01 - Saussure (por Sergio Venturini) 01.1 Objetivo: Este texto, junto con el texto “02 - Peirce”, pretende sentar las bases de cuál era la formulación de los fundadores de la semióloga y la semiótica respectivamente, con el fin de hacer más inteligible las críticas y reformas posteriores de los estudiosos que los sucedieron. 01.2 Saussure: sentó las bases de la semiología, y fundó la lingüística moderna, “disciplina que estudia la lengua, un sistema de signos que expresan ideas”, comparable con la escritura, las formas de cortesía, solo que mas importante. 01.3 El Signo: Para Saussure el signo es una unidad lingüística bifásica, compuesta por la imagen y el concepto, términos que decide reemplazar por significante y significado, aprovechando la diferencia por oposición que poseen estas ultimas dos palabras. Imagen Acústica Concepto Significante Significado La naturaleza del signo es psíquica, pues ambas caras del mismo también lo son. El significado está archivado en la mente de los hablantes de una lengua, y puede ser descrito como un haz de elementos mínimos de significado llamados semas. Para él, el signo es una arbitrariedad: la unión entre sus dos elementos es inmotivada, convencional, sin remisión al objeto que el signo representa. Tal es el caso entre muchos, de las (posiblemente cuestionables en este aspecto) onomatopeyas (“tic-tac”) y las interjecciones (“¡ay!”). Sin embargo hay algunos signos con motivación relativa: “peral” remite a “pera”, y su sufijo “al” hace pensar en “rosal”, “frutal” (que también son “madre” de las “rosas” y las “frutas”). Concluye entonces que la arbitrariedad es una cuestión de grados. El signo lingüístico, por ser de carácter acústico, se desenvuelve inevitablemente en el tiempo. Por lo tanto representa una extensión y ella es mensurable en sólo una dimensión. Aparece entonces el concepto de fonema (las letras), que es la unidad mínima de expresión, cuyo contraste permite distinguir significados: P/e/ro – P/o/ro – P/a/ro 01.4 La lengua y el habla: el lenguaje está constituido por la lengua y el habla. Dadas las características de dichos elementos, Saussure decide dedicarse exclusivamente al estudio de la lengua. LENGUA Objeto homogéneo Fenómeno psíquico Hecho social El individuo registra pasivamente. Código. HABLA Objeto heterogéneo Fenómeno psíquico, fisiológico, físico. Acto individual Acto de voluntad. Uso individual del código. Destaca también la relación de interdependencia que existe entre ambas partes. 01.5 Inmutabilidad y mutabilidad del signo: El factor histórico de la transmisión de la lengua, excluye a todo cambio lingüístico general y súbito. Las causas de esto son básicamente: Un sistema arbitrario es incuestionable desde la razón. La cantidad de signos en la lengua son innumerables como para hacer un cambio significativo. El sistema de la lengua es tan complejo que ni los especialistas podrían hacerlo con éxito. Al ser la lengua usada por todos y todo el tiempo (al estar tan asentada), no se presta a las iniciativas. Sólo el tiempo y la masa hablante en su conjunto pueden permitirse hablar de cambiar esto, es decir, mutar el signo. 01.6 El Valor: Se concibe en su análisis, a la lengua como un sistema de valores, lo que significa que los elementos que la conforman no poseen un valor en si mismo, sino en base a su oposición frente a otros. Dicha oposición puede basarse tanto en la semejanza como en la desemejanza. 01.7 Los ejes del lenguaje: Saussure establece dos ejes de estudio en la lingüística, el horizontal sincrónico(A) y el horizontal diacrónico(B). Relaciones Sintagmáticas (dadas en A) In præsentia Carácter lineal Orden fijo Número definido de elementos Relaciones Asociativas (dadas en B) In absentia Serie mnemotécnica virtual Orden no fijo Número indefinido de elementos. 02 - Peirce (por Sergio Venturini) 02.1 Objetivo: Este texto, junto con el texto anterior “01 - Saussure”, pretende sentar las bases de cuál era la formulación de los fundadores de la semióloga y la semiótica respectivamente, con el fin de hacer más inteligible las críticas y reformas posteriores de los estudiosos que los sucedieron. 02.2 Peirce: buscó construir y fundamentar una teoría de los signos como el marco para una teoría del conocimiento. Argumentó que el único pensamiento que puede conocerse es el pensamiento en los signos. Y como un pensamiento que no puede conocerse no existe, no podemos pensar sin signos. 02.3 El Signo: Su signo es “algo que está en lugar de alguna otra cosa, para alguien, en ciertos aspectos o capacidades”, y su semiótica tiene por objeto de estudio a la semiosis, definida como proceso triádico de inferencia mediante el cual a un signo (llamado representamen) se le atribuye un objeto a partir de otro signo (llamado interpretante) que remite al mismo objeto. El Interpretante: Es la idea que el individuo tiene de lo que es el representamen, por lo tanto es más desarrollado que el mismo. El Objeto: es lo representado por el representamen, algo conocido que permite proveer información adicional sobre el signo. 02.4 Semiosis infinita: Dado que los tres elementos del signo son signos, las posibles ligazones con otros signos descubre una red infinita de semiosis. Al haber establecido a la semiosis como un acto de conocimiento, la semiosis infinita sería un paulatino aumento del conocimiento sobre un mismo objeto. 02.5 Índice, icono, y símbolo: Peirce clasificó a los signos de acuerdo a la relación entre el representamen y su objeto. Indice: causalidad. Icono: un parecido en algún aspecto o cualidad (no convencional) a una cosa. Símbolo: lejana evocación convencional a un conjunto de cosas, valores. Es importante recalcar finalmente, que un mismo signo puede ser las tres cosas aunque en algún aspecto alguna clasificación será mas pertinente que otra. 03 – Barthes: Elementos de la semiología (por Sergio Venturini) 03.1 Objetivo: Barthes, en su texto “elementos de la semiología”, se interioriza en lo postulado por Saussure, y agrega críticas realizadas tanto por él como por otros estudiosos (como Hjelmslev, Jakobson, Levi-Strauss, etc), con el fin de dar las herramientas para poder realizar una investigación semiológica. 03.2 Lengua y Habla: el autor primero nos proporciona las definiciones saussureanas de estos términos (01.4), es decir: Lengua: conjunto de convenciones sociales necesarias para la comunicación. Habla: acto individual: uso individual del código de la lengua y los mecanismos que permiten exteriorizar esas combinaciones (Ej. Afonación). 