Que hizo Roma para ser precisamente lo que es, cometió el acierto que otros no, se quedó con la victoria bélica… Empezando por lo que se debe Montanelli en esta obra nos mete en el mismo problema que todos lo demás autores mentira si fueron Rómulo y Rémulo mentiras, sólo eso, entonces, no hay una historia aceptada, pero eso es lo que siempre pasa con las urbes de gran historia, situación de Roma, que entre otras cosas vino a dar miles de dolores de cabeza a sus oponentes. Comenzando con los etruscos, de estos personajes no nos muestra más que un lado agresivo, y poco solidarias con su raza, o a menos eso parece ya que jamás lograron unirse, y no hubo nadie tan fuerte como en el caso de los romanos con los sabinos y latinos, que lograra tomar a las demás y someterlas, y tal vez ese fue su error, un error que les costó el ser sometidas por Roma. La federación Tarquina fue la que más hizo por una idea un poco menos separatista pero, no paso mucho de sólo una idea, ya que, como bien menciona Indro, su diplomacia como ciertas naciones europeas, más vale morir solas, que vivir juntas. A fin de cuentas los romanos hicieron que esta diplomacia fuese totalmente realista y fue añadiéndose una por una a cada una de estos pequeños estados. Y fue esta necesidad de los romanos de destruir Etruria tanta, que se hace pensar que era más el rencor por su intento eterno de superioridad, hablando desde la raza hasta la posibilidad de que el buen Rómulo tuviera sus orígenes en esta civilización. En Roma, como en la mayoría de las civilizaciones del mundo, la religión fue la que les guió en ese camino de prosperidad. El apoyo de toda autoridad era precisamente este, el pater familia era más parecido a un sumo sacerdote, y ese hecho imponía lo suficiente como para lograr una disciplina fantástica en la familia. Después de haber hecho Numo un supuesto acomodo de prioridad de entre los muchos dioses de los muy variados pueblos, logró una obra suficiente importante que vino a beneficiar a sus sucesores, los cuales pudieron conducir a su pueblo victorioso contra los rivales regionales. Y fue la religión lo que les dio el poder, porque en cuanto a política el poder real no era nada más ni nada menos que del pueblo, quien los elegía, y por consiguiente pedía una justificación de los actos realizados. Cuando Roma comienza crecer las exigencias de los ciudadanos lo hacen al mismo tiempo, y ahora buscan tener más atención y perfeccionamiento en los actos, así se fueron creando muchos más nuevos cargos desde religiosos hasta militares, es cuando nace la llamada “burocracia”. Después viene la creación del Consejo de ancianos, el nacimiento del primer ministerio, el tan famoso senado, que en un inicio debía aconsejar al soberano, pero más adelante tomó más fuerza de la que se hubiese podido pensar. En cuanto a la milicia, que como bien sabemos para los romanos fue algo tan esencial como la religión en la vida diaria, o incluso de mayor importancia, por fin fue creado, ese ejército que más adelante rompería con todo la lógica del mundo hasta entonces; basado en las 30 familias originales, las cuales proporcionaban cien hombres o una centuria, además de una decuria es decir, diez jinetes. Después vino la bella expresión de necesidad de superioridad de la urbe cuando Tulio Hostilio sin más ni más le declaró la guerra a Alba Longa, siendo esta la más rica de la región, y si, definitivamente la despedazó, aún siendo está la supuesta tierra de sus fundadores, entonces fue cuando los romanos dieron a conocer su esencia bélica, cosa que paso a alarmar a sus vecinos, y fue justo cuando subió al trono Tarquino Prisco, cuando Roma pasó a ser enemigo público, visto por toda la región como león enjaulado que por desesperación o curiosidad podría salir y atacar, sin razón aparente. Definitivamente esas raíces de agresión tienen que venir de algún sitio, pero definitivamente los latinos y sabinos no eran la fuente, ya que estos eran