Y OTROS

Anuncio
__________________________ Y OTROS
VS
CÁMARA DE DIPUTADOS DEL CONGRESO
DE LA UNIÓN, CÁMARA DE SENADORES
DEL
CONGRESO
DE
LA
UNIÓN,
PRESIDENTE DE LOS ESTADOS UNIDOS
MEXICANOS,
SECRETARIO
GOBERNACIÓN,
TRABAJO
Y
SECRETARIO
PREVISIÓN
DE
DEL
SOCIAL,
PRESIDENTE DEL TRIBUNAL FEDERAL DE
CONCILIACIÓN Y ARBITRAJE, DIRECTOR
DEL DIARIO OFICIAL DE LA FEDERACIÓN
AMPARO INDIRECTO
ESCRITO INICIAL DE DEMANDA
ENTIDAD FEDERATIVA: ______________
REGIÓN: __________________________
C. JUEZ DE DISTRITO EN MATERIA DE TRABAJO
EN EL DISTRITO FEDERAL, EN TURNO
PRESENTE
Los que suscribimos, CC. __________________________________________,
mexicanos, en pleno uso de nuestros derechos civiles y políticos, personalidad
que acreditamos con la presentación de los comprobantes originales de
percepciones y deducciones correspondientes a la primera quincena de
diciembre de dos mil doce y con la copia simple de la Credencial para Votar
expedida en nuestro favor por el Instituto Federal Electoral, ambos
documentos de todos y cada uno de los que suscribimos la presente vía
constitucional, por nuestro propio Derecho; señalando como domicilio
convencional para oír y recibir toda clase de documentos y notificaciones el
ubicado en Calle Quiches, Número 11, Colonia La Raza, Código Postal 02990,
Delegación Azcapotzalco, Distrito Federal, México; autorizando para tales
efectos, en los términos amplios del artículo 27 de la Ley de Amparo,
Reglamentaria de los Artículos 103 y 107 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, a los CC. EDUARDO PÉREZ SAUCEDO, ARTURO
ASCENCIO SALAZAR GARCÍA, GERARDO FIERROS ROMERO, ARTURO
ÁVILA CRUZ, SERGIO JUSTO SALAZAR GARCÍA, MIGUEL ÁNGEL
RAMÍREZ BASURTO, PEDRO PÉREZ SAUCEDO, JOSUÉ JAIR MUÑOZ
HERNÁNDEZ, MELQUIADES CONTRERAS PLATA y FLOR EDITH
GONZÁLEZ PARDO; y señalando como representante común, en los términos
del artículo 20 de la Ley citada, al C. _______________________________,
con el debido respeto, comparecemos ante ese H. Juzgado, para exponer lo
siguiente:
Que con fundamento en lo dispuesto por los artículos 103, fracción I y 107 de
la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; artículos 1, fracción I;
22, fracción I; 114, fracción I; 116 y demás relativos y aplicables de la Ley de
Amparo, Reglamentaria de los Artículos 103 y 107 de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos; venimos en tiempo y forma a interponer el
presente Juicio de Garantías, solicitando el AMPARO Y PROTECCIÓN DE LA
JUSTICIA FEDERAL, por violación en nuestro perjuicio de los Derechos
Humanos consagrados en nuestro beneficio por los artículos 1, 4, 5, 9, 14, 16,
17, 25, 26, 123 Apartado A, Fracciones I, III, IV, V, VII, VIII, IX, X, XI, XIII,
XIV, XV, XVI y XXIX, y 133 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, fundándonos en lo previsto por la fracción I del artículo 1 de la Ley
citada y formulando esta demanda en el orden establecido por el artículo 116
del mismo ordenamiento en los siguientes términos:
I.- NOMBRE Y DOMICILIO DE LOS QUEJOSOS: El nombre de todos y cada
uno de los quejosos y el domicilio convencional para oír y recibir cualquier
clase de documentos y notificaciones, quedaron expresados en el proemio de
la presente vía constitucional.
II.- TERCERO PERJUDICADO: No existe.
III.- AUTORIDADES RESPONSABLES:
COMO AUTORIDADES ORDENADORAS:
1.- CÁMARA DE DIPUTADOS DEL CONGRESO DE LA UNIÓN. Es
responsable de dictar, aprobar y expedir el Decreto de reforma a la Ley Federal
del Trabajo que se combate en el presente juicio de garantías;
2.- CÁMARA DE SENADORES DEL CONGRESO DE LA UNIÓN. Es
responsable de dictar, aprobar y expedir el Decreto de reforma a la Ley Federal
del Trabajo que se combate en el presente juicio de garantías;
3.- PRESIDENTE CONSTITUCIONAL DE LOS ESTADOS UNIDOS
MEXICANOS. Es responsable de promulgar el Decreto de reforma de la Ley
Federal del Trabajo que se combate en el presente juicio de garantías;
4.- SECRETARIO DE GOBERNACIÓN. Es responsable de refrendar el Decreto
que contiene las reformas a la Ley Federal del Trabajo que se combate en el
presente juicio de garantías.
COMO AUTORIDADES EJECUTORAS:
5.- SECRETARIO DEL TRABAJO Y PREVISIÓN SOCIAL. Es responsable de
ejecutar en el ámbito administrativo, el Decreto que contiene las reformas a la
Ley Federal del Trabajo que se combate en el presente juicio de garantías.
Aclarando que al día de hoy, no hemos tenido conocimiento de que se haya
dado algún acto de aplicación por parte de dicha autoridad;
6.- PRESIDENTE DEL TRIBUNAL FEDERAL DE CONCILIACIÓN Y
ARBITRAJE. Es responsable de ejecutar en el ámbito jurisdiccional, el Decreto
que contiene las reformas a la Ley Federal del Trabajo que se combate en el
presente juicio de garantías, Aclarando que al día de hoy, no hemos tenido
conocimiento de que se haya dado algún acto de aplicación por parte de dicha
autoridad; y
7.- DIRECTOR DEL DIARIO OFICIAL DE LA FEDERACIÓN. Es responsable
de publicar el Decreto que contiene las reformas a la Ley Federal del Trabajo
que se combate en el presente juicio de garantías.
IV.- LEY RECLAMADA:
Ley Federal del Trabajo, publicada en el Diario Oficial de la Federación, el
treinta de noviembre de dos mil doce; particularmente por lo que hace a los
artículos: 2, 3, 15-A, 15-B, 15-C, 15-D, 22 Bis, 25, 28, 28-A, 28-B, 35, 38, 39,
39-A, 39-B, 39-C, 39-D, 39-E, 39-F, 47, 48, 50, 56, 56 Bis, 83, 101, 127, 153D, 153-E, 153-I, 153-J, 153-K, 153-L, 153-U, 153-V, , 154, 159, 173, 174,
175 Bis, 176, 279, 279 Bis, 279 Ter, 280, 283, 311, 333, 336, 343-A, 343-E,
357, 364 Bis, 365 Bis, 366, 371, 373, 377, 391 Bis, 424 Bis, 527, 692, 1004B, 1004-C y Artículos Transitorios.
Dichos artículos, violentan disposiciones legales del Orden Nacional, y diversos
tratados internacionales, y al ser estos artículos de naturaleza autoaplicativa,
se hace valer el interés legítimo colectivo que concierne a los quejosos.
Estado Mexicano está obligado a armonizar el sistema jurídico legal interno al
internacional, toda vez que la violación de derechos humanos no sólo se da por
acción, sino también por omisión, como en el caso que nos ocupa; porque al
aprobar, expedir, promulgar, refrendar, ejecutar y publicar el Decreto que
contiene las reformas a los numerales de la Ley Federal del Trabajo, se
materializa la violación de los derechos humanos de los quejosos.
En virtud de que el acto reclamado es de carácter autoaplicativo, la presente
instancia de garantías deberá admitirse y dársele curso para que en su
oportunidad se declare la inconstitucionalidad e in-convencionalidad de las
disposiciones combatidas y que, por tanto, deberán quedar sin efecto alguno
para los quejosos, al efecto, sirve la siguiente interpretación del Poder Judicial
de la Federación, que a la letra dice:
AMPARO CONTRA LEYES. SUS EFECTOS SON LOS DE
PROTEGER AL QUEJOSO CONTRA SU APLICACIÓN
PRESENTE Y FUTURA.
El principio de relatividad de los efectos de la sentencia de
amparo establecido en los artículos 107, fracción II,
constitucional y 76 de la Ley de Amparo, debe interpretarse
en el sentido de que la sentencia que otorgue el amparo tiene
un alcance relativo en la medida en que sólo se limitará a
proteger al quejoso que haya promovido el juicio de amparo.
Sin embargo, este principio no puede entenderse al grado de
considerar que una sentencia que otorgue el amparo contra
una ley sólo protegerá al quejoso respecto del acto de
aplicación que de la misma se haya reclamado en el juicio,
pues ello atentaría contra la naturaleza y finalidad del amparo
contra leyes. Los efectos de una sentencia que otorgue el
amparo al quejoso contra una ley que fue señalada como acto
reclamado son los de protegerlo no sólo contra actos de
aplicación que también haya impugnado, ya que la
declaración de amparo tiene consecuencias jurídicas en
relación con los actos de aplicación futuros, lo que significa
que la ley ya no podrá válidamente ser aplicada al peticionario
de garantías que obtuvo la protección constitucional que
solicitó, pues su aplicación por parte de la autoridad implicaría
la violación a la sentencia de amparo que declaró la
inconstitucionalidad de la ley respectiva en relación con el
quejoso; por el contrario, si el amparo le fuera negado por
estimarse que la ley es constitucional, sólo podría combatir
los futuros actos de aplicación de la misma por los vicios
propios de que adolecieran. El principio de relatividad que sólo
se limita a proteger al quejoso, deriva de la interpretación
relacionada de diversas disposiciones de la Ley de Amparo
como son los artículos 11 y 116, fracción III, que permiten
concluir que en un amparo contra leyes, el Congreso de la
Unión tiene el carácter de autoridad responsable y la ley
impugnada constituye en sí el acto reclamado, por lo que la
sentencia que se pronuncie debe resolver sobre la
constitucionalidad de este acto en sí mismo considerado;
asimismo, los artículos 76 bis, fracción I, y 156, que
expresamente hablan de leyes declaradas inconstitucionales
por la jurisprudencia de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación; y, finalmente, el artículo 22, fracción I, conforme al
cual una ley puede ser impugnada en amparo como
autoaplicativa si desde que entra en vigor ocasiona perjuicios
al particular, lo que permite concluir que al no existir en esta
hipótesis acto concreto de aplicación de la ley reclamada, la
declaración de inconstitucionalidad que en su caso proceda,
se refiere a la ley en sí misma considerada, con los mismos
efectos antes precisados que impiden válidamente su
aplicación futura en perjuicio del quejoso. Consecuentemente,
los efectos de una sentencia que otorga la protección
constitucional al peticionario de garantías en un juicio de
amparo contra leyes, de acuerdo con el principio de
relatividad, son los de proteger exclusivamente al quejoso,
pero no sólo contra el acto de aplicación con motivo del cual
se haya reclamado la ley, si se impugnó como
heteroaplicativa,
sino
también
como
en
las
leyes
autoaplicativas, la de ampararlo para que esa ley no le sea
aplicada válidamente al particular en el futuro.
Amparo en revisión 3912/86. Vidriera Los Reyes, S.A. 23 de
febrero de 1989. Mayoría de catorce votos. Ausente: Ángel
Suárez Torres. Disidentes: Noé Castañón León, Manuel
Gutiérrez de Velasco, Atanasio González Martínez, Fausta
Moreno Flores y Carlos del Río Rodríguez. Impedimento legal:
Salvador Rocha Díaz. Ponente: Ulises Schmill Ordóñez.
Secretaria: Martha Moyao Núñez.
Amparo en revisión
4823/87. Hako Mexicana, S.A. 28 de febrero de 1989.
Mayoría de catorce votos. Ausente: Manuel Gutiérrez de
Velasco. Disidentes: Noé Castañón León, Atanasio González
Martínez, Fausta Moreno Flores, Ángel Suárez Torres y Carlos
del Río Rodríguez. Impedimento legal: Salvador Rocha Díaz.
Ponente: Mariano Azuela Güitrón. Secretaria: Lourdes Ferrer
Mac Gregor Poisot.
Amparo en revisión 1897/95. Calixto
Villamar Jiménez. 13 de abril de 1999. Mayoría de ocho votos;
unanimidad de once votos en relación con el criterio contenido
en esta tesis. Ponente: Juan Díaz Romero. Encargado del
engrose: Guillermo I. Ortiz Mayagoitia. Secretario: Armando
Cortés Galván. Amparo en revisión 1404/95. Carlos Alberto
Hernández Pineda. 13 de abril de 1999. Mayoría de ocho
votos; unanimidad de once votos en relación con el criterio
contenido en esta tesis. Ponente: Guillermo I. Ortiz
Mayagoitia.
Secretario:
Francisco
de
Jesús
Arreola
Chávez.
Amparo en revisión 6/97. María Isabel Díaz Ulloa.
13 de abril de 1999. Mayoría de ocho votos; unanimidad de
once votos en relación con el criterio contenido en esta tesis.
Ponente: José de Jesús Gudiño Pelayo. Secretaria: Guadalupe
M. Ortiz Blanco.
El Tribunal Pleno, en su sesión privada
celebrada el veintiséis de octubre en curso, aprobó, con el
número 112/1999, la tesis jurisprudencial que antecede.
México, Distrito Federal, a veintiséis de octubre de mil
novecientos noventa y nueve.
PERTINENCIA
Con fundamento en lo dispuesto por los artículos 114, fracción I, de la Ley de
Amparo y el artículo 55, fracción II, de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la
Federación, ese H. Juzgado es competente para conocer la presente demanda
de amparo, atendiendo a la naturaleza del acto reclamado, pues la expedición
del decreto de reformas, afecta los derechos humanos laborales consagrado en
la Constitución y en los tratados internacionales adoptados por el Estado
Mexicano.
Con fundamento en lo dispuesto por el artículo 22, fracción I, de la Ley de
Amparo, procede en tiempo y forma a reclamar la inconstitucionalidad de los
artículos, mediante la presente demanda de amparo, misma que se promueve
dentro del plazo de treinta días hábiles, contados a partir de la entrada en
vigor de la ley.
Es menester precisar que el acto reclamado no se combate con motivo de
algún acto de aplicación, toda vez que al tratarse de una norma autoaplicativa,
por la naturaleza de las disposiciones que contiene que con su simple entrada
en vigor, generan afectación a las garantías sociales de los quejosos.
Sirven de apoyo las siguientes interpretaciones del Poder Judicial de la
Federación:
PASOS
A
SEGUIR
EN
EL
CONTROL
CONSTITUCIONALIDAD Y CONVENCIONALIDAD
OFFICIO EN MATERIA DE DERECHOS HUMANOS.
DE
EX
La posibilidad de inaplicación de leyes por los jueces del país,
en ningún momento
supone la eliminación o el
desconocimiento de la presunción de constitucionalidad de
ellas, sino que, precisamente, parte de esta presunción al
permitir hacer el contraste previo a su aplicación. En ese
orden de ideas, el Poder Judicial al ejercer un control de
convencionalidad ex officio en materia de derechos humanos,
deberá realizar los siguientes pasos: a) Interpretación
conforme en sentido amplio, lo que significa que los jueces
del país -al igual que todas las demás autoridades del Estado
Mexicano-, deben interpretar el orden jurídico a la luz y
conforme a los derechos humanos reconocidos en la
Constitución y en los tratados internacionales en los cuales el
Estado Mexicano sea parte, favoreciendo en todo tiempo a las
personas con la protección más amplia; b) Interpretación
conforme en sentido estricto, lo que significa que cuando hay
varias interpretaciones jurídicamente válidas, los jueces
deben, partiendo de la presunción de constitucionalidad de las
leyes, preferir aquella que hace a la ley acorde a los derechos
humanos reconocidos en la Constitución y en los tratados
internacionales en los que el Estado Mexicano sea parte, para
evitar incidir o vulnerar el contenido esencial de estos
derechos; y, c) Inaplicación de la ley cuando las alternativas
anteriores no son posibles. Lo anterior no afecta o rompe con
la lógica de los principios de división de poderes y de
federalismo, sino que fortalece el papel de los jueces al ser el
último recurso para asegurar la primacía y aplicación efectiva
de los derechos humanos establecidos en la Constitución y en
los tratados internacionales de los cuales el Estado Mexicano
es parte.
PARÁMETRO
PARA
EL
CONTROL
DE
CONVENCIONALIDAD EX OFFICIO EN MATERIA DE
DERECHOS HUMANOS.
El mecanismo para el control de convencionalidad ex officio
en materia de derechos humanos a cargo del Poder Judicial
debe ser acorde con el modelo general de control establecido
constitucionalmente. El parámetro de análisis de este tipo de
control que deberán ejercer todos los jueces del país, se
integra de la manera siguiente: a) todos los derechos
humanos contenidos en la Constitución Federal (con
fundamento en los artículos 1o. y 133), así como la
jurisprudencia emitida por el Poder Judicial de la Federación;
b) todos los derechos humanos contenidos en tratados
internacionales en los que el Estado Mexicano sea parte; c)
los criterios vinculantes de la Corte Interamericana de
Derechos Humanos derivados de las sentencias en las que el
Estado Mexicano haya sido parte, y d) los criterios
orientadores de la jurisprudencia y precedentes de la citada
Corte, cuando el Estado Mexicano no haya sido parte.
CONTROL DE CONVENCIONALIDAD EX OFFICIO EN UN
MODELO
DE
CONTROL
DIFUSO
DE
CONSTITUCIONALIDAD.
De conformidad con lo previsto en el artículo 1o. de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, todas
las autoridades del país, dentro del ámbito de sus
competencias, se encuentran obligadas a velar no sólo por los
derechos humanos contenidos en la Constitución Federal, sino
también por aquellos contenidos en los instrumentos
internacionales celebrados por el Estado Mexicano, adoptando
la interpretación más favorable al derecho humano de que se
trate, lo que se conoce en la doctrina como principio pro
persona. Estos mandatos contenidos en el artículo 1o.
constitucional, reformado mediante Decreto publicado en el
Diario Oficial de la Federación de 10 de junio de 2011, deben
interpretarse junto con lo establecido por el diverso 133 para
determinar el marco dentro del que debe realizarse el control
de convencionalidad ex officio en materia de derechos
humanos a cargo del Poder Judicial, el que deberá adecuarse
al modelo de control de constitucionalidad existente en
nuestro país. Es en la función jurisdiccional, como está
indicado en la última parte del artículo 133 en relación con el
artículo 1o. constitucionales, en donde los jueces están
obligados a preferir los derechos humanos contenidos en la
Constitución y en los tratados internacionales, aun a pesar de
las disposiciones en contrario que se encuentren en cualquier
norma inferior. Si bien los jueces no pueden hacer una
declaración general sobre la invalidez o expulsar del orden
jurídico las normas que consideren contrarias a los derechos
humanos contenidos en la Constitución y en los tratados
(como sí sucede en las vías de control directas establecidas
expresamente en los artículos 103, 105 y 107 de la
Constitución), sí están obligados a dejar de aplicar las normas
inferiores dando preferencia a las contenidas en la
Constitución y en los tratados en la materia.
El acto reclamado en el presente juicio de garantías es violatorio de derechos
humanos laborales, que como parte de la obligación que le impone al Estado
Mexicano la Constitución y normas internacionales de promover, respetar,
proteger y garantizar los Derechos Humanos conforme a los principios de
universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad ajustándose a
dichos dispositivos internacionales y así asegurar al ser humano una adecuada
reparación de sus derechos humanos mediante un recurso sencillo, rápido y
eficaz
En virtud de que el acto reclamado es de carácter autoaplicativo, la presente
instancia de garantías deberá admitirse y dársele curso para que en su
oportunidad se declare la inconstitucionalidad e in-convencionalidad de las
disposiciones combatidas y que, por tanto, deberán quedar sin efecto alguno
para los quejosos, tanto en su aplicación actual como futura, debiendo
restituírsele en el goce y ejercicio de sus derechos fundamentales respecto de
todos esas disposiciones. Al efecto es aplicable, en lo que hace al supuesto que
se refiere a las leyes autoaplicativas.
Con respecto al plazo para la interposición de la presente vía constitucional,
sirve de apoyo la siguiente jurisprudencia provista por la Segunda Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, misma que a la letra dice:
DEMANDA DE AMPARO DIRECTO. PARA DETERMINAR LA
OPORTUNIDAD EN SU PRESENTACIÓN, EL PLAZO QUE
ESTABLECE EL ARTÍCULO 21 DE LA LEY DE AMPARO
DEBE COMPUTARSE TOMANDO EN CUENTA COMO
HÁBILES TODOS LOS DÍAS DEL AÑO, CON EXCEPCIÓN DE
LOS QUE ESTABLECEN LOS ARTÍCULOS 23 DE LA CITADA
LEY Y 163 DE LA LEY ORGÁNICA DEL PODER JUDICIAL
DE LA FEDERACIÓN, ASÍ COMO AQUELLOS EN QUE LA
AUTORIDAD RESPONSABLE NO HAYA LABORADO.
Del criterio sustentado por el Tribunal Pleno de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación en la tesis de jurisprudencia P./J.
5/95, publicado en el Semanario Judicial de la Federación,
Octava Época, Tomo XV-II, febrero de 1995, página 40, se
desprende que para determinar la oportunidad en la
presentación de una demanda de amparo contra una sentencia
definitiva, laudo o resolución que ponga fin al juicio, dictada
por tribunales judiciales, administrativos o del trabajo, no
deben excluirse del cómputo respectivo, los días hábiles en que
el Tribunal Colegiado de Circuito del conocimiento haya
suspendido labores, ya que sólo deben excluirse los días que
los artículos 23 de la Ley de Amparo y 163 de la Ley Orgánica
del Poder Judicial de la Federación señalan como inhábiles,
aunque los haya laborado la autoridad responsable y los días
en que no haya laborado la autoridad responsable. No es óbice
a lo antes expuesto lo previsto en el artículo 26 de la ley de la
materia, en el sentido de que no se computarán los días
hábiles no laborados por "el juzgado o el tribunal en que deban
hacerse las promociones", toda vez que tal disposición debe
entenderse referida únicamente a los días hábiles en que la
autoridad responsable haya suspendido sus labores, en tanto
que es a ésta a la que le corresponde recibir la demanda de
garantías por disposición expresa del artículo 163 de la Ley
Reglamentaria de los Artículos 103 y 107 Constitucionales.
SEGUNDA SALA
Contradicción de tesis 8/2003-PL. Entre las sustentadas por los
Tribunales Colegiados Primero del Octavo Circuito, Primero en
Materia Civil del Segundo Circuito, Primero en Materia Civil del
Sexto Circuito y Segundo en Materia de Trabajo del Cuarto
Circuito. 28 de febrero de 2003. Cinco votos. Ponente:
Guillermo I. Ortiz Mayagoitia. Secretaria: Georgina Laso de la
Vega Romero.
Tesis de jurisprudencia 18/2003. Aprobada por la Segunda Sala
de este Alto Tribunal, en sesión privada del siete de marzo de
dos mil tres.
Nota: La tesis P./J. 5/95 citada aparece publicada con el rubro:
"DÍAS INHÁBILES. PARA LA INTERPOSICIÓN DE LA DEMANDA
DE AMPARO, DEBEN EXCLUIRSE TANTO LOS QUE CONTEMPLA
LA LEY DE AMPARO AUNQUE HAYAN SIDO LABORABLES PARA
LAS
AUTORIDADES
RESPONSABLES,
COMO
LOS
CONTEMPLADOS COMO HÁBILES POR LA PROPIA LEGISLACIÓN
CUANDO LAS AUTORIDADES RESPONSABLES SUSPENDIERON
SUS LABORES.".
V.- PRECEPTOS CONSTITUCIONALES VIOLADOS:
Artículos 1, 4, 5, 9, 14, 16, 17, 25, 26, 123 Apartado A, Fracciones I, III, IV,
V, VII, VIII, IX, X, XI, XIII, XIV, XV, XVI y XXIX, y 133 de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos; artículos 4, 13 de la Carta
Democrática Interamericana; artículos 1, 2, 6, 13.1, 13.3, 15, 16, 19, 26 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos, Convención Belém Do Pará,
Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados entre Estados y
Organizaciones Internacionales; artículos 2, 5, 13, 25, 26, 27, 40 de la
Convención Internacional sobre la Protección de los Derechos de Todos los
Trabajadores Migratorios y de sus Familiares; artículos 2, 3, 5, 11.2, 12.2 y 14
de la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación
contra la Mujer; artículos 1, 2, 3, 4, 26, 32 de la Convención sobre los
Derechos del Niño; Convenio OIT 11 sobre el Derecho de Asociación; Convenio
OIT 26 sobre la Fijación de Salarios Mínimos; Convenio OIT 29 sobre el Trabajo
Forzoso; Convenio OIT 30 sobre las Horas de Trabajo; Convenio OIT 34 sobre
las Agencias Retribuidas; Convenio OIT 43 sobre las Horas de Trabajo en la
Fabricación Automática de Vidrio Plano; Convenio OIT 87 sobre la Libertad
Sindical y a la Protección al Derecho a la Sindicación; Convenio OIT 90 sobre el
Trabajo Nocturno; Convenio OIT 95 sobre la Protección del Salario; Convenio
OIT 96 sobre las Agencias Retribuidas de Colocación; Convenio OIT 99 sobre
los Métodos de Fijación de Salarios Mínimos; Convenio OIT 100 sobre Igualdad
de Remuneración; Convenio OIT 102 sobre la Seguridad Social; Convenio OIT
105 sobre la Abolición del Trabajo Forzoso; Convenio OIT 118 sobre la
Igualdad de Trato; Convenio OIT 131 sobre la Fijación de Salarios; Convenio
OIT 135 sobre la Protección y Facilidades que Deben Otorgarse a los
Representantes de los Trabajadores en la Empresa; Convenio OIT 141 sobre
las Organizaciones de Trabajadores Rurales; Convenio OIT 142 sobre
Desarrollo de los Recursos; artículos 1, 2, 7, 14, 15, 16, 37 de la Declaración
Americana de los Derechos y Deberes del Hombre; artículos 1, 2, 3, 4, 7, 22,
23, 23.4, 24, 25 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos;
Directrices de Maastricht; artículos 2.1, 2.2, 5, 8, 19.1, 19.2, 21, 22, 25 b
24.1, 26 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos; artículos 2, 3,
4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11 del Pacto Internacional de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales; Principios de Limburgo; y artículos 1, 2, 3, 4, 6, 7, 8,
8.1, 8.2, 8.3, 9, 10, 16 del Protocolo de San Salvador; y los principios del
Derecho Laboral a la estabilidad en el empleo, a la suficiencia salarial, a las
condiciones satisfactorias de trabajo, a la seguridad social, a la equidad de
género en las relaciones laborales, a los derechos para los menores
trabajadores, a la libertad sindical.
ANTECEDENTES
PRIMERO.- En mil novecientos diecisiete, se promulgó y entró en vigor la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, estableciéndose por
primera vez en una Constitución, los denominados “Derechos Sociales”, entre
otros, su artículo 5 el derecho de todo individuo al trabajo licito y justamente
remunerado y consecuentemente en el artículo 123 los derechos
fundamentales de los trabajadores mexicanos.
SEGUNDO.- El siete de noviembre de mil novecientos cuarenta y cinco, el
Estado mexicano ingresa a la Organización de las Naciones Unidas. El veintitrés
de marzo de mil novecientos ochenta y uno, ratifica el Pacto Internacional de
Derechos Económicos Sociales y Culturales. Tras la ratificación del Pacto,
asume la responsabilidad de velar por la protección, respeto y garantía de los
derechos económicos, sociales y culturales, dentro de los que se encuentra el
derecho al trabajo.
TERCERO.- En mil novecientos cuarenta y ocho, ingresa a la Organización de
Estados Americanos, tras la firma de la Carta de los Estados Americanos y de
la Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre. En mil
novecientos noventa y ocho, entra en vigencia el Protocolo adicional a la
Convención Americana sobre Derechos Humanos en materia de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales (Protocolo de San Salvador) en el que se
reconoce el derecho al trabajo.
La obligatoriedad en la aplicación de los tratados internacionales en materia de
derechos humanos, deriva de lo señalado en los artículos 1 y 133 de la
Constitución, aunado a lo señalado en los artículos 11 y 14 de la Convención
de Viena, firmada y ratificada por México el veintiocho de abril de mil
novecientos ochenta y ocho, el cumplimiento de las obligaciones derivadas de
dichos instrumentos internacionales, se debe realizar, de acuerdo con lo
señalado en su articulado, con base en los principios de universalidad,
integralidad, interdependencia y progresividad de los derechos humanos.
CUARTO.- México es miembro de la Organización Internacional del Trabajo,
motivo por el cual los Convenios emanados del mismo son obligatorios para el
Estado Mexicano.
QUINTO.- El Estado mexicano recibió las siguientes recomendaciones:

Continuar con las reformas iniciadas para garantizar el pleno disfrute de
los derechos humanos y las libertades fundamentales de sus
ciudadanos, en particular, la armonización de la legislación nacional con
sus compromisos internacionales;

Incorporar de manera efectiva las disposiciones de los instrumentos
internacionales de derechos humanos en la legislación nacional; y

Armonizar las leyes federales y
internacionales de derechos humanos.
estatales
con
instrumentos
SEXTO.- En el Diario Oficial de la Federación de fecha treinta de noviembre de
dos mil doce, se publicó el Decreto emitido por el Congreso de la Unión,
relativo a las reformas a la Ley Federal del Trabajo, reglamentaria del apartado
A del artículo 123 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos,
que contiene los dispositivos tildados de inconstitucionales e in-convencionales,
decreto firmado el día veintinueve de diciembre de dos mil doce por el titular
del Ejecutivo de la Unión, quien en cumplimiento de lo dispuesto por la fracción
I del artículo 89 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos,
expidió el Decreto de reformas a la Ley Federal del Trabajo que contiene los
dispositivos tildados de inconstitucionales.
SÉPTIMO.- Por efectos del aludido Decreto, la Ley Federal del Trabajo fue
reformada con efectos de vigor a partir del día sábado primero de diciembre de
dos mil doce.
OCTAVO.- Las disposiciones reformadas, adicionadas o modificadas de Ley
Federal del Trabajo, son inconstitucionales e in-convencionales, y en
consecuencia, violatorias de los derechos fundamentales de los quejosos, en
los términos y condiciones que se articulan en los conceptos de violación que
se hacen valer.
CONCEPTOS DE VIOLACIÓN
Ante las reformas Constitucionales del seis y once de junio de dos mil once, la
primera respecto a la Ley de Amparo y la segunda respecto a los Derechos
Humanos que gozarán todas las personas en los Estados Unidos Mexicanos que
reconozca la Constitución y en los Tratados Internacionales en los que el
Estado Mexicano sea parte, en la reforma al artículo primero constitucional en
su párrafo tercero establece la obligación de todas las autoridades en el ámbito
de sus competencias, de promover, respetar, proteger y garantizar los
derechos humanos de conformidad con los principios de universalidad,
interdependencia y progresividad.
Las reformas a la Ley Federal del Trabajo que se combate, desconocen los
derechos laborales que contiene el artículo 123 constitucional, pero además la
reforma constitucional citada, que eleva los derechos laborales a la condición
de derechos humanos, y en ejercicio del principio de convencionalidad también
reconoce la aplicabilidad de los Tratados Internacionales de los que el Estado
Mexicano sea parte.
La reforma a la Ley Federal del Trabajo que hoy se impugna, frente al artículo
123 constitucional, es regresiva pues elimina derechos ya reconocidos,
ejercidos y gozados por los trabajadores mexicano, de tal manera que las
autoridades responsables reducen derechos fundamentales, como el de
estabilidad en el empleo, nivel de protección de salario, condiciones de trabajo,
prestaciones que el artículo constitucional contenía. Las modificaciones
legislativas no pueden ser arbitrarias sino atender a la justicia social y la
equidad, así las autoridades están obligadas a corregir las visibles
desigualdades sociales que permitan facilitar la inclusión y la participación de
los ciudadanos, frente a la expedición de normas; esta obligación se traduce en
que una vez alcanzado cierto nivel de protección, goce y ejercicio de derechos
fundamentales, en este caso en materia laboral para los trabajadores, es ilegal
su regresividad, la potestad del legislador está limitada a ello frente a las
obligaciones previstas en el párrafo tercero del artículo primero constitucional y
responsabilidad internacional del estado mexicano de respetar los derechos
humanos y armonizar su legislación interna en ese sentido, así el principio de
no regresividad se convierte en un pilar del derecho laboral, consagrados en
las reformas a la Constitución que reconoce que todas las personas gozarán de
los derechos humanos reconocidos por la constitución y los tratados
internacionales.
Sirven de apoyo los siguientes criterios del Poder Judicial de la Federación,
mismos que a la letra señalan:
PRINCIPIOS DE OPTIMIZACIÓN INTERPRETATIVA DE
LOS DERECHOS HUMANOS RECONOCIDOS EN LA
CONSTITUCIÓN
FEDERAL
(UNIVERSALIDAD,
INTERDEPENDENCIA,
INDIVISIBILIDAD
Y
PROGRESIVIDAD). ORIENTAN LA INTERPRETACIÓN DE
LOS PRECEPTOS CONSTITUCIONALES EN ESA MATERIA
Y SON DE INELUDIBLE OBSERVANCIA PARA TODAS LAS
AUTORIDADES.
El 10 de junio de 2011 se promulgaron reformas a la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en
materia de derechos humanos, de las que sobresale la
modificación de su artículo 1o. que establece la obligación de
toda autoridad, de promover, respetar y garantizar los
derechos humanos, favoreciendo la protección más amplia
posible a favor de la persona, de conformidad con los
principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y
progresividad. En virtud de éstos, la valoración de los
derechos fundamentales queda vinculada a la premisa de que
deben respetarse en beneficio de todo ser humano, sin
distinción de edad, género, raza, religión, ideas, condición
económica, de vida, salud, nacionalidad o preferencias
(universalidad); además, tales derechos han de apreciarse
como relacionados de forma que no sería posible distinguirlos
en
orden
de
importancia
o
como
prerrogativas
independientes, prescindibles o excluyentes unas ante otras,
sino que todos deben cumplirse en la mayor medida posible,
así sea en diferente grado por la presencia de otro derecho
fundamental que también deba respetarse y que resulte
eventualmente preferible, por asegurar un beneficio mayor al
individuo, sin que el derecho fundamental que ceda se
entienda
excluido
definitivamente
(indivisibilidad
e
interdependencia); asimismo, con el entendimiento de que
cada uno de esos derechos, o todos en su conjunto, obedecen
a un contexto de necesidades pasadas y actuales, mas no
niegan la posibilidad de verse expandidos, por adecuación a
nuevas condiciones sociales que determinen la necesidad y
vigencia de otras prerrogativas que deban reconocerse a favor
del individuo (progresividad). De esta guisa, los referidos
principios orientan la interpretación de los restantes preceptos
constitucionales en materia de derechos fundamentales,
conduciendo a su realización y observancia más plena e
inmejorable posibles, vinculando el proceder de toda
autoridad en el cumplimiento del mandato de promover,
respetar, proteger y garantizar los derechos humanos
reconocidos en la Constitución y los tratados internacionales
de la materia, por lo que se constituyen como auténticos
principios de optimización e interpretación constitucional que
el legislador decidió objetivar en la Norma Suprema y, que
por ende, resultan de ineludible observancia para todas las
autoridades, y más aún para las jurisdiccionales.
SEGUNDO
TRIBUNAL
COLEGIADO
ADMINISTRATIVA DEL CUARTO CIRCUITO.
EN
MATERIA
Amparo directo 4/2012. Instituto Motolinía, A.C. 21 de junio
de 2012. Unanimidad de votos. Ponente: José Carlos
Rodríguez Navarro. Secretario: Eucario Adame Pérez.
PROGRESIVIDAD. CÓMO DEBE INTERPRETARSE DICHO
PRINCIPIO POR LAS AUTORIDADES A PARTIR DE LA
REFORMA QUE SUFRIÓ EL ARTÍCULO 1O. DE LA
CONSTITUCIÓN FEDERAL, PUBLICADA EN EL DIARIO
OFICIAL DE LA FEDERACIÓN EL 10 DE JUNIO DE 2011.
El principio de progresividad persigue, esencialmente, la
aplicación preferente de aquel ordenamiento que contemple
un mayor beneficio al gobernado respecto de sus derechos
humanos, por ello las autoridades deben estar atentas a la
evolución de éstos, especialmente en los tratados
internacionales, pues puede suceder que exista contraposición
entre un derecho humano que consagra la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos y el previsto en el
tratado, en cuyo caso, si éste es de mayor beneficio para la
persona, es el que debe aplicarse, en observancia al referido
principio y acorde con los fines de justicia, equidad y
solidaridad
social
perseguidos
por
el
Constituyente
Permanente a partir de la reforma al artículo 1o. de la
Constitución Federal, publicada en el Diario Oficial de la
Federación el 10 de junio de 2011.
CUARTO TRIBUNAL COLEGIADO DE CIRCUITO DEL CENTRO
AUXILIAR DE LA TERCERA REGION CON RESIDENCIA EN
GUADALAJARA JALISCO.
Amparo directo 633/2011. Pedro Rodríguez Alcántara. 20 de
octubre de 2011. Unanimidad de votos. Ponente: Jorge
Humberto Benítez Pimienta. Secretario: Nicolás Alvarado
Ramírez.
102. El Tribunal observa que el desarrollo progresivo de los
derechos económicos, sociales y culturales ha sido materia de
pronunciamiento por parte del Comité de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales de las Naciones Unidas, en
el sentido de que la plena efectividad de aquéllos “no podrá
lograrse en un breve período de tiempo” y que, en esa
medida, “requiere un dispositivo de flexibilidad necesaria que
refleje las realidades del mundo [...] y las dificultades que
implica para cada país el asegurar [dicha] efectividad”. En el
marco de dicha flexibilidad en cuanto a plazo y modalidades,
el Estado tendrá esencialmente, aunque no exclusivamente,
una obligación de hacer, es decir, de adoptar providencias y
brindar los medios y elementos necesarios para responder a
las exigencias de efectividad de los derechos involucrados,
siempre en la medida de los recursos económicos y
financieros de que disponga para el cumplimiento del
respectivo compromiso internacional adquirido88. Así, la
implementación progresiva de dichas medidas podrá ser
objeto de rendición de cuentas y, de ser el caso, el
cumplimiento del respectivo compromiso adquirido por el
Estado podrá ser exigido ante las instancias llamadas a
resolver eventuales violaciones a los derechos humanos.
Corte Interamericana de Derechos Humanos, Caso Acevedo
Buendía Y Otros (“Cesantes y Jubilados de La Contraloría”)
Vs. Perú, Sentencia de 1 de Juliod 2009 (Excepción
Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas)
21. La Corte entiende que es reclamable o exigible la
observancia del artículo 26 -norma imperiosa, no solo
sugerencia política- ante instancias llamadas a pronunciarse
sobre ese extremo, en el marco del Derecho interno o en el
ámbito externo, conforme a las decisiones constitucionales y a
los compromisos internacionales adquiridos por el Estado. La
valoración tiene dos dimensiones: la observancia de la
progresividad, atenta al máximo esfuerzo para conseguirla, y
la negación de la regresividad, que contraría los postulados y
el espíritu del corpus juris de los derechos humanos y que
también
debe
ser
valorada
por
las
jurisdicciones
correspondientes.
Voto Concurrente del Juez Sergio García Ramírez en Relación
con la Sentencia de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos en el caso Acevedo Buendía y Otros (“Cesantes y
Jubilados de La Contraloría”) del 1 de Julio de 2009.
Para describir con precisión los Conceptos de Violación, hechos valer en la
presente vía, es menester precisar los artículos de la Ley Federal del
Trabajo que se estiman inconstitucionales:
Artículo 2.- Las normas del trabajo tienden a conseguir el
equilibrio entre los factores de la producción y la justicia
social, así como propiciar el trabajo digno o decente en todas
las relaciones laborales.
Se entiende por trabajo digno o decente aquél en el que se
respeta plenamente la dignidad humana del trabajador; no
existe discriminación por origen étnico o nacional, género,
edad, discapacidad, condición social, condiciones de salud,
religión, condición migratoria, opiniones, preferencias
sexuales o estado civil; se tiene acceso a la seguridad social y
se percibe un salario remunerador; se recibe capacitación
continua para el incremento de la productividad con beneficios
compartidos, y se cuenta con condiciones óptimas de
seguridad e higiene para prevenir riesgos de trabajo.
El trabajo digno o decente también incluye el respeto
irrestricto a los derechos colectivos de los trabajadores, tales
como la libertad de asociación, autonomía, el derecho de
huelga y de contratación colectiva.
Se tutela la igualdad sustantiva o de hecho de trabajadores y
trabajadoras frente al patrón.
La igualdad sustantiva es la que se logra eliminando la
discriminación contra las mujeres que menoscaba o anula el
reconocimiento, goce o ejercicio de sus derechos humanos y
las libertades fundamentales en el ámbito laboral. Supone el
acceso a las mismas oportunidades, considerando las
diferencias biológicas, sociales y culturales de mujeres y
hombres.
Artículo 3.- El trabajo es un derecho y un deber sociales. No
es artículo de comercio.
No
podrán
establecerse
condiciones
que
impliquen
discriminación entre los trabajadores por motivo de origen
étnico o nacional, género, edad, discapacidad, condición
social, condiciones de salud, religión, condición migratoria,
opiniones, preferencias sexuales, estado civil o cualquier otro
que atente contra la dignidad humana.
No se considerarán discriminatorias las distinciones,
exclusiones o preferencias que se sustenten en las
calificaciones particulares que exija una labor determinada.
Es de interés social promover y vigilar la capacitación, el
adiestramiento, la formación para y en el trabajo, la
certificación de competencias laborales, la productividad y la
calidad en el trabajo, la sustentabilidad ambiental, así como
los beneficios que éstas deban generar tanto a los
trabajadores como a los patrones.
