COMENTARIO DE UN TEXTO DE PLATÓN República

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Eduardo Teillet Roldán. Dpto. Filosofía. IES Victorio Macho.
COMENTARIO DE UN TEXTO DE PLATÓN
Parágrafo 8 del Libro VII de República, según la antología de textos. También
es el elegido como ejemplo de examen de selectividad en esta misma antología
en la página 25.
Los términos a explicar son: contemplación, ascensión, mundo inteligible, idea
del bien, mundo visible, vida privada, pública.
I)
El texto trata de presentar la analogía que encuentra Platón entre los
prisioneros de la caverna y nuestra propia situación respecto al mundo de los
sentidos, el mundo visible. El exterior de la cueva lo compara con el mundo de
las Formas. Se trata de un texto de carácter ontológico porque compara dos
tipos de realidades: la del mundo visible y la del inteligible.
TESIS: podemos considerar que su tesis básica es que la Idea de Bien es una
realidad superior a todas, tanto ontológica como epistemológicamente.
II)
Se pueden establecer dos partes diferenciadas. La primera iría desde el
principio hasta el final de la tercera línea (“al poder del sol”) La segunda va
desde ahí hasta el final.
En la primera de ellas se refiere únicamente al interior de la cueva, del que dice
Platón que es como el mundo visible, es decir, sumido en la sombra, donde las
imágenes son inestables, sometidas a cambio permanente. Y siguiendo su
principio filosófico de que sólo es real en sí aquello que permanece idéntico a sí
mismo, ese mundo de las cosas sensibles (porque su conocimiento se hace a
través de los sentidos, se trata de un conocimiento empírico) no es real, sino
que demanda algún tipo de fundamento ontológico del que dependa su
realidad.
La segunda parte muestra la simetría entre el exterior de la caverna y el
segmento de la línea que se corresponde con el mundo inteligible: con las
Ideas. Lo mismo que en el exterior de la cueva el sol es responsable de que las
cosas sean reales para nosotros, porque permite que las veamos al iluminarlas,
así la idea de bien hace que las Formas sean inteligibles, es decir, que puedan
ser conocidas por los que han sido educados en la dialéctica.
Platón no dice de qué están hechas las Ideas, sino que dice que su realidad
está en aquello que nos permite relacionarnos con ellas. Y lo que hace esto
posible es que pueden ser conocidas, o sea, que son inteligibles.
III)
Contemplación:
Aquí significa captación de la realidad, comprensión. Entender que la realidad
cotidiana en que nos movemos no es la última realidad, que más allá de ella
hay un orden, una naturaleza de las cosas, una especie de esquema básico e
Eduardo Teillet Roldán. Dpto. Filosofía. IES Victorio Macho.
inmutable que hace que las cosas sean como son. El orden no es casual, sino
necesario. Contemplación quiere decir eso: entender que hay una razón para
las cosas y esa razón son las Ideas.
Ascensión:
Se trata de una manera metafórica de describir el proceso dialéctico de
comprensión de las Formas. Se trata de ascender en el conocimiento, como el
prisionero liberado de la caverna asciende por un sendero abrupto y difícil pero,
a cada paso, más iluminado. La consecuencia es que las cosas del mundo
visible se entienden ya a la luz de las cosas del mundo inteligible.
Mundo inteligible:
Es el mundo de las Formas, de los modelos o tipos de las cosas visibles que el
Demiurgo trata de imitar en su acto de ordenación del cosmos. Este mundo de
cambios y donde nada permanece no puede, según Platón, tener en sí mismo
su razón de ser, no puede explicarse a sí mismo. Y ello precisamente porque
es cambiante. Si es cambiante se debate entre el ser y el no ser. La cuestión
es: ¿por qué es? ¿por qué existe este mundo cuando podría no existir? ¿Por
qué existimos nosotros como parte de ese mundo del devenir, cuando no
siempre hemos existido y, con toda seguridad, dejaremos de existir? Y esto
vale para todas las cosas. La única respuesta según Platón debe venir de algo
que suministre la respuesta desde lo definitivo. Tiene que haber un ser que sea
siempre y que haga posible la sucesión de procesos (a medio camino entre le
ser y el no ser) del mundo visible. Este ser es el mundo de las esencias (lo que
hace que cada cosa sea lo que es y lo es siempre) que constituye el mundo de
las Formas.
Idea del Bien:
Es la Forma suprema. De ella depende la realidad y la inteligibilidad de todas
las demás Formas. Colocando a esta Idea por encima de las demás, lo que
Platón quiere transmitir es la justeza y la bondad del mundo inteligible. El
mundo de las Ideas es bueno y el visible también lo es en la medida en que
participa de él.
El gobernante debe inteligir, debe comprender la Idea de Bien. Eso le permite
integrar toda su acción como rector del Estado bajo el domino de ese
conocimiento. Esto es lo que garantiza la justicia y la corrección de sus
decisiones y de la organización del Estado. En el universo hay un sentido, un
significado intrínseco (interno al propio universo) que es bueno y toda nuestra
vida debe ser presidida en la medida de lo posible por su conocimiento.
Mundo visible:
Es el mundo que ordena el Demiurgo tomando como modelo las Ideas. No es
malo (de hecho el Demiurgo está guiado por una intención buena cuando forma
el cosmos) pero debe reconocerse que su valor es meramente instrumental,
desde el momento en que debe servir únicamente como trampolín o escalón
para ascender a esa otra realidad del mundo de las Formas.
Organizar la vida de acuerdo a la premisa de que lo único real es lo que no
permanece, el mundo sensible, es un error que, tanto en lo privado como en lo
publico, conduce a la injusticia.
Eduardo Teillet Roldán. Dpto. Filosofía. IES Victorio Macho.
Vida privada y pública:
Es exactamente eso: la vida particular de cada uno y la vida política. La
comunidad política no puede regirse por opiniones, por acuerdos sin
fundamento, por apetitos transitorios. En una palabra, no puede regirse por
imágenes (como en la caverna) sino por realidades y por conocimientos. Por
eso el gobernante debe ser amigo del conocimiento (filósofo) y debe ser capaz
de comprender ese significado último del cosmos y de la acción política. Ese
significado es el Bien. El Bien y no el interés personal o la rentabilidad a toda
costa deben ser los principios que guíen al gobernante. Por eso, a diferencia de
los sofistas y siguiendo a Sócrates, Platón no acepta que cualquiera es capaz
de gobernar. El gobierno es una actividad destinada a hacer posible la vida feliz
y buena de los ciudadanos, cada uno en el orden que le corresponde, el cual
vine dado por su naturaleza, por la naturaleza del alma que en él predomina, y
para ello se requieren unos conocimientos, lo mismo que para estar sano hay
que poseer aquellos conocimientos sobre lo que hace posible la salud y la vida
saludable. La salud del Estado es la justicia.
IV)
En este texto podemos mencionar a Parménides y a Sócrates como los dos
antecedentes de Platón cuyos ecos teóricos podemos encontrar en estas
líneas.
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