Avances y desafíos en torno a la autonomía económica de las mujeres Rosa Bravo Presentación realizada en el Panel “Avances y desafíos en torno a la autonomía económica de las mujeres” del Seminario Género en el Poder: el Chile de Michelle Bachelet. Organizado por el Observatorio de Género y Equidad Qué entendemos por autonomía económica Capacidad de las personas de generar ingresos propios para satisfacer sus necesidades de subsistencia. ● Es un tema especialmente relevante para las mujeres por los obstáculos de género que dificultan ese logro. ● El trabajo remunerado como principal fuente de ingresos de las personas es determinante de la autonomía. ● La división sexual del trabajo según la cual la mujer es responsable del trabajo doméstico y de cuidado limita su acceso a los recursos económicos y sociales y en particular al trabajo remunerado en condiciones de igualdad con los hombres. ● Las mujeres destinan una parte importante de su tiempo al trabajo reproductivo (no remunerado), los hombres pueden destinar todo su tiempo al trabajo remunerado. ● La disponibilidad de tiempo para dedicar al trabajo remunerado, no es suficiente si el mercado de trabajo no ofrece oportunidades para que todas las personas, mujeres y hombres que necesitan trabajar puedan concretar un trabajo. La Agenda de Género de la presidenta Bachelet Se refiere de manera especial a la autonomía económica de las mujeres: “Que las mujeres cuenten con autonomía económica es una condición facilitadora de la nivelación de oportunidades y derechos entre ambos sexos. Es importantísima también, para que avancen en la superación de la subordinación en que han estado históricamente y que las deja con una reducida porción de la riqueza del país y con desventajas en su calidad de vida, considerando que siguen sobrellevando la mayor carga de trabajo doméstico”. Dimensiones de la autonomía ● ● En la determinación de la autonomía económica de las mujeres intervienen dos dimensiones estrechamente interrelacionadas: la oferta, limitada por condicionantes de género, y la demanda también influida por éstos. La división sexual del trabajo en la esfera del hogar se reproduce también en la esfera de la producción mercantil, se construye un mercado de trabajo segregado por sexo en el cual las mujeres no tienen acceso igualitario a todos los empleos, insertándose con mayor frecuencia en aquellos de menor productividad e ingresos y en relaciones laborales más vulnerables. En estas dos dimensiones de la autonomía se inserta el análisis de los principales avances del actual gobierno y de los desafíos pendientes. Los grandes avances ● ● El gobierno de la presidenta Bachelet ha asumido los problemas de género como un tema fundamental de su agenda política. El contenido del discurso y las medidas propuestas avanzan en algunas dimensiones de la autonomía, especialmente en aquellas orientadas a facilitar el acceso al mercado de trabajo como es el cuidado infantil, triplicándose la oferta de salas cunas para el 40% de los niños y niñas pertenecientes a familias de menores recursos. También, especialmente significativa es la reforma provisional que permite a mujeres de tercera edad el goce de una pensión. En enero 2009, poco más de 360000 mujeres recibieron ese beneficio. Con estas medidas se avanza en hacer visibles las relaciones entre trabajo productivo y reproductivo y en reconocer y valorar el trabajo doméstico y de cuidado como un trabajo socialmente necesario, enfoque considerado fundamental para un análisis económico con perspectiva de género. Los grandes desafíos ● Considerando que las remuneraciones del trabajo son la principal fuente de ingresos para las personas y por lo tanto un requisito fundamental para alcanzar la autonomía económica, el gran desafío se traduce en que el sistema genere empleos decentes suficientes para todas las personas, hombres y mujeres, que necesitan y desean trabajar. ● Pero este desafío trasciende las acciones que pueda implementar el gobierno, y parece difícil de alcanzar teniendo en cuenta que el funcionamiento del modelo global y las políticas económicas que lo avalan, han mostrado su incapacidad de generar empleos decentes suficientes para responder a la actual oferta de fuerza de trabajo, con la consiguiente proliferación de empleos de baja productividad mal remunerados y tasas altas de desocupación. ● La posibilidad de plantear rectificaciones a la política económica para contrarrestar o modificar esos efectos negativos es un tema que no se discute en el ámbito oficial. Los efectos indeseables desde el punto de vista del bienestar colectivo deben ser externamente compensados o corregidos con políticas sociales que no modifican sustancialmente las estructuras económicas ni sus “leyes de hierro”. Avances en materia de empleo ● ● Se promueven e intensifican políticas activas de empleo: servicios de colocación, servicios de capacitación y empleos subsidiados. Actualmente están en ejecución un conjunto de programas que realizan diversos organismos públicos cuyos beneficiarios son principalmente mujeres y hombres de sectores de menores ingresos que están desocupados. La información disponible sobre estos programas no ha permitido evaluar el posible impacto que estos programas tienen en el empleo global y de mujeres y hombres. Se reconoce el positivo impacto que esos programas