Michelle Bachelet: ¡ahora sí! Viernes, 27 de Diciembre de 2013 09:43 La Bachelet sabe de los pendientes que Chile tiene con debates álgidos de sociedad, como el matrimonio homosexual y en relación con los derechos sexuales y reproductivos, con la despenalización del aborto, aun cuando no sea sino una despenalización parcial. Por Florence Thomas, Coordinadora del Grupo Mujer y Sociedad Ahora sí es el tiempo de las mujeres en Chile. Michelle Bachelet vuelve a la presidencia después de cinco años y ya no es la misma mujer. Como lo saben, en los últimos años la Bachelet asumió la dirección de ONU Mujeres, lo que significa que hoy tiene en la cabeza la situación de las mujeres en el mundo, pues esta entidad de Naciones Unidas fue concebida para dar un paso histórico en la aceleración de la igualdad de género y el empoderamiento de todas las mujeres del mundo. Es así como Michelle Bachelet pudo recorrer casi todos los países del planeta y apropiarse de lo que significa, todavía en los inicios del siglo XXI, haber nacido mujer en decenas de culturas patriarcales. Esta experiencia vital, ese duro encuentro con cifras que demuestran lo lejos que estamos aún de una participación paritaria en los múltiples universos de la vida, fue tal vez lo que les hizo falta a sus políticas sociales en su primera presidencia. Esta vez, Michelle Bachelet habrá entendido, como lo recomendaba una reconocida feminista italiana, que cuando una mujer entra en política, debe entrar con su historia y no a pesar de su historia, debe entrar la experiencia de una mujer y no una mujer a pesar de su experiencia. Y en América Latina, Chile es uno de los países más retrasados del continente en esta materia. 1/2 Michelle Bachelet: ¡ahora sí! Viernes, 27 de Diciembre de 2013 09:43 La Bachelet sabe de los pendientes que ese país tiene con debates álgidos de sociedad, como el matrimonio homosexual y, en relación con los derechos sexuales y reproductivos, con la despenalización del aborto, aun cuando no sea sino una despenalización parcial. En efecto, Michelle Bachelet planteó en su campaña la importancia de legalizar dos causales del aborto: cuando el embarazo es producto de una violación y cuando la salud de la mujer gestante está en peligro si sigue con su embarazo, lo que se nombra como aborto terapéutico. En cuanto a esta causal, quiero recordar que Chile hace parte hoy día de los cinco países del mundo donde no existe aún aborto terapéutico, junto con El Salvador, Nicaragua, Malta y El Vaticano. Además, las complicaciones derivadas del aborto clandestino en Chile causaron en los últimos años la cuarta parte de las muertes maternas, ubicando al aborto como la primera causa de mortalidad materna, cuando en Colombia, gracias a la despenalización del aborto y al acceso al misoprostol, prohibido en Chile, los abortos inseguros han pasado de ser la segunda causa de mortalidad materna, a la cuarta hoy. Chile tiene una enorme deuda pendiente con sus mujeres. En décadas pasadas, el Sernam (Servicio Nacional para la Mujer), una entidad con rango ministerial, creada desde 1991, o sea muy poco después de terminar la dictadura, intentó transformar esta realidad, pero fueron infructuosos sus esfuerzos. Hoy, con este triunfo y pese a que permanecen casi las mismas caras en el parlamento, se abre una esperanza que puede abrir a ese país austral a la modernidad y una verdadera laicidad. Cierto, aún nada está ganado y estos grandes debates de sociedad van a necesitar mucho apoyo de una sociedad menos retraída por los infaustos años de pinochetismo. Terminaré con una frase de Michelle Bachelet cuando era presidenta de ONU Mujeres. Una frase que me parece pertinente para Chile, donde las voces de las mujeres son aún muy tenues: "La fortaleza de las mujeres, la tenacidad de las mujeres y la sabiduría de las mujeres son el recurso más desaprovechado de la humanidad. El desafío consiste en mostrar cómo este recurso puede ser utilizado de una manera efectiva que nos beneficie a todos y a todas". 2/2