EL EJÉRCITO ROMANO (Jenaro Costas, UNED) I. INTRODUCCIÓN Los romanos consideraban la guerra un factor vital para su sociedad. Tenían todo previsto para hacerla extraordinariamente bien. Aunque el ejército romano evolucionó notablemente desde sus orígenes hasta la desaparición del imperio, nos vamos a referir a su estructura hacia finales de la república, siglo I a.C. II. COMPOSICIÓN Y EFECTIVOS El núcleo básico estaba constituido por la legión, organizada a su vez en unidades menores, como la centuria, el manípulo y la cohorte. CENTURIA MANIPULO (Manipulus) COHORTE (Cohors) LEGIÓN (Legio) 2 centurias 3 manípulos 10 cohortes 100 soldados 200 soldados 600 soldados 6000 soldados Cada legión era complementada por un cuerpo de caballería (equitatus), de unos 300 hombres. A estas tropas se agregaban contingentes de infantería reclutados entre los aliados itálicos (socii), así como tropas auxiliares (auxilia), formadas por pueblos extraitálicos para refuerzo del ejército romano; eran reclutadas sobre el terreno o bien constituían cuerpos especiales, como los arqueros cretenses (sagitarii) o los honderos de Baleares (funditores). III. ORGANIZACIÓN a) Reclutamiento. La reforma de Mario (s. II-I aC), al permitir la entrada de los más pobres (proletarii), había multiplicado los enrolamientos voluntarios y convertido el ejercicio de las armas en una profesión, decayendo así la necesidad de las levas obligatorias. La entrada formal en el ejército era refrendada con un juramento (sacramentum). b) El equipo. El armamento de la infantería legionaria estaba constituido por una coraza de láminas metálicas (lorica); la espada corta (gladius); un casco (galea), escudo (scutum) e instrumentos como la lanza (hasta) y la jabalina (pilum). La caballería usaba el contus, una lanza ligera que a veces usaba como jabalina. Para la protección llevaba un escudo redondo llamado parma. Las unidades ligeras tenían armas especiales, como la honda, el arco (arcus) y las flechas (sagittae). c) La jerarquía militar. El comandante en jefe era un cónsul o pretor, que al ser dos, debían ponerse de acuerdo para turnarse por días o por meses en el mando supremo. En guerra podían delegar el mando de cualquier unidad en uno de los ayudantes de campo (legatus), para realizar alguna misión. Cada legión tenía seis oficiales superiores, los tribuni militum, elegidos unos por los comicios entre jóvenes hijos de senadores o caballeros y otros designados por el comandante en jefe, entre oficiales experimentados. Cada uno mandaba 10 centurias y, por turno, la legión entera. El siguiente escalón de la oficialidad lo formaba el centurión (centurio). Había 60 por legión y dos por manípulo, uno de los cuales era el principal y mandaba las dos centurias. Existía un escalafón de suboficiales formado por: aspirantes a centurión (optiones), portaestandartes (signiferi), instructores (campidoctores), encargados de víveres (pecuarii) y una serie de especialistas: médicos, arquitectos, músicos... d) La disciplina. La disciplina era muy rigurosa y tanto los castigos como las recompensas estaban graduados para estimular el amor propio. Recompensas especiales eran las otorgadas a los generales. En el propio campo de batalla el general vencedor puede ser aclamado imperator por sus tropas. El senado puede, además, decretar acciones de gracias públicas (supplicationes), entrada solemne en Roma (ovatio) o un desfile triunfal (triumphus). En época imperial las recompensas adoptan formas adecuadas a sus monarcas absolutos: la columna y el arco triunfal. IV. ESTRATEGIA Y TÁCTICA a) El ejército en marcha. Cuando el ejército se pone en movimiento adopta un orden de marcha (ordo agminis) acorde con las circunstancias. Cuando el enemigo está muy lejos avanza en columna (agmen), cuya vanguardia está formada por un cuarto de infantería y caballería, el centro está constituido por el grueso de la infantería y los bagajes (impedimenta) y en la retaguardia va a su vez un cuarto de infantería y caballería. Cuando se avanza por territorio enemigo se destaca en