pueden tener en la empleabilidad de mujeres de menores recursos, pero tienen límites para ser ampliados a más mujeres y por esa vía aumentar la participación económica de las mujeres más pobres que son las que tienen menor representación en el mercado de trabajo y por lo tanto menor autonomía económica. Las participación de las mujeres en la actividad económica ● ● Las mujeres han aumentado rápidamente su participación en la actividad económica, alrededor de 10 puntos porcentuales entre 1990 y 2008. En este último año, 41 de cada 100 mujeres de 15 y más años estaba ocupada o buscando trabajo. En el caso de los hombres esta relación es de 72 por cada 100. Para igualar las tasas más del 30% de las mujeres en edad activa debería incorporarse al mercado de trabajo. La tasa de participación de las mujeres aumentó en tres puntos porcentuales entre 2006 y 2008, es un avance durante el gobierno, pero es difícil saber cuanto es atribuible a su gestión. Sigue vigente el desafío de aumentar la participación de las mujeres en el trabajo remunerado La participación económica es muy desigual entre mujeres de distintos estratos de ingreso Total 73 43 V IV 78 52 III 74 44 II I 80 60 70 36 27 61 Fuente: MIDEPLAN, encuesta CASEN 2006 Hombres Mujer Desafíos: promover la oferta laboral de las mujeres de ingresos más bajos, avanzando medidas que apunten a modificar la ideología que reproduce la subordinación, especialmente eliminando estereotipos sexuales en el proceso educativo ● ● ● Las tareas domésticas y de cuidado se plantean generalmente como las principales restricciones de las mujeres de menores ingresos para buscar trabajo. Durante este gobierno, se avanza muy especialmente en el cuidado infantil para los niños y niñas. Pero, cuan determinante es el cuidado infantil en la oferta de fuerza de trabajo de las mujeres?. Que otros factores pueden explicarla? Los resultados de una encuesta a mujeres inactivas aplicada en el Gran Santiago permiten ilustrar posibles respuestas. De acuerdo a ellos, más del 80% de las mujeres de escasos recursos desea trabajar pero no puede hacerlo. La principal razón que impide a las mujeres salir a trabajar está relacionada con la maternidad, pero un 63% sostiene que no está dispuesta a dejar el cuidado de sus hijos a otra persona o institución. Otra razón que esgrime el 25% de las entrevistadas es que su marido o pareja se pone celoso o no le gusta que trabaje. La inserción de las mujeres en el mercado de trabajo ● En el mercado de trabajo se pueden distinguir dos sectores de acuerdo al tipo de relaciones laborales: un sector asalariado o dependiente y un sector independiente integrado por los empleadores y trabajadores por cuenta propia. ● En ambos sectores, las mujeres sufren distintas formas de discriminación. Un indicador sintético es la brecha en las remuneraciones: en 2007, según información oficial del INE, las mujeres trabajadoras ganan un 25% menos que los hombres. ● Los problemas de discriminación adoptan formas específicas en cada sector, lo que requiere una análisis por separado. Sector asalariado o dependiente ● ● Es el más numeroso, en él trabajan alrededor de las tres cuartas partes de las mujeres ocupadas y una proporción poco menor de hombres. La composición interna es diferenciada por sexo: Sectores Mujeres Hombres % de mujeres Brecha salarial Privado 16 90 32 14 Público 19 10 54 27 Doméstico 15 0 98 12 Total 100 100 39 12 Sector público ● Importante empleador de mujeres y fuertemente feminizado, presenta elevada brecha salarial. ● Avances: Para enfrentar problemas de desigualdad, el actual gobierno avanzó con código de buenas prácticas laborales obligatorio para los organismos de la administración central y voluntario para las empresas públicas y el sector público descentralizado. Este aborda siete aspectos de discriminación laboral, de las cuales dos: desarrollo de carrera y acceso a la capacitación, y representación equilibrada o paritaria en los cargos de jefatura y responsabilidad directiva, deberían contribuir a una relación de salarios más igualitaria. El sector asalariado doméstico ● Está integrado casi totalmente por mujeres, está principalmente representado por trabajadoras puertas afuera. ● Avances: legislación que permite asimilar sus condiciones de trabajo al resto de asalariadas: fuero maternal, anterior al actual gobierno, ingreso mínimo y descanso en días festivos beneficios adquiridos en el gobierno actual. El sector asalariado privado ● El trabajo asalariado de las mujeres se realiza en un contexto de mayor flexibilización de las relaciones laborales. La adaptación de las empresas a las nuevas modalidades de funcionamiento del capitalismo mundial ha producido cambios significativos en la organización del trabajo. Entre esos cambios destaca la flexibilización del trabajo asalariado con relaciones laborales de menor dependencia y el surgimiento de una gran diversidad de situaciones que se reflejan en las condiciones de los contratos o acuerdos laborales. Se crean formas de trabajo atípicas caracterizadas por relaciones laborales de menor dependencia, estabilidad y protección que en general según diversos estudios han contribuido a la mayor precariedad del empleo. Entre éstas, relaciones laborales con ausencia de contrato de trabajo, con plazo no indefinido, empleos temporales y jornadas parciales entre