LECTURA RECOMENDADA PARA ESTE VERANO PEDRO COSTA MORATA: “ECOLOGIADA (100 batallas). Medio ambiente y sociedad en la España reciente”. Ed. Biblioteca Nueva. Col. Ensayo. Madrid 2011 A Pedro Costa Morata, sociólogo, y tal vez el primer ecologista militante. En enero de 1974 me escribió Paco Rabal: «Pedro, en Águilas, cerca de Cabo Cope, quieren instalar una central nuclear. Mi primo Pedro Costa te verá en Lorca para explicártelo. Yo me lo dejo todo y voy para nuestra tierra enseguida». Desde aquel día y hasta hoy, después de tantos años de aquel mensaje, vengo a recordar una de las historias más apasionantes que he vivido. Una historia a favor del hombre y de la cultura, de los árboles y de los peces, frente a la soberbia del dinero, encarnado en un poder económico sin miramientos hacia el respeto humano, apoyado por la necedad de un régimen absurdo que sólo tenía en su funeral curriculum un golpe de Estado y haber ganado una guerra incivil. Pero en aquel escenario adverso, con Pedro Costa Morata a la cabeza, en este país se ganaron otras batallas, aunque la primera, la nuestra y con él, tal vez fue contra esa central nuclear; y en ella estuvimos aliados con quienes, por una razón u otra, defendían o amaban su tierra más que otra cosa y teniendo como símbolo una inmensa roca que se adentra en el mar, Cabo Cope. Para Pedro Costa, Ecologíada es el resultado de una historia en la que se libraron 100 batallas: el despertar de la sociedad en la lucha sin tregua por el medio ambiente. Pero es que Pedro Costa no lo dice todo; porque se ha dejado en ese sendero buena parte de su vida y toda su juventud, la historia amable de cualquier ciudadano de este país al calor de su pueblo, su casa o su familia. De eso sabe mucho la persona que más le quiere y que le comprendió desde el principio, Pepi, su mujer. (Del Prólogo de “Ecologiada (100 batallas). Medio ambiente y sociedad en al España reciente) Conocí a Pedro Costa como alumno del master en Doctrina Social de la Iglesia en el Instituto Social León XIII. Fue mi profesor en el seminario “Ecología y Doctrina Social de la Iglesia”. Yo ya tenia una cierta sensibilidad hacia el respeto a la Naturaleza. De ahí mi devoción a Francisco, el hermano del lobo y de la luna. En mi estancia en America Latina también me llamo la atención la adoración a la Madre Tierra (Pacha Mama, Ama Lurra). Al conocer a Pedro, quedé enganchado. Juan Manuel Díaz Sánchez, a la sazón responsable del master, después de deshacerse en alabanzas hacia Pedro, me confidenció que, en diversas ocasiones, le había incitado a que estudiara teología, lo cual complementaria su visión técnica y sociológica de la ciencia ecológica. Si, porque Pedro es creyente convicto y confeso y consecuente con su Fe, como lo confirmaré más abajo. Fue por ello por lo que me animé a invitarle a un encuentro en nuestro IDTP, junto a Fidel Aizpurua. En los diversos encuentros mantenidos con el, descubrí su faceta más admirable: Pedro era y es Ingeniero de Telecomunicaciones. En su tiempo fue un ingeniero bien sucedido. Trabajaba para la Philips y para Honeywell. Como ingeniero de Phillips había trabajado para Altos Hornos de Vizcaya y, en Honeywell trabajó en el montaje de Petronor. Estuvo en los comienzos del 2 montaje de la proyectada central nuclear de Lemoniz. Fue aquí cuando descubrió su vocación ecológica. “Y, dejándolo todo -su prestigio como ingeniero, una situación económica privilegiada,…- le siguió…” en su compromiso con la Naturaleza como creación de Dios. Cuando me confidenció esta decisión, no pude más que preguntarle. “Y ¿cómo recibió tu mujer tu decisión?” “Mi mujer es un encanto. No solamente acogió positivamente mi decisión sino que desde entonces me ha acompañado siempre y animado en mis batallas. Y no era fácil, yo tenia 26 años y Pepi, mi mujer, 22, estaba a punto de dar a luz nuestro primer hijo: Pedro””. Pedro Costa ha colaborado y colabora con los salesianos en León, con los cuales mantiene una cordial relación desde los tiempos en que fue interno. Frente a los padres del ecologismo moderno que sostienen que la Iglesia católica es responsable de la esquilmación de la Naturaleza por su interpretación del Génesis: “Creced, multiplicaos y dominad la Tierra”, Pedro cita a San Francisco de Asís, como un ejemplo de máximo compromiso con el respeto al Medio Ambiente. Su lucha y sus cien batallas le han traído algunas satisfacciones como haber recibido el Premio Nacional al Medio Ambiente, y no pocos sinsabores, como el tener que enfrentarse a un juicio por haber denunciado públicamente a un fiscal de su tierra de haber hecho dejación de funciones frente a la corrupción urbanística-turística de la costa murciana. De cuya acusación acaba de ser absuelto por el Tribunal Supremo Pedro Costa es de Águilas (Murcia). Pero, como el mismo confiesa, es un enamorado del litoral de la costa vasca. Es profesor de la Universidad Politécnica de Madrid en el programa I+D+i. Dirige asimismo un curso de extensión en Guatemala. Ecologíada, lo digo yo, es la épica de un luchador y de la gente que esperaba de él información y estrategias de lucha. Iba por los pueblos para enfrentarse a los gigantes del dinero y de la política sin escrúpulos. Señalaba el itinerario y mantenía contacto con docenas y docenas de grupos que iban naciendo al amparo de su perspicaz mirada sobre los efectos nocivos de la incultura medioambiental. Por eso Ecologíada no es sólo una lucha sin tregua, sino la personalidad de un ecologista solidario y solitario en medio de una sociedad que le esperaba para combatir. (del prólogo de la obra, de PEDRO GUERRERO RUIZ, catedrático de la Universidad de Murcia y miembro de la Academia Norteamericana de la Lengua Española) Leer Ecologíada puede ser una buena opción de lectura para el Verano, para quienes tenemos una sensibilidad ecológica o para quienes desean -o necesitarían- tenerla. En ella, Pedro nos cuenta desde sus vivencias personales, en primera persona, su militancia ecológica. No es, por tanto una obra ideológica, sino testimonial