Javier Méndez Nanotecnología y Nanociencia Dr. Javier Méndez Científico Titular del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Instituto de Ciencia de Materiales de Madrid Nanotecnología Como la propia palabra indica es la “tecnología” de lo muy pequeño. “Nano” es diez a la menos nueve (10-9), un “nanómetro” es el tamaño de algo “mil millones” de veces más pequeño que un metro, “un millón de veces” más pequeño que un milímetro. Esta tecnología esta en un estado muy incipiente y sería más correcto hablar de “nanociencia”. ¿Por qué es interesante? El mundo en que vivimos esta gobernado por la física que hemos estudiado en el colegio, las leyes de newton, lo que se denomina “la mecánica clásica”. Si nos vamos a tamaños muy grandes, el espacio, el cosmos, o a tamaños muy pequeños, los átomos, los electrones, la física cambia, las leyes que gobiernan estos mundos son otras. En un caso tenemos la física gravitacional y la teoría de cuerdas. En el otro, en el mundo de lo muy pequeño tenemos la física cuántica, la nanociencia. Cuando tenemos un objeto de un determinado material, y este objeto es muy muy pequeño, de tamaño nanométrico ya no tiene las propiedades que caracterizan a ese material. Heinrich Rohrer, premio Nóbel de física en 1986 por inventar el microscopio STM, se preguntaba 10 años después: ¿cuantos átomos de oro necesitamos, para tener las propiedades del oro? ¿mil? ¿quinientos? ¿cien?. Un año antes, 1995, nosotros (en el laboratorio donde yo realizaba mi tesis) habíamos descubierto que un hilo de oro formado por una sola cadena de átomos no conducía la corriente como lo hace cualquier conductor metálico, lo hacía de una forma especial: la corriente a través de una cadena de átomos de oro estaba cuantizada. Observábamos por primera vez, la conducción cuántica en metales. Lo importante es el “confinamiento”. Una cadena de átomos de oro es un objeto en una dimensión (a lo largo de la cadena de átomos). Los electrones que viajan por esta cadena de átomos de oro, “notan” que están confinados a moverse en una dirección, “notan que sólo pueden viajar en esta dimensión” y esto les pone muy nerviosos y están alterados. Otro ejemplo de como cambian las propiedades de los materiales al hacerlos muy pequeños son los llamados “puntos cuánticos”. Los puntos cuánticos son objetos donde hay “confinamiento” en las tres direcciones del espacio, esto es: un punto. Son como una caja cerrada. Los electrones que están encerrados dentro están alteradísimos. Tanto que son capaces de emitir luz. Si tenemos una disolución de estos puntos cuánticos esta disolución tendrá colores muy vivos. Y el color y la intensidad dependerán del tamaño de los puntos cuánticos. Los puntos cuánticos se están empezando a utilizar en “lásers”. Son un claro ejemplo de cómo cambian las propiedades al disminuir el tamaño., y esto es lo interesante de lo muy pequeño, esto es lo interesante de la nanociencia. ¿Cuales son las herramientas de la nanotecnología, de la nanociencia? Yo distinguiría tres herramientas principales: o La primera, una herramienta de fabricación de materiales, el MBE, del inglés molecular beam epitaxy, que es una máquina que permite “fabricar” materiales capa a capa con un control altísimo, prácticamente control del átomo. Con estas maquinas se fabrican por ejemplo las multicapas. Estos son materiales que parecen un sándwich “multipiso”: pan, atún, pan, atún, pan, atún... Aquí con lo que juegan es con el espesor de la capa de pan o con el espesor de la capa de atún. El resultado es un material con unas propiedades nuevas, que no son las propiedades del pan ni las del atún. Por ejemplo estos materiales emiten luz láser. Los láseres (lásers) de los lectores CD o DVD de nuestros ordenadores seguramente tienen multicapas de semiconductores. o Una segunda herramienta es el microscopio de efecto túnel (con el que yo trabajo) y toda la gama de microscopios que de el se derivan. Esta herramienta nos va a permitir visualizar el mundo a escala nanométrica. Este microscopio consiste en una punta que acercamos a una superficie y la pasamos por encima de la superficie. Por medio de la interacción entre la punta y la superficie vamos a poder “ver” como es la superficie. Es como una persona ciega que “lee” como es un objeto pasando el dedo por encima. Nosotros igual, pasamos la punta y “vemos” como es la superficie. El ciego se hace una imagen mental en el cerebro. Nosotros obtenemos una imagen en el ordenador. Luego podemos jugar con esta imagen, dándole color, girándola en el espacio. El potencial de este microscopio es tal que incluso podemos llegar a ver los átomos. El microscopio de efecto túnel, además nos permite modificar las superficies, nos permite escribir. Para ello, paramos la punta y apretamos más fuerte sobre un punto. Al hacer esto marcamos la superficie en este punto (hacemos un agujero o formamos un montículo de tamaño nanométrico). Hemos “escrito” a tamaño nanométrico. Mediante este sistema podríamos escribir toda una biblioteca en la cabeza de un alfiler. o Por último, la tercera herramienta son las simulaciones teóricas, los cálculos que se realizan mediante ordenadores de cómo se comportan los materiales a estas escalas nanométricas. Para ello se realizan programas de ordenador con cientos y miles de