UNIDAD 11.- LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL 1. ORÍGENES Y CAUSAS DE LA GUERRA Los años treinta fueron un período de inestabilidad en las relaciones internacionales. Dos fueron los factores decisivos en los orígenes de la Segunda Guerra Mundial: el expansionismo de las dictaduras fascistas y la crisis económica de los años treinta. Frente al expansionismo de Alemania, Italia y Japón, las democracias occidentales practicaron una política de apaciguamiento que, a largo plazo, resultaría fatal. 1.1. LOS PRIMEROS PASOS DEL NAZISMO Con la llegada de Hitler al poder en Alemania en 1933 pronto se manifestó la fragilidad de la Sociedad de Naciones (SDN) como garante de la paz. La Conferencia de Desarme de Ginebra (1932-1933) fue el gran objetivo de la diplomacia europea. En ella se reconoció a Alemania el principio de igualdad de derechos, pero no llegó a haber entendimiento con Hitler y Alemania abandonó la Sociedad de Naciones. A partir de ahí Hitler fue incumpliendo las limitaciones impuestas a Alemania por el Tratado de Versalles. El dictador alemán proyectaba dominar toda Europa. Primero había que crear un gran estado nacionalsocialista de base racial (Gran Reich) ampliando las fronteras prescritas por Versalles. A continuación se le dotaría de un “espacio vital” a través del expansionismo y la guerra. El primer paso fue el intento de anexionar Austria en 1934, anexión que estaba expresamente prohibida por los tratados de Versalles. La anexión fracasó, sobre todo, por la rápida intervención de Mussolini, que no deseaba ver a Austria bajo el dominio de Alemania. En 1935 Hitler se anexionó el Sarre tras la celebración de un plebiscito en el que la población se manifestó partidaria de su incorporación a Alemania. Inmediatamente después, el gobierno nazi anunció su propósito de restablecer el servicio militar obligatorio, de construir un ejército y crear una fuerza aérea, la Luftwaffe. Francia, el país más amenazado por estas iniciativas de Hitler, reaccionó intentando aislar diplomáticamente a Alemania. En 1935 en la Conferencia de Stressa, Francia logró firmar un acuerdo con Italia y Reino Unido para asegurar la independencia de Austria y contra la política armamentística de Hitler. Seguidamente firmó otro pacto de asistencia mutua con la URSS en caso de agresión, a lo que se añadió el pacto soviéticochecoslovaco. 1.2. LA COLABORACIÓN ENTRE LOS ESTADOS FASCISTAS Pero el eslabón más débil de la coalición antialemana era Italia. Entre 1935 y 1936 Italia invadió y conquistó Etiopia, lo que provocó la oposición de las potencias europeas. La Sociedad de Naciones condenó esta acción y decidió adoptar sanciones económicas contra Italia. La respuesta de Mussolini fue romper los pactos de Stressa, aproximarse a Alemania y abandonar la Sociedad de Naciones, lo que rompió el aislamiento alemán. En 1936 Hitler ordenó ocupar la zona desmilitarizada de Renania, principal garantía de la seguridad de Francia. Las potencia europeas aceptaron la situación, pues sobreestimaron la capacidad bélica alemana. La pasividad de las democracias occidentales fue interpretada por Hitler y Mussolini como una prueba de debilidad. El estallido de la guerra civil española en julio de 1936 puso una vez más en evidencia la debilidad de las democracias europeas. En agosto se logró un acuerdo de no intervención que fue firmado por 25 países, entre los cuales estaban Alemania, Italia y la URSS. El acuerdo tuvo poca validez, pues la Alemania nazi y la Italia fascista ayudaron con tropas y material bélico a los militares sublevados contra la República y la URSS, por su parte, ayudó enviando a los republicanos armas y técnicos. La guerra civil española (1936-1939) facilitó la alianza entre Hitler y Mussolini que, en octubre de 1936, forjaron una alianza bautizada como Eje Roma-Berlín. Poco después, en noviembre, Alemania y Japón firmaron el Pacto Antikomintern contra la URSS, al que se adhirieron Italia y la España de Franco en 1937. 