UNIDAD 4 PLATÓN

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HISTORIA DE LA FILOSOFIA
UNIDAD 4 PLATÓN
UNIDAD 4
PLATÓN (427 – 347)
OBJETIVOS
1. Comprender el pensamiento platónico en relación con la perspectiva integral y
crítica que caracteriza, desde sus inicios, el pensamiento filosófico.
2. Conocer las ideas fundamentales de Platón acerca del conocimiento, el ser humano
y el orden moral y político.
3. Interpretar y articular comprensivamente las ideas fundamentales de Platón
mediante la lectura y análisis de textos de su obra “La República”.
ÍNDICE
1. CONTEXTO HISTÓTICO-CULTURAL Y FILOSÓFICO.
2. LA CONCEPCIÓN DE LA REALIDAD Y EL PROBLEMA DEL CONOCIMIENTO.
2.1. El papel de la Teoría de las Ideas en la filosofía de Platón.
3. LAS RELACIONES ENTRE ÉTICA Y POLÍTICA.
ANEXOS.
1. Lectura obligatoria.
2. Vocabulario.
3. Actualidad del pensamiento platónico.
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HISTORIA DE LA FILOSOFIA
UNIDAD 4 PLATÓN
1. CONTEXTO HISTÓRICO-CULTURAL Y FILOSÓFICO.
Platón (Aristocles) nació en Atenas en el año 427 a.C. murió en el 347. De
procedencia aristocrática, su padre (Aristón) era descendiente de reyes y su madre
(Perictiona) de la familia de Solón.
Del contexto histórico - cultural podemos destacar que Atenas, después de
las guerras médicas entre griegos persas, vivió una época de hegemonía y esplendor
económico, político y cultural, sobre todo con Pericles (461– 429 a.C). Un aspecto
relevante es el desarrollo de la democracia desde las reformas de Solón y Clístenes
que con Pericles alcanza su apogeo. Los ciudadanos intervienen en los asuntos
públicos, tomar decisiones y ocupar cargos, lo que lleva a nuevas necesidades
culturales que faciliten esa participación política.
Se produce la guerra del Peloponeso (431 – 404 a.C.) que enfrenta a Atenas
con Esparta, siendo también un conflicto entre dos formas de concebir la ciudad, la
democracia y la Oligarquía, abriendo un periodo de inestabilidad política. La derrota de
Atenas lleva a que los aristócratas atenienses, apoyados por Esparta, instauran la
Tiranía de los Treinta, rechazada por Platón por sus métodos sectarios y violentos. La
tiranía acaba con los derechos democráticos y desemboca en una guerra civil que
llevaría a la restauración de la democracia en el 403 a.C. (Trasíbulo). En el 399 a.C.
un jurado popular condena a muerte a Sócrates, lo que lleva a Platón a rechazar la
democracia. Todo esto iba a marcar la vida y obra de Platón, pues una de sus
principales motivaciones fue la reflexión sobre cómo conseguir un estado donde haya
verdadera justicia, dando prioridad a la educación de los gobernantes como camino
hacia la justicia.
Durante la primera mitad del siglo IV a.C. continua la inestabilidad política,
sigue el enfrentamiento entre los tres estados más poderosos, Esparta, Atenas y
Tebas, hasta que en el año 338 Filipo II de Macedonia unifica las polis griegas dentro
de su reino.
El contexto cultural viene representado por el esplendor del clasicismo
griego, con tres fenómenos decisivos. Primero, el apogeo de la literatura dramática
ateniense, con Sófocles y Eurípides, que representan un modo de llevar a la escena
las grandes inquietudes personales y políticas del hombre y la mujer griegos,
afectados internamente por la crisis de la sociedad. Segundo, el florecimineto
espectacular de la plástica griega y de su arquitectura cívico-religiosa, como expresión
del sentimiento colectivo de pertenencia a la comunidad. Tercero, la culminación del
resto de géneros literarios, en especial la retórica, con Lisias, que fustiga al régimen de
los Treinta Tiranos; la comedia ática, con Aristófanes, que es el encargado de
cuestionar, en clave humorística, las instituciones familiares y ciudadanas, y, por
último, el género histórica, con Herodoto y Tucídides, que fundan el saber histórico
como seña de identidad colectiva del pueblo.
Realizó viajes por Megara, Tarento y Siracusa (Sicilia), entrando en contacto
con distintas escuelas filosóficas, e incluso, intentó influir en las ideas políticas de
Dionisio I y Dionisio II, reyes de Siracusa, experiencias de las que salió con dificultad
al encontrarse otra vez con políticos que no buscan el bien de los ciudadanos sino el
mantenimiento del poder. Platón fundó en Atenas, en el año 387 a.C., la Academia,
una escuela para formar a los futuros sabios-gobernantes. A ella llegó Aristóteles en el
año 367 a.C.
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En el contexto filosófico hay que decir que a partir del siglo V a.C se produce
el llamado giro antropológico de la filosofía, ahora la preocupación principal estaría en
torno a las cuestiones sociales, morales y políticas. La razón principal de este cambio
está en el desarrollo de la democracia en Atenas, lo que requería una educación
distinta pues lo importante ahora es la preparación para la vida pública, que exige un
conocimiento variado en el ejercicio de la palabra, el análisis y la crítica. Platón
participa en este proceso estableciendo una polémica con la filosofía sofista que había
extendido el escepticismo, el relativismo y unas enseñanzas que se basaban en el
dominio del lenguaje y la retórica como medio de persuasión en el Consejo, Asamblea
o Tribunales. Sócrates niega radicalmente esas doctrinas y sostiene que la verdad
existe y la razón humana puede alcanzarla, las normas morales, las leyes...etc. no son
meras convenciones, existe una verdad universal y absoluta. Esta es la postura de
Platón que intentó en sus diálogos definir rigurosamente los conceptos morales y
políticos.
La polémica filosófica de la época afecta distintos asuntos:
1. El problema del ser y el devenir, se intenta superar la contraposición entre
las teorías de Parménides y Heráclito mediante la teoría de las ideas.
2. El problema del conocimiento, donde Platón rechaza el relativismo y
escepticismo de los sofistas, defendiendo que es posible un conocimiento
verdadero de la realidad, el conocimiento inteligible, de las ideas únicas y
universales. Platón reinterpreta la distinción de Parménides entre vía de la
verdad y vía de la opinión como conocimiento inteligible y conocimiento
sensible, aunque comparte con Protágoras el relativismo del conocimiento
sensible (mundo físico).
3. El problema de la moral y la justicia en la polis, es decir, la búsqueda de un
sistema político capaz de llevar la justicia a la Polis. Platón rechaza el sistema
democrático defendido por los sofistas y desarrolla sus teorías políticas
expuestas en la República donde defiende el gobierno de los sabios como
garantía de justicia.
También encontramos en este contexto de diferentes autores: de los Pitagóricos en su
concepción del alma como inmortal y su relación con el cuerpo, así como la
importancia de las matemáticas y del conocimiento abstracto y racional; de
Anaxágoras recibe la idea de una inteligencia creadora – ordenadora del Cosmos, el
Nous, como precedente del Demiurgo o Artífice del mundo para explicar la aparición
del mundo físico; de los Atomistas la idea de la existencia de una materia eterna con
movimiento “caótico”; de Zenón el método dialéctico como forma de avanzar en el
conocimiento mediante la contraposición de ideas. Pero, sin duda, de quien más
influencia recibe Platón es de Sócrates, su método de diálogo o dialéctica socrática en
la educación; el conceptualismo o búsqueda de definiciones esenciales (ideas –
formas únicas, eternas e inmutables como esencia de las cosas, a las que Platón da
una realidad trascendente), el intelectualismo moral que Platón acepta y además
aplica a la política (gobierno de los sabios), conocimiento por descubrimiento interior
(innatismo), etc.
El núcleo principal de su obra es la Teoría de las Ideas, desde la que va
construir un dualismo que estará presente en toda su filosofía, un sistema muy
completo que intenta explicar la realidad (Ontología), cómo podemos conocer esa
realidad (Epistemología), cómo se ha originado la realidad física (Cosmología), qué es
el ser humano (Antropología), cómo debe vivir (Ética), cómo debe organizar la polis
(Política), qué debe enseñarse (Educación).
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Las principales obras de Platón:
- Juventud (393 – 388): “Apología de Sócrates”, “Protágoras”, “Critón”.
- Madurez (388 – 369): “Gorgias”, “Crátilo”, “Menón”, “Banquete”, “Fedro”, “República”.
