Mi hijo sufre estrabismo: ¿cómo se debe actuar? El estrabismo se manifiesta en muchos casos ya durante la primera infancia, afectando al 5% de los niños. Si no se detecta y se trata adecuadamente, puede abocar a la perdida de visión del ojo estrábico (ambliopía unilateral). Por ello, ante la aparición de los primeros síntomas, es importante consultar al médico y remitir el niño al oftalmólogo para tratarlo lo antes posible y evitar así una discapacidad visual grave. Visión. Cada ojo contribuye con su parte Los ojos están separados unos centímetros entre sí. Esto nos permite tener una visión espacial y tridimensional. El ojo derecho y el izquierdo captan al mismo tiempo una imagen del mismo objeto y estas dos imágenes son procesadas por el cerebro que genera a su vez una imagen tridimensional. Sin este “truco” sería mucho más difícil apreciar las formas y distancias de los objetos y por tanto controlar nuestros movimientos, como por ejemplo agarrar un objeto determinado. Cualquiera puede comprobar el distinto ángulo de visión de las dos imágenes fijando la vista sobre un objeto y tapando alternativamente uno y otro ojo: la imagen saltará alternativamente de un lado a otro. ¿Qué es el estrabismo? Hay estrabismo cuando uno de los dos ojos se desvía de la dirección normal de la mirada, es decir cuando solo un ojo ajusta la dirección de la vista al objeto que se está observando. La visión del ojo estrábico es distinta a la prevista y éste contempla una imagen que no concuerda con la que el otro ojo envía al cerebro, por lo que se generan imágenes dobles (diplopia). Para evitar que esto suceda, el cerebro suprime la imagen de un ojo. Así pues, el ojo que no se usa puede perder rápidamente su capacidad de visión. Por eso es importante la detección precoz e iniciar el tratamiento cuanto antes. Hay varios tipos de estrabismo. El estrabismo es divergente cuando el ojo mira hacia el exterior y convergente cuando mira hacia el interior. Se habla de estrabismo vertical cuando el ojo se desvía hacia arriba o hacia abajo. Algunos tipos de estrabismo causan una desviación compensatoria de la cabeza para restaurar la alineación de los ojos; ello puede derivar en una tortícolis crónica. ¿A qué se debe el estrabismo? No se conocen las causas precisas del estrabismo, aunque influyen numerosos factores en su aparición: factores hereditarios, factores ópticos entre los que destaca la hipermetropía (que es una de las causas más frecuentes en la infancia), prematuridad o enfermedades oculares. ¿Cómo se ve con estrabismo? Como se ha señalado, la pérdida total del paralelismo ocular implica una visión doble o diplopia. En los niños, el cerebro se adapta a esta diplopia y adormece o ignora la imagen del ojo desviado. Esta neutralización puede llevar a la pérdida de visión del ojo que no se utiliza (ambliopia). Además el hecho de mirar sólo con un ojo causa la pérdida de percepción del relieve y de la profundidad. Es estrábico mi hijo? El estrabismo se considera normal durante las primeras semanas de la vida del bebé, ya que éste aún tiene que aprender a fijar la vista sobre los objetos. Si después de este tiempo, uno de los ojos continúa mirando en la dirección equivocada, deberá ser examinado por el oftalmólogo. Si uno de los padres padece estrabismo o ha sido tratado en la infancia por ello, el niño debería ser examinado por el oftalmólogo a la mínima sospecha de ser estrábico. No obstante, la mayoría de los hijos de padres con esta dolencia no la sufren. ¿Cómo se trata el estrabismo? En muchos niños es suficiente con aplicar unas simples medidas. La causa más frecuente de estrabismo en la infancia es la hipermetropía, por lo que si se compensa la visión deficiente del ojo estrábico con unas gafas, en muchas ocasiones erá suficiente para corregir el problema; así el niño volverá a utilizar ambos ojos para fijar la vista en un objeto. Para entrenar el ojo estrábico y vago, puede ser necesario además que se tape con un parche adhesivo de forma alternativa uno de los ojos durante un tiempo determinado (habitualmente el ojo sano para forzar el entrenamiento del ojo vago). Los músculos oculares que controlan la posición del globo ocular pueden entrenarse también con fines específicos en el centro oftalmológico. En ocasiones, este tratamiento debe prolongarse hasta la edad escolar para evitar que el niño padezca una discapacidad visual en la edad adulta. Mediante una operación se regulan los músculos oculares y por lo general solo es necesaria si las medidas indicadas anteriormente no son suficientes. En general, el tratamiento del estrabismo comporta tres etapas sucesivas: Compensar el defecto óptico con el uso de gafas. La corrección de la hipermetropía podrá disminuir el estrabismo convergente. Evitar o tratar la ambliopía del ojo estrábico penalizando el ojo bueno tapándolo con un parche. Corregir la desviación de los ojos con la cirugía de los músculos oculares. ¿Cuándo se puede recurrir a la cirugía? Se decide operar el estrabismo si persiste la desviación inestética a pesar de utilizar gafas y haber seguido un tratamiento para la ambliopía. Cada ojo tiene seis músculos. Normalmente, la intervención se realiza con anestesia total. Consiste en retroceder o reforzar determinados músculos. Durante la intervención, no se extrae nunca el ojo. Después de la operación, puede experimentar una visión doble que se atenúa en varios días. La realineación correcta de los ojos se consigue en la mayoría de casos tras una o varias intervenciones. Por el contrario, la posición de los ojos se modifica en los meses o años siguientes, especialmente en el caso de los niños. Por ello, es preciso un seguimiento periódico, incluso varios años después de la intervención quirúrgica. Antes de la intervención, el oftalmólogo le facilitará una hoja de información y le pedirá que la firme. No dude en preguntarle los detalles sobre el desarrollo de la intervención y en expresarle los posibles temores. Si se detecta pronto, el estrabismo puede corregirse con éxito. Por el contrario, si no se trata, puede causar una reducción de la visión definitiva del niño que puede acabar en la ceguera de un ojo. Por ello, es muy importante seguir las indicaciones del oftalmólogo para permitir una reeducación eficaz del ojo deficiente.