz de mirar los objetos concretos y sensibles, de los que antes sólo había visto las sombras. Este hombre contempla a sus compañeros al resplandor del fuego (que representa al sol visible) y se halla en un estado de “pistis", habiéndose convertido desde el mundo de las sombras e imágenes, que era el de los prejuicios, las pasiones y los sofismas, al mundo real de las cosas sensibles, aunque todavía no haya ascendido al mundo de las realidades inteligibles. Pero si persevera y sale de la cueva a la luz del sol, verá el mundo de los objetos claros e iluminados por el sol (que representan las realidades inteligibles), y, finalmente, aunque sólo mediante un esfuerzo, se capacitará para ver el sol mismo, que representa la Idea de Bien, la Forma Suprema, "la Causa Universal de todas las cosas buenas y bellas... la fuente de la verdad y de la razón". Se hallará entonces en un estado de "Nous". Observa también Platón que si el esclavo que antes ha conseguido liberarse vuelve al interior de la caverna, sus ojos se hallarán ofuscados por la oscuridad y será incapaz de discernir bien las sombras, y con esto se hará motivo de risa, burla y desprecio para sus compañeros, los cuales conferirán los máximos honores a quienes saben ver las sombras más agudamente. Pero él sabe que la verdadera realidad está fuera de la caverna, que el verdadero conocimiento no es el de las sombras, y por esto sentirá compasión por aquellos que se contentan con tal conocimiento y lo tienen por verdadero. Ahora bien, si tratase de liberar a algún otro y de guiarle hacia la luz, los prisioneros, que aman la oscuridad y consideran que las sombras son la verdadera realidad, cogerían a este osado y lo matarían. (Esta es una alusión a Sócrates, que trató de iluminar a todos los que quisieron oírle y procuró hacerles comprender la verdad y la razón, en vez de dejar que quedasen sumidos en las sombras de los prejuicios y los sofismas). Esta parábola pone en claro que la "ascensión" de la línea era considerada por Platón como progreso, aunque tal progreso no es continuo y automático: requiere esfuerzo y disciplina mental. De ahí su insistencia en la gran importancia de la Educación por medio de la cual sea conducido gradualmente el joven a la contemplación de las verdades y de los valores eternos y absolutos y, de este modo, se libera a la juventud de pasar la vida en el sombrío mundo 47 del error, la falsedad, el prejuicio, las pasiones, la persuasión sofística, la ceguera para los verdaderos valores, etc. Y tal Educación es de primordial importancia para quienes han de ser hombres de Estado (políticos y gobernantes). La Educación consistirá, por tanto, en llevar al hombre de la consideración del mundo sensible a la consideración del mundo inteligible, y conducirle hacia el punto más alto de la Realidad, que es la Idea de Bien. Para preparar al hombre para la visión del Bien pueden servir las ciencias que tienen por objeto aquellos aspectos de la realidad que más se avecinan al Bien: 1º la Aritmética, como arte de cálculo, que permite corregir las apariencias de los sentidos; 2º la Geometría, como ciencia de entes inmutables; 3º la Astronomía, como ciencia del movimiento más ordenado y perfecto, el de los cielos; 4º la Música, como ciencia de la armonía; 5º por último, la Filosofía, como saber de la verdadera realidad: las Ideas, y especialmente, la Idea de bien. El bien corresponde en el mundo de las Ideas a lo que es el sol en el mundo sensible. Y así como el sol hace visibles las cosas mediante su luz, al tiempo que las hace nacer, crecer y alimentarse, del mismo modo la Idea de Bien hace inteligibles (cognoscibles) los objetos que constituyen el Mundo de las Ideas, y también les da el ser de que están dotados. Por esta prevalencia suya, el Bien no es una Idea entre las demás, sino la Idea suprema, la Causa de las demás Ideas. De otro modo: el Bien es el fundamento gnoseológico y ontológico de la realidad. La inspiración fundamental de este pensamiento es, como ya se ha dicho, la finalidad pedagógica y política de la Filosofía. En vista de esta finalidad, el punto más alto de la Filosofía no es sin más la contemplación de las Ideas y del Bien como causa suprema: es la utilización de todos los conocimientos que el filósofo ha podido adquirir para la fundación de una comunidad justa y feliz. En efecto, según Platón, forma parte de la educación del filósofo el "Retorno a la Caverna": volver a la caverna significa poner lo visto a disposición de la comunidad humana, para darse cuenta él mismo de que aquel mundo, a pesar de ser inferior, es el mundo humano, o sea "su" mundo, y para obedecer al vínculo de Justicia que la liga a la humanidad. Dicho de otra manera: la verdad no es sólo conocimiento teórico, sino también, y sobre todo, un saber práctico: la contemplación de la verdad compromete y exige ser realizada en uno mismo y en la comunidad humana. El filósofo, pues, deberá reacostumbrarse a la oscuridad de la caverna; y entonces verá mejor que los compañeros que quedaron en ella y reconocerá las sombras y las imágenes por haber visto ya la verdadera realidad. Y sólo así el Estado podrá ser constituido y gobernado por gente despierta y sabia (los filósofos) y no, como dice Platón en la "Carta VII", por gente que sueña y que combate entre sí por sombras. 48 TEORIA DE LAS IDEAS (ONTOLOGÍA Y/O METAFÍSICA DE PLATÓN) Si en la búsqueda del verdadero conocimiento (objetivo y universal) se encontró Platón con la necesidad de distinguir entre percepción sensible y razón, ahora, cuando indaga sobre sus respectivos objetos, se verá obligado a distinguir entre cosas e ideas, es decir, entre "Mundo sensible" y "Mundo de las Ideas", y así como la preocupación por el verdadero conocimiento le llevó a afirmar el conocimiento intelectual o racional, así también la preocupación por la verdadera realidad le transportará al "Mundo de las Ideas". I.- LAS IDEAS Y SU MUNDO: EL "KOSMOS NOETOS" Platón sostuvo que los objetos del verdadero conocimiento, es decir, las Esencias Universales que pueden ser definidas mediante conceptos, existen, pero no pueden ser identificadas con las cosas del mundo perceptible ni son tampoco creaciones de la mente (ver dibujo A de la página 77). Son realidades que poseen una naturaleza suprasensible, trascendente, y que, por tanto, existen fuera del espacio y del tiempo, en un mundo ideal ("Kosmos Noetós") sólo accesible a la razón. Estos objetos puramente inteligibles (la Belleza en sí, la Justicia, en sí, el Bien en sí, el Hombre en sí, el Triángulo en sí. .) son las famosas "Ideas" platónicas, llamadas así por una transliteración de la palabra griega "idea", que Platón le aplicó, y que propiamente significa "modelo" o "patrón". La traducción correcta sería la de "Forma", "Modelo", "Arquetipo", "Paradigma", "Ejemplar"..., es decir, algo máximamente perfecto y de lo cual todo lo demás es copia o imitación (las cosas son a las Ideas lo que las sombras son a las cosas). Así, pues, nuestra palabra "idea" es una traducción impropia e inadecuada, pues nos sugiere algo que sólo tiene existencia en nuestra mente y, por tanto, no es real, mientras que para Platón únicamente las Ideas tienen existencia plena, completa e independiente (tanto de la realidad sensible como de la mente que las piensa). Las Ideas, pues, son lo verdaderamente real y más real que las cosas mismas, ya que lo que hay de realidad en el mundo físico deriva precisamente de las Ideas. ¿Por qué afirma Platón la existencia de las Ideas trascendentes? Platón estaba convencido de que la verdadera realidad debía poseer las características del ser parmenídeo (es decir, ser Eterna, Inmóvil, Perfecta, Inmaterial...). Ahora bien, las cosas del mundo sensible poseen atributos antitéticos (es decir, son generables y corruptibles, mudables, imperfectas, materiales..., propiamente no son, sino que devienen). Por tanto, la verdadera realidad no puede estar en las 49 cosas del mundo sensible, es necesario que aquélla se dé en otro mundo, y tal mundo es el "Mundo de las Ideas". Veamos un poco más de cerca la naturaleza de las Ideas platónicas: 1.- Las Ideas como Fundamento Ontológico y gnoseológico: De las Ideas platónicas podemos hacer una doble caracterización: 1º. - Las Ideas son el verdadero objeto de conocimiento y lo que nos permite conocer las realidades sensibles, es decir, poseen un carácter fundante respecto al conocimiento intelectual en la medida en que hacen inteligibles las cosas del mundo sensible. Por ejemplo, para juzgar si dos cosas son iguales, nos servimos de la Idea de Igualdad, que es el Modelo o Igualdad Perfecta a la que sólo se adecuan imperfectamente las cosas iguales sensibles. Para juzgar o conocer lo que es bueno, justo o bello, el criterio lo obtenemos de las Ideas correspondientes (Bien, Justicia, Belleza), o sea, de las Esencias a las que corresponden estos conceptos. Por tanto, las Ideas son criterios de valoración, es decir, Modelos a los que nos remitimos para conocer la realidad sensible. Sin las Ideas no podríamos conocer la realidad física. 2º. - Las Ideas son la verdadera Realidad y Causa Formal de las cosas sensibles, es decir, poseen un carácter fundante respecto del mundo sensible en la medida en que le presta unidad, orden y consistencia. Es decir: a) las Ideas son realidades permanentes e inmutables, mientras que los seres del mundo físico se caracterizan por su mutabilidad y corruptibilidad; b) las Ideas son lo que tienen de común seres de apariencias distintas pero de la misma esencia: por ejemplo, hombres de razas distintas, culturas diversas, etc. ,tienen en común que todos participan de una misma esencia, de la Idea de Hombre. De otro modo: las Ideas son principio de unidad frente a la pluralidad y dispersión del mundo físico (y así, hay tantas Ideas como especies de cosas que podemos designar por el mismo nombre); c) las Ideas son lo que las cosas realmente son (el "qué" de las cosas, aquello que las hace ser lo que son), frente a los fenómenos aparentes del mundo físico. Sólo las Ideas son la verdadera realidad. 50 El "Mundo de las Ideas" y el mundo físico se reparten respectivamente las funciones señaladas en el gráfico: -La unidad Razón -Lo Permanente→ Realidad Inteligible -Lo que es ("Mundo de las Ideas") -Lo necesario Conocimiento -La Pluralidad Sentidos -Lo cambiante → Realidad sensible -Lo que parece ser ("Mundo de las sombras") -Lo contingente Las Ideas, son, pues, las Esencias Universales separadas de las cosas (e independientes del pensamiento): frente a la pluralidad de seres cambiantes y aparentes que pueblan el Universo físico, las Ideas son las verdaderas realidades que prestan unidad y consistencia ontológica (hacen ser a las cosas), e inteligibilidad gnoseológica (permiten conocer las cosas). Son, por tanto, causa del ser (fundamento ontológico) y del conocer (fundamento gnoseológico) de todas las cosas. 2. Jerarquía en el "Mundo de las Ideas" El conjunto de las Ideas o Esencias Inteligibles constituye el "Mundo Inteligible" o "Mundo de las Ideas" ("Kosmos Noetós"), es decir, la auténtica Realidad sólo asequible al filósofo mediante la Intelección pura o "Nous". Ahora bien, las Ideas no son un aglomerado plural e inconexo de esencias, sino que constituyen un sistema en el que todas se ensamblan y coordinan en una gradación jerárquica cuya cúspide ocupa la Idea de Bien, e inmediatamente por debajo de ella se encuentran las otras dos Ideas propiamente dichas (Belleza y Justicia), que, en cierta manera, son derivaciones de la primera. Por último, como grado más bajo de la jerarquía ideal, el "Kosmos Noetós" o ámbito de los "Eidos": 51 IDEA DE BIEN IDEA DE BELLEZA IDEA DE JUSTICIA EIDOS (IDEAS) EIDOLA (COSAS FISICAS) SOMBRAS Hay, pues, una subordinación dentro de la escala ideal, esto es, Ideas superiores que sirven de soporte y fundamento a las restantes; sería algo semejante a una pirámide en cuya cumbre hay una Idea Suprema, la Idea de las Ideas, de la que dependen las demás: la Idea de Bien es la que da consistencia (gnoseológica y ontológica) a la Belleza y a la Justicia ya través de estas últimas, a los Eidos y, por último, a los Eidola del mundo sensible. Es decir, que del mismo modo que las cosas físicas (Eidola) adquieren consistencia a partir de sus respectivos Eidos, las Ideas adquieren esta misma consistencia a partir de la Idea de Bien. PIatón compara la Idea de Bien, en el 'Mito de la Caverna", a la luz del sol: la relación que se da entre el sol y los objetos visibles es análoga a la que se da entre el Bien y los objetos inteligibles (ver dibujo B de la página 77): 1º) Del mismo modo que el sol es causa de la luz que posibilita la iluminación de los objetos sensibles, y es causa de la visión por cuanto da a los ojos el poder de verlos, así también el Bien nos visibiliza y hace inteligible el Mundo de las Ideas, al tiempo que da a la mente el poder de entenderlas; 2º) Del mismo modo que el sol es responsable del nacimiento y crecimiento en el mundo sensible (es decir, es responsable de toda vida dentro del mundo), así también el Bien es causa del ser de los objetos del "Mundo Inteligible" (Ideas). El Bien, pues, es la Causa Suprema (Formal o Ejemplar) de la Realidad. Algo semejante cabe decir de las Ideas de Belleza y Justicia, semejante a la del Bien, pero en ámbitos de la realidad distintos: el mundo físico y el mundo humano respectivamente: 52 a) Por su derivación y semejanza con la Idea de Bien, la BelIeza baña en luz y claridad el mundo de las realidades físicas, "y envolviéndolas las hace bellas". Es la Idea más sensible" (o mejor, posee destellos en el mundo sensible que se pueden percibir) y, por ello, constituye la puerta de entrada al mundo ideas. b) La Idea de Justicia ejerce un papel análogo en el mundo humano. Ella regula las relaciones entre las tres partes del alma individual (concupiscible, irascible, y racional), las tres clases del cuerpo social (productores, guardianes y gobernantes), así como las tres virtudes personales y públicas (templanza, fortaleza y prudencia). Pues bien: en la contemplación y posesión de las tres Ideas se cifra y consiste la Sabiduría. Mas conviene tener en cuenta que la verdadera Sabiduría no es sólo un conglomerado de conocimientos teóricos sobre la realidad sino que, además y sobre todo, la genuina Sabiduría posee una dimensión práctica: el conocimiento de la Idea de Bien es el punto de apoyo gracias al cual cobran sentido nuestras acciones tanto individuales como colectivas, la brújula que orienta y la luz que da sentido a la vida humana en su dimensión personal y social. II- "MUNDO SENSIBLE" y "MUNDO INTELIGIBLE" De todo lo dicho anteriormente se sigue la escisión de la realidad y la oposición de dos mundos (sensible e inteligible) con caracteres antitéticos, así como un distinto modo de valorarlos. a) Mundo lnteligible (Kosmos Noetos), al que se accede por la razón, y constituido por una pluralidad de Ideas, es decir, de Esencias o Arquetipos Inteligibles de las cosas materiales que integran la realidad o mundo sensible. Tales Ideas son Eternas Inmutables, Perfectas, Inmateriales..., constituyen la Verdadera Realidad y, por tanto, sólo su conocimiento proporciona Episteme, es decir, verdad. El Mundo de las Ideas platónico goza de los caracteres del Ser de Parménides, si bien se diferencia del filósofo eléata porque en el Mundo Inteligible platónico no hay Unicidad (aunque sí Unidad), dado que no hay una sola Idea, sino que éstas son múltiples. b) Mundo sensible (Kosmos Aisthetos), al que se accede por los sentido, y constituido por la pluralidad de seres cambiantes y aparentes de la naturaleza física. Las cosas del mundo sensible tienen propiedades radicalmente opuestas a las del Mundo Inteligible: son generables y corruptibles, mudables, 53 imperfectas, materiales... No constituyen la verdadera realidad sino sólo apariencia ("sombra") de realidad y, por tanto, su conocimiento no proporciona verdad, sino Doxa, esto es, Opinión. El mundo sensible platónico participa de las propiedades del mundo de Heráclito. Platón pone en un primer plano el Mundo de las Ideas y en un segundo plano el mundo sensible, que será interpretado en función de primero: intenta dar razón de la realidad sensible a partir de unos Modelos o Arquetipos. Es decir, sólo se puede llegar a la comprensión de la realidad a través del conocimiento de las Ideas (principio ontológico y gnoseológico). Platón es, por consiguiente, tanto desde el punto de vista gnoseológico (conocimiento) como desde el punto de vista ontológico (realidad), plena y conscientemente dualista. La relación entre el Mundo de las Ideas y el mundo sensible la explica Platón recurriendo a dos conceptos: Imitación y Participación: 1º) Imitación: Cada una de las cosas sensibles es imitación o copia de su Idea o Esencia correspondiente. La Idea es perfecta; la copia, en cambio, es imperfecta. En definitiva, el mundo sensible es un mal reflejo ("sombra") del Mundo ideal. La doctrina de la Imitación fue mantenida por Platón es sus Diálogos de madurez ("Fedro", "La República"...), pero planteaba un problema metafísico serio: la realidad sensible quedaba reducida a pura apariencia, a imagen falsificada de la realidad. Por ello, recurrió Platón, en su vejez, a un nuevo concepto para explicar la relación que mantienen los dos ámbitos de la realidad: 2º) Participación: Cada una de las cosas sensibles participa ("toma parte") de la Esencia Perfecta o Idea correspondiente, que es la que hace que cada cosa sea lo que es. (Así, algo será bello porque participa o toma parte de la Idea de Belleza). Ahora bien, esta Esencia se encuentra de forma perfecta y plena en el Mundo de las Ideas y, por tanto, esa participación nunca puede ser total. De este modo, los seres del mundo físico son un reflejo imperfecto de las Ideas. La doctrina de la participación fue defendida por Platón en los Diálogos del "periodo crítico" ("Parménides", Teeteto"...) y tiene la ventaja, frente a la doctrina de la Imitación, de que salva el carácter real de las cosas: las cosas son reales, aunque no tanto como las Ideas. Pero plantea un nuevo problema: si las cosas perceptibles participan de las Ideas, entonces la unidad de éstas queda rota. (Estas dificultades que fueron reconocidas y recogidas por Platón en algunos de sus Diálogos, indican hasta qué punto estaban haciendo mella en el maestro las críticas que su discípulo Aristóteles realizaba ya en el seno mismo de la 54 Academia). III.- EL CONOCIMIENTO DE LAS IDEAS: ANAMNESIS, EROS y BELLEZA. (TEMAS 1 y 2. Esta cuestión hay que incluirla en la teoría del conocimiento y la antropología platónica) Para Platón el conocimiento de las Ideas es lo verdaderamente valioso y son la meta más elevada de todos los anhelos y de todas las acciones de los hombres. El conocimiento es la actividad que debe realizar todo aquél que desee optimizar su vida y su trabajo, es decir, aquél que quiera llevar una vida más plena, perfecta y feliz. Ahora bien, el conocimiento de las Ideas no es algo que se logra saliendo fuera de sí, sino que la verdad está dentro de uno mismo. Por tanto, habrá que actualizar ese conocimiento innato e implícito de las Ideas. Platón cree en la inmortalidad del alma y en la reencarnación: las almas existen desde siempre, son eternas. Antes de su existencia corporal y terrena, el alma preexistía junto a los dioses en el "Mundo de las Ideas" contemplando lo que verdaderamente es, la auténtica esencia de las cosas en su perfección (Ideas). El lugar propio del alma, pues, es el Mundo de las Ideas, y su actividad más propia es la contemplación de las mismas. Ahora bien, en un momento determinado y por diversas circunstancias, se produjo una caída y el alma vino a parar al mundo de lo sensible y quedó encadenada en un cuerpo. Pero el alma, al reencarnarse, al unirse al cuerpo, no pierde los conocimientos adquiridos en su previa existencia ideal, aunque sí quedan oscurecidos. Por tanto el alma conoce las Ideas desde siempre y las lleva dentro de sí. Se trata de un conocimiento innato e implícito. Pues bien, el procedimiento por el cual el hombre se hace consciente de aquello que desde siempre sabe es el Recuerdo: para conocer la verdad, pues, el hombre debe recordar lo que ya vio en su existencia previa a la encarnación, es decir, extraer del fondo del alma lo que allí existe. En esto consiste la doctrina platónica de la Anamnesis o Reminiscencia. En síntesis: aprender no es adquirir nuevos conocimientos, sino recordar lo ya conocido en una existencia anterior. Pero, ¿cómo se hace efectivo este recuerdo? Por medio, señala Platón, de dos instrumentos: 1º) la Educación (o mejor, autoeducación), y 2º) la Percepción Sensible. Veamos cada uno de ellos por separado: 1º) La Educación: es el proceso en el que el maestro no enseña ni instruye, sino que solamente motiva e interroga al discípulo poniéndole en situación de un autentico aprendizaje. Y el instrumento adecuado para tal labor es la Mayéutica, que consiste en ir haciendo al discípulo preguntas graduadas en 55 cuanto a su dificultad hasta que llegue por sí mismo a educir, a "sacar de sí" el conocimiento que tiene innato e implícito. De otro modo, educar no es enseñar cosas, plasmar conocimientos, sino poner las condiciones para recordar una verdad ya sabida. 