- Vejez: “Teeteto”, “Timeo”, “Las Leyes”, “Parménides”, “Critias”.
Sus obras están escritas en forma de diálogo en el que los personajes
principales son Sócrates y algunos sofistas, y donde se polemiza sobre diversas
cuestiones, y mediante la mayéutica y la dialéctica se descubre la verdad. Platón
utiliza el mito y la metáfora en su obra como una manera de complementar la
explicación racional.
La influencia de Platón en la cultura occidental es incalculable: Aristóteles, el
pensamiento cristiano (dualismo, mayor importancia al mundo inteligible –metafísicaque al mundo físico -ciencias físicas-; utopías renacentistas de Moro y Campanella, y
finalmente, su gnoseología ejerce influencia en todos los sistemas idealistas –
racionalistas de la edad moderna.
A-1. ¿Qué significa la expresión “amor platónico”?
A-2. Describe el contexto histórico - cultural y filosófico de Platón. Realiza un esquema.
2. La concepción de la REALIDAD y el problema del
CONOCIMIENTO. (República)
Platón considera que la filosofía anterior ha fracasado al explicar el mundo
físico mediante los sentidos. Va a buscar un equilibrio entre la filosofía de Parménides
(el Ser es uno, inmutable y eterno) y Heráclito (todo está en cambio permanente)
pensando que la ciencia, la ética y la política requieren de la existencia de algo
verdadero y distinto de las cosas, algo que no esté permanentemente cambiando.
Sócrates le había enseñado que las cosas concretas sometidas a variación tienen una
esencia universal, invariable y común a todos los entes de la misma especie, la cual
expresa su auténtica realidad y su verdadero ser (Ideas – Formas), aunque para
Platón esas Ideas o esencias no son inmanentes a las cosas como en Sócrates, sino
que adquieren una realidad trascendente, al margen de las cosas, en el mundo
inteligible.
Así es como Platón desarrolla la teoría de las ideas, base de su filosofía,
y según la cual, este mundo material que conocemos y en el que vivimos no es
verdaderamente real, no constituye la realidad verdadera porque cambia y se
transforma y todo lo que cambia y se transforma no puede tener realidad plena, ni
valor pleno. Todos los valores y realidades de este mundo, cambiantes y sujetos a
destrucción, expuestos siempre a dejar de ser, no son más que apariencias y copias
de las formas-ideas (esencias). Para que exista cualquier objeto físico, hay una causa
suprema y última que no es de carácter físico, sino de carácter metafísico.
Desde un punto de vista ontológico, la teoría de la ideas lleva a Platón a
concebir la realidad desde un dualismo que distingue dos mundos:
a) MUNDO SENSIBLE: realidad captada por los sentidos (Apariencia): cosas
múltiples,
perecederas, cambiantes y materiales. A él pertencen los objetos físicos y las
imágenes de esos objetos físicos (sombras y reflejos)
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b) MUNDO INTELIGIBLE: realidad captada por la razón (Verdadera Realidad).
El mundo de lo pensable, las ideas, que son únicas, perfectas, universales,
eternas, inmutables e inmateriales.
¿Qué es la realidad?
Metafísica (Dualismo metafísico)
Mundo Sensible
Mundo Inteligible
¿Qué elementos la componen?
¿Qué características tienen éstos?
Ontología (Dualismo ontológico)
Cosas
Imita
Ideas
Las ideas son el principio de toda realidad, son los modelos a partir de los
cuales un Demiurgo (Artífice divino) construye el mundo sensible. Las cosas sensibles
imitan a las ideas, participan de ellas. Las ideas otorgan a las cosas su ser, su esencia,
y la posibilidad de que podamos conocerlas. Las ideas también representan al
concepto universal que se refiere a una pluralidad de objetos de la misma especie y
que permiten pensar el mundo mediante conceptos, no siendo sólo objetos del
pensamiento, sino que también son realidades abstractas e inmateriales, eternas, con
realidad trascendente, al margen de que la mente las conciba o no, con realidad
objetiva en el mundo inteligible. ¿Dónde? (espacio intangible)
Las formas-ideas aparecen estructuradas en un sistema jerárquico según su
importancia: ideas de realidades corpóreas (“caballo en sí”, “hombre”), ideas de
entes y conceptos matemáticos (“circularidad”, “igualdad”), ideas de los valores
morales y estéticos, (“justicia”, “valentía”, “belleza”), y en la cúspide de la pirámide la
Idea del BIEN, que se identifica con lo bueno, lo perfecto. La Idea del Bien es la idea
suprema, el principio último de la realidad gracias a la cual existen y son verdaderas
todas las demás realidades (ideas y seres sensibles); y el fundamento de
conocimiento, pues ilumina y hace inteligibles a todas las demás ideas (para que se
puedan conocer). Platón compara la idea de Bien con el sol, que en el mundo sensible
es el que da vida a las cosas materiales. (“El sol de las ideas”).
En “República” aparecen el “Símil de la línea” y el “Mito de la caverna”
mediante los cuales Platón ilustra su concepción de la realidad y del conocimiento. El
mito de la caverna es una bella metáfora de la condición humana, de su situación en la
realidad, de la tarea educadora y del conocimiento del Bien que lleva a la sabiduría,
reservada a los mejores, los que alcanzan el ideal de justicia y verdad, y los que deben
ocuparse del gobierno de la Polis.Veamos:
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“Nuestra situación en este mundo es comparable a la de unos prisioneros que nunca
han visto la luz del sol; por estar encadenados de pies y manos en una gran cueva, de
espaldas a la única abertura que da al exterior. Dentro de la caverna, y detrás de ellos,
arde una hoguera, que tampoco pueden ver, por hallarse de espaldas y porque se
interpone un muro, a lo largo del cual van pasando hombres portadores de figuras de
cosas y animales de manera que los prisioneros sólo pueden ver las sombras de esas
figuras que se reflejan sobre el fondo de la cueva y que para ellos es la única realidad
existente. Un prisionero es liberado de ataduras y puede salir fuera para ver el mundo
real, el sol, que hace posible ver todas las cosas. Luego quiere volver a la cueva para
contar a los otros prisioneros lo que ha visto, para liberarles también”.
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Desde un punto de vista epistemológico la teoría de las ideas lleva a Platón a
concebir el conocimiento desde un dualismo según el cual hay dos modos (grados)
de conocimiento, según el grado de realidad del objeto a conocer:
1. Conocimiento sensible u OPINIÓN (Doxa), que es el conocimiento del
mundo sensible, el ámbito de lo cambiante y perecedero, se lleva a cabo por
los sentidos y no constituye un verdadero conocimiento sino inseguro y variable.
(Es el interior de la caverna).
2. Conocimiento intelectual, inteligible, o CIENCIA (Episteme), que tiene por
objeto el conocimiento de lo pensable, las ideas (mundo ideal), y da lugar a un
conocimiento verdadero, absoluto, indudable, eterno e inmutable, y se lleva a
cabo por la razón y el entendimiento. (Es el exterior de la caverna). Platón
defiende una postura racionalista: el conocimiento intelectual - racional, es el
verdadero conocimiento).
En cada modo de conocimiento Platón distingue dos grados.
- En el nivel de la opinión o conocimiento sensible están:
a) CONJETURA (Eikasía, imaginación) que es el conocimiento de sombras e
imágenes sensibles de las cosas, suposiciones, es un conocimiento impreciso
y confuso producido por la imaginación y los sentidos, (son las sombras vistas
por prisioneros en la caverna).
b) CREENCIA (Pístis) que es el conocimiento sensorial de las cosas naturales
y objetos artificiales cambiantes y variables, (son las figuras que el liberado ve
cuando intenta salir de la caverna), (lo hoy llamamos ciencias empíricas, física.)