agricultores, y tal vez esto se derivaba de los pobres etruscos, que más bien se dedicaban al comercio. Es cierto que los romanos hacían parecerse humildes, incluso un tanto desaliñados, su túnica era sencilla, hecha en caso tal vez fea, ni siquiera los reyes se salvaban de esta situación, y además no se permitían ostentos, era solo un yelmo y una que otra insignia, en cuanto a tener una escolta, esto podía verse como una agresión al pueblo, pues parecería autoritario en exageración, como queriendo hacer las cosas en contra posición de lo que el pueblo quería. Los romanos tenían la fuerza para ganar en la mente, en la creencia de que su pueblo había sido creado para triunfar sobre los demás, de que era un regalo de los dioses y de alguna forma había que agradecerlo, era entonces no por el físico, sino por la idea bien clavada de que ellos, eran los indicados. Con el advenimiento de la dinastía estrusca Roma fue totalmente distinta, a la muerte de Anco Marcio, aproximadamente en el 150 ab urbe condita, un joven hijo de madre estrusca y padre griego, llamado Lucio Tarquino logró adueñarse del trono de la urbe junto a los etruscos, y debido a la necesidad que ellos veían en el comercio, cosa a la que los antiguos reyes “rurales” habían hecho caso omiso. Fue visto también como un posible salvador por ser como ellos un forastero, fue entonces apoyado por todos los comerciantes acaudalados, y en efecto logró su cometido, además de llevar el ostento a un grado mayor, haciéndose construir un palacio y mostrándose a su gente como todo un rey debía hacerlo, con cetro en mano y yelmo con aspecto señorial, se destacó respecto de sus antecesores por ser el primero en dedicarse fuertemente a la política y la guerra, en vez de estar diciendo misa todo el día o cualquier clase de invento religioso. Como era lógico los patricios no lo querían cerca, y acabaron con la vida de aquel ostentoso servidor, pero erraron, al confiar en que una mujer y un pequeño niño, aún siendo hijo de Tarquino Prisco, no afectaría los planes creados. Pero olvidaron que Tanaquil era estrusca y a diferencia de las mujeres romanas, veía todo con otros ojos, y definitivamente no pensó dos veces en ocupar el trono de su entonces difunto marido, para que después su hijo Servio subiese a ocuparlo. No tardo nada Servio en realizar sus primeras acciones, como dar la ciudadanía a los libertinos, era autoritario, y a la par generoso y popular, cosa que a los ciudadanos no les convenía, entonces vino su sobrino-yerno que además de aliarse con los romanos para ejecutarlo, tomó su lugar sin pedirle permiso a nadie, se le llamó el Soberbio, para distinguirle del primer Tarquino. Este mostraba una fuerte atracción por la guerra, tenía la fuerza y la diplomacia, y constituyó lo que en su tiempo fue un pequeño imperio. Como todo, la situación terminó en venganza, Lucio Junio Bruto, sobrino del rey, e hijo de su víctima, fue al senado y dijo todo sobre la infamia, además de proponer que se tomaran represalias contra el y su familia, pero el Soberbio no esperó a que esto sucediera y huyó, logro encontrar asilo donde Porsena; mientras en Roma, se declaraba la república después de siete reyes en el 246 ab urbe condita. Enseguida vino Publio Valerio a quien se le apodó Publícola, que significaba amigo del pueblo, y definitivamente esto fue, ya que buscó implantar leyes que duraron a lo largo de todo el periodo republicano, como el hecho de que nadie podía tratar siquiera de apoderarse de un cargo, o sería condenado a muerte, o el comicios centuriados que daba al condenado la capacidad para hacer una apelación. También se otorgó la capacidad de asesinar a cualquiera que intentara ser rey, más no se mencionó que características debía tener aquel supuesto aspirante o que debía haber hecho para que se le considerara como tal, y esto se prestó a que el senado de una u otra manera se deshiciera de varios enemigos, que ellos consideraron querían ser reyes, justo como