1.3. EL CAMINO HACIA LA GUERRA Reforzados los lazos entre Alemania, Italia y Japón, Hitler tomó la iniciativa, mientras el temor de las democracias a la guerra les llevó a una política de apaciguamiento. Hitler desveló sus planes en una reunión con sus más estrechos colaboradores y se recogieron en el memorándum o protocolo Hossbach de noviembre de 1937. Planteó que para alcanzar la autarquía y el rearme era necesario aplicar la idea del espacio vital, es decir la ocupación de nuevos territorios para satisfacer las necesidades de materias primas para su industria bélica y alimentos para su población. Esta expansión se haría efectiva recurriendo a la guerra. Sus primeros pasos irían dirigidos a ocupar Austria en primer lugar y seguidamente incorporar Checoslovaquia. Tras los éxitos diplomáticos de Hitler y ante la débil respuesta de las democracias occidentales, en marzo de 1938 las tropas alemanas entraron en Viena y Hitler anunció la celebración de un plebiscito que ratificó la anexión de Austria al Reich alemán (Anschluss). El paso siguiente fue Checoslovaquia, para lo que utilizó como excusa la llamada cuestión de los Sudetes, una región minera e industrial en la que vivían tres millones de alemanes. El Partido Alemán de los Sudestes, pronazi, reclamó su anexión al III Reich. Las amenazas de Hitler surtieron efecto, pues los jefes de gobierno de Reino Unido, Francia e Italia acudieron a la Conferencia de Munich en septiembre de 1938, donde aceptaron la anexión de los Sudetes al III Reich, sin el consentimiento de la propia Checoslovaquia. Pero en marzo de 1939 Eslovaquia proclamó su independencia y a continuación tropas alemanas entraron también en Bohemia, formándose un Protectorado de Bohemia-Moravia, como estado satélite del III Reich. En el mismo mes, Hitler se anexionó el puerto de Memel y en abril Mussolini ocupó Albania. En mayo, Alemania estrechó relaciones con Italia con la firma de una alianza ofensiva, el Pacto de Acero. La anexión de Checoslovaquia puso en evidencia el estrepitoso fracaso de la política de apaciguamiento practicada por Reino Unido y Francia. En 1939 firmaron un pacto con Polonia, para ofrecerla garantías en caso de amenaza alemana. En este sentido, la amenaza sobre Polonia hizo que la URSS cobrara una especial importancia. En marzo de 1939, Reino Unido y Francia iniciaron negociaciones con la URSS, pero no alcanzaron acuerdo. El 23 de agosto de 1939 se firmó el pacto germano-soviético de no agresión. Dicho pacto contenía un protocolo secreto por el que se preveía el reparto de Polonia entre alemanes y soviéticos, así como el reconocimiento de los derechos de la URSS sobre Finlandia, los países bálticos y Besarabia. Este pacto, entre dos estados de contraria ideología, solo parece justificarse como una alianza táctica entre dos regímenes totalitarios que pretendían sacar partido del reparto de Polonia. El pacto causó estupor en las democracias occidentales. Respaldada por el pacto, el 1 de septiembre de 1939, Alemania invadió Polonia. Pero esta vez Reino Unido y Francia no cedieron y el día 3 declararon la guerra a Alemania. Así comenzaba la Segunda Guerra Mundial. 