03.3 Conceptos de lengua y habla por Hjelmslev: Barthes luego nos descubre las modificaciones que realizó esta persona a la división del lenguaje realizada por Saussure. Básicamente lo que hizo fue distinguir 3 planos en la lengua: Esquema: la lengua en su forma pura. Norma: la lengua materializada pero aún no expresada. Uso: el uso de la lengua (Ej. Como hablan los argentinos o los mejicanos al español, etc.). Realizando tal división, formaliza el concepto de la lengua, e incorpora a la misma el uso, un concepto social, por lo tanto no pertinente al campo del habla. Hjelmslev, también se dedicó a eliminar algunas contradicciones saussureanas entre lengua y habla. Dice: “Es imposible que el habla sea identificado con el mensaje y la lengua con el código, puesto que las convenciones de la lengua son implícitas y no así las de un código” (Ver “Implícito y Presupuesto” de Ducrot). Habla ≠ Mensaje Lengua ≠ Código “El habla no es una mera combinación de signos. Existen, por ejemplo, los sintagmas cristalizados (Ej. “limpia-parabrisas”), que ya vienen combinados a la hora de ser seleccionados en el eje del paradigma (01.7)”. “Saussure no está completamente en lo cierto cuando dice que en la lengua no hay más que diferencias. Lo que no es diferenciador puede de todos modos pertenecer a la misma ” En “oncle”, en francés, el fonema /l/ es sordo. En “ongle”, en francés, el fonema /l/ es sonoro. 03.4 Conceptos anexos de Jakobson: a partir de Saussure, esta persona desarrolló los conceptos de estructuras dobles y idiolecto. Estructuras dobles: Antes de empezar el análisis de las mismas, debemos volver a aceptar a los términos “código” y “mensaje” aunque ahora, dentro de la lengua. Las estructuras dobles son aquellas en los que la relación código / Mensaje vale destacar. Circularidad: (M/M) discurso que repita las palabras de un interlocutor “ella dijo que...” y (C/C) los nombres propios, donde el código solo significa el nombre mismo de esa persona. Overlapping: (M/C) la autonimia, en donde la palabra esta usada como su propia designación. Ej. “La palabra Pez tiene tres letras”, que refiere al código. Shifters: (C/M) entre otras cosas, los pronombres personales. Ej. “yo” no puede representar a su objeto más que por una regla convencional. 03.4 Significado, significante y significación: estos dos elementos, según la teoría saussureana, conforman al signo (01.3). Sobre el significado, dice Barthes que Saussure dejó bien claro que es la representación psíquica de lo que se está tratando, y no “la cosa” en cuestión. Añade que aún no hay elementos para clasificarlos, pero realiza tres observaciones: La actualización de los mismos. Los monemas (palabras) que llevan la carga del mismo (Ej. “weekend”) La existencia de planos de significado más o menos profundas. Sobre el significante, dice que es un mediador material del significado. Esta es la razón por la que “la materia le es necesaria pero no le es suficiente”. Sobre la significación, dice que es el proceso de unión entre ambos elementos anteriores, y desarrolla las formas de expresar dicho sistema de los distintos estudiosos: Saussure: Se Esto implica que en el proceso de significación, para So acceder al nivel de profundidad del So. hay que previamente pasar por el Se. Hjelmslev: E-R-C (Expresión – Relación – Contenido) en donde el plano de expresión es el significante y el plano de contenido es el significado. Lacan: S / s en donde se le dá un sentido a la barra, que es la represión del significado. Sa ≡ Se. Se usa el símbolo de “equivalente” para hablar de sistemas no isológicos, que necesitan de otro para interpretarlo. 03.5 Signos motivados e inmotivados: en un signo inmotivado, la relación entre Se y So es arbitraria (se funda en una decisión unilateral, no en un contrato), pero no impuesta sino a causa de una necesidad. Esta “inmotivación” es parcial: cuando la relación entre So y Se no tiene ese salto digital que plantea la significación (es decir, es una relación analógica), tenemos un signo motivado. 03.6 El Valor: dice Barthes que al establecer el valor de algo, uno está comparando. Así, ahora analiza al signo no por su composición, sino por el valor en su entorno. El problema es que está en un sistema de equivalencias de conceptos irreconciliables (como “trabajo” y “dinero” para Marx). Si bien pueden compararse en un sintagma (01.7) a los monemas entre sí, también pueden compararse con ideas. Si retomamos a Hjelmslev y su “strata” vemos que mientras que en la significación interviene la sustancia del contenido, el valor interviene en la forma del contenido (Ej. “Mutton” –como platoy “sheep” –como animal- están en relación paradigmática en tanto significados, no significante). 03.7 Sintagma: es una combinación de signos (01.7). En el lenguaje articulado, esta extensión es lineal e irreversible (Ej. la cadena hablada). El proceso que interviene es la segmentación, y según Jakobson, la metonimia (rearma la coherencia por la relación de contigüidad: “sus ojos me miraron” es entendido como “él me miró”). 03.8 Análisis de Hjelmslev sobre el sintagma: nos dice que existen exigencias combinatorias, que regulan la libertad que tenemos de combinar las palabras. Estas exigencias están reguladas tanto por la sintaxis, como por la sumisión a estereotipos. Distingue tres posibles relaciones entre dos unidades sintagmáticas contiguas: Solidaridad: dos unidades sintagmáticas se implican mutua y necesariamente. Implicación simple: una exige la presencia de la otra, pero no recíprocamente. Saturación: algunos términos “saturan” a otros en un proceso de catálisis, provocar una reacción. Ej. “el perro....” ...Ladra. 03.9 Sistema: El plano sistemático o asociativo (01.7), dice Barthes, asocia por sentido o por sonido a las palabras (a las que prefiere llamar “término” ya que evoca a “sistema”) con otras, luego de buscar en nuestro “tesoro de la memoria”. El proceso que interfiere es el de clasificación (dominado por nuestros paradigmas) y según Jakobson, la metáfora. La prueba de conmutación es la forma de segmentar ese “texto sin fin” que es el plano sistemático. Consiste en introducir un cambio de la expresión y ver que cambio produce en el contenido, dada su oposición con el término anterior. Hjelmslev hace hincapié en distinguirla de la prueba de sustitución, que cambia el plano de la expresión pero no altera el contenido (Ej. “Examen” y “esamen”, o “Septiembre” y “setiembre”). En este caso la oposición estará dada sólo por el significante. 03.10 Clasificación de Cantineau de las oposiciones: Con el fin de profundizar sobre la relación de oposición, Barthes decide analizar la clasificación que desarrolló este autor: Según sus relaciones con el conjunto del sistema: dos terminos alterados por la misma ley gramatical (Ej. Disons – Dites y Faisons – Faites). Según la relación de los términos de la oposición: la marca del género (sufijo “a” u “o”), de número (“s” o “_”), o la equipolencia (términos como “foot”-“feet” o “caballo”-“yegua”, que no pueden ser considerados ni la afirmación ni la negación de una particularidad). Por su valor diferenciativo: “Com(o)”-“Com(emos)” y “Cen(o)”“Cen(emos)” constituyen un valor diferenciativo constante. “Finit” y “Finissent”, que poseen significantes diferentes, pero se pronuncian igual, constituyen una supresión. 