Artículo 15-A.- El trabajo en régimen de subcontratación es
aquel por medio del cual un patrón denominado contratista
ejecuta obras o presta servicios con sus trabajadores bajo su
dependencia, a favor de un contratante, persona física o
moral, la cual fija las tareas del contratista y lo supervisa en
el desarrollo de los servicios o la ejecución de las obras
contratadas.
Este tipo de trabajo, deberá cumplir con las siguientes
condiciones:
a) No podrá abarcar la totalidad de las actividades, iguales o
similares en su totalidad, que se desarrollen en el centro de
trabajo.
b) Deberá justificarse por su carácter especializado.
c) No podrá comprender tareas iguales o similares a las que
realizan el resto de los trabajadores al servicio del
contratante.
De no cumplirse con todas estas condiciones, el contratante
se considerará patrón para todos los efectos de esta Ley,
incluyendo las obligaciones en materia de seguridad social.
Artículo 15-B.- El contrato que se celebre entre la persona
física o moral que solicita los servicios y un contratista,
deberá constar por escrito.
La empresa contratante deberá cerciorarse al momento de
celebrar el contrato a que se refiere el párrafo anterior, que la
contratista cuenta con la documentación y los elementos
propios suficientes para cumplir con las obligaciones que
deriven de las relaciones con sus trabajadores.
Artículo 15-C.- La empresa contratante de los servicios
deberá cerciorarse permanentemente que la empresa
contratista, cumple con las disposiciones aplicables en materia
de seguridad, salud y medio ambiente en el trabajo, respecto
de los trabajadores de esta última.
Lo anterior, podrá ser cumplido a través de una unidad de
verificación debidamente acreditada y aprobada en términos
de las disposiciones legales aplicables.
Artículo 15-D.- No se permitirá el régimen de
subcontratación cuando se transfieran de manera deliberada
trabajadores de la contratante a la subcontratista con el fin de
disminuir derechos laborales; en este caso, se estará a lo
dispuesto por el artículo 1004-C y siguientes de esta Ley.
Artículo 22 Bis.- Cuando las autoridades del trabajo
detecten trabajando a un menor de 14 años fuera del círculo
familiar, ordenará que de inmediato cese en sus labores. Al
patrón que incurra en esta conducta se le sancionará con la
pena establecida en el artículo 995 Bis de esta Ley.
En caso de que el menor no estuviere devengando el salario
que perciba un trabajador que preste los mismos servicios, el
patrón deberá resarcirle las diferencias.
Se entenderá por círculo familiar a los parientes del menor,
por consanguinidad, ascendientes o colaterales; hasta el
segundo grado.
Artículo 25.- ...
I. Nombre, nacionalidad, edad, sexo, estado civil, Clave Única
de Registro de Población, Registro Federal de Contribuyentes
y domicilio del trabajador y del patrón;
II. Si la relación de trabajo es para obra o tiempo
determinado, por temporada, de capacitación inicial o por
tiempo indeterminado y, en su caso, si está sujeta a un
periodo de prueba;
III. ...
IV. El lugar o los lugares donde deba prestarse el trabajo;
V. a IX. ...
Artículo 28.- En la prestación de los servicios de
trabajadores mexicanos fuera de la República, contratados en
territorio nacional y cuyo contrato de trabajo se rija por esta
Ley, se observará lo siguiente:
I. Las condiciones de trabajo se harán constar por escrito y
contendrán además de las estipulaciones del artículo 25 de
esta Ley, las siguientes:
a) Indicar que los gastos de repatriación quedan a cargo del
empresario contratante;
b) Las condiciones de vivienda decorosa e higiénica que
disfrutará el trabajador, mediante arrendamiento o cualquier
otra forma;
c) La forma y condiciones en las que se le otorgará al
trabajador y de su familia, en su caso, la atención médica
correspondiente; y
d) Los mecanismos para informar al trabajador acerca de las
autoridades consulares y diplomáticas mexicanas a las que
podrá acudir en el extranjero y de las autoridades
competentes del país a donde se prestarán los servicios,
cuando el trabajador considere que sus derechos han sido
menoscabados, a fin de ejercer la acción legal conducente;
II. El patrón señalará en el contrato de trabajo domicilio
dentro de la República para todos los efectos legales;
III. El contrato de trabajo será sometido a la aprobación de
la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje, la cual, después
de comprobar que éste cumple con las disposiciones a que se
refieren las fracciones I y II de este artículo lo aprobará.
En caso de que el patrón no cuente con un establecimiento
permanente y domicilio fiscal o de representación comercial
en territorio nacional, la Junta Federal de Conciliación y
Arbitraje fijará el monto de una fianza o depósito para
garantizar el cumplimiento de las obligaciones contraídas. El
patrón deberá comprobar ante la misma Junta el
otorgamiento de la fianza o la constitución del depósito;
IV. El trabajador y el patrón deberán anexar al contrato de
trabajo la visa o permiso de trabajo emitido por las
autoridades consulares o migratorias del país donde deban
prestarse los servicios; y
V. Una vez que el patrón compruebe ante la Junta que ha
cumplido las obligaciones contraídas, se ordenará la
cancelación de la fianza o la devolución del depósito que ésta
hubiere determinado.
Artículo 28-A.- En el caso de trabajadores mexicanos
reclutados y seleccionados en México, para un empleo
concreto en el exterior de duración determinada, a través de
mecanismos acordados por el gobierno de México con un
gobierno extranjero, se atenderá a lo dispuesto por dicho
acuerdo, que en todo momento salvaguardará los derechos de
los trabajadores, conforme a las bases siguientes:
I. Las condiciones generales de trabajo para los mexicanos en
el país receptor serán dignas e iguales a las que se otorgue a
los trabajadores de aquel país;
II. Al expedirse la visa o permiso de trabajo por la autoridad
consular o migratoria del país donde se prestará el servicio,
se entenderá que dicha autoridad tiene conocimiento de que
se establecerá una relación laboral entre el trabajador y un
patrón determinado;
III. Las condiciones para la repatriación, la vivienda, la
seguridad social y otras prestaciones se determinarán en el
acuerdo;
IV. El reclutamiento y la selección será organizada por la
Secretaría del Trabajo y Previsión Social, a través del Servicio
Nacional de Empleo, en coordinación con las autoridades
estatales y municipales; y
V. Contendrá mecanismos para informar al trabajador acerca
de las autoridades consulares y diplomáticas mexicanas a las
que podrá acudir en el extranjero y de las autoridades
competentes del país a donde se prestarán los servicios,
cuando el trabajador considere que sus derechos han sido
menoscabados, a fin de ejercer la acción legal conducente.
Artículo 28-B.- En el caso de trabajadores mexicanos
reclutados y seleccionados en México, para un empleo
concreto en el exterior de duración determinada, que sean
colocados por entidades privadas, se observarán las normas
siguientes:
I. Las agencias de colocación de trabajadores deberán estar
debidamente autorizadas y registradas, según corresponda,
conforme a lo dispuesto en las disposiciones legales
aplicables;
II. Las agencias de colocación de trabajadores deberán
cerciorarse de:
a) La veracidad de las condiciones generales de trabajo que
se ofrecen, así como de las relativas a vivienda, seguridad
social y repatriación a que estarán sujetos los trabajadores.
Dichas condiciones deberán ser dignas y no implicar
discriminación de cualquier tipo; y
b) Que los aspirantes hayan realizado los trámites para la
expedición de visa o permiso de trabajo por la autoridad
consular o migratoria del país donde se prestará el servicio;
III. Las agencias de colocación deberán informar a los
trabajadores sobre la protección consular a la que tienen
derecho y la ubicación de la Embajada o consulados
mexicanos en el país que corresponda, además de las
autoridades competentes a las que podrán acudir para hacer
valer sus derechos en el país de destino.
En los casos en que los trabajadores hayan sido engañados
respecto a las condiciones de trabajo ofrecidas, las agencias
de colocación de trabajadores serán responsables de sufragar
los gastos de repatriación respectivos.
La Inspección Federal del Trabajo vigilará el cumplimiento de
las obligaciones contenidas en este artículo.
Artículo 35.- Las relaciones de trabajo pueden
o tiempo determinado, por temporada o
indeterminado y en su caso podrá estar sujeto
capacitación inicial. A falta de estipulaciones
relación será por tiempo indeterminado.
ser para obra
por tiempo
a prueba o a
expresas, la
Artículo 39-A.- En las relaciones de trabajo por tiempo
indeterminado o cuando excedan de ciento ochenta días,
podrá establecerse un periodo a prueba, el cual no podrá
exceder de treinta días, con el único fin de verificar que el
trabajador cumple con los requisitos y conocimientos
necesarios para desarrollar el trabajo que se solicita.
El periodo de prueba a que se refiere el párrafo anterior,
podrá extenderse hasta ciento ochenta días, sólo cuando se
trate de trabajadores para puestos de dirección, gerenciales y
demás personas que ejerzan funciones de dirección o
administración en la empresa o establecimiento de carácter
general o para desempeñar labores técnicas o profesionales
especializadas.
Durante el período de prueba el trabajador disfrutará del
salario, la garantía de la seguridad social y de las prestaciones
de la categoría o puesto que desempeñe. Al término del
periodo de prueba, de no acreditar el trabajador que satisface
los requisitos y conocimientos necesarios para desarrollar las
labores, a juicio del patrón, tomando en cuenta la opinión de
la Comisión Mixta de Productividad, Capacitación y
Adiestramiento en los términos de esta Ley, así como la
naturaleza de la categoría o puesto, se dará por terminada la
relación de trabajo, sin responsabilidad para el patrón.
Artículo 39-B.- Se entiende por relación de trabajo para
capacitación inicial, aquella por virtud de la cual un trabajador
se obliga a prestar sus servicios subordinados, bajo la
dirección y mando del patrón, con el fin de que adquiera los
conocimientos o habilidades necesarios para la actividad para
la que vaya a ser contratado.
La vigencia de la relación de trabajo a que se refiere el
párrafo anterior, tendrá una duración máxima de tres meses o
en su caso, hasta de seis meses sólo cuando se trate de
trabajadores para puestos de dirección, gerenciales y demás
personas que ejerzan funciones de dirección o administración
en la empresa o establecimiento de carácter general o para
desempeñar
labores
que
requieran
conocimientos
profesionales especializados. Durante ese tiempo el
trabajador disfrutará del salario, la garantía de la seguridad
social y de las prestaciones de la categoría o puesto que
desempeñe. Al término de la capacitación inicial, de no
acreditar competencia el trabajador, a juicio del patrón,
tomando en cuenta la opinión de la Comisión Mixta de
Productividad, Capacitación y Adiestramiento en los términos
de esta Ley, así como a la naturaleza de la categoría o
puesto, se dará por terminada la relación de trabajo, sin
responsabilidad para el patrón.
Artículo 39-C.- La relación de trabajo con periodo a prueba o
de capacitación inicial, se hará constar por escrito
garantizando la seguridad social del trabajador; en caso
contrario se entenderá que es por tiempo indeterminado, y se
garantizarán los derechos de seguridad social del trabajador.
Artículo 39-D.- Los periodos a prueba y de capacitación
inicial son improrrogables.
Dentro de una misma empresa o establecimiento, no podrán
aplicarse al mismo trabajador en forma simultánea o sucesiva
periodos de prueba o de capacitación inicial, ni en más de una
ocasión, ni tratándose de puestos de trabajo distintos, o de
ascensos, aun cuando concluida la relación de trabajo surja
otra con el mismo patrón, a efecto de garantizar los derechos
de la seguridad social del trabajador.
Artículo 39-E.- Cuando concluyan los periodos a prueba o de
capacitación inicial y subsista la relación de trabajo, ésta se
considerará por tiempo indeterminado y el tiempo de vigencia
de aquellos se computará para efectos del cálculo de la
antigüedad.
Artículo 39-F.- Las relaciones de trabajo por tiempo
indeterminado serán continuas por regla general, pero podrán
pactarse para labores discontinuas cuando los servicios
requeridos sean para labores fijas y periódicas de carácter
discontinuo, en los casos de actividades de temporada o que
no exijan la prestación de servicios toda la semana, el mes o
el año.
Los trabajadores que presten servicios bajo esta modalidad
tienen los mismos derechos y obligaciones que los
trabajadores por tiempo indeterminado, en proporción al
tiempo trabajado en cada periodo.
Artículo 47.- ...
I. ...
II. Incurrir el trabajador, durante sus labores, en faltas de
probidad u honradez, en actos de violencia, amagos, injurias
o malos tratamientos en contra del patrón, sus familiares o
del personal directivo o administrativo de la empresa o
establecimiento, o en contra de clientes y proveedores del
patrón, salvo que medie provocación o que obre en defensa
propia;
III. a VII. ...
VIII. Cometer el trabajador actos inmorales o de
hostigamiento y/o acoso sexual contra cualquier persona en el
establecimiento o lugar de trabajo;
IX. a XIII. ...
XIV. La sentencia ejecutoriada que imponga al trabajador una
pena de prisión, que le impida el cumplimiento de la relación
de trabajo;
XIV Bis. La falta de documentos que exijan las leyes y
reglamentos, necesarios para la prestación del servicio
cuando sea imputable al trabajador y que exceda del periodo
a que se refiere la fracción IV del artículo 43; y
XV. ...
El patrón que despida a un trabajador deberá darle aviso
escrito en el que refiera claramente la conducta o conductas
que motivan la rescisión y la fecha o fechas en que se
cometieron.
El aviso deberá entregarse personalmente al trabajador en el
momento mismo del despido o bien, comunicarlo a la Junta
de Conciliación y Arbitraje competente, dentro de los cinco
días hábiles siguientes, en cuyo caso deberá proporcionar el
último domicilio que tenga registrado del trabajador a fin de
que la autoridad se lo notifique en forma personal.
La prescripción para ejercer las acciones derivadas del
despido no comenzará a correr sino hasta que el trabajador
reciba personalmente el aviso de rescisión.
La falta de aviso al trabajador personalmente o por conducto
de la Junta, por sí sola determinará la separación no
justificada y, en consecuencia, la nulidad del despido.
Artículo 48.- El trabajador podrá solicitar ante la Junta de
Conciliación y Arbitraje, a su elección, que se le reinstale en el
trabajo que desempeñaba, o que se le indemnice con el
importe de tres meses de salario, a razón del que
corresponda a la fecha en que se realice el pago.
Si en el juicio correspondiente no comprueba el patrón la
causa de la rescisión, el trabajador tendrá derecho, además,
cualquiera que hubiese sido la acción intentada, a que se le
paguen los salarios vencidos computados desde la fecha del
despido hasta por un período máximo de doce meses, en
términos de lo preceptuado en la última parte del párrafo
anterior.
Si al término del plazo señalado en el párrafo anterior no ha
concluido el procedimiento o no se ha dado cumplimiento al
laudo, se pagarán también al trabajador los intereses que se
generen sobre el importe de quince meses de salario, a razón
del dos por ciento mensual, capitalizable al momento del
pago. Lo dispuesto en este párrafo no será aplicable para el
pago de otro tipo de indemnizaciones o prestaciones.
En caso de muerte del trabajador, dejarán de computarse los
salarios vencidos como parte del conflicto, a partir de la fecha
del fallecimiento.
Los abogados, litigantes o representantes que promuevan
acciones, excepciones, incidentes, diligencias, ofrecimiento de
pruebas, recursos y, en general toda actuación en forma
notoriamente improcedente, con la finalidad de prolongar,
dilatar u obstaculizar la sustanciación o resolución de un juicio
laboral, se le impondrá una multa de 100 a 1000 veces el
salario mínimo general.
Si la dilación es producto de omisiones o conductas
irregulares de los servidores públicos, la sanción aplicable
será la suspensión hasta por noventa días sin pago de salario
y en caso de reincidencia la destitución del cargo, en los
términos de las disposiciones aplicables. Además, en este
último supuesto se dará vista al Ministerio Público para que
investigue la posible comisión de delitos contra la
administración de justicia.
Artículo 50.- ...
I. y II. ...
III. Además de las indemnizaciones a que se refieren las
fracciones anteriores, en el importe de tres meses de salario y
el pago de los salarios vencidos e intereses, en su caso, en los
términos previstos en el artículo 48 de esta Ley.
Artículo 56.- Las condiciones de trabajo basadas en el
principio de igualdad sustantiva entre mujeres y hombres en
ningún caso podrán ser inferiores a las fijadas en esta Ley y
deberán ser proporcionales a la importancia de los servicios e
iguales para trabajos iguales, sin que puedan establecerse
diferencias y/o exclusiones por motivo de origen étnico o
nacionalidad, sexo, género, edad, discapacidad, condición
social, condiciones de salud, religión, opiniones, preferencias
sexuales, condiciones de embarazo, responsabilidades
familiares o estado civil, salvo las modalidades expresamente
consignadas en esta Ley.
Artículo 56 Bis.- Los trabajadores podrán desempeñar
labores o tareas conexas o complementarias a su labor
principal, por lo cual podrán recibir la compensación salarial
correspondiente.
Para los efectos del párrafo anterior, se entenderán como
labores o tareas conexas o complementarias, aquellas
relacionadas permanente y directamente con las que estén
pactadas en los contratos individuales y colectivos de trabajo
o, en su caso, las que habitualmente realice el trabajador.
Artículo 83.- ...
Tratándose de salario por unidad de tiempo, se establecerá
específicamente esa naturaleza. El trabajador y el patrón
podrán convenir el monto, siempre que se trate de un salario
remunerador, así como el pago por cada hora de prestación
de servicio, siempre y cuando no se exceda la jornada
máxima legal y se respeten los derechos laborales y de
seguridad social que correspondan a la plaza de que se trate.
El ingreso que perciban los trabajadores por esta modalidad,
en ningún caso será inferior al que corresponda a una jornada
diaria.
Artículo 101.- ...
Previo consentimiento del trabajador, el pago del salario
podrá efectuarse por medio de depósito en cuenta bancaria,
tarjeta de débito, transferencias o cualquier otro medio
electrónico. Los gastos o costos que originen estos medios
alternativos de pago serán cubiertos por el patrón.
Artículo 127.- ...
I. a IV. ...
IV Bis. Los trabajadores del establecimiento de una empresa
forman parte de ella para efectos de la participación de los
trabajadores en las utilidades;
V. a VII. ...
Artículo 153-D.- Los trabajadores a quienes se imparta
capacitación o adiestramiento están obligados a:
I. Asistir puntualmente a los cursos, sesiones de grupo y
demás actividades que formen parte del proceso de
capacitación o adiestramiento;
II. Atender las indicaciones de las personas que impartan la
capacitación o adiestramiento, y cumplir con los programas
respectivos; y
III. Presentar los exámenes de evaluación de conocimientos
y de aptitud o de competencia laboral que sean requeridos.
Artículo 153-E.- En las empresas que tengan más de 50
trabajadores
se
constituirán
Comisiones
Mixtas
de
Capacitación, Adiestramiento y Productividad, integradas por
igual número de representantes de los trabajadores y de los
patrones, y serán las encargadas de:
I. Vigilar, instrumentar, operar y mejorar los sistemas y los
programas de capacitación y adiestramiento;
II. Proponer los cambios necesarios en la maquinaria, los
equipos, la organización del trabajo y las relaciones laborales,
de conformidad con las mejores prácticas tecnológicas y
organizativas que incrementen la productividad en función de
su grado de desarrollo actual;
III. Proponer las medidas acordadas por el Comité Nacional y
los Comités Estatales de Productividad a que se refieren los
artículos 153-K y 153-Q, con el propósito de impulsar la
capacitación, medir y elevar la productividad, así como
garantizar el reparto equitativo de sus beneficios;
IV. Vigilar el cumplimiento de los acuerdos de productividad;
y
V. Resolver las objeciones que, en su caso, presenten los
trabajadores con motivo de la distribución de los beneficios de
la productividad.
Para el caso de las micro y pequeñas empresas, que son
aquellas que cuentan con hasta 50 trabajadores, la Secretaría
del Trabajo y Previsión Social y la Secretaría de Economía
estarán obligadas a incentivar su productividad mediante la
dotación de los programas a que se refiere el artículo 153-J,
así como la capacitación relacionada con los mismos. Para tal
efecto, con el apoyo de las instituciones académicas
relacionadas con los temas de los programas referidos,
convocarán en razón de su rama, sector, entidad federativa o
región a los micro y pequeños empresarios, a los trabajadores
y sindicatos que laboran en dichas empresas.
Artículo 153-I.- Se entiende por productividad, para efectos
de esta Ley, el resultado de optimizar los factores humanos,
materiales, financieros, tecnológicos y organizacionales que
concurren en la empresa, en la rama o en el sector para la
elaboración de bienes o la prestación de servicios, con el fin
de promover a nivel sectorial, estatal, regional, nacional e
internacional, y acorde con el mercado al que tiene acceso,
su competitividad y sustentabilidad, mejorar su capacidad, su
tecnología y su organización, e incrementar los ingresos, el
bienestar de los trabajadores y distribuir equitativamente sus
beneficios.
Al establecimiento de los acuerdos y sistemas para medir e
incrementar la productividad, concurrirán los patrones,
trabajadores, sindicatos, gobiernos y academia.
Artículo 153-J.- Para elevar la productividad en las
empresas, incluidas las micro y pequeñas empresas, se
elaborarán programas que tendrán por objeto:
I. Hacer un diagnóstico objetivo de la situación de las
empresas en materia de productividad;
II. Proporcionar a las empresas estudios sobre las mejores
prácticas tecnológicas y organizativas que incrementen su
nivel actual de productividad en función de su grado de
desarrollo;
III. Adecuar las condiciones materiales,
tecnológicas y financieras que permitan
productividad;
organizativas,
aumentar la
IV. Proponer programas gubernamentales de financiamiento,
asesoría, apoyo y certificación para el aumento de la
productividad;
V. Mejorar los sistemas de coordinación entre trabajadores,
empresa, gobiernos y academia;
VI. Establecer compromisos para elevar la productividad por
parte de los empresarios, trabajadores, sindicatos, gobiernos
y academia;
VII. Evaluar periódicamente el desarrollo y cumplimiento de
los programas;
VIII. Mejorar las condiciones de trabajo, así como las
medidas de Seguridad e Higiene;
IX. Implementar sistemas que permitan determinar en forma
y monto apropiados los incentivos, bonos o comisiones
derivados de la contribución de los trabajadores a la elevación
de la productividad que se acuerde con los sindicatos y los
trabajadores; y
X. Las demás que se acuerden y se consideren pertinentes.
Los programas establecidos en este artículo podrán
formularse respecto de varias empresas, por actividad o
servicio, una o varias ramas industriales o de servicios, por
entidades federativas, región o a nivel nacional.
Artículo 153-K.- La Secretaría del Trabajo y Previsión Social
en conjunto con la Secretaría de Economía, convocarán a los
patrones, sindicatos, trabajadores e instituciones académicas
para que constituyan el Comité Nacional de Productividad,
que tendrán el carácter de órgano consultivo y auxiliar del
Ejecutivo Federal y de la planta productiva.
El Comité Nacional de Productividad tendrá las facultades que
enseguida se enumeran:
I. Realizar el diagnóstico nacional e internacional de los
requerimientos necesarios para elevar la productividad y la
competitividad en cada sector y rama de la producción,
impulsar la capacitación y el adiestramiento, así como la
inversión en el equipo y la forma de organización que se
requiera para aumentar la productividad, proponiendo planes
por rama, y vincular los salarios a la calificación y
competencias adquiridas, así como a la evolución de la
productividad de la empresa en función de las mejores
prácticas tecnológicas y organizativas que incrementen la
productividad tomando en cuenta su grado de desarrollo
actual;
II. Colaborar en la elaboración y actualización permanente
del Catálogo Nacional de Ocupaciones y en los estudios sobre
las características de la tecnología, maquinaria y equipo en
existencia y uso, así como de las competencias laborales
requeridas en las actividades correspondientes a las ramas
industriales o de servicios;
III. Sugerir alternativas tecnológicas y de organización del
trabajo para elevar la productividad en función de las mejores
prácticas y en correspondencia con el nivel de desarrollo de
las empresas;
IV. Formular recomendaciones de planes y programas de
capacitación y adiestramiento que permitan elevar la
productividad;
V. Estudiar mecanismos y nuevas formas de remuneración
que vinculen los salarios y, en general el ingreso de los
trabajadores, a los beneficios de la productividad;
VI. Evaluar los efectos de las acciones de capacitación y
adiestramiento en la productividad dentro de las ramas
industriales o actividades específicas de que se trate;
VII. Proponer a la Secretaría del Trabajo y Previsión Social la
expedición de normas técnicas de competencia laboral y, en
su caso, los procedimientos para su evaluación, acreditación y
certificación, respecto de aquellas actividades productivas en
las que no exista una norma determinada;
VIII. Gestionar ante la autoridad laboral el registro de las
constancias relativas a conocimientos o habilidades de los
trabajadores que hayan satisfecho los requisitos legales
exigidos para tal efecto;
IX. Elaborar e implementar los programas a que hace
referencia el artículo anterior;
X. Participar en la elaboración del Plan Nacional de Desarrollo;
XI. Emitir opinión y sugerir el destino y aplicación de recursos
presupuestales orientados al incremento de la productividad;
y
XII. Las demás que se
disposiciones normativas.
establezcan en esta y otras
Artículo 153-L.- El Titular del Ejecutivo Federal fijará las
bases para determinar la forma de designación de los
miembros de la Comisión Nacional de Productividad, así como
las relativas a su organización y funcionamiento. Sujetándose
a los principios de representatividad e inclusión en su
integración.
En la toma de decisiones de la Comisión Nacional de
Productividad se privilegiará el consenso.
Artículo 153-U.- Cuando implantado un programa de
capacitación, un trabajador se niegue a recibir ésta, por
considerar que tiene los conocimientos necesarios para el
desempeño de su puesto y del inmediato superior, deberá
acreditar documentalmente dicha capacidad mediante el
correspondiente certificado de competencia laboral o
presentar y aprobar, ante la entidad instructora, el examen de
suficiencia respectivo.
En este último caso, se extenderá a dicho trabajador la
constancia de competencias o de habilidades laborales.
Artículo 153-V.- La constancia de competencias o de
habilidades laborales es el documento con el cual el
trabajador acreditará haber llevado y aprobado un curso de
capacitación.
...
...
(Se deroga).
Artículo 173.- El trabajo de los menores queda sujeto a
vigilancia y protección especiales de las autoridades del
trabajo tanto federales como locales.
La Secretaría del Trabajo y Previsión Social en coordinación
con las autoridades del trabajo en las entidades federativas,
desarrollarán programas que permitan identificar y erradicar
el trabajo infantil.
Artículo 174.- Los mayores de catorce y menores de
dieciséis años, independientemente de contar con la
autorización de Ley para trabajar, deberán obtener un
certificado médico que acredite su aptitud para el trabajo y
someterse a los exámenes médicos que periódicamente
ordenen las autoridades laborales correspondientes. Sin estos
requisitos, ningún patrón podrá utilizar sus servicios.
Artículo 175 Bis.- Para los efectos de este capítulo, no se
considerará trabajo las actividades que bajo la supervisión, el
cuidado y la responsabilidad de los padres, tutores o quienes
ejerzan la patria potestad, realicen los menores de catorce
años relacionadas con la creación artística, el desarrollo
científico, deportivo o de talento, la ejecución musical o la
interpretación artística en cualquiera de sus manifestaciones,
cuando se sujeten a las siguientes reglas:
a) La relación establecida con el solicitante deberá constar
por escrito y contendrá el consentimiento expreso que en
nombre del menor manifiesten los padres, tutores o quienes
ejerzan la patria potestad, así como la incorporación del
compromiso que asuma el solicitante de respetar a favor del
mismo menor los derechos que la Constitución, los convenios
internacionales y las leyes federales y locales reconozcan a
favor de la niñez;
b) Las actividades que realice el menor no podrán interferir
con su educación, esparcimiento y recreación en los términos
que establezca el derecho aplicable, tampoco implicarán
riesgo para su integridad o salud y en todo caso, incentivarán
el desarrollo de sus habilidades y talentos; y
c) Las contraprestaciones que reciba el menor por las
actividades que realice, nunca serán menores a las que por
concepto de salario recibiría un mayor de catorce y menor de
dieciséis años.
Artículo 176.- Para los efectos del artículo 175, además de
lo que dispongan las Leyes, reglamentos y normas aplicables,
se considerarán como labores peligrosas o insalubres, las
siguientes:
A. Tratándose de menores de catorce a dieciséis años de
edad, aquellos que impliquen:
I. Exposición a:
1. Ruido, vibraciones, radiaciones ionizantes y no ionizantes
infrarrojas o ultravioletas, condiciones térmicas elevadas o
abatidas o presiones ambientales anormales.
2. Agentes químicos contaminantes del ambiente laboral.
3. Residuos peligrosos, agentes biológicos o enfermedades
infecto contagiosas.
4. Fauna peligrosa o flora nociva.
II. Labores:
1. De rescate, salvamento y brigadas contra siniestros.
2. En altura o espacios confinados.
3. En las cuales se operen equipos y procesos críticos donde
se manejen sustancias químicas peligrosas que puedan
ocasionar accidentes mayores.
4. De soldadura y corte.
5. En condiciones climáticas extremas en campo abierto, que
los expongan a deshidratación, golpe de calor, hipotermia o
congelación.
6. En vialidades con amplio volumen de tránsito vehicular
(vías primarias).
7. Agrícolas, forestales, de aserrado, silvícolas, de caza y
pesca.
8. Productivas de las industrias gasera, del cemento, minera,
del hierro y el acero, petrolera y nuclear.
9. Productivas de las industrias ladrillera, vidriera, cerámica y
cerera.
10. Productivas de la industria tabacalera.
11. Relacionadas con la generación, transmisión y distribución
de electricidad y el mantenimiento de instalaciones eléctricas.
12. En obras de construcción.
13. Que tengan responsabilidad directa sobre el cuidado de
personas o la custodia de bienes y valores.
14. Con alto grado de dificultad; en apremio de tiempo; que
demandan alta responsabilidad, o que requieren de
concentración y atención sostenidas.
15. Relativas a la operación, revisión, mantenimiento y
pruebas de recipientes sujetos a presión, recipientes
criogénicos y generadores de vapor o calderas.
16. En buques.
17. Submarinas y subterráneas.
18. Trabajos ambulantes, salvo autorización especial de la
Inspección de Trabajo.
III. Esfuerzo físico moderado y pesado; cargas superiores a
los siete kilogramos; posturas forzadas, o con movimientos
repetitivos por períodos prolongados, que alteren su sistema
músculo-esquelético.
IV. Manejo, transporte, almacenamiento o despacho de
sustancias químicas peligrosas.
V. Manejo, operación y mantenimiento de maquinaria, equipo
o herramientas mecánicas, eléctricas, neumáticas o
motorizadas, que puedan generar amputaciones, fracturas o
lesiones graves.
VI. Manejo de vehículos motorizados, incluido
mantenimiento mecánico y eléctrico.
VII. Uso de herramientas manuales punzo cortantes.
su
B. Tratándose de menores de dieciocho años de edad,
aquellos que impliquen:
I. Trabajos nocturnos industriales.
II. Exposición a:
a. Fauna peligrosa o flora nociva.
b. Radiaciones ionizantes.
III. Actividades en calidad de pañoleros y fogoneros en
buques.
IV. Manejo, transporte, almacenamiento o despacho de
sustancias químicas peligrosas.
V. Trabajos en minas.
Artículo 279.- Trabajadores del campo son los que ejecutan
las labores propias de las explotaciones agrícolas, ganaderas,
acuícolas, forestales o mixtas, al servicio de un patrón.
...
Los trabajadores del campo
eventuales o estacionales.
pueden
ser
permanentes,
Artículo 279 Bis.- Trabajador eventual del campo es aquél
que, sin ser permanente ni estacional, desempeña actividades
ocasionales en el medio rural, que pueden ser por obra y
tiempo determinado, de acuerdo a lo establecido en la
presente Ley.
Artículo 279 Ter.- Los trabajadores estacionales del campo
o jornaleros son aquellas personas físicas que son contratadas
para laborar en explotaciones agrícolas, ganaderas,
forestales, acuícolas o mixtas, únicamente en determinadas
épocas del año, para realizar actividades relacionadas o que
van desde la preparación de la tierra, hasta la preparación de
los productos para su primera enajenación, ya sea que sean
producidos a cielo abierto, en invernadero o de alguna otra
manera protegidos, sin que se afecte su estado natural; así
como otras de análoga naturaleza agrícola, ganadera,
forestal, acuícola o mixta. Puede ser contratada por uno o
más patrones durante un año, por periodos que en ningún
caso podrán ser superiores a veintisiete semanas por cada
patrón.
No se considerarán trabajadores estacionales del campo, los
que laboren en empresas agrícolas, ganaderas, forestales,
acuícolas o mixtas que adquieran productos del campo, para
realizar actividades de empaque, re empaque, exposición,
venta o para su transformación a través de algún proceso que
modifique su estado natural.
Artículo 280.- El trabajador estacional o eventual del campo
que labore en forma continua por un periodo mayor a
veintisiete semanas para un patrón, tiene a su favor la
presunción de ser trabajador permanente.
El patrón llevará un registro especial de los trabajadores
eventuales y estacionales que contrate cada año y exhibirlo
ante las autoridades del trabajo cuando sea requerido para
ello.
Al final de la estación o del ciclo agrícola, el patrón deberá
pagar al trabajador las partes proporcionales que
correspondan por concepto de vacaciones, prima vacacional,
aguinaldo y cualquier otra prestación a la que tenga derecho,
y deberá entregar una constancia a cada trabajador en la que
se señalen los días laborados y los salarios totales
devengados.
Artículo 311.- ...
Será considerado como trabajo a domicilio el que se realiza a
distancia utilizando tecnologías de la información y la
comunicación.
Si el trabajo se ejecuta en condiciones distintas de las
señaladas en este artículo se regirá por las disposiciones
generales de esta Ley.
Artículo 333.- Los trabajadores domésticos que habitan en el
hogar donde prestan sus servicios deberán disfrutar de un
descanso mínimo diario nocturno de nueve horas
consecutivas, además de un descanso mínimo diario de tres
horas entre las actividades matutinas y vespertinas.
Artículo 336.- Los trabajadores domésticos tienen derecho a
un descanso semanal de día y medio ininterrumpido,
preferiblemente en sábado y domingo.
Mediante acuerdo entre las partes podrá acordarse la
acumulación de los medios días en periodos de dos semanas,
pero habrá de disfrutarse de un día completo de descanso en
cada semana.
Artículo 343-A.- Las disposiciones de este capítulo son
aplicables en todas las minas de carbón de la República
Mexicana, y a todos sus desarrollos mineros en cualquiera de
sus etapas mineras en que se encuentre, ya sea, prospección,
preparación, exploración y explotación, independientemente
del tipo de exploración y explotación de que se trate, ya sean,
minas subterráneas, minas de arrastre, tajos a cielo abierto,
tiros inclinados y verticales, así como la extracción en
cualquiera de sus modalidades, llevada a cabo en forma
artesanal, mismas que, para los efectos de esta Ley, son
consideradas centros de trabajo.
Artículo 343-E.- A los responsables y encargados directos de
la operación y supervisión de los trabajos y desarrollos
mineros, que dolosamente o negligentemente omitan
implementar las medidas de seguridad previstas en la
normatividad, y que hayan sido previamente identificados por
escrito en dictamen fundado y motivado de la autoridad
competente, se les aplicarán las penas siguientes:
I. Multa de hasta 2,000 veces el salario mínimo general
vigente en el Distrito Federal, cuando por su omisión se
produzca un riesgo de trabajo, que genere a uno o varios
trabajadores una incapacidad permanente parcial.
II. Multa de hasta 3,500 veces el salario mínimo general
vigente en el Distrito Federal, cuando por su omisión se
produzca un riesgo de trabajo, que genere a uno o varios
trabajadores una incapacidad permanente total.
Artículo 357.- ...
Cualquier injerencia indebida será sancionada en los términos
que disponga la Ley.
Artículo 364 Bis.- En el registro de los sindicatos se deberán
observar los principios de legalidad, transparencia, certeza,
gratuidad, inmediatez, imparcialidad y respeto a la libertad,
autonomía, equidad y democracia sindical.
Artículo 365 Bis.- Las autoridades a que se refiere el
artículo anterior harán pública, para consulta de cualquier
persona, debidamente actualizada, la información de los
registros de los sindicatos. Asimismo, deberán expedir copias
de los documentos que obren en los expedientes de registros
que se les soliciten, en términos del artículo 8o.
constitucional, de lo dispuesto por la Ley Federal de
Transparencia
y
Acceso
a
la
Información
Pública
Gubernamental y de las leyes que regulen el acceso a la
información gubernamental de las entidades federativas,
según corresponda.
El texto íntegro de las versiones públicas de los estatutos en
los sindicatos deberá estar disponible en los sitios de Internet
de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social y de las Juntas
Locales de Conciliación y Arbitraje, según corresponda.
Los registros de los sindicatos deberán contener, cuando
menos, los siguientes datos:
I. Domicilio;
II. Número de registro;
III. Nombre del sindicato;
IV. Nombre de los integrantes del Comité Ejecutivo;
V. Fecha de vigencia del Comité Ejecutivo;
VI. Número de socios, y
VII. Central obrera a la que pertenecen, en su caso.
La actualización de los índices se deberá hacer cada tres
meses.
Artículo 366.- ...
I. y II. ...
III. Si no se exhiben los documentos a que se refiere el
artículo 365.
...
Si la autoridad ante la que se presentó la solicitud de registro,
no resuelve dentro de un término de sesenta días naturales,
los solicitantes podrán requerirla para que dicte resolución, y
si no lo hace dentro de los tres días siguientes a la
presentación de la solicitud, se tendrá por hecho el registro
para todos los efectos legales, quedando obligada la
autoridad, dentro de los tres días siguientes, a expedir la
constancia respectiva.
Artículo 371.- Los estatutos de los sindicatos contendrán:
I. a VIII. ...
IX. Procedimiento para la elección de la directiva y número de
miembros, salvaguardando el libre ejercicio del voto con las
modalidades que acuerde la asamblea general; de votación
indirecta y secreta o votación directa y secreta;
X. a XII. ...
XIII. Época de presentación de cuentas y sanciones a sus
directivos en caso de incumplimiento.
Para tales efectos, se deberán establecer instancias y
procedimientos internos que aseguren la resolución de
controversias entre los agremiados, con motivo de la gestión
de los fondos sindicales.
XIV. y XV. ...
Artículo 373.- La directiva de los sindicatos, en los términos
que establezcan sus estatutos, deberá rendir a la asamblea
cada seis meses, por lo menos, cuenta completa y detallada
de la administración del patrimonio sindical. La rendición de
cuentas incluirá la situación de los ingresos por cuotas
sindicales y otros bienes, así como su destino.
La obligación a que se refiere el párrafo anterior no es
dispensable.
En todo momento cualquier trabajador tendrá el derecho de
solicitar información a la directiva, sobre la administración del
patrimonio del sindicato.
En caso de que los trabajadores no hubieren recibido la
información sobre la administración del patrimonio sindical o
estimen la existencia de irregularidades en la gestión de los
fondos sindicales, podrán acudir a las instancias y
procedimientos internos previstos en los respectivos
estatutos, en términos del artículo 371, fracción XIII, de esta
Ley.
De no existir dichos procedimientos o si agotados éstos, no se
proporciona
la
información
o
las
aclaraciones
correspondientes, podrán tramitar ante la Junta de
Conciliación y Arbitraje que corresponda, el cumplimiento de
dichas obligaciones.
El ejercicio de las acciones a que se refiere el párrafo anterior,
por ningún motivo implicará la pérdida de derechos sindicales,
ni será causa para la expulsión o separación del trabajador
inconforme.
Artículo 377.- ...
I. a III. ...
Las obligaciones a que se refiere este artículo podrán ser
cumplidas a través de medios electrónicos, en los términos
que determinen las autoridades correspondientes.
Artículo 391 Bis.- Las Juntas de Conciliación y Arbitraje
harán pública, para consulta de cualquier persona, la
información de los contratos colectivos de trabajo que se
encuentren depositados ante las mismas. Asimismo, deberán
expedir copias de dichos documentos, en términos de lo
dispuesto por la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la
Información Pública Gubernamental y de las leyes que regulen
el acceso a la información gubernamental de las entidades
federativas, según corresponda.
De preferencia, el texto íntegro de las versiones públicas de
los contratos colectivos de trabajo deberá estar disponible en
forma gratuita en los sitios de Internet de las Juntas de
Conciliación y Arbitraje.
Artículo 424 Bis.- Las Juntas de Conciliación y Arbitraje
harán pública, para consulta de cualquier persona, la
información de los reglamentos interiores de trabajo que se
encuentren depositados ante las mismas. Asimismo, deberán
expedir copias de dichos documentos, en términos de lo
dispuesto por la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la
Información Pública Gubernamental y de las leyes que regulen
el acceso a la información gubernamental de las entidades
federativas, según corresponda.
De preferencia, el texto íntegro de las versiones públicas de
los reglamentos interiores de trabajo deberá estar disponible
en forma gratuita en los sitios de Internet de las Juntas de
Conciliación y Arbitraje.
Artículo 527.- ...
I. Ramas industriales y de servicios:
1. a 19. ...
20. Vidriera, exclusivamente por lo que toca a la fabricación
de vidrio plano, liso o labrado o de envases de vidrio;
21. Tabacalera, que comprende el beneficio o fabricación de
productos de tabaco; y
22. Servicios de banca y crédito.
II. ...
1. ...
2. Aquellas que actúen en virtud de un contrato, o concesión
federal y las industrias que les sean conexas. Para los efectos
de esta disposición, se considera que actúan bajo concesión
federal aquellas empresas que tengan por objeto la
administración y explotación de servicios públicos o bienes del
Estado en forma regular y continua, para la satisfacción del
interés colectivo, a través de cualquier acto administrativo
emitido por el gobierno federal, y
3. ...
...