1.4. EL EXPANSIONISMO DE JAPÓN Otro de los escenarios de conflicto era Asia y el área del Pacífico. De hecho, Japón fue el primer país que desafió el sistema de seguridad colectiva. Japón estaba profundamente afectado por la crisis económica de los años treinta y se lanzó a una política expansionista sobre su vecina China. En 1931 ocupó militarmente Manchuria y en 1932 anunció la constitución de un estado satélite, Manchukuo. Las potencias europeas no reaccionaron. Entre 1932 y 1937, Japón se dispuso a conquistar China y todo el sudeste asiático. En 1937 dirigió un ultimátum al gobierno chino e inició la guerra de conquista de su propio espacio vital. Reino Unido y Estados Unidos se limitaron a emitir protestas formales y la Sociedad de Naciones mantuvo una actitud pasiva ante estos hechos. 2. EL DESARROLLO DE LA GUERRA En los inicios de la guerra, las fuerzas enfrentadas mostraban una clara superioridad del Reich, a pesar de que Reino Unido y Francia eran superiores en población y recursos económicos. En el caso de las fuerzas terrestres, las divisiones de infantería alemanas superaban ampliamente a las del Reino Unido, Francia y Polonia. El predominio germano en las fuerzas aéreas fue evidente desde el principio. 2.1. LAS NOVEDADES TÉCNICAS ESTRATÉGICAS Durante la Segunda Guerra Mundial se produjeron cambios en la táctica militar. El Alto Estado Mayor alemán era consciente de que la guerra tenía que ser corta y diseñaron la llamada guerra relámpago (Blitzkrieg). Esta táctica buscaba alcanzar un rápido éxito mediante la penetración en el territorio enemigo con carros de combate apoyados desde el aire por la aviación. Esta estrategia explica la superioridad del ejército alemán hasta 1941. Los ejércitos aliados habían pensado en una guerra similar a la Primera Guerra Mundial, basada en el avance de la infantería y la lucha en trincheras. Por eso los aliados solo pudieron pasar a la ofensiva cuando la guerra se alargó. Otras innovaciones importantes fueron la aplicación de los avances científicos y técnicos (como el radar inglés y la energía atómica empleada por Estados Unidos) y la construcción de nuevas armas (como tanques más avanzados, unidades mecanizadas, la aviación y los portaaviones). 2.2. LAS FASES DE LA GUERRA La guerra relámpago (1939-1941) El 1 de septiembre de 1939 el ejército alemán (Wehrmacht) invadió Polonia. El ejército polaco fue incapaz de enfrentarse a la guerra relámpago de los alemanes. El 27 de septiembre capituló todo el ejército polaco. Ante estos hechos, Francia y Reino Unido dejaron sola a Polonia. Además, desde el 17 de septiembre, el Ejército Rojo penetró en territorio polaco y tal como había acordado con Alemania ocupó parte del país. Las tropas soviéticas ocuparon también Estonia, Letonia y Lituania e invadieron Finlandia. Los aliados decidieron intervenir en Noruega para cortar el aprovisionamiento de hierro sueco hacia los alemanes, pero estos se adelantaron e invadieron Dinamarca y Noruega en abril de 1940. En mayo de 1940, las tropas alemanas comenzaron la ofensiva en el frente occidental. La primera línea alemana invadió Bélgica y los Países Bajos, mientras que otra ala rompió el frente en Sedán. Entre medias quedaron aislados en Dunkerque más de 350.000 soldados. Milagrosamente la mayoría de estos soldados lograron embarcar y refugiarse en Inglaterra. Las divisiones blindadas alemanas continuaron su avance en Francia por las Ardenas eludiendo la fortificada “línea Maginot”1, sorprendiendo y arrollando al ejército francés. En junio, las tropas alemanas entraron en París y se firmó el armisticio de Compiègne por el que Francia quedó dividida en dos zonas: El norte y la costa atlántica quedaron ocupadas por los alemanes, mientras que El centro y sur, la llamada Francia de Vichy, estableció un gobierno autoritario dirigido por el mariscal Petain, influido por el fascismo y colaboracionista con los nazis. Desde Londres, el general De Gaulle hizo un llamamiento a la resistencia. La ocupación de Francia dejó solo al Reino Unido frente a los alemanes. Pero el primer ministro Winston Churchill, contando con la ayuda estadounidense y el respaldo de las colonias, rechazó las ofertas de paz alemanas y decidió continuar la guerra. 