03.11 Denotación y Connotación: Barthes retoma a Hjelmslev y recuerda su modo de representar la significación, E R C. Entonces desarrolla: Sistema denotado y metalenguaje: E R C y E ( E R C ). Sistema en el cual hay un sistema de significación en el plano del contenido. Es el caso del sistema literal y de todos los metalenguajes que necesitan serlo, como las ciencias de estudio, un manual de instrucciones, este texto, etc. Sistema connotado: ( E R C ) R C El sistema de significación reside en la expresión. Hablamos entonces de una metáfora, por ejemplo, que aislada tiene su propio contenido, pero se usa para que tenga otra significación. 03.12 Otros sistemas semiológicos: alejándose de la lingüística, Barthes compara los conceptos alcanzados en su trabajo con el sistema de la moda, de amueblado, y del automóvil (ítem incompleto). 04 – U. Eco: Tratado de semiótica1 general (por Sergio Venturini) 04.1 Objetivo: Eco pretende “explorar las posibilidades teóricas y las funciones sociales de un estudio unificado de cualquier clase de fenómeno de significación y / o comunicación. De estos dos términos, desprende una rama de la semiótica para cada uno: Semiótica de la Significación: desarrollada por la teoría de los códigos. Dice el autor que hay un sistema de significación cuando existe una probabilidad (establecida por convención social) de generar funciones semióticas) Semiótica de la Comunicación: abarca también la teoría de la producción de signos. Dice el autor que hay proceso de comunicación cuando se aprovechan las posibilidades servidas por el sistema de comunicación para producir físicamente expresiones. Luego se aventura a definir a la semiótica como “la disciplina que puede usarse para mentir”, ya que el signo es un sustituto significante de cualquier otra cosa, una mentira. 04.2 ¿Dominio o disciplina?: Según el planteo del autor, frecuentemente se cuestiona si la semiótica es una disciplina con objeto y métodos propios o un dominio de estudios no unificados y quizá no unificables. Se anima a entrever una disciplina (eso es parte de la propuesta de su artículo), pero reconoce que el estado de tal en ese momento es parcialmente de dominio. 04.3 Comunicación y/o significación: es tremendamente importante para Eco que no se confundan dichos términos, en los que basará su texto. Comunicación: “es el paso de una señal que solicite una respuesta interpretativa del destinatario”. Si bien el emisor puede ser un cartel, o una persona, el único destinatario capaz de realizar la tarea interpretativa, es un ser humano. Significación: se da si prescindimos de los elementos de la comunicación y dejamos solo el código (que establezca una correspondencia entre lo que representa y lo representado) entre el Emisor y el Receptor. La relación entre ambos términos es desigual: la comunicación necesita de la significación pero la significación no necesita de la comunicación. 1 Anota que el llamará semiótica a la ciencia de Peirce y también a la de Saussure, adhiriéndose a las últimas convenciones que se habían realizado en ese momento. 04.4 Los límites de la semiótica: El autor señala que la teoría semiótica general está destinada a encontrar sus límites. 04.5 Límites políticos: el dominio: Ahora Eco se pregunta que campos invade la semiótica dentro de los límites políticos y enumera unos cuantos, entre otros la zoosemiótica (que plantea la posibilidad de que el hombre no sea el único capaz de significar), la semiótica médica (que estudia los síntomas y la relación comunicativa entre médico y paciente), los sistemas musicales (no solo su nivel de notación, sino sus funciones semánticas y su potencial significación), la retórica, la presuposición, y las estructuras de los relatos, etc. 04.6 Límites naturales: Para poder analizar este ítem, primero hace una observación: dice que si el factor determinante para la exclusión o inclusión de lo analizado al campus de la semiótica es su objeto de estudio, debemos decidir entre los planteos que Saussure y Peirce hicieron del mismo, antes de continuar. Saussure la concebía (01.2) como una ciencia que estudia la vida de los signos en el marco social. Decía que el signo “expresa ideas”, lo que habla de un fenómeno mental, que afecta sólo a las mentes humanas. Consideraba implícitamente el signo como artificio comunicativo que afecta a dos seres humanos dedicados intencionalmente a comunicarse, y excluía, por lo tanto, de su investigación a aquellas manifestaciones naturales no intencionales. Peirce plantea según Eco, una definición mas amplia, que entiende por semiótica a “la doctrina de la naturaleza esencial y de las variedades fundamentales de cualquier clase de semiosis” (02.3). En tal semiosis, por definición, no es condición necesaria la intencionalidad ni la producción artificial del signo. Umberto Eco se queda con esta última por ser mas amplia, y acepta la definición de Morris, “algo es un signo sólo porque un intérprete lo interpreta como signo de algo” agregando que no se puede asegurar que la presencia humana no es garantía de la naturaleza del signo. Recién ahora se dedica a analizar los límites naturales de la semiótica. 04.7 Inferencia y significación: Signos Naturales: existe una convención que plantea una correlación entre una expresión emanada de una fuente natural y su contenido, la causa o efecto posibles (Ej. La inferencia de fuego por el humo, o la lluvia por un charco). Sin embargo, es peligroso suponer a toda inferencia como acto semiósico. Signos no intencionales: el Emisor humano puede realizar actos inconscientemente, que otro percibe como artificios señalatorios (Ej. Un italiano hablándole a un argentino que no interpreta el idioma, pero que se da cuenta de su nacionalidad). Un comportamiento se convierte en un signo no intencional cuando o el destinatario lo entiende como tal, o el Emisor decide estimular para que su emisión sea entendida como signo. 04.8 El umbral inferior: El estímulo: en sí, no puede considerarse como signo, ya que no se provoca por convención. Si es un sino en cuanto signifique algo para alguien particular (como un médico, un investigador, etc.). La señal: es una unidad de transmisión, que puede ser medida independientemente de su significado (mientras que en el signo el So. y el Se. se necesitan mutuamente). Además, para interpretarlos se necesita de una función externa. 