- En el nivel de la ciencia o conocimiento inteligible están:
a) PENSAMIENTO DISCURSIVO (Dianoia) que es el conocimiento de los
entes matemáticos, es decir, los números y las figuras geométricas; entes, que
aunque son inteligibles, son múltiples (hay muchos números uno, muchos
triángulos) a diferencia de los números ideales, o de la idea de triángulo. Es un
conocimiento que parte de suposiciones o hipótesis y se apoya en elementos
materiales a los que toma como modelos. (Mito de la caverna: lo que conoce el
prisionero fuera de la caverna a través de reflejos en el agua o en la noche.)
b) INTELIGENCIA (Noesis, razón
intuitiva) que es el conocimiento de lo
ideal en sí, sin apoyatura sensible,
captación pura de las formas-ideas
(esencias) que culmina con el
conocimiento de la idea de Bien. Es la
dialéctica o filosofía, la ciencia suprema
propia del filósofo. La Dialéctica es la
ciencia de las ideas. (Mito de la
caverna: lo que conoce el prisionero
fuera de la caverna cuando sale el sol,
las cosas en sí, iluminadas por el sol)
Pero si el hombre está inserto en el
mundo sensible e ignora el mundo inteligible, ¿cómo puede llegar a conocer las
ideas? Platón explica esto mediante la teoría de la reminiscencia o anamnesis
(recuerdo, descubrimiento interior de lo eterno) y la dialéctica. El ser humano
es una realidad dual en la que confluyen de manera accidental el mundo
sensible (cuerpo) y el mundo inteligible (alma). El alma, que procede el mundo
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de las ideas, cuando se encarna en el cuerpo cae en la ignorancia, olvida el
mundo de las ideas del que procede; pero partiendo de la observación de las
cosas sensibles (en las que se reflejan las ideas pues son copias de ellas) el
alma - razón recuerda las ideas y culmina en el conocimiento de la idea de Bien.
El conocimiento no consiste en aprender cosas nuevas, sino en recordar las
que ya se conocían. En este proceso dialéctico de conocimiento, o educación,
el alma (razón) asciende desde la multiplicad de las realidades sensibles a la
unidad de la idea universal, hasta la idea-realidad suprema, el Bien. El proceso
de ascenso se llama síntesis, el descenso desde una idea general a las
distintas especies que la componen es el análisis.
Comparación entre dianoia y noesis
El matemático da por supuestas ciertas nociones, tales como lo par y lo impar, etc. De estas
nociones, que no admiten demostración, es de donde parte en su marcha deductiva hacia las
conclusiones, marcha en la cual no puede apoyarse en las Ideas puras, sino que ha de recurrir a
representaciones materiales de estas Ideas.
En cambio el dialéctico parte también de hipótesis (dando también por sentada, por ejemplo, la
noción de lo justo); pero estas hipótesis no son más que algo provisional, son peldaños o
trampolines o cualquier cosa que sirva para pasar de uno a otro estadio en la marcha. Así va
ascendiendo paso a paso hacia el principio de todo, un principio no hipotético, y en esta ascensión
no se ve obligado a recurrir a nada que no sean las Ideas tomadas en sí mismas.
El motor de esta dialéctica es el amor o Eros, un anhelo de realización humana
para alcanzar el Bien, un modo de contemplar las Ideas (la verdad) mediante la
liberación del alma después de la muerte, cuando vuelva a su origen. La muerte puede
suponer la liberación definitiva de esta existencia corporal, si en esta existencia
terrenal el alma vive de acuerdo con su naturaleza ideal, volviendo a su origen (mundo
inteligible), pero si no es así, es castigada de nuevo a realizar una serie de
transmigraciones en otros cuerpos de animales o personas hasta purificarse por el
conocimiento verdadero y la virtud. La vida terrena es siempre la prueba paso hacia la
vida verdadera, en el más allá, en Hades (lo invisible).
Este proceso de conocimiento que lleva a la sabiduría exige preparación,
educación, que será de acuerdo a las capacidades naturales de cada uno y que
condicionará las tareas sociales que deberá desempeñar. Mediante la educación y el
conocimiento se seleccionan los grupos sociales, los que alcancen la sabiduría
(sabios) serán los encargados de gobernar porque ellos conocen el bien y la justicia, y
podrán llevar la felicidad a la polis. (Clases sociales)
2.1. El papel de la teoría de las Ideas en la filosofía de Platón.
Es, sin duda, el tema platónico fundamental, punto obligado de referencia para todos
los demás temas. Pero ¿Qué intenciones tiene Platón al desarrollarla?, ¿Qué función
tiene?:
a) Función ética: Superar el relativismo moral de los sofistas.
Platón, siguiendo a Sócrates, quiere fundar la virtud en el saber: intelectualismo
moral. Para ser justo, por ejemplo, es preciso conocer qué es la justicia. Frente al
relativismo moral de los sofistas, Platón - con Sócrates- reclama la existencia de
un conjunto de valores eternos e inmutables que sirvan de guía para la acción
ética - en el caso del ejemplo anterior sería establecer la existencia de una Idea
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eterna e inmutable de Justicia -. Este es el tema de los primeros diálogos aunque en
ellos no se llegue a formular expresamente la teoría de las Ideas.
b) Función
política:
Superar
el
convencionalismo de las leyes de los
sofistas.
La búsqueda de estos valores absolutos no
tiene
un
ámbito
de
aplicación
exclusivamente individual sino que también
tiene
una
dimensión
política.
Los
gobernantes han de ser filósofos que se
guíen no por su ambición política, sino por
ideales (las Ideas) transcendentes y
absolutos. Aquí se ve lo unidas que van
ética y política en Platón.
c) Función científica (gnoseológica): Superar el escepticismo de los sofistas.
La ciencia (episteme) sólo se puede versar sobre objetos estables y
permanentes. Si queremos hacer ciencia, esos objetos han de existir. Y como todos
los objetos sensibles están sujetos a cambios continuos, habrá que buscar otro
tipo de objetos para la ciencia: Las Ideas. Las definiciones que buscaba tenían un
carácter absoluto e inmutable, de ahí que no se pudiesen corresponder con los
objetos sensibles que son continuamente cambiantes.
A-3. ¿Qué significó Sócrates para Platón?
A-4. Explica como aborda Platón el problema de la realidad y el conocimiento.
(Metafísica)
- 4.1. ¿Qué dice la teoría de las ideas?
- 4.2. Esquema sobre realidad (ontología) según la teoría de las ideas.
- 4.3. Esquema sobre modos de conocimiento (gnoseología - epistemología).
- 4.4. Explica de forma concisa lo que es la reminiscencia.
3. LAS RELACIONES ENTRE ÉTICA Y POLÍTICA.
ALMA
Función vital
Función Cognoscitiva
Se asocia a la
Vida
Racionalidad
Posibilita
el movimiento (por uno mismo)
el conocimiento (que nos diferencia
del resto de los animales)
La poseen
todos los seres con movimiento propio
sólo el ser humano
Inmortalidad
no tiene sentido plantearla
tiene sentido plantearla
Pone el acento en ella
Aristóteles
Platón
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Antropología
Psicología
Ética
Política
Mito del Carro alado
Aspecto
Función
Ubicación
Virtud
Clase social
Auriga
Racional
Conocimiento
cabeza
prudencia
(sophia)
Gobernantes:
Filósofo rey
Caballo bueno
Irascible
Impulsos
nobles
pecho
fortaleza
(andreia)
Guardianes y
guerreros
Caballo malo
Concupiscible
Placeres
corporales
abdomen
moderación
(sophrosyne)
Productores:
agricultores y
artesanos
Las propuestas políticas y de organización social en Platón están
relacionadas con su concepción de la realidad y del hombre. En “República” presenta
un modelo de organización social que considera perfecto y que no se identifica con
ninguno de los Estados empíricos existentes. Su idea principal es que los sabios
deben gobernar en la Polis o de que los gobernantes sean sabios (Rey-Filósofo) como
forma de alcanzar el ideal de justicia en la Polis.
Por necesidad el hombre vive con otros, en la Polis. Cada individuo no es
autárquico y necesita a otros hombres para satisfacer las necesidades y ayudarse, y
estas necesidades son materiales (alimentos, vivienda, ropa...), custodia y defensa de
la Polis; y gobierno-orden de la Polis. Para Platón todas las personas no son iguales y
las diferencias se fundamentan en criterios naturales como la capacidad física, la
inteligencia, carácter, valor, etc., de acuerdo con la naturaleza de alma de cada
individuo en la que predomina una parte u otra. De acuerdo a esta naturaleza cada
persona tiene cualidades para desempeñar unas tareas u otras y por ello formará
parte de una de las clases o grupos sociales que organizan de acuerdo a las
necesidades de la Polis, ya que se necesita que cada individuo haga bien lo suyo
(principio de especialización pragmática o funcional). Las clases sociales son tres:
- Productores o trabajadores: (hombres de bronce o hierro), en los que
predomina el alma apetitiva, y se dedican a producir bienes materiales para
cubrir las necesidades de subsistencia. Serían los campesinos, artesanos,
comerciantes, etc. (Moderación y templanza como virtudes.)