Artículo 692.- ...
...
I. ...
II. Los abogados patronos o asesores legales de las partes,
sean o no apoderados de éstas, deberán acreditar ser
abogados o licenciados en derecho con cédula profesional o
personas que cuenten con carta de pasante vigente expedida
por la autoridad competente para ejercer dicha profesión.
Sólo se podrá autorizar a otras personas para oír
notificaciones y recibir documentos, pero éstas no podrán
comparecer en las audiencias ni efectuar promoción alguna;
III. ...
IV. Los representantes de los sindicatos acreditarán su
personalidad con la certificación que les extienda la autoridad
registradora correspondiente, de haber quedado inscrita la
directiva del sindicato. También podrán comparecer por
conducto de apoderado legal, quien en todos los casos deberá
ser abogado, licenciado en derecho o pasante.
Artículo 1004-B.- El incumplimiento de las obligaciones a
que se refiere el artículo 15-B de la Ley, se sancionará con
multa por el equivalente de 250 a 2500 veces el salario
mínimo general.
Artículo 1004-C.- A quien utilice el régimen de
subcontratación de personal en forma dolosa, en términos del
artículo 15-D de esta Ley, se le impondrá multa por el
equivalente de 250 a 5000 veces el salario mínimo general.
ARTÍCULOS TRANSITORIOS
Primero.- El presente Decreto entrará en vigor el día
siguiente al de su publicación en el Diario Oficial de la
Federación.
Segundo.- Los patrones contarán con treinta y seis meses a
partir de la entrada en vigor del presente Decreto, para
realizar las adecuaciones a las instalaciones de los centros de
trabajo, a fin de facilitar el acceso y desarrollo de actividades
de las personas con discapacidad.
Asimismo, los patrones contarán con doce meses a partir de
la entrada en vigor del presente Decreto, para proceder a
realizar los trámites conducentes para afiliar el centro de
trabajo al Instituto del Fondo Nacional para el Consumo de los
Trabajadores.
Tercero.- El Titular del Ejecutivo Federal, los Gobernadores
de los Estados, así como el Jefe de Gobierno del Distrito
Federal, en el ámbito de sus respectivas competencias,
contarán con un plazo de seis meses, para adecuar los
ordenamientos reglamentarios que correspondan,
disposiciones contenidas en este Decreto.
a
las
Cuarto.- La Secretaría del Trabajo y Previsión Social deberá
expedir las tablas de enfermedades de trabajo y de valuación
de incapacidades permanentes resultantes de los riesgos de
trabajo, en un término de seis meses contados a partir de la
entrada en vigor del presente Decreto, en tanto se seguirán
aplicando las tablas a que se refieren los artículos 513 y 514
que se reforman.
Quinto.- Las Entidades Federativas, en el ámbito de sus
respectivas competencias, contarán con un plazo de hasta
tres años para transformar las Juntas de Conciliación en
Juntas de Conciliación y Arbitraje Local, a cuyo efecto deberán
incluir dentro de sus presupuestos correspondientes, los
recursos
económicos
suficientes
para
garantizar
la
implementación,
funcionamiento
y
operación.
Estos
presupuestos deberán ser analizados y aprobados, en su
caso, por el Poder Legislativo correspondiente.
Sexto.- Las Juntas Federal y Locales de Conciliación y
Arbitraje deberán adoptar el servicio profesional de carrera a
que se refiere el artículo 525-Bis de la Ley, acorde a su
régimen jurídico a partir del día primero del mes de enero del
año 2014.
Séptimo.- Los Presidentes de las Juntas Federal y Locales de
Conciliación y Arbitraje establecerán los lineamientos para el
sistema de formación, capacitación y actualización jurídica del
personal de su respectiva Junta dentro de los seis meses
siguientes a que entren en vigor las presentes reformas.
Octavo.- El Servicio Público de Conciliación deberá quedar
integrado a más tardar para el ejercicio presupuestal
siguiente a aquél en que entren en vigor las presentes
reformas.
Noveno.- Los Procuradores Auxiliares de la Defensa del
Trabajo que no cuenten con el título y la cédula profesionales
a que se refiere el artículo 533 contarán con un término de
cinco años para obtenerlo, contado a partir de que entren en
vigor las presentes reformas.
Los Inspectores de Trabajo que no cuenten con el certificado
de educación media superior o su equivalente a que se refiere
el artículo 546, fracción II, contarán con un término de tres
años para obtenerlo, a partir de que entren en vigor las
presentes reformas.
El personal jurídico de las Juntas de Conciliación y Arbitraje
que no cuente con el título y la cédula profesionales a que se
refieren los artículos 626, fracción II; 627, fracción II; 627-B,
fracción II; 628, fracción II y 629 contarán con un término de
cinco años para obtenerlo, contado a partir de que entren en
vigor las presentes reformas.
Décimo.- Las retribuciones a que se refiere el artículo 631
entrarán en vigor a partir del próximo Presupuesto de Egresos
de la Federación y de las entidades federativas.
Décimo Primero.- Los juicios iniciados con las disposiciones
anteriores a la presente reforma deberán concluirse de
conformidad con ellas.
Décimo Segundo.- La supresión de las Juntas de
Conciliación Permanentes surtirá efectos a los noventa días
naturales posteriores a aquél en que entre en vigor el
presente Decreto.
Las autoridades competentes deberán realizar las acciones
conducentes para que los asuntos que estuvieren en trámite,
se atiendan por las Juntas de Conciliación y Arbitraje que
corresponda.
Las autoridades competentes deberán adoptar las medidas
administrativas correspondientes respecto al personal de las
Juntas de Conciliación permanentes que se extinguen.
Décimo Tercero.-. La Junta Federal de Conciliación y
Arbitraje deberá establecer el registro de peritos médicos en
materia de medicina del trabajo a que se refiere el artículo
899-G de este Decreto, dentro de los treinta días siguientes a
la entrada en vigor del mismo.
Los peritos médicos en materia de medicina del trabajo
contarán con un periodo de seis meses, a partir de que la
Junta Federal de Conciliación y Arbitraje establezca el registro
a que se refiere el párrafo anterior, para obtener el registro
correspondiente; vencido el plazo señalado, la Junta no
recibirá los peritajes que emitan peritos que carezcan de
registro.
Décimo Cuarto.- Las erogaciones que se generen con motivo
de la entrada en vigor del presente Decreto, se realizarán con
cargo al presupuesto de egresos aprobado, por lo que no se
requerirán recursos adicionales en el presente ejercicio fiscal,
ni se incrementará el presupuesto regularizable.
La reforma a la ley Federal del Trabajo, causa perjuicio con su sola entrada en
vigor, por lo cual, se entiende como una ley autoaplicatica. Sirven de apoyo los
siguientes criterios del Poder Judicial de la Federación, a saber:
LEYES
AUTOAPLICATIVAS
Y
HETEROAPLICATIVAS.
DISTINCIÓN
BASADA
EN
EL
CONCEPTO
DE
INDIVIDUALIZACIÓN INCONDICIONADA.
Para distinguir las leyes autoaplicativas de las heteroaplicativas
conviene acudir al concepto de individualización incondicionada
de las mismas, consustancial a las normas que admiten la
procedencia del juicio de amparo desde el momento que entran
en vigor, ya que se trata de disposiciones que, acorde con el
imperativo en ellas contenido, vinculan al gobernado a su
cumplimiento desde el inicio de su vigencia, en virtud de que
crean, transforman o extinguen situaciones concretas de
derecho. El concepto de individualización constituye un elemento
de referencia objetivo para determinar la procedencia del juicio
constitucional, porque permite conocer, en cada caso concreto,
si los efectos de la disposición legal impugnada ocurren en forma
condicionada o incondicionada; así, la condición consiste en la
realización del acto necesario para que la ley adquiera
individualización, que bien puede revestir el carácter de
administrativo o jurisdiccional, e incluso comprende al acto
jurídico emanado de la voluntad del propio particular y al hecho
jurídico, ajeno a la voluntad humana, que lo sitúan dentro de la
hipótesis legal. De esta manera, cuando las obligaciones
derivadas de la ley nacen con ella misma, independientemente
de que no se actualice condición alguna, se estará en presencia
de una ley autoaplicativa o de individualización incondicionada;
en cambio, cuando las obligaciones de hacer o de no hacer que
impone la ley, no surgen en forma automática con su sola
entrada en vigor, sino que se requiere para actualizar el
perjuicio de un acto diverso que condicione su aplicación, se
tratará de una disposición heteroaplicativa o de individualización
condicionada, pues la aplicación jurídica o material de la norma,
en un caso concreto, se halla sometida a la realización de ese
evento.
Amparo en revisión 2104/91. Corporación Videocinematográfica
México, S.A. de C.V. 20 de febrero de 1996. Unanimidad de
nueve votos. Ausentes: Juventino V. Castro y Castro y José de
Jesús Gudiño Pelayo. Ponente: Genaro David Góngora Pimentel.
Secretaria: Rosalba Becerril Velázquez.
Amparo en revisión
1811/91. Vidriera México, S.A. y otros. 4 de junio de 1996. Once
votos. Ponente: Juan Díaz Romero. Secretario: Alejandro
Sánchez López.
Amparo en revisión 1628/88. Vidrio Neutro,
S.A. y otros. 4 de junio de 1996. Unanimidad de diez votos.
Ausente: José Vicente Aguinaco Alemán. Ponente: Genaro David
Góngora
Pimentel.
Secretario:
Víctor
Francisco
Mota
Cienfuegos.
Amparo en revisión 1525/96. Jorge Cortés
González. 8 de mayo de 1997. Unanimidad de diez votos.
Ausente: Mariano Azuela Güitrón.
Ponente: Genaro David Góngora Pimentel. Secretario: Víctor
Francisco Mota Cienfuegos.
Amparo en revisión 662/95.
Hospital Santa Engracia, S.A. de C.V. 29 de mayo de 1997.
Unanimidad de nueve votos. Ausentes: José de Jesús Gudiño
Pelayo y Olga María Sánchez Cordero. Ponente: Juan Díaz
Romero. Secretario: Alejandro Sánchez López. El Tribunal Pleno,
en su sesión privada celebrada el siete de julio en curso, aprobó,
con el número 55/1997, la tesis jurisprudencial que antecede.
México, Distrito Federal, a siete de julio de mil novecientos
noventa y siete.
Así las cosas y en virtud de que las normas contenidas en los artículos de la
Ley Federal del Trabajo en impugna, son autoaplicativas, la presente instancia
de garantías deberá admitirse y dársele curso para que en su oportunidad se
declaren la inconstitucionalidad e in-convencionalidad de las disposiciones
combatidas y que, por tanto, deberán quedar sin efecto alguno para los
quejosos, tanto en su aplicación actual como futura, debiendo restituírsenos el
goce de nuestros derechos humanos y nuestras garantías respecto de todos
esas disposiciones. Al efecto es aplicable, en lo que hace al supuesto que se
refiere a las leyes autoaplicativas, la siguiente jurisprudencia:
AMPARO CONTRA LEYES. SUS EFECTOS SON LOS DE
PROTEGER AL QUEJOSO CONTRA SU APLICACIÓN
PRESENTE Y FUTURA.
El principio de relatividad de los efectos de la sentencia de
amparo establecido en los artículos 107, fracción II,
constitucional y 76 de la Ley de Amparo, debe interpretarse
en el sentido de que la sentencia que otorgue el amparo tiene
un alcance relativo en la medida en que sólo se limitará a
proteger al quejoso que haya promovido el juicio de amparo.
Sin embargo, este principio no puede entenderse al grado de
considerar que una sentencia que otorgue el amparo contra
una ley sólo protegerá al quejoso respecto del acto de
aplicación que de la misma se haya reclamado en el juicio,
pues ello atentaría contra la naturaleza y finalidad del amparo
contra leyes. Los efectos de una sentencia que otorgue el
amparo al quejoso contra una ley que fue señalada como acto
reclamado son los de protegerlo no sólo contra actos de
aplicación que también haya impugnado, ya que la
declaración de amparo tiene consecuencias jurídicas en
relación con los actos de aplicación futuros, lo que significa
que la ley ya no podrá válidamente ser aplicada al peticionario
de garantías que obtuvo la protección constitucional que
solicitó, pues su aplicación por parte de la autoridad implicaría
la violación a la sentencia de amparo que declaró la
inconstitucionalidad de la ley respectiva en relación con el
quejoso; por el contrario, si el amparo le fuera negado por
estimarse que la ley es constitucional, sólo podría combatir
los futuros actos de aplicación de la misma por los vicios
propios de que adolecieran. El principio de relatividad que sólo
se limita a proteger al quejoso, deriva de la interpretación
relacionada de diversas disposiciones de la Ley de Amparo
como son los artículos 11 y 116, fracción III, que permiten
concluir que en un amparo contra leyes, el Congreso de la
Unión tiene el carácter de autoridad responsable y la ley
impugnada constituye en sí el acto reclamado, por lo que la
sentencia que se pronuncie debe resolver sobre la
constitucionalidad de este acto en sí mismo considerado;
asimismo, los artículos 76 bis, fracción I, y 156, que
expresamente hablan de leyes declaradas inconstitucionales
por la jurisprudencia de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación; y, finalmente, el artículo 22, fracción I, conforme al
cual una ley puede ser impugnada en amparo como
autoaplicativa si desde que entra en vigor ocasiona perjuicios
al particular, lo que permite concluir que al no existir en esta
hipótesis acto concreto de aplicación de la ley reclamada, la
declaración de inconstitucionalidad que en su caso proceda,
se refiere a la ley en sí misma considerada, con los mismos
efectos antes precisados que impiden válidamente su
aplicación futura en perjuicio del quejoso. Consecuentemente,
los efectos de una sentencia que otorga la protección
constitucional al peticionario de garantías en un juicio de
amparo contra leyes, de acuerdo con el principio de
relatividad, son los de proteger exclusivamente al quejoso,
pero no sólo contra el acto de aplicación con motivo del cual
se haya reclamado la ley, si se impugnó como
heteroaplicativa,
sino
también
como
en
las
leyes
autoaplicativas, la de ampararlo para que esa ley no le sea
aplicada válidamente al particular en el futuro.
Amparo en revisión 3912/86. Vidriera Los Reyes, S.A. 23 de
febrero de 1989. Mayoría de catorce votos. Ausente: Ángel
Suárez Torres. Disidentes: Noé Castañón León, Manuel
Gutiérrez de Velasco, Atanasio González Martínez, Fausta
Moreno Flores y Carlos del Río Rodríguez. Impedimento legal:
Salvador Rocha Díaz. Ponente: Ulises Schmill Ordóñez.
Secretaria: Martha Moyao Núñez.
Amparo en revisión
4823/87. Hako Mexicana, S.A. 28 de febrero de 1989.
Mayoría de catorce votos. Ausente: Manuel Gutiérrez de
Velasco. Disidentes: Noé Castañón León, Atanasio González
Martínez, Fausta Moreno Flores, Ángel Suárez Torres y Carlos
del Río Rodríguez. Impedimento legal: Salvador Rocha Díaz.
Ponente: Mariano Azuela Güitrón. Secretaria: Lourdes Ferrer
Mac Gregor Poisot.
Amparo en revisión 1897/95. Calixto
Villamar Jiménez. 13 de abril de 1999. Mayoría de ocho votos;
unanimidad de once votos en relación con el criterio contenido
en esta tesis. Ponente: Juan Díaz Romero. Encargado del
engrose: Guillermo I. Ortiz Mayagoitia. Secretario: Armando
Cortés Galván. Amparo en revisión 1404/95. Carlos Alberto
Hernández Pineda. 13 de abril de 1999. Mayoría de ocho
votos; unanimidad de once votos en relación con el criterio
contenido en esta tesis. Ponente: Guillermo I. Ortiz
Mayagoitia.
Secretario:
Francisco
de
Jesús
Arreola
Chávez.
Amparo en revisión 6/97. María Isabel Díaz Ulloa.
13 de abril de 1999. Mayoría de ocho votos; unanimidad de
once votos en relación con el criterio contenido en esta tesis.
Ponente: José de Jesús Gudiño Pelayo. Secretaria: Guadalupe
M. Ortiz Blanco.
El Tribunal Pleno, en su sesión privada
celebrada el veintiséis de octubre en curso, aprobó, con el
número 112/1999, la tesis jurisprudencial que antecede.
México, Distrito Federal, a veintiséis de octubre de mil
novecientos noventa y nueve.
LEYES AUTOAPLICATIVAS. LA DEMANDA DE AMPARO
QUE SE INTENTA FUERA DEL PLAZO DE QUINCE DÍAS,
POSTERIORES A AQUEL EN QUE SE SUSCITÓ EL ACTO
DE APLICACIÓN, PERO DENTRO DE LOS TREINTA DÍAS
POSTERIORES AL EN QUE COBRÓ VIGENCIA LA LEY QUE
SE RECLAMA, ES PROCEDENTE.
De una correcta interpretación de los antecedentes
legislativos del segundo párrafo de la fracción XII del artículo
73 de la Ley de Amparo, se advierte que la intención del
legislador al establecer dicha porción normativa, fue dar
oportunidad al gobernado de defenderse contra una ley que lo
vincula a hacer, no hacer, dejar de hacer o estarse a cierta
condición jurídica, no sólo desde su entrada en vigor, sino
durante todo el tiempo que se encuentre vigente, incluso sin
necesidad de un acto específico de aplicación, como una
temperancia de la intención de que no exista plazo alguno
para impugnar ese tipo de leyes en amparo. Por ello, es
inconcuso que de ninguna manera el establecimiento de esa
segunda oportunidad tuvo la finalidad de limitar el ejercicio de
la acción de amparo contra leyes autoaplicativas, ni modificar
la naturaleza de las leyes de esa índole, con el objeto de que
en la técnica del amparo en que se combatan con motivo del
primer acto de aplicación, se sigan las reglas del amparo
contra leyes heteroaplicativas y se proscriba la posibilidad de
que se invoque como coexistente el plazo de treinta días para
interponer la demanda, a que se refiere la fracción I del
artículo 22 de la Ley de Amparo, incluso cuando la demanda
se interponga cuando ya haya fenecido el plazo de quince días
posteriores al primer acto de aplicación. Ahora bien, es
trascendental observar que el orden de esas oportunidades
será siempre tal que indefectiblemente, cuando se esté en
presencia de una ley autoaplicativa, se ponderará como plazo
para la interposición de la demanda de amparo, el de los
treinta días contados a partir de la fecha en que cobre
vigencia la ley, pues es ese el plazo que explícitamente se
señala en la Ley de Amparo para la impugnación de leyes que
por su sola vigencia ocasionan perjuicio a los gobernados,
mientras que el plazo de quince días contados a partir del
primer acto de aplicación de la norma, constituye una
excepción a la regla general, un caso especial que sólo se
estableció por el legislador para evitar que los gobernados
quedaran en estado de indefensión ante una ley que los
afecta durante toda su vigencia y no en un plazo
determinado; por consiguiente, no debe darse preeminencia a
ese caso especial o de excepción, menos aún en orden a
sostener la improcedencia de la acción constitucional contra
una ley autoaplicativa, cuando aún no transcurre el plazo de
treinta días posteriores a la fecha en que cobró vigencia la ley
a reclamar, pues conforme a lo planteado, ese caso de
excepción, más que una limitante, constituye una
prerrogativa para los gobernados; lo que debe sostenerse,
incluso cuando el juzgador advierta que la demanda se
intenta como si lo reclamado fuera una ley heteroaplicativa,
pues es al Juez a quien corresponde fijar los conceptos
jurídicos, entre éstos, la naturaleza de la disposición que se
reclama.
SEGUNDO
TRIBUNAL
COLEGIADO
ADMINISTRATIVA DEL CUARTO CIRCUITO.
EN
MATERIA
Amparo en revisión (improcedencia) 179/2004. Alicia
Berenice Dávila Leal. 27 de mayo de 2004. Unanimidad de
votos. Ponente: José Carlos Rodríguez Navarro. Secretario:
Eucario Adame Pérez.
Véase: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,
Novena Época, Tomo VII, mayo de 1998, página 461, tesis
2a./J. 26/98, de rubro: "LEYES AUTOAPLICATIVAS. EL PLAZO
DE TREINTA DÍAS PARA PROMOVER EL AMPARO INICIA
DESDE LAS CERO HORAS DEL MISMO DÍA EN QUE ENTRAN
EN VIGOR."
RETROACTIVIDAD DE LA LEY. ES DIFERENTE A SU
APLICACIÓN RETROACTIVA.
El análisis de la retroactividad de las leyes requiere el estudio
de los efectos que una norma tiene sobre situaciones jurídicas
definidas al amparo de una ley anterior o sobre los derechos
adquiridos por los gobernados con anterioridad a su entrada
en vigor, verificando si la nueva norma los desconoce, es
decir, ante un planteamiento de esa naturaleza, el órgano de
control de la constitucionalidad se pronuncia sobre si una
determinada disposición de observancia general obra sobre el
pasado, desconociendo tales situaciones o derechos, lo que
implica juzgar sobre el apego de un acto materialmente
legislativo a lo dispuesto por el artículo 14, párrafo primero,
de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos,
en cuanto a que las leyes no deben ser retroactivas. En
cambio, el análisis sobre la aplicación retroactiva de una ley
implica verificar si el acto concreto se lleva a cabo dentro de
su ámbito temporal de validez sin afectar situaciones jurídicas
definidas o derechos adquiridos por el gobernado con
anterioridad a su entrada en vigor.
Amparo directo en revisión 479/2000. Amelia Oceguera
Vázquez. 19 de mayo de 2000. Unanimidad de cuatro votos.
Ausente: Sergio Salvador Aguirre Anguiano. Ponente:
Guillermo I. Ortiz Mayagoitia. Secretario: Rafael Coello Cetina.
Amparo directo en revisión 1026/2000. Luis Felipe Cruz
Carranco. 11 de octubre de 2000. Unanimidad de cuatro
votos. Ausente: José Vicente Aguinaco Alemán. Ponente:
Sergio Salvador Aguirre Anguiano. Secretaria: Andrea
Zambrana Castañeda.
Amparo en revisión 607/2000. Héctor Adalberto García
Noriega. 11 de mayo de 2001. Unanimidad de cuatro votos.
Ausente: José Vicente Aguinaco Alemán. Ponente: Mariano
Azuela Güitrón. Secretaria: Lourdes Minerva Cifuentes Bazán.
Amparo directo en revisión 1537/2001. Mireya Elisa Morales
Villegas y otros. 11 de enero de 2002. Cinco votos. Ponente:
Mariano Azuela Güitrón. Secretaria: María Marcela Ramírez
Cerrillo.
Amparo directo en revisión 898/2003. José Francisco Macías
Rosales. 19 de septiembre de 2003. Cinco votos. Ponente:
Genaro David Góngora Pimentel. Secretario: Javier Arnaud
Viñas.
PRIMERO.- Los artículos de la Ley Federal del Trabajo, violentan en
nuestro perjuicio, lo dispuesto por el artículo 1 de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos, a saber:
Artículo 1.- En los Estados Unidos Mexicanos todas las
personas gozarán de los derechos humanos reconocidos en
esta Constitución y en los tratados internacionales de los que
el Estado Mexicano sea parte, así como de las garantías para
su protección, cuyo ejercicio no podrá restringirse ni
suspenderse, salvo en los casos y bajo las condiciones que
esta Constitución establece.
Las normas relativas a los derechos humanos se interpretarán
de conformidad con esta Constitución y con los tratados
internacionales de la materia favoreciendo en todo tiempo a
las personas la protección más amplia.
Todas las autoridades, en el ámbito de sus competencias,
tienen la obligación de promover, respetar, proteger y
garantizar los derechos humanos de conformidad con los
principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y
progresividad. En consecuencia, el Estado deberá prevenir,
investigar, sancionar y reparar las violaciones a los derechos
humanos, en los términos que establezca la ley.
…
…
Sirve de apoyo la siguiente interpretación del Poder Judicial de la
Federación, mismo que a la letra menciona lo siguiente:
IGUALDAD. LOS CONCEPTOS DE VIOLACIÓN QUE SE
HAGAN VALER RESPECTO A LA GARANTÍA PREVISTA EN
EL ARTÍCULO 1o. DE LA CONSTITUCIÓN FEDERAL, NO
PUEDEN ENTENDERSE SI NO ES EN RELACIÓN DIRECTA
CON LAS LIBERTADES QUE ÉSTA CONSAGRA.
Si bien es cierto que las garantías que otorga la Constitución
Federal sólo pueden restringirse por disposición de la propia
Ley Fundamental o por otra ley a la que la misma remita,
también lo es que los conceptos de violación que haga valer el
quejoso en el juicio de amparo, respecto al artículo 1o. de la
Carta Magna que prevé la garantía de igualdad, sólo pueden
entenderse en relación directa con las libertades que la propia
Constitución consagra. Esto es, la violación que se produciría,
en su caso, al artículo 1o. sólo puede advertirse de un estudio
conjunto de dicho ordinal con la correlativa libertad que se
arguye violada.
Amparo en revisión 295/99. Colegio Mexicano de Licenciados
en Administración, A.C. 8 de mayo de 2000. Unanimidad de
diez votos. Ausente: José Vicente Aguinaco Alemán. Ponente:
José de Jesús Gudiño Pelayo. Secretario: Miguel Ángel
Ramírez González.
El Tribunal Pleno, en su sesión privada celebrada hoy cinco de
septiembre en curso, aprobó, con el número CXXXIII/2000, la
tesis aislada que antecede; y determinó que la votación es
idónea para integrar tesis jurisprudencial. México, Distrito
Federal, a cinco de septiembre de dos mil.
SEGUNDO.- Los artículos de la Ley Federal del Trabajo, violentan en
nuestro perjuicio, lo dispuesto por el artículo 4 de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos, a saber:
Artículo 4.- El varón y la mujer son iguales ante la ley. Esta
protegerá la organización y el desarrollo de la familia.
Toda persona tiene derecho a decidir de manera libre,
responsable e informada sobre el número y el espaciamiento
de sus hijos.
Toda persona tiene derecho a la alimentación nutritiva,
suficiente y de calidad. El Estado lo garantizará.
Toda persona tiene derecho a la protección de la salud. La Ley
definirá las bases y modalidades para el acceso a los servicios
de salud y establecerá la concurrencia de la Federación y las
entidades federativas en materia de salubridad general,
conforme a lo que dispone la fracción XVI del artículo 73 de
esta Constitución.
Toda persona tiene derecho a un medio ambiente sano para
su desarrollo y bienestar. El Estado garantizará el respeto a
este derecho. El daño y deterioro ambiental generará
responsabilidad para quien lo provoque en términos de lo
dispuesto por la ley.
Toda persona tiene derecho al acceso, disposición y
saneamiento de agua para consumo personal y doméstico en
forma suficiente, salubre, aceptable y asequible. El Estado
garantizará este derecho y la ley definirá las bases, apoyos y
modalidades para el acceso y uso equitativo y sustentable de
los recursos hídricos, estableciendo la participación de la
Federación, las entidades federativas y los municipios, así
como la participación de la ciudadanía para la consecución de
dichos fines.
Toda familia tiene derecho a disfrutar de vivienda digna y
decorosa. La Ley establecerá los instrumentos y apoyos
necesarios a fin de alcanzar tal objetivo.
En todas las decisiones y actuaciones del Estado se velará y
cumplirá con el principio del interés superior de la niñez,
garantizando de manera plena sus derechos. Los niños y las
niñas tienen derecho a la satisfacción de sus necesidades de
alimentación, salud, educación y sano esparcimiento para su
desarrollo integral. Este principio deberá guiar el diseño,
ejecución, seguimiento y evaluación de las políticas públicas
dirigidas a la niñez.
Los ascendientes, tutores y custodios tienen la obligación de
preservar y exigir el cumplimiento de estos derechos y
principios.
El Estado otorgará facilidades a los particulares para que
coadyuven al cumplimiento de los derechos de la niñez.
Toda persona tiene derecho al acceso a la cultura y al disfrute
de los bienes y servicios que presta el Estado en la materia,
así como el ejercicio de sus derechos culturales. El Estado
promoverá los medios para la difusión y desarrollo de la
cultura, atendiendo a la diversidad cultural en todas sus
manifestaciones y expresiones con pleno respeto a la libertad
creativa. La ley establecerá los mecanismos para el acceso y
participación a cualquier manifestación cultural.
Toda persona tiene derecho a la cultura física y a la práctica
del deporte. Corresponde al Estado su promoción, fomento y
estímulo conforme a las leyes en la materia.
TERCERO.- Los artículos de la Ley Federal del Trabajo, violentan en
nuestro perjuicio, lo dispuesto por el artículo 5 de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos, a saber:
Artículo 5.- A ninguna persona podrá impedirse que se
dedique a la profesión, industria, comercio o trabajo que le
acomode, siendo lícitos. El ejercicio de esta libertad sólo
podrá vedarse por determinación judicial, cuando se ataquen
los derechos de tercero, o por resolución gubernativa, dictada
en los términos que marque la ley, cuando se ofendan los
derechos de la sociedad. Nadie puede ser privado del
producto de su trabajo, sino por resolución judicial.
La Ley determinará en cada Estado, cuáles son
profesiones que necesitan título para su ejercicio,
condiciones que deban llenarse para obtenerlo y
autoridades que han de expedirlo.
las
las
las
Nadie podrá ser obligado a prestar trabajos personales sin la
justa retribución y sin su pleno consentimiento, salvo el
trabajo impuesto como pena por la autoridad judicial, el cual
se ajustará a lo dispuesto en las fracciones I y II del artículo
123.
En cuanto a los servicios públicos, sólo podrán ser
obligatorios, en los términos que establezcan las leyes
respectivas, el de las armas y los jurados, así como el
desempeño de los cargos concejiles y los de elección popular,
directa o indirecta. Las funciones electorales y censales
tendrán carácter obligatorio y gratuito, pero serán retribuidas
aquéllas que se realicen profesionalmente en los términos de
esta Constitución y las leyes correspondientes. Los servicios
profesionales de índole social serán obligatorios y retribuidos
en los términos de la ley y con las excepciones que ésta
señale.
El Estado no puede permitir que se lleve a efecto ningún
contrato, pacto o convenio que tenga por objeto el
menoscabo, la pérdida o el irrevocable sacrificio de la libertad
de la persona por cualquier causa.
Tampoco puede admitirse convenio en que la persona pacte
su proscripción o destierro, o en que renuncie temporal o
permanentemente a ejercer determinada profesión, industria
o comercio.
El contrato de trabajo sólo obligará a prestar el servicio
convenido por el tiempo que fije la ley, sin poder exceder de
un año en perjuicio del trabajador, y no podrá extenderse, en
ningún caso, a la renuncia, pérdida o menoscabo de
cualquiera de los derechos políticos o civiles.
La falta de cumplimiento de dicho contrato, por lo que
respecta al trabajador, sólo obligará a éste a la
correspondiente responsabilidad civil, sin que en ningún caso
pueda hacerse coacción sobre su persona.
CUARTO.- Los artículos de la Ley Federal del Trabajo, violentan en
nuestro perjuicio, lo dispuesto por el artículo 9 de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos, a saber:
Artículo 9.- No se podrá coartar el derecho de asociarse o
reunirse pacíficamente con cualquier objeto lícito; pero
solamente los ciudadanos de la República podrán hacerlo para
tomar parte en los asuntos políticos del país. Ninguna reunión
armada, tiene derecho de deliberar.
No se considerará ilegal, y no podrá ser disuelta una
asamblea o reunión que tenga por objeto hacer una petición o
presentar una protesta por algún acto, a una autoridad, si no
se profieren injurias contra ésta, ni se hiciere uso de
violencias o amenazas para intimidarla u obligarla a resolver
en el sentido que se desee.
QUINTO.- Los artículos de la Ley Federal del Trabajo, violentan en
nuestro perjuicio, lo dispuesto por el artículo 14 de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos, a saber:
Artículo 14.- A ninguna ley se dará efecto retroactivo en
perjuicio de persona alguna.
Nadie podrá ser privado de la libertad o de sus propiedades,
posesiones o derechos, sino mediante juicio seguido ante los
tribunales previamente establecidos, en el que se cumplan las
formalidades esenciales del procedimiento y conforme a las
Leyes expedidas con anterioridad al hecho.
En los juicios del orden civil, la sentencia definitiva deberá ser
conforme a la letra o a la interpretación jurídica de la ley, y a
falta de ésta se fundará en los principios generales del
derecho.
SEXTO.- Los artículos de la Ley Federal del Trabajo, violentan en nuestro
perjuicio, lo dispuesto por el artículo 16 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, a saber:
Artículo 16.- Nadie puede ser molestado en su persona,
familia, domicilio, papeles o posesiones, sino en virtud de
mandamiento escrito de la autoridad competente, que funde y
motive la causa legal del procedimiento.
Sirven de apoyo las siguientes interpretaciones del Poder Judicial de la
Federación, que a la letra dicen:
FUNDAMENTACIÓN
Y
MOTIVACIÓN
DE
LAS
RESOLUCIONES
JURISDICCIONALES,
DEBEN
ANALIZARSE A LA LUZ DE LOS ARTÍCULOS 14 Y 16 DE
LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS
MEXICANOS, RESPECTIVAMENTE.
Entre las diversas garantías contenidas en el segundo párrafo
del artículo 14 de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, sustento de la garantía de audiencia, está
la relativa al respeto de las formalidades esenciales del
procedimiento, también conocida como de debido proceso
legal, la cual se refiere al cumplimiento de las condiciones
fundamentales que deben satisfacerse en el procedimiento
jurisdiccional que concluye con el dictado de una resolución
que dirime las cuestiones debatidas. Esta garantía obliga al
juzgador a decidir las controversias sometidas a su
conocimiento, considerando todos y cada uno de los
argumentos aducidos en la demanda, en su contestación, así
como las demás pretensiones deducidas oportunamente en el
pleito, de tal forma que se condene o absuelva al demandado,
resolviendo sobre todos los puntos litigiosos materia del
debate. Sin embargo, esta determinación del juzgador no
debe desvincularse de lo dispuesto por el primer párrafo del
artículo 16 constitucional, que impone a las autoridades la
obligación de fundar y motivar debidamente los actos que
emitan, esto es, que se expresen las razones de derecho y los
motivos de hecho considerados para su dictado, los cuales
deberán ser reales, ciertos e investidos de la fuerza legal
suficiente para provocar el acto de autoridad. Ahora bien,
como a las garantías individuales previstas en la Carta Magna
les son aplicables las consideraciones sobre la supremacía
constitucional en términos de su artículo 133, es indudable
que las resoluciones que emitan deben cumplir con las
garantías de debido proceso legal y de legalidad contenidas
en los artículos 14 y 16 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos. Así, la fundamentación y
motivación de una resolución jurisdiccional se encuentra en el
análisis exhaustivo de los puntos que integran la litis, es
decir, en el estudio de las acciones y excepciones del debate,
apoyándose en el o los preceptos jurídicos que permiten
expedirla y que establezcan la hipótesis que genere su
emisión, así como en la exposición concreta de las
circunstancias especiales, razones particulares o causas
inmediatas tomadas en consideración para la emisión del
acto, siendo necesario, además, que exista adecuación entre
los motivos aducidos y las normas aplicables al caso.
Contradicción de tesis 133/2004-PS. Entre las sustentadas
por el Segundo Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer
Circuito y el Tercer Tribunal Colegiado del Décimo Circuito. 31
de agosto de 2005. Cinco votos. Ponente: Olga Sánchez
Cordero de García Villegas. Secretaria: Beatriz Joaquina
Jaimes Ramos.
Tesis de jurisprudencia 139/2005. Aprobada por la Primera
Sala de este Alto Tribunal, en sesión de fecha veintiocho de
septiembre de dos mil cinco.
SÉPTIMO.- Los artículos de la Ley Federal del Trabajo, violentan en nuestro
perjuicio, lo dispuesto por el artículo 17 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, a saber:
Artículo 17.- Ninguna persona podrá hacerse justicia por sí
misma, ni ejercer violencia para reclamar su derecho.
Toda persona tiene derecho a que se le administre justicia por
tribunales que estarán expeditos para impartirla en los plazos
y términos que fijen las leyes, emitiendo sus resoluciones de
manera pronta, completa e imparcial. Su servicio será
gratuito, quedando, en consecuencia, prohibidas las costas
judiciales.
El Congreso de la Unión expedirá las leyes que regulen las
acciones colectivas. Tales leyes determinarán las materias de
aplicación, los procedimientos judiciales y los mecanismos de
reparación del daño. Los jueces federales conocerán de forma
exclusiva sobre estos procedimientos y mecanismos.
Las leyes preverán mecanismos alternativos de solución de
controversias. En la materia penal regularán su aplicación,
asegurarán la reparación del daño y establecerán los casos en
los que se requerirá supervisión judicial.
Las sentencias que pongan fin a los procedimientos orales
deberán ser explicadas en audiencia pública previa citación de
las partes.
Las leyes federales y locales establecerán los medios
necesarios para que se garantice la independencia de los
tribunales y la plena ejecución de sus resoluciones.
La Federación, los Estados y el Distrito Federal garantizarán la
existencia de un servicio de defensoría pública de calidad para
la población y asegurarán las condiciones para un servicio
profesional de carrera para los defensores. Las percepciones
de los defensores no podrán ser inferiores a las que
correspondan a los agentes del Ministerio Público.
Nadie puede ser
puramente civil.
aprisionado
por
deudas
de
carácter
OCTAVO.- Los artículos de la Ley Federal del Trabajo, violentan en nuestro
perjuicio, lo dispuesto por el artículo 25 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, a saber:
Artículo 25.- Corresponde al Estado la rectoría del desarrollo
nacional para garantizar que éste sea integral y sustentable, que
fortalezca la Soberanía de la Nación y su régimen democrático y
que, mediante el fomento del crecimiento económico y el
empleo y una más justa distribución del ingreso y la riqueza,
permita el pleno ejercicio de la libertad y la dignidad de los
individuos, grupos y clases sociales, cuya seguridad protege esta
Constitución.
El Estado planeará, conducirá, coordinará y orientará la
actividad económica nacional, y llevará al cabo la regulación y
fomento de las actividades que demande el interés general en el
marco de libertades que otorga esta Constitución.
Al
desarrollo
económico
nacional
concurrirán,
con
responsabilidad social, el sector público, el sector social y el
sector privado, sin menoscabo de otras formas de actividad
económica que contribuyan al desarrollo de la Nación.
El sector público tendrá a su cargo, de manera exclusiva, las
áreas estratégicas que se señalan en el Artículo 28, párrafo
cuarto de la Constitución, manteniendo siempre el Gobierno
Federal la propiedad y el control sobre los organismos que en su
caso se establezcan.
Asimismo podrá participar por sí o con los sectores social y
privado, de acuerdo con la ley, para impulsar y organizar las
áreas prioritarias del desarrollo.
Bajo criterios de equidad social y productividad se apoyará e
impulsará a las empresas de los sectores social y privado de la
economía, sujetándolos a las modalidades que dicte el interés
público y al uso, en beneficio general, de los recursos
productivos, cuidando su conservación y el medio ambiente.
La ley establecerá los mecanismos que faciliten la organización y
la expansión de la actividad económica del sector social: de los
ejidos,
organizaciones
de
trabajadores,
cooperativas,
comunidades, empresas que pertenezcan mayoritaria o
exclusivamente a los trabajadores y, en general, de todas las
formas de organización social para la producción, distribución y
consumo de bienes y servicios socialmente necesarios.
La ley alentará y protegerá la actividad económica que realicen
los particulares y proveerá las condiciones para que el
desenvolvimiento del sector privado contribuya al desarrollo
económico nacional, en los términos que establece esta
Constitución.
NOVENO.- Los artículos de la Ley Federal del Trabajo, violentan en nuestro
perjuicio, lo dispuesto por el artículo 26 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, a saber:
Artículo 26.A. El Estado organizará un sistema de planeación democrática
del desarrollo nacional que imprima solidez, dinamismo,
permanencia y equidad al crecimiento de la economía para la
independencia y la democratización política, social y cultural de
la Nación.
Los fines del proyecto nacional contenidos en esta Constitución
determinarán los objetivos de la planeación. La planeación será
democrática. Mediante la participación de los diversos sectores
sociales recogerá las aspiraciones y demandas de la sociedad
para incorporarlas al plan y los programas de desarrollo. Habrá
un plan nacional de desarrollo al que se sujetarán
obligatoriamente los programas de la Administración Pública
Federal.
La ley facultará al Ejecutivo para que establezca los
procedimientos de participación y consulta popular en el sistema
nacional de planeación democrática, y los criterios para la
formulación, instrumentación, control y evaluación del plan y los
programas de desarrollo. Asimismo, determinará los órganos
responsables del proceso de planeación y las bases para que el
Ejecutivo Federal coordine mediante convenios con los gobiernos
de las entidades federativas e induzca y concierte con los
particulares las acciones a realizar para su elaboración y
ejecución.
En el sistema de planeación democrática, el Congreso de la
Unión tendrá la intervención que señale la ley.
DÉCIMO.- Los artículos de la Ley Federal del Trabajo, violentan en nuestro
perjuicio, lo dispuesto por el artículo 123 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, a saber:
Artículo 123.- Toda persona tiene derecho al trabajo digno y
socialmente útil; al efecto, se promoverán la creación de
empleos y la organización social de trabajo, conforme a la ley.
El Congreso de la Unión, sin contravenir a las bases siguientes
deberá expedir leyes sobre el trabajo, las cuales regirán:
A. Entre los obreros, jornaleros, empleados domésticos,
artesanos y de una manera general, todo contrato de trabajo:
III. Queda prohibida la utilización del trabajo de los menores de
catorce años. Los mayores de esta edad y menores de dieciséis
tendrán como jornada máxima la de seis horas.
VI. Los salarios mínimos que deberán disfrutar los trabajadores
serán generales o profesionales. Los primeros regirán en las
áreas geográficas que se determinen; los segundos se aplicarán
en ramas determinadas de la actividad económica o en
profesiones, oficios o trabajos especiales.
