Algunas ideas para el debate, a propósito de la discusión legislativa sobre despenalización del aborto. Viernes, 28 de Agosto de 2015 12:34 Estamos en un momento histórico para Chile. No sólo nos estamos levantando como sociedad contra las prácticas de la política y la economía que nos parecen reñidas con la mínima ética que deben guardar quienes guían los destinos del país. Por Ximena Gauché Marchetti. Abogada, Doctora en Derecho,Profesora Asociada, Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales. Coordinadora del Grupo Interdisciplinario de Investigación en Derechos Humanos y Democracia Universidad de Concepción . El 31 de enero de este año fue ingresado un nuevo proyecto de ley que busca abordar la despenalización del aborto en Chile (Boletín 9895-11) Específicamente, el proyecto establece que se permitirá interrumpir un embarazo en tres supuestos, modificando el Código Sanitario, Penal y Procesal Penal: 1) para evitar un peligro para la vida de la madre (mujer se encuentra en riesgo vital presente o futuro) 2) cuando el embrión o feto padezca una alteración estructural congénita o genética incompatible con la vida extrauterina, o 3) cuando el embarazo sea producto de una violación (con un límite general de tiempo de 12 semanas de gestación y de 18 semanas cuando se trata de menores de 14 años) Entre los antecedentes a este proyecto se han tenido a la vista la dignidad de las mujeres como atributo inviolable y el deber de respeto y protección; la realidad sobre la práctica del aborto en Chile; el desarrollo de políticas públicas en relación a salud de las mujeres en Chile y las numerosas iniciativas legislativas anteriores. En efecto, desde 1991 a 2014 se ingresaron más de siete proyectos buscando similar objetivo, ninguno de los cuales dio lugar a una discusión 1/3 Algunas ideas para el debate, a propósito de la discusión legislativa sobre despenalización del aborto. Viernes, 28 de Agosto de 2015 12:34 profunda sobre el tema. Sus fundamentos en tanto se encuentran en los compromisos de Chile con el derecho internacional de los derechos humanos, el contexto normativo mundial en materia de aborto y el deber estatal de proteger y respetar la vida y la salud de las mujeres, reconociendo su autonomía. Como aspectos interesantes, el proyecto busca regular situaciones especiales, como la objeción de conciencia y el deber de confidencialidad, garantizando en todo caso el máximo respeto a la voluntad de la mujer (expresa, previa y por escrito). Una de esas situaciones especiales es la de la madre menor de edad. Se distingue así entre menores de 14 años y mayores de 14 y menores de 18. En el caso de las menores de 14 años, además de su voluntad, la interrupción del embarazo deberá contar con la autorización de su representante legal o del juez si no está. En este complejo aspecto, esta propuesta legislativa debería ser objeto de una discusión seria y responsable, enmarcada en los derechos sexuales y reproductivos de las niñas de nuestro país, su autonomía y capacidad progresiva para decidir en estas materias, conjugada de buena manera – y no de forma impositiva – con la responsabilidad parental que cabe a los adultos a cargo. Ese debería el contexto si realmente vamos a considerar a la niña como una sujeto de derechos y no desde la incapacidad para tomar sus decisiones, particularmente cuando se enfrenten a situaciones de violencia sexual en que quedan expuestas a una aún mayor indefensión. Como puede apreciarse, este proyecto viene a poner en la mesa muchos temas complejos para el debate legislativo. En esa lógica, parece importante abordar algunas otras ideas referidas al marco a partir del cual debería ir dándose la discusión. Tres ejes me parecen relevantes, de entre los muchos que podrían ser considerados. En primer lugar, la consideración en serio del enfoque de los derechos sexuales y reproductivos – como se anunció - los estándares internacionales en la materia, la influencia que tienen en el ejercicio de otros derechos (libertad de enseñanza, libertad de expresión, vida privada, etc.) y la carga desproporcionada que tienen para las mujeres, moldeando incluso los discursos públicos desde ciertos prejuicios y estereotipos. No podemos seguir siendo casi una isla en el mundo en la materia. Hoy casi la totalidad de los países del mundo se han dado una regulación con diferentes modelos en relación al aborto provocado: desde la prohibición absoluta hasta los distintos tipos de regulaciones (con plazo, con justificación, con sistema de causales) Al año 2015 Nicaragua, Honduras, El Salvador y Chile, sin embargo, tienen las legislaciones más restrictivas, afectando a más del 90% de las mujeres que están impedidas de abortar en todo el mundo. 2/3 Algunas ideas para el debate, a propósito de la discusión legislativa sobre despenalización del aborto. Viernes, 28 de Agosto de 2015 12:34 En segundo término, como estado laico debemos hacernos cargos de la clásica confusión entre moral y derecho. En ese orden de ideas ¿hasta dónde puede intervenir el estado en la libertad de las personas? ¿nos vamos a convertir también en la llamada “guerra de los absolutos” que Laurence Tribe en su famoso libro grafica muy bien respecto de los Estados Unidos? ¿tiene que centrarse la discusión en el “dilema” vida o libertad? Una opción es asumir que en un estado democrático éste tiene que aceptar las diferentes formas de vida, de creencias y de valores que puedan constituirse en un proyecto de vida y buscar conciliarlas. Todas. No las de algunos o algunas. De esta reflexión llego a la última. De cara a una futura Constitución Política que refleje un nuevo pacto social: ¿qué estatus tendrá el no nacido? ¿una protección jurídica gradual como ha expresado la Corte Interamericana de Derechos Humanos? ¿o vamos a definirlo como persona, aun cuando la embriología moderna dice que la fecundación es un «proceso» y no un momento? ¿qué pasa con la igualdad entre «personas»? ¿no hay una carga desproporcionada para las mujeres y especialmente para las niñas embarazadas a quienes se les debe por el estado una protección reforzada? Esta cuestión también debe ser parte del debate que se tiene que instalar. Estamos en un momento histórico para Chile. No sólo nos estamos levantando como sociedad contra las prácticas de la política y la economía que nos parecen reñidas con la mínima ética que deben guardar quienes guían los destinos del país. Estamos poniendo en cuestión un modelo societal que algunos siguen defendiendo sin considerar los costos que trae para otros. En esos cuestionamientos debería estar instalada la discusión sobre la despenalización del aborto. 3/3