04.9 El umbral superior: Sobre la cultura, primero distingue tres fenómenos elementales: Las relaciones de parentesco: el intercambio de mujeres, por ejemplo, no es meramente casual sino afectado por el valor simbólico de cada una de ellas, colocadas en oposición una con otra. Así, cuando una es elegida y el matrimonio esta en puerta, pasa de ser un bien de consumo a ser un signo que connota un sistema de obligaciones sociales (mantenerla, amarla). La producción de instrumentos de uso: cuando se conceptualiza el posible uso de un instrumento, este se convierte en el signo de su uso virtual. Dice Eco que en las sociedades, todas las funciones pasan a ser signos de ellas mismas. El intercambio de bienes económicos: al intercambiar bienes, el valor de uso se transforma en valor de cambio. Esta conciliación de variables no equivalentes es posible gracias a un proceso de simbolización (05) realizada en el sistema económico, copada de códigos semióticos superficiales, que nos hablan de su naturaleza ideológica. 04.10 La cultura como fenómeno semiótico: nos muestra ahora dos posturas, dos hipótesis de análisis de la cultura como fenómenos semiótico. Hipótesis radical: “la cultura por entero debe estudiarse como fenómeno semiótico”. Denota que puede entenderse mejor si se la aborda desde un punto de vista semiótico, ya que los elementos de la misma son semióticos. Hipótesis moderada: “los aspectos e la cultura pueden ser analizados semánticamente”. Así, por ejemplo, el objeto “automóvil” no solo posee como significante la palabra /automóvil/ sino que esta es sistematizada en un eje de oposiciones con otras unidades semánticas como “carro”, “bicicleta”, o “pie” y asociada con otras como “velocidad”, o cierto grado de riqueza: se convierte en el significante de su función o uso posible. 04.11 Límites epistemológicos: el estudio semiótico “deja sus huellas en su paisaje”. Así, cuando se habla de “los actos de habla”, se significa “la significación”, o se comunica sobre “la comunicación”, se influye en el universo del hablar, significar, y comunicar. Entonces, todo enfoque semiótico del fenómeno de la semiosis (potencialmente infinita) debe saber cuando “parar la mano”. Dice el autor que “para ser verdaderamente científico no hay que ser mas científico de lo que la situación permite”. 05 – Kristeva: Semiótica, ciencia crítica o crítica de la ciencia (por Sergio Venturini) 05.1 Sinopsis: En la primera parte del texto, se analiza a la semiótica como disciplina diferente a las demás ciencias, estructurante y crítica de ellas, así como de sí misma, constituyendo por lo tanto un modo epistemológico. Luego de mostrarnos porqué la ciencia debe oponerse a la cristalización de sus términos, realiza una analogía entre el modus-operandi de la semiótica (que ella define) y el de “la producción” de Marx. El análisis sobre Marx la conduce hacia el “descubrimiento” y el análisis del presentido, lo no mensurable. 05.2 Semiótica modeladora: Para Saussure, la semiología debería designar una vasta ciencia de los signos, de la que la lingüística sería solo una parte. En una segunda etapa de estudio, se advirtió que sólo se accede al conocimiento a través de la lengua (06.3), y que por lo tanto es la semiología (semiótica) la que forma parte de la lingüística y no al revés. Esto habilita a que las prácticas (como la economía, el arte, etc.) pueden ser estudiadas científicamente como modelos secundarios, con relación a la lengua natural, modelada sobre ella y moderándola. En esta redefinición de la semiótica, su objeto es planteado como la producción de modelos, pero al mismo tiempo, nota la autora, mientras que las ciencias exactas se limitan a producir un modelo, la semiótica produce también la teoría del modelado de su modelo, (sólo implícito en las otras ciencias) donde el Significado es modelado como Significante. 05.3 El lado epistemológico: La semiótica piensa su objeto, su instrumento y la relación entre ambos elementos. Por lo tanto, al dar tal giro sobre si misma, se convierte en: La teoría de qué es la Ciencia. Crítica de la Ciencia y de sí misma. Pero, ¿Es la semiótica una ciencia? No puede cristalizarse como ciencia, y como lo hacen las ciencias. Tiene la particularidad de, sin ser sistema, modelarse a si misma. 05.4 El auto-análisis: En ese giro sobre si misma (no circular, debido a que no se llega al punto de partida bajo las mismas condiciones) se investiga con un objetivo (o en busca de algo) pero en su lugar da con una (su) ideología, una teoría que es la suya, distinta a la que conformaba el punto de partida, por lo tanto “dando fe y negándola” (sin ser escepticista). En oposición a la semiótica, las ciencias, por tradición, cierran su circulo. Kristeva propone el auto-análisis, donde el discurso científico actualiza los lenguajes para extraer (y de él) sus modelos como una forma de renovar el pensamiento científico, evitar el estancamiento. 05.5 Renovación de la terminología: La semiótica toma términos del modelo matemático, de la lógica y de la lingüística, para subvertirlos. Los cambia de contexto y al cambiar su objeto ideológico, varía su significado (“la novedad de la no-novedad”). Kristeva se pregunta: “si el intento semiótico provoca ese desplazamiento del sentido de los términos, ¿Por qué emplear una terminología que tiene ya una utilización estricta?” a lo que responde repitiendo que, para renovar el pensamiento científico en un área, hay que renovar su terminología, porque sino se cae en el estrecho circulo de las ideas expresadas en y con los términos viejos . Marx transitó el camino propuesto por la semiótica de Kristeva, renovó términos como el de “plusvalía”, usado por los mercantilistas para designar “el resultado del aumento del valor de un producto”y por el como un concepto únicamente mensurable por su efecto. 05.6 La semiótica y la producción: Marx operó en su análisis de la economía y la sociedad, de la misma manera que la semiótica: el Significado es modelado como Significante. Así, presentó a una economía o a una sociedad (ambos Significados) como una permutación de elementos (Significante). Pensó lo social como un modo de producción específico. De esta manera, el trabajo dejó de ser una subjetividad. Pensó la producción como una problemática y como una combinatoria que determina lo social (desplazando la definición de Gotha: “sobrenatural poder de creación”). Por lo tanto, la estudió desde el punto de vista social (el valor) y no desde el interior de la misma. Por esto último, el análisis marxista usó el termino valor de cambio (producto del trabajo puesto en circulación) y no valor de uso (ya que no es social), si bien se oponía al concepto de “Valor”, ya que según el cristalizaba el trabajo social. Así, cuando se refiere al trabajo lo hace desde el punto de vista de la circulación. Distingue circulación de una utilidad (donde el trabajo es concretamente el esfuerzo físico) y circulación de un valor (gasto en el sentido fisiológico de la fuerza humana) Y cuando se acercaba al termino de valor de uso, se refería a una dualidad compuesta por la materia de la mercancía, y el trabajo (“la madre y el padre”). 