2º) La Percepción Sensible: la percepción de las cosas del mundo sensible es ocasión (no causa) de que el alma recuerde el conocimiento olvidado. Según Platón, en el mundo sensible hay reflejos o destellos de la Belleza del Mundo de las Ideas. Y esta belleza sensible engendra en el alma nostalgia de algo perdido y, al mismo tiempo, amor, deseo de alcanzar lo que no se posee plenamente, es decir, lo ideal, ese otro mundo más perfecto que es el Mundo de las ideas. (Recordemos que la Idea de belleza tiene semejanza con la Idea de Bien: si ésta ilumina y hace visible el Mundo de las Ideas, la Belleza ilumina y clarifica el mundo de las realidades físicas, "y envolviéndolas las hace bellas"). Los reflejos de la Belleza que se perciben en el mundo físico son, pues, ocasión de que el alma recuerde. Es el primer paso, o puerta de entrada al Mundo de lo perfecto y eterno. La Belleza hace así de mediadora entre el hombre caído y el mundo ideal; y a su llamada responde el hombre con el Amor (Eros). Ahora bien, la Belleza posee grados diversos a los cuales el hombre sólo puede elevarse sucesivamente a través de un lento camino: en primer lugar, es la belleza de un cuerpo bello la que atrae y rinde al hombre, después advierte que la belleza es igual en todos los cuerpos y pasa así a amar y desear toda belleza corpórea. Pero por encima de ésta hay una belleza del alma; y más arriba aún, la belleza de las instituciones y de las leyes (morales y políticas), después la belleza de las ciencias y, en fin, por encima de todo, la Belleza en sí, que es eterna, superior al devenir y a la muerte, perfecta, siempre igual a sí misma y fuente de toda otra belleza. Sólo entonces, cuando el alma humana ha recorrido los grados de esta jerarquía y ha alcanzado la belleza suprema, consigue ingresar en el mundo de las Ideas. Por tanto, el Amor que debe engendrar la contemplación de la Belleza es un amor desprendido de lo sensible o corporal, es decir, un amor puro y basado en el propio dominio. Es el célebre "amor platónico". No hay, pues, que prendarse de lo sensible por muy bello que sea, ya que sólo es apariencia que, al tomarla por la verdadera realidad, encadena y ciega el alma. Unicamente el amor platónico, que no es sino el amor a la verdad o sabiduría (Filosofía), es la fuerza que permite romper las cadenas del mundo físico. Entonces el alma comienza a recordar y ascender al Mundo Ideal. En resumen : conocer para Platón es recordar una verdad innata e implícita, 56 y en la actualización de dicho recuerdo colaboran la educación y la percepción sensible. El motor de la búsqueda es el Amor engendrado por la Belleza. 57 ANTROPOLOGIA (TEMA 2) La concepción del hombre en Platón es muy rica y compleja, y ha tenido un extraordinaria influencia en la Antropología occidental, especialmente en la cristiana. Se trata de una concepción dualista en la que el hombre es concebido como una especie de unidad formada por dos realidades radicalmente distintas (cuerpo y alma), unidad difícil de entender: la unión entre cuerpo y alma es, para Platón, una unión accidental y antinatural. I.- ORIGEN DEL HOMBRE Y NATURALEZA DEL ALMA: El origen del hombre lo explica Platón en el "Mito del Carro Alado"("Fedro", ver dibujo B de la página 78): el alma está representada por un carro tirado por dos corceles, uno blanco y dócil (que representa las pasiones irascibles) y otro negro e indócil (que representa las pasiones concupiscibles), y guiado por un auriga (que representa la razón). Llega un momento de la carrera celeste en que el alma se despeña y cae desde el Mundo de las Ideas, en este mundo sensible encarnándose en un cuerpo. No está claro si Platón habla de tres almas o de tres partes o funciones de una misma alma. Lo que si queda claro es que el alma en Platón tiene una naturaleza tripartita: 1º) Alma Irascible (o Animo), fuente de pasiones "nobles" (valor, ira, esperanza, ambición...) y que no es sino la tendencia a alcanzar lo útil o beneficioso para el individuo o para la especie y que sólo es asequible superando alguna dificultad. Platón la simboliza con el caballo blanco y la localiza en el pecho. 2º) Alma Concupiscible (o Apetito), fuente de las pasiones "innobles" (como el instinto de conservación y el deseo sensual), y que no es sino la tendencia que el hombre tiene al bien sensible, Platón la simboliza con el caballo negro y la localiza en el vientre. 3º) Alma Racional (o Razón), es decir, el pensamiento puro y la contemplación suprasensible de las Ideas. Es de naturaleza divina y, por tanto, inmortal, Platón la simboliza con el auriga y la localiza en el cerebro. 58 SÍMBOLO ALMA O FUNCIÓN CUERPO Caballo negro Alma concupiscible Vientre Caballo blanco Alma irascible Pecho Auriga Alma racional Cerebro ¿Por qué afirma Platón la naturaleza tripartita del alma? Porque advierte la existencia de conflictos internos en el hombre. Considérense casos de conflicto mental, como cuando alguien está muy sediento, pero no bebe el agua disponible porque sabe que está envenenada. Platón arguye que debe haber un elemento en la mente de la persona que le esté mandando beber y un segundo que se lo prohíbe; el primero es el Alma Concupiscible o Apetito, y el segundo es el Alma Racional o Razón. La existencia de un tercer elemento en la mente se demuestra, piensa Platón, por otros casos de conflicto mental en los que una persona se siente encolerizada o indignada consigo misma, por ejemplo, en la historia que cuenta del hombre que sintió un insistente deseo de mirar una pila de cadáveres y, sin embargo, estaba disgustado consigo mismo por desearlo. Este tercer elemento que está aquí en conflicto con el Apetito no es la Razón, sino el Alma Irascible o Ánimo. Razón, Ánimo y Apetito están, pues, presentes en toda persona, pero según que elemento sea el dominante, tenemos tres clases de hombres, aquellos cuyo deseo principal es, respectivamente, el conocimiento, el éxito o las ganancias materiales. Platón no duda en afirmar que el Alma Racional debe ser el elemento dominante y el que realice una labor de dominio y control de las restantes partes del alma. Por ello centra su interés en la investigación del Alma racional. El horizonte desde el cual ha de comprenderse la doctrina platónica del alma es precisamente la teoría de las Ideas. La racionalidad del alma se fundamenta en el conocimiento de las Ideas, y el Mundo de las Ideas es el reino al que el alma pertenece y al cual se siente impulsada por su propia naturaleza. El Alma racional no nace ni perece, es inmortal: preexiste al cuerpo y le sobrevive cuando éste se corrompe. Esto implica que la unión del cuerpo con el alma no es un estado esencial de aquélla, sino un estado transitorio o accidental. Más aún, no sólo no es un estado esencial, sino que además puede ser calificado de antinatural, ya que el lugar natural del alma es el Mundo de las Ideas, y su actividad más propia y genuina, la contemplación de éstas. De ahí que, mientras permanece unida al cuerpo, la tarea fundamental del alma es la de purificarse, es decir, prepararse para la contemplación de las Ideas. La purificación supone que el alma se encuentra en un estado de impureza, impureza que proviene de las necesidades y exigencias del cuerpo, 59 que se imponen y oponen tiránicamente a la vocación contemplativa del alma y la distraen de su actividad más genuina. EI cuerpo es la "cárcel del alma", porque la encadena en multitud de deseos y necesidades, oscurece el recuerdo de las Ideas contempladas una vez, y la hace caer en multitud de culpas y errores, y olvidarse de su verdadero rango. ¿Como desprenderse, entonces, de lo sensible o corporal? Purificándose mediante el conocimiento de la verdadera realidad (adquisición de la sabiduría) y mediante la educación de las tendencias naturales (adquisición de las Virtudes). Al Alma racional, conocedora de las Ideas, le compete la función de control o gobierno sobre el cuerpo, es decir, sobre las tendencias inferiores y desordenadas del alma (pasiones irascibles y concupiscibles), al igual que el auriga guía el "carro alado". (Adviértase que el principal interés de Platón en su Psicología, es un interés ético; por ello, la Psicología platónica es inseparable de la Ética y, como se verá, también de la Política). Resumiendo; Platón traslada su Teoría de las Ideas a la realidad del hombre, y establece (paralela a la dicotomía entre Mundo Inteligible y mundo sensible) una dicotomía o escisión entre alma y cuerpo. Y así, lo que la Idea es a la cosa sensible, lo es el alma respecto del cuerpo. Esta doctrina platónica hace difícil encontrar una explicación satisfactoria de la relación y unión del alma con el cuerpo, pero tiene la ventaja de que hace posible plantear el problema de la inmortalidad del alma. II- INMORTALIDAD Y TRANSMIGRACION DEL ALMA: (ver dibujo A de la página 78) Las diversas pruebas o argumentos que Platón da para demostrar la inmortalidad del alma se fundamentan, también en su Teoría de las Ideas. Son tres las que aparecen en el "Fedón", Diálogo dedicado a este problema. Resumidamente: 1º) Todo conocimiento es recuerdo de las Ideas contempladas. De aquí se deduce la preexistencia del alma, pero también tiene que darse una postexistencia, de acuerdo con la Ley Universal del Eterno Retorno: después de la vida corporal o terrena debe corresponderle al alma una existencia semejante a la que tuvo antes de esta vida y una actividad idéntica a la que tenía, es decir, la pura contemplación de las Ideas. 2º) El conocimiento de las Ideas por el alma demuestra el parentesco de ésta con aquellas: solamente lo semejante puede ser conocido por lo 60 semejante. Puesto que el alma se parece extraordinariamente a lo eterno, que sólo puede captarse por el pensamiento, es también eterna o imperecedera. 3º) Las cosas son lo que son por su participación de las Ideas, pero una cosa no puede participar a la vez de dos Ideas contradictorias. El alma participa de la Idea de vida (puesto que lo que es animado es vida, tiene vida). Por consiguiente, el alma no puede participar de la Idea de muerte, opuesta a la de vida. De esta manera, el pensamiento de Platón une estrechamente el tema de la inmortalidad del alma con la doctrina de las Ideas. (A estas tres pruebas añadió Platón posteriormente otras dos más que aparecen en el "Fedro" y en "La República", dada la importancia que este problema tenía dentro de la totalidad de su pensamiento). Platón cree también en la Transmigración de las almas (influencia del pitagorismo). Lo que le sucede al alma al morir está descrito en diversos Diálogos, pero especialmente en el famoso "Mito de Er" (Libro X de "La república"): Al morir el cuerpo las almas son juzgadas por un Tribunal presidido por Minos, el mítico rey de Creta. Según el tipo de vida y el grado de purificación que el alma haya alcanzado en su existencia terrena tendrá una u otra sentencia: a) las almas cuya purificación haya sido total, marcharán a la Región de las Ideas eternas, donde serán para siempre felices; b) las almas que hayan iniciado, pero no completado el proceso purificatorio, serán recompensadas durante cierto tiempo en los Campos Elíseos, lugar paradisíaco, pero donde no serán absolutamente felices, como las primeras citadas en la Región de las Ideas; c) las almas pecadoras, que no han iniciado la purificación, irán al Hades, región infernal, donde durante cierto tiempo serán castigadas con atroces sufrimientos, según la naturaleza de sus pecados. Pasado el tiempo marcado (mil años), las almas que estaban en los Campos Elíseos o en el Hades salen de allí y comparecen ante un nuevo Tribunal formado por las Tres Parcas (las diosa griegas que rigen el destino de los hombres); allí cada alma elige una nueva encarnación o destino libremente. En el momento de su reencarnación, pues, se invita a las almas a la elección de una nueva vida. En la encarnación de un nuevo cuerpo se elige un nuevo género de vida, pero siempre según el grado de virtud que el hombre quiera para sí. Y he aquí el peligro; la decisión de encarnarse en uno u otro cuerpo, de llevar uno u otro género de vida, depende de la conducta que el hombre ha llevado en este mundo, es decir de lo que el hombre, libre y responsablemente, quiso ser. De otro modo: la vida que el hombre lleva actualmente influye en la 61 elección del destino posterior de su alma: "No es el demonio quien escogerá vuestra suerte, sino que sois vosotros los que escogeréis vuestro demonio.(..) La virtud está a disposición de todos; cada cual participará mas o menos de ella según la estime o la desprecie. Cada uno es responsable del propio destino; la divinidad no es responsable». Y así, según se ame más o menos la virtud, Platón establece una jerarquía en las sucesivas reencarnaciones: 1.- Filósofo 6.-Poetas 2.- Rey o Guerrero 7.- Campesinos o Artesanos 3.- Hombre de Estado 8.- Sofistas o Demagogos 4.- Gimnasta o Médico 9.- Tirano 5.- Sacerdotes Lo importante es que la razón domine la dimensión irracional del ser humano (lo irascible y lo concupiscible), y así pueda, en las sucesivas reencarnaciones, purificarse y llegar a la pura y plena contemplación de las Ideas. Para Platón, antes o después, todas las se purificarán y regresarán a la región celeste del mundo Inteligible. 62 ETICA (TEMA 3) La Ética platónica es "Eudemonista", en el sentido de que está enfocada al logro del supremo bien del hombre, en cuya posesión consiste la verdadera felicidad. El bien supremo del hombre es el desarrollo auténtico de su personalidad como ser racional y moral, el recto cultivo de su alma, el bienestar general y armonioso de su vida. Según Platón, la vida del hombre no puede ser una vida fundada sobre el placer. Una vida tal, que llegaría a excluir hasta la conciencia del placer, es una vida propia del animal, pero no del hombre. Por otro lado, no puede ser una vida de pura inteligencia, que sería divina, pero no humana. Por lo tanto, puesto que el hombre no es sólo espíritu ni sólo cuerpo, ha de ser una "vida mixta" de placer e inteligencia. Lo importante es determinar la justa proporción en que han de combinarse los goces intelectuales con los corporales para alcanzar el bien y, con él, la felicidad. Pues bien, la felicidad sólo es asequible en este mundo mediante una vida buena que exige: 1º) el desarrollo intelectual (adquisición de la sabiduría), y 2º) el desarrollo moral (adquisición de las virtudes): lº) Adquisición de la Sabiduría: Mediante el cultivo de la Filosofía el hombre alcanza un cierto conocimiento de las Ideas (Belleza, Justicia y Bien, y especialmente de esta última): es decir, el secreto de la vida buena o virtuosa estriba en el conocimiento del Bien Supremo. Dice además Platón, siguiendo a Sócrates, que quien conoce el bien nunca puede hacer el mal: "nadie obra mal a sabiendas". Lo que quiere decir Platón en esta sentencia es que nadie hace el mal en cuanto mal; puede que busque el bien y se haya equivocado, o que en ese mal que se hace se busque un cierto bien. El mal, propiamente procede de la ignorancia. Por tanto, la virtud más importante también en el orden ético es la sabiduría (Virtud= Conocimiento). Es el "Intelectualismo Moral". 2º) Adquisición de las Virtudes: Ahora bien, si la virtud es un saber, y un saber de Ideas, será necesario dejar el alma en condiciones de contemplarlas. Para ello es imprescindible la Ascesis o Purificación: el hombre virtuoso es el que purifica su alma de todas las pasiones y educa al cuerpo y, de este modo, va preparando progresivamente el alma para el retorno al estado feliz primitivo de contemplación de las realidades eternas en el Mundo de las ideas. Por tanto, el objetivo primero y absoluto de la Ética platónica es la Virtud, que no es sino el medio o instrumento para realizar el bien a través de la Sabiduría y de la Ascesis. Lo verdaderamente importante, pues, es la consecución de la virtud mediante el desarrollo intelectual y la purificación. 63 Pero, ¿qué es la virtud? Es un hábito operativo bueno por el cual las tendencias naturales del hombre se orientan al bien. Es decir, la virtud lo es siempre de una tendencia natural; recordemos que Platón había distinguido en el hombre tres tendencias naturales o almas" (concupiscible, irascible y racional). Pues bien, en consonancia con su Antropología, asigna Platón a cada tendencia o parte del alma una virtud particular (ver dibujo C de la página 79 ): 1º) Prudencia (o Sabiduría): Es la virtud del Alma Racional, y conforme a la cual el hombre actúa con razón o conocimiento de causa en sus actos; o sea, el conocimiento de lo que es verdaderamente bueno para el hombre y de los medios para alcanzarlo 2º) Fortaleza (o Valentía): Es la virtud del Alma Irascible, y que tiene por objeto estimular al hombre para vencer las dificultades, y luchar por conseguir lo que la razón dicta como bueno y justo; 3º) Templanza (o Moderación): Es la virtud del Alma Concupiscible, por la cual el hombre modera sus apetitos carnales o sensuales. SIMBOLO ALMA O FUNCION CUERPO Caballo negro Alma concupiscible Vientre Caballo blanco Alma irascible Pecho Auriga Alma racional Cerebro VIRTUD Templanza Fortaleza Prudencia Por último, en Platón es importantísima también la virtud de la justicia. No se trata de una virtud particular de alguna tendencia natural o parte del alma, sino, mas bien, de la armonía resultante del equilibrio perfecto entre las distintas partes del alma: el hombre virtuoso es, para Platón, aquél que es capaz de controlar y equilibrar la parte racional del alma (Razón) con la irascible (Animo) y la concupiscible (Apetito) de su organismo, dando a cada una lo suyo y en el momento oportuno. ("Justicia"= dar a cada uno lo suyo"). La Justicia, como virtud personal, garantiza la unidad y eficacia del individuo, y para ello necesita de las restantes virtudes: un hombre no puede ser justo si no tiene Prudencia, Fortaleza y Templanza. (Conviene señalar que, en Platón, la justicia no es sólo una virtud personal, sino que además posee una dimensión social, sin la cual no existe la verdadera justicia. La Ética platónica es, así inseparable de la Política.) 64 POLITICA (TEMA 3) La teoría Política de Platón se desarrolla en estrecha conexión con su Antropología y su Ética. Platón y Aristóteles (y, en general, todos los griegos) no consideran nunca la Política como algo separado e independiente de la Ética. Esta separación entre Ética y Política (que ha llevado en ocasiones a considerar la moral como algo relativo a la conciencia y conductas individuales, y la política como algo relativo a la organización y conductas sociales) es una separación que históricamente tuvo lugar, con posterioridad, con la aparición del INDIVIDUALISMO moderno (especialmente con Rousseau). Para Platón no hay una moral para el individuo y otra para el Estado, sino un sistema de principios y valores morales absolutos que vale igualmente para todos los hombres y para todos los Estados. La vida griega era esencialmente una vida comunal, vivida en el seno de la Ciudad-Estado o Polis. De ahí que para Platón (y luego para Aristóteles), el hombre no es individuo, por una parte, y ciudadano por otra. El hombre es esencialmente "Ciudadano", esto es "individuo social" por naturaleza, y precisamente en el seno de la Polis es donde el hombre se realiza como hombre y donde, por tanto, se desarrolla intelectual y moralmente. Frente, pues, a ciertas teorías de origen sofístico que consideraban la sociedad (así como las leyes e instituciones políticas) como un producto de la convención, Platón y Aristóteles afirmaron que la sociabilidad es una dimensión esencial de la naturaleza humana. 1.