avanzadilla una pequeña tropa de exploradores (exploratores), que recogen los informes suministrados por los espías (speculatores). Si se prevé un ataque enemigo, el ejército avanza en una disposición que se llama agmen quadratum, en el que se dejan en el centro los bagajes y a ambos lados se sitúan fuerzas de infantería. La etapa normal era de 25 km. El legionario iba cargado con 40 kg. de peso aproximadamente. En su saco (sarcina) llevaba útiles para comer, efectos personales, instrumentos para el campamento y víveres para 17 días. b) El campamento fortificado (castra). El campamento se construía cada día pero con mayor cuidado cuando el ejército pasaba allí el invierno (castra hiberna) o cuando se convertía en permanente (stativa). Sus características suelen ser siempre las mismas, tanto en la localización como en la forma. Se coloca cerca del agua, del forraje y de las praderas; un augur traza el recinto del templo, se trazan también dos grandes calles perpendiculares en cuyos intervalos se colocan las tiendas. Alrededor del campamento se cava una fosa cuya tierra sirve para formar un talud (agger); las tiendas (tabernacula) se colocan siempre en los mismos lugares para permitir la rápida organización del campamento en cada etapa y mantener el orden de combate. c) La batalla (proelium o pugna). El ejército en orden de batalla (acies) sitúa en el centro a las legiones, los aliados a ambos lados, la caballería en las dos alas (cornua) y en el frente a la infantería ligera (velites). Cada legión presenta una formación de tres líneas (acies prima, secunda y tertia). Cada cohorte reproduce el aspecto de la legión entera, separadas unas de otras por un intervalo igual a su frente, a fin de permitir los repliegues sin afectar al dispositivo general. A veces se recurre a formaciones más sofisticadas, como el cuneus, o forma de cuña, y el orbis, en círculo, para resistir por todas partes. A la señal de combate y tras un gran griterío se lanza la jabalina y después se pasa a la lucha cuerpo a cuerpo y se entabla el combate (proelium o pugna). d) El asedio. La otra modalidad de enfrentamiento armado era el asedio (obsidium). En torno a la ciudad se cavaba una fosa y se levantaba un terraplén de tierra (agger) sobre el que se colocaban torres más altas que las murallas, así como una serie de máquinas de guerra. Su artillería estaba copiada de los griegos. De esta forma, las ballestas (balistae) lanzaban piedras de unos 20 kg. a cientos de metros de distancia, igual que la catapulta y el onager o scorpio. Otros instrumentos de asedio eran: el ariete (aries), viga terminada en hierro que servía para abrir brecha en el muro; la turris movilis, que iba cargada de hombres y máquinas que lanzaban piedras y flechas; la testudo, que era una especie de carro blindado sobre ruedas; las vineae eran unas galerías de madera cubiertas de pieles frescas para evitar que las incendiaran los sitiados y con ellas se acercaban a las murallas. Cuando se daba la orden de asalto, los soldados adoptaban la formación en testudo, formando con sus escudos una especie de caparazón cerrado que los protegía de las flechas y proyectiles enemigos. V. LA MARINA Y LA GUERRA El otro medio donde puede desarrollarse la guerra, el mar, nuca fue del agrado de los romanos y el servicio en la marina era considerado un desdoro, a él se destinaba a los ciudadanos más pobres. El navío de guerra tiene poco tonelaje y se mueve con remos, recibiendo su nombre según las filas de remos que tenga: biremis, triremis, quadriremis, quinqueremis. Los romanos eran tan poco marineros que tendían a equiparar el combate naval al terrestre, utilizando un garfio (corvus) para amarrar unos navíos con otros y mediante puentes de madera establecían una plataforma en la que se libraba el combate cuerpo a cuerpo. La tripulación estaba compuesta por los remeros (remiges), reclutados entre los esclavos. Los marineros (nautae) y soldados de infantería de marina (classiarii), reclutados normalmente entre proletarios, libertos, aliados navales e incluso esclavos.