otros. Desafío: ampliar la fiscalización del cumplimiento de los derechos laborales de las mujeres que trabajan con esas nuevas modalidades de trabajo, así como también ampliar la regulación a otras formas donde las relaciones laborales son menos nítidas. Continuación ● ● El sector asalariado privado Las mujeres tienen menor representación relativa. La brecha promedio es relativamente baja, 12% en 2007. Sin embargo, información en 2003 (año en que la brecha es similar) se observan brechas elevadas en los distintos segmentos que aumentan con la jerarquía desde 24% para trabajadores manuales a 46% para el personal directivo. Avance. Recientemente se aprueba la ley que modifica el código del trabajo para resguardar el derecho a la igualdad de remuneraciones. Esta ley que es sin duda un avance no fue aprobada de acuerdo con la moción inicial que consagraba el principio de igual remuneración por trabajo de igual valor, según las recomendaciones del Convenio 100 de la OIT, ratificado por el gobierno de Chile. Se aprobó con el principio de igual remuneración por igual trabajo. No permite comparar las diferentes funciones que tienen mujeres y hombres y que tienen igual valor considerando requisitos similares. Desafío: perfeccionar la ley. Estructura ocupacional en el sector asalariado ● ● Otro aspecto a destacar es la diferente estructura ocupacional de mujeres y hombres en el sector asalariado. En particular la inserción laboral diferenciada de los/as trabajadores/as manuales en sectores productores de bienes y productores de servicios. La segregación del mercado se manifiesta en que las mujeres se concentran en sectores de servicios y los hombres en la producción de bienes siendo los salarios medios de las ramas productoras de bienes muy superiores a los salarios medios de las ramas productoras de servicios. Así por ejemplo el salario medio del sector de servicios personales es menos de la mitad del salario de obreros y jornaleros del sector productor de bienes. Distribución de la fuerza de trabajo ocupada por sexo, según estratos ocupacionales (En porcentajes) 1.4 18.8 2.0 10.7 15.5 26.7 14.1 Pr ofes ionales , Técnicos Em pleados de Oficina 55.1 Manuales pr oductor es de bienes 38.8 15.0 Mujeres Dir ectivos Hombres Manuales pr oductor es de s er vicios Desafío Para enfrentar la segregación que afecta a las trabajadoras de menores ingresos del sector de trabajadores manuales y abrir nuevas oportunidades de empleo para las mujeres en ocupaciones con predominio masculino, será necesario intensificar la capacitación de mujeres en oficios no tradicionales, así como privilegiar la inserción de mujeres en estos sectores en la aplicación de los programas que subsidian a las empresas para la contratación de mano de obra. Sector independiente ● Está integrado por empresarios y trabajadores por cuenta propia, también considerados microempresarios individuales. ● Atendiendo a la capacidad generadora de empleo de las microempresas, el trabajo independiente ha sido promovido oficialmente como solución a los problemas de desempleo con políticas de fomento productivo que incorporan de manera específica a la microempresa. Así, el actual gobierno otorga una alta prioridad a las políticas orientadas a estimular la capacidad emprendedora de las personas y a promover la creación de micro y pequeñas empresas de mujeres y hombres como un recurso importante para el desarrollo del país. Un conjunto de organismos públicos son responsables del diseño y aplicación de programas de fomento productivo que incluyen capacitación, asistencia técnica, información de mercado y crédito entre otros servicios. (CORFO, SENCE, FOSIS e INDAP) Las microempresarias ● Una parte importante de las microempresas y en especial las de mujeres se originan para hacer frente a la pobreza lo que hace que las posibilidades de constituirse en empresas rentables son escasas, tanto por las dificultades propias del sector como las relativas al género, entre las que destacan: menor disponibilidad de tiempo para dedicar al negocio y a la capacitación; escaso o nulo capital para iniciar la actividad y dificultades de acceder a créditos, tecnología y servicios de información; las oportunidades de mercado las llevan instalarse con rubros de menor productividad que generalmente corresponden a extensiones del trabajo doméstico y de cuidado. ● Transformar el sector de microempresas de mujeres en unidades productivas económicas sustentables sigue siendo un gran desafío pendiente para las políticas de fomento productivo. Reflexiones finales ● ● El gobierno de la presidenta Bachelet ha marcado un sello especial en cuanto a su preocupación por la desigualdad de género que se reproduce en la sociedad chilena. Durante su gobierno se han materializado una serie de políticas sociales que han beneficiado de manera especial a las mujeres en su papel de responsables de la reproducción cotidiana de la fuerza de trabajo. Dichas políticas tienen a su vez efectos positivos en la autonomía económica en la medida que contribuyen a suavizar los obstáculos de entrada al mercado de trabajo que tienen las mujeres de menos recursos. Aún queda camino por recorrer, la plena autonomía económica de la mujer se irá construyendo a medida que se avance en procesos sostenidos de transformación cultural, económica, social y política de la sociedad chilena.