-EL ESTADO Y LA JUSTICIA La exposición mas completa y sistemática del pensamiento político de Platón se encuentra en "La República", obra en la que Platón diseña un Estado ideal con sus instituciones y funcionamiento peculiares. La obra platónica lleva, además, como subtítulo "Acerca de la Justicia", y efectivamente, la justicia constituye el tema central de este Diálogo. ¿Por qué esta preocupación por la Justicia? Porque sólo determinando las condiciones por las que los hombres y el Estado son justos es posible todo lo relativo al desarrollo intelectual y moral del hombre y, en consecuencia, al logro de la felicidad y la salvación de su alma. 1 -Origen y Organización del Estado: 65 El Estado existe para servir a las necesidades de los hombres. Los hombres no son independientes los unos de los otros, sino que necesitan la ayuda y la cooperación de los demás en la producción de todo lo que hace falta para la vida. De ahí que se asocien y se reúnan en un mismo lugar, "y dan a esta morada común el nombre de Estado". Por tanto, el origen de la sociedad se asienta sobre: a) La necesidad de gran número de cosas para la vida, b) La no autosuficiencia del hombre-individuo para conseguirlas. El fin originario de la sociedad es, pues, un fin económico y de el se sigue el principio de la división y especialización del trabajo (cada individuo y cada clase social han de desempeñar solamente una función) según el criterio de la "disposición natural" (la tarea a realizar dependerá de las dotes o talentos naturales) con el objetivo de aumentar el rendimiento y eficacia del propio trabajo (la obra de un hombre será superior en cantidad y calidad si trabaja en una sola ocupación y ésta es la más adecuada a sus disposiciones naturales). Pues bien, estas distintas actividades sociales fundadas en las disposiciones naturales dan lugar a las diversas clases sociales. Son tres (Productores, Guardianes y Gobernantes), y no son sino el reflejo en la sociedad de las tres tendencias que constituyen al hombre desde el punto de vista psicológico: a) Los Productores: Para que haya Estado se necesita, en primer lugar, una pluralidad de individuos que atiendan a las necesidades más elementales de la vida humana: alimento, vivienda y vestido. Esto da lugar, según el principio de la división y especialización del trabajo, a ciertos oficios u ocupaciones: labrador, constructor, tejedor; oficios a los que habrá que añadir otros destinados a proveer a aquellos de materiales y herramientas necesarias (vaqueros, pastores, carpinteros, herreros, etc...) y aún otros más que faciliten el intercambio de los productos unos con otros (comerciantes, intermediarios, navegantes...). Queda así constituida una sociedad austera y elemental, en la que se obtiene la simple satisfacción de las necesidades más básicas. Para promover un nivel más alto de bienestar y lujo es necesario ampliar significativamente el número de oficios, dando cabida en la ciudad a toda clase de artes y ocupaciones (preceptores, cocineros, médicos, pasteleros). Todos estos oficios constituyen la base económica de la sociedad y el conjunto de los individuos que los ejercen forman el grupo o clase de los PRODUCTORES, la clase económicamente productiva. Su misión es ofrecer los recursos suficientes para satisfacer las necesidades básicas mediante el trabajo 66 productivo (bienes y servicios): b) Los Guardianes: Con el aumento de la población, consecuencia del creciente lujo de la ciudad, el territorio será insuficiente para las necesidades de la misma y tendrán que ser anexionados algunos territorios de la ciudad vecina (mediante la guerra, cuyo origen es también económico). Ello implica (según, nuevamente, el principio de división y especialización del trabajo) la necesidad de una nueva actividad social y, por tanto, de una nueva clase social: los GUARDIANES del Estado. El cometido fundamental y exclusivo de los Guardianes es la defensa de la ciudad frente a las agresiones externas y los desórdenes y los conflictos internos, manteniendo así la paz, el orden y la convivencia social. El ejército deberá ser profesional, y los miembros de este ejercito habrán de ser escogidos entre aquellos ciudadanos que posean aptitudes para ello: deberán ser corporalmente fuertes, rápidos y valerosos, pero también algo filósofos, o amantes de la verdad, en el sentido de que habrán de saber quienes son los verdaderos amigos y enemigos del Estado. Si el ejercicio de sus funciones de Guardianes ha de basarse en el conocimiento, entonces habrán de ser entrenados cuidadosamente y sometidos a un proceso educativo especial con vistas a la función que deberán desempeñar. Platón dedica muchas páginas a analizar la educación y el régimen de vida adecuados a los Guardianes: El periodo de formación de los ciudadanos capaces de desempeñar adecuadamente las funciones de Guardianes se extendería desde la infancia hasta la primera juventud (hasta los veinte años), e incluiría dos disciplinas fundamentales: la Gimnasia, orientada a desarrollar el cuerpo, y la Música, dirigida a modelar el alma y el carácter. El objetivo consiste en desarrollar conjunta y armoniosamente la fogosidad (Gimnasia) y la mansedumbre o dominio tranquilo de sí mismo (Música), logrando un equilibrio entre dos aspectos de la naturaleza humana que parecen incompatibles. (Esta mezcla, dice Platón, se da en los perros jóvenes: se encolerizan y son agresivos con los extraños, pero aman y son mansos con los que conocen). Tanto la Música como la Gimnasia son indispensables en la formación de los Guardianes, pues una educación unilateral en una de estas dos disciplinas acarrearía graves peligros: la Música sola hace al hombre blando y afeminado, en tanto la Gimnasia sola lo hace excesivamente rudo y lo aparta de toda formación espiritual. Lo importante 67 es inculcar en los guardianes hábitos de vida sanos y juicios justos, capaces de resistir todas las tentaciones. C)Los Gobernantes Queda aún por establecer un tercer elemento o grupo social dentro de la estructura de la sociedad: los GOBERNANTES del Estado. Las tareas de gobierno han de ser asignadas específicamente (según el principio de división y especialización del trabajo) a un grupo reducido de ciudadanos a los que se escogerá cuidadosamente entre "los mejores de los Guardianes". De este modo, la clase de los Guardianes se desdobla en dos grupos: de una parte, el ejército cuyos miembros son denominados Auxiliares (Guardianes Auxiliares), y de otra parte, los Gobernantes, pequeño grupo extraído de aquellos y que son denominados Guardianes Perfectos (Guardianes Gobernantes). Y al igual que la pertenencia al grupo de los Auxiliares exigía unas dotes y una educación específicas, también el ingreso en el cuerpo de los Gobernantes exige las cualidades y la educación adecuadas: Los futuros gobernantes deberán poseer en grado máximo las condiciones que se exigen a un verdadero Guardián: las del auténtico guerrero (corporalmente fuerte, rápido y, sobre todo, valeroso) y las del auténtico filósofo (dominio del sí, calma serena y un gran deseo de conocer). Es decir, son los que sobresalen por la fuerza del carácter y por la capacidad intelectual, así como por su profundo amor a la comunidad, porque saben que el bien propio, lo mismo que el bien de todo individuo, está unido inseparablemente al bien del Estado. (ver dibujo A de la página 79 ) El periodo de formación de aquellos Guardianes que revelen condiciones para el gobierno de la ciudad abarcaría desde la primera juventud (desde los veinte años) hasta la madurez (hasta los treinta y cinco años), e incluiría las dos ciencias decisivas en el conocimiento de la realidad: Matemáticas y Filosofía. La instrucción matemática en sus distintas ramas (Aritmética, Geometría, Astronomía y Armonía) durará diez años (desde los veinte hasta los treinta) y tendrá por objeto ejercitar y desarrollar al máximo el razonamiento puro (Dianoia) y capacitar para la aprehensión de las realidades inteligibles. Al llegar a los treinta años, tiene lugar una selección rigurosa de aquellos que están dotados para el estudio especial de la Dialéctica o Filosofía, como ciencia de la 68 verdadera realidad. Esta preparación dura cinco años (hasta los treinta y cinco), transcurridos los cuales, dice Platón, "se les enviará al interior de la caverna y se les conferirá algún cargo militar o público" con el fin de que vaya adquiriendo la necesaria experiencia de la vida y den pruebas de si, cuando les asalten diversas tentaciones, "se mantienen firmes o flaquean". Este periodo de prueba en la "Caverna" durará quince años (es decir, hasta los cincuenta), y los que lo superen serán definitivamente orientados hacia la meta de todo conocimiento: hacia la comprensión de la idea del Bien. Habrán llegado, pues, a la época "en la que deben levantar los ojos del alma hacia la luz Universal, que ilumina todas las cosas, y contemplar el Bien Absoluto, porque este es el Modelo al que han de atenerse en la ordenación del Estado y de las vidas de los individuos, así como en la ordenación del resto de sus propias vidas, haciendo de la Filosofía su ocupación principal; pero cuando les llega el turno manejan también la política y gobiernan para el bien publico, no como si hiciesen una gran cosa, sino por necesidad; y una vez que hayan educado a otros semejantes a ellos y les hayan cedido el puesto para que gobiernen el Estado, partirán hacia las islas de los Bienaventurados y morarán allí, y la Ciudad les dedicará monumentos públicos y les rendirá honores y sacrificios como a semidioses o, en todo caso, como a hombres divinos y benditos". La función principal del Gobernante será la vigilancia a fin de que el espíritu del Estado, encarnación de la justicia, así como sus instituciones se mantengan. Y también, y sobre todo, la vigilancia sobre la Educación y la formación de nuevas generaciones. 2.La Realización de la Justicia en el Estado: De todo lo dicho se sigue que el Estado ideal platónico consta de tres grupos o clases sociales: los Productores; sobre éstos, los Guardianes Auxiliares; y, por encima de todos, los Guardianes Gobernantes. Ahora bien, estas tres clases sociales no so sino el reflejo o expresión en el ámbito de las tres tendencias (o disposiciones) naturales que constituyen al hombre desde el punto de vista psicológico, y de las virtudes correspondientes: 69 MITO PSICOLOGIA ETICA POLITICA SIMBOLO ALMA VIRTUD CLASE SOCIAL Templanza Productor Caballo negro Alma concupiscible Caballo blanco Alma irascible Fortaleza Guardián Auriga Alma racional Prudencia Gobernante EQUILIBRIO ETICO EQUILIBRIO SOCIAL EQUILIBRIO PSIQUICO JUSTICIA La Prudencia o Sabiduría del Estado pertenece a la clase de los Guardianes Gobernantes, porque basta que los gobernantes sean prudentes para que todo el Estado sea prudente. La Fortaleza del Estado pertenece a la clase de los Guardianes Auxiliares. La Templanza es virtud común a todas las clases, y consiste en la conveniente subordinación de los gobernados a los Gobernantes. ¿Y la Justicia? Igual que en el hombre individual se logra la Justicia cuando cada parte del alma hace únicamente su propia función, la Justicia del Estado se consigue cuando cada ciudadano se ocupa de la tarea correspondiente (por "disposición natural") sin interferirse en la de los demás. Y del mismo modo que la Justicia como virtud personal garantiza la unidad y eficacia del individuo, la Justicia como virtud social garantiza también la unidad y la fuerza del Estado. Pero la Justicia no es sólo la unidad del individuo en sí mismo y del Estado en sí mismo; es, al mismo tiempo, la unidad del individuo y del Estado, esto es, el acuerdo pleno del individuo con la comunidad. Tres condiciones más son necesarias para la realización de la justicia en el Estado, y para impedir la degradación del Poder político y, con él, del Estado mismo: lº Eliminación de la propiedad privada (y, en consecuencia, de la riqueza y de la pobreza), pues el interés y preocupación por ésta imposibilita al hombre para atender a su misión específica. Con esta medida se intenta erradicar el egoísmo y la ambición en el alma de los Guardianes y Gobernantes. Por tanto, las dos clases superiores de los Guardianes y de los Gobernantes, no deben poseer nada (ni riquezas, ni vivienda, ni mujeres, ni hijos...) ni recibir ninguna compensación por la clase de los productores. Vivirán en común y comerán en común, llevando régimen de vida radicalmente austero, sin comodidades ni lujos. 70 Esta eliminación de la propiedad privada no implica una organización comunista de la sociedad, dado que los Productores no están excluidos de la propiedad, y los medios de producción y distribución están en manos de los individuos. 2º Abolición de la familia. Que también es entendida por Platón como una forma de propiedad privada, esto es, como un foco de individualismo, de intereses y preocupaciones particulares. La supresión de la vida familiar es consecuencia directa de la participación de las mujeres en la Vida del estado en igualdad de condiciones que el hombre y, a pesar de su mayor debilidad física, es apta para todas las tareas, incluso la guerra. El derecho a procrear no es libre, sino en tiempos determinados y con la pareja adecuada: es el Estado el que establece la unión entre los hombres y las mujeres adecuados con vistas a la procreación de hijos sanos. Estas uniones son provisionales (unos pocos días), y los hijos fruto de dichas relaciones se crían y educan por el Estado en instituciones idóneas. El Estado se convierte él solo en una gran familia. 3º Gobierno de los filósofos (Teoría del "Filósofo-Rey"), porque el filósofo es el que ha contemplado el Mundo de las Ideas, y es capaz de utilizar esos conocimientos para la fundación de una comunidad justa y feliz que posibilite el desarrollo integral de todos los ciudadanos. Recordemos que el Mundo de las Ideas alberga todo el conjunto de los principios y valores morales a los que ha de acomodarse la conducta individual y la organización de la convivencia social. Y como Idea Suprema, la idea del Bien: al conocimiento del Bien se encamina toda la filosofía y toda la educación de los Gobernantes-Filósofos. Y es importante subrayar que, para Platón, el conocimiento del Bien engendra un saber no sólo teórico sino también práctico: a) TEORICO, porque hace posible la captación del orden y estructura la realidad, así como su último fundamento; b) PRACTICO, en cuanto proporciona las normas de toda conducta moral y política. Esta identificación de ambos tipos de conocimiento (teórico y práctico) en que consiste toda genuina Sabiduría, hace que el sabio sea, en Platón, el llamado a gobernar a toda la comunidad humana para obedecer el vínculo de Justicia que le une a la misma. Sólo entonces la Justicia queda lograda y consumada plenamente en el Estado. En resumen, la realización de la justicia en el Estado exige: a) la división y 71 especialización del trabajo según las "disposiciones naturales", b) la educación de los ciudadanos en correspondencia con las "disposiciones", y con vistas en la función a desempeñar, c) la abolición de la propiedad privada y de la familia, y d) el gobierno de los filósofos, de los sabios. II.- LAS FORMAS DE GOBIERNO Las formas de gobierno o sistemas políticos posibles que describe Platón en "La República", son cinco y se suceden según un proceso cíclico: 1º) Monarquía o Aristocracia (de "ARISTOS"=MEJOR). Es la forma mas perfecta de gobierno, porque es el gobierno de los filósofos, de los sabios: el mando está ejercido por uno o varios hombres eminentes, los mejores desde el punto de vista intelectual y moral, y rigen la ciudad conforme a la Prudencia y con Justicia. Ahora bien, este régimen es susceptible de degradación cuando el que gobierna no lo hace por el bien común sino buscando alguna compensación personal. 2º) Timocracia (de "TIME"=HONOR). Surge por degeneración de la Aristocracia, cuando los que gobiernan buscan honores. Lo que prevalece en este régimen son la fogosidad, el deseo de imponerse y ser venerado. Es el gobierno de los Guardianes. Al principio, el timócrata desdeña las riquezas, pero a medida que pasa el tiempo varía su visión sobre las mismas: el honor exige riquezas. 3º) Oligarquía (de "OLIGOS"=POCOS). Surge por degeneración de la timocracia cuando los hombres que gobernaban buscando los honores terminan por volverse amigos de las riquezas. Esta ambición de riquezas hace que éstas vayan quedando paulatinamente en manos de unos pocos (oligarcas) que dominan por el terror a una gran multitud de pobres. Es el gobierno de los Productores, que han llegado a hacerse ricos y poderosos. Se trata en realidad de dos estados: uno de los ricos y otro de los pobres. La gran masa de gente pobre espera el momento para echar a los ricos del poder. 4º) Democracia (de "DEMOS"-PUEBLO). Por degeneración de Oligarquía, surge cuando los pobres ven que los oligarcas no valen y que sólo gobiernan por debilidad por las riquezas. Entonces, el pueblo extermina a los oligarcas y 72 se apodera del gobierno. Ahora bien, en este régimen impera una libertad entendida como "hacer cada uno lo que le dé la gana". Además, los cargos por elección popular recaen en manos de los menos dignos y preparados. Se carece de una autoridad rígida que gobierne, de tal modo que el desordenamiento de la libertad aboca casi a un estado de anarquía en el que desaparecen la justicia y el orden. 5º) Tiranía: Surge por la degeneración de la democracia y su afán desmedido de libertad. En el desorden democrático acaba imponiéndose el más audaz y violento, que se erige en tirano y acaba suprimiendo totalmente la libertad. Es el reino de la más completa injusticia, puesto que el tirano, hombre inmoral, domina la sociedad guiado por las más bajas pasiones. La Tiranía es la forma más degradada de gobierno. Pero en un momento dado, la sociedad reacciona, y vuelven al gobierno las personas rectas y justas, es decir, los sabios. Aparecen de nuevo la Monarquía o Aristocracia. Por tanto, las cinco formas de gobierno constituyen un proceso cíclico. (ver dibujo B de la página 79 ) (En su última obra, "Las Leyes", Platón atenúa su idealismo o utopismo político, y se atiene mas a la realidad. Destacan tres cambios fundamentales: a) El Estado no ha de estar al capricho del Gobernante, aunque éste sea filósofo, sino que ha de gobernar de acuerdo a una ley que está por encima de él; b) Se permite la propiedad privada y desaparece el "comunismo de mujeres", siendo obligatorio casarse; c) Propone una forma de gobierno mixta entre la Monarquía y la Democracia. El poder lo detentan "37 Guardianes de la Ley", elegidos por voto popular y universal.) 73 COMENTARIO DE TEXTO DE FILOSOFÍA (1) - Por consiguiente, el método dialéctico es el único que marcha, cancelando los supuestos, hasta el principio mismo, a fin de consolidarse allí. Y dicho método empuja poco a poco al ojo del alma, cuando está sumergido realmente en el fango de la ignorancia, y lo eleva a las alturas, utilizando como asistentes y auxiliares para esta conversión a las artes que hemos descrito. A éstas muchas veces las hemos llamado 'ciencias', por costumbre, pero habría que darles un nombre más claro que el de 'opinión' pero más oscuro que el de 'ciencia'. En lo dicho anteriormente lo hemos diferenciado como 'pensamiento discursivo', pero no es cosa de disputar acerca del nombre en materias tales como las que se presentan a examen. - No, en efecto. - Entonces estaremos satisfechos, como antes, con llamar a la primera parte 'ciencia', a la segunda 'pensamiento discursivo', a la tercera 'creencia' y a la cuarta 'conjetura', y estas dos últimas en conjunto 'opinión', mientras que a las dos primeras en conjunto 'inteligencia', la opinión referida al devenir y la inteligencia a la esencia. Y lo que es la esencia respecto del devenir lo es la inteligencia respecto de la opinión; y lo que es la ciencia respecto de la creencia lo es el pensamiento discursivo respecto a la conjetura. En cuanto a la proporción entre sí y a la división en dos de cada uno de los ámbitos correspondientes, o sea, lo opinable y lo inteligible, dejémoslo, Glaucón, para que no tengamos que vérnoslas con discursos mucho más largos que los pronunciados anteriormente. Platón, República, 532b-535a, Traducción de Conrado Eggers Lan, Editorial Gredos, Madrid, 2000. CUESTIONES 1. Resume el contenido de este texto y define tres de los términos subrayados. 2. Expón la teoría platónica del conocimiento. 