05.7 El Pre-sentido y lo no mensurable: Marx se plantea que, desde el punto de vista de la distribución y del consumo social (analógicamente, de la comunicación) si el trabajo es siempre un valor, no representa nada fuera de eso: solo es mensurable así. Reconoce entonces una posibilidad en la que el trabajo pueda ser aprehendido fuera del valor, un trabajo “pre-sentido” que no es objeto de su análisis, pero si el de Freud. Freud, con el “pre-sentido”, operó también de la misma forma en que lo hace la semiótica: partiendo del sentido, fue en busca del pre-sentido, para remodelar el sentido mismo. Kristeva identifica aquí el problema de la semiótica actual. Se abren dos caminos: Seguir formalizando los sistemas semióticos desde el punto de vista de la comunicación, con un fondo no mensurable o “abrir en el interior de esta problemática ese escenario que es la producción del sentido antes del sentido”. Esta segunda opción, que tomamos, implica separar el trabajo como práctica semiótica distinta del intercambio (así pudiendo “representar algo fuera de la distribución y el consumo social” y poder seguir siendo analizado) Dice la autora que este camino esta siendo exigido por las manifestaciones de la actualidad social y científica: “la irrupción del mundo del trabajo en el escenario histórico reclama sus derechos contra el sistema de intercambio y pide al <<conocimiento>> que invierta su óptica”: producción regulada por el intercambio en vez de intercambio basado en la producción. Las ciencias exactas de hecho están “invirtiendo su óptica”. Lejos están los tiempos de las teorías englobantes: la teoría de los cuanta fragmenta y aborda el objeto con un nuevo razonamiento, de los que la semiología sin duda se servirá. 05.8 Semiótica y Literatura: La semántica no acepta la existencia de la literatura en cuanto “habla (parole) como las demás, con objeto estético”. La redefine como práctica semiótica particular que tiene la ventaja de hacer mas comprensible que otras esa problemática de la producción de sentido, que se plantea la semiótica nueva y radica su interés en su irreductibilidad al objeto del habla denotativa, literal (3.11). Antes de terminar, redefine el término “texto” como una función que no expresa la escritura, pero que dispone de ella, y considera todo texto literario como productividad. Y finalmente nota que es necesario abordar textos que fueron pensados como “producción irreducible a la representación” (de autores como Joyce) para alcanzar una práctica estructural vuelta hacia su producción, a un pensamiento científico a la búsqueda de la producción. 06 – Ricoeur: La imaginación en el discurso y en la acción (por Sergio Venturini) 06.1 Sinopsis: La pregunta base del texto de Ricoeur es “¿es posible generalizar la concepción dela imaginación, puestra en práctica en una teoría de la metáfora centrada en la innovación semántica, mas allá del discurso al cual pertenece originariamente?”. 06.2 Dificultades clásicas de la filosofía de la imaginación: El término “imaginación” muestra a lo largo de la historia, cuatro empleos principales: Como evocación arbitraria de cosas ausentes, pero existentes en otro lado (sin que dicha evocación implique la confusión de la cosa ausente con las presentes aquí y ahora): planteada como una representación debilitada de lo representado. Evocación de cosas existentes o inexistentes donde se confunde la representación con lo representado (fascinación). Imaginación reproductora (Retratos, diagramas, planos), en donde la representación ocupa el lugar de lo representado. Imaginación productora (ficciones que evocan cosas inexistentes) 06.3 Relación entre “imaginación” e “innovación semántica”: el autor ofrece una nueva resolución para la problemática de la imaginación: invita a relacionarla con el aspecto de innovación semántica que plantea el uso metafórico del lenguaje. La semiótica, modelo estructurante de nuestras relaciones con el mundo, lo es también de nuestras relaciones perceptuales. Así, el lenguaje es la vía que da sentido a lo que el sujeto de conocimiento percibe del mundo (en verdad, la referencia, lo que el mundo es para este sujeto). Es decir, que percibimos a través del lenguaje. Este proceso toma como caso paradigmático a la imagen poética, que es algo que el poema despliega en ciertas circunstancias, y según el proceso de la repercusión. Hace notar entonces que el término repercusión se refiere siempre a las cosas dichas, y no a las vistas. Por otro lado, estudia la metáfora, a la que debe redefinir para continuar su análisis. Concepción Anterior (sustantivos empleados metafóricamente): adorno del lenguaje, uso anormal de los sustantivos. Concepción nueva (enunciación metafórica): uso irregular de los predicados en el marco de la frase completa. Creación de un choque semántico, una impertinencia que el sujeto debe hacer pertinente bajo un nuevo sentido. Y ahora, en analogía con la metáfora (la reestructuración de campos semánticos impertinentes), plantea a la imaginación, como una “apercepción, visión súbita de una nueva pertinencia predicativa”. A su vez, la relaciona con el esquematismo de Kant (definido como método para dar una imagen a un concepto): “la imaginación esquematiza la atribución metafórica”. Por lo tanto, podemos decir que la imagen es un significante que emerge (y aquí nos separamos de los conceptos anteriores de la imaginación). Cuando esta imagen emerge, la imaginación se dispara en todos los sentidos: despierta recuerdos dormidos, reanima experiencias anteriores, mientras suspende, neutraliza la realidad en el elemento de la ficción.. Decimos que repercute. “no vemos imágenes sino en la medida en que primero las entendemos” 06.4 De la teoría a la práctica – La fuerza Heurística de la acción: La primera condición de una aplicación de “la teoría semántica de la imaginación” es que tenga una fuerza referencial, aunque a priori admite que no es evidente. Como si se refiriese al principio de “acción y reacción”, señala que esa suspensión de realidad acarrea la liberación de una fuerza referencial de 2º grado. 1º Grado: el mundo útil: control y manipulación 2º Grado: pertenencia profunda al mundo de la vida. Lazo ontológico2 Este 2º grado, el de la ficción, tiene la doble ventaja de referirse a un no-lugar con respecto a la realidad, y a la vez referirse a esta última por medio de la redescripción de la misma. Dice entonces, que el rasgo común de este modelo y la ficción es su fuerza heurística, su capacidad de abrir y desplegar dimensiones nuevas de realidad, a favor de la suspensión de nuestra creencia en una descripción anterior (este concepto choca con la idea de la imaginación como “representación debilitada de lo representado”). 