- Guerreros, guardianes, soldados (Guardianes auxiliares): (hombres de
plata), predomina el alma irascible y su función es defender la ciudad,
mantener el orden, conquistar. (Valentía y fortaleza como virtudes)
- Gobernantes y magistrados (Guardianes filósofos): (hombres de oro), en los
que predomina el alma racional y la capacidad para el razonamiento; que
tienen como función ordenar y gobernar en la Polis. (Prudencia y sabiduría
como virtudes). Conocer Bien: ser justos y buenos.
La justicia como virtud política consiste en el acuerdo entre las clases sociales,
que cada una cumpla su función y que cada individuo desarrolle las virtudes propias
de su clase, ahí está la armonía y la felicidad personal y social. La confusión de tareas
lleva al desorden-injusticia.
¿Cómo se realiza la selección para organizar la sociedad según esas clases
sociales? Para garantizar este orden es importante la educación, que debe ser tarea
del estado, una educación idéntica para hombres y mujeres. Se produce una selección
mediante la educación – capacidades innatas. Cada persona recibe la educación
necesaria para las tareas que va a desempeñar. Los Productores: no necesitan una
educación especial porque las artes y los oficios se aprenden fácilmente a través de la
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práctica. Después de una etapa de educación común (música, danza, moral,
gramática, aritmética, poesía, canto, cultura física) se hace una selección según las
capacidades físicas e intelectuales para elegir a los Guardianes que recibirán una
segunda etapa (17 – 20 años) orientada al desarrollo del cuerpo y a modelar el alma y
el carácter (gimnasia, música, conocimiento del arte militar, arte, literatura. Los que
superen este ciclo serán destinados a ser Guardianes Soldados (Auxiliares).
Algunos de ellos, los seleccionados como candidatos a guardianes
gobernantes, seguirán con su formación hasta los 30 años (matemáticas,
astronomía,…). Los que hayan dado pruebas satisfactorias, recibirán la enseñanza de
la dialéctica; y a partir de los 35 años serán enviados al “interior de la caverna” para
desempeñar algún cargo militar o de otro tipo, para que pueda adquirir experiencia y
mostrar su valía. A partir de los 50 años se dedicarán a la contemplación del Bien
absoluto y a la filosofía, y cuando les llegue el turno, habrán de dedicarse al gobierno
de la polis (Gobernantes y Magistrados) hasta que cedan su puesto a otros.
Podemos interpretar las ideas platónicas es un sentido clasista e inmovilista
que mantiene las diferencias sociales bajo el pretexto de que son impuestas por la
naturaleza (según capacidades innatas de acuerdo a la naturaleza del alma – razón de
cada uno); pero otras interpretaciones tienen más en cuenta el papel importante que
Platón da a la educación como proceso selectivo para determinar las tareas que cada
individuo debe desempeñar según sus capacidades. (Pero el progreso en el proceso
hacia la sabiduría del que habla Platón no depende exclusivamente de las
capacidades intelectuales de las personas sino que también intervienen otros factores
socioculturales). Podemos ver en Platón unas clases “abiertas” pero hay un control
selectivo desde el estado - sociedad (educación, familias, etc.) Hay quienes ven en las
propuestas políticas de Platón un intento de frenar la democracia desde un sistema
totalitario.
Ya hemos visto como el Estado perfecto para Platón es un estado aristocrático,
el gobierno de los mejores, los sabios, que conocen el Bien. En la República, habla de
otros cuatro regímenes políticos que son cuatro posibles enfermedades del Estado:
Timocracia (degeneración de la aristocracia porque la clase de militares quieren
gobernar, es el gobierno de la ambición), Oligarquía (degeneración de la Timocracia;
las clases adineradas buscan enriquecimiento a costa de los demás, es el gobierno del
patrimonio), Democracia (Degeneración de la Oligarquía, libertad e igualdad no
positivas porque el rico se iguala al pobre, los ignorantes a los sabios y virtuosos,...) y
la Tiranía (degeneración de la democracia, por pugnas internas surge un líder
carismático que se convierte en tirano, el cual elimina la libertad y la verdad.)
El rechazo de la democracia por parte de Platón es una herencia socrática. Es
un sistema que se presta a la demagogia y manipulación de los “demos” por parte de
una minoría. El criterio democrático de la mayoría no garantiza la justicia (lo que la
razón dicta como justo y bueno).
Además en él se iguala al sabio y al ignorante para decidir y ocupar cargos
públicos, a veces, hasta por sorteo, lo que para Sócrates y Platón no es adecuado.
En obras posteriores Platón mantiene su ideal político propuesto en la “República”
pero propone algunas ideas para un “estado segundo”, (posible, que viene después
del ideal) teniendo en cuenta como son los hombres en realidad y no sólo como
deberían ser.
En el “Político” habla de tres tipos de gobierno que imitan al estado ideal
(monarquía, aristocracia y democracia, según gobiernen uno, varios o todo el pueblo);
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UNIDAD 4 PLATÓN
y de sus degeneraciones que suponen corrupciones del ideal (tiranía, oligarquía y
demagogia).
En las “Leyes” defiende una constitución mixta y la igualdad proporcional,
también habla de una libertad atemperada en su justa medida por la autoridad. Mucho
poder produce tiranía y mucha libertad produce demagogia.
A-5. Los políticos, ¿deben ser honestos sólo como políticos o también en su vida
privada?
A-6 .Realiza un comentario sobre el cuadro siguiente.
A-7. Explica las propuestas políticas de Platón. Realiza un esquema: necesidades,
clases sociales, justicia, educación y regímenes políticos.
A-8. ¿Deben los intelectuales hoy día interesarse por educar a las masas (prisioneros
de la caverna)? ¿Qué sería el equivalente actual de la caverna platónica?
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ANEXOS
Platón, República, libro VII, 514a-524d
"-Después de eso -proseguí- compara nuestra naturaleza respecto de su educación y de su falta de
educación con una experiencia como ésta. Represéntate hombres en una morada subterránea en forma
de caverna, que tiene la entrada abierta, en toda su extensión, a la luz. En ella están desde niños con las
piernas y el cuello encadenados, de modo que deben permanecer allí y mirar sólo delante de ellos,
porque las cadenas les impiden girar en derredor la cabeza. Más arriba y más lejos se halla la luz de un
fuego que brilla detrás de ellos; y entre el fuego y los prisioneros hay un camino más alto, junto al cual
imagínate un tabique construido de lado a lado, como el biombo que los titiriteros levantan delante del
público para mostrar, por encima del biombo, los muñecos.
-Me lo imagino.
-Imagínate ahora que, del otro lado del tabique, pasan sombras que llevan toda clase de utensilios y
figurillas de hombres y otros animales, hechos en piedra y madera y de diversas clases; y entre los que
pasan unos hablan y otros callan.
-Extraña comparación haces, y extraños son esos prisioneros.
-Pero son como nosotros. Pues en primer lugar, ¿crees que han visto de sí mismos, o unos de los otros,
otra cosa que las sombras proyectadas por el fuego en la parte de la caverna que tienen frente a sí?
-Claro que no, si toda su vida están forzados a no mover las cabezas.
-¿Y no sucede lo mismo con los objetos que llevan los que pasan del otro lado del tabique?
-Indudablemente.
-Pues entonces, si dialogaran entre sí, ¿no te parece que entenderían estar nombrando a los objetos
que pasan y que ellos ven?
-Necesariamente.
-Y si la prisión contara con un eco desde la pared que tienen frente a sí, y alguno de los que pasan del
otro lado del tabique hablara, ¿no piensas que creerían que lo que oyen proviene de la sombra que pasa
delante de ellos?
-¡Por Zeus que sí!
-¿Y que los prisioneros no tendrían por real otra cosa que las sombras de los objetos artificiales
transportados?
-Es de toda necesidad.
-Examina ahora el caso de una liberación de sus cadenas y de una curación de su ignorancia, qué
pasaría si naturalmente les ocurriese esto: que uno de ellos fuera liberado y forzado a levantarse de
repente, volver el cuello y marchar mirando a la luz y, al hacer todo esto, sufriera y a causa del
encandilamiento fuera incapaz de percibir aquellas cosas cuyas sombras había visto antes. ¿Qué
piensas que respondería si se le dijese que lo que había visto antes eran fruslerías y que ahora, en
cambio, está más próximo a lo real, vuelto hacia cosas más reales y que mira correctamente? Y si se le
mostrara cada uno de los objetos que pasan del otro lado del tabique y se le obligara a contestar
preguntas sobre lo que son, ¿no piensas que se sentirá en dificultades y que considerará que las cosas
que antes veía eran más verdaderas que las que se le muestran ahora?