3. Describe brevemente el contexto cultural en que vivió Platón 4. Relaciona la teoría platónica del conocimiento con otro planteamiento gnoseológico que conozcas como, por ejemplo, el de los sofistas, Sócrates, Aristóteles, S. Agustín, Descartes, Kant o Nietzsche. 5. Escribe un breve ensayo sobre algún problema que el texto te haya dado que pensar para tu concepción del conocimiento. 74 COMENTARIO DE TEXTO DE FILOSOFÍA (2) Míralo también con el enfoque siguiente: siempre que estén en un mismo organismo alma y cuerpo, al uno le prescribe la naturaleza que sea esclavo y esté sometido, y a la otra mandar y ser dueña. Y según esto, de nuevo ¿cuál de ellos te parece semejante a lo divino y cual a lo mortal? ¿O no te parece que lo divino es lo que está naturalmente capacitado para mandar y ejercer de guía, mientras que lo mortal lo está para ser guiado y hacer de siervo? Me lo parece, desde luego. Entonces, ¿a cual de los dos se parece el alma? Está claro, Sócrates, que el alma a lo divino y el cuerpo a lo mortal. Examina, pues, Cebes, -dijo-, si de todo lo dicho se nos deduce esto: que el alma es lo más semejante a lo divino, inmortal, inteligible, uniforme, indisoluble y que está siempre idéntico consigo mismo, mientras qué a su vez, el cuerpo es lo más semejante a lo humano, mortal, multiforme, irracional, soluble y que nunca está idéntico a sí mismo. ¿podemos decir alguna otra cosa en contra de esto, querido Cebes, por lo que no sea así? No podemos. Entonces, ¿qué? Si las cosas se presentan así, ¿no le conviene al cuerpo disolverse pronto, y al alma, en cambio, ser por completo indisoluble o muy próxima a ello? Pues ¿cómo no? Platón, Fedón, 79b-81a, Traducción de Carlos García Gual, Editorial Gredos, Madrid, 2000. CUESTIONES 1. Resume el contenido de este texto y define tres de los términos subrayados. 2. Expón la teoría platónica sobre el hombre. 3. Describe brevemente el contexto cultural en que vivió Platón 4. Relaciona la teoría platónica del hombre con otro planteamiento antropológico que conozcas como, por ejemplo, el de Aristóteles, S. Agustín Descartes, Nieztsche, Kant, Marx. 5. Escribe un breve ensayo sobre algún problema que el texto te haya dado que pensar para tu concepción del hombre. 75 COMENTARIO DE TEXTO DE FILOSOFÍA (3) - Contábamos entonces, Glaucón, con una cierta imagen de la justicia, que nos ha sido de provecho para tener por recto que quien es por naturaleza fabricante de calzado no haga otra cosa que fabricar calzado, y que el carpintero no haga otra cosa que obras de carpintería, y así con los demás de esa índole. - Es claro. - Y la justicia era en realidad, según parece, algo de esta índole, mas no respecto del quehacer exterior de lo suyo, sino respecto del quehacer interno, que es el que verdaderamente concierne a sí mismo y a lo suyo, al no permitir a las especies que hay dentro del alma hacer lo ajeno ni interferir una en las tareas de la otra. Tal hombre ha de disponer bien lo que es suyo propio, en sentido estricto, y se autogobernará, poniéndose en orden a sí mismo con amor y armonizando sus tres especies simplemente como los tres términos de la escala musical: el más bajo, el más alto y el medio. Y si llega a haber otros términos intermedios, los unirá a todos; y se generará así, a partir de la multiplicidad, la unidad absoluta, moderada y armónica. Quien obre en tales condiciones, ya sea en la adquisición de riquezas o en el cuidado del cuerpo, ya en los asuntos del Estado o en las transacciones privadas, en todos estos casos tendrá por justa y bella –y así la denominará- la acción que preserve este estado de alma y coadyuve a su producción, y por sabia la ciencia que supervise dicha acción. Por el contrario, considerará injusta la acción que disuelva dicho estado anímico y llamará ‘ignorante’ a la opinión que la haya presidido. - En todo sentido dices la verdad. - O sea, si afirmáramos que hemos descubierto al hombre justo y al Estado justo y lo que es la justicia que se encuentra en ellos, no pensaríamos erróneamente. - No, ¡por Zeus! - ¿Lo afirmaremos, entonces? - Lo afirmaremos. Platón, República, 441 c – 444 a. Traducción de Conrado Eggers Lan, Editorial Gredos, Madrid, 2000. CUESTIONES 1. Resume el contenido de este texto y define tres de los términos subrayados. 2. Expón la teoría moral platónica. 3. Describe brevemente el contexto cultural en que vivió Platón. 4. Relaciona la teoría moral platónica con otro planteamiento ético que conozcas como, por ejemplo, el de Sócrates los sofistas, Aristóteles o Nietzsche. 5. Escribe un breve ensayo sobre algún problema que el texto te haya dado que pensar para tu concepción de la moral. 76 77 78 79 ARISTÓTELES (384-322) 80 CONTEXTO DE ARISTÓTELES (384-322) 1. El interés por la medicina: una mente empírica. Aristóteles nació en Estagira el año 384 a. de C. Era hijo de Nicómaco, del clan de los Asclepiades, médico de la corte real de Amitas II de Macedonia. Su infancia está claramente influida por la profesión paterna. Es razonable relacionar el interés de Aristóteles por la ciencia física, y sobre todo por la biología con su descendencia de una familia de médicos (W. D. Ross). Aristóteles es el ejemplo de un hombre de ciencia, de orientación no matemática (Platón), sino empírica. En toda su obra se ve siempre una orientación científica que arranca del estudio de lo real para, mediante su clasificación y estudio, elevarse a conclusiones generales. Su mentalidad puede calificarse como empírica y su filosofía realismo del sentido común (W. K. C. Guthrie). 2. El interés por la biología: una mente teleológica. La observación del movimiento de los seres naturales –un pájaro que recoge una rama para construir un nido, una bellota que crece para ser una encina que deja semillas para perpetuar la especie, el sol y la lluvia que realizan acciones para hacer crecer las plantas, el albañil que construye una casa para que un ciudadano tenga un refugio para ellos y para sus propiedades- llevó a Aristóteles a considerar la naturaleza como si cumpliera una finalidad o finalidades y a buscar una explicación de la misma en términos de finalidad (causa final). 3. "Amigo de Platón, pero más amigo de la verdad". A los 18 años Aristóteles fue a Atenas y entró en la Academia de Platón. Aristóteles al llegar a la Academia era un adolescente, un meteco de Macedonia, que entra deslumbrado en las clases de Platón. Este era un vigoroso anciano de 60 años con una personalidad arrolladora. Aristóteles no fue sólo su discípulo, sino también su colega. Pero a partir de su diálogo Sobre la filosofía, Aristóteles rompió con la filosofía de su maestro. En su enfrentamiento tuvo gran influencia su personalidad, muy distinta de la de Platón. Platón era más artista, más poeta; Aristóteles más realista. Por otra parte, Aristóteles con sus tratados tendía al sistema, no así Platón con sus diálogos. Aristóteles hizo descender la filosofía del cielo a la tierra, infundiéndole dosis enormes de sentido común, eliminando los apriorismos precipitados, las huellas de las antiguas teologías y los dogmatismos. Aristóteles rechazó la dialéctica platónica como método de conocimiento sustituyéndola por un nuevo instrumento (órganon), la lógica. 4. El Liceo o Peripato, primera Universidad. En un bosque consagrado a Apolo Lycius y a las Musas de Atenas Aristóteles fundó el Liceo. Por las mañanas, dando grandes paseos (de ahí proviene el nombre de peripatéticos con que se conocía a los miembros del Liceo) discutía con sus alumnos las cuestiones filosóficas más complicadas, de lógica, física, matemáticas, etc.. (enseñanzas acromáticas). Por la tarde exponía a un público menos selecto sus enseñanzas exotéricas-retóricas, política, etc. El deseo de contar con lo dado por el pasado histórico hacía que Aristóteles recopilara al comienzo de sus obras las opiniones de sus antecesores sobre el tema tratado. Así, por ejemplo, el libro alfa de la Metafísica es el primer libro de historia de la filosofía y antes de la elaborar su propia teoría política recopiló 158 constituciones de Estados de su tiempo. Lograr ampliar los datos del problema llevó a Aristóteles a reunir en el Liceo una gran biblioteca, mapas, y una variada colección de objetos para sus lecciones de historia natural. Alejandro Magno, su discípulo, dio órdenes de que le llevaran a su antiguo maestro cuantos animales o plantas raras se encontraran en los territorios extranjeros que quedaban bajo su imperio. Teofrasto se ocupó de los estudios de botánica y de recoger las opiniones referentes a la física y Eudemo de Rodas inició la historia de las matemáticas 81 ARISTÓTELES El punto de partida de Aristóteles, por educación médico o biólogo, y por temperamento realista, es el mundo o realidad sensible, y en este sentido enlaza con la tradición de los jonios (Tales, Anaximandro, Anaxímenes...) y de los pluralistas (Demócrito, Leucipo, Empédocles...). El pensamiento de Aristóteles arranca de una crítica radical de la doctrina platónica de las Ideas, al advertir lo innecesario de la duplicación de la realidad en Ideas y cosas. Si queremos dar verdadera razón de las cosas del mundo sensible, es necesario que las esencias universales y permanentes se encuentren en las cosas mismas y no en un mundo aparte. Pero si las esencias (objeto del conocimiento inteligible) están involucradas en las cosas del mundo sensible (objeto de nuestra experiencia ordinaria), es preciso olvidarse de la dialéctica platónica que desde las Ideas interpretaba las cosas, para acomodarse más a la realidad y proceder a la inversa, es decir, explicar metafísicamente las Ideas desde las cosas. Aristóteles, pues, parte de la realidad concreta de cada ser. Este es el abismo radical que separa el aristotelismo del platonismo: Platón procede de “arriba a abajo” (deductivamente); Aristóteles de “abajo a arriba” (inductivamente). Platón es “idealista”; Aristóteles, “realista”. Con Aristóteles, el mundo sensible comienza a revalorizarse, perdiendo el desprestigio que había tenido para muchos filósofos, y adquiriendo caracteres de autenticidad y racionalidad como alojamiento de la realidad inteligible. Y así, la filosofía dejará de ser noesis o intelección pura de las Ideas, y adquirirá el rango de explicación universal de los seres en cuanto tales por sus causas. VIDA, OBRA Y EVOLUCIÓN “Nos han llegado las obras de Platón destinadas al público, es decir, sus «diálogos», pero no su enseñanza en el interior de la Academia. En el caso de Aristóteles sucede exactamente lo contrario: sus llamadas obras «exotéricas» -la mayoría de las cuales son también diálogos- dirigidas al público «exterior» se han perdido, y no quedan sino algunos fragmentos; en cambio nos han llegado una gran parte de sus obras «esotéricas», es decir, sus cursos en el «interior» del Liceo. Aristóteles murió en 322 y estos cursos sólo fueron publicados en el año 60 a.C siendo bastante probable que hasta entonces permanecieran en gran parte desconocidos. Se da así la gran paradoja de que el Aristóteles que nosotros conocemos no es el que conocieron sus contemporáneos. La conservación y transmisión de los escritos aristotélicos está rodeada de acontecimientos sólo parcialmente creíbles. En todo caso, fue Andrónico de Rodas el que hizo la recopilación final que nos ha llegado (60 a.C., aproximadamente). Andrónico debió de encontrarse con una gran masa de materiales dispersos, pequeños tratados destinados a los alumnos del Liceo y apuntes de clase. Agrupó esos materiales y los publicó en el siguiente orden: - Lógica (llamada Organon, es decir, «instrumento»): Categorías, Sobre la interpretación, Analíticos, Tópicos, Refutaciones sofisticas. - Tratados físicos (sobre la naturaleza): Física (ocho tratados), Sobre el cielo, Sobre la generación y corrupción, Meteorológicos, Sobre el alma, Historia de los animales, Sobre las partes de los animales, etc, - Metafísica (catorce tratados acerca de lo que Aristóteles llamó «Filosofía primera», y que Andrónico situó a continuación de los tratados de física; de ahí su nombre: metá tá physiká). 82 - Tratados de ética (Ética a Eudemo, Ética a Nicómaco, Gran Moral) y política (Política). - Retórica y Poética (esta última, incompleta). Esta ordenación corresponde bastante exactamente a la división de la ciencia hecha por el mismo Aristóteles: - ciencias teóricas: matemáticas, física, teología; - ciencias prácticas: ética, política, economía; - ciencias poéticas: retórica, poética, medicina, etc. La recopilación de Andrónico condujo a esta conclusión: no sólo Aristóteles fue un pensador sistemático, sino que también estaba en posesión de su pensamiento definitivo; su obra es totalmente coherente, transmite una filosofía acabada y parece escrita «de un solo tirón». Platón fue un pensador en continua evolución que se contradice y corrige continuamente, que únicamente esboza reflexiones; Aristóteles, en cambio, nos ha transmitido un monumento conceptual perfecto que se substrae al tiempo y a la historia; por eso merece ser llamado «el filósofo» por antonomasia. Todos los intérpretes antiguos, medievales y modernos trabajaron sobre esta hipótesis. Pero en 1923 Werner Jaeger demostró que no era así: los fragmentos de las obras «exotéricas» muestran que Aristóteles pasó primero por un período platónico y que sólo lentamente fue creando su propio pensamiento; además, la recopilación de Andrónico de Rodas ha agrupado -incluso bajo un mismo título- tratados que son de épocas distintas y revelan diversidades de contenido. Gracias a las investigaciones de Jaeger ha cambiado radicalmente la manera de comprender a Aristóteles: también él, como Platón, vivió en una búsqueda permanente, y en sus escritos es posible rastrear la evolución de un pensamiento siempre abierto y que nunca dice la última palabra. 1. Primer período: La Academia platónica (367-347) Aristóteles nació en Estagira (actualmente, Stavros), en la península de Calcídica, en 384/3. Estagira era entonces una colonia griega. Aristóteles era hijo de Nicómaco, médico del rey Amyntas II de Macedonia, Quedó huérfano muy pronto, y cuando tenía diecisiete años su tutor lo envió a estudiar a Atenas, a la Academia de Platón, donde permaneció veinte años. Esta prolongadísima estancia junto a Platón marcará su vida y su pensamiento, que girará siempre en torno a los problemas planteados por su maestro. A su ingreso, la Academia estaba dominada por las discusiones en torno al tema de las Ideas y por un interés científico y metodológico cada vez mayor. Parece ser que Aristóteles no heredó de su maestro el interés por las matemáticas, pero sí la pasión por los problemas metafísicos. De esta época datan seguramente las obras exotéricas de Aristóteles (de las que sólo nos quedan fragmentos), la mayoría de las cuales son diálogos al estilo platónico. Eudemo, es un escrito en memoria de este joven platónico que murió en la invasión de Sicilia por Dión. Muy adecuadamente, el diálogo trata acerca de la inmortalidad del alma entera, la cual es concebida como una substancia inmaterial independiente del cuerpo. El Protréptico adopta el estilo epistolar y es una exhortación a la filosofía dirigida a Temisón, gobernante de Chipre, muy en la línea de las actividades políticas de la Academia; es, efectivamente, una guía filosófica para príncipes, los cuales han de inspirarse en la contemplación de las Ideas. Quizá es también de esta época -aunque Jaeger lo coloca en el segundo período- el diálogo Sobre la Filosofía. En él emprende Aristóteles una crítica directa de la teoría de las Ideas (lo cual no le impedía seguir considerándose como «platónico» y continuar en la Academia) y defiende una religión astral (que ya aparece en las Leyes de Platón). En este momento, pues, según Aristóteles, la contemplación de las Ideas es substituida por la contemplación de los dioses-astros. Es muy significativa en este sentido la reelaboración que hace en Sobre la filosofa del mito de la caverna: «Si hubiera unos hombres que hubiesen vivido siempre bajo la tierra, en buenas y brillantes habitaciones, adornadas con estatuas y pinturas y pertrechadas de todas las cosas poseídas 83 en abundancia por aquellos a quienes se considera felices; y si, no obstante, jamás hubiesen salido a la superficie de la tierra, pero hubiesen oído por testimonios y referencias que hay una cierta divina presencia y poder; y si en cierto momento se abrieran las gargantas de la tierra, y pudieran ellos escapar de aquellos ocultos lugares y llegar a estas regiones que habitamos, al ver de pronto la tierra y el mar y el cielo, al saber la magnitud de las nubes y el poder de los vientos, al mirar el sol y reconocer su tamaño y belleza y la eficacia con que causa el día esparciendo su luz por el cielo entero sembrado y adornado de estrellas, y la variedad de las luces de la luna, ya creciendo, ya menguando, y las salidas y puestas de todos ellos y sus trayectorias reiteradas e inmutables por toda la eternidad, cuando viesen esto, pensarían en el acto que hay dioses y que estas cosas son las poderosas obras de ellos» (Fr. 12). 2. Segundo período: Transición y viajes (347-335) En 347 muere Platón y Aristóteles abandona la Academia, acompañado de Jenócrates. No son claras las razones de este abandono. Pudo estar motivado por las discrepancias con el sucesor de Platón en la dirección de la Academía, su sobrino Espeusipo, quien acentuó las tendencias pitagorizantes de la escuela platónica e identificó las Ideas con los números matemáticos. Aristóteles y Jenócrates marcharon a Assos, en la Jonia, donde fundaron una escuela filosófica que debió ser considerada por ellos mismos como la verdadera depositaria de la herencia platónica. Tres años más tarde la escuela se trasladó a Mitilene, en la isla de Lesbos, por invitación de Teofrasto (quien se convertirá en el mejor colaborador y luego sucesor de Aristóteles). En estos cinco años de Assos y Mitilene, Aristóteles, en plena madurez intelectual (37-42 años), comienza la elaboración y redacción de sus cursos (obras «esotéricas»). En 343/2 Filipo de Macedonia llama a Aristóteles para que se haga cargo de la educación de su hijo Alejandro (356-323), que entonces tenía trece años. En 340 Alejandro es nombrado regente de Macedonia por la ausencia de su padre, Filipo. Aristóteles queda entonces libre de su tutoría, consigue la reconstrucción de Estagira -destruida años atrás por los macedonios-, elabora su nueva constitución y permanece allí hasta su regreso a Atenas. Ésta es, para Aristóteles, una época enormemente creativa, aunque ya no escribirá más libros destinados al público (obras «exotéricas»): toda su actividad se realiza en el interior de su escuela y se traduce en la redacción de sus primeros cursos Escribe gran parte de sus tratados de Lógica, la Física, la Ética a Eudemo (o mejor, Ética eudemiana, puesto que fue publicada por Eudemo de Rodas, a quien se le atribuyó incluso la misma redacción, hasta que Jaeger demostró que era, en realidad, la «primera Ética» de Aristóteles), parte de la Política y, al menos, parte de la Metafísica. Desde luego, no existe acuerdo entre los críticos acerca de qué cursos de Aristóteles pertenecen a esta época. En cualquier caso, el pensamiento de nuestro filósofo experimentó una evolución permanente. Pero todavía en este momento se sigue considerando Aristóteles como «platónico». Así, en los cursos más antiguos de la Metafísica (lo que Jaeger llama la «Metafísica original» o la «primera Metafísica»), cuando Aristóteles critica la teoría de las Ideas todavía sigue diciendo: «nosotros, los platónicos». Por ejemplo: «Ninguno de los argumentos dialécticos de que nos servimos para demostrar la existencia de las Ideas es evidente. Algunos de ellos no conducen a una conclusión necesaria, y otros establecen la existencia de Ideas de cosas que, según la opinión de nosotros, los platónicos, no pueden tenerlas» (Metafísica I, 990 b 8). (En cambio, en el libro XIII habla de «los platónicos» ya en tercera persona.) 