Los salarios mínimos generales deberán ser suficientes para
satisfacer las necesidades normales de un jefe de familia, en el
orden material, social y cultural, y para proveer a la educación
obligatoria de los hijos. Los salarios mínimos profesionales se
fijarán considerando, además, las condiciones de las distintas
actividades económicas.
Los salarios mínimos se fijarán por una comisión nacional
integrada por representantes de los trabajadores, de los
patrones y del gobierno, la que podrá auxiliarse de las
comisiones especiales de carácter consultivo que considere
indispensables para el mejor desempeño de sus funciones. . .
XVI. Tanto los obreros como los empresarios tendrán derecho
para coaligarse en defensa de sus respectivos intereses,
formando sindicatos, asociaciones profesionales, etc.
XXVII. Serán condiciones nulas y no obligarán
contrayentes, aunque se expresen en el contrato:
a
los
a) Las que estipulen una jornada inhumana por lo notoriamente
excesiva, dada la índole del trabajo.
b) Las que fijen un salario que no sea remunerador a juicio de
las Juntas de Conciliación y Arbitraje.
c) Las que estipulen un plazo mayor de una semana para la
percepción del jornal.
d) Las que señalen un lugar de recreo, fonda, café, taberna,
cantina o tienda para efectuar el pago del salario, cuando no se
trate de empleados en esos establecimientos.
e) Las que entrañen obligación directa o indirecta de adquirir los
artículos de consumo en tiendas o lugares determinados.
f) Las que permitan retener el salario en concepto de multa.
g) Las que constituyan renuncia hecha por el obrero de las
indemnizaciones a que tenga derecho por accidente del trabajo,
y enfermedades profesionales, perjuicios ocasionados por el
incumplimiento del contrato o despedírsele de la obra.
h) Todas las demás estipulaciones que impliquen renuncia de
algún derecho consagrado a favor del obrero en las leyes de
protección y auxilio a los trabajadores.
DÉCIMO PRIMERO.- Los artículos de la Ley Federal del Trabajo, violentan en
nuestro perjuicio, lo dispuesto por el artículo 133 de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos, a saber:
Artículo 133.- Esta Constitución, las leyes del Congreso de la
Unión que emanen de ella y todos los Tratados que estén de
acuerdo con la misma, celebrados y que se celebren por el
Presidente de la República, con aprobación del Senado, serán la
Ley Suprema de toda la Unión. Los jueces de cada Estado se
arreglarán a dicha Constitución, leyes y tratados, a pesar de las
disposiciones en contrario que pueda haber en las
Constituciones o leyes de los Estados.
Sirven de apoyo las siguientes interpretaciones del Poder Judicial de la
Federación, a saber.
SUPREMACIA CONSTITUCIONAL. PRINCIPIO DE.
Por efecto del enunciado principio de supremacía constitucional,
si ya transcurrió el término que señala el artículo 20 fracción
VIII de la Constitución Federal para que un reo sea juzgado, no
es válido alegar en contra de lo dispuesto por ese precepto
fundamental, lo que establece el artículo 281 del Código de
Procedimientos Penales de Jalisco, que manda reservar los autos
hasta que se resuelva la apelación pendiente que haya sido
interpuesta en contra del auto de formal prisión o de sujeción a
proceso, por lo que debe confirmarse la sentencia del a quo en
la que se concedió la protección constitucional a fin de que
previo el cumplimiento de los requisitos esenciales del
procedimiento, se dicte la sentencia que corresponde.
TRIBUNAL
CIRCUITO
COLEGIADO
EN
MATERIA
PENAL
DEL
TERCER
Amparo en revisión 54/89. Juan Cárdenas Bejines. 14 de abril
de 1989. Unanimidad de votos. Ponente: J. Guadalupe Torres
Morales. Secretaria: Bertha Edith Quiles Arias.
SUPREMACÍA CONSTITUCIONAL Y LEY SUPREMA DE LA
UNIÓN.
INTERPRETACIÓN
DEL
ARTÍCULO
133
CONSTITUCIONAL.
A partir de la interpretación del precepto citado, si aceptamos
que las Leyes del Congreso de la Unión a las que aquél se refiere
corresponden, no a las leyes federales sino a aquellas que
inciden en todos los órdenes jurídicos parciales que integran al
Estado Mexicano y cuya emisión deriva de cláusulas
constitucionales que constriñen al legislador para dictarlas, el
principio de "supremacía constitucional" implícito en el texto del
artículo en cita claramente se traduce en que la Constitución
General de la República, las leyes generales del Congreso de la
Unión y los tratados internacionales que estén de acuerdo con
ella, constituyen la "Ley Suprema de la Unión", esto es,
conforman un orden jurídico superior, de carácter nacional, en el
cual la Constitución se ubica en la cúspide y, por debajo de ella
los tratados internacionales y las leyes generales.
PLENO
Amparo en revisión 120/2002. Mc. Cain México, S.A. de C.V. 13
de febrero de 2007. Mayoría de seis votos. Disidentes: José
Ramón Cossío Díaz, Margarita Beatriz Luna Ramos, José
Fernando Franco González Salas, José de Jesús Gudiño Pelayo y
Juan N. Silva Meza.Ponente: Sergio Salvador Aguirre Anguiano.
Secretarios: Andrea Zambrana Castañeda, Rafael Coello Cetina,
Malkah Nobigrot Kleinman y Maura A. Sanabria Martínez.
El Tribunal Pleno, el veinte de marzo en curso, aprobó, con el
número VIII/2007, la tesis aislada que antecede. México,
Distrito Federal, a veinte de marzo de dos mil siete.
Nota: En la sesión pública de trece de febrero de dos mil siete,
además del amparo en revisión 120/2002, promovido por Mc
Cain México, S.A. de C.V., se resolvieron los amparos en
revisión 1976/2003, 787/2004, 1084/2004, 1651/2004,
1277/2004, 1576/2005, 1738/2005, 2075/2005, 74/2006,
815/2006, 948/2006, 1380/2006, y el amparo directo en
revisión 1850/2004, respecto de los cuales el tema medular
correspondió a la interpretación del artículo 133 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, a que se
refiere esta tesis aislada.
SUPREMACÍA CONSTITUCIONAL Y ORDEN JERÁRQUICO
NORMATIVO, PRINCIPIOS DE. INTERPRETACIÓN DEL
ARTÍCULO 133 CONSTITUCIONAL QUE LOS CONTIENE.
En el mencionado precepto constitucional no se consagra
garantía individual alguna, sino que se establecen los principios
de supremacía constitucional y jerarquía normativa, por los
cuales la Constitución Federal y las leyes que de ella emanen,
así como los tratados celebrados con potencias extranjeras,
hechos por el presidente de la República con aprobación del
Senado, constituyen la Ley Suprema de toda la Unión, debiendo
los Jueces de cada Estado arreglarse a dichos ordenamientos, a
pesar de las disposiciones en contrario que pudiera haber en las
Constituciones o en las leyes locales, pues independientemente
de que conforme a lo dispuesto en el artículo 40 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, los
Estados que constituyen la República son libres y soberanos,
dicha libertad y soberanía se refiere a los asuntos concernientes
a su régimen interno, en tanto no se vulnere el Pacto Federal,
porque deben permanecer en unión con la Federación según los
principios de la Ley Fundamental, por lo que deberán sujetar su
gobierno, en el ejercicio de sus funciones, a los mandatos de la
Carta Magna, de manera que si las leyes expedidas por las
Legislaturas de los Estados resultan contrarias a los preceptos
constitucionales, deben predominar las disposiciones del Código
Supremo y no las de esas leyes ordinarias, aun cuando procedan
de acuerdo con la Constitución Local correspondiente, pero sin
que ello entrañe a favor de las autoridades que ejercen
funciones materialmente jurisdiccionales, facultades de control
constitucional que les permitan desconocer las leyes emanadas
del Congreso Local correspondiente, pues el artículo 133
constitucional debe ser interpretado a la luz del régimen previsto
por la propia Carta Magna para ese efecto.
PRIMERA SALA
Amparo en revisión 2119/99. 29 de noviembre de 2000. Cinco
votos. Ponente: Olga Sánchez Cordero de García Villegas.
Secretaria: Leticia Flores Díaz.
Amparo directo en revisión 1189/2003. Anabella Demonte
Fonseca y otro. 29 de octubre de 2003. Unanimidad de cuatro
votos. Ausente: Humberto Román Palacios. Ponente: Juan N.
Silva Meza. Secretario: Luis Fernando Angulo Jacobo.
Amparo directo en revisión 1390/2003. Gustavo José Gerardo
García Gómez y otros. 17 de marzo de 2004. Unanimidad de
cuatro votos. Ausente: Humberto Román Palacios. Ponente:
Humberto Román Palacios; en su ausencia hizo suyo el asunto
José Ramón Cossío Díaz. Secretario: Jaime Salomón Hariz Piña.
Amparo directo en revisión 1391/2003. Anabella Demonte
Fonseca. 31 de marzo de 2004. Unanimidad de cuatro votos.
Ausente: Humberto Román Palacios. Ponente: Olga Sánchez
Cordero de García Villegas. Secretaria: Ana Carolina Cienfuegos
Posada.
Amparo en revisión 797/2003. Banca Quadrum, S.A. Institución
de Banca Múltiple. 26 de mayo de 2004. Unanimidad de cuatro
votos. Ausente: Humberto Román Palacios. Ponente: Juan N.
Silva Meza. Secretario: Luis Fernando Angulo Jacobo.
Tesis de jurisprudencia 80/2004. Aprobada por la Primera Sala
de este Alto Tribunal, en sesión de veintidós de septiembre de
dos mil cuatro.
Nota: Al resolver el veinticinco de octubre de dos mil once la
solicitud de modificación de jurisprudencia 22/2011, el Pleno de
la Suprema Corte de Justicia de la Nación determinó “ÚNICO:
Han quedado sin efectos las tesis jurisprudenciales números
P./J. 73/99 y P./J. 74/99, de rubros: “CONTROL JUDICIAL DE LA
CONSTITUCIÓN. ES ATRIBUCIÓN EXCLUSIVA DEL PODER
JUDICIAL DE LA FEDERACIÓN.” y “CONTROL DIFUSO DE LA
CONSTITUCIONALIDAD DE NORMAS GENERALES. NO LO
AUTORIZA EL ARTÍCULO 133 DE LA CONSTITUCIÓN.”,
conclusión a la que se arribó en virtud del marco constitucional
generado con motivo de la entrada en vigor del Decreto por el
que se modifica la denominación del Capítulo I del Título Primero
y reforma diversos artículos de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, publicado en el Diario Oficial de la
Federación de 10 de junio de 2011.
TRATADOS INTERNACIONALES, VALIDEZ DE LOS.
El artículo 133 de nuestra Constitución, previene que: "... la
Constitución, las leyes del Congreso de la Unión que emanen de
ella y todos los tratados que estén de acuerdo con la misma, y
que se celebren por el presidente de la República, con
aprobación del Senado, serán la Ley Suprema de toda la Unión.
Los Jueces de cada Estado se sujetarán a dicha Constitución,
leyes y tratados, a pesar de las disposiciones en contrario que
pueda haber en Constituciones o leyes de los Estados.". Los
estudiosos de nuestra Constitución, sostienen, invariablemente,
que la misma Ley Suprema no fija la materia sobre la cual
deben versar los tratados y convenciones que celebre el
gobierno de la República; pero en lo que también está de
acuerdo, es que la locución "y todos los tratados que estén de
acuerdo con la misma", se refieren a que las convenciones y
tratados celebrados, no estén en pugna con los preceptos de la
misma Ley Fundamental, es decir, que "estén de acuerdo con la
misma". Es pues evidente, que todo tratado o convenio
celebrado por el presidente de la República, así esté aprobado
por el Senado, pero que contradiga o esté en oposición con los
preceptos de la Constitución, en los puntos o actos en que esto
acontezca, no debe tener eficacia jurídica.
PRIMERA SALA
Amparo penal en revisión 7798/47. Vera José Antonio. 11 de
junio de 1948. Unanimidad de cuatro votos. Ausente: Teófilo
Olea y Leyva. La publicación no menciona el nombre del
ponente.
Observaciones
Nota: En el Semanario Judicial de la Federación aparece la
expresión "artículo 113 ....", la cual se corrige como se observa
en este registro con apoyo en la publicación de esta misma tesis
en el Apéndice 2000 Tomo I, Tesis 2811, página 1959.
TRATADOS
INTERNACIONALES.
CUANDO
LOS
CONFLICTOS SE SUSCITEN EN RELACIÓN CON DERECHOS
HUMANOS,
DEBEN
UBICARSE
A
NIVEL
DE
LA
CONSTITUCIÓN.
Los tratados o convenciones suscritos por el Estado mexicano
relativos a derechos humanos, deben ubicarse a nivel de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, porque
dichos instrumentos internacionales se conciben como una
extensión de lo previsto en esa Ley Fundamental respecto a los
derechos humanos, en tanto que constituyen la razón y el objeto
de las instituciones. Por lo que los principios que conforman el
derecho subjetivo público, deben adecuarse a las diversas
finalidades de los medios de defensa que prevé la propia
Constitución y de acuerdo con su artículo 133 las autoridades
mexicanas deben respetarlos, por lo que bajo ninguna
circunstancia pueden ser ignorados por ellos al actuar de
acuerdo a su ámbito competencial.
PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIAS ADMINISTRATIVA
Y DE TRABAJO DEL DECIMO PRIMER CIRCUITO
Amparo directo 1060/2008. **********. 2 de julio de 2009.
Mayoría de votos. Disidente: Hugo Sahuer Hernández. Ponente:
Juan García Orozco. Secretario: Víctor Ruiz Contreras.
Nota: Esta tesis es objeto de la denuncia relativa a la
contradicción de tesis 293/2011, pendiente de resolverse por el
Pleno.
DERECHOS HUMANOS, LOS TRATADOS INTERNACIONALES
SUSCRITOS POR MÉXICO SOBRE LOS. ES POSIBLE
INVOCARLOS EN EL JUICIO DE AMPARO AL ANALIZAR LAS
VIOLACIONES A LAS GARANTÍAS INDIVIDUALES QUE
IMPLIQUEN LA DE AQUÉLLOS.
Los artículos 1o., 133, 103, fracción I, y 107 de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, establecen
respectivamente: que todo individuo gozará de las garantías que
ella otorga; que las leyes del Congreso de la Unión, que emanen
de ella, y los tratados acordes a la misma, serán la Ley Suprema
de toda la Unión; que los tribunales de la Federación resolverán
toda controversia que se suscite por leyes o actos de la
autoridad que violen las garantías individuales; y, las bases, los
procedimientos y las formas para la tramitación del juicio de
amparo. Por su parte, la Suprema Corte de Justicia de la Nación
ubicó a los tratados internacionales por encima de las leyes
federales y por debajo de la Constitución, según la tesis del
rubro:
"TRATADOS
INTERNACIONALES.
SE
UBICAN
JERÁRQUICAMENTE POR ENCIMA DE LAS LEYES FEDERALES Y
EN UN SEGUNDO PLANO RESPECTO DE LA CONSTITUCIÓN
FEDERAL." (IUS 192867). De ahí que si en el amparo es posible
conocer de actos o leyes violatorios de garantías individuales
establecidas constitucionalmente, también pueden analizarse los
actos y leyes contrarios a los tratados internacionales suscritos
por México, por formar parte de la Ley Suprema de toda la
Unión en el nivel que los ubicó la Corte. Por lo tanto, pueden ser
invocados al resolver sobre la violación de garantías individuales
que involucren la de los derechos humanos reconocidos en los
tratados internacionales suscritos por México.
SEPTIMO TRIBUNAL
PRIMER CIRCUITO
COLEGIADO
EN
MATERIA
CIVIL
DEL
Amparo directo 344/2008. Jesús Alejandro Gutiérrez Olvera. 10
de julio de 2008. Unanimidad de votos. Ponente: Julio César
Vázquez-Mellado García. Secretario: Benjamín Garcilazo Ruiz.
Notas:
La tesis de rubro: "TRATADOS INTERNACIONALES. SE UBICAN
JERÁRQUICAMENTE POR ENCIMA DE LAS LEYES FEDERALES Y
EN UN SEGUNDO PLANO RESPECTO DE LA CONSTITUCIÓN
FEDERAL." citada, aparece publicada con el número P.
LXXVII/99 en el Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, Novena Época, Tomo X, noviembre de 1999, página 46.
Esta tesis es objeto de la denuncia relativa a la contradicción de
tesis 293/2011, pendiente de resolverse por el Pleno.
TRATADOS INTERNACIONALES. SON PARTE INTEGRANTE
DE LA LEY SUPREMA DE LA UNIÓN Y SE UBICAN
JERÁRQUICAMENTE
POR
ENCIMA
DE
LAS
LEYES
GENERALES, FEDERALES Y LOCALES. INTERPRETACIÓN
DEL ARTÍCULO 133 CONSTITUCIONAL.
La interpretación sistemática del artículo 133 de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos permite identificar la
existencia de un orden jurídico superior, de carácter nacional,
integrado
por
la
Constitución
Federal,
los
tratados
internacionales y las leyes generales. Asimismo, a partir de
dicha interpretación, armonizada con los principios de derecho
internacional dispersos en el texto constitucional, así como con
las normas y premisas fundamentales de esa rama del derecho,
se concluye que los tratados internacionales se ubican
jerárquicamente abajo de la Constitución Federal y por encima
de las leyes generales, federales y locales, en la medida en que
el Estado Mexicano al suscribirlos, de conformidad con lo
dispuesto en la Convención de Viena Sobre el Derecho de los
Tratados entre los Estados y Organizaciones Internacionales o
entre Organizaciones Internacionales y, además, atendiendo al
principio fundamental de derecho internacional consuetudinario
"pacta sunt servanda", contrae libremente obligaciones frente a
la comunidad internacional que no pueden ser desconocidas
invocando normas de derecho interno y cuyo incumplimiento
supone, por lo demás, una responsabilidad de carácter
internacional.
PLENO
Amparo en revisión 120/2002. Mc. Cain México, S.A. de C.V. 13
de febrero de 2007. Mayoría de seis votos. Disidentes: José
Ramón Cossío Díaz, Margarita Beatriz Luna Ramos, José
Fernando Franco González Salas, José de Jesús Gudiño Pelayo y
Juan N. Silva Meza. Ponente: Sergio Salvador Aguirre Anguiano.
Secretarios: Andrea Zambrana Castañeda, Rafael Coello Cetina,
Malkah Nobigrot Kleinman y Maura A. Sanabria Martínez.
El Tribunal Pleno, el veinte de marzo en curso, aprobó, con el
número IX/2007, la tesis aislada que antecede. México, Distrito
Federal, a veinte de marzo de dos mil siete.
Nota: En la sesión pública de trece de febrero de dos mil siete,
además del amparo en revisión 120/2002, promovido por Mc
Cain México, S.A. de C.V., se resolvieron los amparos en
revisión 1976/2003, 787/2004, 1084/2004, 1651/2004,
1277/2004, 1576/2005, 1738/2005, 2075/2005, 74/2006,
815/2006, 948/2006, 1380/2006, y el amparo directo en
revisión 1850/2004, respecto de los cuales el tema medular
correspondió a la interpretación del artículo 133 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, a que se
refiere esta tesis aislada.
TRATADOS INTERNACIONALES. SU APLICACIÓN CUANDO
AMPLÍAN Y REGLAMENTAN DERECHOS FUNDAMENTALES.
Conforme al artículo 133 constitucional, la propia Constitución,
las leyes del Congreso de la Unión que emanen de ella y todos
los tratados que estén de acuerdo con la misma, celebrados y
que se celebren por el presidente de la República, con
aprobación del Senado, serán la ley suprema de toda la Unión.
Ahora bien, cuando los tratados internacionales reglamentan y
amplían los derechos fundamentales tutelados por la Carta
Magna, deben aplicarse sobre las leyes federales que no lo
hacen, máxime cuando otras leyes también federales, los
complementan.
CUARTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA ADMINISTRATIVA
DEL PRIMER CIRCUITO
Amparo en revisión 799/2003. Ismael González Sánchez y otros.
21 de abril de 2004. Unanimidad de votos. Ponente: Hilario
Bárcenas Chávez. Secretaria: Mariza Arellano Pompa.
TRATADOS
INTERNACIONALES.
SE
UBICAN
JERÁRQUICAMENTE
POR
ENCIMA
DE
LAS
LEYES
FEDERALES Y EN UN SEGUNDO PLANO RESPECTO DE LA
CONSTITUCIÓN FEDERAL.
Persistentemente en la doctrina se ha formulado la interrogante
respecto a la jerarquía de normas en nuestro derecho. Existe
unanimidad respecto de que la Constitución Federal es la norma
fundamental y que aunque en principio la expresión "... serán la
Ley Suprema de toda la Unión ..." parece indicar que no sólo la
Carta Magna es la suprema, la objeción es superada por el
hecho de que las leyes deben emanar de la Constitución y ser
aprobadas por un órgano constituido, como lo es el Congreso de
la Unión y de que los tratados deben estar de acuerdo con la Ley
Fundamental, lo que claramente indica que sólo la Constitución
es la Ley Suprema. El problema respecto a la jerarquía de las
demás normas del sistema, ha encontrado en la jurisprudencia y
en la doctrina distintas soluciones, entre las que destacan:
supremacía del derecho federal frente al local y misma jerarquía
de los dos, en sus variantes lisa y llana, y con la existencia de
"leyes constitucionales", y la de que será ley suprema la que sea
calificada de constitucional. No obstante, esta Suprema Corte de
Justicia considera que los tratados internacionales se encuentran
en un segundo plano inmediatamente debajo de la Ley
Fundamental y por encima del derecho federal y el local. Esta
interpretación del artículo 133 constitucional, deriva de que
estos compromisos internacionales son asumidos por el Estado
mexicano en su conjunto y comprometen a todas sus
autoridades frente a la comunidad internacional; por ello se
explica que el Constituyente haya facultado al presidente de la
República a suscribir los tratados internacionales en su calidad
de jefe de Estado y, de la misma manera, el Senado interviene
como representante de la voluntad de las entidades federativas
y, por medio de su ratificación, obliga a sus autoridades. Otro
aspecto importante para considerar esta jerarquía de los
tratados, es la relativa a que en esta materia no existe limitación
competencial entre la Federación y las entidades federativas,
esto es, no se toma en cuenta la competencia federal o local del
contenido del tratado, sino que por mandato expreso del propio
artículo 133 el presidente de la República y el Senado pueden
obligar
al
Estado
mexicano
en
cualquier
materia,
independientemente de que para otros efectos ésta sea
competencia de las entidades federativas. Como consecuencia
de lo anterior, la interpretación del artículo 133 lleva a
considerar en un tercer lugar al derecho federal y al local en una
misma jerarquía en virtud de lo dispuesto en el artículo 124 de
la Ley Fundamental, el cual ordena que "Las facultades que no
están expresamente concedidas por esta Constitución a los
funcionarios federales, se entienden reservadas a los Estados.".
No se pierde de vista que en su anterior conformación, este
Máximo Tribunal había adoptado una posición diversa en la tesis
P. C/92, publicada en la Gaceta del Semanario Judicial de la
Federación, Número 60, correspondiente a diciembre de 1992,
página 27, de rubro: "LEYES FEDERALES Y TRATADOS
INTERNACIONALES.
TIENEN
LA
MISMA
JERARQUÍA
NORMATIVA."; sin embargo, este Tribunal Pleno considera
oportuno abandonar tal criterio y asumir el que considera la
jerarquía superior de los tratados incluso frente al derecho
federal.
PLENO
Amparo
en
revisión
1475/98.
Sindicato
Nacional de
Controladores de Tránsito Aéreo. 11 de mayo de 1999.
Unanimidad de diez votos. Ausente: José Vicente Aguinaco
Alemán. Ponente: Humberto Román Palacios. Secretario:
Antonio Espinoza Rangel.
El Tribunal Pleno, en su sesión privada celebrada el veintiocho
de octubre en curso, aprobó, con el número LXXVII/1999, la
tesis aislada que antecede; y determinó que la votación es
idónea para integrar tesis jurisprudencial. México, Distrito
Federal, a veintiocho de octubre de mil novecientos noventa y
nueve.
Nota: Esta tesis abandona el criterio sustentado en la tesis P.
C/92, publicada en la Gaceta del Semanario Judicial de la
Federación Número 60, Octava Época, diciembre de 1992,
página 27, de rubro: "LEYES FEDERALES Y TRATADOS
INTERNACIONALES.
TIENEN
LA
MISMA
JERARQUÍA
NORMATIVA.".
PRUEBA, LOS TRATADOS INTERNACIONALES NO ESTAN
SUJETOS A.
El artículo 133 de la Constitución General de la República dice:
"esta Constitución, las leyes del Congreso de la Unión que
emanen de ella y todos los tratados que estén de acuerdo con la
misma, celebrados y que se celebren por el Presidente de la
República, con aprobación del Senado, serán la Ley Suprema de
toda la Unión. Los Jueces de cada estado se arreglarán a dicha
constitución, leyes y tratados a pesar de las disposiciones en
contrario que pueda haber en la constitución o leyes de los
estados". De lo anterior, se puede advertir que los tratados
internacionales celebrados con las condiciones que la propia
Constitución establece serán Ley en la República Mexicana; es
por ello que, cuando alguna de las partes invoca a su favor un
tratado de corte internacional, no se le puede exigir que sea ella
quien demuestre su existencia, pues como ya se vio, el mismo
forma parte del derecho mexicano y, por ende, no está sujeto a
prueba.
SEGUNDO
TRIBUNAL
COLEGIADO
ADMINISTRATIVA DEL PRIMER CIRCUITO
EN
MATERIA
Amparo directo 832/90. Banco de Crédito y Servicio, S.N.C. 5 de
octubre de 1990. Unanimidad de votos. Ponente: Carlos Amado
Yáñez. Secretario: Mario Sosa Escudero.
TRATADOS INTERNACIONALES Y LEYES DEL CONGRESO
DE LA UNION EMANADAS DE LA CONSTITUCION FEDERAL.
SU RANGO CONSTITUCIONAL ES DE IGUAL JERARQUIA.
El artículo 133 constitucional no establece preferencia alguna
entre las leyes del Congreso de la Unión que emanen de ella y
los tratados que estén de acuerdo con la misma, celebrados y
que se celebren por el presidente de la República, con
aprobación del Senado, puesto que el apuntado dispositivo legal
no propugna la tesis de la supremacía del derecho internacional
sobre el derecho interno, sino que adopta la regla de que el
derecho internacional es parte del nacional, ya que si bien
reconoce la fuerza obligatoria de los tratados, no da a éstos un
rango superior a las leyes del Congreso de la Unión emanadas
de esa Constitución, sino que el rango que les confiere a unos y
otras es el mismo.
TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA ADMINISTRATIVA
DEL PRIMER CIRCUITO
Amparo en revisión 256/81. C. H. Boehring Sohn. 9 de julio de
1981. Unanimidad de votos. Ponente: Genaro David Góngora
Pimentel. Secretario: Guillermo Antonio Muñoz Jiménez.
DÉCIMO SEGUNDO.- Se violentan los artículos 4, 13 de la Carta Democrática
Interamericana; artículos 1, 2, 6, 13.1, 13.3, 15, 16, 19, 26 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, Convención Belém Do Pará, Convención
de Viena sobre el Derecho de los Tratados entre Estados y Organizaciones
Internacionales; artículos 2, 5, 13, 25, 26, 27, 40 de la Convención
Internacional sobre la Protección de los Derechos de Todos los Trabajadores
Migratorios y de sus Familiares; artículos 2, 3, 5, 11.2, 12.2 y 14 de la
Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra
la Mujer; artículos 1, 2, 3, 4, 26, 32 de la Convención sobre los Derechos del
Niño; Convenio OIT 11 sobre el Derecho de Asociación; Convenio OIT 26 sobre
la Fijación de Salarios Mínimos; Convenio OIT 29 sobre el Trabajo Forzoso;
Convenio OIT 30 sobre las Horas de Trabajo; Convenio OIT 34 sobre las
Agencias Retribuidas; Convenio OIT 43 sobre las Horas de Trabajo en la
Fabricación Automática de Vidrio Plano; Convenio OIT 87 sobre la Libertad
Sindical y a la Protección al Derecho a la Sindicación; Convenio OIT 90 sobre el
Trabajo Nocturno; Convenio OIT 95 sobre la Protección del Salario; Convenio
OIT 96 sobre las Agencias Retribuidas de Colocación; Convenio OIT 99 sobre
los Métodos de Fijación de Salarios Mínimos; Convenio OIT 100 sobre Igualdad
de Remuneración; Convenio OIT 102 sobre la Seguridad Social; Convenio OIT
105 sobre la Abolición del Trabajo Forzoso; Convenio OIT 118 sobre la
Igualdad de Trato; Convenio OIT 131 sobre la Fijación de Salarios; Convenio
OIT 135 sobre la Protección y Facilidades que Deben Otorgarse a los
Representantes de los Trabajadores en la Empresa; Convenio OIT 141 sobre
las Organizaciones de Trabajadores Rurales; Convenio OIT 142 sobre
Desarrollo de los Recursos; artículos 1, 2, 7, 14, 15, 16, 37 de la Declaración
Americana de los Derechos y Deberes del Hombre; artículos 1, 2, 3, 4, 7, 22,
23, 23.4, 24, 25 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos;
Directrices de Maastricht; artículos 2.1, 2.2, 5, 8, 19.1, 19.2, 21, 22, 25 b
24.1, 26 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos; artículos 2, 3,
4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11 del Pacto Internacional de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales; Principios de Limburgo; y artículos 1, 2, 3, 4, 6, 7, 8,
8.1, 8.2, 8.3, 9, 10, 16 del Protocolo de San Salvador; y los principios del
Derecho Laboral a la estabilidad en el empleo, a la suficiencia salarial, a las
condiciones satisfactorias de trabajo, a la seguridad social, a la equidad de
género en las relaciones laborales, a los derechos para los menores
trabajadores, a la libertad sindical.
DÉCIMO TERCERO.- Se viola en nuestro perjuicio el Derecho a la Dignidad
Humana, “La dignidad humana es el origen, la esencia y el fin de todos los
derechos humanos” tal y como se contempla en la siguiente jurisprudencia que
al efecto transcribimos textualmente y que es aplicable al caso concreto:
DIGNIDAD HUMANA. DEFINICIÓN.
La dignidad humana es el origen, la esencia y el fin de todos
los derechos humanos.
QUINTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL
PRIMER CIRCUITO.
Amparo directo 309/2010. 10 de junio de 2010. Unanimidad
de votos. Ponente: Walter Arellano Hobelsberger. Secretario:
Enrique Cantoya Herrejón.
Amparo directo 657/2010. 21 de octubre de 2010.
Unanimidad de votos. Ponente: Walter Arellano Hobelsberger.
Secretaria: Carmina Cortés Pineda.
Incidente de suspensión (revisión) 286/2010. 30 de
septiembre de 2010. Unanimidad de votos. Ponente: María
Soledad Hernández Ruiz de Mosqueda. Secretario: Miguel
Ángel Silva Santillán.
Amparo directo 371/2011. 22 de julio de 2011. Unanimidad
de votos. Ponente: María Soledad Hernández Ruiz de
Mosqueda. Secretario: Hirám Casanova Blanco.
Amparo directo 504/2011. 1o. de septiembre de 2011.
Unanimidad de votos. Ponente: María Soledad Hernández Ruiz
de Mosqueda. Secretario: Ricardo Mercado Oaxaca.
Ejecutoria:
1.- Registro No. 22747
Asunto: AMPARO DIRECTO 309/2010.
Promovente: **********.
Localización: 9a. Época; T.C.C.; S.J.F. y su Gaceta; XXXIII,
Marzo de 2011; Pág. 2133;”
DIGNIDAD HUMANA. EL ORDEN JURÍDICO MEXICANO
LA RECONOCE COMO CONDICIÓN Y BASE DE LOS
DEMÁS DERECHOS FUNDAMENTALES.
Texto: El artículo 1o. de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos establece que todas las personas son
iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación
alguna por razones étnicas o de nacionalidad, raza, sexo,
religión o cualquier otra condición o circunstancia personal o
social que atente contra la dignidad humana y que, junto con
los instrumentos internacionales en materia de derechos
humanos suscritos por México, reconocen el valor superior de
la dignidad humana, es decir, que en el ser humano hay una
dignidad que debe ser respetada en todo caso,
constituyéndose
como
un
derecho
absolutamente
fundamental, base y condición de todos los demás, el derecho
a ser reconocido y a vivir en y con la dignidad de la persona
humana, y del cual se desprenden todos los demás derechos,
en cuanto son necesarios para que los individuos desarrollen
integralmente su personalidad, dentro de los que se
encuentran, entre otros, el derecho a la vida, a la integridad
física y psíquica, al honor, a la privacidad, al nombre, a la
propia imagen, al libre desarrollo de la personalidad, al estado
civil y el propio derecho a la dignidad personal. Además, aun
cuando estos derechos personalísimos no se enuncian
expresamente en la Constitución General de la República,
están implícitos en los tratados internacionales suscritos por
México y, en todo caso, deben entenderse como derechos
derivados del reconocimiento al derecho a la dignidad
humana, pues sólo a través de su pleno respeto podrá
hablarse de un ser humano en toda su dignidad.
Precedentes: Amparo directo 6/2008. 6 de enero de 2009.
Once votos. Ponente: Sergio A. Valls Hernández. Secretaria:
Laura García Velasco. El Tribunal Pleno, el diecinueve de
octubre en curso, aprobó, con el número LXV/2009, la tesis
aislada que antecede. México, Distrito Federal, a diecinueve
de octubre de dos mil nueve.”
PRINCIPIO
PRO
OBLIGATORIA.
HOMINE.
SU
APLICACIÓN
ES
El principio pro homine que implica que la interpretación
jurídica siempre debe buscar el mayor beneficio para el
hombre, es decir, que debe acudirse a la norma más amplia o
a la interpretación extensiva cuando se trata de derechos
protegidos y, por el contrario, a la norma o a la interpretación
más restringida, cuando se trata de establecer límites a su
ejercicio, se contempla en los artículos 29 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos y 5 del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos, publicados en el
Diario Oficial de la Federación el siete y el veinte de mayo de
mil novecientos ochenta y uno, respectivamente. Ahora bien,
como dichos tratados forman parte de la Ley Suprema de la
Unión, conforme al artículo 133 constitucional, es claro que el
citado principio debe aplicarse en forma obligatoria. CUARTO
TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA ADMINISTRATIVA DEL
PRIMER CIRCUITO.
Precedentes: Amparo directo 202/2004. Javier Jiménez
Sánchez. 20 de octubre de 2004. Unanimidad de votos.
Ponente: Jean Claude Tron Petit. Secretaria: Sandra Ibarra
Valdez. Véase: Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, Novena Época, Tomo XX, octubre de 2004, página
2385, tesis I.4o.A.441 A, de rubro: "PRINCIPIO PRO HOMINE.
SU APLICACIÓN."
DERECHO
AL
MINIMO
VITAL
CONSTITUCIONAL MEXICANO.
EN
EL
ORDEN
El derecho constitucional al mínimo vital cobra plena vigencia
a partir de la interpretación sistemática de los artículos 1º,
3º, 4º, 6º, 13º, 25º, 27º, 31º, fracción IV y 123. Un
presupuesto del Estado Democrático de Derecho es el que los
individuos tengan como punto de partida condiciones tales
que les permitan desarrollar un plan de vida autónomo, a fin
de facilitar que los gobernados participen activamente en la
vida democrática. De esta forma, el goce del mínimo vital es
un presupuesto sin el cual las coordenadas centrales de
nuestro orden constitucional carecen de sentido, de tal suerte
que la intersección entre la potestad Estatal y el entramado
de derechos y libertades fundamentales consiste en la
determinación de un mínimo de subsistencia digna y
autónoma protegido constitucionalmente. Este parámetro
constituye el contenido del derecho al mínimo vital, el cual, a
su vez, coincide con las competencias condiciones básicas y
prestaciones sociales necesarias para que la persona pueda
llevar una vida libre abarca todas las medidas positivas o
negativas imprescindibles para evitar que la persona se vea
inconstitucionalmente reducida en su valor intrínseco como
ser humano por no contar con las condiciones materiales que
le permitan llevar una existencia digna. Así, este derecho
busca garantizar que la persona –centro del ordenamiento
jurídico- no se convierta en instrumento de otros fines,
objetivos, propósitos, bienes o intereses, por importantes o
valiosos que ellos sean.
Amparo en revisión 1780/2006. Lempira Omar Sánchez
Vizuet. 31 de enero de 2007. Cinco votos. Ponente: José
Ramón Cossío Díaz. Secretario: Juan Carlos Roa Jacobo.
DERECHOS
HUMANOS.
OBLIGACIONES
CONSTITUCIONALES DE LAS AUTORIDADES EN LA
MATERIA.
Mediante decreto publicado en el Diario Oficial de la
Federación el 10 de junio de 2011, vigente a partir del día
siguiente de su publicación, se reformó y adicionó el artículo
1o. de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, para establecer diversas obligaciones a las
autoridades, entre ellas, que las normas relativas a derechos
humanos se interpretarán conforme a la Constitución y a los
tratados internacionales en la materia, favoreciendo en todo
tiempo a las personas la protección más amplia, es decir, que
los derechos humanos son los reconocidos por la Ley
Fundamental y los tratados internacionales suscritos por
México, y que la interpretación de aquélla y de las
disposiciones
de
derechos
humanos
contenidas
en
instrumentos internacionales y en las leyes, siempre debe ser
en las mejores condiciones para las personas. Asimismo, del
párrafo tercero de dicho precepto destaca que todas las
autoridades, en el ámbito de sus competencias, deben
promover, respetar, proteger y garantizar los derechos
humanos, conforme a los principios de universalidad,
interdependencia, indivisibilidad y progresividad, y que, en
consecuencia, el Estado debe prevenir, investigar, sancionar y
reparar las violaciones a los derechos humanos en los
términos que establezca la ley, lo cual conlleva a que las
autoridades actúen atendiendo a todas las personas por igual,
con una visión interdependiente, ya que el ejercicio de un
derecho humano implica necesariamente que se respeten y
protejan múltiples derechos vinculados, los cuales no podrán
dividirse, y todo habrá de ser de manera progresiva,
prohibiendo cualquier retroceso en los medios establecidos
para el ejercicio, tutela, reparación y efectividad de aquéllos.
PRIMERA SALA
Amparo en revisión 531/2011. Mie Nillu Mazateco, A.C. 24 de
agosto de 2011. Cinco votos. Ponente: Olga Sánchez Cordero
de García Villegas. Secretario: Ignacio Valdés Barreiro
DÉCIMO CUARTO.- La reforma carece de la debida fundamentación y
motivación legislativa. Sirven de apoyo las siguientes interpretaciones del
Poder Judicial de la Federación, a saber:
FUNDAMENTACION Y MOTIVACION DE LOS ACTOS DE
AUTORIDAD LEGISLATIVA.
Aun cuando es cierto que la exigencia de fundamentación y
motivación de los actos de autoridad en que consiste la
garantía la legalidad establecida por el título 16 Constitucional,
ha de entenderse que abarca a todo acto de autoridad, sea
ésta legislativa, ejecutiva o judicial, en la medida en que todas
ellas deben actuar, por igual, dentro de un marco jurídico
"legalidad", debe sin embargo aclararse que, tratándose de
actos de autoridades legislativas (leyes), dichos requisitos de
"fundamentación y motivación" se satisfacen siempre que ellas
actúen dentro de los límites de las atribuciones que la
Constitución correspondiente les confiera (fundamentación) y
que las leyes respectivas que emitan se refieran a relaciones
sociales
que
reclamen
ser
jurídicamente
reguladas
(motivación), sin que ello implique, en modo alguno, que todas
y cada una de las disposiciones que den cuerpo a esas leyes
deban ser necesariamente materia de una motivación
específica. P.
Amparo en revisión 1406/48. Carlos y Juan Béistegui. 8 de
febrero de 1972. Mayoría de 11 votos. Disidentes: Carlos del
Río Rodríguez, Ezequiel Burguete Farrera, Jorge Iñárritu,
Manuel Yáñez Ruiz, Pedro Guerrero Martínez, Salvador
Mondragón Guerra, Ernesto Aguilar y Alfonso Guzmán Neyra.
Instancia: Pleno. Fuente: Semanario Judicial de la Federación,
Séptima Epoca. Volumen 38 Primera Parte. Pág. 27. Tesis
Aislada.
FUNDAMENTACION Y MOTIVACION DE LOS ACTOS DE
AUTORIDAD LEGISLATIVA.
En el texto de la ley no es indispensable expresar la
fundamentación y la motivación de un ordenamiento legal
determinado, pues generalmente ello se realiza en la
exposición de motivos de la iniciativa correspondiente. Este
Tribunal Pleno ha establecido que por fundamentación y
motivación de un acto legislativo se debe entender la
circunstancia de que el Congreso que expide la ley,
constitucionalmente esté facultado para ello, ya que estos
requisitos, en tratándose de actos legislativos, se satisfacen
cuando actúa dentro de los límites de las atribuciones que la
Constitución correspondiente le confieren (fundamentación), y
cuando las leyes que emite se refieren a resoluciones sociales
que reclaman ser jurídicamente reguladas (motivación); sin
que esto implique que todas y cada una de las disposiciones
que integran estos ordenamientos deban ser necesariamente
materia de una motivación específica.
Amparo en revisión 5220/80. Teatro Peón Contreras, S. A. 15
de junio de 1982. Unanimidad de 15 votos. Ponente: María
Cristina Salmorán de Tamayo.
Volúmenes 139-144, pág. 133. Amparo en revisión 5983/79.
Francisco Breña Garduño y coags. 23 de septiembre de 1980.
Unanimidad de 17 votos. Ponente: Carlos del Río Rodríguez.
Volumen 78, pág. 69. Amparo en revisión 3812/70.
Inmobiliaria Cali, S. A. y coags. (acumulados). 24 de junio de
1975. Unanimidad de 16 votos. Ponente: J. Ramón Palacios
Vargas. Volumen 77, pág. 19. Amparo en revisión 6731/68.
