Presentación de la Fundación Gilberto Rincón Gallardo Lídice Rincón Gallardo Buenos días a todos y todas, tanto a los amigos que siempre han estado cerca como a los nuevos aliados que se han ido sumando en el camino. El motivo de esta reunión es dar a conocer el inicio de los trabajos de la Fundación que lleva el nombre de mi padre, un hombre a quien extrañamos mucho y cuyos ideales políticos nos pusieron a pensar la forma de dar realidad a la visión del México incluyente y democrático por la cual él trabajó tanto. Gilberto Rincón Gallardo, dicen los que lo conocieron, era un hombre tenaz y obstinado en relación con lo que él pensaba era el sentido correcto de la política. Por eso, ni la cárcel ni la persecución, mucho menos las crisis políticas y financieras que en realidad nunca se han ido, lo hacían desistir de sus objetivos. Así, con más voluntad política y aliados que recursos o consenso social, Gilberto Rincón Gallardo transitó por la democratización de la izquierda, por los senderos de la negociación política democrática, por la creación de la normatividad nacional en materia de no discriminación y por la creación de un documento vinculante del Sistema de Naciones Unidas para la protección de los derechos de las personas con discapacidad. Es cierto, que todos estos logros no podrían haber sido sin la tenacidad y persistencia de mi padre, pero yo añadiría que también son el resultado de la paciencia y la serenidad para saber que la igualdad de oportunidades y de trato no son proyecto de un sexenio o de una sola persona, sino ideales de largo plazo, que requieren la suma de aliados para su realización. Porque Gilberto Rincón Gallardo era obstinado, pero también paciente, sobre todo porque sabía muy bien que si nos abandonamos al pesimismo o la resignación sobre nuestro futuro político, corremos el riesgo de permitir que la calidad de vida de millones de personas se vulnere sin que ofrezcamos resistencia o alcemos la voz para denunciar la injusticia. Quienes a manera de modesto homenaje estamos trabajando en la Fundación Gilberto Rincón Gallardo, hemos hecho nuestros la tenacidad y persistencia, pero también la paciencia y serenidad que distinguieron el trabajo de mi padre. Nuestro objetivo es el que marcó la existencia de Gilberto Rincón Gallardo como espécimen político: la idea de que la desigualdad y sus múltiples manifestaciones son el principal problema que aqueja a nuestro país; la noción de que la ruta para combatir esa desigualdad no tiene atajos y es democrática. Todo esto implica, por supuesto, la renuncia a la violencia y la consideración del otro como potencial aliado y sujeto de diálogo; todo esto significa, en la cotidianeidad, cuestionar todas aquellas prácticas y pautas inequitativas que damos por naturales y hasta legítimas. En suma, se trata de pensar, a través de la Fundación, un México radicalmente diferente al actual, es decir, más justo, más solidario, menos corrupto, más incluyente, menos doloroso y adolorido. Pero, también, se trata de asumir que esa visión de México que queremos implica un trabajo de reforma legal y política, así como de reingeniería institucional y fomento de la cultura política democrática, para que todos y todas disfruten de los derechos constitucionalmente sancionados, sin discriminación y con un acceso sencillo. Al hablar de un paradigma de derechos, por supuesto, la Fundación no desestima las iniciativas sociales y privadas que, desde la beneficencia y la caridad, se esfuerzan por dotar de recursos a los que menos tienen. Pero para nosotros es claro que, sin una visión integral y sin una perspectiva garantista, cualquier iniciativa social no será suficiente para hacer que todas las personas gocen de los mismos derechos y oportunidades. Consideramos que mucho se ha avanzado en materia de derechos fundamentales, sobre todo si consideramos que nuestra transición a la democracia comenzó en 1968 y que en esa época el diálogo con el gobierno y entre los principales actores sociales era algo impensable fuera del esquema autoritario y opresor. Hoy tenemos legislación que obliga al Estado mexicano a garantizar los derechos de manera universal; también contamos con la atenta vigilancia de los órganos internacionales para evaluar si se cumplen o no con los compromisos derivados del sistema de derecho internacional; también contamos con una sociedad civil que no se calla ni conforma con las respuestas oficiales, si éstas no son transparentes y fundadas conforme a derecho. La intención de quienes trabajamos en la Fundación Gilberto Rincón Gallardo es catalizar todas esas iniciativas en un proyecto de difusión, investigación, promoción, defensa y sensibilización en torno a los valores democráticos e institucionales que permitirán la plasmación de la igualdad en la realidad mexicana. La igualdad, como valor fundamental del vocabulario democrático, es el motivo de ser de nuestra Fundación, y el foco que aglutina a todos los amigos y colaboradores que contribuyen con su trabajo a acortar la distancia entre la visión de México que tenía Gilberto Rincón Gallardo y la realidad de este país doloroso y adolorido. Nuestra intención es vincularnos con los organismos públicos que definen el sentido de la política nacional en materia de derechos humanos, pero siempre conservando nuestra independencia y libertad de opinión para hacerles saber aquellas decisiones u orientaciones valorativas que consideramos son incorrectas. También queremos acercarnos al fuerte y vigoroso tejido de solidaridad que han integrado las organizaciones de la sociedad civil, para aprender de su experiencia y apoyarlas en aquellos proyectos que nos beneficien a todos y todas como mexicanos, con independencia de nuestras creencias o ideologías. Finalmente, quisiera señalar que la obstinación y la paciencia que aprendimos de Gilberto Rincón Gallardo nos permiten señalar lo distintivo del trabajo de la Fundación que lleva su nombre: trabajar a favor de la igualdad de oportunidades y de trato, en un contexto donde son otros los problemas que dominan la agenda nacional; trabajar para hacer realidad la igualdad de derechos y garantías para todos, sin dejar que nos descorazonen las evidencias del desinterés por los derechos humanos, tanto de los tres poderes federales como de los partidos políticos. Mucho es el descontento de la sociedad civil sobre la forma en que se despilfarran recursos que podrían canalizarse para la lucha contra la pobreza o para elevar el rendimiento educativo o sanitario de las instituciones cabeza de sector en esas materias; pero también es mucha la energía y el potencial crítico que la sociedad civil genera para dar realidad a los derechos fundamentales. Es en sintonía con este trabajo, y con la promoción del diálogo democrático, que la Fundación Gilberto Rincón Gallardo invita a todos y todas a sumarse a esta particular cruzada a favor de los derechos y las oportunidades, para que nuestro México sea un poco menos doloroso y más equitativo, para que sea menos la rabia contenida frente a la injusticia y más la satisfacción por nuestra capacidad para ponernos de acuerdo y trabajar a favor de la igualdad de todas y todos los mexicanos. Sean todas y todos bienvenidos a esta empresa colectiva a favor de la igualdad de oportunidades y de trato, en contra de la discriminación y la polarización social, que es la modesta manera de rendir homenaje a la vida y trayectoria de Gilberto Rincón Gallardo. Muchas gracias.