3. Tercer periodo: Atenas. El Liceo (334-322) En 336 muere asesinado Filipo y le sucede su hijo Alejandro, quien en 335 termina de someter y pacificar Grecia. Aristóteles aprovecha la ocasión para volver a Atenas. Al frente de la Academia se encontraba en aquel momento Jenócrates -el antiguo compañero de Aristóteles-, quien 84 acentúa la tendencia pitagorizante y la decadencia de la escuela platónica. Por ello, Aristóteles rompe definitivamente con la Academia y abre su propia escuela, el Liceo (llamado así por su cercanía a un gimnasio dedicado a Apolo Licio). La escuela aristotélica será conocida con el nombre de «El Peripato» (de peripatos, «paseo»), y sus discípulos serán llamados «peripatéticos», quizá por la costumbre de dar las clases paseando. En 323 muere Alejandro y en Atenas estalla la agitación antimacedónica, por lo que Aristóteles se siente en peligro y decide refugiarse en Calcis, en la isla de Eubea, patria de su madre. Allí morirá poco después, lejos de sus discípulos Teofrasto le sucederá al frente del Liceo. De hecho, Aristóteles fue acusado de «macedonismo» no sin razón. Además de haber sido tutor de Alejandro, era íntimo amigo de su regente Antípater. Sin embargo, sus relaciones con Alejandro no fueron siempre cordiales: Aristóteles no compartía las aspiraciones universalistas de Alejandro y hubiera preferido que los persas fueran considerados como esclavos en lugar de ser asimilados a los griegos. La orientación de los trabajos de Aristóteles en este tercer período está sometida a polémica. Parece seguro que en esta época escribió la segunda ética, es decir, la Ética a Nicómaco (o, mejor, «Ética nicomáquea», editada por su hijo Nicómaco); también el Sobre el alma y el resto de los libros de la Política, la Poética y la Retórica. Pero, según algunos, abandonó ya definitivamente los temas metafísicos para dedicarse exclusivamente a las investigaciones científicas. Tal es la opinión, entre otros, de Jaeger -para quien todos los libros de la Metafísica, distribuidos en tres grupos, que representan tres momentos distintos de la evolución de su pensamiento, corresponden al período de Assos y Mitilene- y también de Farrington. Según otros, los libros más recientes de la Metafisica corresponden al período de Atenas, por lo cual habría que decir que Aristóteles supo conjugar en este último momento las especulaciones metafísicas y las investigaciones empíricas. Sea lo que fuere, frente a la orientación de la Academia -cada vez más consagrada a especulaciones abstractas acerca de las Ideas concebidas como números matemático-, el Liceo se parece mucho más a una Universidad moderna dedicada a la investigación científica. Bajo la dirección de Aristóteles, sus discípulos se consagraron en cuerpo y alma a reunir datos y observaciones sobre los temas más diversos. La investigación histórica dio como resultado una recopilación de 158 constituciones de ciudades griegas, una lista de los vencedores de los juegos píticos, estudios sobre las costumbres de los bárbaros, investigaciones filológicas y sobre la historia de la literatura griega. Teofrasto se encargó de escribir una historia de la filosofía, Eudemo, la historia de las matemáticas, y Menón, la historia de la medicina. Pero lo más notable es, quizá, los estudios sobre «historia natural» o biología, en los que, junto a errores evidentes, se encuentran observaciones y descripciones casi insuperables. Tanto que Darwin escribió: «Linneo y Cuvier son mis dioses, pero son unos niños comparados con el viejo Aristóteles». El principio que rige estos estudios aparece en La generación de los animales (en relación con el estudio de las abejas): «Los hechos no han sido todavía observados de modo satisfactorio; si alguna vez lo son, se debe dar más crédito a la observación que a las teorías, y a las teorías únicamente si están confirmadas por hechos observados». Un trabajo de este tipo nos parece actualmente absolutamente valioso, pero para los griegos del siglo IV -acostumbrados únicamente al juego verbal y a la especulación abstracta- la observación de los animales debía resultar inútil y despreciable. Por eso escribe Aristóteles en la introducción a Sobre las partes de los animales: «Unas cosas son ingeneradas, imperecederas y eternas, mientras que hay otras que están sujetas a generación y declinación. Las primeras son excelentes sin comparación y divinas, pero menos accesibles al conocimiento [...] mientras que de las plantas y animales perecederos tenemos abundante información, viviendo como vivimos entre ellos, y pueden recogerse muchos datos relativos a sus variadas clases, sólo con que estemos dispuestos a 85 tomarnos el trabajo necesario [...] No debemos retroceder con infantil aversión ante el examen de los más humildes animales. Todo reino de la naturaleza es maravilloso; y como Heráclito, cuando los extranjeros que venían a visitarle le encontraron calentándose al hogar de la cocina y vacilaban en entrar, les invitó a pasar sin temor, diciendo, según se refiere, que las divinidades estaban presentes incluso en aquella cocina, así nosotros debemos aventurarnos al estudio de toda clase de animales sin disgusto, pues cada uno y todos nos revelarán algo natural y algo bello. Ausencia de azar y dirección de todo hacia un fin se encuentran en las obras de la naturaleza en el más alto grado, y el término resultante de sus generaciones y combinaciones es una forma de la belleza» (Part. ,4n. 1, 5, 644 b 22). En conclusión, puede decirse que el proyecto aristotélico es de carácter fundamentalmente científico. Platón partió de motivaciones morales y políticas; pero Aristóteles -que era un meteco en Atenas (por lo que no podía participar directamente en la vida política) y que había ingresado en la Academia en el momento en que la teoría de las Ideas estaba sometida a fuerte crítica estuvo dominado por intereses más bien teóricos: a) Resolver las deficiencias de la teoría de las Ideas: para ello creará una filosofía que, en general, se ha considerado como nueva y como contrapuesta a la de Platón, pero que probablemente el mismo Aristóteles concibió como el perfeccionamiento definitivo del platonismo (frente a las versiones matematizantes de Espeusipo y Jenócrates, los sucesores inmediatos de Platón al frente de la Academia). b) Desarrollar, con una metodología apropiada (la observación), la ciencia empírica, continuando así la tradición científica de los filósofos jonios (una corriente de este tipo debía existir ya en la Academia, especialmente desde la incorporación a la misma de Eudoxo de Knido, notable geográfo y astrónomo). No es necesario suponer que Aristóteles fue al principio un teórico de la metafísica y que en su última etapa se dedicó exclusivamente a la ciencia empírica. Parece más bien bastante probable que hasta el final de su vida considerara como perfectamente compatibles ambas tareas.” César Tejedor Campomanes, Historia de la Filosofía en su marco cultural 86 TEMA 4 TEORÍA DE LA CIENCIA 1. TIPOS DE CONOCIMIENTO “Todos los hombres tienen por naturaleza el deseo de saber”, dice Aristóteles. Ahora bien, hay diferentes grados de saber. Aristóteles distingue tres formas de conocimiento: a) Experiencia (Empireia): Conocimiento de las cosas concretas en sus características particulares. Nos enseña el “qué” de las cosas, pero no el “porqué”. Por ejemplo, por experiencia sabemos que el fuego es caliente, pero no sabemos por qué es caliente. Ligada a la experiencia, aunque en cierto modo superior a ella, sin alcanzar, sin embargo, el grado de conocimiento científico, se halla el Arte o Técnica (Tékne): es un saber de los medios para realizar algo. Se dirige también a las cosas concretas o singulares (y por eso es inseparable de la experiencia), pero actúa de acuerdo con normas generales o universales. Sabe ya lo que es la cosa, pero ignora todavía el porqué. Por ejemplo, por el conocimiento técnico sabemos utilizar el fuego, pero seguimos ignorando por qué es caliente. b) Ciencia (Episteme): Conocimiento de las cosas por sus causas y principios. Es, pues, un saber demostrativo de las cosas. Por ciencia conocemos por qué las cosas son lo que son. Ahora bien, en toda demostración debe haber principios en los que la demostración se apoya, y conclusiones a las que la demostración llega. La demostración, pues, supone la existencia de principios indemostrables. Y si la ciencia es un saber demostrativo, versará sobre las conclusiones, no sobre los principios. c) Inteligencia y/o Sabiduría (Nous): Es, precisamente, ese saber de los principios, que no los da la experiencia ni los demuestra la ciencia. Pues bien, este es el tipo de conocimiento que Aristóteles señala para la Metafísica. Pero antes de entrar en la caracterización definitiva de la Metafísica, habrá que ver la clasificación aristotélica de las ciencias y las diferencias entre ellas. 2. CLASIFICACIÓN DE LAS CIENCIAS Aristóteles recibió del platonismo tanto la noción y características del conocimiento científico como el criterio de clasificación de las distintas ciencias. La ciencia, el conocimiento científico, posee una serie de caracteres específicos que la distinguen de otras formas inferiores de conocimiento, especialmente de la mera percepción sensible (recordemos en este punto la polémica de Platón con los Sofistas). Para Platón, y posteriormente para Aristóteles, el conocimiento científico debería ser: - Objetivo, es decir, un conocimiento de lo auténticamente real, y no de los rasgos accidentales de lo real; 87 - Causal, es decir, un conocimiento por causas, pues no basta con saber que algo sucede o es de cierta manera, sino que ha de explicarse por qué es o sucede de ese modo; - Universal y Necesario: el objeto de la ciencia es el universal. La ciencia no versa sobre lo particular como tal, porque un caso no hace ciencia. No hay más ciencia que la que versa sobre lo universal. Recordemos que todo ello había llevado también a Platón a afirmar la existencia del mundo de las Ideas y que la ciencia sólo podía serlo de las Ideas o Esencias Universales. Del mundo físico (seres mudables y, por eso, menos reales) no cabe ciencia sino un conocimiento de rango inferior (Doxa u opinión). Aristóteles retuvo esta concepción de la ciencia, pero rechazó la doctrina de las Ideas, es decir, la tesis platónica de las esencias universales separadas de las cosas. Las esencias universales y permanentes, para Aristóteles, están en las sustancias del mundo físico. Por eso, la ciencia será el conocimiento de las sustancias físicas (lo auténticamente real) por sus causas: es decir, qué son y por qué son dichas sustancias. Hay ciencia, pues, de las cosas de experiencia, del mundo sensible. Aristóteles clasifica las ciencias en tres géneros: Teoréticas (tienen por objeto el simple conocer), Prácticas (tienen por objeto las acciones humanas: Política, Ética y Economía) y Poiéticas (tienen por objeto la producción de cosas; son las Artes: Poética y Retórica). Las ciencias Teoréticas son divididas por Aristóteles en tres especies, atendiendo al grado de inteligibilidad o abstracción de sus respectivos objetos. Y así: - Física (primer grado de abstracción): Estudio de las cualidades sensibles de los cuerpos, independientemente de sus caracteres singulares. - Matemáticas (segundo grado de abstracción): Estudio de la cantidad (aritmética y geométrica) como tal, independientemente de las cualidades sensibles. - Filosofía Primera o Metafísica (tercer grado de abstracción): Estudio del ser en cuanto ser, al margen de sus determinaciones particulares. La Metafísica es la ciencia de todos los seres en cuanto que son; y esto es lo que la diferencia del resto de las ciencias: todas las ciencias particulares aíslan una esfera especial de la realidad, del ser, y consideran las características del ser dentro de ese ámbito determinado. Por ejemplo, la Biología considera al ser o realidad en cuanto viviente, la matemática bajo el aspecto de la cantidad, la Física bajo el aspecto de la cualidad... La Metafísica, en cambio, es la ciencia de todos los seres (totalidad de lo real) en cuanto que son. Y si a la Metafísica le compete, como hemos visto, el tercer tipo de conocimiento (Inteligencia de los primeros principios indemostrables), podemos concluir ya que la Metafísica es la ciencia de todos los seres por sus últimas causas y sus primeros principios. Proporciona, por ello, el conocimiento más universal (abarca la totalidad de lo real), y es también la ciencia más abstracta, porque es la que más se aleja de los sentidos. No obstante, tiene que partir necesariamente de la experiencia sensible para alcanzar el conocimiento científico. Cabe, pues, decir (frente a Platón) que hay ciencia de las cosas de experiencia, del mundo sensible. Hay una estrecha conexión entre ciencia y experiencia, del mismo modo que el conocimiento intelectual está en estrecha conexión y absoluta dependencia respecto al conocimiento sensible. Incluso la ciencia más elevada, la Metafísica, debe partir de la experiencia sensible (mundo de las cosas), y no será tanto un saber de lo suprasensible (como pensaba Platón), cuanto una ciencia de los primeros principios y causas supremas de la realidad. 88 Por último, la Lógica, que no es catalogada por Aristóteles como una nueva ciencia, o una ciencia más, sino más bien como el Organon, es decir, el instrumento de investigación y procedimiento común a todas ellas. LA METAFÍSICA 1. LAS CATEGORÍAS Y LA ANALOGÍA DEL SER Hemos visto que la Metafísica es la ciencia que estudia el ser en cuanto ser (o el ente en cuanto ente) al margen de sus determinaciones particulares. Ahora bien, “el ente se dice de muchas maneras” (Metafísica 1003 a). Se trata de una de las afirmaciones más importantes y decisivas de la filosofía aristotélica, pues en ella se resume su doctrina sobre la multiplicidad de sentidos del término “ente”. “Ente” es el participio presente del verbo “ser” y significa: lo que tiene ser, lo que participa del ser (“lo que es”). Para mostrar la multiplicidad de los sentidos de este término, Aristóteles parte del análisis del lenguaje, para acabar haciendo un análisis ontológico. El verbo categoreo significa predicar. Predicar (categoreo) es atribuir un predicado a un sujeto mediante la cópula verbal es. El predicado es lo que se atribuye a un sujeto. El tipo de predicación es el modo como el predicado determina y se refiere a un sujeto. No es lo mismo determinar y referirse a algo (sujeto) como “casa” que como “verde” o como “de dos metros”. Son predicados distintos. Pues bien, a los distintos tipos de predicación Aristóteles los denomina categorías. Pero Aristóteles no se mueve en un plano meramente lingüístico en lo referente a las categorías. El plano lingüístico es mero punto de partida para llevar a cabo un análisis ontológico, es decir, un análisis del ser o realidad. En efecto, predicar no es sólo atribuir un predicado a un sujeto, sino también poner de manifiesto algo como algo, decir algo de algo o de alguien, es expresar algo que “es”: perro, casa, verde, grande, de dos metros... El análisis del lenguaje saca a la luz aspectos relativos al ser de las cosas. Por ello, los distintos tipos de predicación son, para Aristóteles, distintos tipos de ser, diversos modos de ser algo (no es lo mismo ser casa, que ser blanco, que ser mayor). Así, las categorías no son sólo distintos tipos de predicación (diversos modos de decir de algo que es), sino también y principalmente, distintos tipos de ser. En resumen, las categorías son los distintos tipos de predicación que se fundamentan en los diversos modos de ser. Habrá tantas categorías como modos de ser. El ser se dice de muchas maneras. Y así, se dice que son: - Sustancia (“hombre”)(Forma sustancial, esencia o forma esencial) ACCIDENTES (Formas sensibles) Cantidad (“de dos metros”) Cualidad (“blanco”) Relación (“mayor”) Lugar (“en el Liceo”) Tiempo (“el año pasado”) Situación (“está sentado”) Haber (“tiene zapatos”) Obrar (“quema”) Padecer (“es quemado”) 89 Hay, pues, varios sentidos del ser, varios modos de ser algo. Por eso se dice que el ser de Aristóteles es análogo, mientras que en Parménides es unívoco. ¿De qué categoría, de qué sentido del ser se ocupa especialmente la Metafísica? De la sustancia que es la categoría primaria, ya que todas las cosas son, o sustancias, o afecciones de sustancia (accidentes). La categoría de sustancia no es una categoría más, o como otra cualquiera, sino que es la categoría primordial, es decir, el modo de ser básico, primario y fundamental. Todas las demás categorías, todos los demás modos de ser, guardan con ella una relación esencial, pues para que algo pueda ser verde, grande, mayor..., es necesario que antes sea caballo, casa, río... 2. TEORÍA DE LA SUSTANCIA Y CRÍTICA A PLATÓN Aristóteles llega a la noción de sustancia (Ousía o Entidad) por dos caminos diversos, pero convergentes: - Predicación (análisis del lenguaje): La sustancia es el sujeto último de predicación, es decir, aquello de lo que se predican todos sus caracteres y no es predicable de nada. En la oración Sócrates es hombre, el individuo concreto mismo (Sócrates) es lo que Aristóteles entiende por sustancia. - Entidad (análisis ontológico): La sustancia es el sujeto último de inhesión de aquellas propiedades no susceptibles de existir de un modo separado y autónomo (accidentes). Por ejemplo, la propiedad verde no puede ser un sujeto real, sino que tiene que haber un sujeto que la soporte. El verde es siempre verde-de, y el de es la sustancia. Un rasgo fundamental de la sustancia es su separabilidad y determinación (por ejemplo, el hombre es algo perfectamente separable de cualquier otro animal, y cada hombre es separable de cualquier otro hombre; cada sustancia es algo perfectamente concreto y determinado, distinto de cualquier otra sustancia). Sustancia es, pues, aquello que puede existir de modo separado, frente a los accidentes, que no tienen esa capacidad de existir de modo separado, sino que necesitan ser soportados y sostenidos por la sustancia. El accidente es lo que está en el sujeto e inhiere en él. La sustancia es un ens in se (ser en sí) y el accidente es un ens in alio (ser en otro). Ahora bien, Aristóteles distingue entre sustancia primera y sustancia segunda: - Sustancia primera: Lo que hemos visto, la sustancia entendida como sujeto individual y concreto (Sócrates, este árbol, esta mesa...), la realidad individual. - Sustancia segunda: No es una nueva sustancia, sino un momento peculiar de la sustancia primera, el momento de la universalidad (lo universal: no esta mesa, sino LA mesa, no este hombre, sino EL hombre). Son las especies y los géneros: por ejemplo, la especie hombre a la que pertenece todo hombre concreto, y el género animal, al que pertenece la especie hombre junto con otras especies. No existe separadamente de la sustancia primera, sino únicamente en ella. Pero el ser, la sustancia, se explica y define desde la sustancia primera y desde la sustancia segunda, a la vez; tiene explicación desde lo particular y desde lo universal: el ser de Sócrates se explica desde su particularidad o sustancia primera (él mismo, como sujeto individual y concreto) y desde su universalidad o sustancia segunda (su esencia, la esencia humana). Sólo así puedo decir que Sócrates es hombre. Esta distinción es puramente mental, pues en la realidad no se dan separadamente la sustancia primera de la sustancia segunda. La sustancia es, así, el universal concreto. Lo universal (el género o la especie) no tiene existencia separada de lo particular, como pensaba Platón. 90 Es la sustancia segunda justamente lo que Platón denominaba Eidos (esencia o Idea): el Eidos era para Platón, la verdadera y auténtica sustancia. Las especies universales poseen una realidad en sí que no se reduce a los individuos singularmente existentes, y en tal sentido son sustancia separadas. Ahora bien, tales sustancias separadas son imposibles según Aristóteles. En calidad de especies habrían de ser universales; pero es imposible que lo universal sea sustancia, porque mientras lo universal es común a muchas cosas, la sustancia es propia de un ser individual y no pertenece a ningún otro. Si en Sócrates, que es sustancia, hubiese otra sustancia (hombre o ser viviente), tendríamos un ser compuesto de varias sustancias, lo cual es imposible. La crítica de Aristóteles a Platón versa fundamentalmente sobre cuatro puntos: - Platón ha duplicado inútilmente la realidad en dos mundos: las Ideas no son más que una vana reduplicación de las cosas visibles. ¿De qué sirve suponer, como hace Platón, la existencia de una multitud de cosas, si no podemos explicar la primera multitud? - Las Ideas son inútiles porque no contribuyen a nada a hacer comprender la realidad del mundo. Las Ideas son incapaces de explicar el movimiento, no pueden ser causa de él: las Ideas son Inmutables, y las cosas de este mundo, si fueran copias de las Ideas, deberían ser también inmóviles; pero si se mueven, como de hecho ocurre, ¿de dónde les proviene ese movimiento? No parece que pueda provenir de la Idea, porque la Idea no es principio de acción, sino sólo Modelo. La Idea es tan sólo causa formal, pero no causa eficiente. - Argumento del Tercer Hombre: Si a cada multiplicidad de cosas semejantes debe corresponder una Idea, la regla debe aplicarse cuando nos referimos al hombre sensible y a la Idea de Hombre; a estos dos términos, puesto que son semejantes, debe corresponder otra Idea (un tercer hombre), y entre esta Idea, y la Idea de hombre y el hombre sensible, otra Idea; y así hasta el infinito. - En fin, y este es el argumento más importante de Aristóteles, y que enlaza con la teoría de la sustancia: es imposible que la sustancia exista separadamente de aquello de lo que es sustancia. ¿Cómo es posible que unos objetos que existen aparte de los sensibles puedan contener la esencia de esos objetos sensibles? Y en cualquier caso, ¿cuál es la relación entre ambos? a) La Ideas no pueden ser causa de las cosas, porque de ellas no proceden las cosas si no interviene para crearlas un principio activo (“nada llega a ser sin una causa eficiente”) b) Imitación y Participación son, según Aristóteles, “palabras vacías y metáforas poéticas”. 