átomos. A estos átomos se les otorgan las propiedades características del elemento al que correspondan, se introducen las formulas y leyes adecuadas y se “simula” paso a paso que ocurre a cada átomo, cómo el movimiento de uno de ellos afecta a los demás, etcétera. El resultado es un experimento realizado en el ordenador donde todo es mucho más accesible que en el experimento real, ya que debido al tamaño y a las dificultades técnicas muchas veces no vemos como esta pasando todo. Estas herramientas con que he clasificado la nanociencia en tres grupos “fabricación”, “visualización” y “simulación”, están referidas al ámbito de la física. Si incluimos la química tendríamos que mencionar la “síntesis de moléculas”, y cómo en la actualidad se pueden sintetizar moléculas químicas con diversas propiedades: magnéticas, conductoras, luminosas. O si incluimos la biología tendríamos que incluir toda la investigación que se realiza con el ADN, la “biotecnología”. ¿En qué trabajo actualmente? En el grupo en el que estoy integrado dentro del Instituto de Ciencia de Materiales de Madrid, tenemos diversos proyectos de investigación. Uno es un proyecto financiado por la Unión Europea que es sobre la “fricción en elastómeros”, esto es sobre los procesos de desgaste de las gomas por efecto del rozamiento. En este proyecto están involucradas varias empresas de automóviles interesadas en conocer los procesos que ocurren a escala atómica en los frenos de los coches por ejemplo. Otro proyecto es una red de investigación (Consolider) sobre óxidos. Nosotros aportamos imágenes de cómo son las superficies de los óxidos, e incluso de como trascurren las reacciones sobre los óxidos. Otro proyecto del grupo consiste en seguir reacciones químicas, en concreto conseguimos cerrar una molécula hasta formar una fulereno de 60 átomos de carbono (C60). Este trabajo lo hemos enviado a la prestigiosa revista Nature. Mi línea de investigación, lo que es el proyecto de investigación que yo dirijo trata sobre la “nanoestructuración de moléculas orgánicas”. En este proyecto estamos formando “puntos orgánicos” y cadenas de moléculas orgánicas. En este trabajo combinamos dos elementos importantes: uno, las propiedades de las moléculas que empleamos, son moléculas fotoluminosas, capaces de emitir luz; y dos, el confinamiento, que como he mencionado, es capaz de proporcionar nuevas propiedades. Cabe la posibilidad de que si todo fuera bien, en el futuro se pudieran aplicar estos elementos a los lectores de CDs de los ordenadores del futuro. Mi trayectoria Estudie y realicé el doctorado en la Universidad Autónoma de Madrid. Me dirigió la tesis doctoral el Profesor Arturo Baró, pionero en España del microscopio de efecto túnel. A lo largo de mi tesis observamos la conducción cuántica en nano-hilos de oro. Luego estuve tres años en Alemania, en Berlín de posdoctorado. Trabaje en dos centros distintos, la Universidad Humboldt y el prestigioso Instituto Max Planck. En este último trabaje en el grupo del Profesor Gerhard Ertl, premio Nóbel de Química de este año por sus investigaciones en reacciones catalíticas. En su grupo investigue con un microscopio de efecto túnel ultra-rápido las reacciones químicas que ocurren en los motores de los coches. De vuelta a España me incorporé al CSIC en el Instituto de Ciencia de Materiales de Madrid con un contrato del programa Ramón y Cajal. Hace dos años obtuve plaza de científico titular. Anécdotas del mundo nanoscópico Tengo un amigo de Berlín, es historiador y músico, tiene un grupo de música electrónica, que me preguntaba sobre cosas del mundo de los átomos y se quedaba maravillado, iba contándoselo a todo el mundo. Yo le contaba que el mundo a escala atómica es algo distinto a como nos lo imaginamos. Los objetos sólidos son mucho más blandos de lo que nos imaginamos, al menos a la escala atómica. Los objetos sólidos, a escala atómica son casi líquidos, como la mantequilla o como el helado. Así cuando tocamos un objeto metálico por ejemplo, no nos damos cuenta por que no vemos que hayamos dejado ninguna marca, pero a escala atómica hemos ocasionado un destrozo como si hubiéramos hundido el dedo (o pasado la uña) por la mantequilla. Y no solamente eso, si no que además nos llevamos miles, millones de átomos del metal en nuestro dedo. Esto a mi amigo le maravillaba, e iba tocando a la gente con el dedo en el brazo y le decía: “te he quitado átomos”, “me he llevado tus átomos”. También le contaba que las superficies de los materiales “incluso a temperatura ambiente” se están moviendo constantemente. Los átomos se están despegando de un sitio, moviéndose por la superficie rápidamente, y pegándose en otro sitio (hay películas que muestran esto mismo, átomos y filas de átomos en continuo movimiento). Sin embargo, los objetos no cambian de forma, o al menos de forma aparente, ya que el movimiento de un átomo despegándose de un sitio y moviéndose hasta pegarse en otro sitio se “compensa” con el movimiento de otro átomo que hace el camino inverso. Como no hay sitio preferente o dirección de movimiento preferente el movimiento resultante se cancela. Aunque hay un movimiento continuo de átomos, el borde del material permanece invariable “aparentemente”. Mi amigo se quedaba sorprendidísimo e iba a contárselo a otros rápidamente.