DECLARACIÓN PÚBLICA DEL PARTIDO RADICAL, EL PARTIDO SOCIALISTA Y EL PARTIDO POR LA DEMOCRACIA Como partidos políticos de oposición, hemos concurrido a reunirnos con el Gobierno en un momento clave para el país. A través de múltiples manifestaciones y señales, los chilenos y chilenas están expresando su insatisfacción con el tipo de democracia que tenemos. Hay una evidente crisis de representación y un reclamo por mayor participación de los ciudadanos en las decisiones. Así también, recorre nuestro país una demanda profunda y sentida por igualdad y protección ante los abusos que sufren las personas cotidianamente. El mundo político está interpelado y debemos responder con claridad sobre nuestra disposición a avanzar. No hemos venido a La Moneda a cumplir un ritual formal sino a expresarle al gobierno nuestra voluntad de emprender una agenda ambiciosa de reformas. Hemos traído propuestas y alternativas para acometer esta tarea pero, con la misma claridad, le hemos planteado al gobierno que no estamos disponibles para hacer reformas cosméticas. Hay que ser claros y transparentes y declarar con franqueza a qué estamos dispuestos. Dentro de las múltiples reformas que Chile necesita hay algunas que debemos priorizar: 1. Necesitamos comenzar cuanto antes un debate abierto y participativo para fijar las bases de una nueva Constitución para Chile, que nos represente a todos. 2. Debemos instaurar el plebiscito como un mecanismo para resolver con la ciudadanía temas relevantes para el país cuando no se logran los acuerdos necesarios. Nuestra propuesta es que el debate educacional sea resuelto de esta manera, permitiendo que los chilenos y chilenas decidan si quieren conservar las características esenciales del actual sistema o quieren dar paso a un nuevo modelo educacional para Chile, que trate a la educación como un bien público, garantizado por el Estado, que sea accesible a todos los chilenos y chilenas en condiciones de calidad e igualdad. 3. Tenemos que reemplazar el sistema binominal por uno que sea representativo y genere mayor competencia. 4. No podemos postergar la instalación de primarias ciudadanas, abiertas y vinculantes para definir candidatos a comicios electorales. 5. Necesitamos avanzar decididamente en la regionalización del país transfiriendo de poderes, competencias y recursos a las regiones y comunas. 6. Finalmente, es indispensable aprobar de una vez la inscripción automática y el voto de los chilenas en el extranjero. Con una democracia renovada y vitalizada, que reestablezca la confianza de los chilenos en su sistema político y goce de altos niveles de participación ciudadana, Chile podrá emprender con éxito las reformas necesarias para combatir la desigualdad y el abuso. Un nuevo pacto fiscal que se exprese en una reforma tributaria, un nuevo código del trabajo que proteja a los trabajadores y permita un verdadero diálogo social entre sindicatos y empresas, una institucionalidad que fortalezca los derechos de los consumidores y frene los abusos del mercado, una consagración del carácter multiétnico de nuestro país expresado en un reconocimiento de los pueblos indígenas, una nueva forma de enfrentar los desafíos energéticos y medioambientales, que ponga por delante el interés estratégico de los chilenos por sobre el cálculo de rentabilidad de las empresas. Muchas de estas tareas han demorado demasiado tiempo para ser acometidas y no pueden esperar más. Los límites del actual sistema político se han transformado en un obstáculo para el avance de Chile y nuestra obligación es removerlos. Tenemos la esperanza de haber sido escuchados por el Gobierno y que ello se traduzca en una respuesta positiva en los próximos días. Más allá de ello, trabajaremos firmemente para construir una mayoría amplia que se comprometa decididamente con estas reformas transformándolas en la base para un proyecto de futuro. Esa será la prioridad de todo nuestro accionar político, hoy como partidos de oposición y mañana, desde el gobierno.