-Mucho más verdaderas.
-Y si se le forzara a mirar hacia la luz misma, ¿no le dolerían los ojos y trataría de eludirla, volviéndose
hacia aquellas cosas que podía percibir, por considerar que éstas son realmente más claras que las que
se le muestran?
-Así es.
-Y si a la fuerza se lo arrastrara por una escarpada y empinada cuesta, sin soltarlo antes de llegar hasta la
luz del sol, ¿no sufriría acaso y se irritaría por ser arrastrado y, tras llegar a la luz, tendría los ojos llenos
de fulgores que le impedirían ver uno solo de los objetos que ahora decimos que son los verdaderos?
-Por cierto, al menos inmediatamente.
-Necesitaría acostumbrarse, para poder llegar a mirar las cosas de arriba. En primer lugar miraría con
mayor facilidad las sombras, y después las figuras de los hombres y de los otros objetos reflejados en
el agua, luego los hombres y los objetos mismos. A continuación contemplaría de noche lo que hay en
el cielo y el cielo mismo, mirando la luz de los astros y la luna más fácilmente que, durante el día, el
sol y la luz del sol.
-Sin duda.
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HISTORIA DE LA FILOSOFIA
UNIDAD 4 PLATÓN
-Finalmente, pienso, podría percibir el sol, no ya en imágenes en el agua o en otros lugares que le son
extraños, sino contemplarlo cómo es en sí y por sí, en su propio ámbito.
-Necesariamente.
-Después de lo cual concluiría, con respecto al sol, que es lo que produce las estaciones y los años y
que gobierna todo en el ámbito visible y que de algún modo es causa de las cosas que ellos habían
visto.
-Es evidente que, después de todo esto, arribaría a tales conclusiones.
-Y si se acordara de su primera morada, del tipo de sabiduría existente allí y de sus entonces
compañeros de cautiverio, ¿no piensas que se sentiría feliz del cambio y que los compadecería?
-Por cierto.
-Respecto de los honores y elogios que se tributaban unos a otros, y de las recompensas para aquel que
con mayor agudeza divisara las sombras de los objetos que pasaban detrás del tabique, y para el que
mejor se acordase de cuáles habían desfilado habitualmente antes y cuáles después, y para aquel de
ellos que fuese capaz de adivinar lo que iba a pasar, ¿te parece que estaría deseoso de todo eso y que
envidiaría a los más honrados y poderosos entre aquéllos? ¿O más bien no le pasaría como al Aquiles de
Homero, y «preferiría ser un labrador que fuera siervo de un hombre pobre» o soportar cualquier otra
cosa, antes que volver a su anterior modo de opinar y a aquella vida?
-Así creo también yo, que padecería cualquier cosa antes que soportar aquella vida.
-Piensa ahora esto: si descendiera nuevamente y ocupara su propio asiento, ¿no tendría ofuscados los
ojos por las tinieblas, al llegar repentinamente del sol?
-Sin duda.
-Y si tuviera que discriminar de nuevo aquellas sombras, en ardua competencia con aquellos que han
conservado en todo momento las cadenas, y viera confusamente hasta que sus ojos se reacomodaran a
ese estado, y se acostumbraran en un tiempo nada breve, ¿no se expondría al ridículo y a que se dijera
de él que, por haber subido hasta lo alto, se había estropeado los ojos, y que ni siquiera valdría la pena
intentar marchar hacia arriba? Y si intentase desatarlos y conducirlos hacia la luz, ¿no lo matarían, si
pudieran tenerlo en sus manos y matarlo?
-Seguramente.
-Pues bien, querido Glaucón, debemos aplicar íntegra esta alegoría a lo que anteriormente ha sido
dicho, comparando la región que se manifiesta por medio de la vista con la morada-prisión, y la luz del
fuego que hay en ella con el poder del sol; compara, por otro lado, el ascenso y contemplación de las
cosas de arriba con el camino del alma hacia el ámbito inteligible, y no te equivocarás en cuanto a lo
que estoy esperando, y que es lo que deseas oír. Dios sabe si esto es realmente cierto; en todo caso,
lo que a mí me parece es que lo que dentro de lo cognoscible se ve al final, y con dificultad, es la Idea
del Bien. Una vez percibida, ha de concluirse que es la causa de todas las cosas rectas y bellas, que en
el ámbito visible ha engendrado la luz y al señor de ésta, y que en el ámbito inteligible es señora y
productora de la verdad y de la inteligencia, y que es necesario tenerla en vista para poder obrar con
sabiduría tanto en lo privado como en lo público.
-Comparto tu pensamiento, en la medida que me es posible.
-Mira también si lo compartes en esto: no hay que asombrarse de que quienes han llegado allí no estén
dispuestos a ocuparse de los asuntos humanos, sino que sus almas aspiran a pasar el tiempo arriba; lo
cual es natural, si la alegoría descrita es correcta también en esto.
-Muy natural.
-Tampoco sería extraño que alguien que, de contemplar las cosas divinas, pasara a las humanas, se
comportase desmañadamente y quedara en ridículo por ver de modo confuso y, no acostumbrado aún
en forma suficiente a las tinieblas circundantes, se viera forzado, en los tribunales o en cualquier otra
parte, a disputar sobre sombras de justicia o sobre las figurillas de las cuales hay sombras, y a reñir
sobre esto del modo en que esto es discutido por quienes jamás han visto la Justicia en sí.
-De ninguna manera sería extraño.
-Pero si alguien tiene sentido común, recuerda que los ojos pueden ver confusamente por dos tipos de
perturbaciones: uno al trasladarse de la luz a la tiniebla, y otro de la tiniebla a la luz, y al considerar
que esto es lo que le sucede al alma, en lugar de reírse irracionalmente cuando la ve perturbada e
incapacitada de mirar algo, habrá de examinar cuál de los dos casos es: si es que al salir de una vida
luminosa ve confusamente por falta de hábito, o si, viniendo de una mayor ignorancia hacia lo más
luminoso, es obnubilada por el resplandor. Así, en un caso se felicitará de lo que le sucede y de la vida
a que accede; mientras en el otro se apiadará, y, si se quiere reír de ella, su risa será menos absurda
que si se descarga sobre el alma que desciende desde la luz.
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HISTORIA DE LA FILOSOFIA
UNIDAD 4 PLATÓN
-Lo que dices es razonable.
-Debemos considerar entonces, si esto es verdad, que la educación no es como la proclaman algunos.
Afirman que, cuando la ciencia no está en el alma, ellos la ponen, como si se pusiera la vista en ojos
ciegos.
-Afirman eso, en efecto.
-Pues bien, el presente argumento indica que en el alma de cada uno hay el poder de aprender y el
órgano para ello, y que, así como el ojo no puede volverse hacia la luz y dejar las tinieblas si no gira todo
el cuerpo, del mismo modo hay que volverse desde lo que tiene génesis con toda el alma, hasta que
llegue a ser capaz de soportar la contemplación de lo que es, y lo más luminoso de lo que es, que es lo
que llamamos el Bien. ¿No es así?
-Sí.
-Por consiguiente, la educación sería el arte de volver este órgano del alma del modo más fácil y eficaz
en que puede ser vuelto, mas no como si le infundiera la vista, puesto que ya la posee, sino, en caso
de que se lo haya girado incorrectamente y no mire adonde debe, posibilitando la corrección.
-Así parece, en efecto.
-Ciertamente, las otras denominadas 'excelencias' del alma parecen estar cerca de las del cuerpo, ya
que, si no se hallan presentes previamente, pueden después ser implantadas por el hábito y el ejercicio;
pero la excelencia del comprender da la impresión de corresponder más bien a algo más divino, que
nunca pierde su poder, y que según hacia dónde sea dirigida es útil y provechosa, o bien inútil y
perjudicial. ¿O acaso no te has percatado de que esos que son considerados malvados, aunque en
realidad son astutos, poseen un alma que mira penetrantemente y ve con agudeza aquellas cosas a las
que se dirige, porque no tiene la vista débil sino que está forzada a servir al mal, de modo que, cuanto
más agudamente mira, tanto más mal produce?
-¡Claro que sí!
-No obstante, si desde la infancia se trabajara podando en tal naturaleza lo que, con su peso plomífero y
su afinidad con lo que tiene génesis y adherido por medio de la glotonería, lujuria y placeres de esa
índole, inclina hacia abajo la vista del alma; entonces, desembarazada ésta de ese peso, se volvería hacia
lo verdadero, y con este mismo poder en los mismos hombres vería del modo penetrante con que ve las
cosas a las cuales está ahora vuelta.