3. EL HILEMORFISMO: (BREVE EXPLICACIÓN PARA LA GNOSEOLOGÍA Y LA ANTROPOLOGÍA) Para Aristóteles, por tanto, las cosas son compuestos de sustancias y accidentes. Ahora bien, toda entidad o sustancia natural contiene en sí misma un doble principio constitutivo de su ser, los cuales son inmanentes (intrínsecos o inherentes) a la sustancia. Estos principios son: a) la Materia (Hylé) y b) la Forma (Morfhé). Es la teoría hilemórfica o hilemorfismo. Materia y Forma son dos co-principios que constituyen un todo sustancial, un ser (por ejemplo, la estatua de David de Miguel Ángel es un todo, un compuesto de materia-mármol y de forma-David). No se trata de la suma de dos elementos yuxtapuestos, sino que es una totalidad, una sustancia, un ser. 91 Ni la forma ni la materia solas constituyen por separado un ser, sino que éste es el compuesto de ambos principios. En el caso de las sustancias corporales son inseparables: no pueden existir por separado, independientemente la una de la otra, sino unidas: o se dan juntas o no se dan. A) Materia: Nunca puede existir por sí sola, sino siempre unida a otro co-principio sustancial que es la forma. En al materia cabe distinguir entre la materia segunda y la materia primera o prima: - Materia segunda: Es la materia corpórea concreta (madera, mármol, piedra...) - Materia primera: Es el sustrato básico e informe de toda materia corpórea. Es un principio de indeterminación (no es ningún ser particular), esencialmente potencial (puede ser, es en potencia cualquier ente o sustancia), que debe recibir la forma para poder existir y llegar a ser algo. Puede llegar a ser cualquier cosa según la forma que reciba. B) Forma Sustancial (Eidos, Esencia, Sustancia segunda): Es un principio de determinación, o determinante, que hace que la materia primera (algo indeterminado) pase a ser algo determinado (un ser particular y concreto). Es, asimismo, un principio activo (frente a la materia que es pasiva o potencial), que organiza la materia, la estructura y le da sus propiedades y su energía y capacidad de obrar por sí misma (en las sustancias naturales se identifica con su naturaleza, entendida como principio de actividades y operaciones propias del ser natural). La forma sustancial es, pues, algo intrínseco a la realidad: Platón, en cambio, pretendía que las Ideas fueran la Forma de las cosas, pero separadas, alejadas y externas, es decir, trascendentes y suprasensibles. Materia primera y Forma sustancial son dos causas intrínsecas de la sustancia, es decir, dos principios o factores necesarios para dar razón de ella. De todos modos, Aristóteles da prioridad a la forma sustancial sobre la materia: ella es la esencia del individuo, y sólo ella es definible y cognoscible. El individuo es, de suyo, indefinible, y la materia primera es incognoscible. La forma es común a toda la especie (y por eso preexiste al individuo), y lo que individualiza es la materia. 4. PHYSIS: Movimiento, Potencia, Acto y Causalidad La Física es para Aristóteles el estudio de la Physis o Naturaleza. El sentido originario de Physis en la filosofía griega, y que no se pierde en Aristóteles, es el de “salir a la luz”, “brotar”, “surgir”... La naturaleza es dinámica, es decir, implica movimiento y actividad, pero movimiento y actividad intrínsecos y propios del ser natural. Este rasgo es importantísimo porque marca la separación radical entre los seres naturales y los seres artificiales o artefactos: una silla, en cuanto tal silla, no posee propiedades físicas aparte de las que le corresponden en virtud de los materiales de que está hecha. Parafraseando a Aristóteles, supongamos que sembramos sillas de pino. Nada crecerá, por supuesto. Pero suponiendo que algo creciera, no crecerían sillas sino pinos: éstos poseen una actividad intrínseca y propia que una silla (ente artificial) no posee. (Precisamente por esta actividad intrínseca y propia que caracteriza a la naturaleza, el Universo no puede ser concebido por los griegos según el modelo de una máquina, sino más bien según el modo de un organismo viviente). El término naturaleza, como el término esencia, viene a significar lo que las cosas son, es decir, un modo de ser permanente y constante. Existe, sin embargo, una importante diferencia resultante del carácter dinámico de la naturaleza: la esencia es la manera de ser permanente de las cosas por oposición a sus aspectos variables y cambiantes; la naturaleza es ese mismo modo de ser permanente, pero en cuanto que determina un cierto tipo de actividades u operaciones propias, es decir, en cuanto principio del movimiento y del cambio. La naturaleza es lo permanente, pero en cuanto explica los cambios; es lo que realmente son las cosas, pero en cuanto fundamento de lo que parecen ser; es el principio de unidad, pero capaz de generar la pluralidad. 92 Preguntar por la naturaleza es preguntar por lo que las cosas son para, a partir de ello, explicar sus movimientos y procesos. La naturaleza es principio de operaciones y cambios: es esa región de cosas (seres naturales por oposición a los artificiales) que tienen por sí mismas el principio de su propio movimiento (la posibilidad de cambiar y la energeia o dinamis para ello). Así, el movimiento es, para Aristóteles, una propiedad esencial de toda sustancia natural. Pues bien, la Física aristotélica es la ciencia que estudia los principios del movimiento de las sustancias naturales. Aristóteles recoge de los jonios y de los pluralistas un viejo problema que estaba sin resolver: el problema del movimiento. Para Heráclito la realidad estaba en continuo devenir (“Todo fluye, nada es”): el movimiento sería el tránsito continuo del ser al no ser. Parménides, por el contrario, aparecía como defensor de un monismo estático en el que el movimiento era imposible. Es más, con Zenón de Elea el movimiento se convierte en una aporía irresoluble desde el punto de vista racional. Platón tampoco había avanzado nada en la solución del problema: la Ideas o Esencias Universales no pueden ser la naturaleza de las cosas, es decir, no pueden ser el principio de actividades intrínsecas y propias de las cosas porque están fuera de ellas. Según Aristóteles, el problema del movimiento ha sido mal planteado: Tanto Parménides como Heráclito se habían fijado en el movimiento de la realidad, en lugar de fijarse en la realidad que cambia, es decir, en la sustancia natural dotada del principio del movimiento y del cambio (posibilidad de cambiar y la fuerza interna o dinamis para hacerlo). El movimiento es constitutivo esencial de los seres naturales. La realidad es, para Aristóteles, cambiante, y no por ello menos real. Para explicar el movimiento, Aristóteles comienza su Física con una crítica a Parménides, para quien el movimiento equivaldría al paso del no-ser al ser. Y es aquí donde Aristóteles introduce una notable diferencia. Tomemos un ejemplo sencillo: una piedra NO ES un árbol, una semilla NO ES tampoco un árbol, pero entre ambos casos hay diferencias importantes: la piedra no es ni puede convertirse en árbol (tiene una imposibilidad total de llegar a ser otra cosa de lo que es); la semilla no lo es, pero puede llegar a serlo (tiene la posibilidad de cambiar, y la fuerza o dinamis para ello). Hay, pues, dos maneras de NO-SER algo: un no-ser absoluto (ni se es ni se puede llegar a ser) y un no-ser relativo (no se es, pero se puede llegar a ser). A este no-ser relativo, intermedio entre el ser y el no-ser absoluto, es a lo que Aristóteles llama ser en potencia (ser que tiene la capacidad inmanente de llegar a ser otra cosa de lo que actualmente es: la semilla es árbol en potencia). Por contra, lo que actualmente es, se halla en acto, es un ser en acto (el árbol es árbol en acto, actual o efectivamente). (BREVE EXPLICACIÓN PARA LA ANTROPOLOGÍA) El acto es anterior a la potencia: la potencia dice relación al acto y el acto significa perfección o consumación. Potencia (capacidad para) y acto (realización plena de una capacidad) permiten explicar el movimiento. Este se define como el tránsito de la potencia al acto, es decir, como la actualización de ciertas potencialidades inmanentes que poseen ciertos seres naturales. El movimiento no es ni potencia ni acto, sino tránsito, y sólo existe mientras se está pasando de la potencia al acto. Los seres de la naturaleza son compuestos de potencia y acto: son o existen en la medida en que están en acto; cambian, se transforman, en la medida en que están en potencia. Aristóteles también piensa en un ser que sea Acto Puro, sin mezcla alguna de potencialidad, al que llama Motor Inmóvil y que identifica con Dios. 93 El movimiento es llegar a ser. Pero “ser”, como ya sabemos, se dice de muchas maneras; por tanto, “llegar a ser” se dirá también de muchas maneras. Habrá, pues, tantos tipos de movimientos como modos de ser. Así, Aristóteles clasifica el cambio o movimiento en dos géneros supremos: a) Cambio Sustancial o modificación del ser de algo, y que puede ser de dos tipos: - Generación de una sustancia nueva; - Corrupción o destrucción de una sustancia existente. b) Cambio Accidental, en el que no se modifica el ser de algo, o la sustancia, sino que ésta sufre modificaciones en aspectos no esenciales de su ser, es decir, sufre modificaciones accidentales. Hay tres tipos de movimientos accidentales: - Cuantitativo, o aumento o disminución de tamaño; - Cualitativo, o alteración de la cualidad; - Local, o locativo, o traslación en el espacio. En todo cambio (sea del tipo que sea, sustancial o accidental) hay siempre “algo que permanece” a través del cambio, y hay también “algo que desaparece” así como “algo que aparece” en lugar de esto último. Supongamos, por ejemplo, agua que pasa del estado de liquidez al estado de solidez al descender la temperatura; lo que permanece a través del cambio será el agua; lo que desaparece en el proceso es un estado del agua, su estado de liquidez; lo que aparece, en fin, en lugar de esto último es un nuevo estado, el estado de solidez en este caso. Tratándose del movimiento o cambio accidental (como en el caso del ejemplo anterior) lo que permanece a través del cambio son las sustancias naturales; lo que desaparece son ciertos caracteres accidentales para aparecer otros que no estaban. Ahora bien, ¿qué es lo que ocurre cuando se produce un cambio sustancial?¿Qué es lo que permanece? No, desde luego, la sustancia, ya que el cambio sustancial es su generación o corrupción. El cambio sustancial consistirá en perder la forma sustancial (o esencia) que se tenía, para adquirir una forma sustancial o esencia nueva. Lo que permanece es un sustrato o materia prima. La materia primera no tiene de por sí determinación alguna, es indeterminada, no es ningún ser en particular y precisamente porque NO ES en acto ningún ser particular, puede ser (es decir, ES en potencia) cualquier ente o sustancia natural si recibe una forma sustancial. En consecuencia, privación de forma, forma final y materia primera son los tres elementos que intervienen en el cambio sustancial Pero, ¿qué hace que las sustancias cambien? ¿Cuáles son las causas del cambio? Entramos así de lleno en la doctrina aristotélica de la causalidad. La ciencia es para Aristóteles la explicación de las cosas por sus últimas causas (recordemos que la Metafísica es el estudio de la sustancia por sus últimas causas). Aristóteles entiende por causa todos aquellos factores que son necesarios para explicar un proceso cualquiera, es decir, todos aquellos principios que hacen inteligible el “porqué” de cualquier proceso o movimiento de llegar a ser, lo que explica por qué son o existen las sustancias. Según esta teoría son cuatro las causas que intervienen en la realización (y, por tanto, en la explicación) de todo proceso o movimiento de llegar a ser: 94 - Materia o causa material: Principio indeterminado y potencial que puede llegar a ser cualquier cosa. - Forma o causa formal: Principio de determinación, y activo, que hace que la materia indeterminada pase a ser algo determinado. Es la esencia, o lo que hace que una cosa sea esa cosa. - Agente o causa eficiente: Aquello de donde procede el primer principio del cambio. Lo que hace que se pase de una forma a otra. - Fin o causa final: El “para qué” final que, influyendo en el agente, da sentido a todo proceso de cambio. Ejemplo: La estatua del David de Miguel Ángel. - Causa material: el mármol (materia segunda); - Causa formal: la forma humana de David; - Causa eficiente: el escultor (Miguel Ángel); - Causa final: lo que mueve al agente a obrar (creación de belleza, prestigio, dinero...) Según Aristóteles, los jonios se preocuparon sólo de la causa material, mientras que Platón sólo distinguió dos: la material y la formal. Pero esta última estaba fuera de las cosas, y por ello no podía explicar satisfactoriamente la realidad. La última causa, la causa final, es muy importante en Aristóteles. El modelo aristotélico de naturaleza es un modelo teleológico: los procesos naturales están presididos por una finalidad que los orienta o dirige. Esta finalidad a la que tienden los seres naturales es interna a ellos mismos (inmanente), a saber, su propia perfección o actualización plena de potencialidades. En los procesos naturales, causa formal, eficiente y final coinciden. 95 TEMA 5 PSICOLOGÍA (ANTROPOLOGIÁ) 1. EL ALMA EN “DE ANIMA” El tratamiento del alma en Aristóteles carece de las fuertes connotaciones religiosas y morales del planteamiento platónico. En Aristóteles es, de nuevo, el médico o biólogo (no el hombre religioso o moral) el que se pregunta por el alma. Si para Platón el alma era el principio de conocimiento racional, y su actividad más propia y genuina la contemplación de las Ideas inteligibles, para Aristóteles el alma es fundamentalmente el principio vital, el principio de vida, es decir, aquello en virtud de lo cual un ser vivo está vivo y realiza todas aquellas funciones y operaciones que le son propias frente a los seres inertes. El alma es lo que vivifica al cuerpo: “... es aquello por lo que vivimos, sentimos y razonamos primaria y radicalmente”. Utilizando los conceptos básicos de su filosofía (ES NECESARIO EXPLICAR EL HILEMORFISMO Y LA TEORÍA DEL MOVIMIENTO= ACTO- POTENCIA), Aristóteles define el alma como forma sustancial del cuerpo (que es materia) y como acto o actualización (un organismo posee potencialmente la vida, es decir, es una potencia viviente; al alma, así, hace que el organismo sea actualmente viviente). En la medida en que el alma es forma y acto de un organismo o cuerpo natural organizado, la unión de cuerpo y alma se explica sin especiales dificultades: no se trata ya, como afirma Platón, de una unión accidental ni antinatural, sino de una unión perfectamente natural y esencial, puesto que alma y cuerpo (forma y materia) constituyen una única sustancia natural: el viviente. Y entre los vivientes, el hombre aparece como un compuesto sustancial de cuerpo y alma: el alma ya no es la viajera que va de cuerpo en cuerpo para cumplir su destino, sino que está ligada a éste como la vista al ojo. Ahora bien, si cuerpo y alma marchan juntos en unión sustancial, cuerpo y alma también nacen y mueren juntos (¿qué sentido puede tener un alma separada del cuerpo si su única función es hacer que éste viva?). Desde el aristotelismo resulta muy difícil afirmar la inmortalidad del alma, y de ahí las dificultades de su teoría para ser asimilada plenamente por el cristianismo. De todos modos, y aunque Aristóteles no es tan claro como Platón en este punto, deja abierta la posibilidad de que ciertas partes del alma puedan existir de modo separado. Aristóteles distingue tres tipos de almas en correspondencia con los tres tipos de seres vivientes: - Alma Vegetativa, es decir, la potencia o función nutritiva y reproductiva, propia de todos los seres vivientes, empezando por las plantas; Alma Sensitiva, es decir, la sensibilidad, el deseo y el movimiento, y que es propia de los animales y del hombre. Es un nivel superior al anterior en la jerarquía de los vivientes; Alma racional o Intelectiva, propia y exclusiva del hombre que tiene la capacidad de entender (intelección) y de querer (volición). Cada alma superior posee las virtualidades o potencias o funciones de las almas inferiores, y no a la inversa. Así, el hombre, además de sus potencias intelectuales posee las propias de los animales y las estrictamente vegetativas. Pero cada ser vivo posee un alma única, no varias almas o partes de almas. En este sentido, Aristóteles es continuista. 96 Pues bien, el estudio de las distintas funciones vitales o anímicas, y su mutua dependencia, permitirá a Aristóteles estudiar el conocimiento humano como resultado de la colaboración entre sentidos y razón, entre el conocimiento o facultad sensitiva y el conocimiento o facultad intelectiva, resolviendo así el otro viejo problema de la contradicción entre experiencia sensible y conocimiento racional planteado por Heráclito y Parménides, y que Platón tampoco había podido resolver. 2. CONOCIMIENTO Y ABSTRACCIÓN Según Aristóteles, hay ciencia o conocimiento racional de las cosas de experiencia, del mundo sensible. Es más, todo nuestro conocimiento comienza por la experiencia: como Aristóteles no admite la preexistencia del alma, explica el conocimiento a partir de los datos que proporciona la percepción sensible: “Nada hay en el entendimiento que antes no haya pasado por los sentidos”. El entendimiento humano forma sus conceptos universales a partir de los datos suministrados por la percepción sensible. Ahora bien, nuestros sentidos nos ponen en contacto con objetos individuales (Sócrates), en tanto que los conceptos se caracterizan por ser universales (Hombre). ¿Cómo pasar, entonces, de las representaciones sensibles, siempre particulares, a las representaciones intelectuales o conceptos universales? Este es exactamente el problema de la abstracción, o universalización de las representaciones sensibles particulares. Pues bien, Aristóteles elabora toda su teoría del conocimiento(TEMA 4) y de la abstracción recurriendo, de nuevo, a los conceptos básicos de su filosofía: materia-forma y potencia-acto. Lo que caracteriza a las facultades cognoscitivas (tanto sensitivas como intelectivas) es su capacidad para captar las formas de los objetos (forma sensible y forma sustancial o esencia, respectivamente) sin la materia de los mismos. Además, tales facultades cognoscitivas son meras capacidades o potencias que necesitan de algo que actualice su ejercicio, pues nada pasa de la potencia al acto si no es en virtud de algo que ya esté previamente en acto: - La Sensación es la facultad de recibir las formas sensibles (accidentes de la sustancia: color, olor, sonido...) sin la materia (no es la piedra misma la que está en el ojo cuando la vemos, sino sólo su forma). La forma sensible existe unida físicamente con la materia en la sustancia concreta, pero en la sensación acontece un proceso de desmaterialización por la que el sentido capta la forma sensible sin la materia. Además, antes de sentir, la sensación es potencia, capacidad de sentir, que necesita de algo que actualice su ejercicio: este “algo” es la forma sensible de las cosas (color, olor, sonido...). Cuando esto ocurre, la sensación en acto coincide con la forma sensible en acto (por ejemplo, coinciden el oír el sonido con el sonido mismo). Ahora bien, la sensación no capta qué son las cosas (esencia o forma sustancial). Esto es obra del intelecto: - Por la Intelección, en cambio, somos capaces de conocer la forma sustancial o esencia universal de una cosa. Aunque se trata de una función anímica distinta de la sensación, Aristóteles considera que entre el sentir y el inteligir existe una cierta semejanza o analogía estructural: del mismo modo que lo sensible influye o afecta a la sensación, lo inteligible influye o afecta, aunque de distinta manera, al intelecto: “inteligir consiste en padecer cierto influjo bajo la acción de lo inteligible”. 