Quiste Ovarico Neonatal - Bienvenidos a Mi cirujano Infantil. cl

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Quiste Ovárico complejo del período neonatal: un dilema no resuelto.
Contreras R., Saitua FJ.
Servicio de Cirugía Infantil, Hospital Padre Hurtado
Resumen:
La Ultrasonografía Prenatal1 ha permitido un mejor diagnósticode las lesiones quísticas
ováricas. La torsión prenatal de ellas determina el infarto y la destrucción del tejido
ovárico. El objetivo de este trabajo es analizar los casos recientemente intervenidos en
nuestro servicio para describir la sobrevida ovárica y proponer otro método de manejo.
Resultados: de los 5 pacientes intervenidos, en el período 2005 – 2006, el 80% requirió
salpingoooforectomía por necrosis ovárica. Conclusión: La cirugía en el período neonatal
es un tratamiento generalmente tardío para las masas ováricas diagnosticadas en la vida
intrauterina. Se proponen criterios para el manejo antenatal de esta patología, buscando la
preservación de gónadas vitales.
Material y método: Se revisan en forma retrospectiva los datos de 5 pacientes manejados
en el Servicio de Cirugía Infantil del Hospital Padre Hurtado entre marzo de 2005 y Julio
de 2006. Todos tenían diagnostico prenatal de quiste ovárico complicado. Se realizó cirugía
precoz. En 4 casos se realizó abordaje laparoscópico y en uno con técnica abierta.
Introducción: La mayor cobertura y el mejoramiento en las imágenes de la Ultrasonografía
Prenatal1 ha permitido un diagnóstico más preciso y amplio de las lesiones quísticas
ováricas. La torsión de estas estructuras en forma antenatal determina el infarto y la
destrucción del tejido ovárico. Analizamos los casos recientemente intervenidos en nuestro
servicio para observar las condiciones en que se encuentran al momento de ser operados.
Material y método: Se revisan en forma retrospectiva los datos de 5 pacientes manejados
en el Servicio de Cirugía Infantil del Hospital Padre Hurtado entre marzo de 2005 y Julio
de 2006. Todos tenían diagnostico prenatal de quiste ovárico complicado. Se realizó cirugía
precoz. En 4 casos se realizó abordaje laparoscópico y en uno con técnica abierta.
Resultados: Todos los pacientes tenían diagnóstico prenatal de lesión quística abdominal
probablemente de origen ovárico. Las 5 fueron catalogadas como complejas: 4 presentaban
tabiques y áreas sólido quísticas en su interior, con tamaño entre 5 y 8 cm de diámetro. La
otra masa era de gran tamaño, 8 cm de diámetro en un feto de 30 semanas de gestación
ocupando todo el abdomen. Se observaron solo quistes unilaterales, 4 derechos y 1
izquierdo. La duración del procedimiento fue de 71 min. (65-75 min.). Al momento de la
cirugía 4 de los 5 quistes estaban torcidos y necrozados, requiriendo salpingooforectomía.
Solo en el caso del quiste gigante de 8 cm de diámetro el ovario estable viable, en el que se
realizó aspiración y destechamiento, conservando el ovario y las paredes del quiste. En otro
paciente el quiste presentaba una torsión del pedículo en 1080º formando un verdadero
plastrón con el apéndice vermiforme, la que fue necesario extirpar por firmes adherencias al
anexo. No hubo complicaciones intraoperatorias y 1 paciente (el operado con técnica
abierta) presentó infección de herida operatoria, que respondió al tratamiento convencional.
La evolución post operatoria en el resto de los casos no tuvo incidentes.
Conclusión y comentario: Nuestra casuística, similar a otras publicadas, muestra un alto
porcentaje (80%) de ovarios necrozados en el período neonatal. Esta complicación ocurrió
probablemente en el período entre que la masa fue diagnosticada por ecografía prenatal y el
momento del parto. La imagen ecográfica prenatal de los quistes ováricos se define como
simple, con contenido anecoico o compleja con floculación intraquística o tabiques en su
interior2. Existe consenso en que las lesiones complejas deben ser manejadas en forma
quirúrgica post natal3, así como aquellas lesiones simples menores de 5 cm, que pueden ser
observadas con ecografías seriadas en forma postnatal. En su gran mayoría estas lesiones
regresan espontáneamente. Dado que la ultrasonografía ha sido efectiva para el diagnóstico
y el mejor entendimiento de esta patología, ha sido posible definir ciertos criterios para la
indicación de descomprimir los quistes simple observados en forma prenatal, con el fin de
evitar su torsión y la consecuente infartación: quistes anecoicos mayores o iguales a 4 cm.,
quistes errantes en ecografías seriadas o el crecimiento rápido de más de 1 cm. por
semana4. La punción antenatal de estos quistes, en manos expertas, tiene fines diagnóstico y
terapéutico5, sin morbimortalidad materna ni fetal y con buenos resultados a largo
plazo4,5,6,7. Creemos que este es el camino adecuado para disminuir el alto porcentaje de
gonadas infartadas al que asistimos en el período neonatal, siendo la cirugía solo un
procedimiento para extraer material necrótico y no necesariamente terapéutico. El
implementar regladamente esta conducta nos permitiría tener una menor cantidad de
ovarios necrozados, que en su gran mayoría ocurre en forma antenatal y así poder reservar
el tratamiento quirúrgico post natal a aquellos quistes sintomáticos o que no involucionan
en controles ecograficos seriados8. El abordaje laparoscópico es una técnica segura y
avalada en múltiples centros como de elección frente a esta patología9,10.
Bibliografía
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