lecturas 3 Las Revistas TALLER DE DISEÑO EN COMUNICACIÓN VISUAL C / FILPE / FBA / UNLP Por Jorge Halperín Ex director de la Revista 3puntos. Gentileza de Ariel Garófalo. Para quienes trabajamos muchos años en diarios, el mundo de las revistas es muy particular. Incluso, cuando uno ha dirigido la sección semanal de un diario, trata de entender la lógica de un semanario y todo da distinto. Pienso, por ejemplo, en la zona crucial de las tapas, donde no pesa sólo la fuerza de un tema o una noticia importante sino un delicadísimo equilibrio de palabras e imágenes, un cóctel en el que pequeños deslizamientos en la imagen o las palabras producen resultados muy distintos. Pienso, también, de qué manera la legibilidad, la lectura clara e inmediata se convierte en cuestión de vida o muerte cuando la compra del medio se decide en los 20 o 30 segundos en que el lector está parado ante un kiosco, frente a decenas de tapas. Hoy los que hacemos revistas estamos convocando a un lector que ya no otorga cheques en blanco a las marcas. Es una época en que realmente se han puesto de moda los rediseños, y las razones son muchas: la intensa competencia que existe entre los medios, el rápido desgaste de las fórmulas, la perpetua celebración de lo nuevo que es una marca de los 90, la preocupación obsesiva por la identidad de cada publicación y, al mismo tiempo el hartazgo que obliga a una perpetua innovación. Todo esto en medio de la auténtica explosión de recursos gráficos y de tecnologías que caracteriza a este momento. Por estas razones las ventajas de un medio sobre otro se acortan rápidamente. A este escenario de cambios continuos hay que agregar las dificultades de esta época y las transformaciones que el nuevo marco político ya está imponiendo al periodismo y que van mucho más allá de un cambio de gobierno. En ese terreno las revistas deben construir su particular relación con el lector y potenciar al máximo aquellas que son sus ventajas. Entonces nos volvemos a interrogar por esas ventajas del género “revistas”. Empezamos con un pequeño ejercicio de imaginación: por un mo- mento pensamos cómo serían los kioscos de Buenos Aires si sólo vendieran diarios. Lo que se vislumbra es un paisaje donde las veredas de la ciudad pierden una parte de su encanto. ¿Qué tienen, después de todo, las revis tas? Primero, la sensualidad de su propuesta gráfica. Permítanme mis amigos diarieros, que también hacen revistas, esta digresión: los diarios no parecen hechos especialmente para los sentidos como las revistas. Las páginas de un semanario admiten propuestas gráficas con mucha libertad, un uso distinto del color y un verdadero deleite para los ojos. Hay algo muy placentero en manipular el objeto revista, un tipo de gratificación que no puede ser imitado por otros medios. La suave textura del papel, la elegancia de las tipografías. Las fotografías e ilustraciones muchas veces decididamente hermosas o dramáticamente testimoniales. También perdurables, para envidia de la televisión. La revista -incluso los avisos de la revista - es información con cierto “clima”. Un diario de tres semanas atrás es un material de gran interés para los estudiosos. Una revista de tres semanas atrás sigue siendo música para los ojos. Los personajes siempre están ligados a los magazines. Es más, se “producen” para salir en las revistas como no lo hacen para un diario. Un diario documenta lo que sucede, una revista lo muestra. Por ejemplo, ¿qué medio puede reclamar más ventajas que una revista para dejar precisa constancia de los fulgores de la década menemista? Otro punto singular es la circunstancia de lectura. Para mi, la ceremonia de lectura del diario a la mañana es única. Pero las revistas también tienen un momento singular de lectura, que es muy distinto y más distendido -incluso, si se lee en un momento tan poco tranquilizador como el de la espera de un consultorio de dentista-. Uno espera TALLER DE DISEÑO EN COMUNICACIÓN VISUAL C / FILPE / FBA / UNLP 3 entretenerse, leer un texto escrito con una mayor libertad de lenguaje, seguir un buen análisis, acceder a una buena historia de vida, “mirar” lo que pasó. Cuando emprendimos el rediseño de Trespuntos tomamos en cuenta estas singularidades del género revista y la identidad de una publicación que tenía entonces poco más de dos años y que busca su lugar diferenciándose por su estilo no estridente, por su información confiable, por su particular mirada sobre la actualidad, por la calidad de los textos y por su interés en lo que pasa en la sociedad y la cultura. Quisimos reforzar esos atributos y conseguir una revista más amena, más linda, más divertida, mejor organizada y más funcional en su lectura, y capaz de ofrecer mayor servicio a los lectores. Entre las cosas que modestamente puedo decir que aprendí en poco más de un año de gestión al frente de una revista está fundamentalmente el hecho de concebir mi tarea como una genuina amalgama de contenidos y formas, de ideas que necesitan ser pensadas también en una trama visual para poder existir como productos periodísticos. Es un desafío fascinante.