Lechera Guadalajara, S. A. 6 de mayo de 1975. Unanimidad de
19 votos. Ponente: Ernesto Aguilar Alvarez. Volumen 38, pág.
27. Amparo en revisión 1406/48. Carlos y Juan Béistegui. 8 de
febrero de 1972. Mayoría de 11 votos. Disidentes: Carlos del
Río R., Ezequiel Burguete F., Jorge Iñárritu, Manuel Yáñez Ruiz,
Pedro Guerrero M., Salvador Mondragón G., Ernesto Aguilar
Alvarez y Alfonso Guzmán Neyra. Instancia: Pleno. Fuente:
Semanario Judicial de la Federación, Séptima Epoca. Volumen
157-162 Primera Parte. Pág. 150. Tesis Aislada.
FUNDAMENTACION Y MOTIVACION DE LOS ACTOS DE
AUTORIDAD LEGISLATIVA.
Este Tribunal Pleno ha sostenido que por fundamentación y
motivación de un acto legislativo, se debe entender la
circunstancia de que el Congreso que expide la ley,
constitucionalmente esté facultado para ello, ya que estos
requisitos, en tratándose de actos legislativos, se satisfacen
cuando aquél actúa dentro de los límites de las atribuciones
que
la
Constitución
correspondiente
le
confiere
(fundamentación), y cuando las leyes que emite se refieren a
relaciones sociales que reclaman ser jurídicamente reguladas
(motivación); sin que esto implique que todas y cada una de
las disposiciones que integran estos ordenamientos deben ser
necesariamente materia de una motivación específica. P.
Volumen 77, pág. 19. Amparo en revisión 6731/68. Lechera
Guadalajara, S. A. 6 de mayo de 1975. Unanimidad de 19
votos. Ponente: Ernesto Aguilar Alvarez. Volumen 78, pág. 69.
Amparo en revisión 3812/70. Inmobiliaria Cali, S. A. y coags.
(Acums.). 24 de junio de 1975. Unanimidad de 16 votos.
Ponente: J. Ramón Palacios Vargas. Volúmenes 139-144, pág.
133. Amparo en revisión 5983/79. Francisco Breña Garduño y
coags. 23 de septiembre de 1986. Unanimidad de 17 votos.
Ponente: Carlos del Río Rodríguez. Volúmenes 157-162, pág.
150. Amparo en revisión 5220/80. Teatro Peón Contreras, S. A.
15 de junio de 1982. Unanimidad de 15 votos. Ponente: María
Cristina Salmorán de Tamayo. Volúmenes 181-186, pág. 65.
Amparo en revisión 8993/82. Lucrecia Banda Luna. 22 de mayo
de 1984. Unanimidad de 20 votos. Ponente: Francisco H. Pavón
Vasconcelos.
Instancia: Pleno. Fuente: Semanario Judicial de la Federación,
Séptima Epoca. Volumen 181-186 Primera Parte. Pág. 239.
Tesis de Jurisprudencia.
AMPARO CONTRA LEYES. LA INCONSTITUCIONALIDAD
DE ÉSTAS PUEDE DERIVAR DE LA CONTRADICCIÓN CON
OTRAS DE IGUAL JERARQUÍA, CUANDO SE DEMUESTRE
VIOLACIÓN A LA GARANTÍA DE SEGURIDAD JURÍDICA.
Los actos de autoridad de creación y vigencia de normas
generales pueden combatirse en el juicio de garantías, con
base en la infracción de exigencias que deben respetar, como
las derivadas del proceso legislativo establecidas en la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, o incluso
aquellas derivadas del respeto a la garantía de seguridad
jurídica que comprende las denominadas sub-garantías de
legalidad,
fundamentación,
motivación,
competencia,
irretroactividad y audiencia, cuya violación puede demostrarse
no sólo a través de la exposición de una contradicción directa
con el texto fundamental, sino mediante las incongruencias en
el orden jurídico que revelen transgresión a esa garantía, como
la contradicción entre normas secundarias, lo que implica
vulneración indirecta al texto constitucional, sin embargo, en
este último supuesto, el examen de las normas jurídicas
relativas debe sustentarse no únicamente en afirmaciones
tocantes a la incongruencia entre leyes secundarias, sino
también en la precisión de las garantías individuales violadas, y
en la demostración de que la norma aplicada es la que viola el
orden constitucional y no exclusivamente el ordenamiento
jurídico utilizado como parámetro comparativo para derivar la
incongruencia o carencia de facultades, pues sólo de esa
manera se podría demostrar que se aplicó en el acto reclamado
una ley inconstitucional, de otra manera, por más
inconstitucional que resultara la norma comparativa no
aplicada, no podría concederse la protección federal.
1a. XI/2010
Amparo directo en revisión 1948/2009. Rafael Arnaldo Ortega
Esquivel. 25 de noviembre de 2009. Cinco votos. Ponente:
Sergio A. Valls Hernández. Secretario: José Álvaro Vargas
Ornelas.
Instancia: Primera Sala. Fuente: Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XXXI, Febrero
2010. Pág. 109. Tesis Aislada.
CONSIDERACIONES JURÍDICAS
Las modificaciones y adiciones de la Ley Federal del Trabajo publicada en el
Diario Oficial de la Federación el 30 de noviembre de 2012 en sus nuevos
artículos 15-A, 15-B, 15-C, 15-D, 1004-B y 1004-C, regulación que denomina
“régimen de subcontratación”, son violatorios de los derechos al acceso a la
justicia, legalidad y certeza jurídica, toda vez que otorga a los patrones
facultades discrecionales de aplicación de la norma y de las sanciones que se
precisan protegidos en los artículos 1, 14 y 16 constitucionales y
convencionales, 8 y 10 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos,
8 y 25 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, ignoran el
derecho a un trabajo digno y los principios de progresividad y pro homine,
pues desde la ley derogada se previó que el trabajo no es artículo de comercio
y el régimen de subcontratación es regresiva de este principio fundamental del
trabajo al convertir a los trabajadores en objeto de comercio; ser
discriminatoria en sí misma, al violentar el principio de igual salario para igual
trabajo, ya que
permite que en un mismo centro de trabajo convivan
trabajadores con derechos, salarios, condiciones de trabajo y prestaciones
diferenciadas contrariando el artículo primero constitucional, el 123 apartado A
fracción VII, artículo 86 de la Ley Federal del Trabajo, Preámbulo de la
Constitución de la Organización Internacional del Trabajo, Convenios 100 y 111
de la Organización Internacional del Trabajo (en adelante OIT); 2 y 7 de la
DUDH, 2.2 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales, 26 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, 1 de la
CADH, 3 del Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre Derechos
Humanos en materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales,
“Protocolo de San Salvador” (en adelante Protocolo de San Salvador), 1 y 2 de
la Declaración de los Derechos Sociales del Trabajador.
Estas nuevas disposiciones de reformas laborales violan los principios
constitucionales establecidos en el artículo 123 de nuestra Carta Magna que
garantiza el derecho al trabajo digno; de convencionalidad, el principio de
especialidad de las normas, el principio de in dubio pro operario y el principio
de unidad aplicativa del contrato colectivo de los artículos 391 fracción II y 396
de la Ley Federal del Trabajo, concatenado con el principio de igualdad de
salario por igualdad de trabajo de la fracción VII del apartado A del artículo
123 constitucional y del artículo 86 de la LFT, ya que al reglamentar las
condiciones en que se puede proporcionar fuerza de trabajo como mercancía,
se actualiza una afectación al derecho al trabajo digno del 123 constitucional,
tanto de los trabajadores tercerizados como de los reconocidos por el patrón
beneficiado de los servicios de aquellos, así como la convalidación de la
prohibición expresa e incuestionable de la Declaración de Filadelfia que es
parte integral de la Constitución de la Organización Internacional del Trabajo a
que está afiliada nuestro País, que establece en su capítulo I, inciso a) “el
trabajo no es una mercancía” y de la propia Ley Federal del Trabajo en su
artículo 3°, también reformado.
Así que el señalado por el artículo 15-A en impugna, como trabajo en régimen
de subcontratación, es el conocido como externalización, tercerización,
subcontratación, outsourcing e insourcing, modalidades ilegales todas ellas que
desnaturalizan las relaciones de trabajo y que el artículo 123 constitucional
prevé como trabajo digno y socialmente útil, declaración ésta sobre la que
descansa toda una rama del derecho social mexicano, el derecho del trabajo.
La regulación y por tanto, la convalidación del nuevo contrato de trabajo bajo
el régimen de subcontratación, que no es otra cosa en las diversas
modalidades en que se materializa, que convertir el trabajo en mercancía, y
esto es así porque de la propia redacción de este numeral surge tal
caracterización, al disponer que: “El trabajo en régimen de subcontratación es
aquel por medio del cual un patrón denominado contratista ejecuta obras o
presta servicios con sus trabajadores bajo su dependencia, a favor de un
contratante, persona física o moral, la cual fija las tareas del contratista y lo
supervisa en el desarrollo de los servicios o la ejecución de las obras
contratadas.” De suerte que el contratista contrata al trabajador del caso,
establece con él una relación de dependencia y mediante esta anómala figura
de subcontratación, proporciona a dicho trabajador a otro patrón, que es el
que le fija las tareas a realizarle mediante sus servicios y lo supervisa en el
desarrollo de estos o en la ejecución de las obras contratadas con el
contratista, es decir el que el patrón recipiendario de los servicios de ese
trabajador, es quien establece para sí, el vínculo de subordinación con ese
trabajador, que es el principal elemento generador y definitorio de la relación
individual de trabajo existente entre un trabajador y un patrón y el contratista
solamente estableció con ese trabajador una relación de dependencia, sí,
porque fijó con ese trabajador las condiciones en que habrá de prestar su
trabajo, como podrán ser el salario y las tareas, porque la subordinación será
ejercida por el patrón beneficiado de los servicios y esa combinación bipatronal y en ocasiones tri-patronal y hasta cuatri-patronal, es claramente la
que conceptualmente se tipifica como la unidad económica, de la hipótesis del
artículo 16 de la Ley Federal del Trabajo que a la letra establece; “Artículo 16.
Para los efectos de las normas de trabajo, se entiende por empresa la unidad
económica de producción o distribución de bienes o servicios y por
establecimiento la unidad técnica que como sucursal, agencia u otra forma
semejante, sea parte integrante y contribuya a la realización de los fines de la
empresa.”.
Esa nueva modalidad de contrato de trabajo, no es más que un elaborado
intento de ocultar la relación de trabajo subordinado mediante una
construcción que en el fondo busca relevar al patrón recipiendario de la
obligaciones que adquiere con el trabajador, derivadas de su trabajo
subordinado con él, ello conforme a las definiciones de los artículos 8°, 10 y 12
de la Ley Federal del trabajo, en donde ese ahora llamado patrón contratista,
(que puede ser uno o varios) no es otra cosa que un intermediario o
intermediarios del verdadero patrón, y este, responsable con el trabajador, de
cumplirle lo establecido en el artículo 14 de este ordenamiento.
Lo que antecede es en lo tocante solo al derecho individual, porque en lo que
hace al derecho colectivo del trabajo, este nuevo contrato de trabajo en
régimen de subcontratación, tiene los siguientes efectos ilegales:
Vulnera la unidad aplicativa del contrato colectivo de trabajo, por cuanto el
pacto laboral colectivo celebrado en una empresa o en uno o varios de sus
establecimientos, debe aplicarse a todos los trabajadores al servicio de la
empresa celebrante en los lugares de trabajo que abarque, con la única
excepción de los trabajadores de confianza si así se pactó en dicho contrato
colectivo, (artículos 184, 386, 391 fracción II y 396, LFT vigente) de forma tal
que se afectan los derechos individuales de los trabajadores a quienes
legalmente debe aplicarse el CCT, porque si está pactada, se viola la cláusula
de admisión exclusiva en el trabajo (artículo 395, primer párrafo y 413, LFT
vigente) en perjuicio del sindicato titular del contrato colectivo; al no pactarse
con el patrón recipiendario de los servicios los salarios y condiciones de trabajo
de los trabajadores tercerizados, sino con el patrón o patrones contratantes o
sea el o los que le proporcionan mediante un contrato mercantil, el trabajo
humano al patrón recipiendario de ese trabajo; se vulnera la garantía
constitucional y legal de igualdad de salario por igualdad de trabajo, no siendo
óbice para esa afectación las limitantes previstas en este artículo 15-A, en sus
incisos: a) “No podrá abarcar la totalidad de las actividades, iguales o similares
en su totalidad, que se desarrollen en el centro de trabajo. b) Deberá
justificarse por su carácter especializado. c) No podrá comprender tareas
iguales o similares a las que realizan el resto de los trabajadores al servicio del
contratante.”. Y esto supone que no podrían ser todas pero si una parte de
estas actividades, en otras palabras podemos decir que todas no pero una
parte sí, sin señalar porcentaje alguno, lo que podrá dar lugar a que pueda
tercerizarse, a juicio del patrón, por ejemplo un 99% y el 1% restante, no; que
será también discrecional para el patrón organizar el trabajo de modo que se
desarrolle mediante diversas especialidades, como de hecho acontece en la
mayoría de las empresas, excepto tal vez en la dedicadas a actividades
primarias y por ende, muy sencillas; y asimismo también será discrecional
para el patrón eludir fácilmente la limitante del inciso c) arriba señalado,
organizando sus actividades para que un mínimo de trabajadores, los
contratados directamente por él, realicen actividades diferentes a los
ejecutadas por una gran mayoría de trabajadores tercerizados, los que
realmente operarán el objeto social productivo o de servicios de la empresa en
cuestión, materializándose así la hipótesis del artículo 16 de la LFT, de la
unidad económica de producción o distribución de bienes o servicios.
Luego entonces puede advertirse sin dificultad alguna que esta normatividad
que se ha legislado para supuestamente acotar el generalmente llamado
subcontratismo, es inoperante por discrecional y, por tanto, nugatoria, amén
de que implica competencia desleal ejercida por el patrón en perjuicio de la
materia de trabajo que corresponde a los trabajadores sindicalizados a quienes
se aplica el contrato colectivo.
Por lo que hace a lo dispuesto en el Artículo 15-B, en el sentido de que “el
contrato que se celebre entre la persona física o moral que solicita los servicios
y un contratista, deberá constar por escrito” y de que “La empresa contratante
deberá cerciorarse al momento de celebrar el contrato a que se refiere el
párrafo anterior, que la contratista cuenta con la documentación y los
elementos propios suficientes para cumplir con las obligaciones que deriven de
las relaciones con sus trabajadores.”, esas formalidades no garantizan que los
trabajadores tercerizados obtengan del patrón contratista el cumplimiento de
las obligaciones derivadas de la relaciones de trabajo, porque no constituyen
preconstitución de prueba o de pasivo laboral contingente en su favor que
hacer valer en juicio, es decir que el patrón beneficiado de sus servicios, por
esas formalidades quede obligado a cumplir sus garantías de salario igual por
trabajo igual, ni de sus derechos de antigüedad, ni de preferencia
escalafonaria, ni de las demás prestaciones a que se refiere el artículo 14 de la
Ley Federal del Trabajo.
En cuanto al Artículo 15-C. que dice “La empresa contratante de los servicios
deberá cerciorarse permanentemente que la empresa contratista, cumple con
las disposiciones aplicables en materia de seguridad, salud y medio ambiente
en el trabajo, respecto de los trabajadores de esta última.” y que “Lo anterior,
podrá ser cumplido a través de una unidad de verificación debidamente
acreditada y aprobada en términos de las disposiciones legales aplicables.”
Esas prevenciones o supuestos “candados” son también inoperantes porque el
primero de ellos, no vincula al patrón beneficiado frente al trabajador
tercerizado y el segundo supuesto “candado” no lo es porque carece de
imperatividad y de coercitividad ya que al establecerse que “podrá ser
cumplido” ello no produce el efecto de que deba ser cumplido y más aún, la
supuesta “unidad de verificación”, es una norma imperfecta porque no se sabe
a que pueda referirse, ya que no se trata ni de la inspección del trabajo, que
debería ser la autoridad administrativa competente, ni de autoridad o
institución alguna de las establecidas por la legislación laboral.
En relación con el Artículo 15-D “No se permitirá el régimen de subcontratación
cuando se transfieran de manera deliberada trabajadores de la contratante a la
subcontratista con el fin de disminuir derechos laborales; en este caso, se
estará a lo dispuesto por el artículo 1004-C y siguientes de esta Ley.”. Surge la
interrogante de cómo podría acreditarse la conducta “deliberada” del patrón
favorecido de transferir trabajadores al subcontratista, cuando es de explorado
derecho que para que terminen las relaciones individuales de trabajo de un
trabajador, deben existir o bien causales para rescindir la relación o bien otras
causales como por ejemplo la renuncia voluntaria del trabajador y luego
entonces menos todavía podría hablarse de transferencia, porque los
trabajadores no son cosas, o dinero, u objetos, que puedan transferirse cual si
constituyeran mercancía. Esta nueva “norma” es técnicamente impropia y
antijurídica y refleja la tendencia subyacente de desnaturalizar el derecho
laboral y despojarlo de su naturaleza social para convertirlo en una nueva
rama del derecho mercantil.
Finalmente en lo que se refiere a los Artículos 1004-B y 1004-C, que
respectivamente establecen: “El incumplimiento de las obligaciones a que se
refiere el artículo 15-B de la Ley, se sancionará con multa por el equivalente de
250 a 2500 veces el salario mínimo general.” y “A quien utilice el régimen de
subcontratación de personal en forma dolosa, en términos del artículo 15-D de
esta Ley, se le impondrá multa por el equivalente de 250 a 5000 veces el
salario mínimo general.”, estos numerales que están vinculados a los artículos
15-B y 15-D, ya impugnados, al depender solamente de estos y resultar
inconstitucionales, los numerales punitivos carecen de autonomía legal y por
tanto también deberán declararse inconstitucionales porque las hipótesis en
que aplican, también lo son.
Así entonces deviene inconstitucionalidad de estos dispositivos porque la
normatividad que contienen opera en contra, entre otros, de los principios in
dubio pro operario, de especialización de las normas y de convencionalidad por
ir en contra de la prohibición de la Constitución de la Organización
Internacional del Trabajo y de la propia Ley Laboral de que el trabajo se
mercantilice.
Su origen está en la crisis o caída de ganancia del capital, que data de finales
de la segunda guerra mundial, esta figura es parte del modelo de producción
conocido como toyotismo que engloba la polivalencia, movilidad, flexibilización,
la recalificación, el ajuste más rápido de la planta laboral (contratos a prueba,
de capacitación inicial, para extraer la mayor plusvalía a la fuerza de trabajo)
implica la degradación de las condiciones de trabajo (salario, seguridad en el
empleo, cargas de trabajo) y de los derechos colectivos de los trabajadores
(seguridad social, sindicación, huelga y contratación colectiva) en la mayoría
de la doctrina se establece que este nuevo régimen de contratación a quién
beneficia es a la empresa trasnacional y a las empresas nacionales en perjuicio
de los derechos humanos de los trabajadores.
La subcontratación también conocida como outsourcings, tercerización,
externalización y triangulación, se utiliza en el mundo del trabajo, ahora en
México con estas reformas laborales impugnadas, para evadir obligaciones y
disminuir los derechos de los trabajadores, así como para reducir el costo de la
mano de obra, para sostener en el futuro cercano la acumulación de capital,
contratando trabajadores temporales a quien se les impone la máxima
flexibilidad laboral y para evadir la responsabilidad solidaria por parte de las
empresas matrices o beneficiarias.
La contratación que con la reforma será a través de empresas subcontratistas,
terceristas, outsourcings, es un modelo laboral mediante el cual una empresa
contrata a otra para que ésta la abastezca de personal sin tener que ocuparse
de su salario, prestaciones o seguridad social, porque de todo eso se encarga
la empresa contratista, a la que es casi imposible fincarle alguna
responsabilidad laboral, pues casi siempre carece de patrimonio. Aunque
también, el régimen de subcontratación genera bienes y servicios en una
unidad económica por encargo de otra, incluso podríamos llegar a afirmar que
se pretende convertir a la economía mexicana en una gran maquila de
intereses extranjeros, desde la apertura comercial que han generado los
tratados de libre comercio como el Acuerdo General sobre Comercio y
Aranceles (GATT) y el TLC.
En efecto, las empresas subcontratistas, en muchos de los casos, no expiden
contrato de trabajo escrito y comprobantes de pago a los trabajadores, no
pagan aguinaldo, ni cuotas de seguridad social y utilidades, abaratan el precio
de la fuerza de trabajo. Sin que exista ninguna sanción para la empresa
beneficiaria en el caso de no cerciorarse de que al momento de celebrar el
contrato con la contratista o subcontratista, ésta cuenta con elementos propios
suficientes para cumplir con las obligaciones que deriven de las relaciones con
sus trabajadores; como tampoco se sanciona a la empresa beneficiaria de no
cerciorarse o no verificar si la empresa subcontratista cumple con las
disposiciones aplicables en materia de seguridad, salud y medio ambiente de
trabajo.
En la forma ambigua en que están redactados dichos artículos relativos a la
subcontratación, lo que único que propiciará es que el patrón beneficiario deje
de ser responsable solidario, lo cual contraviene el principio de protección y
tutela de los derechos de los trabajadores estipulado en el artículo 123
constitucional.
La subcontratación implica no solo la reducción del costo de la fuerza de
trabajo, sino también la supresión de la bilateralidad en cuanto al ingreso y la
negociación colectiva de las condiciones de trabajo, anulando en los hechos la
revisión anual y bianual del contrato colectivo de trabajo, pulveriza y
fragmenta al sindicato, quitándole su materia de trabajo, despojándolo de su
esencia.
La función de la subcontratación es anular o cancelar los derechos colectivos
de sindicación, huelga y negociación colectiva que los trabajadores de México y
el mundo han forjado durante los últimos 100 años, plasmados en las
fracciones XVI, XVII, XVIII del apartado “A” del artículo 123 constitucional, los
Convenios 87 y 98 de la OIT y pilares del Trabajo Decente.
La negociación colectiva se nulifica, puesto que la bilateralidad en el
establecimiento de las condiciones de trabajo, tales como: ingreso,
permanencia,
promoción,
salario,
jornada,
funciones,
capacitación,
desaparecen, éstas serán fijadas unilateralmente por el patrón, desapareciendo
también la revisión anual de salarios y bianual de salarios y prestaciones,
sobre todo de los trabajadores pertenecientes a los sindicatos independientes o
democráticos, pues es de explorado derecho que en México predomina el
sindicato corporativo y el sindicato blanco, los cuales son totalmente ajenos a
los trabajadores.
Y el derecho de huelga se extingue, pues ahora solo podrá realizarse en alguna
de las empresas subcontratistas, pero no en las matrices, quienes ya no
cuentan con trabajadores directamente contratados que son las beneficiarias
principales de los servicios prestados por los trabajadores de todas y cada una
de las outsourcing que tienen contratadas.
La legalización de la subcontratación, tercerización y el outsourcing permitirá
que haya varios sindicatos y contratos colectivos de trabajo en una sola
empresa, con distintas condiciones de trabajo y prestaciones, en contravención
al principio de equidad y no discriminación, garantizado en el artículo 1°
Constitucional, Convenio 111 de la OIT y Declaración de la OIT relativa a los
principios y derechos fundamentales en el trabajo, lo que propiciará la
fragmentación y una reducción de la filiación sindical, pues proliferan los
sindicatos minoritarios en empresas privadas y dependencias de gobierno,
habrá una empresa subcontratista, por cada actividad tendiente a la realización
del objeto social de las empresas o dependencias.
La subcontratación viola los artículos 1°, 5°, 123 primer párrafo (trabajo
digno) apartado “A”, VI (salario remunerador), VII (igualdad de salario), XIV
(riesgos de trabajo), XVI (derecho de asociación de los trabajadores), XVII
(derecho de huelga), XXI y XXII (estabilidad en el empleo), XXIX (seguridad
social), XXVII, (irrenunciabilidad de derechos), toda vez que precisamente
tiene como finalidad reducir el costo de la fuerza de trabajo, restringiendo y
menoscabando los derechos individuales, colectivos y de seguridad social
contenidos en dicho ordenamiento constitucional y en los tratados
internacionales citados. Asimismo de la Convención de Viena Sobre el Derecho
de los Tratados entre Estados y Organizaciones Internacionales,
particularmente en cuanto a los principios del libre consentimiento y de la
buena fe y la norma "pacta sunt servanda", universalmente reconocidos, DUDH
artículos 1, 2, 3, 23 y 25; PIDCP artículos 2.1, 2.2 y 5; PIDESC artículos 2, 3,
4, 5, 6, 7, 8 y 11; Convenios 96, 87, 98 de la OIT; Carta Democrática
Interamericana artículos 4, 12 y 13; CADH artículos 1, 2 y 26; Protocolo De
San Salvador artículos 1, 2, 3, 6 y 7, incisos a) y d).
Por otra parte, pero íntimamente ligado al Concepto de Violación que antecede,
los artículos 15-B, 15-C y 15-D legalizan la evasión de obligaciones patronales
y regresividad de derechos laborales fundamentales pues promueve las
contrataciones temporales, la máxima flexibilidad laboral y evadir la
responsabilidad solidaria por parte de las empresas matrices o beneficiarias. La
forma ambigua en que están redactados dichos artículos propicia que el patrón
beneficiario deje de ser responsable solidario, lo cual contraviene el principio
de protección y tutela de los derechos de los trabajadores estipulado en el
artículo 123 constitucional. Dichos artículos ignoran los derechos y principios
protegidos en los artículos 1°, 5°, 123 primer párrafo (trabajo digno) apartado
“A”, VI (salario remunerador), VII (igualdad de salario), XIV (riesgos de
trabajo), XVI (derecho de asociación de los trabajadores), XVII (derecho de
huelga), XXI y XXII (estabilidad en el empleo), XXIX (seguridad social), XXVII,
(irrenunciabilidad de derechos), toda vez que precisamente tiene como
finalidad reducir el costo de la fuerza de trabajo, restringiendo y
menoscabando los derechos individuales, colectivos y de seguridad social
contenidos en dicho ordenamiento constitucional y en los tratados
internacionales citados.
En el mismo sentido, las Responsables omitieron considerar las obligaciones
del Estado Mexicano como miembro de la ONU y OIT, pues los artículos en
impugna reflejan la ausencia de progresividad en los derechos fundamentales
del trabajo, pues la Declaración de Filadelfia de 1944, la Declaración de la OIT
Relativa a los Principios y Derechos Fundamentales en el Trabajo de 1998, el
Programa de Trabajo Decente, de la OIT, así como la Observación General
número 18 del Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales del
Consejo Económico Social de la ONU, artículo 23 de la DUDH son precisas en la
protección de los derechos fundamentales vulnerados. Las garantías sociales
protegidas en dichas normas se basan en la igualdad, justicia social y tutela
judicial a los económicamente débiles.
En relación a la tutela judicial, la Corte Interamericana de Derechos Humanos,
ha señalado que los estados deben generar las condiciones necesarias para la
protección de los derechos humanos a través de todas sus estructuras, que en
el presente caso, las Responsables ignoraron, son aplicables los siguientes
criterios emitidos por la Corte en cita:
142. Al respecto, de conformidad con el artículo I, incisos a) y b), de la CIDFP,
los Estados Partes se comprometen a no practicar ni tolerar la desaparición
forzada de personas en cualquier circunstancia, y a sancionar a los
responsables de la misma en el ámbito de su jurisdicción. Ello es consecuente
con la obligación a cargo del Estado de respetar y garantizar los derechos
contenida en el artículo 1.1 de la Convención Americana, la cual, según ha sido
establecido por esta Corte, puede ser cumplida de diferentes maneras, en
función del derecho específico que el Estado deba garantizar y de las
particulares necesidades de protección. En tal sentido, esta obligación implica
el deber de los Estados Parte de organizar todas las estructuras a través de las
cuales se manifiesta el ejercicio del poder público, de manera tal que sean
capaces de asegurar jurídicamente el libre y pleno ejercicio de los derechos
humanos. Como parte de dicha obligación, el Estado está en el deber jurídico
de “[p]revenir, razonablemente, las violaciones de los derechos humanos, de
investigar seriamente con los medios a su alcance las violaciones que se hayan
cometido dentro del ámbito de su jurisdicción a fin de identificar a los
responsables, de imponerles las sanciones pertinentes y de asegurar a la
víctima una adecuada reparación”.
Corte Interamericana de Derechos Humanos, Caso Radilla Pacheco Vs. Estados
Unidos Mexicanos, Sentencia de 23 de Noviembre de 2009 (Excepciones
Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas).
192. Esta Corte ha dicho que “al dar interpretación a un
tratado no sólo se toman en cuenta los acuerdos e
instrumentos formalmente relacionados con éste (inciso
segundo del artículo 31 de la Convención de Viena), sino
también el sistema dentro del cual se inscribe (inciso tercero
del artículo 31)”. De conformidad con esta postura, la Corte
también ha afirmado que “…a manera de interpretación
autorizada, los Estados miembros han entendido que [la
Declaración Americana] contiene y define aquellos derechos
humanos esenciales a los que la Carta [de la Organización]
se refiere, de manera que no se puede interpretar y aplicar
[esta última] en materia de derechos humanos, sin integrar
las normas pertinentes en ella con las correspondientes
disposiciones de la Declaración.”
193. El Tribunal ha señalado anteriormente que esta
orientación tiene particular importancia para el Derecho
Internacional de los Derechos Humanos, el que ha avanzado
sustancialmente mediante la interpretación evolutiva de los
instrumentos internacionales de protección. Sobre el
particular, esta Corte ha entendido que “…tal interpretación
evolutiva es consecuente con las reglas generales de
interpretación de los tratados consagradas en la Convención
de Viena de 1969. Tanto esta Corte [...] como la Corte
Europea [...], han señalado que los tratados de derechos
humanos son instrumentos vivos, cuya interpretación tiene
que acompañar la evolución de los tiempos y las condiciones
de vida actuales.”
Corte Interamericana de Derechos Humanos, Caso de los “Niños de la Calle”
(Villagrán Morales y otros) Vs.Guatemala, Sentencia de 19 de noviembre 1999
(Fondo)
Entonces, la subcontratación implica no solo la reducción del costo de la fuerza
de trabajo, sino también la supresión de la bilateralidad en cuanto al ingreso y
la negociación colectiva de las condiciones de trabajo, anulando en los hechos
la revisión anual y bianual de los contratos colectivos de trabajo al pulverizar y
fragmentar al sindicato titular del mismo, quitándole su materia de trabajo,
despojándolo de su esencia. La subcontratación ha funcionado como medio
para anular o cancelar los derechos colectivos de sindicación, huelga y
negociación colectiva de los trabajadores de México, protegidos en los artículos
1º y 123 constitucional, Declaración de la OIT Relativa a los Principios y
Derechos Fundamentales en el Trabajo de 1998, Convenios 87 y 98 de la OIT,
Programa de Trabajo Decente de la OIT, 8.1 d) del PIDESC, 8.1 b) del
Protocolo de San Salvador, 27 de la Declaración de los Derechos Sociales del
Trabajador, entre otros.
En efecto, el derecho a la negociación colectiva se nulifica, puesto que la
bilateralidad en el establecimiento de las condiciones de trabajo, tales como:
ingreso, permanencia, promoción, salario, jornada, funciones, capacitación, se
vulneran toda vez que serán fijadas unilateralmente por el patrón,
desapareciendo también la revisión anual de salarios y bianual de salarios y
prestaciones, ante las limitaciones para organizarse libremente en sindicatos
legítimos debido a la atomización de las relaciones de trabajo por la
subcontratación, sobre todo porque es de explorado derecho que en México
predomina el sindicato corporativo y el sindicato blanco, los cuales son
totalmente ajenos a los trabajadores. Por su parte, el derecho de huelga se
extingue, pues será prácticamente imposible ejerce este derecho debido a la
presencia de diferentes patrones en un solo centro de trabajo y que serían
diferentes al patrón beneficiario del servicio.
En conclusión, la legalización de la subcontratación, tercerización y el
outsourcing permitirá que haya varios contratos colectivos en una sola
empresa, con distintas condiciones de trabajo y prestaciones, en contravención
al principio de equidad y no discriminación, lo que propiciará la fragmentación
y una reducción de la filiación sindical, pues proliferan los sindicatos
minoritarios en empresas privadas y dependencias de gobierno, habrá una
empresa subcontratista, por cada actividad tendiente a la realización del objeto
social de las empresas o dependencias. Los derechos colectivos de sindicación,
huelga y negociación colectiva, tienen como finalidad conseguir el equilibrio
entre los diversos factores de la producción, instrumentos que dan concreción
a la justicia social, principio ampliamente protegido por la OIT, como ya se ha
precisado y que con la reforma se verán nulificados.
La Ley Federal del Trabajo en su artículo 371, fracciones IX y XIII reformado
contraria lo previsto en la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, en lo que hace al sistema para la elección de las autoridades
establece invariablemente el procedimiento democrático como sistema de
organización de la sociedad y mediante el voto libre, directo, universal y
secreto, en sus artículos 3°, fracción II, inciso b); 25, primer párrafo; 26. A.
párrafos primero, segundo, tercero y cuarto; 40; 41, fracción I, párrafo
segundo y 116, fracción IV, inciso a). Por su parte los artículos 1° y 133 de
nuestra Carta fundamental, prevén que el sistema democrático de elección
mediante voto libre, directo, universal y secreto de funcionarios de diversas
instituciones y representantes de organizaciones sociales, como son los
sindicatos, previstas en el primer párrafo del artículo 123 constitucional, se
confirma y robustece en a Convención de Viena Sobre el Derecho de los
Tratados entre Estados y Organizaciones Internacionales, particularmente en
cuanto a los principios del libre consentimiento y de la buena fe y la norma
"pacta sunt servanda”, artículos 1, 2, 3, 23 y 25 de la DUDH; 2.1, 2.2 y 5 del
PIDCP; 3, 4, 5, 6, y 8 del PIDESC; 3 y 8 del Convenio 87 de la OIT; 3 y 4 del
Convenio 98 de la OIT; Declaración de la OIT relativa a los principios y
derechos fundamentales en el trabajo y Trabajo Decente; 1, 2, 3, 4, 6, 7, 10,
11, 12 y 13 de la Carta Democrática Interamericana, XXII de la Declaración
Americana de los Derechos y Deberes del Hombre; 1, 2, 16, 23 y 26 de la
CADH; 1, 2, 3 y 8 del Protocolo de San Salvador.
La fracción IX reformada del artículo 371 de la Ley impugnada prevé: “IX.
Procedimiento para la elección de la directiva y número de miembros,
salvaguardando el libre ejercicio del voto con las modalidades que acuerde la
asamblea general; de votación indirecta y secreta o votación directa y
secreta;”; sin embargo, las normas internacionales apeladas determinan que el
voto de los integrantes de los sindicatos de trabajadores, para la elección de
las directivas de las organizaciones que respectivamente integran en ejercicio
de su derecho positivo de libertad sindical, debe ser mediante el voto libre,
directo, universal y secreto;
no obstante ese mandato imperativo e
insoslayable, el Legislador, en abierto desacato a todos esos dispositivos,
determinó que la elección de la directiva sindical podrá ser, con las
modalidades que acuerde la asamblea general; de votación indirecta y secreta
o votación directa y secreta, es decir confiriéndole a la asamblea sindical una
potestad legal de la que carece porque no deviene del derecho de
autodeterminación y menos del libertad sindical constitucional y
convencionalmente garantizados a los trabajadores que en ejercicio de su
derecho y previa integración del derecho de coalición deciden constituirse
permanentemente en un sindicato, que por ministerio de esos mandatos debe
ser una organización social democrática, entendida esta como la que se
organiza y funciona observando los imperativos de todo sistema o institución
civilizada y moderna en cuanto a sus cuerpos representativos, que deben ser
electos mediante voto libre, directo, universal y secreto.
El derecho constitucional de libertad sindical, que bien sabemos tiene un
aspecto negativo (potestad de cualquier trabajador de abstenerse de
pertenecer o de dejar de pertenecer al sindicato) así como un aspecto positivo
(potestad de integrar un sindicato o de ingresar a uno ya constituido de su
elección) que es el que nos ocupa en el presente concepto de violación, es
condición para el ejercicio de la libertad sindical, cuyos componentes son: el
derecho de autodeterminación conocido también como autonomía sindical y el
derecho a la democracia sindical que se traduce en la definición dinámica de
los contenidos del derecho de autodeterminación, que se adoptan
generalmente en asambleas pero que desde el evento de la constitución del
sindicato, se predeterminan en su cuerpo estatutario o ley interna, que debe
tener un contenido que garantice a los trabajadores ejercer sus derechos
mediante un sistema de asambleas deliberativas, que establezca la estructura
de representación externa del sindicato como persona jurídica frente a las
autoridades y terceras personas tanto físicas como morales y la estructura de
las instituciones de funcionamiento interno de la organización, que faciliten y
permitan su operatividad, y otros contenidos definitorios, permisivos,
prohibitivos y complementarios diversos, todos ellos importantes, que en
nuestra normatividad, tratándose de sindicatos regidos por el apartado A del
123 constitucional, se establecen en los artículos 356, 357, 359, 362, 363,
364, 368, 371, 372, 373, 374, 375, 376, 377, 378 y 381, de la propia Ley
Federal del Trabajo.
Así entonces, conviene abordar cuales son y cómo operan las notas
características del voto democrático, esto es que debe ser libre (no sujeto a
presión o control alguno), universal (que debe ser ejercido por todos los
integrantes del sindicato sin discriminación alguna), directo (esto es que debe
ser ejercido directamente por los trabajadores para evitar la falsificación o
manipulación de su voluntad) y secreto (condición que sí se establece para las
modalidades permitidas pero que al hacerse por voto delegado, perdería su
esencia eminentemente democrática) Estas notaciones sobre los elementos
esenciales de todo sistema democrático, que deben ser consustanciales al
funcionamiento de toda organización social de los trabajadores para la defensa
de sus derechos legales e históricos y que con la reforma que se impugna, se
desnaturaliza en su esencia porque el permitir que la asamblea decida la forma
del voto en las elecciones de la directiva sindical con opción de establecer el
voto indirecto mediante su ejercicio por los llamados “delegados” en las
estructuras sindicales corporativas, ese mecanismo de control cupular de los
sindicatos sería el prevaleciente porque al decidirse en las asambleas, en estas
el voto se ejerce por aclamación o nominativamente, sujeto a las presiones de
las direcciones sindicales autoritarias que son las prevalecientes en nuestro
mundo del trabajo y todavía más, sería propiciatorio de que esos sindicatos
falsificados e inoperantes como defensores de los derechos de los
trabajadores, simplemente modifiquen sus estructuras para implementar las
camarillas sindicales que aíslan a las bases del control de su propia
organización y las confinan a la manipulación y el manejo arbitrario de sus
intereses legales, para mantenerlos en permanente estado de indefensión
frente a sus empleadores.
Atendiendo a las nociones doctrinales internacionales y nacionales
prevalecientes, es pertinente señalar que la democracia, presupone la
celebración de elecciones periódicas mediante el sufragio libre, directo,
universal y secreto. Todas estas características se consideran actualmente
condiciones necesarias para la democracia y el incumplimiento de una sola de
ellas nos remite a un sufragio no democrático, que puede ser restringido, no
libre, desigual, indirecto o público. En un sistema constitucional de derechos y
libertades, el pluralismo político, el acceso abierto al proceso electoral, los
partidos en competición, la periodicidad de las elecciones y la posibilidad
efectiva de decidir sobre la permanencia o sustitución del poder gubernamental
son rasgos distintivos de unas elecciones donde el voto es libre.
La ausencia de una contienda electoral es un síntoma claro de inexistencia de
democracia, pero la presencia de unas elecciones no indica ipsofacto la
existencia de un sistema político democrático. Debe haber un Estado dotado de
un sistema constitucional que establezca un marco jurídico donde se
reconozcan y garanticen los derechos de la persona y las libertades públicas
(de expresión, ideológica, de asociación, a la información, de reunión, etc)
El voto debe ser efectuado por cada ciudadano de forma directa, sin
intermediarios, porque cada miembro de la sociedad está capacitado para
tomar sus propias decisiones de acuerdo con sus propias preferencias. El voto
debe ser directo porque el derecho de voto no es un derecho transferible. Las
elecciones indirectas consisten en elegir a unos delegados o compromisarios,
que a su vez escogerán a los gobernantes. El objetivo de tal mediatización es
filtrar, incluso moderar, los designios de los ciudadanos, pudiendo modificar su
mandato explícito. Éste era el caso de la Constitución española de 1812 y es la
situación de aquellos senadores españoles elegidos por los parlamentos de las
comunidades autónomas. En EEUU, los ciudadanos no votan directamente al
presidente sino a compromisarios, si bien es cierto que en la actualidad se
respeta el voto emanado del electorado y, por lo tanto, son elecciones
indirectas sólo desde el punto de vista formal.
Es el caso también de un enorme número de sindicatos simulados en los cuales
se manipula y falsifica la voluntad de los trabajadores confinados en ese falso
sindicalismo, excluyéndoles de la posibilidad de regir el destino de la
organización que les debía ser propia.
El sufragio universal existe cuando el conjunto de la ciudadanía dispone del
derecho de voto, sin que puedan producirse exclusiones por cualquier
condición o circunstancia de carácter discriminatorio. La definición del
electorado y la extensión del sufragio varía según la época y el lugar y ha
originado grandes debates. Es conveniente recordar que la historia de la
democracia ha ido unida a la ampliación de la base electoral en la que jugó un
rol importante la presión de sectores excluidos del derecho a votar.