1 Línea Maginot: conjunto de fortificaciones francesas, construidas entre 1929 y 1934, que recorrían la frontera oriental de Francia desde Luxemburgo hasta Suiza. Hitler aceptó el plan de Goering y desencadenó en el verano de 1940 una encarnizada batalla aérea que duró hasta principios de 1941, la conocida como batalla de Inglaterra. Ante las pérdidas de aviones, producidas por la efectividad de los aviones de caza ingleses (Spitfire) y el uso del radar, los alemanes respondieron con bombardeos terroríficos, día y noche, sobre las ciudades. Pronto surgieron nuevos frentes: el norte de África y los Balcanes. En junio de 1940 la Italia de Mussolini entró en la guerra al lado de Alemania. En África los italianos, apoyados por el África Korps del mariscal Rommel, lanzaron desde Libia una ofensiva para conquistar Egipto. Pretendían llegar al Canal de Suez y acceder al petróleo del Próximo Oriente. Los italianos intentaron invadir Grecia desde Albania, pero fracasaron, lo que obligó a Hitler a intervenir en los Balcanes. Entre 1940 y 1941 Hungría, Bulgaria y Rumanía firmaron pactos para entrar en la guerra al lado de Alemania. Entre abril y junio de 1941 las tropas del Eje ocuparon Yugoslavia y Grecia. La guerra se internacionaliza (1941-1942) Hasta la primavera de 1941, la guerra había tenido como escenario fundamental el continente europeo y el norte de África. La agresión alemana a la URSS y la de Japón a la flota naval estadounidense en el Pacífico ampliaron el campo de operaciones. El 22 de junio de 1941, la Wermacht invadió por sorpresa la Unión Soviética. El objetivo de la invasión era obtener los cereales rusos y el petróleo del Cáucaso. El plan alemán pretendía destruir con un ataque sorpresa la potencia militar soviética. En un principio, la debilidad del Ejército Rojo favoreció el éxito alemán, pero la brusca llegada del invierno, la falta de carburante y la táctica rusa de tierra quemada hicieron fracasar a las tropas nazis en el asedio de Leningrado y en la toma de Moscú, con lo que la guerra con la URSS se prolongó. Paralelamente, la situación cambió en Asia. Ante la invasión japonesa de Indochina, los Estados Unidos decretaron el embargo sobre el comercio japonés. La réplica del gobierno del general Tojo fue el ataque aéreo sobre la base naval estadounidense de Pearl Harbour, el 7 de diciembre de 1941, sin previa declaración de guerra. Este hecho provocó la entrada en el conflicto de Estados Unidos. Tras la destrucción parcial de la flota estadounidense en el Pacífico, el dominio japonés sobre el mar le permitió un rápido proceso de ocupaciones. A fines de 1942 eran dueños de Indochina, Siam (Thailandia), Malasia, Birmania, la zona costera de China, las Indias Holandesas (Indonesia), Filipinas, Guam, islas Salomón y Nueva Guinea, y llegaron a amenazar Australia. El viraje de la guerra (1943-1944) A finales de 1942 los aliados tomaron la iniciativa y la guerra experimentó un giro decisivo. Hitler experimentó su primera y más importante derrota en territorio soviético. En el verano de 1942, la toma de Stalingrado era el objetivo básico del ejército alemán. La lucha encarnizada concluyó con la ocupación de la mayoría de la ciudad. Pero la contraofensiva rusa dejó cercado al ejército alemán. Hitler dio la orden de resistir y romper el cerco, pero los rusos impidieron la llegada de nuevos refuerzos, y el hambre y el frío obligaron a los alemanes a capitular en febrero de 1943. Más tarde, la derrota de las divisiones blindadas alemanas en Kursk, en julio de 1943, decidió la suerte de la guerra en el frente oriental. En África, la ofensiva del África Korps de Rommel fue