-Es probable.
-¿Y no es también probable, e incluso necesario a partir de lo ya dicho, que ni los hombres sin
educación ni experiencia de la verdad puedan gobernar adecuadamente alguna vez el Estado, ni
tampoco aquellos a los que se permita pasar todo su tiempo en el estudio, los primeros por no tener a
la vista en la vida la única meta a que es necesario apuntar al hacer cuanto se hace privada o
públicamente, los segundos por no querer actuar, considerándose como si ya en vida estuviesen
residiendo en la Isla de los Bienaventurados?
-Verdad.
-Por cierto que es una tarea de nosotros, los fundadores de este Estado, la de obligar a los hombres de
naturaleza mejor dotada a emprender el estudio que hemos dicho antes que era el supremo,
contemplar el Bien y llevar a cabo aquel ascenso y, tras haber ascendido y contemplado
suficientemente, no permitirles lo que ahora se les permite.
-¿A qué te refieres?
-Quedarse allí y no estar dispuestos a descender junto a aquellos prisioneros, ni participar en sus
trabajos y recompensas, sean éstas insignificantes o valiosas.
-Pero entonces -dijo Glaucón- ¿seremos injustos con ellos y les haremos vivir mal cuando pueden
hacerlo mejor?
-Te olvidas nuevamente amigo mío, que nuestra ley no atiende a que una sola clase lo pase
excepcionalmente bien en el Estado, sino que se las compone para que esto suceda en todo el Estado,
armonizándose los ciudadanos por la persuasión o por la fuerza, haciendo que unos a otros se presten
los beneficios que cada uno sea capaz de prestar a la comunidad. Porque si se forja a tales hombres en
el Estado, no es para permitir que cada uno se vuelva hacia donde le da la gana, sino para utilizarlos
para la consolidación del Estado.
-Es verdad; lo había olvidado, en efecto.
-Observa ahora, Glaucón, que no seremos injustos con los filósofos que han surgido entre nosotros, sino
que les hablaremos en justicia, al forzarlos a ocuparse y cuidar de los demás. Les diremos, en efecto, que
es natural que los que han llegado a ser filósofos en otros Estados no participen en los trabajos de éstos,
porque se han criado por sí solos, al margen de la voluntad del régimen político respectivo; y aquel que
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HISTORIA DE LA FILOSOFIA
UNIDAD 4 PLATÓN
se ha criado solo y sin deber alimento a nadie, en buena justicia no tiene por qué poner celo en
compensar su crianza a nadie. «Pero a vosotros os hemos formado tanto para vosotros mismos como
para el resto del Estado, para ser conductores y reyes de los enjambres, os hemos educado mejor y
más completamente que a los otros, y más capaces de participar tanto en la filosofía como en la
política» Cada uno a su turno, por consiguiente, debéis descender hacia la morada común de los
demás y habituaros a contemplar las tinieblas; pues, una vez habituados, veréis mil veces mejor las
cosas de allí y conoceréis cada una de las imágenes y de qué son imágenes, ya que vosotros habréis
visto antes la verdad en lo que concierne a las cosas bellas, justas y buenas. Y así el Estado habitará en
la vigilia para nosotros y para vosotros, no en el sueño, como pasa actual mente en la mayoría de los
Estados, donde compiten entre sí como entre sombras y disputan en tomo al gobierno, como si fuera
algo de gran valor. Pero lo cierto es que el Estado en el que menos anhelan gobernar quienes han de
hacerlo es forzosamente el mejor y el más alejado de disensiones, y lo contrario cabe decir del que
tenga los gobernantes contrarios a esto.
-Es muy cierto.
-¿Y piensas que los que hemos formado, al oír esto, se negarán y no estarán dispuestos a compartir los
trabajos del Estado, cada uno en su turno, quedándose a residir la mayor parte del tiempo unos con
otros en el ámbito de lo puro?
-Imposible, pues estamos ordenando a los justos cosas justas. Pero además cada uno ha de gobernar
por una imposición, al revés de lo que sucede a los que gobiernan ahora en cada Estado.
-Así es, amigo mío: si has hallado para los que van a gobernar un modo de vida mejor que el gobernar,
podrás contar con un Estado bien gobernado; pues sólo en él gobiernan los que son realmente ricos, no
en oro, sino en la riqueza que hace la felicidad: una vida virtuosa y sabia. No, en cambio, donde los
pordioseros y necesitados de bienes privados marchan sobre los asuntos públicos, convencidos de que
allí han de apoderarse del bien; pues cuando el gobierno se convierte en objeto de disputas, semejante
guerra doméstica e intestina acaba con ellos y con el resto del Estado.
-No hay cosa más cierta.
-¿Y sabes acaso de algún otro modo de vida, que el de la verdadera filosofía, que lleve a despreciar el
mando político?
-No, por Zeus.
-Es necesario entonces que no tengan acceso al gobierno los que están enamorados de éste; si no,
habrá adversarios que los combatan.
-Sin duda.
-En tal caso, ¿impondrás la vigilancia del Estado a otros que a quienes, además de ser los más
inteligentes en lo que concierne al gobierno del Estado, prefieren otros honores y un modo de vida
mejor que el del gobernante del Estado?
-No, a ningún otro.
-¿Quieres ahora que examinemos de qué modo se formarán tales hombres, y cómo se los ascenderá
hacia la luz, tal como dicen que algunos han ascendido desde el Hades hasta los dioses?
-¿Cómo no habría de quererlo?
-Pero esto, me parece, no es como un voleo de concha, sino un volverse del alma desde un día
nocturno hasta uno verdadero; O sea, de un camino de ascenso hacia lo que es, camino al que
correctamente llamamos 'filosofía'.
-Efectivamente.
-Habrá entonces que examinar qué estudios tienen este poder.
-Claro está.
-¿Y qué estudio, Glaucón, será el que arranque al alma desde lo que deviene hacia lo que es? Al
decirlo, pienso a la vez esto: ¿no hemos dicho que tales hombres debían haberse ejercitado ya en la
guerra?
-Lo hemos dicho, en efecto.
-Por consiguiente, el estudio que buscamos debe añadir otra cosa a ésta.
-¿Cuál?
-No ser inútil a los hombres que combaten.
-Así debe ser, si es que eso es posible.
-Ahora bien, anteriormente, los educábamos por medio de la gimnasia y de la música.
-Efectivamente.
-Y la gimnasia de algún modo se ocupa de lo que se genera y perece, ya que supervisa el crecimiento y la
corrupción del cuerpo.
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HISTORIA DE LA FILOSOFIA
UNIDAD 4 PLATÓN
-Así parece.
-No es éste, pues, el estudio que buscamos.
-No, en efecto.
-¿Será acaso la música tal como la hemos descrito anteriormente?
-No, porque has de recordar que la música era la parte correlativa de la gimnasia: a través de hábitos
educaba a los guardianes, inculcándoles no conocimientos científicos sino acordes armoniosos y
movimientos rítmicos; en cuanto a las palabras, las dotaba de hábitos afines a aquéllos, se trataran de
palabras míticas o más verdaderas, pero no había en ella nada de un estudio que condujera hacia algo
como lo que buscas ahora.
-Me haces recordar con la mayor precisión; en efecto, no había en ella nada de esto. Pero, divino
Glaucón, ¿cuál será entonces semejante estudio? Porque ya hemos visto que las artes son todas
indignas.
-Sin duda, pero ¿qué otro estudio queda, si hacemos a un lado la música, la gimnasia y las artes?
-Bien, si no podemos tomar nada fuera de ellas, tomemos algo que se pueda extender sobre todas ellas.
-¿ Como qué?
-Por ejemplo, eso común que sirve a todas las artes, operaciones intelectuales y ciencias, y que hay que
aprender desde el principio.
-¿A qué te refieres?
-A esa fruslería por la que se discierne el uno, el dos y el tres, en una palabra, a lo que concierne al
número y al cálculo: ¿no sucede de modo tal que todo arte y toda ciencia deben participar de ello?
-Es cierto.
-¿Inclusive el arte de la guerra?
-Necesariamente.
-Pues Palactetes, cada vez que aparece en las tragedias, hace de Agamenón un general bien ridículo. ¿O
no te has dado cuenta de que afirma que, mediante la invención del número, ordenó las filas del ejército
de Troya, numeró las naves y todo lo demás -como si antes nada hubiese sido contado-, mientras
Agamenón, al parecer, ni siquiera sabía cuántos pies tenía, ya que no sabía contar? ¿Qué piensas de
semejante general?