Se debe asegurar el secreto en el ejercicio del voto para garantizar la libre
decisión del votante. El elector no debe ver limitada su libertad política cuando
deposita su voto y por ello es imprescindible que el elector pueda ejercitar su
derecho al sufragio, garantizando su privacidad, de forma que su voto no sea
conocido por nadie más. Esta libertad de elección podría quedar condicionada
mediante el voto público o abierto. El voto por aclamación, a mano alzada o
expresado oralmente es coercitivo. Para garantizar el voto secreto se
establecen mecanismos como la instalación de cabinas cerradas, el uso de
urnas selladas, sobres opacos donde introducir las papeletas y otros
mecanismos que hagan efectiva la emisión secreta del voto. Con la
introducción de la informática en las elecciones de algunos países, también se
establecen mecanismos apropiados para la emisión secreta del voto. Conviene
matizar que las garantías para la protección del secreto del voto no implican
que el elector, si así lo desea voluntariamente, no pueda dar a conocer su
voto. El secreto del sufragio es, pues, una posibilidad que puede no ser
ejercida por el votante pero que debe quedar siempre garantizada. Australia
fue el primer país en utilizar el voto secreto en 1856.
No solamente la doctrina internacional avala la imperatividad y procedencia del
voto libre, directo, universal y secreto en la elección de las directivas
sindicales. También la suprema Corte de Justicia de la Nación y Tribunales
Colegiados de Distrito, han resuelto claramente que ese sistema de votación
debe imperar en los juicios colectivos de titularidad de contrato colectivo de
trabajo, en donde los trabajadores en ejercicio de su derecho constitucional de
libertad sindical, eligen al sindicato de entre los contendientes en el juicio, que
deba representarlos como administrador de sus derechos individuales y
colectivos ante su patrón, de donde si nuestro Tribunal Constitucional ya
decidió que esa es la forma legal e idónea de que los trabajadores ejerzan su
voluntad electiva de sindicato a qué pertenecer, por mayoría de razón es que
el sistema de votaciones para elegir a sus representantes en el sindicato a que
pertenecen, sea de la misma manera, esto es mediante el ejercicio del voto
libre, directo, universal y secreto, es en tal sentido, que los artículos
impugnados son regresivos y contrarios a criterios ya definidos por el Poder
Judicial como se desprende de las siguientes tesis:
RECUENTO PREVISTO EN EL ARTÍCULO 931 DE LA LEY
FEDERAL DEL TRABAJO. CUANDO SE OFRECE COMO
PRUEBA PARA DETERMINAR LA TITULARIDAD DEL
CONTRATO COLECTIVO DE TRABAJO, LAS JUNTAS DE
CONCILIACIÓN Y ARBITRAJE PUEDEN SEÑALAR PARA SU
DESAHOGO EL DOMICILIO DE LA EMPRESA DONDE LOS
TRABAJADORES PRESTAN SUS SERVICIOS, SIEMPRE Y
CUANDO NO HAYA OBJECIÓN FUNDADA DE ALGUNO DE
LOS SINDICATOS EN CONFLICTO.
En los conflictos intersindicales surgidos de la necesidad de
determinar la titularidad del contrato colectivo de trabajo, la
prueba de recuento señalada debe desahogarse en las
condiciones más favorables para la independencia de los
trabajadores, por lo que la autoridad laboral debe vigilar que
cumpla su cometido, esto es, proteger la libertad en la
manifestación de la voluntad de la persona que expresa su
preferencia mediante su voto. Es por ello que la Junta de
Conciliación y Arbitraje competente debe garantizar el ejercicio
pleno de la libertad sindical, asegurándose de que el lugar o
lugares en que se celebre el recuento sea el apropiado, además
de que existan las condiciones físicas y de seguridad mínimas
para que su desahogo sea rápido, ordenado y pacífico (acorde
con la jurisprudencia de la Segunda Sala de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación 2a./J. 150/2008, de rubro: "RECUENTO
PARA
DETERMINAR
LA
TITULARIDAD
DEL
CONTRATO
COLECTIVO DE TRABAJO PREVISTO EN EL ARTÍCULO 931 DE LA
LEY FEDERAL DEL TRABAJO. LAS JUNTAS DE CONCILIACIÓN Y
ARBITRAJE DEBEN ORDENAR Y GARANTIZAR QUE EN SU
DESAHOGO LOS TRABAJADORES EMITAN VOTO PERSONAL,
LIBRE, DIRECTO Y SECRETO."), pues se trata de asegurar las
condiciones para la emisión del voto personal, libre, directo y
secreto, a fin de hacer efectivo el sistema de vida democrático y
favorecer las condiciones para una auténtica representación y
libre determinación de los trabajadores. En ese sentido, la Junta
debe valorar las peticiones que de común acuerdo formulen los
sindicatos en pugna respecto del lugar donde estimen pueda
llevarse a cabo el recuento, así como considerar las objeciones
que en su caso se presenten. Ciertamente, tratándose del
procedimiento especial para la tramitación de los conflictos
derivados de la titularidad de los contratos colectivos de trabajo,
cualquiera de los sindicatos en conflicto puede objetar que para
el desahogo del recuento se designe el local de la empresa,
considerando que al demandar la pérdida de titularidad o
administración al sindicato que la ostente, la resolución del
conflicto queda sujeta a las pruebas que ofrezcan precisamente
los contendientes, entre ellas y de importancia fundamental, el
recuento, cuyo resultado podrá dar cuenta de cuál es el
sindicato en disputa que cumple con la condición para obtener y
mantener la titularidad del pacto colectivo, esto es, la
representación de la mayoría de los trabajadores de la empresa.
Consecuentemente, las instalaciones del patrón no constituyen
necesariamente un lugar inapropiado para el desahogo del
recuento y, por ello, la autoridad laboral puede señalar ese lugar
cuando lo estime pertinente, considerando incluso la petición
que al efecto pudieran hacer de común acuerdo los sindicatos en
conflicto; en cambio, debe señalar un lugar distinto para su
desahogo cuando haya objeción fundada.
Contradicción de tesis 461/2011. Entre las sustentadas por los
Tribunales Colegiados Quinto y Tercero, ambos en Materia de
Trabajo del Primer Circuito. 15 de febrero de 2012. Cinco votos.
Ponente: Luis María Aguilar Morales. Secretaria: Úrsula
Hernández Maquívar.
Tesis de jurisprudencia 28/2012 (10a.). Aprobada por la
Segunda Sala de este Alto Tribunal, en sesión privada del
catorce de marzo de dos mil doce.
(lo marcado en negrillas y subrayado, no aparece así en la
ejecutoria y se destaca así para enfatizarlo)
RECUENTO PARA DETERMINAR LA TITULARIDAD DEL
CONTRATO COLECTIVO DE TRABAJO PREVISTO EN EL
ARTÍCULO 931 DE LA LEY FEDERAL DEL TRABAJO. LAS
JUNTAS DE CONCILIACIÓN Y ARBITRAJE DEBEN
ORDENAR Y GARANTIZAR QUE EN SU DESAHOGO LOS
TRABAJADORES
EMITAN
VOTO
PERSONAL,
LIBRE,
DIRECTO Y SECRETO.
Conforme a los principios fundamentales previstos en la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, los
tratados internacionales y las leyes secundarias que, de acuerdo
con el artículo 133 de la Carta Fundamental, son la Ley Suprema
de toda la Unión, así como los principios generales del derecho y
de justicia social, aplicables en términos de lo dispuesto en el
artículo 17 de la Ley Federal del Trabajo, los trabajadores tienen
derecho a expresar su opinión y preferencia para elegir
libremente la organización que los represente, protegidos contra
todo acto de discriminación. Ahora bien, para cumplir con tales
principios la autoridad laboral, como rectora del procedimiento
tratándose de los juicios de titularidad del contrato colectivo de
trabajo, debe ordenar que el desahogo de la prueba de recuento
a que se refiere el artículo 931 de la Ley citada se lleve a cabo
mediante un procedimiento que garantice, en el marco de un
sistema democrático de libertad sindical, el voto personal, libre,
directo y secreto de los trabajadores, ya que es el momento
procesal donde puede comprobarse la voluntad absoluta e
irrestricta de cada uno de ellos respecto del sindicato que
estiman debe ser el titular y administrador del contrato colectivo
de trabajo, de manera que corresponde a las Juntas, tanto del
ámbito local como del federal, vigilar que la prueba cumpla su
cometido para asegurar la plena libertad de quienes ejercen ese
derecho; y para ello, deben proteger la confidencialidad,
autenticidad y libertad de su voluntad, evitando influencias
externas que puedan hacer variar su decisión y poner en peligro
su integridad al ejercer su voto dentro del sistema de vida
democrático y de libertad sindical, que es una garantía social
íntimamente ligada a las libertades de expresión y asociación, lo
que supone que cada persona pueda determinar sin presión,
intromisión
o
suplantación
alguna
su
decisión.
Consecuentemente, la Junta de Conciliación y Arbitraje
competente para el desahogo de la prueba indicada deberá,
según lo que estime pertinente a la luz de las características del
caso concreto: 1. Recabar oportunamente un padrón confiable,
completo y actualizado de todos los trabajadores que puedan
votar, considerando lo dispuesto en las fracciones II, III y IV del
referido artículo 931; 2. Asegurarse de que el lugar o lugares en
que se celebre el recuento presenten las condiciones físicas y de
seguridad mínimas para su desahogo, de manera rápida,
ordenada y pacífica; 3. Cerciorarse de que el día de la
celebración del mismo se cuente con la documentación y
materiales necesarios e idóneos para el desahogo de la votación
de forma segura, libre y secreta; 4. Constatar que se prevean
con oportunidad los mecanismos para asegurar la identificación
plena de los trabajadores que tengan derecho a concurrir al
recuento; 5. Verificar que el cómputo final de los votos se haga
de manera transparente y pública por la autoridad laboral que
conduzca el desahogo de la prueba, con la presencia de los
representantes
sindicales
y
empresariales
debidamente
acreditados; y, 6. Para el caso de que se presenten objeciones,
en términos de la fracción V del citado artículo 931, desahogar,
previo al recuento y sin dilación alguna, la audiencia a que se
refiere dicha fracción.
Contradicción de tesis 74/2008-SS. Entre las sustentadas por los
Tribunales Colegiados Tercero, Cuarto, Noveno, Décimo
Segundo, Décimo Tercero y Décimo Cuarto, todos en Materia de
Trabajo del Primer Circuito. 10 de septiembre de 2008. Cinco
votos. Ponente: Margarita Beatriz Luna Ramos. Secretaria:
Estela Jasso Figueroa.
Tesis de jurisprudencia 150/2008. Aprobada por la Segunda Sala
de este Alto Tribunal, en sesión privada del primero de octubre
de dos mil ocho.
(lo marcado en negrillas y subrayado, no aparece así en la
ejecutoria y se destaca así para enfatizarlo)
TITULARIDAD DEL CONTRATO COLECTIVO DE TRABAJO.
EL VOTO SECRETO ES CONDICIÓN ESENCIAL DE LA
LIBERTAD SINDICAL.
El derecho a la libertad sindical constituye un elemento básico
de cualquier Estado democrático de derecho, conforme a lo
establecido, entre otros, en los artículos 39, 40, 41 y 123 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, la
Declaración Universal de los Derechos Humanos y la
Organización Internacional del Trabajo, organismo especialista
en la materia a través del Convenio 87; en consecuencia y
atento a que la autoridad como rectora del proceso laboral está
obligada a garantizar el ejercicio pleno de este derecho, se
considera que el voto en el recuento por la titularidad del
contrato colectivo debe efectuarse en forma secreta, como
expresión del libre sufragio. Lo anterior, porque al ser el voto la
expresión esencial y concreta de una sociedad democrática,
dado que representa el ejercicio soberano del ciudadano para
expresar su opinión, su preferencia, en la representación de sus
intereses, requiere de un máximo de libertad para que el
trabajador esté en posibilidad de decidir a plenitud, pues su
confidencialidad debe ser garantía para que se evite toda clase
de intimidación a la hora de sufragar. En este orden de ideas, el
carácter secreto del voto es elemento esencial para que se
hagan valer los principios básicos de la democracia entre los
trabajadores, por lo que deben adoptarse las medidas
necesarias para que se exprese la voluntad de la clase
trabajadora al momento de elegir al sindicato que tendrá la
titularidad del contrato colectivo de trabajo. Por tanto, si la
autoridad en su calidad de rectora del proceso, al ordenar el
desahogo de la diligencia de recuento no establece esta
condición elemental para que el ejercicio del voto se pueda
considerar libre, se violenta el derecho a la libertad sindical,
pues tal abstención de la autoridad limita el derecho de los
trabajadores para poder decidir a plenitud.
TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA DE TRABAJO DEL
PRIMER CIRCUITO.
Amparo directo 23083/2007. Sindicato Nacional de Trabajadores
Mineros, Metalúrgicos y Similares de la República Mexicana. 9 de
abril de 2008. Unanimidad de votos. Ponente: Héctor Arturo
Mercado López. Secretaria: Alma Ruby Villarreal Reyes.
Nota: Por ejecutoria de fecha 10 de septiembre de 2008, la
Segunda
Sala
declaró
parcialmente
improcedente
la
contradicción de tesis 74/2008-SS en que participó el presente
criterio.
Por todo lo fundado, adminiculado y hecho valer y en atención a los principios
constitucionales y convencionales aludidos y en especial a los derivados del
artículos 1° de nuestra Carta Fundamental pro-homine, de universalidad,
interdependencia, indivisibilidad y progresividad, solicitamos a su Señoría
conceda a los quejosos el amparo y protección de la Justicia Federal para el
efecto de que del texto impugnado de la fracción IX del artículo 371,
prevalezca solamente la fórmula que a la letra diría:
Las fracciones XXI y XXII del apartado "A" del Artículo 123 de la Constitución,
tienden a la protección del derecho fundamental a la "estabilidad en el
trabajo", condición necesaria para alcanzar una vida digna y seguridad social.
La estabilidad en el empleo, es un derecho humano protegido en los artículos
1° y 123 constitucionales, 23 de la DUDH, 6, 7 y 8 PIDESC, 2.1, 2.2 y 5 del
PIDCP, 6,7 del Protocolo de San Salvador, Convenios 87, 95, 96 y 158 de la
OIT, 12 y 13 de la Carta Democrática Interamericana, XIV y XXXVII, de la
Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, 1, 2 y 26 de la
CADH, 19 de la Declaración de los Derechos Sociales del Trabajador. Sin
embargo, las Responsables se abstuvieron de observar dichos ordenamientos,
incurriendo así, en violación de las obligaciones previstas en el párrafo tercero
del artículo primero Constitucional y los principios de progresividad y pro
homine.
En efecto, la Ley Federal del Trabajo reformada establece en sus artículos 25
fracción II y IV, 35, 39-A, 39-B, 39-C, 39-D 39-E, nuevas modalidades en las
relaciones individuales de trabajo, en adición a las existentes antes de las
reformas a la ley Federal del Trabajo que iniciaron su vigencia el día primero
de diciembre de 2012, y que afectan de manera regresiva los derechos
adquiridos por la clase trabajadora violando derechos tanto constitucionales
como convencionales que más adelante precisaremos.
Es el caso que dichos artículos rompen con el principio rector del derecho
individual del trabajo de estabilidad en el empleo, toda vez, que las relaciones
laborales que eran de excepción, es decir las contrataciones temporales, ahora
son la regla. La estabilidad de los trabajadores en sus empleos comprende dos
modalidades: la permanencia, persistencia o duración indefinida de las
relaciones de trabajo mientras persista la materia de trabajo y la exigencia de
una causa razonable para su disolución. En efecto, sólo se podrá terminar la
relación de trabajo por causa justificada y precisada en la Ley, lo que posibilita
de defensa de derechos vulnerados en caso de incumplimiento de esta regla;
pero al imponer modalidades de contratación temporal sujetas al arbitrio
discrecional del patrón se vulneran estos derechos a la estabilidad en el empleo
y acceso a la justicia, debida defensa, seguridad y certeza jurídica. Las
fracciones XXI y XXII del apartado "A" del Artículo 123 de la Constitución, son
de gran contenido social y tienen como finalidad garantizar y proteger la
estabilidad en el empleo, pero pierden sentido ante las nuevas modalidades de
contratación temporales. Todas las demás protecciones no tendrían razón de
ser si el que trabaja entrega su vida y su existencia al servicio de una empresa
o un patrón, y nunca pudiera tener la seguridad de continuar hasta el final en
ese servicio.
Por las anteriores razones, es falso lo que se afirma en la exposición de
motivos de que la reforma laboral sea para avanzar hacia mejores niveles de
bienestar, creando empleos de calidad para los jóvenes y mujeres que al
mismo tiempo contribuya a favorecer los principios de equidad, igualdad y no
discriminación en las relaciones de trabajo, también es falso que dicha reforma
sea con apego a los principios y derechos fundamentales reconocidos en el
artículo 123 constitucional y apego al trabajo decente en términos de la OIT,
sobre todo, considerando que dicha organización ha determinado estándares
específicos de protección de derechos fundamentales en el trabajo, como son
la estabilidad en el empleo, igualdad, no discriminación, entre otros, y que las
Responsables omitieron observar.
También resulta
incongruente que las Responsables pretendan abatir el
desempleo de los jóvenes y mujeres fundado en reformas legales que por sí
mismas no generan empleos y, los que se lleguen a crear carecerán de
estabilidad en el empleo, reiterando que son regresivas al acotar este derecho
fundamental con las nuevas modalidades de contratación temporal que
generan empleo precario, que a su vez, implican salarios y condiciones de
trabajo precarios, consecuentemente más pobreza, como se ha acreditado en
los países que han promovido reformas laborales en el mismo sentido como
España, Grecia. En tal orden de ideas, la vulneración al derecho a la estabilidad
en el empleo además de ser inconstitucional por las razones expresadas en el
cuerpo de la presente, es contrario al compromiso asumido por el estado
Mexicano con los Objetivos del Desarrollo del Milenio de las Naciones Unidas,
del cual es signante, entre los que se encuentran la reducción de la pobreza,
fijar políticas en ese sentido y respeto de los derechos humanos. Es evidente
que las reformas impugnadas son contrarias a los Objetivo del Milenio, toda
vez que, para la erradicación de la pobreza es necesario contar con empleos
decentes, es decir, con salario remunerador, en condiciones de libertad,
igualdad, dignidad humana, con seguridad social y la posibilidad de
participación en las decisiones que afectan a los trabajadores, tal y como lo ha
señalado la OIT. El Trabajo Decente será marginal al nulificar la estabilidad en
el empleo con las nuevas modalidades de contratación temporal. Es falso que
por decreto, las contrataciones temporales, abatirán el desempleo de los
jóvenes, pues como lo acreditan las estadísticas que aparecen en las Encuestas
Nacionales de Ocupación y Empleo (ENOE) y los registros del IMSS de 2005 a
2012, la tendencia es que la regla sea ahora la contratación temporal y la
excepción la contratación permanente, acreditándose la regresividad del
derecho a la estabilidad en el empleo e inconstitucionalidad de los artículos
25 fracciones II y IV, 35, 39-A, 39-B, 39-C, 39-D 39-E, el presente concepto
deberá ser analizado a la luz de los compromisos internacionales asumidos por
México, obligaciones y principios contenidos en el artículo primero
constitucional como el pro homine y progresividad.
Asimismo, las nuevas modalidades de contratos temporales, tales como: por
temporada, de capacitación inicial o por periodo de prueba, para labores
discontinuas, y por hora, de ninguna manera respetan el trabajo decente en
términos de la OIT, ya que, los derechos de antigüedad y ascenso
desaparecen, el acceso a la seguridad social plena es nulo, reducen las
posibilidades de obtener una pensión o jubilación digna, el salario remunerador
es inexistente, la libertad de asociación, la autonomía y democracia sindical, el
derecho de huelga, y la contratación colectiva, se cancelan totalmente a los
trabajadores temporales, estos contratos tienen por objeto reducir el costo de
la fuerza de trabajo, porque es evidente que el trabajador temporal quien
estará en permanente incertidumbre y orillado a someterse al arbitrio del
patrón ante la necesidad de mantener el empleo, afectando la libertad para
ejercer y reclamar sus derechos.
Los contratos temporales por periodo de prueba, capacitación inicial, labores
discontinuas y por horas contravienen la fracción XXII del apartado “A” del
artículo 123 constitucional, porque la facultad que otorga al empresario para
separar al trabajador si no le parecen satisfactorios sus servicios dejando a la
discrecionalidad del patrón está definición y negando al trabajador toda
posibilidad de defensa frente a la misma afectando los derechos al acceso a la
justicia, seguridad y certeza jurídica, dejando abierto el espacio para
arbitrariedades y conductas discriminatorias; además de ser contradictoria con
la propia Ley Federal del Trabajo en su artículo 47, que prevé la terminación de
la relación de trabajo sólo por causa justificada y prevista en la Ley, lo
contrario sería sujetar el contrato a una condición que trae aparejada una
renuncia de parte del trabajador a los derechos que la ley le concede; es decir,
es ilegal per se al contener renuncia de derechos también prohibida en la
Constitución y Ley Federal del Trabajo. Más aún, es contraria al principio de
estabilidad en el empleo porque la ampliación del contrato está sujeta también
a la discrecionalidad patronal. En los hechos desaparece el contrato por tiempo
indeterminado o los contratos de planta o de base, que antes de la reforma
laboral eran la regla, generalizando las contrataciones temporales y a bajo
costo.
El patrón discrecionalmente determinará que trabajadores acrediten mayor
productividad, aprueben las evaluaciones y los trabajadores se verán obligados
a certificar sus habilidades a través de instituciones privadas, lo que
condicionara el derecho al trabajo, en cuanto al ingreso, promoción y
permanencia.
El artículo 48 reformado, es contrario a nuestra norma máxima en sus artículos
1º, 14, 16, 17 y 123, toda vez que, mediante una ley reglamentaria se
restringen derechos que la Constitución protege ampliamente, resultando
regresiva dicha prevención y contraria al principio pro homine. El artículo 123
constitucional en sus fracciones XXII del apartado A y IX del apartado B,
reconocen el derecho a la estabilidad en el empleo y en caso de que un patrón
vulnere ese derecho prevé una sanción.
Es el caso, que la sanción aplicable es el pago de los salarios caídos que se
generen desde el momento de la violación del derecho hasta la restitución del
mismo, interpretación pro homine que reconoce, protege y garantiza el
derecho multicitado; sin embargo al eliminar la sanción en los términos que
fue concebida por el constituyente, se fomenta su vulneración y conductas
arbitrarias en perjuicio de los trabajadores. El estado de derecho implica el
cumplimiento de todos sus órganos e instancias, incluidas las Responsables, a
la observancia de la norma máxima; sin embargo, con la emisión del artículo
48 impugnado se violentó el párrafo tercero del artículo primero constitucional
que obliga a promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos,
al eliminar sanciones por violaciones a los derechos humanos se actúa en
sentido contrario a éstas obligaciones, abre la puerta a su violación y a la
impunidad.
En tal orden de ideas, también se restringen derechos fundamentales de los
trabajadores como el debido proceso y acceso a la justicia, pues si la
Constitución no restringe derechos, la Ley reglamentaria bajo ninguna
circunstancia puede contrariarla imponiendo limitaciones, como se pretende
con el artículo 48 impugnado que restringe la sanción al patrón que vulnera el
derecho a la estabilidad en el empleo a 12 meses. El primer párrafo del artículo
primero constitucional es preciso:
“…los derechos humanos reconocidos en esta Constitución y
en los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano
sea parte, así como de las garantías para su protección, cuyo
ejercicio no podrá restringirse ni suspenderse, salvo en los
casos y bajo las condiciones que esta Constitución
establece…”
Evidentemente el derecho a la estabilidad en el empleo y la sanción impuesta
por su vulneración por parte del patrón no tiene restricciones en la
Constitución, por tanto, el artículo 48 de la Ley reglamentaria impugnado es
inconstitucional al imponer el límite de doce meses de salarios caídos cuando
el artículo 123 constitucional en sus fracciones XXII del apartado A y IX del
apartado B carece del mismo; reiterando que el artículo 48 impugnado es
regresivo y violatorio de los artículos 5 del PIDESC, 5 del PIDCP, 29 b) de la
CADH, pues incluso la Segunda Sala de nuestro máximo tribunal ya se ha
pronunciado al respecto en el criterio que me permito reproducir:
SALARIOS CAÍDOS. LOS ARTÍCULOS 45, FRACCIÓN XIV
Y 52 DE LA LEY DEL SERVICIO CIVIL DEL ESTADO DE
MORELOS, AL ESTABLECER QUE SU PAGO NO EXCEDERÁ
DEL IMPORTE DE 6 MESES, CONTRAVIENEN LOS
ARTÍCULOS 123, APARTADO B, FRACCIÓN IX, DE LA
CONSTITUCIÓN GENERAL DE LA REPÚBLICA Y 43,
FRACCIÓN III, DE LA LEY FEDERAL DE LOS
TRABAJADORES AL SERVICIO DEL ESTADO.
Conforme al artículo 116, fracción VI, de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, las relaciones de
trabajo entre los Estados y sus trabajadores se regirán por las
leyes expedidas por sus Legislaturas con base en lo previsto
por el numeral 123 de la propia Norma Suprema y sus
disposiciones reglamentarias. Por su parte, el artículo 43,
fracción III, de la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio
del Estado, señala que son obligaciones de los titulares, entre
otras, reinstalar a los trabajadores en las plazas de las cuales
los hubieren separado y ordenar el pago de los salarios caídos
a que fueren condenados por laudo ejecutoriado. En
congruencia con lo anterior, se concluye que los artículos 45,
fracción XIV y 52 de la Ley del Servicio Civil del Estado de
Morelos, al establecer que el trabajador que haya sido cesado
en forma injustificada tendrá derecho a que se le paguen los
salarios caídos, los que no excederán del importe de 6 meses,
se apartan de los principios normativos fundamentales del
derecho a la reinstalación e indemnización legal en caso de
cese injustificado y, por ende, contravienen los numerales
123, apartado B, fracción IX, constitucional y 43, fracción III,
de su Ley Reglamentaria, en la medida en que en esta última
no se prevé limitación de tiempo para el pago de los salarios
caídos, los que deberán pagarse al trabajador injustamente
despedido por el plazo en que se hubieren generado.
Segunda Sala
Amparo directo en revisión 439/2009. Hermelinda Pérez
Arizmendi. 29 de abril de 2009. Mayoría de cuatro votos.
Disidente: José Fernando Franco González Salas. Ponente:
Margarita Beatriz Luna Ramos. Secretaria: Ma. de la Luz
Pineda Pineda.
La restricción del pago de los salarios caídos a un año, cuando los juicios duran
hasta siete o más años, es completamente inconstitucional, en razón de que
éstos son una indemnización que como pena tiene como finalidad sancionar al
patrón, constituye una responsabilidad ineludible para el patrón que despidió
injustificadamente al trabajador, así como una consecuencia directa e
inmediata de la acción principal intentada; los salarios vencidos están
íntimamente vinculados con la procedencia de la acción principal ejercitada y
originada en el despido, por lo que si éste se tiene por probado, la acción
relativa a salarios caídos también resulta procedente, dado que el derecho al
pago de indemnización constitucional y el de los salarios vencidos constituyen
una misma obligación jurídica.
El pago de los salarios caídos es consecuencia de la continuación del contrato
de trabajo, pues lo que se demanda es la obligación de hacer que incumbe al
patrón, consistente en la reinstalación del trabajador en su empleo y
consecuentemente, el pago del salario que dejó de percibir al vulnerarse su
derecho a la estabilidad en el empleo, por ello, es incuestionable que está
sujeto a determinadas sanciones que debe cumplir, sanciones que no le serian
impuestas en el caso de haber cumplido de acuerdo con lo pactado y lógico
también de que si él no hubiere dado margen para la iniciación del juicio, la
autoridad no habría tenido porque dictar un fallo en un plazo más o menos
largo, por lo que nadie más que él, que fue el origen del juicio, debe resentir
las consecuencias de éste.
La sanción impuesta por violación de un derecho fundamental es uno de los
mecanismos de protección del citado derecho, tratándose de un derecho social,
como lo es el derecho al trabajo, con mayor razón debe garantizarse la tutela
judicial, adminiculada con el acceso a la justicia, pues ningún derecho es
justiciable si la sanción que se impone a su vulneración es sustancialmente
menor al agravio causado. En el caso concreto, el artículo 48 multicitado se
constituye en una norma imperfecta e inconstitucional, al ignorar la tutela
judicial, siendo aplicable el criterio establecido en la Opinión Consultiva OC18/03 de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en la cual, el Juez
Sergio García Ramírez emitió un voto razonado señalando:
149. Esta obligación estatal encuentra su asidero en la misma
normativa tutelar de los trabajadores, normativa que
precisamente se fundamenta en una relación desigual entre
ambas partes y que, por lo tanto, protege al trabajador como la
parte más vulnerable que es. De esta manera, los Estados
deben velar por el estricto cumplimiento de la normativa de
carácter laboral que mejor proteja a los trabajadores,
independientemente de su nacionalidad, origen social, étnico o
racial, y de su condición migratoria y, por lo tanto, tienen la
obligación de tomar cuantas medidas de orden administrativo,
legislativo o judicial sean necesarias, para enmendar situaciones
discriminatorias de jure y para erradicar las prácticas
discriminatorias realizadas por determinado empleador o grupo
de empleadores, a nivel local, regional, nacional o internacional,
en perjuicio de trabajadores migrantes.
28. Entre esos derechos no hay más distancia que la relativa a
su materia, a la identidad de los bienes que tutelan, al espacio
en el que surgen y prosperan. Tienen la misma jerarquía y
reclaman idéntico respeto. No es debido confundir unos con
otros, pero tampoco es posible ignorar la relación en que se
encuentran, por el imperio mismo de las circunstancias:
digamos, por ejemplo, que si bien el derecho al trabajo no se
confunde con el derecho a la vida, el trabajo es condición de una
vida digna, e incluso de la vida misma: factor de subsistencia. Si
se niega el acceso al trabajo, o se impide al obrero la recepción
de sus frutos, o se obstruye la vía jurisdiccional o administrativa
por la que éste reclama sus derechos, podría quedar en riesgo la
vida, y en todo caso sufrirá menoscabo la calidad de la vida, que
es un punto básico tanto de los derechos económicos, sociales y
culturales como de los civiles y políticos.
29. Los derechos humanos de los trabajadores, esto es, los
derechos fundamentales de carácter laboral, derivan de dos
fuentes, que operan en forma concertada: a) primero, la
condición humana del titular, que excluye, como ya se dijo,
desigualdades inadmisibles y discriminaciones; y b) segundo, la
relación de trabajo que se establece entre el titular de esos
derechos y la persona jurídica, individual o colectiva, a la que
prestará, presta o ha prestado sus servicios, relación que surge
del hecho mismo de prestar, disponerse a prestar o haber
prestado un servicio, independientemente de que aquélla se
encuentre formalizada a través de un contrato, que no existe en
un gran número de casos --la mayoría, probablemente--,aunque
sí exista --y esto es lo que verdaderamente importa-- el hecho
determinante de la relación laboral, que es al mismo tiempo
fuente de derechos y obligaciones.
Asimismo, se impugna la adhesión de los requisitos y causales del artículo 47
en perjuicio del trabajador, por ejemplo, el agregado a la fracción segunda de
dicho artículo en donde se incluyen las figuras de cliente y proveedor,
ampliando los sujetos y motivos de la separación justificada y desnaturalizando
así la relación de trabajo exclusiva entre trabajador y patrón, la cual está
sustentada en términos del fracción XXII del artículo 123 Constitucional, en
donde se precisa de manera análoga las responsabilidades que tiene el patrón
respecto de la conducta de sus familiares (cónyuge, padre, hijos y hermanos),
por ende, igualmente será en el caso del trabajador, sin embargo, en dicha
relación están excluidos definitivamente los proveedores y los clientes, de tal
manera que la inclusión de estos sujetos no tiene razón ni fundamento
constitucional, por ende, vulneran nuestros derechos Constitucionales porque
legitiman a demás sujetos que no tienen sustento constitucional.
Por otra parte, la reforma que se impugna al incluir la posibilidad de entrega
del aviso de recisión de manera indistinta al trabajador o a la Junta de
Conciliación y Arbitraje competente, deja en estado de indefensión al
trabajador, en virtud de que es éste quien debe de recibir de manera
inmediata dicho aviso pues es el primer agraviado y se pone en riesgo su
subsistencia, además de violentar el principio de certeza jurídica ya que el
trabajador desconoce la causa de la recisión hasta el momento de la
notificación a pesar de que materialmente esté fuera de la empresa. De tal
manera que, dicha reforma implicaría dejar sin garantías jurídicas al
trabajador, pues, no existe una sanción a la autoridad por su incumplimiento
en la notificación al trabajador, así pues, en caso de incumplimiento del plazo
de notificación el trabajador queda en estado de indefensión porque al haberse
omitido coerción alguna al cumplimiento del aviso dicha norma carece de un
elemento básico para una ley y termina siendo una simple moralidad de la
autoridad en perjuicio del trabajador, violentando así los derechos consagrados
en los artículos 14 y 16 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos.
Asimismo, nos agravia la sanción impuesta a la separación no justificada
incluida en la reforma, que no es lo mismo que despido injustificado
aclaramos, en virtud de que la primera trae como consecuencia según dicha
reforma la nulidad del despido, es decir, la inexistencia del mismo más no así
las consecuencias que tenía el despido injustificado en donde se le imputaba al
patrón tal despido; en cambio, la nulidad del despido implica que el patrón no
tuvo una justificación de separación del trabajador. Antes del incumplimiento
de esa obligación era considerar el despido injustificado, misma que hoy
desaparece en perjuicio del trabajador, quien estará en la inseguridad jurídica,
dejándolo en estado de indefensión completamente. Así podrán los patrones
reducir la plantilla de personal, lo que facilitara la separación o expulsión
indiscriminada de trabajadores de sus centros de trabajo, sin previa
autorización de la autoridad de trabajo, lo cual atenta contra la dignidad del
trabajador y los principios de seguridad y certeza jurídicas y el principio de
justicia social, base fundamental del Derecho del Trabajo, garantizada en el
artículo 123 constitucional.
La imposición de laborar en tareas conexas o complementarias a las labores
principales que debe desarrollar cada trabajador de acuerdo al nuevo artículo
56 bis, en virtud de ser contrario al principio de bilateralidad que impera en el
derecho del trabajo en términos del artículo 123 Constitucional y el artículo
134 fracción IV de la propia Ley Federal del Trabajo, pues dicha circunstancia
queda al arbitrio patronal, lo que torna a la norma imperfecta al carecer de
criterios objetivos que faculten al patrón para ello y protejan al trabajador de
arbitrariedades y sobre todo, ante la falta de un mecanismo de vigilancia,
protección de los derechos fundamentales del trabajador por parte de las
autoridades laborales. Incurriendo en violación de los derechos de seguridad y
certeza jurídica, debido proceso y acceso a la justicia protegidos en los artículo
1º, 14, 16 y 17 constitucionales, 8 y 25 de la CADH, entre otros.
La disposición impugnada es contraria a los artículos 23 y 25 de la DUDH; 7 y
9 del PIDCP; 11 y 12 de la Convención sobre la Eliminación de todas las formas
de Discriminación contra la Mujer (en adelante CEDAW); Convenios 30 sobre
las horas de trabajo, 43 sobre las fábricas de vidrio, el Convenio 90 sobre el
trabajo nocturno de los menores, el Convenio 142 sobre desarrollo de los
recursos humanos todos de la OIT; 1, 2, 14 de la Declaración Americana de
los Derechos y Deberes del Hombre, 6 y 7 del Protocolo de San Salvador.
Dicha disposición por arbitraria pone en riesgo la seguridad, integridad y
estabilidad en el empleo de los trabajadores ante la facultad discrecional que
se otorga al patrón de exigirle desempeñe funciones para los cuales no ha sido
capacitado. En el mismo sentido, el artículo en comento es discriminatorio e
inequitativo, pues bajo el pretexto de desarrollar tareas conexas o
complementarias a las labores principales para las cuales fue contratado el
trabajador podrá realizar las mismas labores que personal contratado para tal
efecto, con salario, condiciones y prestaciones diferentes, lo anterior, sin
responsabilidad del patrón y sin que el trabajador pueda defenderse de los
abusos que se generen al respecto, contrariando principios y derechos de no
discriminación e igualdad ampliamente protegidos en nuestras normas
nacionales e internacionales ya citadas. Siendo aplicable la siguiente tesis:
CONTRATO DE TRABAJO, CARACTER BILATERAL DEL.
El contrato de trabajo tiene las características de los contratos
bilaterales, con prestaciones recíprocas por parte del patrono y
del trabajador, y por lo mismo, es indudable que para que éste
pueda exigir las prestaciones a que tiene derecho, está obligado
por su parte a cumplir con las obligaciones que contrajo en el
mismo contrato.
CUARTA SALA
Amparo directo en materia de trabajo 7923/42. Cruz Rafael. 4 de
febrero de 1943. Unanimidad de cuatro votos. Ausente: Roque
Estrada. La publicación no menciona el nombre del ponente.
Pero si lo anterior, no fuese suficiente la reforma laboral permite la libre
movilidad y la polivalencia, esto es, el patrón pueda disponer arbitrariamente
de la fuerza de trabajo, contraviniendo el principio de estabilidad en el trabajo
que tiene por finalidad otorgar seguridad jurídica a los trabajadores, es decir,
en el contrato individual de trabajo escrito debe establecerse con precisión las
funciones y el lugar en que se realizaran las mismas, sin que el patrón
arbitrariamente pueda modificarlas. Esta facultad que se otorga a los patrones
para imponer funciones no especificadas en el contrato de trabajo y para que
se le rote de adscripción indiscriminadamente, contraviene el principio de
tutela y estabilidad en el trabajo establecido en el artículo 123 constitucional.
En menoscabo del principio de estabilidad en el empleo, los trabajadores serán
obligados a realizar funciones para las que no fueron expresamente
contratados, sin la percepción del salario correspondiente.
Asimismo, la promoción del trabajador condicionada a la productividad
individual y que cuente con los certificados de competencia laboral que serán
elaborados unilateralmente por el patrón, sin la intervención del trabajador y
del sindicato, son una condición que no tiene fundamento en el artículo 123
apartado “A” de la Constitución, reiterando que si la norma máxima no impone
limitaciones a los derechos fundamentales, una ley reglamentaria no puede
imponerlos como se ha señalado, pues se incurre en violación al principio de
progresividad previsto en el artículo primero constitucional.
Los artículos 2 y 3 bis de la ley Federal del Trabajo impugnada es
inconstitucional al incumplir con las obligaciones previstas en el artículo
primero constitucional de prevenir, investigar, sancionar y reparar las
violaciones a los derechos humanos, y por tanto de las normas internacionales
que prevén la no discriminación, equidad de género y eliminación de todas las
formas de violencia contra las mujeres, entre otras, Convención sobre la
eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (CEDAW),
Principios de Montreal, Convención Interamericana para la prevenir, sancionar
y erradicar la violencia contra la Mujer (Convención de Belém Do Pará), toda
vez que, las mismas prevén la creación de mecanismos efectivos para el goce
y ejercicio de derechos fundamentales laborales de la mujeres, así como de
una política integral legislativa y económica que elimine las limitaciones a sus
derechos. A pesar de lo anterior, la Ley impugnada carece de dichos
mecanismo y acciones afirmativas tendientes a la igualdad sustantiva y
efectividad, por lo que, implícitamente viola el derecho al acceso a la justicia,
seguridad y certeza jurídica, legalidad previsto en los artículos 1º, 14, 16 y 17
constitucionales y convencionales, 8 y 10 de la DUDH, 8 y 25 de la CADH, 36
de la Declaración de Derechos sociales del Trabajador, 14 PIDCP, Convenio
100 y 111 de la OIT; Declaración de la OIT relativa a los principios y derechos
fundamentales en el trabajo y Trabajo Decente entre otros.
La ausencia de una instancia y mecanismo encargados de prevenir, investigar,
sancionar y reparar las violaciones a los derechos humanos tornan en ineficaz
e irreal las prevenciones legales que se tomen al respecto, como se actualiza
con los artículos 3 bis y 2, que son declarativos de derechos y no efectivos
mientras adolezcan de este defecto.
Los actos reclamados violan en perjuicio del Quejoso lo prescrito por el
Convenio 155 sobre Seguridad y Salud de los Trabajadores y Medio Ambiente
de Trabajo, de la OIT, así como los artículos 1º de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos vigente.
Es evidente que las Responsables incurren en inconsistencias y contradicciones
entre el Capítulo III BIS de la Productividad, Formación y Capacitación de los
Trabajadores y el artículo 132 fracción XV, lo que torna dicho capítulo en
norma imperfecta y por tanto ilegal. En efecto, la capacitación para el trabajo
está vinculada a los derechos de estabilidad en el empleo y ascenso para el
desarrollo de competencias y productividad, por ello, los patrones debe
proporcionarla durante la relación de trabajo, es decir, es continua y
permanente; a contrario sensu, la modalidad prevista en el capítulo impugnado
la perspectiva se cambia, pues se considera capacitación para el ingreso
endosando los gastos de la misma a los trabajadores si asumir la
responsabilidad patronal.
El derecho a la capacitación nació con el objetivo y características claras, de
promover las condiciones para un trabajo digno y no como un filtro que los
trabajadores deban superar, puesto que con ello se afecta a los trabajadores
que de no acreditar la capacitación inicial a juicio discrecional del patrón
terminarán por haber invertido su tiempo y esfuerzo en el llamado periodo de
capacitación inicial y que al final no puedan desempeñarse en el empleo,
contraviniendo con tales disposiciones reformadas el Convenio citado al
abstenerse de una política para la debida formación de los trabajadores.