97 El pensamiento recibe la forma sustancial como la sensación recibe la forma sensible. Por eso, el intelecto no tiene que poseer ninguna forma positiva propia, porque ello le impediría asimilarse completamente a su objeto; su única naturaleza consiste en ser pura capacidad o potencialidad: “el entendimiento es como una tablilla rasa en la que nada hay escrito”. El entendimiento no es nada antes de inteligir, y por eso es en potencia todas las cosas: “el alma es en cierto modo todas las cosas”. Sólo así está en condiciones de recibir todas las formas sustanciales e identificarse con ellas en al acto mismo de la intelección. Por la misma razón, el pensamiento tiene que ser enteramente independiente del cuerpo (“sin mezcla”); si no, poseería alguna cualidad particular antes de pensar actualmente y quedaría incapacitado para conocerlo todo (estos rasgos permiten también distinguir la intelección de la sensación). Pues bien, a este intelecto es al que Aristóteles llama Intelecto paciente, pasivo o potencial, y lo asemeja a la causa material: es como una materia plástica indeterminada que puede llegar a ser todas las cosas, conocer todas las formas sustanciales. Pero, ¿cómo lo hace?¿Cómo pasa el intelecto paciente de la potencia (de conocer) al acto (de conocer)? Tendrá que ser por la intervención de algo que ya esté en acto, pues nada pasa de la potencia al acto si no es por la mediación de algo previamente en acto. ¿Y qué es eso que ya está en acto y permite tal transición del intelecto? No es, desde luego, la influencia de la forma sensible. Es, más bien, el influjo de la forma sustancial. Pero resulta que la forma sustancial está sólo en potencia, es decir, contenida potencialmente en la forma sensible. ¿Qué será, entonces, aquello que actualice la forma sustancial para que ésta, a su vez, actualice el intelecto potencial y pueda conocer? En este punto, Aristóteles recurre a un nuevo elemento: el Intelecto agente o activo. Conclusión: El conocimiento aristotélico es un proceso de abstracción de lo sensible a lo inteligible. Todo conocimiento tiene su origen en la experiencia. La mente es una tabla rasa que potencialmente es todo lo que se puede conocer. 98 TEMA 6 ÉTICA BIEN, FELICIDAD Y VIRTUD Aristóteles clasifica las ciencias en tres géneros: teoréticas (que tienen por objeto el simple conocer: matemáticas, física y metafísica), prácticas (que tienen por objeto las acciones humanas: política, ética y economía) y poiéticas (que tienen por objeto la producción de cosas: artes poéticas y retóricas). La ética es una reflexión práctica encaminada a la acción, es decir, es la ciencia que tiene por objeto el comportamiento humano a la luz de la razón y considerando ese comportamiento a partir de los principios del bien y del mal. Ahora bien, la ciencia práctica suprema es, para Aristóteles, la Política, de la cual la Ética no es más que una rama: la ética aristotélica es social y su política es ética. Aristóteles, al igual que Platón, y en general todos los griegos, no consideraron nunca estas disciplinas como separadas e independientes: la vida griega era esencialmente una vida comunal, vivida en el seno de la CiudadEstado o Polis. De ahí que para Platón y Aristóteles, el hombre no es un individuo por una parte y ciudadano por otra. El hombre es ciudadano (“animal social por naturaleza”), y en el seno de la Ciudad-Estado o Polis es donde se realiza como hombre y donde, por tanto, adquiere las virtudes éticas. Al conjunto de Ética y Filosofía Política lo llama Aristóteles Filosofía Moral. 1. EL BIEN Recordad las cuatro causas aristotélicas: eficiente, formal , material y final. La ética de Aristóteles es claramente teleológica o finalista. Considera la acción no en cuanto buena en sí misma (frente a Platón) sin tener en cuenta ningún otro aspecto, sino en cuanto que conduce al bien del hombre. El bien constituye el fin de toda acción humana (bien y fin coinciden). Todo ser tiende a aquello que es un bien, o al menos lo cree, para él. De ahí que será buena toda aquella acción que conduzca al bien o fin del hombre; y toda acción que se oponga o se desvíe del fin del hombre será una acción mala. Para Aristóteles, el “bien es aquello a lo que tienden todas las cosas”. Pero se opone a Platón al afirmar que el bien en sí (Idea de Bien) no existe: el Bien, como toda Idea platónica, no existe al margen de sus manifestaciones particulares, y en caso de existir sería impracticable. Además se dan muchos bienes particulares que son perseguidos por los hombres (placer, riquezas, honor...), pero que propiamente no son buscados por sí mismos sino que se subordinan a otros como medio. No son, pues, fines perfectos. Aristóteles piensa que debe existir un bien supremo, el mayor bien al que puede aspirar el hombre en esta vida, y que será, por tanto, el fin perfecto y último del hombre, entendiendo por tal fin aquél que se desea y busca por sí mismo y nunca como medio para otra cosa. Pues bien, el fin último de todos los seres humanos es la felicidad: el hombre busca la felicidad por sí misma y no como medio para la consecución de otra cosa. Si el fin de la vida es la felicidad, ésta será también el bien supremo del hombre: así, serán buenas todas aquellas acciones que tienden a buscar la felicidad, y malas todas aquellas otras que obstaculicen o desvíen al hombre en el logro de dicha felicidad. La Ética aristotélica es eudemonista (Eudeimonía= Felicidad), pues cifra el bien y el fin último de la vida humana en la felicidad. 99 El problema que ahora se le plantea a Aristóteles es determinar en qué consiste la felicidad. Y para ello se vuelve al estudio de la naturaleza humana. 2. LA FELICIDAD Cada ser es feliz realizando la actividad que le es propia y natural, es decir, la felicidad consiste en el cumplimiento más perfecto de las exigencias de la propia naturaleza. Ahora bien, ¿cuál es la actividad más propia y natural del hombre, la más acorde con su naturaleza? No pueden serlo, desde luego, las funciones vegetativas (reproducción y nutrición), puesto que también son comunes a los animales y a las plantas; tampoco las funciones sensitivas (sensibilidad, deseo y movimiento), ya que son compartidas con los animales. Por tanto, la actividad o función más propia del hombre, aquélla que se corresponde más adecuadamente a la naturaleza de éste, es la actividad intelectual. La forma más elevada y perfecta de felicidad será, pues, la actividad contemplativa propia del alma racional. Pero Aristóteles sabe (Platón ya lo había subrayado) que el hombre no es sólo razón o entendimiento. Una vida dedicada sólo a la contemplación sería posible si el hombre no tuviera necesidades corporales, problemas económicos, interferencias sociales... Este ideal de felicidad y perfección es una aspiración irrealizable para la inmensa mayoría de los hombres, y aun aquellos que puedan dedicarse a la contemplación solamente pueden hacerlo durante escasos periodos de tiempo a lo largo de su vida. El hombre no puede alcanzar esa felicidad absoluta propia de Dios, sino que ha de contentarse con una felicidad limitada. El logro de esa forma rebajada de felicidad exige la posesión de las virtudes morales para regular las tendencias propias a través de la razón, así como la posesión de ciertos bienes corporales (salud, etc...) y exteriores (medios económicos, etc...). La Ética aristotélica es, pues, una ética naturalista, pues parte del análisis de la psicología humana: el hombre en su comportamiento debe atenerse a sus tendencias naturales manteniendo una actitud de equilibrio y armonía racional, y llevarlas a su fin o plenitud. 3. LA VIRTUD La actividad racional debe dirigir y regular todos los actos de la vida humana, y en esto consiste la virtud. Hemos señalado que la posesión de virtudes es una de las condiciones de la felicidad humana, y por ello Aristóteles define también la felicidad humana como “una actividad del alma racional conforme a la virtud”. Si no hay virtud, si el alma racional no regula la conducta humana, no puede haber felicidad. Pero, ¿qué es la virtud? En primer lugar, la virtud es un hábito, entendiendo por hábito una disposición estable, adquirida por la práctica o entrenamiento, a obrar de una determinada manera. La virtud no se origina en nosotros por naturaleza, no es innata, ni espontánea, sino que requiere el esfuerzo de la voluntad y el ejercicio práctico de las mismas virtudes. La virtud no es un acto aislado y puntual (“una golondrina no hace verano”), sino un modo de ser estable y permanente, una segunda naturaleza. En segundo lugar, la virtud es un hábito voluntario y libre que implica deliberación y elección, es decir, el hombre la elige conscientemente. De ello se sigue que la virtud y el vicio están en nuestro poder y que el intelectualismo moral de Sócrates y de Platón es falso. Para estos dos pensadores la virtud era una forma de conocimiento (saber teórico = saber práctico), razón por la cual nadie podía obrar el mal a sabiendas (el mal es fruto de la ignorancia). Aristóteles, por su parte, advierte que no basta conocer el bien para practicarlo, pues hay hombres que saben qué es el bien y, 100 sin embargo, no actúan de acuerdo con ese saber. Para practicar el bien es necesario, además del conocimiento, la virtud que se adquiere con la práctica y que lleva al hombre a actuar buenamente. Ahora bien, dice también Aristóteles que ese término medio en que consiste la virtud no puede fijarse matemáticamente como una media aritmética entre dos extremos opuestos (no es un término medio en sí mismo considerado), sino que puede ser establecido por el buen juicio de un hombre prudente de acuerdo con la razón y la experiencia. Así, el término medio es relativo a cada uno de nosotros: Aristóteles suele poner el ejemplo de Milón, un atleta del siglo VI a.C. que comía una ración diaria de más de 8 kilos de carne, otros tantos de pan y unos 10 litros de vino; evidentemente, a un atleta principiante no se le puede dar de comer lo mismo. Lo que para uno es mucho para otro es poco, y hay que saber buscar ese término medio relativo a cada persona según la recta razón y con el tacto o prudencia del hombre experimentado. De este modo el alma racional impone orden en las tendencias naturales por medio de la virtud y el hombre puede alcanzar la felicidad. Aristóteles distingue dos géneros de virtudes: - Virtudes Dianoéticas o intelectuales, que perfeccionan la inteligencia. A su vez, distingue entre el aspecto teórico del entendimiento, donde sitúa como virtudes principales la ciencia (episteme) y la filosofía (sophia), y el aspecto práctico del mismo, al que asigna la prudencia (phrónesis) y el arte (tékne). - Virtudes Éticas o morales, que perfeccionan lo no racional del alma, como la fortaleza, la templanza y la justicia. A su vez, dentro de esta última diferencia entre la justicia conmutativa, justicia de lo igual por lo igual, que debe regular las operaciones comerciales y, en general, las relaciones de los ciudadanos entre sí; la distributiva, que debe regular el reparto de bienes, derechos y obligaciones entre los miembros de la sociedad; la judicial, que debe regir la aplicación de las sanciones por los jueces; y la legal, que regula las relaciones de los ciudadanos con el cuerpo social y que consiste en cumplir las leyes. Finalmente, la justicia tiene para Aristóteles un rigor matemático, exacto, basado en la equidad (epieíkeia): “a cada uno según su derecho”. POLÍTICA La máxima contribución de Aristóteles al pensamiento político ha consistido precisamente en su insistencia de que la naturaleza humana es esencialmente social. Frente a ciertas teorías de origen sofístico que consideraban a la sociedad como un producto de la convención, Aristóteles afirma que la sociabilidad es un rasgo o dimensión esencial de la naturaleza humana: “el Estado (o Polis, ciudadestado) es algo producido por la naturaleza, y el hombre es por naturaleza un animal político (zoon politikon)”. Esta tendencia a vivir en sociedad deriva de otra más primaria, a saber, de la tendencia a la perfección o felicidad (adquisición de las virtudes intelectuales y morales), y que el hombre sólo puede conseguirlas en sociedad. El Estado tiene, pues, una dimensión finalista, existe para un fin: la consecución del bien supremo del hombre. 101 Una vez más se pone de manifiesto la concepción teleológica de la naturaleza que preside todo el pensamiento de Aristóteles, pues la afirmación de que el hombre es naturalmente social equivale a la afirmación de que el hombre tiende por naturaleza a la vida en comunidad. Si el hombre es un ser social por naturaleza, la polis o el estado es también algo natural. Ahora bien, la formación o constitución de la Polis es la culminación de un desarrollo de las asociaciones humanas con una serie de etapas previas: casa (o familia), aldea y ciudad (estado o polis): a) La Familia: Según Aristóteles hay dos instintos primarios que llevan a los hombres a asociarse entre sí: a) el instinto de reproducción (hombre-mujer), y b) el instinto de conservación, que reúne a los hombres para prestarse ayuda mutua (amo-esclavo). Pues bien, la familia, a la que Aristóteles llama casa, es la comunidad primitiva, natural, que surge para cubrir las necesidades básicas y cotidianas de los hombres. Está constituida por los miembros de la familia con vínculos de sangre (marido, mujer e hijos), juntamente con los esclavos y ciertas posesiones (animales de labranza y campos). La familia es también la unidad económica básica. b) La Aldea: Surge del agrupamiento de varias familias por las ventajas que el número de personas lleva consigo respecto de la seguridad personal y de la división del trabajo. En la aldea, expansión también natural de la familia, se busca y se procura ya algo más que la satisfacción de las necesidades cotidianas de subsistencia. c) La Ciudad: De la unión de varias aldeas surge el estado, una comunidad mayor, y fin al que por naturaleza tienden todos los agrupamientos humanos. Se caracteriza por: o Autarquía o autosuficiencia, pues al contrario que la familia y la aldea, la ciudad es lo suficientemente grande para bastarse a sí misma; o Surge como la familia y la aldea para asegurarse la vida y satisfacer las necesidades básicas, pero –y este es un rasgo muy importante en Aristótelessubsiste para satisfacer otro deseo: el de vivir bien. En este punto Aristóteles vuelve, nuevamente, a criticar a Platón, quien al definir el origen de la sociedad por la división del trabajo y el intercambio de bienes, tuvo el error de indicar sólo las condiciones materiales y no la verdadera naturaleza, es decir, la causa final de la sociedad: la sociedad para Aristóteles no sirve sólo para vivir, sino también, y sobre todo, para vivir bien. Este vivir bien comprende para Aristóteles dos cosas: - Actividad y desarrollo moral. El estado, más que la familia y la aldea, es el campo más adecuado para la actividad moral porque ofrece una mayor variedad de situaciones y relaciones en las que pueden ejercitarse las virtudes morales. - Actividad y desarrollo intelectual. El estado ofrece también mayor campo para la actividad intelectual, pues cada espíritu es más plenamente estimulado por el contacto con otros espíritus. La adquisición, pues, de las virtudes éticas y dianoéticas que conllevan la perfección y la felicidad humanas, sólo es posible en el seno de la polis. La auténtica tarea del estado será crear las condiciones para que se dé esa vida buena y perfecta. He aquí otra diferencia con Platón: mientras éste había diseñado las condiciones para un estado ideal justo, Aristóteles elaboró los fundamentos para un estado feliz, es decir, un estado que garantizase el uso perfecto de las virtudes, tanto morales como intelectuales. En cualquier caso, tanto Platón como Aristóteles coinciden en: 102 - identificar hombre bueno o virtuoso con el buen ciudadano, pues el hombre sólo se moraliza en el seno de la sociedad; - resaltar la enorme importancia de la educación y considerarla como tarea propia del estado. Según Aristóteles, la educación ha de empezar por el cuerpo, ya que éste y sus apetencias se desarrollan antes que el alma y sus facultades; pero al cuerpo ha de educársele con miras al alma, y a los apetitos con miras a la razón. Así, pues, la educación es, ante todo y sobre todo, una educación moral. Resumiendo: - - El hombre es un ser social por naturaleza. El estado hunde sus raíces en la naturaleza humana. La naturaleza o esencia del estado (“qué es”) hay que buscarla no tanto en sus orígenes (condiciones materiales para sobrevivir) como en su destino o fin (para qué). La naturaleza coincide con el fin, pues éste no es sino la actualización plena de la naturaleza. El estado es el lugar donde se alcanza la perfección y felicidad del hombre. En cuanto a los grupos humanos que configuran el estado o ciudad, Aristóteles habla de tres clases sociales: esclavos; artesanos y labradores; guerreros, magistrados y sacerdotes. a) Esclavos: Aristóteles considera la esclavitud como algo dado por naturaleza, pues por naturaleza unos son libres y otros son esclavos, y la esclavitud para estos es algo justo y conveniente. El esclavo es un “instrumento vivo” que no tiene más voluntad que la de su amo. Carecen, junto a las mujeres y los niños, de los derechos de ciudadano. b) Artesanos y labradores: Son igualmente necesarios, pero carecen también de los derechos de ciudadanía por su falta de ocio o de tiempo libre –que les impide dedicarse a las actividades de la ciudad- y porque, según Aristóteles, el trabajo manual rebaja el alma y la torna inepta para alcanzar la virtud. c) Guerreros: Son hombres libres y ciudadanos en el pleno sentido. Estos serán guerreros durante su juventud, gobernantes o magistrados en su edad madura y sacerdotes en la ancianidad. Aristóteles define al ciudadano como aquel hombre al que corresponde el derecho de tomar parte en la asamblea (Magistratura) y en la administración de la justicia. Y la ciudad es el lugar donde se ejercen las funciones militares, administrativas y judiciales. En cuanto a los tipos de constituciones o formas de gobierno, Aristóteles distingue varios modelos y los clasifica en dos grandes grupos según el interés que persigan: a) Formas de gobierno rectas o justas –buscan el bien común-: - Monarquía, o gobierno de uno solo. Aristocracia, o gobierno de los mejores. Politeia (república). b) Formas de gobierno desviadas o injustas –buscan el propio interés-: 103 - Tiranía, o desviación de la monarquía. Oligarquía, o desviación de la aristocracia. Demagogia -gobierno de los pobres-, o desviación de la politeia. La mejor forma de gobierno para Aristóteles es la formada por ciudadanos de clase media –se trata del famoso término medio de su ética aplicado a la política-, porque, a su parecer, la clase media es la más estable, pues tanto los ricos como los pobres se inclinan a confiar en ella más que en ninguna otra, de tal modo que la clase media no ha de temer ninguna coalición en contra suya. 104 COMENTARIO DE TEXTO DE FILOSOFÍA (4) "Establezcamos que las disposiciones por las cuales el alma posee la verdad cuando afirma o niega algo son cinco, a saber, el arte, la ciencia, la prudencia, la sabiduría y el intelecto; pues uno puede engañarse con la suposición y con la opinión. Qué es la ciencia, es evidente a partir de ahí -si hemos de hablar con precisión y no dejarnos guiar por semejanzas-: todos creemos que las cosas que conocemos no pueden ser de otra manera; pues las cosas que pueden ser de otra manera, cuando están fuera de nuestra observación, se nos escapa si existen o no. Por consiguiente, lo que es objeto de ciencia es necesario. Luego es eterno, ya que todo lo que es absolutamente necesario es eterno, y lo eterno es ingénito e indestructible. Además, toda ciencia parece ser enseñable, y todo objeto de conocimiento, capaz de ser aprendido. Y todas las enseñanzas parten de lo ya conocido, como decíamos también en los Analíticos, unas por inducción y otras por silogismo. La inducción es principio, incluso, de lo universal, mientras que el silogismo parte de lo universal. De ahí que haya principios de los que parte el silogismo que no se alcanzan mediante el silogismo, sino que se obtienen por inducción. Por consiguiente, la ciencia es un modo de ser demostrativo y a esto pueden añadirse las otras circunstancias dadas en los Analíticos; en efecto, cuando uno está convencido de algo y le son conocidos sus principios, sabe científicamente; pues si no los conoce mejor que la conclusión, tendrá ciencia sólo por accidente. Sea, pues, especificada de esta manera la ciencia. Aristóteles, Ética a Nicómaco, 1139b 15- 1141b 5. Traducción de Julio Pallí Bonet, Editorial Gredos, Madrid, 1985. CUESTIONES 1. Resume el contenido de este texto y define tres de los términos subrayados. 