-Que era muy extraño, si eso fuese cierto.
-Por consiguiente, ¿impondremos como estudio indispensable para un varón guerrero el que le permita
contar y calcular?
-Más que cualquier otra cosa, si ha de entender de estrategia o, más bien, si es que va a ser un hombre.
-¿Percibes lo mismo que yo en este estudio?
-¿Qué cosa?
-Parece que, aunque es de aquellos estudios que buscamos porque por naturaleza conducen a la
intelección, nadie lo usa correctamente, pero es algo que por ejemplo atrae hacia la esencia.
-¿Qué quieres decir?
-Intentaré mostrarte lo que me parece que es. Considera junto conmigo las cosas que distingo como
conducentes o no hacia donde decimos, dando tu asentimiento o rehusando, de modo que podamos ver
más claramente si es como presiento.
-Muéstramelo.
-Te mostraré, si miras bien, que algunos de los objetos de las percepciones no incitan a la inteligencia al
examen, por haber sido juzgados suficientemente por la percepción, mientras otros sin duda la
estimulan a examinar, al no ofrecer la percepción nada digno de confianza.
-Es claro -dijo Glaucón- que hablas de las cosas que aparecen a lo lejos y a las pinturas sombreadas.
-No -repliqué-, no has dado con lo que quiero decir.
-¿Qué quieres decir entonces?
-Los objetos que no incitan son los que no suscitan a la vez dos percepciones contrarias. A los que sí las
suscitan los considero como estimulantes, puesto que la percepción no muestra más esto que lo
contrario, sea que venga de cerca o de lejos. Te lo diré de un modo más claro: éstos decimos que son
tres dedos, el meñique, el anular y el mayor.
-De acuerdo.
-Piensa ahora que hablo como viéndolos de cerca. Después obsérvalos conmigo de este modo.
-¿De qué modo?
-Cada uno de ellos aparece igualmente como un dedo, y en ese sentido no importa si se lo ve en el
medio o en el extremo, blanco o negro, grueso o delgado, y así todo lo de esa índole. En todos estos
casos el alma de la mayoría de los hombres no se ve forzada a preguntar a la inteligencia qué es un
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HISTORIA DE LA FILOSOFIA
UNIDAD 4 PLATÓN
dedo, porque de ningún modo la vista le ha dado a entender que el dedo sea a la vez lo contrario de un
dedo.
-Sin duda.
-Es natural, entonces, que semejante percepción no estimule ni despierte a la inteligencia.
-Es natural.
-Pues bien, en cuanto a la grandeza y a la pequeñez de los dedos, ¿percibe la vista suficientemente, y le
es indiferente que uno de ellos esté en el medio o en el extremo, y del mismo modo el tacto con lo
grueso y lo delgado, con lo blando y lo duro? Y los demás sentidos ¿no se muestran defectuosos en
casos semejantes? ¿O más bien cada uno de ellos procede de modo que, primeramente, el sentido
asignado a lo duro ha sido forzado a lo blando, y transmite al alma que ha percibido una misma cosa
como dura y como blanda?
-Así es.
-Pero ¿no es forzoso que en tales casos el alma sienta la dificultad con respecto a qué significa esta
sensación si nos dice que algo es 'duro', cuando de lo mismo dice que es 'blando'? ¿Y también respecto
de qué quiere significar la sensación de lo liviano y lo pesado con 'liviano' o 'pesado', cuando dice que lo
pesado es 'liviano' y lo liviano 'pesado'?
-En efecto, son extrañas comunicaciones para el alma, que reclaman un examen.
-Es natural que en tales casos el alma apele al razonamiento y a la inteligencia para intentar examinar,
primeramente, si cada cosa que se le transmite es una o dos.
-Sin duda.
-Y si parecen dos, cada una parecerá una y distinta de la otra.
-Sí.
-Y si cada una de ellas es una y ambas son dos, pensará que son dos si están separadas; pues si no están
separadas, no pensará que son dos sino una.
-Correcto.
-Pero decimos que la vista ha visto lo grande y pequeño no separadamente, sino confundidos, ¿no es
así?
-Sí.
-Y para aclarar esto la inteligencia ha sido forzada a ver lo grande y lo pequeño, no confundiéndolos sino
distinguiéndolos.
-Es verdad.
-¿No es acaso a raíz de eso que se nos ocurre preguntar primeramente qué es lo grande y qué lo
pequeño?
-Sin duda.
-Y de este modo era como hablábamos de lo inteligible, por un lado, y de lo visible, por otro.
-Completamente cierto."
VOCABULARIO
- Alma: Principio del pensamiento, y de la vida y del movimiento, en general. El alma humana
preexiste al cuerpo y en su preexistencia alcanza cierto conocimiento de las ideas, cuyo recuerdo
podrá actualizarse (anámnesis) cuando se halle encarnada posteriormente en un cuerpo. Platón
sostuvo su inmaterialidad y afinidad con las ideas, su inmortalidad y reencarnación y la
accidentalidad de su unión con el cuerpo. En un principio Platón insistió primordialmente en el
alma como razón. Posteriormente distinguió en ella tres partes: razón, ánimo y apetito, en
correspondencia con las tres partes en que se divide el estado.
- Apariencia: La apariencia es lo que parece ser pero no es. En otras palabras, es lo cambiante y
mudable de las cosas. Lo que hoy parece (es) esto y mañana parece (es) lo otro, lo que para ti
parece así mientras que para mí parece de la otra manera. Las apariencias son tan cambiantes
como los pareceres y opiniones de los seres humanos. Lo opuesto dialécticamente a la apariencia
es la auténtica realidad de la idea.
- Bien: Idea suprema. Platón no explica nunca directamente en qué consiste el bien. Afirma que
es la primera de las ideas en “dignidad y poder” y se limita a comprarla con el sol: al igual que
éste da vida a los seres sensibles y los ilumina haciendo que podamos percibirlos, el bien es la
causa del ser y de la inteligibilidad de las ideas, así como de nuestro conocimiento de las mismas.
En el conocimiento del bien culmina la dialéctica y la formación de los gobernantes ideales.
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HISTORIA DE LA FILOSOFIA
UNIDAD 4 PLATÓN
- Ciencia, saber, episteme: Forma de conocimiento superior a la opinión y opuesta a ésta. Es
conocimiento: a) verdadero e infalible; está basado en la razón, que fundamenta. Sus enunciados
son inmutables, al igual que el objeto a que se refieren: las ideas.
- Conocimiento sensible (opinión, dóxa): Cuando nuestra mirada se dirige hacia lo mudable y
perecedero, obtenemos un conocimiento igualmente mudable y perecedero: es la opinión
(opuesta a la inteligencia), un mirar con los ojos del cuerpo. Platón distingue dos grados
fundamentales en el conocimiento sensible: la conjetura y la creencia.
- Conocimiento inteligible (inteligencia, noús): Para Platón “conocer” es “ver”. El ser humano
tiene en su naturaleza la capacidad de conocer, de mirar. Cuando esta mirada se dirige hacia lo
fijo e inmutable, obtiene un conocimiento permanente, verdadero, que no cambia. La
correspondencia entre conocimiento y ser en Platón permite denominar al mundo de las ideas
como mundo inteligible, porque es un conocimiento, un mirar con la inteligencia, con los ojos
del alma. Lo opuesto al conocimiento inteligible es el conocimiento sensible (opinión).
- Demiurgo: Inteligencia ordenadora del mundo. La figura del demiurgo aparece en el relato
mítico de la cosmogénesis en el Timeo. Literalmente interpretado el relato, se trataría de una
divinidad que configura el mundo a partir de una materia caótica (lugar, espacio, chora)
tomando como modelo las ideas. Si no se interpreta literalmente, su figura vendría a expresar la
causalidad de las ideas como principio del orden y de la inteligibilidad del universo.
- Dialéctica: Forma superior de razonamiento. Para los sofistas, la dialéctica era el ”arte de la
discusión por medio del diálogo”, cuya finalidad era convencer al oyente. Se trataba, pues, de
una retórica. Sócrates elevó este arte a un genuino método científico en el que se pretendía legar
al fundamento de las cosas. Es decir, al qué o esencia de las cosas. Platón adopta la línea socrática.