en la actualidad se sigue haciendo en muchos países, solo que ahora, es llamado traición a la patria. Al inicio la gente veía con entusiasmo este cambio, pero poco a poco fue notando que no había mucho de que entusiasmarse, en realidad la urbe estaba en crisis, la gente que venía en busca de algo, encontraba si algo, pero peor. Porsena vino a luchar contra este tal vez bien intencionado gobernante, logró el apoyo de los dos hijos de Lucio Junio Bruto, que tal vez habían olvidado el fin de su padre. Fua hasta Camilo cuando la urbe vio aunque por fuera el miedo de la derrota, pero sólo por fuera reitero, ya que dentro de la urbe pasaba un suceso bastante digno de comentarse; La creación de las doce tablas, que después de una secesión de plebeyos dio resultados, incluso teniendo que amenazar con una segunda. Fue en la tercera que Apio Claudio fue destituido para casi lograr alcanzar el ideal de democracia, o al menos quedar más cerca que antes. Después de la humillación que dejaron los galos para los romanos, la urbe intentó restituirse y lo logró con la supremacía de la liga, a diferencia de sus rivales, que no encontraron un Camilo para levantarse. Vinieron las tres guerras samníticas que debido al alojo mal intencionado que los romanos le dieron a los samnitas, con el fin de separar a la Campania justo por la mitad. Después Pirro y sus elefantes o bueyes lucanios como los llamaron los romanos. A primera instancia sofocaron de miedo a los ciudadanos, pero después como todo en está vida, paso a ser algo, ya visto, y los romanos como bien sabían lograron restablecerse, añadirse uno a uno los pequeños países, incluso los griegos. Mientras tanto los plebeyos hacían con la urbe lo que deseaban, fue justamente cuando se decidió la ley hortensia, que le dio a la plebe todo el poder en bandeja de plata, pues ya no había que pedir permiso, simplemente los plebiscitos se tornarían leyes. Las guerras púnicas llegaron en el 264, la primera destrozó a Roma, que necesito 5 años para rehacerse, tanto moralmente como en situación material. Cuando Cártago supuso cansada a la urbe al igual que ellos, liberó a Régulo para platicar ciertas proposiciones de los cartagineses y en caso de no aceptar regresaría, y Régulo firme en su idea de seguir con la guerra volvió a Cartago donde fue torturado. Vino la segunda parte, pero esta vez comandada por Almícar, el creador de los comandos, esta vez observaron algo parecido a un desembarco y a pesar de que el senado se oponía Catulo a pesar de las graves heridas, mandó atacar a los barcos que por su exagerada carga no lograron maniobrar hundiéndose 25 de ellos. Después de esto Cartago quedó bastante maltrecha, mucho más que Roma, porque encima de todo entró en una etapa de anarquía; La segunda guerra púnica tal vez la más famosa, fue el caos romano, Aníbal el hijo de Almícar, gran estratega militar, desmenuzó poco a poco a la República Romana, y no la tomo sólo porque sus hombres no le eran suficientes. Aníbal tuvo miedo sólo de un estratega, Fabio Quinto Máximo, pero el senado en el afán de hacer las cosas velozmente no hizo caso a las ideas de Fabio Máximo, que esperaba, y sólo eso, pues sabía que era la mejor manera de desequilibrar, le quitaron el cargo por la desesperación que la estrategia les causaba y se lo otorgaron a Terencio Varrón y Emilio Paulo, quienes por consiguiente fueron vencidos. Los romanos como siempre alzaron el rostro y como siempre con mentalidad o suerte, alentaron a los vencidos y pusieron todo lo posible por cambiar el destino jóvenes salieron de sus casas a combatir, el pueblo participó en grande con el sólo fin de lograr limpiar esa mala racha, pero tanto esfuerzo fue tirado a la basura, ya que el tan ansioso encuentro con Aníbal nunca sucedió, sin saber hasta la fecha cuales fueron sus razones. Fue Catón importante hombre en la política, era un plebeyo que había escalado hasta donde pocos podían si quiera pensar, ganó doce causas ante un