06.5 De la teoría ala práctica – Ficción y relato: “la transisión de lo teorico a lo práctico está al alcance de la mano en la medida que: 2 Ciertas ficciones redescriben la acción humana misma. La manera de conocer el mundo es organizándolo como un relato. Así, organizo acciones humanas heterogéneas de acuerdo a un orden de “Ontología: ciencia que estudia al ser”. causas y efectos. Hacia atrás, analizo la historia y hacia delante, los proyectos. 06.6 De la teoría a la práctica – Ficción y el poder / hacer: abarcable por la fenomenología individual, existe una influencia de la imaginación sobre la acción. “No hay acción sin imaginación”, dice Ricoeur, y divide esta relación en tres planos: Plano del proyecto. Plano de la motivación Plano del poder mismo de hacer. Identifica una progresión, “partiendo de la esquematización de mis proyectos, pasando por la figurabilidad de mis deseos, hasta las variaciones imaginativas del <<yo puedo>>”, que apunta hacia la idea de la imaginación como función general de lo posible práctico: Proyecto (“¿Qué? Y ¿Cómo?”): esquematización de fines y medios (esquema del pragma). Orientado hacia el futuro, se sirve del poder estructurante del relato y le provee al mismo su capacidad de anticipación. Motivación (¿Porqué?): la imaginación le proporciona el medio para medir motivos tan heterogéneos como los deseos y las exigencias éticas. Acción: en la imaginación pruebo mi poder de hacer, mido el “yo puedo”. A través del condicional, analizo las posibilidades y las formas de mejora (“Si estudié una semana y no aprobé, la próxima vez...”) 06.7 De la teoría a la práctica – la Ínter subjetividad: Ahora daremos un paso hacia el imaginario social, partiendo de la teoría de la ínter subjetividad de Husserl. Meditaremos sobre la experiencia histórica, que existe porque mi campo temporal está ligado a otro campo temporal, en una relación que llamamos “de acoplamiento”. En el acoplamiento, un flujo temporal acompaña a otro, y en esta relación, cada uno de nosotros no sólo tiene contemporáneos sino también predecesores y sucesores. Esta “temporalidad de orden superior” está subordinada a: Las acciones comunes entre ambos flujos, El principio de analogía (implicada en el acto de acoplamiento) por la cual “el otro es otro yo semejante a mí, ligados por el simple hecho de poder decir <<yo>>” Estos dos elementos, dice Ricoeur, se basan en la imaginación: decir que Ud. piensa como yo, que Ud. experimenta penas y placeres como yo, significa poder imaginar lo que pensaría y experimentaría yo si estuviera en su lugar. Así, la imaginación (operando a la manera de la imaginación productora) es el esquematismo propio de la construcción de la ínter subjetividad. La imaginación debe mantener vivas las mediaciones de todo tipo que constituyen el lazo histórico, y entre ellos las instituciones que objetivizan el lazo social: preservar e identificar la diferencia entre el curso de la historia y el curso de las cosas. La imaginación ensancha nuestra capacidad de ser afectados por los efectos de la historia y así ganar la experiencia de la misma: la imaginación es la condición fundamental de la experiencia histórica. 06.8 El Imaginario social: Lo social, dice Ricoeur, no es la suma de los individuos, sino u fenómeno que genera funciones de la imaginación que le son propias. El lazo analógico que hace de todo hombre mi semejante, solo nos es accesible a través de ciertas prácticas imaginativas: la ideología y la utopía, conceptos antagónicos (antagonismo que no solo reside entre ellos, sino también dentro de ellos, entre su faz positiva y constructiva y su faz negativa y destructora). Advierte que las facetas patológicas (negativas) de ambos conceptos, hacen olvidar lo bueno de los mismos. Ideología (faz positiva): su función de integración está ligada a la necesidad de un grupo de darse una imagen de sí mismo, de ponerse en juego, en escena, de generar proyectos. Ideología (faz negativa): su función de disimulo, es la manera que tiene la autoridad, una vez que sus proyectos se cristalizaron (estancaron), de encubrir lo sucedido ayudados por la función de dominación, a causa de la atadura que el grupo tiene ya a esta, cuando la ideología que tienen no es de ellos sino que ellos quedaron enmarcados, y viven en ella. En otras palabras, la autoridad quiere legitimizar un sistema de autoridad y lo puede hacer a través de una ideología (Ej. El gobierno estadounidense queriendo legitimizar la guerra en Irak). Utopía (faz positiva): desenmascara la legitimidad de la ideología, y ofrece otras maneras de ejercer poder (a través de la familia, la economía, vida religiosa), planteando un horizonte que será el indicativo de la dirección a seguir. Utopía (faz negativa): por definición, implica un “ninguna parte” como punto de partida hacia lo posible, y por lo tanto debe ser tomada como un indicativo de dirección, no como una meta alcanzable. Cuando una utopía es pensada como realizable (como la ideología), presenta una tendencia a someter la realidad a un sueño, una fijación sobre esquemas perfeccionistas y se hace comparable con la esquizofrenia: la lógica del todo o nada. Esta polaridad, plantea un ciclo (del estilo huevo-gallina) en el que se va de la utopía hacia una ideología, hacia la utopía, hacia... 07 – Ducrot: decir y no decir (por Sergio Venturini) 07.1 Puntos de partida - Saussure: Si se sigue a Saussure, se toma como a la comunicación como función principal de la lengua (01.2). Esto, dice el autor, posee algunas ventajas, pero para su análisis es un inconveniente: Si comunicar (como a veces se cree) es sólo “transmitir información”, la lengua es confundida con un código. Y si esto fuese así, no habría lugar en ella para el implícito, ya que un código es explícito. 07.2 Puntos de partida - La escuela de Oxford: que estudió los actos de prometer, ordenar, interrogar, y aconsejar, llegó a una conclusión similar a la suya, diciendo que “es imposible de analizarlos si fueran derivados del simple acto de informar, del que serían una mera consecuencia”. 07.3 El acto de preguntar: analizando el acto de la interrogación bajo la perspectiva del estructuralismo tradicional, se podrían distinguir dos etapas: 1. El acto de manifestar mi incertidumbre y mi deseo de superarla. 2. Un proceso psicológico que transforma esta comunicación en información. Que son las plantean la idea que Ducrot y la Escuela de Oxford rechazan. Entonces, se pregunta ¿cuál es la diferencia entre indicar una incertidumbre y realizar una pregunta? Cuando se realiza una pregunta, el destinatario se ve obligado a responder. Dicha obligación no es natural, y no figura en el código. 