La política no es un juego de guerra Miércoles, 22 de Octubre de 2008 09:04 Argumentos para el cambio quiere advertir que este tipo de debate vicia el sentido de la política y la democracia y recordar que la Política es ante todo un proceso de construcción conjunta de un orden público El debate político se torna cada vez más áspero e insidioso. Parece estar orientado a aniquilar a los contendores, a dividir a los políticos de los distintos bloques y al interior de los mismos en el tratamiento de cada problema público. De esta manera, el debate no fortalece los espacios colectivos desde donde analizar los problemas y avanzar hacia soluciones que tengan en cuenta la diversidad de conocimientos, experiencias, puntos de vista e intereses sociales. El debate político es distorsionado por los medios de comunicación, los que en muchas ocasiones difunden contenidos y declaraciones fuera de contexto o tergiversándolos para que “hagan noticia”. Los nuevos desafíos que enfrenta la sociedad frecuentemente derivan de las transformaciones ocurridas en las últimas décadas. Sin embargo, los debates sobre problemas tan urgentes como el del transporte, la salud, la educación y la seguridad ciudadana no son analizados para entender sus distintas causas y avanzar soluciones. Por el contrario, estos se orientan a descalificar a otros actores políticos y “llevar agua para su molino”. Frecuentemente, los errores y problemas no previstos en estas distintas áreas dan lugar a una caza de brujas de culpables que niega la capacidad de razonamiento y voluntad de servicio. Igualmente, en el debate los problemas son abordados en forma fragmentada, sin relacionarlos en- tre sí ni anticipar horizontes de futuro más integrales. 1/4 La política no es un juego de guerra Miércoles, 22 de Octubre de 2008 09:04 Se entiende, así, por qué “la política y el actuar de los políticos” provocan rechazo, malestar e indiferencia en una ciudadanía resistente a ser gobernada en forma arbitraria. Asimismo, se puede comprender que el espacio público y político vaya perdiendo su papel de referencia y de centro de reflexión sobre el acontecer y el futuro de la sociedad. Argumentos para el cambio quiere advertir que este tipo de debate vicia el sentido de la política y la democracia y recordar que la Política es ante todo un proceso continuo y nunca acabado de construcción conjunta de un orden público, sin dejar de lado la pluralidad de intereses y el aspecto conflictivo de la vida social RECUPERAR EL SENTIDO DE LA POLÍTICA La política está orientada a identificar los intereses de distintos grupos, contrastándolos y articulando las preferencias sociales para gobernar una sociedad. Pero, al mismo tiempo, es deliberación, generación de vínculos y formación de voluntades. La política es entonces 2/4 La política no es un juego de guerra Miércoles, 22 de Octubre de 2008 09:04 producto de una construcción conjunta y no exenta de conflicto en el espacio público, una tarea de carácter permanente que se orienta al futuro de la sociedad, sin que exista un horizonte predeterminado. De esta manera, la política enfatiza la capacidad para relacionarse con el otro de forma plena y con respeto, a la vez que afirmar la individualidad, los intereses y proyectos personales y grupales. El movimiento de mujeres a través de la historia puede tomarse como un ejemplo de desarrollo de estas diferentes dimensiones. Se constituyó como un actor político con intereses propios en el espacio público pero, a la vez, generó campos políticos desde donde desarrollaron argumentos para deliberar y convencer a los otros sobre la desigualdad de género. Formó redes y negoció con distintos actores para persistir a través del tiempo en sus objetivos, entre otros el derecho a la educación y al voto de las mujeres y la representación política equitativa. En el país, el ejercicio de la política tiene un carácter elitista y excluyente. No sólo distintos actores y grupos sociales están subrepresentados en los espacios de deliberación y toma de decisiones. También, temas importantes en la construcción de una sociedad democrática –las desigualdades de género, étnicas y la discriminación a las minorías sexuales– son escasamente considerados en el debate político. Esta forma de ejercer la política está entrando en contradicción con los cambios de las experiencias sociales de las personas y sus pautas de interpretar y orientarse en la convivencia social. En las últimas décadas han emergido intereses diferentes, los valores se han vuelto más heterogéneos y contradictorios y las personas aspiran a ser escuchadas y consultadas en las decisiones que les competen. Esto explica la distancia entre el contenido del fallo del Tribunal Constitucional que prohibió la distribución de la anticoncepción de emergencia en las postas de salud y la opinión de la mayoría de ciudadanos y ciudadanas que consideró que el fallo atenta contra la libertad de decisión individual y es discriminatorio para las mujeres de sectores más pobres. De la misma manera, pese a que una mayoría de las mujeres es favorable a despenalizar el aborto en algunas circunstancias –de peligro de muerte de la madre, de violación o inviabilidad que el feto viva después de nacido–, este problema no puede ser incluido en las agendas institucionales ni en el debate parlamentario. 3/4 La política no es un juego de guerra Miércoles, 22 de Octubre de 2008 09:04 Continuar leyendo 4/4