tribunal, fue edil, pretor y más tarde cónsul, creo el primer bufete y luego volvió a empezar tribuno y seguido cuestor, pero lo más relevante de este personaje es que fue el primero en temer a los griegos, y sus exagerada influencia en su pueblo, cosa que Horacio mucho más delante convalidó, el pueblo romano ahora hablaba de modas y estilos, cosa que en sus inicios no significaba más que una toga mal hecha con un hoyo para la cabeza. Se abrió la situación del teatro y con esto, los ojos de los romanos, que hasta entonces habían permanecido apaciguados, con los cuentos de los dioses que ni siquiera eran puramente romanos, ahora la gente veía su realidad, y además de todo, de una forma bastante cómica y controversial. Los gréculos habían venido a conquistar al conquistador, abrieron las escuelas, enseñaron filosofía, gramática y retórica, y claro está, incomodaron al senado y dirigentes del estado. Mamá Cornelia la primera mujer que busco un más, un porque, la única hasta entonces, que había sido llamada ejemplar, aprendió de todo se volviéndose una intelectual, después de viuda puso su género, en alto, a pesar de habérsele muerto 9 de sus hijos, y quedar sólo con dos varones y una mujer que además tenía parálisis, fue una viuda que mantuvo su nombre en alto, inclusive tenía un salón que sembrarían en Tiberio Graco, su primogénito, múltiples ideas, en un inicio. Tiberio pareció ser el próximo grande, pero se equivocó al querer añadir propuestas que a pesar de ser buenas no iban con un discurso demagógo, a los senadores les pareció un intento de dictadura, o al menos una aspiración y lo destituyeron del cargo de tribuno, así fue pues, que terminó siendo muerto de un mazazo en la cabeza, su hermano Cayo subió tiempo después a ocupar el sitio que su hermano había dejado, pero según nuestro autor el lo hizo mejor, porque lo hizo con más realismo, pero realmente no podemos saber que tan bien lo hizo el otro, debido a que, no hizo nada. Cayo fijó el precio del trigo, gran arma que luego les sería bastante servil a Mario y a César. Pero como todos los que intentan lo bueno Cayo fue destituido, dícese que por fraude, pero el como buen pacifista, no reclamó, y después de el suceso de cruzar el río Tiber, pidió a un sirviente que le asesinara, el cual accedió para luego hacer lo mismo con su vida. Mario, el revolucionario cuñado de Cayo Julio César, comenzó queriendo mostrar lo que tenía, siendo hijo de un bracero, tuvo los medios para encontrar ese pequeño espacio en la política romana, dícese que con el fin de volver con poderes acrecentados al lado de sus soldados, ya que su educación había sido cien por ciento militar, cuando este ejercía de tribuno, los galos aterraron al pueblo romano nuevamente, pero esto no paso a más porque esta vez decidieron irse hacia los Pirineos, aunque tiempo después tramaron volver a la urbe, pero esta vez, Mario ya en su lugar de cónsul, estaba bien fijo esperando su llegada, y como a todo paciente, le recompensó porque triunfó, llevando consigo a la gente del pueblo, la gente que buscaba riquezas, y no a los que iban a la guerra porque debían hacerlo. Como todos, enfermó de poder, y al sentir su superioridad terminó siendo destituido por su antiguo tribuno Sila. Este dictador que nunca tuvo amor desinteresado por nadie exceptuando Valeria, orgulloso y prepotente incluso ante la muerte, nunca se dobló, y fue injuriado por muchísimas personas pero sus ideales estaban en la mesa, estaban ya puestos y no los iba a mover de ahí, es distinguido por haber robado el poder bajo la fuerza de las armas y después haberlo dejado sin decir más, perfeccionó entre otras cosas el proceso penal, le devolvió al senado el poder perdido durante el mandato de los populares. Tiempo después el pueblo pedía su venganza, entonces hizo subir a Pompeyo y Craso, los cuales a pesar de ser de la alta burguesía, comulgaban ciertamente con las ideas de el proletariado, hizo las modificaciones correspondientes