detenida por los británicos al mando del general Montgomery. Los aliados emprendieron la contraofensiva desde El Alamein y alcanzaron Trípoli a comienzos de 1942. En noviembre un cuerpo de ejército anglo-norteamericano desembarcó en los puertos de Marruecos y Argelia. En la primavera de 1943 los italianos y los alemanes tuvieron que evacuar Túnez. En el verano de 1943, los aliados desembarcaron en Sicilia y emprendieron la conquista de Italia. Ante el avance aliado, el rey Víctor Manuel III destituyó a Mussolini y nombró primer ministro al general Badoglio. En septiembre de 1943, Italia firma el armisticio con los aliados. No obstante, los alemanes ocuparon el norte y el centro del país hasta Roma y liberaron a Mussolini, quien organizó la llamada República de Saló bajo el estrechos control de los nazis. Mientras tanto, los estadounidenses contraatacaron en el Pacífico en el verano de 1942. Las batallas aeronavales del mar del Coral, Midway y Guadalcanal terminaron con la hegemonía naval japonesa. Este cambio en el curso de la guerra fue posible tanto por la intervención de Estados Unidos como por un mayor acercamiento del Reino Unido y Estados Unidos con la URSS. En la Conferencia de Teherán (noviembre de 1943) Stalin, Roosevelt y Churchill trataron conjuntamente los aspectos tanto de la guerra como de la posguerra. La derrota del Eje y el final de la guerra (1944-1945) La derrota alemana en el oeste comenzó con el desembarco aliado de Normandía en junio de 1944, que desbarató las defensas alemanas y permitió el avance de las tropas aliadas. En agosto, París fue liberado y a finales de octubre los territorios francés y belga fueron totalmente reconquistados. Hitler recurrió al reclutamiento masivo y a las nuevas armas (bombas y cohetes volantes V1 y V2) y decidió un ataque desesperado en el oeste, en las Ardenas, que fue detenido por los aliados. En el este, los avances del Ejército Rojo fueron más intensos. El asalto final se produjo entre finales de 1944 y principios de 1945. En abril de 1945 el régimen nazi se descompuso. Berlín fue cercada y bombardeada. A finales de ese mes, el 30 de abril, Hitler se suicidó en su bunker y la ciudad capituló, firmándose la rendición incondicional de Alemania el 8 de mayo de 1945. La guerra continuó en el Pacífico y Extremo Oriente. En la primavera de 1945, Japón se encontraba cercado y sin recursos defensivos, pero continuaba la lucha. El nuevo presidente de Estados Unidos, Truman, decidió utilizar la bomba atómica, que fue lanzada sobre las ciudades de Hiroshima y Nagasaki en los días 6 y 9 de agosto de 1945. Sus efectos fueron terroríficos: solo en Hiroshima hubo 100.000 muertos e innumerables heridos o afectados por las radiaciones. El 2 de septiembre de 1945 Japón capituló. La guerra había finalizado. 3. EL NUEVO ORDEN NAZI EN EUROPA 3.1. LA EXPLOTACIÓN ECONÓMICA DE LOS PAÍSES CONQUISTADOS La estrategia alemana de la guerra relámpago presuponía una guerra corta, y su prolongación creó problemas. El ministro de armamento del Reich, Albert Speer, logró llevar al máximo la capacidad de producción bélica de la industria alemana. Pero desde 1942 se desvaneció la ilusión de una guerra rápida y Alemania no era capaz de mantener el esfuerzo de la guerra solo con sus recursos. Por eso, se diseñó una política de explotación, saqueo y rapiña de los recursos humanos y económicos de los países ocupados. El régimen de ocupación fue especialmente duro en Europa Oriental, donde se establecieron miles de campos de trabajo, en los que las SS y los grandes conglomerados industriales alemanes explotaron sin límites a una mano de obra esclava. Buena parte del esfuerzo de guerra alemán fue aportado por los países europeos ocupados. Así, mientras la población alemana mantuvo un cierto grado de bienestar, la penuria, el racionamiento, el hambre y el “mercado negro” recayeron sobre las poblaciones de los países conquistados. 