CÁNCER: El signo es representado por un cangrejo. El símbolo nos hace asemejarlo a los senos de la mujer; simbolizando el deseo de amamantar y proteger. Sugiere también, que las pinzas o tenazas del cangrejo dan la idea de introspección y una tendencia a aferrarse. Así como el cangrejo tiene un duro caparazón por fuera, en su interior es muy blando y sensible. Es el mito del ser humano que abandona su naturaleza inferior para iniciar la búsqueda de su ser espiritual. Los Caldeos lo asociaron con todo lo que significaba "renovación y cambio". Los hebreos lo identificaban con Benjamín "que cambia de la noche a la mañana". En Grecia, se tejió la leyenda del cangrejo que envió Hera para que defendiera a la hidra de Lerna y que hirió en un pie a Hércules, que pretendía dar muerte al mounstro y quien acabó también con el crustáceo. Hera apenada le dio un lugar entre las estrellas, que no destaca por su magnitud. El mito canceriano está representado por el cuarto trabajo de Hércules que consistía en capturar una cierva por la que disputaban el hada Artemisa y Diana, la cazadora de los cielos. Con el fin de llevarla al santuario sagrado de Micenas. CÁNCER Para los egipcios el cangrejo era un escarabajo pelotero y era símbolo de la inmortalidad y autocreación, llamado Khepri –el que sale de la tierra- equiparado con el dios Aton, una forma del dios solar. Representa la primera manifestación de la vida, la entrada del espíritu en un cuerpo físico. Su daimon es buscar la fuente divina, el origen del hombre, que aparece tanto en el nacimiento antes de la separación física y del nacimeinto como al final de la vida. Cáncer presenta dos facetas relevantes: la Madre Terrible que quiere mantener el control de la naciente individualidad y el Padre Divino, fuente de vida, hacia el que aspira el individuo. El clásico complejo materno de cáncer no tiene que ver con la madre personal, si no que es el primer paso hacia una búsqueda gradual de una fuente interna, aunque en distintas etapas de su vida cáncer buque este origen en la madre personal, masculina o femenina, que cuide de él y elimine su miedo, su soledad y su sensación de aislamiento. Se mueve en el dominio de las imágenes informes que el artista da a luz, por lo que se le asocia con el poeta, el artista y el músico. Cáncer, como el agua, cambia fluidamente de una forma a otra y así vive en un mundo en el que nada es igual que cinco minutos antes. Cuando hay hijos, dirige hacia ellos su creatividad, cuando no los hay, dirige su actitud hacia su propia creatividad, no permitiendo que salga de él nada que le desagrade, nada que no sea divino. La lucha por liberarse pone en peligro la propia vida y quizás suponga la muerte en algunos niveles para alcanzar la libertad en otros. El esfuerzo es frecuentemente el acto que libera el potencial de la imaginación creativa, aunque hay algunos que prefieran el confort de la dependencia de la Madre sacrificando de este modo el potencial que podrían haber alcanzado. En ocasiones una profunda pérdida emocional es lo que lleva a Cáncer a llevar a cabo una confrontación abierta con la vida. El lado oscuro es el vínculo abrumador con la madre, que ahoga el potencial individual; el lado luminoso es la capacidad para dar luz a las imágenes del inconsciente. En la mitología griega el reino del océano, origen de la vida, pertenece a la diosa Tetis, una benéfica dadora de vida y también un monstruo. Su predecesora en la mitología babilónica es el monstruo marino Tiamar, que murió a manos del dios del fuego Marduk y de cuyo cuerpo desmembrado se originó toda la creación. Tetis no es sólo dios, sino también las aguas conteniendo en sus profundidades a los principio masculino y femenino. Poseidón quería cortejar a Tetis pero le profetizaron que un hijo de Tetis sería más grande que su padre, por lo que la decisión del Olimpo fue que Tetis se casara con un hombre llamado Peleo, de cuya unión nació el héroe Aquiles, que lleva en sí todas las marcas de cáncer. Tetis dio a luz a siete hijos pero su naturaleza no le permitía soportar la idea de que eran mortales por lo que quemó la carne mortal de seis de ellos. Peleo consiguió rescatar a Aquiles, sujetándole de los talones que permanecieron mortales. Las Parcas le habían profetizado que o moriría joven y alcanzaría la gloria o que viviría mucho tiempo una vida oscura. Su madre prefería la última, pero Aquiles optó por la primera. Tetis tomó parte activa tratando de impedir que Aquiles fuera reclutado para ir a Troya, quiso protegerlo disfrazándolo de mujer, Ulises lo descubrió y lo mandó a la guerra. Durante la lucha Aquiles se ve visitado varias veces por la diosa, la cual le llevaba ropas, nuevas corazas, etc. Sólo la muerte de su amigo Patroclo motivó a Aquiles a luchar.