y el único en oponerse fue, el próximamente muy nombrado Julio César. Catilina fue vencido en variadas ocasiones, y no se negó a seguir intentándolo, pero Cicerón entre otros, evitaron que lograra su cometido, Cicerón fue el abogado que logró destituir a Hortensio, para convertirse en el ídolo de la clase social, de donde además había venido. Vino César a cambiar todo idea posible, con aires de superioridad que bien podía mostrar, conquista a las Galias, que nadie había tomado muy en cuenta en el 58, falló en cuanto a carácter cuando se enfrentaba al hecho de iniciar o no la guerra civil, pero su grandeza militar eso no cambiaba, era solo una mancha de lodo que a la primera lavada se iría, el que nunca encontró el carácter fue Pompeyo, que no aceptó las ofertas de César. No hizo falta mucho, para que todos se dieran cuenta de las verdaderas intenciones, y bien sabían que era muy cierto lo que alguna vez dijo “Tan difícil me es pronunciar amenazas, como fácil cumplirlas”. Definitivamente no le dieron tiempo de ello, Caius Iulius Caesar, debía morir. Pero a su muerte César dejó una gran confusión pues Marco Antonio daba por hecho que el sería su sucesor, pero no fue así y saltaron las expectativas cuando se supo nombrado a Octavio el hijo de su hermana Julia, el cual cambió su nombre a Augusto y de el nunca acabaríamos de hablar, fue el primer emperador romano, y el más grande muy seguramente. Viejo y enfermizo murió Augusto, sin sucesores al igual que Julio César , tenía por idea nombrar como sucesor a su sobrino Druso, pero la muerte no permitió esto, entonces se le cedió el puesto a Tiberio, el cual no aprovechó muy bien su situación, o tal vez se aprovechó demasiado. Tiberio también sin descendencia, creo la idea de darle el lugar a Cayo César Germánico, pero por celos hacia el aprecio que la gente le tenía, a diferencia del desagrado que sentían por el, así pues lo mandó a mejor vida, y designó a su hermano Calígula. Al inicio Calígula igualó a su hermano en gentileza y amabilidad, dio primero a los pobres y necesitados, después a los demás, pero su cabeza comenzó a surtir una especia de explosión, entre sus locuras estuvo desposar a su hermana, destrozar las cabezas de Saturno por su supuesta fealdad, prostituir a todas las mujeres de la corte, por falta de capital, en fin locura extrema, que hoy nos lleva a asociar su nombre con lo excéntrico, como era de esperarse es asesinado, y se lleva su locura a otro lado, le sucede su Tío Claudio, que también dejó mucho que desear, era excéntrico al igual que su sobrino, fue a conquistar Britania, y mientras iba cumpliendo su deseo murió. Nerón, supuesto poeta y filosofo, y dice nuestro autor que sólo el lo creía, empezó como la mayoría bien, y tal vez se excedió tanto en ese “bien”, que también como todos perdió el piso, y la locura lo consumió, quería una nueva roma y por consiguiente destruir la ya existente, mató a su progenitor, sin importarle la descendencia y al mismo tiempo a su esposa. Lo que vino después, fue como en toda gran urbe, la autodestrucción, por eso la grandeza siempre acaba, por que hay un grado que no debemos intentar superar, eso paso con los romanos, enloquecieron de grandeza, y según nuestro autor nos hace ver, no eran nada espectacular, y tal vez ahí radique su grandeza, que eran sencillos pero precisos, nunca fueron muy fuertes, muy inteligentes, muy cultos, pero fueron romanos, “Los enviados para tenerlo todo, los enviados para lograrlo todo”, y con eso les bastó, con sólo creer. Digo les bastó, pero sólo hasta que sus creencias se interpusieron con los límites de la fijación, y del no tener nada más que buscar. Antes hablar de romanos era como fuerza, inteligencia, estrategia, y ahora creo que eran un tanto sosos, pero muy creyentes, y eso era la fuerza, es extraño que un Imperio como el Romano no tuviera bases como las griegas, y sin embargo hoy sea todo un capítulo de la historia no sólo europea, sino mundial.