Universidad Técnica de Manabí Boletines de Prensa www.utm.edu.ec Boletín # 032 - Portoviejo, 04/08/2010 La Defensoría Pública Y La Inseguridad Ciudadana. La inseguridad ciudadana y el temor al delito están vigentes en nuestra realidad y la de América Latina. Este fenómeno fomenta el endurecimiento de las penas, el ajusticiamiento por mano propia en comunidades, las quejas generalizadas de los ciudadanos para solventar la inseguridad, por tanto, demandan del sistema procesal penal respuestas a estos problemas. Respuestas que debe ir a la par ante una demanda de atención óptima del sector público. El modelo tradicional de persecución criminal no ha permitido dar respuestas concretas a las preocupaciones ciudadanas, en razón que el sistema de justicia penal está conformado por instituciones tradicionales, como Judicatura y Fiscalía, quienes no han respondido a la preocupación ciudadana de inseguridad porque sus objetivos institucionales no están acordes con las realidades sociales económicas y políticas actuales. Sistema judicial burocratizado, cargado de personal en exceso, lento y poco efectivo, que además impiden un control en el gasto público que demandan y no presentan resultados. Entonces, es imperioso que la administración de justica asuma las demandas sociales desde los roles de las tres instituciones inmersas en el sistema, exigiendo a cada uno de los actores el cumplimiento de sus responsabilidades, esto es Jueces, Fiscales y Defensores. Ciertamente la claridad de la respuesta ante la inseguridad debe ser dada exclusivamente por la Fiscalía, sin responsabilizar del cumplimiento de este objetivo a la Defensoría o la Judicatura, cada uno tiene sus objetivos específicos; por ejemplo, en el caso de la Defensoría su fin es proveer de defensa técnica a quien está en estado de indefensión, a los jueces por su parte les corresponde aplicar el sistema judicial penal de manera imparcial y específicamente a la Fiscalía abarcar el tema de inseguridad ciudadana y persecución criminal. El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo PNUD, en su acápite de inseguridad propone una perspectiva novedosa: ... evidencia una fuerte vinculación entre las condiciones sociales de vida y la incertidumbre de nuestras sociedades cuando se instala en ellas la inseguridad, la que erróneamente podría identificarse como delincuencia, atribuyéndole toda la inseguridad que en rigor no le correspondería exclusivamente a la delincuencia. Es importante analizar diversas circunstancias en el fenómeno de la inseguridad tales como: la corrupción, el mal funcionamiento del sistema judicial, factores socioeconómicos como las condiciones sociales de privación y marginalidad como pobreza, desempleo, la marginación educacional, violencia intrafamiliar entrelazado por factores culturales como costumbres, tradiciones, estigmatización de conductas, machismo y la falta de infraestructura urbana y de servicios, en particular en el entorno urbano. Ante esta realidad que genera inseguridad se debe focalizar la prevención social, intervenir en el conjunto de variables sociales ya detalladas, remarcando que el conocimiento de la Universidad Técnica de Manabí Boletines de Prensa www.utm.edu.ec vulnerabilidad es una herramienta para la prevención. En este contexto el trabajo de prevención comunitaria es una opción válida que nace desde el conocimiento de la realidad interna que tiene que concertar la diversidad de actores sociales con intereses frecuentemente contradictorios para establecer un proyecto que satisfaga las demandas de seguridad de la mayoría. La Defensoría Pública con apenas tres años de creación, en el área de atención a la niñez y adolescencia trabaja para mitigar la inseguridad social proveniente de la falta de responsabilidad de los padres hacia los hijos, por la falta de pago de pensiones alimenticias mensuales que permiten a los niños y niñas tengan un nivel de vida aceptable. Las madres o quienes están en tenencia de los menores encuentran en la Defensoría Pública el apoyo de abogados de manera gratuita que más que un posicionamiento en el litigio son un puente de mediación con los padres que deben pagar alimentos, además, la entidad pretende poner en la mesa de discusión de los progenitores todas las variables de desarrollo de los niños y niñas. Al efectuar acercamientos previos al enjuiciamiento entiende las realidades sociales y económicas de los padres, sabiendo que la judicialización de problemas no es la solución para los menores y sus madres. En poco tiempo la Defensoría Pública entrará a cubrir procesos laborales en beneficio de los trabajadores, con ello también aportará en la lucha contra la inseguridad social proveniente de ésta realidad que la población atraviesa y que actualmente no encuentra apoyo en el sistema judicial, por las razones antes explicitadas. 170 abogados de la Defensoría Pública prestan sus servicios de manera gratuita a la ciudadanía aportando con respuestas concretas ante las variables sociales económicas que generan inseguridad. Autor Dra. Catalina Castro Llerena