3.2. COLABORACIONISMO Y RESISTENCIA El nuevo orden nazi instaurado en los países ocupados encontró respaldo en una minoría. Sólo en Polonia y en la URSS, dada la dureza de la ocupación, no se dio la figura del colaboracionista. Destacaron dos regímenes colaboracionistas, el noruego del comandante Vidkun Qyuisling y el régimen de Vichy en Francia, con el mariscal Petain al frene. Las razones del colaboracionismo fueron varias: el apoyo a las ideas nazis, la consideración del nazismo como algo inevitable, o el temor al comunismo. Junto al colaboracionismo aparece la resistencia en todos los países sometidos al terror nazi. Surgió como un movimiento patriótico caracterizado por su rechazo a la ocupación alemana. En Europa del este la unidad de las fuerzas de la resistencia se realizó bajo la hegemonía comunista. En Europa occidental la resistencia estaba formada por todos los sectores sociales contrarios al nazismo. Yugoslavia fue el país donde la resistencia tuvo una mayor amplitud, bajo la dirección del comunista Josif Broz Tito y sus partisanos. En 1944, antes de la llegada del Ejército Rojo, Tito liberó y reunificó el país. Italia tuvo un importante desarrollo de la resistencia en la zona de la República de Saló (norte de Italia). En la resistencia italiana, además de los comunistas, participaron el resto de los partidos políticos antifascistas. En Francia y otros países de la Europa occidental, los movimientos de la resistencia fueron alentados por los británicos. Emprendieron, sobre todo, acciones de hostigamiento, sabotaje y trabajos de inteligencia al servicio de la causa aliada. Al frente de la resistencia francesa en el exterior estaba Charles de Gaulle, como dirigente de la Francia libre. 3.3. GERMANIZACIÓN Y GENOCIDIO Los aspectos más brutales de la ocupación alemana derivaron de las dos bases del proyecto de Hitler: la purificación de la raza alemana y la expansión en busca del “espacio vital” en el este. En Europa oriental se desarrolló el programa de desplazamiento de los pueblos eslavos, considerados “subhumanos” y carentes de derechos, para dejar espacio a las poblaciones alemanas. El aspecto más horrible de la espantosa política racial nazi fue el exterminio de los judíos, el Holocausto, proceso que se desarrolló inicialmente con su deportación a guetos2 y a campos de concentración. Tras la Conferencia de Wannsee de enero de 1942 empezó el exterminio masivo y planificado de los judíos en cámaras de gas y en los hornos crematorios de los principales campos de exterminio (Auschwitz, Treblinka, Buchenwald, etc.). Es lo que se llamó la solución final al problema judío. En apenas dos años fueron exterminados unos 6 millones de judíos. 4. LAS CONSECUENCIAS DE LA GUERRA Los efectos humanos, materiales y morales de la Segunda Guerra Mundial fueron devastadores, sobre todo en Europa. El final de la Segunda Guerra Mundial significó el declive definitivo de Europa y el inicio del dominio de dos grades superpotencias: Estados Unidos y la Unión Soviética. 4.1. PÉRDIDAS HUMANAS La potencia destructora de las nuevas armas, el carácter de guerra total y la determinación de ambos bandos de proseguir el conflicto hasta el final explican que la Segunda Guerra Mundial sea la mayor catástrofe que ha conocido la humanidad. El conflicto se extendió al mundo entero y desapareció el concepto de retaguardia. A los efectos de la ocupación nazi y japonesa (deportaciones en masa, exterminio y genocidio, feroces represalias sobre la resistencia, etc.) se añadió el bombardeo brutal y masivo de muchas ciudades de ambos bandos. En la guerra se