2. Expón la teoría aristotélica sobre el conocimiento. 3. Describe brevemente el contexto cultural en que vivió Aristóteles. 4. Relaciona la doctrina aristotélica sobre el conocimiento con otro planteamiento gnoseológico que conozcas como, por ejemplo, el de Platón, S. Agustín, Descartes, , Kant, Marx o Nietzsche. 5. Escribe un breve ensayo sobre algún problema que el texto te haya dado que pensar para tu concepción del conocimiento. 105 COMENTARIO DE TEXTO DE FILOSOFÍA(5) En efecto: dado que, como ya hemos dicho, la entidad se entiende de tres maneras -bien como forma, bien como materia, bien como el compuesto de ambas y que, por lo demás, la materia es potencia mientras que la forma es entelequia y puesto que, en fin, el compuesto de ambas es el ser animado, el cuerpo no constituye la entelequia del alma, sino que, al contrario, ésta constituye la entelequia de un cuerpo. Precisamente por esto están en lo cierto cuantos opinan que el alma ni se da sin un cuerpo ni es en sí misma un cuerpo. Cuerpo, desde luego, no es, pero sí, algo del cuerpo, y de ahí que se dé un cuerpo y, más precisamente, en un determinado tipo de cuerpo: no como nuestros predecesores que la endosaban en un cuerpo sin preocuparse de matizar en absoluto en qué cuerpo y de qué cualidad, a pesar de que ninguna observación muestra que cualquier cosa al azar pueda recibir al azar cualquier cosa. Resulta ser así, además, por definición: pues en cada caso la entelequia se produce en el sujeto que está en potencia y, por tanto, en la materia adecuada. Así pues, de todo esto se deduce con evidencia que el alma es entelequia y forma de aquel sujeto que tiene la posibilidad de convertirse en un ser de tal tipo. Aristóteles, Acerca del alma, 413a 20-414a 25. Traducción de Tomás Calvo Martínez. Editorial Gredos, Madrid, 1978. CUESTIONES 1. Resume el contenido de este texto y define tres de los términos subrayados. 2. Expón la teoría aristotélica sobre el hombre. 3. Describe brevemente el contexto cultural en que vivió Aristóteles. 4. Relaciona la doctrina aristotélica sobre el hombre con otro planteamiento antropológico que conozcas como, por ejemplo, el de Platón, S. Agustín, Descartes, Kant, Marx o Nietzsche. 5. Escribe un breve ensayo sobre algún problema que el texto te haya dado que pensar para tu concepción del hombre. 106 COMENTARIO DE TEXTO DE FILOSOFÍA(6) Decir que la felicidad es lo mejor parece ser algo unánimemente reconocido, pero, con todo, es deseable exponer aún con más claridad lo que es. Acaso se conseguiría esto, si se lograra captar la función del hombre. En efecto, como en el caso de un flautista, de un escultor y de todo artesano, y en general de los que realizan alguna función o actividad parece que lo bueno y el bien están en la función, así también ocurre, sin duda, en el caso del hombre, si hay alguna función que les es propia. ¿Acaso existen funciones y actividades propias del carpintero, del zapatero, pero ninguna del hombre, sino que éste es por naturaleza inactivo? ¿O no es mejor admitir que así como parece que hay alguna función propia del ojo y de la mano y del pie, y en general de cada uno de los miembros, así también pertenecería al hombre alguna función aparte de éstas? ¿Y cuál, precisamente, será esta función? El vivir, en efecto, parece también común a las plantas, y aquí buscamos lo propio. Debemos, pues, dejar de lado la vida de la nutrición y crecimiento, Seguiría después la sensitiva, pero parece que también ésta es común al caballo, al buey y a todos los animales. Resta, pues, cierta actividad propia del ente que tiene razón. Pero aquél, por una parte, obedece a la razón, y por otra, la posee y piensa. Y como esta vida racional tiene dos significados, hay que tomarla en sentido activo, pues parece que primordialmente se dice en esta acepción. Si, entonces, la función propia del hombre es una actividad del alma según la razón, o que implica la razón, y si, por otra parte, decimos que esta función es específicamente propia del hombre y del hombre bueno, como el tocar la cítara es propio de un citarista, y así en todo, añadiéndose a la obra la excelencia queda la virtud (pues es propio de un citarista tocar la cítara y del bien citarista tocarla bien), siendo esto así, decimos que la función del hombre es una cierta vida, y ésta es una actividad del alma y unas acciones razonables, y la del hombre bueno estas mismas cosas bien y hermosamente, y cada uno se realiza bien según su propia virtud; y si esto es así, resulta que el bien del hombre es una actividad del alma de acuerdo con la virtud, y si las virtudes son varias, de acuerdo con la mejor y más perfecta, y además en una vida entera. Porque una golondrina no hace verano, ni un solo día, y así tampoco ni un solo día ni un instante (bastan) para hacer venturoso y feliz." Aristóteles, Ética a Nicómaco, 1097 a 10- 1098 a 20. Traducción de Julio Pallí Bonet. Editorial Gredos, Madrid, 1985. CUESTIONES 1. Resume el contenido de este texto y define tres de los términos subrayados. 2. Expón la ética aristotélica. 3. Describe brevemente el contexto cultural en que vivió Aristóteles. 4. Relaciona la doctrina moral aristotélica con otro planteamiento ético que conozcas como, por ejemplo, el de Platón, Santo Tomás, Kant, Marx, Nietzsche. 5. Escribe un breve ensayo sobre algún problema que el texto te haya dado que pensar para tu concepción de la moral 107 HELENISMO 108 Desde Aristóteles, a finales del siglo IV a. de C., hasta los principios de la Edad Media, alrededor del año 400 d. de C. Aristóteles murió en el año 322 a. de C., grandes cambios políticos, conquista de Alejandro Magno (356-323). Aristóteles fue profesor del joven Alejandro. Con sus muchas batallas unió la civilización griega con Egipto y todo el Oriente hasta la India. Este periodo que duró unos 300 años, se suele llamar el Helenismo (De hellein, hablar en griego). Con “helenismo” se entiende tanto la época como la cultura predominantemente griega que dominaba en los tres reinos helenísticos: Macedonia, Siria y Egipto. A partir del año 50 a. de C. aproximadamente, Roma fue conquistando uno por uno todos los reinos Helenos, y comenzó a imponerse la cultura romana y la lengua latina desde España por el oeste, adentrándose mucho en Asia por el este. Comienza la época romana, o la Antigüedad tardía. RELIGIÓN, FILOSOFÍA Y CIENCIA Ahora las distintas culturas se mezclan en un crisol de ideas religiosas, filosóficas y científicas. Surgieron varias nuevas religiones que recogían dioses e ideas de algunas de las antiguas naciones. Esto se llama sincretismo, o mezcla de religiones. Esa parte de la Antigüedad estaba, en términos generales, caracterizada por la duda religiosa, la desintegración religiosa y el pesimismo. “El mundo está viejo”, se decía. Una característica común de las nuevas religiones del helenismo era que solían tener una teoría, a menudo secreta, sobre como las personas podían salvarse de la muerte. Además, de una serie de ritos para alcanzar un alma inmortal y una vida eterna. Pero también la filosofía se movía cada vez más hacia la salvación y el consuelo. De esta manera se borraron los límites entre religión y filosofía. En general podemos decir que la filosofía helenística era poco original. La filosofía helenística continuó trabajando en ideas y planteamientos tratados por Sócrates, Platón y Aristóteles. Intentaban buscar la manera más digna y mejor de vivir y de morir para los seres humanos. Es decir, se trataba de la ética. ¿En qué consiste la verdadera felicidad y cómo la podemos conseguir? LOS CÍNICOS La filosofía cínica, fundada por Antístenes en Atenas alrededor del año 400 a. de C. Había sido alumno de Sócrates. Los cínicos enseñaron que la verdadera felicidad no depende de cosas externas tales como el lujo, el poder político o la buena salud. La verdadera felicidad no consiste en depender de esas cosas tan fortuitas y vulnerables, y precisamente porque no depende de esas cosas puede ser lograda por todo el mundo. Además no puede perderse cuando ya se ha conseguido. El más famoso de los cínicos fue Diógenes, discípulo de Antístenes. Se decía de él que habitaba en un tonel y que no poseía más bienes que una capa, un bastón y una bolsa de pan. Los cínicos opinaban que el ser humano no tenía que preocuparse por su salud. Ni siquiera el sufrimiento y la muerte debían dar lugar a la preocupación. De la misma manera tampoco debían preocuparse por el sufrimiento de los demás. 109 LOS ESTOICOS Los cínicos tuvieron importancia para la filosofía estoica, que nació en Atenas alrededor del año 300 a. de C. Su fundador fue Zenón, que se unió a los cínicos después de un naufragio. El nombre “estoico” viene de la palabra griega para pórtico (stoa). Como Heráclito, los estoicos opinaban que todos los seres humanos formaban parte de la misma razón universal o “logos”. Pensaban que cada ser humano es como un mundo en miniatura, un “microcosmos”, que a su vez reflejo de “macrocosmos”. Esto condujo a la idea de que existe un derecho universal, el llamado “derecho natural”. Debido a que el derecho natural se basa en la eterna razón del ser humano y del universo, no cambia según el lugar o el tiempo. En este punto tomaron partido por Sócrates y contra los sofistas. El derecho natural es aplicable a todo el mundo, también a los esclavos. De la misma manera que los estoicos borraron la diferencia entre el individuo y el universo, y también rechazaron la idea de un antagonismo entre espíritu y materia. Según ellos solo hay una naturaleza. Esto se llama monismo (contrario, por ejemplo, al claro “dualismo” o bipartición de la realidad de Platón). Los estoicos eran “cosmopolitas”. Señalaban como muy importante la comunidad de la humanidad, se interesaron por la política y varios de ellos fueron hombres de Estado en activo, por ejemplo el emperador romano Marco Aurelio (121-180 d. de C.). Cicerón fue quién formuló el concepto de humanismo, es decir esa idea que coloca el individuo en el centro. El estoico Séneca (4 a. de C.-65 d. de C.) dijo unos años más tarde que “el ser humano es para el ser humano algo sagrado”. Los estoicos subrayaron además que todos los procesos naturales, tales como la enfermedad y la muerte, siguen las inquebrantables leyes de la naturaleza. Por tanto, el ser humano ha de conciliarse con su destino. Nada ocurre fortuitamente, decían. Todo ocurre por necesidad y entonces sirve de poco quejarse cuando el destino llama a la puerta. El ser humano también debe reaccionar con tranquilidad ante las circunstancias felices de la vida; en esta idea se nota el parentesco con los cínicos, que decían que todas las cosas externas les eran indiferentes. Incluso hoy en día hablamos de una “tranquilidad estoica” cuando una persona no se deja llevar por sus sentimientos. LOS EPICÚREOS A Sócrates le interesaba ver cómo los seres humanos podían vivir una vida feliz. Tanto los cínicos como los estoicos le interpretaron en el sentido de que el ser humano debería librarse de todo lujo material. Pero Sócrates también tenía un alumno, que se llamaba Aristipo, que se pensaba que la meta de la vida debería ser conseguir el máximo placer sensual. “El mayor bien es el deseo”, dijo, “el mayor mal es el dolor”. De esta manera, quiso desarrollar un arte de vivir que consistía en evitar toda clase de dolor. (La meta de los cínicos y estoicos era aguantar toda clase de dolor, lo cual es muy diferente a centrar todos los esfuerzos en evitar el dolor.) Epicuro (341-270 a. de C.) fundó alrededor del año 300 una escuela filosófica en Atenas (la escuela de los epicúreos). Desarrolló la ética del placer de Aristipo y la combinó con la teoría atomista de Demócrito. Se dice que los epicúreos se reunían en un jardín, razón por la cual se les llamaba “los filósofos del jardín”. Se dice que sobre la entrada al jardín colgaba una inscripción con las palabras “Forastero, aquí estarás bien. Aquí el placer es el bien primero”. Epicuro decía que era importante que el resultado placentero de una acción fuera evaluada siempre con sus posibles efectos secundarios (Empacho) 110 Epicuro también decía que un resultado placentero a corto plazo tiene que evaluarse frente a la posibilidad de un placer mayor, más duradero o más intenso a más largo plazo (Hacer deporte). Al contrario que los animales, los seres humanos tienen la posibilidad de planificar su vida. Tienen la capacidad de realizar un “cálculo de placeres”. No obstante, Epicuro señaló que el “placer” no tenía que ser necesariamente un placer sensual, también pertenecen a esta categoría valores tales como la amistad y la contemplación del arte. Condiciones previas para poder disfrutar de la vida eran los viejos ideales griegos tales como el autodominio, la moderación y el sosiego, pues hay que frenar el deseo. De esta manera también la calma nos ayudará a soportar el dolor. Personas con angustia religiosa buscaban a menudo ayuda en el jardín de Epicuro. En este aspecto la teoría atomista de Demócrito fue un recurso contra la religión y la superstición. Para vivir una vida feliz es muy importante superar el miedo a la muerte. Para esta cuestión, Epicuro se apoyó en la formulación de Demócrito de los “átomos del alma”. “La muerte no nos concierne”, dijo Epicuro, así de simple. ”Pues, mientras existimos , la muerte no está presente. Y cuando llega la muerte nosotros ya no existimos.” El mismo Epicuro resumió su filosofía liberadora en lo que llamó las “cuatro hierbas curativas”: A los dioses no hay que temerlos. La muerte no es algo de lo que haya que preocuparse. Es fácil conseguir lo bueno. Lo terrible es fácil de soportar. No constituía ninguna novedad en la cultura griega comparar la misión de la filosofía con el arte médico. Aquí nos encontramos con la idea de que el ser humano se tiene que equipar con un “botiquín de filosofía” que contenga cuatro medicinas importantes. Al contrario que los estoicos, los epicúreos muestran poco interés por la política y la vida social. “¡Vive en secreto!”, aconsejaba Epicuro. Quizás pudiéramos comparar su “jardín” con las comunas de nuestro tiempo. También en estos días hay mucha gente que ha buscado un refugio dentro de la gran sociedad. Después de Epicuro muchos epicúreos evolucionan en dirección a una obsesión por el placer. La consigna fue: “Vive el momento”. La palabra “epicúreo” se utiliza hoy en el sentido despectivo de vividor. EL NEOPLATONISMO La corriente filosófica más destacable de la Antigüedad estaba inspirada, sobre todo, en la teoría de las Ideas. Neoplatonismo. El neoplatónico más importante fue Plotino (205-270 d. de C.), que estudió filosofía en Alejandría, pero que luego se fue a vivir a Roma. Plotino se llevo a Roma una teoría sobre la salvación que se convertiría en una seria competidora del cristianismo, cuando este empezara a dejarse notar. Sin embargo, el neoplatonismo también ejercería una fuerte influencia sobre la teología cristiana. Platón distinguía entre el mundo de los sentidos y el mundo de las Ideas, introduciendo así una clara distinción entre el alma y el cuerpo del ser humano. El ser humano es, según él, un ser dual. Nuestro cuerpo consta de tierra y polvo como todo lo demás perteneciente al mundo de los sentidos, pero también tenemos un alma inmortal. Plotino pensaba que el mundo estaba en tensión entre dos polos. En un extremo se encuentra la luz divina, que él llama “Uno”. Otras veces la llama “Dios”. En el otro extremo está la oscuridad total, adonde no llega nada de la luz del Uno. Ahora bien, el punto clave de Plotino es que esta oscuridad, en realidad, no tiene existencia alguna. Se trata simplemente de una ausencia de luz, es algo que no es. Lo único que existe es Dios o el Uno; y de la misma manera que una fuente de luz se va perdiendo gradualmente en la oscuridad, existe en algún sitio un límite donde ya no llegan los rayos de luz divina. 111 Según Plotino el alma está iluminada por la luz del Uno, y la materia es la oscuridad, que en realidad no tiene existencia alguna. Pero también las formas de la naturaleza tienen un débil resplandor del Uno. La realidad es una hoguera donde lo que arde es Dios, y la oscuridad de fuera es la materia fría de la que están hechos los seres humanos y los animales. Más cerca de Dios están las ideas eternas, que son las formas originarias de todas las criaturas. Ante todo, es el alma del ser humano lo que es una “chispa de la hoguera”, pero también por todas partes en la naturaleza brilla algo de la luz divina. La vemos en todos los seres vivos, más lejos del Dios vivo está la tierra, el agua y la piedra. Pero donde más cerca de Dios podemos estar es nuestra propia alma. Solo allí podemos unirnos con el gran misterio de la vida. En muy raros momentos podemos incluso llegar a sentir que nosotros mismos somos el misterio divino. Las metáforas utilizadas por Plotino recuerdan al mito de la caverna de Platón. Cuando más nos acercamos a la entrada de la caverna, más nos acercaremos a todo aquello de lo que procede lo que existe. Pero al contrario de la clara bipartición de Platón de la realidad, las ideas de Plotino están caracterizadas por la unidad. Todo es Uno, porque todo es Dios. Incluso las sombras al fondo de la caverna tienen un tenue resplandor del Uno. Alguna vez en su vida Plotino tuvo la experiencia de ver su alma fundirse con Dios. A eso lo solemos llamar una experiencia mística. MISTICISMO La idea es que lo que habitualmente llamamos “yo” no es nuestro verdadero yo. Durante brevísimos momentos podemos llegar a sentirnos fundidos con un yo mayor, por algunos místicos llamado “Dios”, por otros “alma universal”, “naturaleza universal” o “universo”. En el momento de la fusión, el místico tiene la sensación de “perderse a sí mismo”, cuando se mezcla con el mar. Te pierdes a ti mismo en la forma que tiene en ese momento, pero al mismo tiempo comprendes que en realidad eras algo mucho más grande. Tú eres todo el universo; tú eres el alma universal, tú eres Dios. Tu verdadero yo, es según los místicos una especie de fuego maravilloso que arde eternamente. A veces el místico tiene que recorrer “el camino de la purificación y de la iluminación” en el encuentro con Dios. Este camino consiste en una vida sencilla y diversas técnicas de meditación. De repente el místico ha alcanzado la meta, y él o ella exclama: “Soy Dios” o “Soy Tú”. En el misticismo occidental, es decir dentro del judaísmo, cristianismo e Islam, el místico subraya que el Dios con el que se encuentran es un Dios personal. Aunque Dios está presente en la naturaleza y en el alma del ser humano, al mismo tiempo está también muy por encima del mundo. En el misticismo oriental, es decir dentro del hinduismo, budismo y religión china, es más habitual subrayar el encuentro entre el místico y Dios, o “alma universal”, como una fusión total. “Yo soy el alma universal”, diría este místico, o “yo soy Dios”. Porque Dios no solamente está presente en el mundo, es que no está en ninguna otra parte. Una persona que ha contribuido a traer las ideas del hinduismo a Occidente, el swami Vivekananda. Una experiencia mística también puede tener importancia para la ética. “Debes amar a tu prójimo como a ti mismo, porque tú eres tu prójimo. Es ilusión hacerte creer que tu prójimo es algo diferente a ti mismo”. Personas modernas que no pertenecen a ninguna religión han tenido de repente lo que llaman “conciencia cósmica” o “ sensación oceánica”. Han tenido la sensación de haber sido arrancados del tiempo y han visto el mundo “bajo el prisma de la eternidad”. 112 77 78 79 113 FILOSOFÍA II 2º BACHILLERATO FILOSOFÍA ANTIGUA 1ª EVALUACIÓN 114 115