EL DERECHO A LA OBJECIÓN DE CONCIENCIA FRENTE AL SERVICIO MILITAR OBLIGATORIO. UNA REALIDAD PARA TODOS. La libertad de conciencia definida en el artículo 18 de la Constitución, como los demás derechos fundamentales, posee un estatus diferenciado y privilegiado en el ordenamiento jurídico colombiano. Su objetivo es el reconocimiento de la persona como centro de las garantías constitucionales y como fin último del ordenamiento jurídico. El referente para la interpretación y la construcción del contenido de la libertad de conciencia, debe ser la autonomía personal, este principio justifica su existencia y posición dentro del ordenamiento jurídico. Los ámbitos de protección de las libertades en general pueden encontrarse en dos contextos, uno interno y otro externo. Es decir, los derechos de libertad protegen diferentes esferas del individuo. Por ello, pueden clasificarse en libertades de obrar o actuar y libertades de pensar, querer o autodeterminarse. Las primeras se refieren a las acciones (entendidas como todas las manifestaciones que produce el individuo en el mundo físico) que son desplegadas por el individuo, mientras que las segundas garantizan el respeto a una esfera intangible del sujeto: su fuero interno. La interna es una esfera absoluta, en la medida en que no puede ser limitada por el Estado, mientras que la esfera externa es un espacio en donde el Estado puede y debe regular el ejercicio de los derechos de libertad. En la Constitución Política se definió la libertad de conciencia como la protección más general de las libertades internas. La libertad de conciencia protege entonces la “abstención”, pues se debe garantizar que cuando al individuo se le imponga un deber que contraría el contenido y la estructura de su fuero interno, éste pueda abstenerse de hacerlo. La garantía de autodeterminar su voluntad resultaría vaciada si finalmente, por injerencias externas, el sujeto debe comportarse en contravía de su conciencia. En otras palabras, si se protege el fuero interno debe garantizarse, por una parte, que sus contenidos puedan ser materializados de diferentes formas y, por otra, que cuando el individuo tenga la obligación de realizar acciones determinadas, éste pueda abstenerse de hacerlo si ello va en contravía del contenido y la estructura de su fuero interno. En esta dimensión del derecho nace la objeción de conciencia como una derivación directa del texto constitucional. La objeción de conciencia nace así como el derecho fundamental que tienen los individuos para proteger sus creencias y sistema de valores interno de cualquier intervención externa, que pueda violentarla. El derecho a la objeción de conciencia se consolida en el sistema jurídico colombiano como un derecho fundamental innominado que se deriva directamente de la libertad de conciencia. Así lo reconoció la Corte Constitucional en la sentencia C- 728 de 2009 M.P. Dr. Gabriel Eduardo Mendoza cuando habla de la regulación por ley estatutaria del derecho: “la regulación de los derechos fundamentales, como es el caso de la objeción de conciencia, en cuanto se oriente a desarrollar de manera específica y completa el derecho, e incluya los procedimientos y recursos para su protección, debe hacerse mediante ley estatutaria, siendo, una ley de esa naturaleza, la llamada a regular el citado derecho1” El derecho a la objeción de conciencia, que ha reconocido la Corte Constitucional, entendido como una derivación de la libertad de conciencia definida en el artículo 18 de la Constitución es particularmente importante cuando entra con tensión con una obligación impuesta por el sistema jurídico. Resulta ser una tensión especialmente compleja por la fuerza coercitiva que tiene el Estado sobre sus ciudadanos. En Colombia, ha dicho la Corte Constitucional que frente a la obligación de prestar el servicio militar, existe la posibilidad de una abstención legítima, que sólo puede darse mediante la protección del derecho a la objeción de conciencia. Para los objetores de conciencia frente al servicio militar obligatorio, es imposible llevar a cabo las actividades que les exige la obligación castrense sin verse afectados en su proyecto vital. En el caso de estos objetores, su proyecto de vida está constituido por las ideas o convicciones con las que están comprometidos, y que definen de manera impenetrable su identidad individual y su pensamiento. Su conciencia, como directora de su autonomía y determinante de todas sus acciones, les prohíbe actuar conforme se lo exige la comunidad política en relación con esta obligación específica. La Corte es clara en resaltar que los objetores de conciencia pueden hacer valer su objeción aún frente al servicio militar obligatorio. Lo anterior implica que el derecho a la objeción de conciencia frente al servicio militar obligatorio es un derecho fundamental de aplicación inmediata, que puede hacerse exigible a través de la acción de tutela. Lo anterior se trata de una decisión de control abstracto de constitucionalidad en la que la Corte decide variar su propia jurisprudencia y que resulta de obligatorio cumplimiento para toda la sociedad colombiana y para todas las instituciones públicas del Estado. 1 Comunicado de Prensa No. 43 de la Corte Constitucional. EXPEDIENTE D-7685. Sentencia C-728/09. Magistrado ponente: Dr. Gabriel Eduardo Mendoza Martelo.