Se puede observar además, como el artículo 153-C reformado violenta lo
dispuesto por el convenio citado, ya que el texto del artículo mencionado
dispone que el patrón hará del conocimiento del trabajador sobre los riesgos
de trabajo a que está expuesto, sin embargo, no se prevén los mecanismos de
prevención. En consecuencia, el Estado Mexicano omite garantizar una política
nacional coherente en materia de seguridad y salud de los trabajadores y
medio ambiente de trabajo, que tenga por objeto prevenir los accidentes y los
daños para la salud que sean consecuencia del trabajo, guarden relación con la
actividad laboral o sobrevengan durante el trabajo, tal como se obligó al
ratificar este instrumento internacional. Por tanto, la reformada Ley Federal del
Trabajo viola el Convenio 155 de la OIT, así como los artículos 2 de la
Observación General número 31 del Comité de Derechos Humanos de la ONU,
2 y 5 del PIDCP, 2 y 5 del PIDESC, 1 y 2 de la CADH, así como los criterios que
se reproducen a continuación:
288. En relación con la obligación general de adecuar la
normativa interna a la Convención, la Corte ha afirmado en
varias oportunidades que “[e]n el derecho de gentes, una norma
consuetudinaria prescribe que un Estado que ha celebrado un
convenio internacional, debe introducir en su derecho interno las
modificaciones necesarias para asegurar la ejecución de las
obligaciones asumidas”. En la Convención Americana este
principio es recogido en su artículo 2, que establece la obligación
general de cada Estado Parte de adecuar su derecho interno a
las disposiciones de la misma, para garantizar los derechos en
ella reconocidos, lo cual implica que las medidas de derecho
interno han de ser efectivas.
338. Para este Tribunal, no sólo la supresión o expedición de las
normas en el derecho interno garantizan los derechos contenidos
en la Convención Americana, de conformidad a la obligación
comprendida en el artículo 2 de dicho instrumento. También se
requiere el desarrollo de prácticas estatales conducentes a la
observancia efectiva de los derechos y libertades consagrados en
la misma. En consecuencia, la existencia de una norma no
garantiza por sí misma que su aplicación sea adecuada. Es
necesario que la aplicación de las normas o su interpretación, en
tanto prácticas jurisdiccionales y manifestación del orden público
estatal, se encuentren ajustadas al mismo fin que persigue el
artículo 2 de la Convención 319. En términos prácticos, la
interpretación del artículo 13 de la Constitución Política mexicana
debe ser coherente con los principios convencionales y
constitucionales de debido proceso y acceso a la justicia,
contenidos en el artículo 8.1 de la Convención Americana y las
normas pertinentes de la Constitución mexicana.
Corte Interamericana de Derechos Humanos, Caso Radilla Pacheco Vs. Estados
Unidos Mexicanos, Sentencia de 23 de Noviembre De 2009 (Excepciones
Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas).
TRATADOS
INTERNACIONALES.
SE
UBICAN
JERÁRQUICAMENTE POR ENCIMA DE LAS LEYES
FEDERALES Y EN UN SEGUNDO PLANO RESPECTO DE LA
CONSTITUCIÓN FEDERAL.
Persistentemente en la doctrina se ha formulado la
interrogante respecto a la jerarquía de normas en nuestro
derecho. Existe unanimidad respecto de que la Constitución
Federal es la norma fundamental y que aunque en principio la
expresión "... serán la Ley Suprema de toda la Unión ..."
parece indicar que no sólo la Carta Magna es la suprema, la
objeción es superada por el hecho de que las leyes deben
emanar de la Constitución y ser aprobadas por un órgano
constituido, como lo es el Congreso de la Unión y de que los
tratados deben estar de acuerdo con la Ley Fundamental, lo
que claramente indica que sólo la Constitución es la Ley
Suprema. El problema respecto a la jerarquía de las demás
normas del sistema, ha encontrado en la jurisprudencia y en la
doctrina distintas soluciones, entre las que destacan:
supremacía del derecho federal frente al local y misma
jerarquía de los dos, en sus variantes lisa y llana, y con la
existencia de "leyes constitucionales", y la de que será ley
suprema la que sea calificada de constitucional. No obstante,
esta Suprema Corte de Justicia considera que los tratados
internacionales se encuentran en un segundo plano
inmediatamente debajo de la Ley Fundamental y por encima
del derecho federal y el local. Esta interpretación del artículo
133 constitucional, deriva de que estos compromisos
internacionales son asumidos por el Estado mexicano en su
conjunto y comprometen a todas sus autoridades frente a la
comunidad internacional; por ello se explica que el
Constituyente haya facultado al presidente de la República a
suscribir los tratados internacionales en su calidad de jefe de
Estado y, de la misma manera, el Senado interviene como
representante de la voluntad de las entidades federativas y,
por medio de su ratificación, obliga a sus autoridades. Otro
aspecto importante para considerar esta jerarquía de los
tratados, es la relativa a que en esta materia no existe
limitación competencial entre la Federación y las entidades
federativas, esto es, no se toma en cuenta la competencia
federal o local del contenido del tratado, sino que por mandato
expreso del propio artículo 133 el presidente de la República y
el Senado pueden obligar al Estado mexicano en cualquier
materia, independientemente de que para otros efectos ésta
sea competencia de las entidades federativas. Como
consecuencia de lo anterior, la interpretación del artículo 133
lleva a considerar en un tercer lugar al derecho federal y al
local en una misma jerarquía en virtud de lo dispuesto en el
artículo 124 de la Ley Fundamental, el cual ordena que "Las
facultades que no están expresamente concedidas por esta
Constitución a los funcionarios federales, se entienden
reservadas a los Estados.". No se pierde de vista que en su
anterior conformación, este Máximo Tribunal había adoptado
una posición diversa en la tesis P. C/92, publicada en la Gaceta
del Semanario Judicial de la Federación, Número 60,
correspondiente a diciembre de 1992, página 27, de rubro:
"LEYES FEDERALES Y TRATADOS INTERNACIONALES. TIENEN
LA MISMA JERARQUÍA NORMATIVA."; sin embargo, este
Tribunal Pleno considera oportuno abandonar tal criterio y
asumir el que considera la jerarquía superior de los tratados
incluso frente al derecho federal.
Amparo en revisión 1475/98. Sindicato Nacional de
Controladores de Tránsito Aéreo. 11 de mayo de 1999.
Unanimidad de diez votos. Ausente: José Vicente Aguinaco
Alemán. Ponente: Humberto Román Palacios. Secretario:
Antonio Espinoza Rangel.
El Tribunal Pleno, en su sesión privada celebrada el veintiocho
de octubre en curso, aprobó, con el número LXXVII/1999, la
tesis aislada que antecede; y determinó que la votación es
idónea para integrar tesis jurisprudencial. México, Distrito
Federal, a veintiocho de octubre de mil novecientos noventa y
nueve.
Así como aplicar en todo momento, para la resolución del
presente amparo, el principio pro persona mismo que se
encuentra sustentado por la tesis de Jurisprudencia emitida por
la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Unión
que a la letra establece:
PRINCIPIO PRO PERSONA. CRITERIO DE SELECCIÓN DE
LA NORMA DE DERECHO FUNDAMENTAL APLICABLE.
De conformidad con el texto vigente del artículo 1o.
constitucional, modificado por el decreto de reforma
constitucional publicado en el Diario Oficial de la Federación el
10 de junio de 2011, en materia de derechos fundamentales, el
ordenamiento jurídico mexicano tiene dos fuentes primigenias:
a) los derechos fundamentales reconocidos en la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos; y, b) todos aquellos
derechos humanos establecidos en tratados internacionales de
los que el Estado mexicano sea parte. Consecuentemente, las
normas provenientes de ambas fuentes, son normas supremas
del ordenamiento jurídico mexicano. Esto implica que los
valores, principios y derechos que ellas materializan deben
permear en todo el orden jurídico, obligando a todas las
autoridades a su aplicación y, en aquellos casos en que sea
procedente, a su interpretación. Ahora bien, en el supuesto de
que un mismo derecho fundamental esté reconocido en las dos
fuentes supremas del ordenamiento jurídico, a saber, la
Constitución y los tratados internacionales, la elección de la
norma que será aplicable -en materia de derechos humanos-,
atenderá a criterios que favorezcan al individuo o lo que se ha
denominado principio pro persona, de conformidad con lo
dispuesto en el segundo párrafo del artículo 1o. constitucional.
Según dicho criterio interpretativo, en caso de que exista una
diferencia entre el alcance o la protección reconocida en las
normas de estas distintas fuentes, deberá prevalecer aquella
que represente una mayor protección para la persona o que
implique una menor restricción. En esta lógica, el catálogo de
derechos fundamentales no se encuentra limitado a lo prescrito
en el texto constitucional, sino que también incluye a todos
aquellos derechos que figuran en los tratados internacionales
ratificados por el Estado mexicano.
PRIMERA SALA
Facultad de atracción 135/2011. Ministro Arturo Zaldívar Lelo
de Larrea. 19 de octubre de 2011. Mayoría de cuatro votos.
Disidente: Jorge Mario Pardo Rebolledo. Ponente: Arturo
Zaldívar Lelo de Larrea. Secretario: Javier Mijangos y González.
Amparo directo 28/2010. Demos, Desarrollo de Medios, S.A. de
C.V. 23 de noviembre de 2011. Mayoría de cuatro votos.
Disidente: Guillermo I. Ortiz Mayagoitia. Ponente: Arturo
Zaldívar Lelo de Larrea. Secretario: Javier Mijangos y González.
Amparo directo en revisión 2357/2010. Federico Armando
Castillo González. 7 de diciembre de 2011. Mayoría de cuatro
votos. Disidente: José Ramón Cossío Díaz. Ponente: Arturo
Zaldívar Lelo de Larrea. Secretario: Mario Gerardo Avante
Juárez.
Amparo directo en revisión 772/2012. Lidia Lizeth Rivera
Moreno. 4 de julio de 2012. Cinco votos. Ponente: José Ramón
Cossío Díaz. Secretaria: Teresita del Niño Jesús Lúcia Segovia.
Amparo directo 8/2012. Arrendadora Ocean Mexicana, S.A. de
C.V. y otros. 4 de julio de 2012. Mayoría de cuatro votos.
Disidente: Guillermo I. Ortiz Mayagoitia. Ponente: Arturo
Zaldívar Lelo de Larrea. Secretario: Javier Mijangos y González.
Tesis de jurisprudencia 107/2012 (10a.). Aprobada por la
Primera Sala de este Alto Tribunal, en sesión privada de tres de
octubre de dos mil doce.
Con los actos reclamados se viola en perjuicio del derecho de seguridad
jurídica y tutela judicial contenido en la Constitución y de manera indirecta el
derecho de no discriminación prescrito por dicha norma máxima en sus
artículo, 1º, 14, 16 y 17 y el Convenio 111 de la OIT, derecho de igualdad
previsto en los artículos 8, 24 y 25 de la CADH, 1 y 2 de la Declaración de los
Derechos Sociales del Trabajador, la Declaración de la OIT Relativa a los
Principios y Derechos Fundamentales en el Trabajo de 1998, el Programa de
Trabajo Decente, de la OIT, así como la Observación General número 18 del
Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales del Consejo Económico
Social de la ONU. Tales violaciones se actualizan en razón de que dichas
normas internacionales prevén como obligación para los Estados miembros de
la OIT, formular y llevar a cabo una política nacional a través de la cual se
promueva la igualdad de oportunidades y de trato en materia de empleo y
ocupación, por medio de los métodos que mejor le convengan, pero eso sí con
un objetivo claro y determinado, el de eliminar cualquier modo de
discriminación respecto a las oportunidades y trato en materia de empleo y
ocupación garantizándose con ello el derecho de igualdad de todo ser humano,
así como la obligación del Estado de que al promulgar leyes éstas tiendan a
garantizar el cumplimiento de dicha política nacional obligatoria. Sin embargo
las reformas a la Ley Federal del Trabajo, publicadas en el Diario Oficial de la
Federación de fecha 30 de noviembre de 2012, presentan una política
totalmente distinta a la que México se obligó.
Con lo cual es evidente que la política nacional en materia de empleo y
ocupación no promueve la igualdad de oportunidades y de trato, estableciendo
a contrario una permisividad en materia de discriminación al permitir
calificaciones particulares sin ninguna base ni estableciendo limitantes para
ellas. Y si bien es cierto, la propia Convención 111, en su artículo 1 parágrafo 2
prevé también la posibilidad de que no se considere discriminatoria una
práctica de distinción, exclusión o preferencia, basadas en las calificaciones
exigidas para un empleo determinado, dichos preceptos no se refieren a lo
mismo, puesto que por una parte la Convención hace referencia a
“calificaciones exigidas” mientras que en la Ley citada se menciona
“calificaciones particulares”, y aunque la distinción en apariencia no es
significativa, se puede observar que ambos conceptos abarcan características
totalmente diferentes, ya que por un lado las calificaciones exigidas hacen
referencia a aquellas que fueron determinadas antes de la calificación, es decir,
desde un inicio son dadas a conocer al trabajador; mientras que el término
“calificaciones particulares” no especifica en qué momento han de ser dadas a
conocer, ni siquiera si deban de ser dadas a conocer, tampoco si ha de haber
limitaciones ante tales calificaciones particulares, lo que permite aplicación de
criterios, arbitrarios, discrecionales y discriminatorios por parte de los patrones
bajo el tenor de dichas calificaciones “particulares”, menoscabando así los
derechos de igualdad, seguridad y certeza jurídica y debido proceso. Prueba de
ello lo es que después de trascurrido el llamado periodo a prueba o el periodo
de capacitación inicial –ambas modalidades de la relación de trabajo
introducidas también por la reforma– que el patrón a su juicio y bajo el tenor
de estas llamadas “calificaciones particulares” se dé por terminada la relación
de trabajo, manifestando únicamente que tal decisión es resultado de una
calificación particular para el empleo.
Es importante señalar que la reforma deja abiertos los criterios para una
calificación particular así como los criterios necesarios bajo los cuales los
trabajadores durante la prestación de su servicio en los llamados periodos a
prueba o de capacitación inicial estarán sujetos y que no son dados a conocer
al trabajador desde el inicio de la relación laboral, siendo laxa e imperfecta la
Ley, ya que es condición sine qua non, ser precisa en las condiciones que
afecten, restrinja derechos, como se observa en los siguientes artículos donde
no establece limitación o condicionamiento alguno que restrinja las condiciones
particulares por parte del patrón hacia el trabajador para que al termino de
éstos periodos el patrón a su juicio determine si el trabajador es competente o
no.
El periodo de prueba a que se refiere el párrafo anterior, podrá extenderse
hasta ciento ochenta días, sólo cuando se trate de trabajadores para puestos
de dirección, gerenciales y demás personas que ejerzan funciones de dirección
o administración en la empresa o establecimiento de carácter general o para
desempeñar labores técnicas o profesionales especializadas.
Durante el período de prueba el trabajador disfrutará del salario, la garantía de
la seguridad social y de las prestaciones de la categoría o puesto que
desempeñe. Al término del periodo de prueba, de no acreditar el trabajador
que satisface los requisitos y conocimientos necesarios para desarrollar las
labores, A JUICIO DEL PATRÓN, tomando en cuenta la opinión de la Comisión
Mixta de Productividad, Capacitación y Adiestramiento en los términos de esta
Ley, así como la naturaleza de la categoría o puesto, se dará por terminada la
relación de trabajo, sin responsabilidad para el patrón.
Se limitan a señalar qué se entiende por periodo a prueba y por capacitación
inicial, el tiempo máximo de su duración, las condiciones en que se prestaran y
la manera respecto a la cual se resolverá si el trabajador acredita o no
competencia laboral, pero en ninguna parte señala la Ley la obligación para el
patrón de dar a conocer a los trabajadores desde el inicio de dichos periodos
los criterios objetivos qué tomará en cuenta para poder acreditar o no dicha
calificación, tampoco estipula las limitaciones que deban tener dichos criterios
que los patrones establezcan, tan solo lo deja manejar en “calificaciones
particulares” por parte de cada patrón pudiendo darse en la práctica
menoscabo o violaciones al derecho de igualdad protegidos en los artículo 1 de
la DUDH, 3 del PIDESC, 3 del PIDCP 24 de la CADH, entre otros. Con lo
artículos impugnados el estado Mexicano incumple con la obligación de
impulsar una política nacional que promueva y garantice la igualdad de
oportunidades, y por el contrario está permitiendo que en la realidad cotidiana
se den actos de discriminación basados en las llamadas calificaciones
particulares permitiendo de forma discrecional a los patrones determinar los
criterios bajo los cuáles evaluar a los trabajadores, dejando de esta manera de
garantizar y de velar por mi derecho de igualdad y de no discriminación,
permitiendo que la legislación nacional sea omisa en establecer de manera
obligatoria que tales calificaciones particulares deban estar sustentadas en una
justificación objetiva y razonable, sirva de apoyo para robustecer el anterior
racionamiento el siguiente criterio:
De no introducir limitaciones o criterios pertinentes con los cuales deban
efectuarse dichas “calificaciones particulares” y las resoluciones “a juicio del
patrón”, se deja un margen abierto para su interpretación discrecional y se da
con ello el incumplimiento del Estado mexicano de su obligación por garantizar
de facto el derecho de no discriminación y de igualdad, al permitir con la
legislación nacional que en los hechos se den estas prácticas de menoscabo a
la dignidad humana.
De igual manera se afecta la seguridad jurídica de los gobernados, puesto que
no hay certeza jurídica de que al efectuarse dichas “calificaciones particulares”
éstas estén debidamente sustentadas en criterios objetivos y razonables
legalmente establecidos con anterioridad. Aunado a ello la Ley citada no prevé
algún recurso o medio jurisdiccional por medio del cual el trabajador pueda
acudir ante un órgano jurisdiccional que resuelva, en dado caso de que una
calificación particular o el juicio de un patrón no estén debidamente fundados
en una justificación objetiva y razonable, dejando en estado de indefensión y
vulnerabilidad al ciudadano, dañando su derecho a la tutela judicial
contemplado en el artículo 25 de la Convención Americana de Derechos
Humanos.
Por lo tanto los artículos referidos de la Ley Federal del Trabajo son
inconstitucionales y el Estado actúa de forma contraria para garantizar los
derechos constitucionales y los demás derechos contenidos en los instrumentos
internacionales
mencionados.
Los
artículos
de
tales
instrumentos
internacionales referidos señalan no nada más la obligación de no hacer
discriminación alguna de las personas, sino que además imponen la obligación
a los Estados de proteger con la ley ese derecho; es decir, que el contenido del
texto de la Ley que se impugna es totalmente contrario a lo contenido y
acordado en esos instrumentos jurídicos internacionales, pues ésta señala
explícita e implícitamente que puede haber discriminación, sin estar sustentado
dichos preceptos en razones objetivas, siendo los derechos contenidos en esos
instrumentos jerárquicamente superiores a la obligación que impone
ilegalmente esta Ley Federal, sirva de apoyo la siguiente tesis del Poder
Judicial Federal:
TRATADOS INTERNACIONALES. SU APLICACIÓN CUANDO
AMPLÍAN Y REGLAMENTAN DERECHOS FUNDAMENTALES.
Conforme al artículo 133 constitucional, la propia Constitución,
las leyes del Congreso de la Unión que emanen de ella y todos
los tratados que estén de acuerdo con la misma, celebrados y
que se celebren por el presidente de la República, con
aprobación del Senado, serán la ley suprema de toda la Unión.
Ahora bien, cuando los tratados internacionales reglamentan y
amplían los derechos fundamentales tutelados por la Carta
Magna, deben aplicarse sobre las leyes federales que no lo
hacen, máxime cuando otras leyes también federales, los
complementan.
CUARTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA ADMINISTRATIVA
DEL PRIMER CIRCUITO
Amparo en revisión 799/2003. Ismael González Sánchez y
otros. 21 de abril de 2004. Unanimidad de votos. Ponente:
Hilario Bárcenas Chávez. Secretaria: Mariza Arellano Pompa.
Núm. IUS: 168312
Localización:
Novena Época
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
XXVIII, Diciembre de 2008
Página: 1052
Tesis: I.7o.C.51 K
Tesis aislada
Materia (s): Común
JURISPRUDENCIA
INTERNACIONAL.
SU
UTILIDAD
ORIENTADORA EN MATERIA DE DERECHOS HUMANOS. Una
vez incorporados a la Ley Suprema de toda la Unión los
tratados internacionales suscritos por México, en materia de
derechos humanos, y dado el reconocimiento de la
competencia contenciosa de la Corte Interamericana de
Derechos Humanos, es posible invocar la jurisprudencia de
dicho tribunal internacional como criterio orientador cuando se
trate de la interpretación y cumplimiento de las disposiciones
protectoras de los derechos humanos. SÉPTIMO TRIBUNAL
COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO.
Precedentes: Amparo directo 623/2008. Procuraduría General
de la República y otras. 23 de octubre de 2008. Mayoría de
votos; unanimidad en relación con el tema contenido en esta
tesis. Disidente: Manuel Ernesto Saloma Vera. Ponente: Julio
César Vázquez-Mellado García. Secretario: Benjamín Garcilazo
Ruiz.
Los reformas a los artículos 333 y 336 de la Ley Federal del Trabajo son
contrarias a los principios y derechos fundamentales ampliamente protegidos
en la norma máxima nacional e internacionales, toda vez que, per se son
discriminatorios, excluyentes y regresivos, contrariando los artículo 2 y 4 de la
Observación General número 31 de Comité de Derechos Humanos de la ONU;
preámbulo y artículos 1,7, 22, 23 de la DUDH; 2, 3, 7, 9 del PIDESC; 3, 26 del
PIDCP; 1, 2, 8, 12, 22 de la Declaración de los Derechos Sociales del
Trabajador; 24, 26 del CADH; 1, 2, 3, 6, 7 y 9 del Protocolo de San Salvador;
Declaración de la OIT relativa a los principios y derechos fundamentales en el
trabajo y Trabajo Decente.
Es el caso que, la fracción primera del apartado A del artículo 123 fija como
duración máxima de la jornada ocho horas; sin embargo, el nuevo artículo 333
de la Ley Federal del Trabajo prevé para los trabajadores domésticos que
habitan en el hogar donde prestan sus servicios una jornada de 12 horas
diarias lo que excede en tres horas la jornada máxima establecida en la
Constitución y normas internacionales precitadas, agrega dicho artículo que
tendrán un descanso mínimo diario nocturno de nueve horas consecutivas y
descansos mínimos diarios de tres horas entre las actividades matutinas y
vespertinas. Esta jornada es discriminatoria, al excluir a este sector de
trabajadores de la jornada máxima de ocho horas establecida en la
Constitución lo cuales es evidentemente regresivo. Este exceso en la jornada
no se justifica con los descansos que prevé, pues obliga al trabajador a
permanecer en su centro de trabajo todo el tiempo, bajo las ordenes y
vigilancia del patrón, exponiéndolos a que no se respeten los periodos de
descanso y pudiendo laborar incluso jornadas extenuantes. Este modelo de
jornada, también evita que los trabajadores reciban al pago correspondiente a
tres horas extras diarias de contrariando a la Ley Federal del Trabajo.
La norma resulta incompleta al prever únicamente a los trabajadores que
habitan en el lugar que prestan sus servicios (de planta) y excluye a los
prestan sus servicios de entrada por salida, esta abstención los pone en riesgo
de desconocimiento de sus derechos fundamentales ante la falta de prevención
en la Ley al respecto.
El objetivo de las jornadas de ocho horas es que los trabajadores tengan
tiempo suficiente para el descanso, la capacitación y convivencia familiar; de
laborar jornadas más largas y verse forzados a permanecer en su centro de
trabajo todo el día a disposición del patrón, estos derechos se nulifican,
actualizándose las jornadas inhumanas y violación al derecho al desarrollo.
En el mismo sentido, la fracción VI del apartado A del 123 constitucional es
preciso en cuanto los salarios mínimos generales y profesiones, es el caso que
artículo 336 previo a la reforma establecía el salario mínimo profesional del
sector laboral; pero con la reforma fue eliminado, excluyéndolos de este
derecho y sujetándolos al arbitrio y discrecionalidad patronal en la
determinación del mismo, incurriendo nuevamente en regresividad de
derechos e inconstitucionalidad reiterando que donde la constitución no limita,
menos aún la ley reglamentaria. Asimismo, se les discrimina del derecho a la
seguridad social en los términos de las fracciones V y XIV del apartado A del
123 constitucional, toda vez que, sólo contempla una parte de los derechos
previstos en la Constitución.
En el mismo sentido, al Ley impugnada incurre nuevamente en incumplimiento
de las obligaciones previstas para todas las autoridades en el artículo primero
constitucional al carecer de mecanismos o reglas para cumplimiento y sanción
en su caso, de los derechos de este sector de trabajadores, ya que, sólo
enuncia derechos sin atribuir a ninguna instancia laboral que su vigilancia.
Causa agravio en perjuicio de la quejosa y de la clase trabajadora lo contenido
en el artículo 343-A por discriminatoria, pues se refiere únicamente a los
trabajadores de las minas de carbón y sin razón alguna excluye al resto del
sector minero nacional. Esta circunstancia en si misma nulifica los derechos
fundamentales de un amplio sector laboral, contradiciendo la propia
Constitución y normas internacionales relativa a no discriminación, incluso
recomendaciones especificas que la OIT a emitido a México por falta de
acciones y políticas legislativas y prácticas tendientes a la protección los
trabajadores mineros nacionales. A pesar de lo anterior, las Responsables
actuaron en sentido contrario sujetando una norma de carácter general a un
sólo grupo, como sí los trabajadores de las minas de metales preciosos (oro y
plata), metales industriales no ferrosos, (plomo, cobre y zinc) metales y
minerales siderúrgicos (coque, fierro y manganeso) entre los que se incluye el
carbón, único elemento considerado, minerales no metálicos (yeso, azufre,
arena sílica, sal, dolomita, fluorita y barita) no existieran o no fueran
trabajadores. Es evidente la inconstitucionalidad del Capitulo XIII Bis que se
incorporó a la Ley Federal del Trabajo con motivo de las reformas laborales
reclamadas tiene como titulo el de: “De los trabajadores en Minas”.
Esta discriminación del nuevo artículo 343-A evita la protección en los trabajos
de todas las ramas de la minería para contar con un sistema de gestión de
seguridad y salud en el trabajo y con un responsable de su funcionamiento,
designado por el patrón. Elimina la obligación patronal de facilitar y mantener
en condiciones higiénicas instalaciones para que sus trabajadores puedan
asearse y comer, a contar, antes y durante la exploración y explotación, con
los planos, estudios y análisis necesarios para que las actividades se
desarrollen en condiciones de seguridad, los que deberán actualizarse cada vez
que exista una modificación relevante en los procesos de trabajo, a que se
informe a los trabajadores de manera clara y comprensible los riesgos
asociados a su actividad, los peligros que éstos implican para su salud y las
medidas de prevención y protección aplicables, así como se proporcione el
equipo de protección personal necesario, a fin de evitar la ocurrencia de
riesgos de trabajo y capacitar a los trabajadores respecto de su utilización y
funcionamiento, a contar con sistemas adecuados de ventilación y fortificación
en todas las explotaciones subterráneas, las que deberán tener dos vías de
salida, por lo menos, desde cualquier frente de trabajo, comunicadas entre sí;
a establecer un sistema de supervisión y control adecuados en cada turno y
frente de trabajo, que permitan garantizar que la explotación de la mina se
efectúa en condiciones de seguridad; a implementar un registro y sistema que
permita conocer con precisión los nombres de todas las personas que se
encuentran en la mina, así como mantener un control de entradas y salidas de
ésta; a suspender las actividades y disponer la evacuación de los trabajadores
a un lugar seguro en caso de riesgo inminente para la seguridad y salud de los
mismos; y no contratar o permitir que se contrate a menores de 18 años.
Es del dominio público el elevado número de riesgos y accidentes de trabajo en
el sector minero, y a pesar de lo anterior, se discriminó a la mayoría de los
mineros al reducir una norma general a los que laboran en el sector del
carbón, permitiendo la evasión de responsabilidades y obligaciones patronales
en materia de seguridad social y del propio estado.
Se reitera el capítulo impugnado es inconstitucional al incurrir en limitación de
derechos fundamentales protegidos en la Constitución, mediante una ley
reglamentaria que carece de tal alcance y aún contra normas internacionales
en la materia tales como los artículo 2 y 4 de la Observación General número
31 de Comité de Derechos Humanos de la ONU; preámbulo y artículos 1,7, 22,
23 de la DUDH; 2, 3, 7, 9 del PIDESC; 3, 26 del PIDCP; 1, 2, 8, 12, 22 de la
Declaración de los Derechos Sociales del Trabajador; 24, 26 del CADH; 1, 2, 3,
6, 7 y 9 del Protocolo de San Salvador; Declaración de la OIT relativa a los
principios y derechos fundamentales en el trabajo y Trabajo Decente.
Esta omisión impide a los trabajadores de toda la minería a contar con la
protección del artículo 343-D para que los trabajadores puedan negarse a
prestar sus servicios, siempre y cuando la Comisión Mixta de Seguridad e
Higiene confirme que no cuentan con la debida capacitación y adiestramiento
que les permita identificar los riesgos a los que están expuestos, la forma de
evitar la exposición a los mismos y realizar sus labores en condiciones de
seguridad, o cuando el patrón no les entregue el equipo de protección personal
o no los capacite para su correcta utilización o cuando se identifiquen
situaciones de riesgo inminente que puedan poner en peligro su vida,
integridad física o salud o las de sus compañeros de trabajo o cuando los
trabajadores tengan conocimiento de situaciones de riesgo inminente, deban
retirarse del lugar de trabajo expuesto a ese riesgo, haciendo del conocimiento
de esta circunstancia al patrón, a cualquiera de los integrantes de la Comisión
de Seguridad e Higiene o a la Inspección del Trabajo.
Esta omisión atenta contra la vida e integridad de los trabajadores de todas las
ramas mineras en el país al evitar la protección de la Inspección del Trabajo
para la vigilancia de las normas como lo señala el artículo 343-D ni se impone
con las sanciones a los patrones que señala el artículo 343-E de la Ley Federal
del trabajo.
Los artículos 28, 28-A y 28-B reformados y adicionados de la Ley Federal del
Trabajo, contravienen los derechos de acceso a la justicia, debido proceso y
tutela judicial, no discriminación, principios de progresividad, Trabajo Decente,
protegidos en los artículo 1º, 14, 16, 17 y 123 Constitucional y el Convenio 96
sobre las agencias retribuidas de colocación de la OIT. Lo anterior, en razón de
que el artículo 28 elimina la obligación patronal de pagar los gastos de traslado
hasta el lugar de origen y alimentación del trabajador y de su familia, en su
caso, y todos los que se originen por el paso de las fronteras y cumplimiento
de las disposiciones sobre migración, o por cualquier otro concepto semejante,
y el derecho de percibir íntegro el salario sin descuento por esos conceptos, lo
que actualiza una regresividad de derechos ya reconocidos en la Ley Federal
del Trabajo. Más grave aún, sujeta al trabajador a la discrecionalidad y
arbitrariedad del patrón o agencia de colocación que absorben dichos pagos y
le cobran posteriormente a los trabajadores las cantidades que unilateralmente
definen ante la falta de prevención al respecto, incluso ante la vaguedad del
artículo es factible el embargo de salario bajo este pretexto.
Asimismo, es regresiva y discriminatoria al eliminar el derecho a la seguridad
social y la indemnización por riesgos de trabajo como se contenía en el artículo
previo a la reforma y contrariando los derechos a la seguridad social acorde
con la Constitución y el Trabajo Decente.
En seguimiento a lo anterior, el Convenio 96 de la OIT, prevé la eliminación
progresiva de las agencias de colocación, sin embargo el artículo 28 bis, deja a
cargo de dichas entidades privadas el reclutamiento y colocación de los
trabajadores con patrones extranjeros, incurriendo en contradicción y
abdicando incluso el estado en su obligación de proporcionar un servicio
gratuito tendiente a eliminar progresivamente dichas agencias.
Se vulnera la tutela judicial, ya que el artículo 28-A prevé que la Secretaría del
Trabajo y Previsión de Social se encargaría de organizar el reclutamiento y
colocación de los trabajadores, lo que no implica que se encargue de vigilar el
respeto de los derechos fundamentales de los trabajadores y los contratos de
trabajo, su actuación es marginal al artículo primero constitucional.
Acorde con la Convención sobre los derechos del niño (artículos 1, 2, 3, 4 y
32), el Estado mexicano se encuentra obligado a proteger, respetar y
garantizar los derechos humanos de los menores, en el caso que nos ocupa
específicamente de los menores trabajadores, para lo cual deberá fijar una
edad o edades mínimas para trabajar; determinar la reglamentación apropiada
de los horarios y condiciones de trabajo y las medidas tendientes a proteger de
manera efectiva sus estudios. En consecuencia, las modificaciones y adiciones
de la Ley Federal del Trabajo publicada en el Diario Oficial de la Federación el
30 de noviembre de 2012 en sus nuevos artículos 22 Bis y 175 Bis sobre el
trabajo de los menores trabajadores, es contraria a la Constitución, toda vez
que permite el trabajo de las y los niños dentro del círculo familiar sin
restricciones, lugar en el que es más frecuente que se presente explotación de
la mano de obra infantil, sin que exista una inspección del trabajo que permita
revisar las condiciones en que el mismo se realiza.
Asimismo, resulta violatorio de los derechos de las y los niños el hecho de que
no se considere trabajo las actividades que realicen bajo la supervisión, el
cuidado y la responsabilidad de los padres, tutores o quienes ejerzan la patria
potestad, de los menores de catorce años relacionadas con la creación
artística, el desarrollo científico, deportivo o de talento, la ejecución musical o
la interpretación artística en cualquiera de sus manifestaciones. Hecho que
contradice lo señalado en el artículo 8 de la propia ley que se combate, el cual
señala que trabajador es la persona física que presta a otra, física o moral, un
trabajo personal subordinado y que se entiende por trabajo toda actividad
humana, intelectual o material, independientemente del grado de preparación
técnica requerido por cada profesión u oficio.
En el caso de las y los niños que laboran dentro del círculos familiar, se
establece una relación de subordinación frente a los padres, tutores o personas
que se encuentran encargadas de su cuidado, quienes son los que les indican
las labores que tienen que realizar, el tiempo en que las deben hacer,
quedando en libertad de realizar o no pago por las mismas, condición que deja
en la indefensión total a los menores ante el riesgo de ser sometidos a riesgos
y accidentes de trabajo por su edad y falta de capacitación, pues no hay límites
de edad para iniciar sus labores.
Asimismo si consideramos que trabajo es toda actividad humana, intelectual o
material, no importando el grado de preparación técnica, resulta un agravio el
hecho de que los nuevos artículos de la Ley Federal del Trabajo no consideren
como trabajo a la creación artística, el desarrollo científico, deportivo o de
talento, así como la ejecución musical o la interpretación artística, hechos que
puede dar lugar a explotación laboral y en consecuencia económica, de las y
los menores que se dediquen a la realización de cualquiera de éstas
actividades, sobre todo si se alega que éstas pueden estar bajo la supervisión
de adultos (padres, tutores o cuidadores), que no necesariamente tendrán
como prioritario el respeto y protección de los derechos humanos de los
menores trabajadores.
Es importante señalar que dichos artículos violentan el principio de
progresividad en la protección de los derechos humanos de las y los niños,
pues el Estado mexicano no hace uso máximo de todos sus recursos
legislativos para elevar el estándar de protección de éstos derechos, y en
consecuencia no permite que se fijen jornadas de trabajo dignas para las y los
niños, salarios, ni que se contemple la posibilidad de que reciban otras
prestaciones relacionadas con su trabajo.
Con base datos de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional
Autónoma de México, en los últimos 12 años México registró un aumento de
12% en la población de niños que trabajan. Sólo en el primer trimestre de
2012 se reportaron tres millones 270 mil casos, de niños de cinco a 12 años,
de estos 190 mil menores de tres a cinco años se han incorporado a la
economía informal, principalmente trabajan en cruceros de las ciudades o
como jornaleros en las zonas rurales. Cerca del 42% de los niños y niñas que
trabajan no estudian; 38% sufre una situación inestable en la escuela, y dos
de cada 10 cubren de manera irregular sus estudios, en su mayoría, entre el
cuarto y sexto año del nivel básico. Según datos de la Encuesta Nacional de
Ocupación y Empleo del 2009, realizada por el Instituto Nacional de Estadística
y Geografía (INEGI), reportó que en México, 3.4 millones de menores de 14
años trabajan. Casi la mitad de ellos (47.6%) no percibe ingreso o se les paga
con comida y un lugar para dormir, ya sea al vivir con su padres o ellos solos.
Según el INEGI, alrededor del 16% de estos infantes contribuyen de manera
importante al gasto de su hogar ya que llegan a aportar hasta la mitad o más
de su salario.
Es en este contexto que la protección de los derechos fundamentales de los
menores trabajadores quedan nulificados ante la ausencia de una política
nacional tendiente a su erradicación contrariando así también los Convenios
138 y 182, la Declaración de derechos fundamentales de la OIT de 1998,
Trabajo Decente y los Objetivos del Milenio.
La reforma laboral en estudio violenta en los artículos 15A, 15B, 15C , 15D,
39A, 39B, 39C, 83, 279, 279 Bis y 311, artículos que pretenden regular
formas irregulares del trabajo como son la subcontratación, trabajo por
capacitación, salario por unidad de tiempo, por horas, trabajadores del campo
y trabajo a domicilio, formas de trabajo que pulverizan el salario a un mínimo
de percepción y como consecuencia la cotización al sistema de seguridad social
por parte del trabajador, patrón y Estado dejando de financiar al final de la
vida de trabajo del trabajador, quien no contara con un mínimo de seguridad
social en su jubilación por carecer de los fondos para ello inclusive da origen a
la negativa del Instituto
Mexicano del Seguro Social a inscribir a los
trabajadores.
Por otro lado las reformas al artículo invocado nulifican en forma automática
las obligaciones patronales que se derivan de los artículos 475, 475-Bis, 476,
de la Ley Federal del Trabajo antes de su reforma y de la Ley del Seguro Social
en sus artículos 2, 3 y 12. La seguridad social se ve afectada por la creación de
las nuevas figuras de contratación, empleo por temporada, capacitación inicial,
periodo a prueba, por horas, trabajo a domicilio en virtud de que las y los
trabajadores dejan de generar antigüedad o ésta es suspendida por la
terminación de la relación laboral a voluntad del patrón.
La OIT entiende por Seguridad Social como la protección que la sociedad
proporciona a sus miembros, mediante una serie de medidas públicas, contra
las privaciones económicas y sociales que, de no ser así ocasionarían la
desaparición o una fuerte reducción de los ingresos por causa de enfermedad,
maternidad, accidente de trabajo o enfermedad laboral, desempleo, invalidez,
vejez y muerte; y también la protección en forma de asistencia médica y de
ayuda a las familias con hijos. Es un derecho inalienable de mujeres y hombres
y por lo tanto no puede haber paz, ni progreso mientras la humanidad entera
no encuentre la plena seguridad social.
El derecho a la seguridad social es de importancia fundamental para garantizar
a todas las personas su dignidad humana cuando hacen frente a circunstancias
que les privan de su capacidad para ejercer plenamente los derechos
reconocidos en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en su
artículo 123 apartado A fracción XXIX. El cual establece que es de utilidad
pública la Ley del Seguro Social, y ella comprenderá seguros de invalidez, de
vejez, de vida, de cesación involuntaria del trabajo, de enfermedades y
accidentes, de servicios de guardería y cualquier otro encaminado a la
protección y bienestar de los trabajadores, campesinos, no asalariados y otros
sectores sociales y sus familiares; derechos irrenunciables para el Estado
Mexicano que hoy pretende abandonar con la reforma laboral, renunciando a
las obligaciones que en la misma forma a contraído el Gobierno mexicano
inclusive a través de Tratados Internacionales siendo los siguientes: DUDH en
su artículo 22; PIDESC artículo 9; Convención Sobre los Derechos del Niño en
su artículo 26; CEDAW en sus artículos 11, 12, 14; Convenios 102 sobre la
seguridad social (norma mínima) y en su Convenio 118 sobre la igualdad de
trato (seguridad social); Declaración Americana de los Derechos y deberes del
Hombre en su artículo 16; Protocolo de San Salvador en su artículo 9. El
derecho a la seguridad social incluye el derecho a obtener y mantener
prestaciones sociales, ya sea en efectivo o en especie, sin discriminación, con
el fin de obtener protección, en particular contra: la falta de ingresos
procedentes del trabajo debido a enfermedad, invalidez, maternidad, accidente
laboral, vejez o muerte de un familiar; así como a gastos excesivos de
atención de salud, apoyo familiar insuficiente, en particular para los hijos y los
familiares a cargo. La seguridad social, debido a su carácter redistributivo,
desempeña un papel importante para reducir y mitigar la pobreza, prevenir la
exclusión social y promover la inclusión social obligaciones a las que renuncia
en forma disfrazada el Estado mediante la pulverización de los salarios y la
jornada laboral ,violentando en forma grosera y abusiva las reformas del once
de junio del dos mil once en la cual los Derechos a la Seguridad social son
elevados a la categoría de Derechos Humanos, lo que Su Señoría no puede
permitir en ejercicio de su facultad jurisdiccional.
La Autoridad Responsable, con las reformas, violenta, perjuicio del Quejoso la
modificación del apartado denominado como procesal del trabajo en virtud de
que se desnaturaliza la finalidad y sentido social de la norma, en particular lo
referente a la Capacidad y Personalidad dentro de un juicio laboral, toda vez
que dentro de los agregados al artículo 692, la fracción II obliga a los asesores
o abogados patronos a acreditar ser licenciados en derecho o abogados con
cédula o carta de pasante, en su caso. De tal manera que, resulta nugatoria la
posibilidad de defensa propia jurídica por parte del trabajador, a menos que
acredite tener cédula profesional o carta de pasante, solicitando mayores
requisitos que los contenidos en nuestra Carta Magna, que dentro de su
artículo 123, fracción XX, nos señala: “las diferencias o los conflictos entre el
capital y el trabajo, se sujetarán a la decisión de una Junta de Conciliación y
Arbitraje…”; es decir, bajo una interpretación hermenéutica acorde con el
espíritu social comprende la simplificación del la jurisdicción laboral que se
aleja de los formalismos jurídicos de antaño, y pondera la conciliación al
conflicto permitiendo al trabajador acudir a tales juntas; sin embargo, a causa
de este agravio infame de la autoridad la posibilidad de defensa por sí mismo
parece desvanecerse, violando también directrices normativas convencionales,
como es la CADH que en su artículo octavo, al limitar al trabajador a ejercer
personalmente su derecho de defensa y audiencia. En otras palabras, el acceso
a la justicia es restringido al trabajador, pues, a partir de estas
inconstitucionales e inconvencionales reformas se verá obligado a contratar un
licenciado en Derecho con cédula profesional, entonces, limita su posibilidad
directa de acudir a un tribunal en búsqueda de justicia, violando también el
derecho a un recurso sencillo, rápido y eficaz, tutelado en el artículo 25 de la
CADH.