alcanzaron los 55 millones de muertos, unos 35 millones de heridos y cerca de 3 millones de desaparecidos. A diferencia de la Primera Guerra Mundial, más de la mitad de las víctimas fueron civiles. La URSS fue el país más afectado con 17 millones de muertos. Le siguieron Polonia (6 millones) y Alemania (5,2 millones), mientras en el resto de Europa y Estados Unidos las cifras fueron algo menores. En el sudeste asiático, las mayores bajas fueron en China (cifras estimadas entre los 2 y los 13,5 millones de muertos) y en Japón superaron los 1,5 millones de muertos, la mayoría militares. 2 Gueto: barrio o suburbio en el que viven personas marginadas del resto de la sociedad. Otro efecto humano de la guerra fue los grandes desplazamientos de población. Unos provocados por los nazis en sus ocupaciones, otros al final de la guerra, como consecuencia de la liberación de prisioneros de guerra o por los cambios de fronteras establecidos en los tratados de paz. En mayo de 1945 había en Europa alrededor de 40 millones de hombres, mujeres y niños desarraigados, sin hogar. 4.2. LOS EFECTOS MORALES La guerra causó también un intenso trauma moral y cuestionó todos los valores éticos en los que descansaba la civilización occidental. Los masivos fusilamientos, los bombardeos sobre ciudades y el lanzamiento de bombas atómicas fueron muestras de la tremenda brutalidad de la guerra. Con todo sobresalieron las atrocidades del nazismo, el genocidio de los campos de la muerte en los que los nazis exterminaron a judíos, gitanos, eslavos, homosexuales y opositores políticos. Se calcula entre 5 y 6 millones de víctimas tan solo entre la población judía. Para juzgar estas atrocidades por primera vez se constituyó un tribunal internacional, compuesto por jueces de cuatro estados (Estados Unidos, Reino Unido, Unión Soviética y Francia) que definió el concepto de crímenes contra la humanidad. Entre 1945 y 1949 tuvo lugar el juicio de Nuremberg, que juzgó a 21 dirigentes nazis. 4.3. CONSECUENCIAS ECONÓMICAS El final de la guerra ofreció un paisaje de ruina y desolación sobre todo en Europa oriental, donde se destruyeron ciudades, campos e industrias. En la Europa occidental y en Japón los mayores daños se produjeron en las infraestructuras; los efectos sobre la producción industrial fueron más irregulares. Los más serios problemas de la reconstrucción fueron dos: los derivados de la destrucción de las ciudades, el aprovisionamiento alimentario y el desamparo de la población, y en el plano financiero, el elevado volumen de la deuda contraída y la subida de precios. Una vez más el país más beneficiado fue Estados Unidos, debido a su alejamiento de la lucha. Experimentó un crecimiento económico en torno al 10% anual. Así pues, la guerra aceleró el declive de las potencias europeas, mientras que Estados Unidos consolidó su posición hegemónica de gran potencia agraria, industrial y financiera. Por su parte, la URSS, a pesar de las destrucciones de guerra, salió confirmada como la segunda potencia mundial. 4.4. CONSECUENCIAS POLÍTICAS En el orden político, la derrota de las potencias del Eje por los aliados supuso el fracaso de los sistemas fascistas. La distinta ocupación por los aliados dividió a Europa en dos zonas políticas: En la Europa occidental, liberada por los angloamericanos, se restableció la democracia parlamentaria y el sistema económico capitalista de libre mercado. En la Europa oriental (Alemania Oriental, Polonia, Checoslovaquia, Hungría, Rumanía y Bulgaria) liberada por la Unión Soviética, se impusieron a la fuerza las llamadas democracias populares, en realidad dictaduras comunistas bajo la hegemonía de la URSS, y la dependencia económica de la economía soviética. En Yugoslavia y Albania, liberadas por