07.4 La lengua no es inocente: Admitimos entonces que las relaciones ínter subjetivas (06.7) inherentes al habla no se limitan a la comunicación (como intercambio de conocimientos) sino que llevan consigo una gran variedad de relaciones interhumanas, a las cuales la lengua proporciona el medio y la regla. Ahora ya no hablamos de una lengua inocente, saussureana, sino de una lengua que establece las reglas de juego y condiciona nuestra vida cotidiana. La tesis principal de Ducrot es la de “presuposición”, que pone de manifiesto un dispositivo completo de leyes y convenciones dentro de la lengua, que regulan el debate entre individuos. 07.5 El implícito: Nace de la necesidad de por un lado evitar la responsabilidad de la enunciación de un tema tabú de la sociedad (que pueda humillar al locutor o al interlocutor, herirlo, provocarlo) y por otro de que lo dicho adquiriera cierta inmunidad frente a una discusión, que no sea refutable. 07.6 Clasificación lógica del implícito: dice el autor que el hecho de que exista un determinado empleo del lenguaje, ajeno al código, no prueba que la lengua no sea un código. Por tal razón cree preciso enunciar las formas del implícito que pueden atribuirse a tales procedimientos, para luego, por oposición, mostrarnos las otras formas implícitas en la lengua de una manera mas directa. El implícito propiamente dicho (El implícito en el enunciado): cuando un hecho no quiere ser expresado de manera explícita, presenta en su lugar a otros hechos que pueden aparecer como la causa o la consecuencia necesarias del primero. “se dice que hace buen tiempo par dar a entender que uno va a salir, o se habla de lo que se ha visto afuera para indicar que uno ha salido”. El Silogismo formula la menor de dos premisas y la conclusión a fin de presentar implícitamente la premisa mayor. “Tal persona ha venido a verme, por lo tanto tiene problemas” indica una segunda premisa de mayor peso que es “(ha venido sólo por interés)”. Pero dice el autor que el razonamiento puede ser menos formal que el silogismo y tener más que ver con las convenciones oratorias que con la lógica. “No me pidas mi opinión, porque te la daré”. El consejo (por convención oratoria) debe convenirle al destinatario. Por lo tanto, en este caso el consejo “no me pidas mi opinión” implica la premisa “(mi respuesta te disgustará)”. El sobreentendido (Lo implícito basado en la enunciación): incide la enunciación además del enunciado. Llegamos a los sobreentendidos del discurso. Dice Ducrot, que a cada ley de discurso (a cada acto de habla) se le podría atribuir un tipo de sobreentendido, sobre el cual basar un implícito. El acto de tomar la palabra no es libre ni gratuito: quien lo hace debe tener un motivo (una necesidad, o un objetivo). Dicho motivo es el elemento clave en el sobreentendido y es sensato si no necesario preguntárselo. 1. El Hablar a alguien significa reclamarle su atención, por lo tanto solo puede hablársele de lo que le es de interés. (Que un locutor “X” hable de un tema “Y” a un interlocutor “Z”, o que “Z” deje que “X” hable de “Y” implica un interés de uno por otro). 2. El ordenar exige cierta relación jerárquica que se da sentada al realizar tal acto de habla, implícitamente. 3. El derecho de interrogar, que implica obligar al otro a una respuesta, no es adjudicado a cualquiera. A su vez, hacer una pregunta es una forma de que los otros no olviden de que el locutor está autorizado a realizarlas. 07.7 Clasificación psicológica del implícito: Ahora ya no consideramos la forma de los procedimientos discursivos, sino el lugar donde se producen, y a que nivel de pensamiento lo hacen. Como manifestación involuntaria: en ella, no hay por parte del locutor una concepción de la necesidad de la premisa omitida. “Un matemático del S. XVIII que habla de una función continua, implícitamente cree que posee una derivada”. Agrega que en todo texto se puede buscar el reflejo implícito de las creencias profundas de la época cuando fue escrito. Como manipulación estilística: el contenido implícito se asienta por medio de una “artimaña” del locutor. Sólo tiene sentido si no es descubierta. Puede que ésta sea totalmente premeditada, decidiendo el efecto que quiere obtener en el destinatario (el razonamiento que quiere provocar) y luego buscando las palabras para llevarlo a cabo, cuidando de “decir sin decir”. Retórica connotativa: la retórica sirve para expresar una duda y que esta pierda su valor de pregunta, por lo tanto, su poder de obligar al otro a responder. La retórica connotativa entonces, es la que aprovecha el usa la expresión dentro de la expresión (03.11), por ejemplo, al introducir un término en otra lengua (que acarrea su sentido e ideas asociadas con esa lengua), usar palabras técnicas (con el fin de dar un cariz “técnico” a lo dicho), o poéticas. Por lo tanto, el significado deja de ser solo el “sentido del enunciado” para ser además el conjunto de condiciones socio-psicológicas que deben ser satisfechas para que sea empleado. Se crea entonces un código connotativo que une cada enunciación con las significaciones implícitas, que nos parecían en un principio asociadas mediante procedimientos discursivos. Ordenar manifestar jerarquía. Preguntar la hora indicar que uno se aburre. “Olvidar” una premisa afirmar tal premisa. Implicación y significación atestiguada: es la etapa intermedia entre la manipulación estilística y la retórica connotativa. Aquí el implícito da la impresión se ser, mas que formulado, vivenciado. El ejemplo planteado por Ducrot, son las interjecciones: “¡ay!” es un testimonio implícito e involuntario de dolor. Es natural que lo digamos, cuando algo nos duele, aunque el termino sea tan arbitrario como el resto con relación a su significado. 07.8 La presuposición: por último, llega a este empleo del lenguaje, fuera de toda clasificación anterior, ya que está fuera del discurso: necesita de la confrontación de términos similares (no presentes) para poder ser analizado. Está un paso antes de la suposición (presente en el implícito) y por eso la llamamos presuposición. Se prueba así que la lengua no es sólo código. Analicemos un ejemplo: 1. José piensa que Jaime ha venido. 2. José sospecha que Jaime ha venido. 3. José imagina que Jaime ha venido. Analicemos las relaciones entre estos tres planteos. El verbo 1 abarca a 2 y a 3. Si comparamos el término 2 con el 3, este presupone más probabilidad de que haya venido que el otro. 08 – La intertextualidad en el discurso del poder de G. B. Fernández. (por Sergio Venturini) 08.1 Introducción: Sabemos que – como dice Habermas – “las ideas sirven a menudo para enmascarar con pretextos legitimadores los motivos reales de nuestras acciones”. El manejo de la intertextualidad en el discurso del poder nos permite identificar a qué códigos éste hace referencia y por lo tanto desmantelar la distorsión comunicativa que se produce (¿provoca?) en la emisión del mismo. 