Asimismo, dentro del mismo artículo 692 que ahora se impugna la fracción IV,
nos señala sobre la representación del sindicato la obligación de contar con un
apoderado que tenga cédula o título de Licenciado en Derecho; es decir, se
limita de igual forma la posibilidad de acceso a la justicia y de representación
auténtica de un sindicato en defensa de sus intereses dentro de un juicio
laboral. Así pues, los derechos sindicales que son inherentes a la defensa de
clase, pues, como se sabe es una organización de trabajadores o patrones,
para el estudio mejoramiento o defensa de sus respectivos intereses,
demuestra que es una asociación de clase con características particulares, las
cuales desde luego no deben ser soslayadas por el legislador, por ende, al
requerir mayores requisitos de representación la ley que la Constitución viola
ésta.
Ahora bien, la reforma al artículo 873 de la Ley Federal del Trabajo omite de
manera inconstitucional la etapa de ofrecimiento de ofrecimiento, admisión de
pruebas, en virtud de que deja en estado de indefensión a las partes al tener
incertidumbre sobre dichas probanzas, pues, la audiencia tal como señala el
artículo 875 se divide únicamente en conciliación; demanda y excepciones,
dejando fuera la audiencia de ofrecimiento y admisión de pruebas, aspecto
incongruente con la misma legislación en virtud de que más adelante el
artículo 878 señala sobre la etapa de ofrecimiento y admisión de pruebas, la
cual se celebrará a los diez días posteriores a la etapa de demanda y
excepciones, hace más dilatorio el proceso laboral haciendo nugatorio la
justicia pronta y expedita tal como mandata el artículo Constitucional décimo
séptimo de nuestra Carta Magna.
Entonces, las autoridades señaladas como responsables, con la aprobación,
expedición y promulgación de la Reforma a la Ley federal del Trabajo, en
particular los artículos arriba transcritos en vigor, violan en perjuicio de la
parte quejosa los Derechos previstos en nuestra Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos en los artículos, 16 (legalidad), 17 (acceso a la
justicia), 123 “A” fracción XXVII (irrenunciabilidad de derechos) y 133 (Ley
suprema), trascendiendo dicha violación de manera directa a la esfera de los
derechos humanos y laborales de los impetrantes del amparo.
El nuevo artículo 101 de la Ley Federal del Trabajo causa agravio a los
trabajadores en virtud ser contrario al artículo 1º, el proemio relativo al trabajo
digno, fracciones X y XXVII inciso h) del apartado “A”, fracciones IV y VI del
apartado “B”, ambos del artículo 123 constitucional, así como los artículos 3, 5,
6, 8, 9 y 13 del Convenio 95 relativo a la protección del salario de la
Organización Internacional del Trabajo, Trabajo Decente.
Aunque la disposición impugnada en comento señala que “Previo
consentimiento del trabajador, el pago del salario podrá efectuarse por medio
de depósito en cuenta bancaria, tarjeta bancaria, tarjeta de débito,
transferencias o cualquier medio electrónico”, no se establece en el nuevo
texto la preeminencia de la obligación del patrón de cubrir el salario en efectivo
al trabajador, lo que anula de facto esa obligación constitucional.
Si bien es cierto la omisión de las disposiciones reglamentarias no retira las
obligaciones enmarcadas en la Constitución, está reforma que se impugna deja
sin efecto lo que señalaba el anterior artículo 101 que se reformó que decía lo
siguiente: “Artículo 101. El salario en efectivo deberá pagarse precisamente en
moneda de curso legal, no siendo permitido hacerlo en mercancías, vales,
fichas o cualquier otro signo representativo con que se pretenda substituir la
moneda.”
El texto que contiene la reforma del artículo 101 de la Ley Federal del Trabajo
trae como consecuencia que el manejo de los salarios de los trabajadores sean
para beneficio de las instituciones bancarias.
La reforma únicamente protege a los trabajadores de los gastos o costos, no
así de los intereses, comisiones o cargos o cualquier otro concepto que se
genere con motivo del pago del salario. No hay protección al trabajador si hace
uso del sistema de red de cajeros compartidos de otra institución de crédito
diferente a la titular de la tarjeta de débito al trabajador se le descuenta
también dicha cantidad por cada disposición o consulta que realice de su
cuenta de depósito. Tampoco cuando el trabajador hace uso de los cajeros en
distintas ocasiones lo que motiva también el pago de recargos en perjuicio del
salario del trabajador.
El pago del salario que ahora pretende hacerse través de tarjetas electrónicas,
como lo establece el artículo 101 reformado de la Ley Federal del Trabajo viola
el marco jurídico constitucional e internacional, en razón de que el salario debe
de pagarse en moneda de curso legal, no siendo permitido hacerlo en efectivo
con mercancías, ni vales, fichas o cualquier otro signo representativo, con que
se pretenda sustituir la moneda, salvo que exista consentimiento escrito del
trabajador, tampoco están permitidas las retenciones y descuentos, lo
contrario significaría trastocar el principio constitucional de irrenunciabilidad de
derechos.
Con las razones y consideraciones vertidas en el presente juicio de garantías y
sobre todo considerando el derecho fundamental del trabajo en el marco de las
normas internacionales que se hacen valer bajo los principios de universalidad,
interdependencia, indivisibilidad, progresividad y pro homine, se solicita a ésta
H. Autoridad otorgue el AMPARO Y PROTECCIÓN DE LA JUSTICIA FEDERAL a
los quejosos.
Como fundamento a lo antes mencionado, presentamos las siguientes:
PRUEBAS
PRIMERA.- PRUEBAS DOCUMENTALES, consistentes en:
1.- Comprobante de percepciones y deducciones original, correspondiente a la
primera quincena de diciembre de dos mil doce, a nombre de todos y cada uno
de los quejosos en el presente juicio de garantías; y
2.- Copia simple de la Credencial para Votar de todos y cada uno de los
quejosos en el presente juicio de garantías.
Documentos que relacionamos con todos y cada uno
mencionados en la presente vía constitucional.
de los
hechos
SEGUNDA.- LA INSTRUMENTAL DE ACTUACIONES: Consistente en todas y
cada una de las actuaciones que conforman el presente juicio de amparo.
TERCERA.- LA PRESUNCIONAL (EN SU DOBLE ASPECTO: LEGAL Y
HUMANA): Consistente en las presunciones que se deriven de lo actuado en el
presente juicio de amparo, en el sentido de que existen datos bastantes y
suficientes que acreditan los conceptos de violación hechos valer por los
quejosos.
Es por lo anteriormente expuesto y fundado que, con base en lo dispuesto por
el artículo 77 de la Ley de Amparo, a Usted C. Juez de Distrito en turno,
atentamente solicito:
PRIMERO.- Tenernos por presentados en tiempo y forma con este escrito y
con las copias requeridas por lo estipulado en el artículo 120 de la Ley de
Amparo, solicitando el AMPARO Y PROTECCIÓN DE LA JUSTICIA FEDERAL
contra el acto reclamado de las autoridades responsables, que violan en
nuestro perjuicio los Derechos Humanos y Sociales invocadas.
Para acreditar nuestro interés jurídico, sirven de apoyo las siguientes
interpretaciones del Poder Judicial de la Federación, mismas que a la letra
señalan:
INTERÉS LEGÍTIMO EN EL AMPARO. BASTA CON QUE SE
JUSTIFIQUE PRESUNTIVAMENTE PARA EFECTOS DE LA
SUSPENSIÓN PROVISIONAL.
Previo a las reformas a la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, publicadas en el Diario Oficial de la
Federación el 6 de junio de 2011, vigentes a partir del 4 de
octubre siguiente, el principio de iniciativa de parte agraviada
previsto en el artículo 107 constitucional, implicaba la
necesidad de que el gobernado probara que era titular de un
derecho subjetivo que estimaba violado con los actos
reclamados; sin embargo, ahora, partiendo de la premisa de
un marco protector más amplio de los derechos humanos,
aquellas personas que aduzcan tener un interés legítimo
pueden accionar una instancia, esgrimiendo un daño en su
esfera jurídica tutelada por la ley y no así una afectación
directa a un derecho subjetivo. Por tanto, el interés legítimo
en la suspensión provisional en el amparo debe acreditarse de
manera presuntiva y no plena, ya que esto último será
materia del juicio principal.
TERCER
TRIBUNAL
COLEGIADO
ADMINISTRATIVA DEL CUARTO CIRCUITO
EN
MATERIA
Queja 24/2012. 5 de marzo de 2012. Mayoría de votos.
Disidente: Jesús R. Sandoval Pinzón. Ponente: Jorge Meza
Pérez. Secretaria: María Inocencia González Díaz.
INTERÉS LEGÍTIMO. EN OBSERVANCIA DEL PRINCIPIO
DE SUPREMACÍA CONSTITUCIONAL DEBE APLICARSE
LO DISPUESTO EN EL ARTÍCULO 107, FRACCIÓN I, DE
LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS
MEXICANOS (VIGENTE A PARTIR DEL 4 DE OCTUBRE DE
2011), NO OBSTANTE QUE LA LEY DE AMPARO NO HAYA
SIDO
REFORMADA
PARA
REGLAMENTAR
SU
APLICACIÓN.
La Ley de Amparo no ha sido reformada para la procedencia
del juicio de garantías por afectación del "interés legítimo",
pues únicamente la establece por menoscabo del interés
jurídico. Sin embargo, en acatamiento al principio de
supremacía constitucional, contenido en el artículo 133 de la
Constitución Federal (que excluye la posibilidad de que leyes
de jerarquía inferior reduzcan el cumplimiento de los
mandamientos supremos), debe atenderse a la disposición
que sí prevé la existencia de tal figura jurídica, es decir, el
artículo 107, fracción I, de la Carta Magna, pues de lo
contrario, su observancia dependería indebidamente de la
voluntad del legislador ordinario.
PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO DEL TRIGESIMO CIRCUITO
Amparo en revisión 104/2012. 10 de mayo de 2012.
Unanimidad de votos. Ponente: José Luis Rodríguez Santillán.
Secretaria: Wendolyne de Jesús Martínez Padilla.
INTERÉS LEGÍTIMO. EN QUÉ CONSISTE PARA EFECTOS
DE LA PROCEDENCIA DEL JUICIO DE AMPARO.
El interés legítimo, para efectos de la procedencia del juicio de
amparo, consiste en el poder de exigencia con que cuenta un
sujeto, que si bien no se traduce en un derecho subjetivo,
permite reconocerle la facultad de impugnar la actuación o la
omisión de una autoridad en orden a la afectación que ello le
genera, al no acatar lo previsto por determinadas
disposiciones jurídicas que le reportan una situación favorable
o ventajosa. Dicho en otras palabras, es la pretensión o poder
de exigencia que deriva de una lesión o principio de
afectación a la esfera jurídica de un gobernado, generada por
un acto de autoridad y sus consecuencias, cuya anulación o
declaratoria de ilegalidad trae consigo una ventaja para éste,
por hallarse en una situación especial o cualificada.
CUARTO
TRIBUNAL
COLEGIADO
ADMINISTRATIVA DEL PRIMER CIRCUITO
EN
MATERIA
Amparo
en
revisión
130/2012.
Promo
Medios
de
Comunicación, S.A de C.V. 9 de agosto de 2012. Unanimidad
de votos. Ponente: Patricio González-Loyola Pérez. Secretaria:
Dulce María Nieto Roa.
JUICIO DE AMPARO. AL SEGUIRSE CONFORME A LOS
ARTÍCULOS 103 Y 107 DE LA CONSTITUCIÓN FEDERAL,
A PARTIR DE SU REFORMA PUBLICADA EN EL DIARIO
OFICIAL DE LA FEDERACIÓN EL 6 DE JUNIO DE 2011,
PUEDE CONSIDERARSE COMO EL RECURSO EFECTIVO A
QUE SE REFIERE EL ARTÍCULO 25 DE LA CONVENCIÓN
AMERICANA SOBRE DERECHOS HUMANOS.
El artículo 17 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos prevé que toda persona tendrá derecho a que se le
administre justicia por los tribunales, de manera expedita,
pronta, completa e imparcial. Por su parte, el artículo 25 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos establece
que toda persona tiene derecho a un recurso sencillo y rápido
o a cualquier otro recurso efectivo ante los Jueces o tribunales
competentes, que la ampare contra actos que violen sus
derechos fundamentales reconocidos por la Constitución, la
ley o por dicha convención. De lo anterior se advierte que es
obligación de las autoridades judiciales resolver los conflictos
que les planteen las partes de manera integral y completa, sin
obstáculos o dilaciones innecesarias y evitando formalismos o
interpretaciones no razonables u ociosas que impidan o
dificulten el enjuiciamiento de fondo y la auténtica tutela
judicial. En ese sentido, si bien es cierto que la Ley de
Amparo, en su actual redacción, no prevé la posibilidad de
que las personas acudan a los tribunales para impedir o
reparar la violación a sus derechos humanos, también lo es
que a través de las reformas constitucionales en materia de
derechos humanos y amparo, publicadas en el Diario Oficial
de la Federación el 10 y 6 de junio de 2011, respectivamente,
se amplió el espectro de protección del juicio de amparo, al
incluir expresamente a los derechos humanos reconocidos y
las garantías otorgadas para su protección por la
Constitución, así como por los tratados internacionales de los
que el Estado Mexicano sea parte; asimismo, se simplificó el
acceso al mencionado juicio constitucional, al indicar que
podrá promoverlo quien aduzca ser titular de un derecho o de
un interés legítimo individual o colectivo, cuando se afecte su
esfera jurídica de manera directa o en virtud de su especial
situación frente al orden jurídico. Consecuentemente, el juicio
de amparo, al seguirse conforme a los reformados artículos
103 y 107 constitucionales, puede considerarse como el
recurso efectivo a que se refiere el citado artículo 25, pues se
faculta a una autoridad judicial para que, a través de dicho
juicio de acceso simple, resuelva efectivamente los conflictos
planteados por las personas nacionales o extranjeras que se
encuentren en el país, contra cualquier acto u omisión de la
autoridad que transgreda sus derechos humanos o los
criterios establecidos en las sentencias emitidas por la Corte
Interamericana de Derechos Humanos.
OCTAVO TRIBUNAL COLEGIADO DE CIRCUITO DEL CENTRO
AUXILIAR DE LA PRIMERA REGION CON RESIDENCIA EN
NAUCALPAN DE JUAREZ ESTADO DE MEXICO
Amparo en revisión 308/2012. Juan Carlos Aparicio. 6 de julio
de 2012. Unanimidad de votos. Ponente: Alfredo Enrique Báez
López. Secretario: Manuel Monroy Álvarez.
INTERÉS LEGÍTIMO EN EL JUICIO DE AMPARO. SE
ACTUALIZA
SI
AL
ADELANTAR
LA
EVENTUAL
CONCESIÓN DE LA PROTECCIÓN CONSTITUCIONAL SE
APRECIA QUE SE RESTITUIRÁ AL QUEJOSO EN EL GOCE
DE ALGÚN DERECHO CONCRETO.
El interés legítimo se basa primordialmente en la existencia
de un interés de mayor dimensión que el simple, es decir, en
un interés cualificado, actual y real, que se traduce en que el
acto reclamado afecte la esfera jurídica concreta del
gobernado por virtud de la especial situación que éste guarde
en relación con el orden jurídico, de modo que la promoción
y, en su caso, resolución favorable del juicio de garantías le
reporten un beneficio concreto y real, pues es ésa
precisamente la finalidad de dicho medio extraordinario de
defensa que, conforme al artículo 80 de la Ley de Amparo aplicable en todo aquello que no se oponga a la reforma a los
artículos 103 y 107 de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, publicada en el Diario Oficial de la
Federación el 6 de junio de 2011, en vigor a partir del 4 de
octubre siguiente- tiene por efecto restituir al agraviado en el
goce de la garantía violada, restableciendo las cosas al estado
que guardaban antes de la violación, cuando el acto sea
positivo y, cuando sea negativo, su efecto será obligar a la
autoridad a que actúe en el sentido de respetar la garantía de
que se trate. Por tanto, para que se configure un interés de
tal naturaleza se requiere de una afectación por lo menos
indirecta -dentro de un parámetro de razonabilidad y no sólo
de mera probabilidad- en la esfera jurídica del particular,
derivada del acto reclamado, de suerte que si al adelantar la
eventual concesión de la protección constitucional en el juicio
de amparo se aprecia que se restituirá al quejoso en el goce
de algún derecho concreto, se actualiza en su favor un interés
legítimo, es decir, éste existe siempre que pueda presumirse
que la declaración jurídica pretendida habrá de colocar al
accionante en condiciones de conseguir un determinado
beneficio.
SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO DEL NOVENO CIRCUITO
Queja 87/2011. Paola Yudith Villagrán Rojas. 10 de febrero de
2012. Unanimidad de votos. Ponente: Pedro Elías Soto Lara.
Secretaria: Aracely del Rocío Hernández Castillo.
Queja 36/2012. Jesús Rafael Aguilar Fuentes y otro. 3 de
mayo de 2012. Unanimidad de votos. Ponente: Pedro Elías
Soto Lara. Secretarias: Fabiola Delgado Trejo y Aracely del
Rocío Hernández Castillo.
De la manera más atenta solicito, con base en la siguiente interpretación del
Poder Judicial de la Federación, se sirva ese H. Juzgado, a analizar la presente
demanda y documentos que se le anexan, en un sentido amplio:
DEMANDA EN EL JUICIO DE ORIGEN,
INTERPRETADA EN SU INTEGRIDAD.
DEBE
SER
No por la circunstancia de que una prestación no figure en el
capítulo de prestaciones reclamadas de la demanda, sino en el
de hechos, ello quiere decir que el juzgador deba desestimarla,
pues la demanda puede y debe ser interpretada en su integridad
con un sentido de liberalidad y no restrictivo, de ahí que basta la
sola mención y naturaleza de dicha prestación, aunque sea en el
capítulo de hechos, para que el órgano jurisdiccional decida
sobre la misma, sin que por lo anterior pueda estimarse que se
deja en estado de indefensión al demandado, pues al producir la
contestación al escrito de demanda tiene que referirse a los
hechos, confesándolos o negándolos y expresando los que
ignore por no ser propios, y con mayor razón puede, desde ese
momento, negar la procedencia de las prestaciones reclamadas,
dado el amplio conocimiento que tiene de la misma en su
integridad.
SEXTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER
CIRCUITO.
Amparo directo 6380/90. Alfredo Duclaud Reguera. 25 de abril
de 1991. Unanimidad de votos. Ponente: Víctor Hugo Díaz
Arellano. Secretario: Gonzalo Hernández Cervantes.
Amparo directo 234/91. María del Refugio García Ojeda de
Estrada y otro. 27 de mayo de 1991. Unanimidad de votos.
Ponente: Víctor Hugo Díaz Arellano. Secretario: Gonzalo
Hernández Cervantes.
Amparo directo 5236/94. Edith Taransaud Zertuche de Escarza.
21 de noviembre de 1994. Unanimidad de votos. Ponente: Ana
María Y. Ulloa de Rebollo. Secretaria: Ana María Nava Ortega.
Amparo directo 1866/95. Miguel Díaz. 26 de abril de 1995.
Unanimidad de votos. Ponente: Víctor Hugo Díaz Arellano.
Secretario: Víctor Hugo Guel de la Cruz.
Amparo directo 506/2002. María Isabel Mazo Duarte. 8 de
febrero de 2002. Unanimidad de votos. Ponente: José Juan
Bracamontes Cuevas. Secretaria: María de los Ángeles Reyes
Palacios.
DEMANDA DE AMPARO. AL PROVEER SOBRE SU
ADMISIÓN, SU ANÁLISIS DEBE COMPRENDER LOS
ANEXOS QUE SE ACOMPAÑEN A LA MISMA.
Esta Suprema Corte de Justicia de la Nación ha establecido que
la demanda de amparo debe ser interpretada en forma integral,
atendiendo a lo que en ella se pretende desde el punto de vista
material y no únicamente formal; el desarrollo de este criterio
permite considerar que el estudio integral de la demanda incluye
el de los anexos de la misma, en virtud de que éstos
generalmente contienen datos que completan el entendimiento
de la demanda, cuando es obscura o imprecisa; así, los anexos
pueden permitir al Juez esclarecer su contenido y desentrañar la
verdadera voluntad del quejoso, lo que encuentra su apoyo en
los principios que para la administración de justicia prevé el
artículo 17 de la Constitución General de la República. Por ende,
en los casos en que del análisis integral de la demanda y sus
anexos, el Juez advierta alguna irregularidad o imprecisión, debe
prevenir a la parte quejosa en términos de lo previsto en el
artículo 146 de la Ley de Amparo, para que formule la aclaración
correspondiente, ya que de omitir esa prevención, incurre en
una violación a las normas que rigen el procedimiento en el
juicio de amparo, que podría trascender al resultado de la
sentencia, por lo que con apoyo en el artículo 91, fracción IV, de
la Ley de Amparo, llevaría a ordenar la reposición del
procedimiento.
Contradicción de tesis 190/2005-SS. Entre las sustentadas por
el Primer Tribunal Colegiado en Materias Penal y Administrativa
del Vigésimo Primer Circuito y el Tercer Tribunal Colegiado en
Materia Administrativa del Primer Circuito. 30 de noviembre de
2005. Unanimidad de cuatro votos. Ausente: Guillermo I. Ortiz
Mayagoitia. Ponente: Sergio Salvador Aguirre Anguiano.
Secretaria: Guadalupe de la Paz Varela Domínguez.
Tesis de jurisprudencia 183/2005. Aprobada por la Segunda Sala
de este Alto Tribunal, en sesión privada del siete de diciembre
de dos mil cinco.
En estricto apego al contenido del artículo 17 de la Constitución, pedimos una
impartición completa de la justicia. Sirve de apoyo la siguiente interpretación
del Poder Judicial de la Federación.
GARANTÍA A LA IMPARTICIÓN DE JUSTICIA COMPLETA
TUTELADA EN EL ARTÍCULO 17 DE LA CONSTITUCIÓN
POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS. SUS
ALCANCES.
El derecho fundamental contenido en el referido precepto
constitucional implica, entre otras cosas, el deber de los
tribunales de administrar justicia de manera completa, en
atención a los cuestionamientos planteados en los asuntos
sometidos a su consideración, analizando y pronunciándose
respecto de cada punto litigioso, sin que ello signifique que
tengan que seguir el orden expuesto por las partes o que
deban contestar argumentos repetitivos, pues los órganos
encargados de dirimir las controversias están en aptitud de
precisar las cuestiones a resolver, lo que puede o no coincidir
con la forma o numeración adoptada en los respectivos
planteamientos, y aunque no pueden alterar los hechos ni los
puntos debatidos, sí pueden e incluso deben definirlos, como
cuando la redacción de los escritos de las partes es oscura,
deficiente, equívoca o repetitiva. Esto es, los principios de
exhaustividad y congruencia de los fallos judiciales no pueden
llegar al extremo de obligar al juzgador a responder todas las
proposiciones, una por una, aun cuando fueran repetitivas, ya
que ello iría en demérito de otras subgarantías tuteladas por el
referido precepto constitucional -como las de prontitud y
expeditez- y del estudio y reflexión de otros asuntos donde los
planteamientos exigen la máxima atención y acuciosidad
judicial, pues la garantía a la impartición de justicia completa
se refiere únicamente a que los aspectos debatidos se
resuelvan en su integridad, de manera que sólo deben
examinarse y solucionarse las cuestiones controvertidas que
sean necesarias para emitir la decisión correspondiente.
Amparo directo en revisión 1681/2006. Arfer de la Laguna,
S.A. de C.V. 21 de febrero de 2007. Cinco votos. Ponente: Olga
Sánchez Cordero de García Villegas. Secretaria: Constanza Tort
San Román.
SUSPENSIÓN
SEGUNDO.- Admitirse la demanda y concedernos la suspensión provisional
inmediata y oportunamente la definitiva de los actos reclamados ordenando se
mantengan las cosas en el estado que guardan hasta que se resuelva lo
procedente en la interlocutoria respectiva, suplicándoles se nos expida copia
certificada del auto en que la suspensión provisional se nos conceda,
autorizando para recibir dicha documental a los nombrados en el proemio de
este escrito.
SUSPENSIÓN PROVISIONAL
EN EL
AMPARO. PARA
DETERMINAR
SI
PROCEDE
CONCEDERLA
DEBEN
PONDERARSE TANTO LA DIFÍCIL REPARACIÓN QUE
PUDIERA CAUSARSE AL INTERÉS JURÍDICO DEL QUEJOSO
CON LA EJECUCIÓN DEL ACTO RECLAMADO, COMO LOS
EFECTOS EN SU INTERÉS LEGÍTIMO EN CASO DE NEGARSE
LA MEDIDA.
Para determinar si procede conceder la suspensión provisional en
el juicio de garantías debe analizarse si se cumplen los requisitos
previstos en el artículo 124 de la Ley de Amparo, entre ellos, que
sean de difícil reparación los daños y perjuicios que se causen al
agraviado con la ejecución del acto (fracción III). Así, en esa
hipótesis, deben ponderarse tanto la difícil reparación que pudiera
causarse al interés jurídico del quejoso con la ejecución del acto
reclamado, como los efectos en su interés legítimo en caso de
negarse la suspensión, ya que con éstos pudiera causarse un daño
de difícil reparación; esto, si se atiende a que las circunstancias
fácticas o jurídicas del acto en pugna pudieran variar con el
tiempo, o a que incluso, la materia de la litis pudiera desaparecer.
TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA ADMINISTRATIVA
DEL CUARTO CIRCUITO
Queja 24/2012. 5 de marzo de 2012. Mayoría de votos. Disidente:
Jesús R. Sandoval Pinzón. Ponente: Jorge Meza Pérez. Secretaria:
María Inocencia González Díaz.
SUSPENSION CONTRA UNA LEY.
Es procedente la que se pide contra una ley cuyos preceptos, al
promulgarse,
adquieren
el
carácter
de
inmediatamente
obligatorios, que se ejecutarán sin ningún trámite y serán el punto
de partida para que se consumen, posteriormente, otras
violaciones de garantías.
Qunta Época:
Tomo
Tomo
Tomo
Tomo
Tomo
II,
II,
II,
II,
II,
página
página
página
página
página
1192.1192.1192.1192.1192.-
Hijos de Ángel Díaz Rubín.
Valentín Alonso y Cía.
Gavito Vd. de Amaviscar Encarn.
Duarte, Enrique.
Julio Ferrer, S. En C.”
SUSPENSION. PARA RESOLVER SOBRE ELLA ES FACTIBLE,
SIN DEJAR DE OBSERVAR LOS REQUISITOS CONTENIDOS
EN EL ARTICULO 124 DE LA LEY DE AMPARO, HACER UNA
APRECIACION
DE
CARACTER
PROVISIONAL
DE
LA
INCONSTITUCIONALIDAD DEL ACTO RECLAMADO.
La suspensión de los actos reclamados participa de la naturaleza
de una medida cautelar, cuyos presupuestos son la apariencia del
buen derecho y el peligro en la demora. El primero de ellos se basa
en un conocimiento superficial dirigido a lograr una decisión de
mera probabilidad respecto de la existencia del derecho discutido
en el proceso. Dicho requisito aplicado a la suspensión de los actos
reclamados, implica que, para la concesión de la medida, sin dejar
de observar los requisitos contenidos en el artículo 124 de la Ley
de Amparo, basta la comprobación de la apariencia del derecho
invocado por el quejoso, de modo tal que, según un cálculo de
probabilidades, sea posible anticipar que en la sentencia de
amparo se declarará la inconstitucionalidad del acto reclamado.
Ese examen encuentra además fundamento en el artículo 107,
fracción X, constitucional, en cuanto establece que para el
otorgamiento de la medida suspensional deberá tomarse en
cuenta, entre otros factores, la naturaleza de la violación alegada,
lo que implica que debe atenderse al derecho que se dice violado.
Esto es, el examen de la naturaleza de la violación alegada no sólo
comprende el concepto de violación aducido por el quejoso sino
que implica también el hecho o acto que entraña la violación,
considerando sus características y su trascendencia. En todo caso
dicho análisis debe realizarse, sin prejuzgar sobre la certeza del
derecho, es decir, sobre la constitucionalidad o inconstitucionalidad
de los actos reclamados, ya que esto sólo puede determinarse en
la sentencia de amparo con base en un procedimiento más amplio
y con mayor información, teniendo en cuenta siempre que la
determinación tomada en relación con la suspensión no debe influir
en la sentencia de fondo, toda vez que aquélla sólo tiene el
carácter de provisional y se funda en meras hipótesis, y no en la
certeza de la existencia de las pretensiones, en el entendido de
que deberá sopesarse con los otros elementos requeridos para la
suspensión, porque si el perjuicio al interés social o al orden
público es mayor a los daños y perjuicios de difícil reparación que
pueda sufrir el quejoso, deberá negarse la suspensión solicitada,
ya que la preservación del orden público o del interés de la
sociedad están por encima del interés particular afectado. Con este
proceder, se evita el exceso en el examen que realice el juzgador,
el cual siempre quedará sujeto a las reglas que rigen en materia de
suspensión.
Contradicción de tesis 3/95. Entre las sustentadas por los
Tribunales Colegiados Tercero en Materia Administrativa del Primer
Circuito y Segundo del Sexto Circuito. 14 de marzo de 1996.
Unanimidad de nueve votos. Ausentes: Juventino V. Castro y
Castro y Humberto Román Palacios por estar desempeñando un
encargo extraordinario. Ponente: Olga María del Carmen Sánchez
Cordero de García Villegas. Secretario: Marco Antonio Rodríguez
Barajas.
El Tribunal Pleno, en su sesión privada celebrada el ocho de abril
en curso, aprobó, con el número 15/1996, la tesis de
jurisprudencia que antecede. México, Distrito Federal, a ocho de
abril de mil novecientos noventa y seis.”
SUSPENSION. PROCEDENCIA EN LOS CASOS DE CLAUSURA
EJECUTADA POR TIEMPO INDEFINIDO.
El artículo 107, fracción X de la Constitución General de la
República, establece como uno de los requisitos para la
procedencia de la suspensión del acto reclamado en el amparo, el
de tomar en cuenta la naturaleza de la violación alegada; esto es,
el juzgador deberá realizar un juicio de probabilidad y verosimilitud
del derecho del solicitante, que podrá cambiar al dictar la sentencia
definitiva, pues el hecho de que anticipe la probable solución de
fondo del juicio principal, es un adelanto provisional, sólo para
efectos de la suspensión. Tal anticipación es posible porque la
suspensión se asemeja, en el género próximo, a las medidas
cautelares, aunque es evidente que está caracterizada por
diferencias que la perfilan de manera singular y concreta. Sin
embargo, le son aplicables las reglas de tales medidas, en lo que
no se opongan a su específica naturaleza. En este aspecto cabe
señalar que son dos los extremos que hay que llenar para obtener
la medida cautelar: 1) Apariencia de buen derecho y 2) Peligro en
la demora. La apariencia de la existencia del derecho apunta a una
credibilidad objetiva y seria que descarte una pretensión
manifiestamente infundada, temeraria o cuestionable, lo que se
logra a través de un conocimiento superficial, dirigido a lograr una
decisión de mera probabilidad respecto de la existencia del derecho
discutido en el proceso; el peligro en la demora consiste en la
posible frustración de los derechos del pretendiente de la medida,
que puede darse como consecuencia de la tardanza en el dictado
de la resolución de fondo. En síntesis, la medida cautelar exige un
preventivo cálculo de probabilidad sobre el peligro en la dilación,
que no puede separarse de otro preventivo cálculo de probabilidad,
que se hace sobre la existencia del derecho cuya tutela se solicita a
los tribunales. Consecuentemente, si toda medida cautelar
descansa en los principios de verosimilitud o apariencia del derecho
y el peligro en la demora, el Juez de Distrito puede analizar esos
elementos en presencia de una clausura ejecutada por tiempo
indefinido, y si la provisión cautelar, como mera suspensión, es
ineficaz, debe dictar medidas que implican no una restitución, sino
un adelanto provisional del derecho cuestionado, para resolver
posteriormente, en forma definitiva, si el acto reclamado es o no
inconstitucional; así, el efecto de la suspensión será interrumpir el
estado de clausura mientras se resuelve el fondo del asunto, sin
perjuicio de que si se niega el amparo, porque la "apariencia del
buen derecho" sea equivocada, la autoridad pueda reanudar la
clausura hasta su total cumplimiento. Lo expuesto anteriormente
se sustenta en la fracción X del dispositivo constitucional citado,
que establece que para conceder la suspensión deberá tomarse en
cuenta la naturaleza de la violación alegada, lo que supone la
necesidad de realizar un juicio de probabilidad y verosimilitud del
derecho esgrimido, con miras a otorgar la medida cautelar para
evitar daños y perjuicios de difícil reparación al quejoso y
conservar viva la materia del juicio, si con ello no se lesionan el
interés social y el orden público, lo cual podrá resolver la
sensibilidad del Juez de Distrito, ante la realidad del acto
reclamado, pues si el perjuicio al interés social o al orden público
es mayor a los daños y perjuicios de difícil reparación que pueda
sufrir el quejoso, deberá negar la suspensión solicitada, ya que la
preservación del orden público y el interés de la sociedad están por
encima del interés particular afectado.
Contradicción de tesis 12/90. Entre las sustentadas por los
Tribunales Colegiados Segundo y Tercero en Materia Administrativa
del Primer Circuito. 14 de marzo de 1996. Unanimidad de nueve
votos. Ausentes: Juventino V. Castro y Castro y Humberto Román
Palacios por estar desempeñando un encargo extraordinario.
Ponente: Guillermo I. Ortiz Mayagoitia. Secretaria: Angelina
Hernández Hernández.
El Tribunal Pleno, en su sesión privada celebrada el ocho de abril
en curso, aprobó, con el número 16/1996, la tesis de
jurisprudencia que antecede. México, Distrito Federal, a ocho de
abril de mil novecientos noventa y seis.”
LEYES, SUSPENSION EN AMPARO CONTRA LAS.
Cuando el amparo se solicita contra la aplicación de una ley que se
estima inconstitucional, no puede invocarse, para negar la
suspensión, el hecho de que la sociedad y el estado estén
interesados en la aplicación de dicha ley, pues esto equivaldría a
prejuzgar de ella, ya que es el amparo en cuanto al fondo el que
debe resolver sobre la constitucionalidad o inconstitucionalidad de
dicha ley; en consecuencia, en estos casos es procedente conceder
la suspensión.
Franco Ildefonso Y Coags. Pag. 1745. Tomo XCVIII. 29 De
Noviembre De 1948. Cinco Votos.”
LEYES, SUSPENSION CONTRA LAS.
Si bien las leyes, en general, tienden a mantener la coexistencia de
los derechos de los particulares en sus relaciones con el Poder
Público, no es posible concluir que la suspensión contra la leyes
sea improcedente, puesto que no todas afectan directamente al
orden público, único caso en que no se satisface la exigencia del
artículo 124, fracción II, de la Ley de Amparo.
TOMO XCIII, Pág. 794.- Cámara Nacional de Comercio de Tierra
Blanca Ver.- 21 de julio de 1947.- Cinco votos.”
Novena Epoca Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito Fuente:
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta Tomo: XII, Julio
de 2000 Tesis: V.2o.54 A Página: 829 Materia: Administrativa
Tesis aislada.
SUSPENSION CONTRA UNA LEY.
Conforme a la jurisprudencia de la Corte, la suspensión contra una
ley es procedente, cuando al promulgarse, los preceptos de ella
adquieran el carácter de inmediatamente obligatorios, o sea, que
se ejecutarán sin ningún trámite y serán el punto de partida para
que se consumen posteriormente otras violaciones de garantías.
SUSPENSIÓN DEL ACTO RECLAMADO. LEY MINERA.
PROCEDE OTORGARLA, AUN CUANDO SUS DISPOSICIONES
SEAN DE ORDEN PÚBLICO, SI SE JUSTIFICA LA NO
AFECTACIÓN A LOS BIENES DE LA COLECTIVIDAD.
Dada la elevada función que cumplen las normas jurídicas, éstas
no pueden ser paralizadas en su observancia, anteponiendo el
interés particular del quejoso al de la sociedad; sin embargo, tal
criterio no puede ser determinante en forma absoluta para decidir
sobre la no concesión de la suspensión en los juicios de garantías,
toda vez que las leyes, en mayor o menor medida, responden a
ese interés público. En ese contexto, aun cuando las disposiciones
de la Ley Minera sean de orden público, procede conceder la
suspensión del acto reclamado, cuando el juzgador advierte, a
través de los medios de prueba que autoriza la ley, que con su
otorgamiento no se sigue perjuicio al interés social, ni se
contravienen disposiciones de orden público, porque el criterio que
informa el concepto de orden público para conceder la medida,
debe basarse en la no afectación de los bienes de la colectividad
tutelados por las leyes y no en que éstas revistan tal carácter.
SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO DEL QUINTO CIRCUITO.
Incidente de suspensión (revisión) 41/2000. Fernando Carranza
Munguía y suc. 8 de mayo de 2000. Unanimidad de votos.
Ponente: Daniel Cabello González. Secretaria: María Guadalupe
Romero Esquer.”
TERCERO.- Previos los trámites, concedernos el amparo y la protección de la
Justicia Federal para los efectos del artículo 80 de la Ley de Amparo y por así
corresponder en Derecho.
SUPLENCIA EN LA DEFICIENCIA DE LA QUEJA
Con apoyo en lo dispuesto por el artículo 76 bis de la Ley de Amparo, los
impetrantes solicitamos la suplencia de la deficiencia de la queja formulada en
el presente juicio de garantías; en virtud de tratarse de trabajadores, en razón
de que la materia del amparo es de carácter laboral y se trata de una demanda
contra actos afectados de inconstitucionalidad.
Sirve de apoyo la siguiente interpretación del Poder Judicial de la Federación,
misma que a la letra señala:
SUPLENCIA DE LA QUEJA EN MATERIA LABORAL A FAVOR
DEL TRABAJADOR. OPERA AUN ANTE LA AUSENCIA TOTAL
DE CONCEPTOS DE VIOLACION O AGRAVIOS.
La Jurisprudencia 47/94 de la entonces Cuarta Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, que lleva por rubro:
"SUPLENCIA DE LA QUEJA EN MATERIA LABORAL TRATANDOSE
DEL TRABAJADOR. CASO EN QUE NO OPERA", establece que para
la operancia de la suplencia de la queja en materia laboral a favor
del trabajador es necesario que se expresen conceptos de
violación o agravios deficientes en relación con el tema del asunto
a tratar, criterio que responde a una interpretación rigurosamente
literal del artículo 76 bis de la Ley de Amparo para negar al
amparo promovido por el trabajador el mismo tratamiento que la
norma establece para el amparo penal, a través de comparar
palabra a palabra la redacción de las fracciones II y IV de dicho
numeral, cuando que la evolución legislativa y jurisprudencial de
la suplencia de la queja en el juicio de garantías lleva a concluir
que la diversa redacción de una y otra fracciones obedeció
sencillamente a una cuestión de técnica jurídica para recoger y
convertir en texto positivo la jurisprudencia reiterada tratándose
del reo, lo que no se hizo en otras materias quizá por no existir
una jurisprudencia tan clara y reiterada como aquélla, pero de
ello no se sigue que la intención del legislador haya sido la de
establecer principios diferentes para uno y otro caso. Por ello, se
estima que debe interrumpirse la jurisprudencia de referencia
para determinar que la suplencia de la queja a favor del
trabajador en la materia laboral opera aun ante la ausencia total
de conceptos de violación o agravios, criterio que abandona las
formalidades y tecnicismos contrarios a la administración de
justicia para garantizar a los trabajadores el acceso real y efectivo
a la Justicia Federal, considerando no sólo los valores cuya
integridad y prevalencia pueden estar en juego en los juicios en
que participan, que no son menos importantes que la vida y la
libertad, pues conciernen a la subsistencia de los obreros y a los
recursos que les hacen posible conservar la vida y vivir en
libertad, sino también su posición debilitada y manifiestamente
inferior a la que gozan los patrones.
Contradicción de tesis 51/94. Entre el Segundo Tribunal Colegiado
en Materia de Trabajo del Primer Circuito y el Segundo Tribunal
Colegiado del Cuarto Circuito. 2 de agosto de 1995. Cinco votos.
Ponente: Mariano Azuela Güitrón. Secretaria: Ma. Estela Ferrer
Mac Gregor Poisot.
Tesis de Jurisprudencia 39/95. Aprobada por la Segunda Sala de
este alto Tribunal, en sesión pública de dos de agosto de mil
novecientos noventa y cinco, por cinco votos de los Ministros:
Presidente: Juan Díaz Romero, Sergio Salvador Aguirre Anguiano,
Mariano Azuela Güitrón, Genaro David Góngora Pimentel y
Guillermo I. Ortiz Mayagoitia.”
Justas y legales nuestras solicitudes, esperamos proveído de conformidad.
PROTESTAMOS LO NECESARIO
México, Distrito Federal, a 14 de diciembre de 2012
Nombre
Firma
______________________________ _
_________________
______________________________ _
_________________
______________________________ _
_________________
______________________________ _
_________________
_____________________________ _
_________________
______________________________ _
_________________
______________________________ _
_________________
______________________________ _
_________________
______________________________ _
_________________
______________________________ _
_________________
_____________________________ _
_________________
______________________________ _
_________________
______________________________ _
_________________
Descargar