los partisanos comunistas, también se implantaron regímenes comunistas aunque independientes de la URSS. 4.5. LAS CONFERENCIAS DE PAZ Y LOS CAMBIOS TERRITORIALES Ya desde 1941 los aliados empezaron a planificar cómo debía ser el orden internacional después de la guerra y se reunieron los tres grandes (Estados Unidos, Reino Unido y la URSS) en varias conferencias de paz. En la Conferencia de Yalta (Crimea), en febrero de 1945, se reunieron Roosevelt, Churchill y Stalin. Se tomaron varias decisiones: Se decidió la partición de Alemania en diversas zonas de ocupación, Se creó una comisión para evaluar las cantidades que Alemania tenía que pagar, Se aceptó que Polonia fuese administrada por un gobierno de unidad nacional, Se acordó la celebración de elecciones libres en los países liberados, y Se confirmó la anexión de los estados bálticos y del este de Polonia a la URSS. En la Conferencia de Potsdam (Alemania), en julio-agosto de 1945, cambiaron los personajes: Roosevelt había muerto y fue sustituido por Harry Truman, nuevo presidente de Estados Unidos, El laborista Clement Attlee sustituyó a Winston Churchill, como primer ministro británico y Por parte de la URSS se mantenía Stalin. En ella se acordaron cuestiones muy importantes: En primer lugar se definió el futuro de Alemania. El país quedaría dividido en cuatro zonas de ocupación (estadounidense, británica, soviética y francesa), al igual que la ciudad de Berlín. Se procedería a la desnazificación de Alemania y el juicio a los criminales de guerra (juicio de Nuremberg). Se fijaron las reparaciones de guerra alemanas, y Se determinaron las fronteras de Polonia. También se delimitaron los cambios territoriales. Alemania perdió unos 100.000 km2 en la frontera este y en Prusia Oriental. Polonia tuvo que ceder a la URSS la región del este y su frontera oeste se fijó en la línea Oder-Neisse. En el Extremo Oriente, Japón perdió todo su imperio en Asia y fue ocupado por los estadounidenses, que acabaron con el régimen autoritario e impulsaron su democratización. La URSS se anexionó el sur de la isla de Sajalín y las Kuriles. China recibió Formosa (Taiwan) y Corea quedó dividida en dos zonas de ocupación separadas por el paralelo 38º. Finalmente en la Conferencia de París (1946-1947) se firmaron los tratados de paz con otros países europeos que habían colaborado con Alemania: Italia, Rumanía, Hungría, Bulgaria y Finlandia. Con Austria no se firmó un tratado de paz hasta 1955, tras el final de su ocupación por Estados Unidos, URSS, Francia y Reino Unido. 4.6. LOS CAMBIOS EN LAS RELACIONES INTERNACIONALES En las conferencias que tuvieron lugar durante la guerra, las potencias aliadas consideraron necesaria la creación de una organización que garantizase la paz internacional. Así, en junio de 1945, en la Conferencia de San Francisco se fundó la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Los fines de la ONU son: El mantenimiento de la paz y la seguridad internacional. El reconocimiento del derecho a la libre determinación de los pueblos. El desarrollo y estímulo de los derechos y libertades El impulso a la cooperación pacífica en cuestiones económicas, sociales, culturales, educativas y sanitarias. Su estructura está formada por tres órganos principales: La Asamblea General, formada por los estados miembros. El Consejo de Seguridad, integrada por quince miembros, de ellos cinco permanentes con derecho a veto (Estados Unidos, Reino Unido, China, URSS y Francia). La Secretaría General, formada por el secretario general y los funcionarios necesarios. También se crearon otros organismos, como el Tribunal Internacional de Justicia, con sede en La Haya, y el Consejo Económico y Social, instrumento fundamental para la cooperación internacional.