Entiendo el ejercicio de la política como una constante actividad de pensamiento y obra encaminada a develar caminos de desarrollo, cohesión social y de relación con el poder. Así, mi experiencia política se define por mi labor desde el sector privado, como abogado, cómo ciudadano particular, como colombiano preocupado por el presente y futuro de un país convulsionado, de cuyas gentes me enorgullezco siempre que en las mañanas, a pesar de todo, se despiertan y trabajan sin tregua, sonriendo, empujando la tierra, innovando, estudiando y creando nuevas vías al porvenir. Me he desempeñado como Director Ejecutivo de la Fundación para el Desarrollo de Cartagena de Indias – FUNDECAR- , desde donde impulse diversos programas sociales, buscando la integración de la iniciativa privada con las herramientas estatales para el desarrollo de proyectos que contribuyeran a la transformación de la ciudad. En este empeño con la colaboración de distintas entidades convocadas por FUNDECAR se iniciaron importantes dinámicas de colaboración entre la academia, el empresariado, las ONG’s con sede en la ciudad y la administración distrital de Cartagena. Igualmente, se fortaleció el debate sobre las políticas públicas, a través de conferencias con los mas importantes líderes nacionales y locales, que se sentaban en la misma mesa con la ciudadanía para exponer sus proyectos y defender sus políticas. Actualmente, cómo miembro del Conservador y de la Fabrica de Desarrollo (una agrupación de jóvenes profesionales conservadores) estoy a cargo del programa de liderazgo emprendedor, el cual tiene como objetivo fundamental activar la capacidad transformadora de los directores locales del Partido Conservador, para que concientes de su misión histórica asuman las riendas de su comunidad, convirtiéndose en verdaderos agentes de transformación, desde la legitimidad de las herramientas que brinda la democracia colombiana. Estoy convencido de que con este programa colaboramos definitivamente en la construcción de la paz de nuestro país, toda vez que se labran caminos de desarrollo desde la democracia y responsabilizando al individuo de sus realidades, bajo la certeza que una vez asumido su rol como motor de progreso intervendrán en la vida política para construir y no para nutrirse de las malas prácticas políticas. Estoy seguro que una de las consecuencias de este programa será un mayor control político y social de la administración que resultará en una administración mas eficiente; que del emprendimiento personal se seguirá una nueva dinámica de desarrollo que jalonará el progreso comunitario. Alejandro Salas Pretelt