8.2 La teoría pragmática: Con el fin de encuadrar nuestro elemento de estudio dentro de la teoría pragmática (cuyo objeto es indicar las condiciones que hacen aceptables las expresiones que se formulan en el acto de comunicación) delimitaremos el objeto empírico de la misma. Partimos de su discurso-objeto, conformado por una especificación sintáctica3 y una interpretación semántica4. Luego, de acuerdo al dominio de la teoría cuyo objeto ya indicamos, determinamos la satisfactoriedad del acto comunicativo: Alcance (aceptación o rechazo) de la expresión-acto, y bajo que situación conversacional. Que principios condicionan el éxito de la interacción verbal. Relación del alcance y principios con la estructura e interpretación del discurso. Dicho en otras palabras, la tarea de la teoría pragmática es 1) convertir el discursoobjeto en un acto de habla, para luego 2) colocarlo en la situación idónea (teniendo en cuenta el contexto) para que se de la interacción del habla. 8.3 El oyente procesa el acto de habla: Ahora, ¿Cómo se relacionan ambos? Comenzamos por determinar de que manera procesa el oyente del acto de habla: Ellos no retienen a largo plazo la información semántica tal como fue emitida, sino que a través de las macro-estructuras y las permutaciones, la transforma, haciendo de ese discurso, algo “vivo”, que tiene carácter de respuesta al emanado. En este proceso influyen creencias, deseos, metas, intereses personales, el manejo de la lengua, etc., en base a quienes se establecen nudos o puntos de convergencia o divergencia, desde los cuales, a través de la intertextualidad – relación con otros textos – puede presionar al oyente. 8.4 Discurso del poder e ideología: El discurso se convierte entonces en uno o varios núcleos que “fugan” hacia otros discursos. La dirección en donde lo hacen determina su ideología. 3 4 Relativo a la combinación de las palabras en las oraciones. Relativo a la significación de las palabras. Tomando en cuenta la función de dominación de la faz negativa de la ideología (6.8) podemos decir que: Los actos de habla que sustentan los discursos de dominación son satisfactorios por cuanto quien lo emana consigue su propósito. Para ello, tiene en cuenta la memoria a corto y largo plazo para virtualmente forzar a la ideología a volver a su faz positiva de “consenso, movilización y justificación” para conseguir la adhesión a los objetivos expuestos. Para asegurar el consenso, usa un grupo selecto de palabras de alto valor connotativo, distribuidas en el discurso de acuerdo a la necesidad de validar aquello nudos de mayor tensión. Considera la entonación y pausas para dar pie a los diferentes tipos de respuesta o asentimiento intermedia al contenido de las proposiciones sintácticas. Conoce el auditorio al que se dirige, para “diseñar” como llegar al sentido. Cuando la función de dominio pasa a ser relevante y la ortodoxia cristaliza las viejas motivaciones aparecen las “palabras-símbolo”, que incorporan los sistemas de metalenguaje, generando un doble código manejado también por los oyentes. La eficacia del discurso reside en borrar de la intertextualidad a la memoria del doble sistema, (necesario en un principio) para llenar su espacio con otro contenido diferente (que es el que pretende el emisor). El discurso de poder lo tendrá hasta que otro rescate (desmenuce) de la intertextualidad los significados cambiados, las elipsis, las referencias que indirectamente apelan a la emoción, con el fin de impedir una decodificación de la realidad tal y como las circunstancias la presentan. 09 – El mito como lenguaje de G. B. Fernández (por Sergio Venturini) 09.1 Introducción: ¿Qué relación hay entre mito y lenguaje? Partimos del presupuesto de que el mito es un lenguaje (los significados de la palabra misma dan cuenta de ello). Por lo tanto, de acuerdo a que se entienda por lenguaje habrá de entenderse que es un mito. De esta conclusión se desprenden tres posibilidades: El mito como decir sobre lo acontecido en tiempos remotos. El mito como el decir las cosas (y al hacerlo darles una entidad) El mito como metalenguaje. 9.2 El mito como decir sobre lo acontecido en tiempos remotos: ante el doble sistema semiológico que se plantea (lo sucedido y lo relatado) y de la relación entre ellos nos preguntamos que grado de verosimilitud tendrá lo relatado. Un enfoque racionalista podría decirnos que lo sucedido “se agota en el decir”. Max Müller sostiene la existencia de la ambigüedad en el uso de la homonimia, sinonimia y la metáfora, como influyentes en la producción de un mito, a lo largo del tiempo. Λαος (piedra) confundida con Λαας (gente) cambió el sentido en el mito de Deucalión. 5 Otro enfoque plantea que el hecho sucedió, pero que a través de las palabras se lo oculta (por ser un hecho sacro, o tabú) o se lo desfigura. El mito tiende a evitar que el lenguaje lo capte totalmente: podría decirse que mito y lenguaje no son 100% compatibles. 9.3 El mito como el decir las cosas (y al hacerlo darles una entidad): la palabra tiene poder, lo que amplía su dominio del ‘decir’ al ‘decir y hacer’, invirtiendo el orden de “nombramos a lo que existe” por “existe lo que nombramos”. De acuerdo a la naturaleza de lo nombrado obtenemos dos variantes: la creación entidades naturales y de símbolos: “Y en el principio Dios dijo: hágase la luz”. La creación a traves de la palabra se repite en la mitología judeo-cristiana, mientras que en otras también impone el orden. Otra forma de considerar el poder de la palabra, es tener en cuenta que sólo podemos acceder al tiempo mítico, traspasar la barrera que lo separa del tiempo histórico, a través de ella. 5 El mito dice que: Viendo Júpiter acrecentarse la maldad de los hombres, resolvió anegar el linaje humano a excepción de Deucalion y su esposa Pirra, las dos únicas personas que por ser justas y virtuosas se salvaron de tal castigo, a este fin, Deucalion fabricó un arca en la cual se encerró el con su esposa y sus hijos juntamente con un par de animales de cada especie, por esta razón se designaba a los griegos con el nombre de Deucalionidas, por ser descendientes de Deucalion, a quien los Beocios consideran como antecesor de las razas humanas. Símbolo [ítem incompleto] 9.4 El mito como metalenguaje: Barthes caracteriza al mito como un ‘habla’ que se articula en un ‘sistema de comunicación’ y ‘produce mensajes’. Dice además, que no es un metalenguaje sólo por ser una lengua que habla de otra, ya que el sentido del lenguaje objeto no es lo que importa al metalenguaje. “No se habla de árbol o piedra sino que se toma sólo su forma...” vaciándola de significado para llenarlo con el de la historia.