Según él, en el arte del diálogo tenemos, en primer lugar, un método científico racional, propio
de los filósofos que aspiran a demostrar la verdad, a diferencia de la retórica sofista. Pero, en
segundo lugar, la dialéctica para Platón es, ante todo, un instrumento necesario para llegar a la
contemplación de las ideas. De aquí que adquiera un carácter ascensional, desde el mundo
sensible hasta el inteligible, y un carácter ontológico. Mediante la dialéctica, uno alcanza a
conocer las cosas por sus razones supremas de ser, que son las ideas subsistentes, especialmente la
idea de bien. Y, desde el bien, adquiere igualmente un carácter descendente, en cuanto hace
comprender todas las demás realidades. Por otra parte, la dialéctica cobra una relevancia especial
en el Estado platónico, porque es en el bien como han de ser educados los futuros gobernantes.
- Estado: Comunidad política que Platón concibe según el modelo tradicional griego de la
“ciudad – estado” de reducidas dimensiones. En la “República” propone su utopía de un estado
ideal compuesto de tres grupos o clases: productores, guardianes auxiliares y gobernantes. Estos
últimos serán los sabios o filósofos, conocedores del bien y entrenados para ello en la dialéctica.
El gobierno de los sabios es el gobierno de la razón; la función del estado es promover la justicia
y, con ella, la felicidad del estado y de sus ciudadanos.
- Espacio, chora: Sustrato material sobre el que se ejerce al acción ordenadora del demiurgo.
Platón lo denomina de esta manera, “espacio” o “lugar”, porque en él se “localizan o reflejan las
ideas o estructuras inteligibles. No obstante, no se trata de un lugar o espacio vacío, sino de un
substrato material en movimiento eterno y caótico. A su resistencia al orden se debe cuanto de
“desorden” hay en el universo físico.
- Idea, forma, eidos: Esencia inteligible. Para Platón las ideas no son simples conceptos universales
elaborados a partir de la experiencia. Son realidades subsistentes e independientes de las cosas o
hechos particulares. Son eternas, inmutables. El conjunto de las ideas constituye el orden o
mundo de lo inteligible. A él pertenecen las esencias de los seres físicos , las realidades
matemáticas y los valores e ideales morales (justicia en sí, belleza en sí, etc.). La primera idea,
fundamento último del orden inteligible, es la idea de bien.
- Justicia: Virtud de carácter general que consiste en el orden estable y perfecto de un todo, sea
éste el alma individual o el estado, cuando las distintas partes ejecutan su función específica de
una manera adecuada y conforme a la virtud que les corresponde.
- Ley: En la Grecia clásica, término polémico. Referido, entre los presocráticos, al logos o
movimientos y cambios dependientes de la physis o naturaleza, de carácter cíclico y regular, se
extendió el uso conceptual a las normas sociales o nomos. La polémica estriba en el origen de
estas últimas, divino, natural o humano y, por tanto, en su carácter necesario o contingente,
permanente o mutable, fruto del consenso o imposición.
- Mundo inteligible: El mundo donde se encuentra la verdadera y auténtica realidad, que son las
ideas. En este mundo nos encontramos con los objetos matemáticos y con las ideas.
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HISTORIA DE LA FILOSOFIA
UNIDAD 4 PLATÓN
- Mundo sensible: El mundo de la “caverna”, donde se encuentran imágenes, sombras y objetos
físicos. Es el mundo de lo cambiable, lo perecedero, del falso conocimiento.
- Naturaleza: Se trata de un concepto con muchos matices, entre los que conviene destacar: a)
referencia al principio, origen y causa de las cosas; b) esencia permanente de una cosa que
permite descubrir cuál es la actividad propia de dicha cosa, y c) conjunto de cosas que configuran
el universo. Platón utiliza este término en el sentido de origen y en el de destino.
- Política: La organización de la pólis y la ocupación natural de todo ser humano libre y racional,
hacia la que todo griego sentía veneración. En función del tipo de régimen, la dirección de la
vida ciudadana tendrá carácter unipersonal, grupal o colectivo; así, estaremos ante monarquía,
tiranía, oligarquía, dictadura o democracia.
- Opinión, doxa: Forma de conocimiento inferior a la ciencia y opuesta a ésta. Al contrario que
la ciencia, a) la mera opinión pude ser verdadera o falsa, y b) es falible e instable porque, c) no se
funda en razones sólidas que la justifiquen. Platón suele afirmar que el objeto de la opinión es el
mundo físico, mientras que el objeto de la ciencia son las ideas inmutables. La mutabilidad e
inestabilidad del mundo físico sería, pues, la razón última de la inestabilidad propia de la opinión
como forma de conocimiento.
- Reminiscencia, anámnesis: Platón aplica concretamente la idea general de reminiscencia al
proceso por el cual el hombre recuerda las ideas a partir de la experiencia sensible. Según la
doctrina de la reminiscencia, el alma adquirió el conocimiento de las ideas cuando habitaba en el
mundo de las ideas. Los vestigios de este conocimiento resultan sustancialmente debilitados, pero
no definitivamente perdidos, al encarnarse el alma en un cuerpo. La experiencia sensible reactiva
tal conocimiento. Por ello, Platón afirma que aprender es propiamente recordar.
- Retórica: Base de la formación del político que enseña el arte de la persuasión por medio de la
palabra. En Platón, pseudo conocimiento (dóxa); apariencia. Entre los grados de conocimiento
platónicos estaría incluida en la creencia (pístis). Era enseñada por los sofistas a cambio de un
estipendio fijado, junto a un cúmulo de conocimientos relacionados con el saber común que
permitían a los pupilos argumentar y contra argumentar sobre derecho, comercio, geografía,
cálculo, estrategia, geometría, mecánica, religión, literatura, costumbres...
- Virtud, areté: La palabra griega “areté”, que suele traducirse como “virtud”, significa
originalmente “excelencia”. Virtud es, pues, la excelencia de un ser en general o de una
capacidad, excelencia gracias a la cual actúa de manera perfecta y sobresaliente. A cada agente o
facultad corresponde una virtud específica, un modo de ser que la hace actuar de manera
excelente. En el ámbito moral, Platón suele enumerar cinco virtudes fundamentales, la piedad y
las cuatro denominadas tradicionalmente “cardinales”: justicia, prudencia, valor y moderación.
Las tres últimas corresponden: a) a las partes del alma, razón, ánimo y apetito; y también b) a las
tres partes de un estado: gobernantes, guardianes auxiliares y productores, respectivamente.
ACTUALIDAD DEL PENSAMIENTO PLATÓNICO.
En esta última cuestión tenemos una dificultad añadida a la propia del
comentario del fragmento, además de tener que adaptarnos al tema del fragmento -ya
sea la Ontología platónica o su Epistemología, ambas basadas en el dualismo cosa/Idea-,
tenemos que manejar con algo de soltura el pensamiento actual. De todas formas,
recuerda que sólo vale 1 punto.
Podemos empezar por hablar de actualidad en general, donde yo hablaría, dado
que el tema es el Mito de la Caverna, de que Platón nos enseña la necesidad de “salir de
la caverna” y dirigirnos, mediante el uso de la razón y la educación, al mundo de la luz,
de la verdad. Como la caverna representa la opinión infundada, la superstición, la
superficialidad, la mezquindad de una vida corta de miras, no ver más allá de nuestros
ojos, etcétera. Además, se podría hablar de la “apariencia y realidad” (Matrix); mundos
virtuales, juegos de ordenador, realidad virtual, etcétera. Y es habitual relacionar la
Caverna con el consumismo y la manipulación del marketing -no todo es tan bonito
como en los anuncios- o en los Centros Comerciales (hay una novela del Premio Nobel
José Saramago sobre el tema).
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HISTORIA DE LA FILOSOFIA
UNIDAD 4 PLATÓN
Pero no se puede dejar de hablar de la actualidad filosófica de Platón, y ahí yo
hablaría de Karl Popper y su obra “La sociedad abierta y sus enemigos” de 1945, donde
critica de manera muy severa la influencia de Platón, entre otros, en el pensamiento
político de los totalitarismos -fascismo, nazismo, comunismo-. La teoría de la Polis Ideal
y de las Ideas mismas llevan a Platón a considerar la democracia como una forma
degenerada de sociedad. Podemos ver una breve explicación en la wikipedia o en la
Standford Encyclopedia of Philosophy. Aparte de eso, hoy en día sigue vigente en la
base Neoplatónica de la Teología Cristiana, pero hay que rebuscar demasiado para
encontrar sus ideas en el pensamiento filosófico actual.
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