UNIDAD 1 EDUCACIÓN, PEDAGOGÍA Y DIDÁCTICA NATURALEZA DE LA EDUCACIÓN ALGUNAS DEFINICIONES “Es la preparación física e intelectual del hombre para la vida” (Spencer) “Desenvolvimiento armónico de las aptitudes físicas, intelectuales y morales” (Denzel) “Es el proceso que permite alcanzar la libertad” ( P. Freire) Es el proceso continuo y permanente de la formación del hombre en la vida y para la vida”. (Constructivismo) CONCEPTO GENERAL DE EDUCACIÓN Es un hecho eminentemente social que tiene por objeto la transmisión y la transferencia de aprendizajes dentro de un PEA de desarrollo y formación integral de las capacidades del ser humano, mediante el logro del saber – saber, el saber – hacer y el saber – ser, tomando en cuenta un determinado contexto. (Cátedra). La educación tiende a la formación integral del ser humano, concepto muy importante que debemos subrayarlo y explicarlo con cierto detalle, porque se convierte en el núcleo de toda la actividad didáctica para generar los aprendizajes significativos en el estudiante. LA EDUCACION COMO CONCEPTO, HECHO y FENOMENO ¿Sabemos que se entiende por educación?, todos creernos saberlo, pero tan fácil es nombrar la palabra, como difícil descubrir su contenido. ¿Cuántos conceptos y hechos diferentes señala la palabra educación? Podríamos enunciar tantos cuantos autores la tratan. Enunciemos algunos generales: - El acto realizado por el educador El resultado o efecto del proceso educativo La interacción educando-educador, o el proceso Cualquier tipo de asimilación de un contenido Una función o necesidad de la sociedad Perfección del hombre en cuanto tal Desarrollo integral o armónico del hombre, etc. etc. En el marco anterior creemos que podemos identificar dos actitudes frente a la palabra: una que toma a la educación como un “hecho” y, la otra, que la considera un “concepto”. La primera es una actitud teórica, la segunda es una actitud orientada a los hechos reales, concretos. Veremos cada una de estas actitudes con alguna precisión. ACTITUD QUE ANALIZA LA EDUCACIÓN COMO CONCEPTO Quienes analizan la educación desde el significado del término, es decir desde su concepto teórico, generalmente interpretan la educación como “perfección” o “desarrollo de la naturaleza humana”. Se origina en el concepto de hombre como ser perfectible. La definición nominal (e-duc: “extraer”) otorga al concepto “educatio” un significado de desarrollo o desenvolvimiento que es enriquecimiento o perfección mediante la incorporación de ciertos elementos requeridos por ese sujeto perfectible que es el ser humano. Así, la educación sería el proceso de perfeccionamiento del hombre y de la mujer, por lo que mientras éstos existan, existirá la educación. Esta concepción se basa en dos supuestos: a) hay educación (perfección) porque hay perfectibilidad. b) esta Perfectibilidad exige su realización De aquí surgirá una serie de definiciones similares: desarrollo armónico o integral, crecimiento espiritual, desarrollo del potencial humano, despliegue de cualidades, etc. La misma educación expresa la idea de que el hombre es imperfecto, inacabado, y que por tanto debe completarse, acabarse. La educación es de algún modo un acabamiento. En esta Postura de corte intelectualista no interesa hablar del educador, ni de los contenidos, ni del contexto en el que se desarrolla el proceso educativo; no surge casi nada que huela a realidad concreta. El esquema casi metafísico es: Un ser humano hambriento de perfección. ¿Quién determina qué debe alimentar a ese hombre metafísico? El mismo hambriento, sus propias necesidades o un fin que se le asigna basado en un ideal de hombre. Y esta conclusión ya es muy importante Así, educación es igual al desarrollo del hombre; de su esencia, de su naturaleza. Todas estas Posiciones siempre se refieren a la naturaleza o esencia del hombre. (ya al hablar de esencia están revelando, su actitud Conceptual). Y toda la educación dependerá de lo que se entienda por naturaleza humana. Estos vocablos “naturaleza” o “esencia” han de encontrarse siempre en las posiciones conceptuales. Esta Postura tal vez no desdeñe el factor social, pero no lo reconoce como importante. ¿Qué crítica podríamos formular a esta actitud que toma a la educación desde su concepto Se nos ocurre utilizar una frase de Dilthey que, aunque dirigida a otra aplicación, nos conviene perfectamente: “Fue el error fundamental de la escuela abstracta [teórica] descuidar la relación del contenido parcial (hombre] con el todo lo vivo. Para Aristóteles, la finalidad de la educación es la adquisición de la virtud (areté) o del bien moral (felicidad) que es la areté humana. “Por felicidad entiende Aristóteles la plenitud de la realización de lo humano en el hombre”, recuerda Luzuriaga Pero veamos esta tendencia en la actitud escolástica donde surge muy nítida la tarea de descifrar e! concepto y armar la educación partiendo del fin. Dos citas de Santo Tomás nos bastarán para guiamos: “Pater est princípium et generationis et educationis est disciplinae et omnium quae ad perfectionem humanae vitae pertinent”. Es decir, el término educación está incluido dentro de lo que conduce a la perfección del hombre. “Non enim íntendit natura solum generationem prolis, sed traductionem et promotionem usque ad perfectum statum hominis in quantum horno est, qui est status virtutis”. Conceptos que se anudan con la concepción aristotélica de la educación como adquisición de la virtud o areté, y educación como conduciendo al estado perfecto: desarrollo del hombre en cuanto tal o sea en todas sus posibilidades. Para completar esta visión de la educación podemos citar algo de la Iglesia Católica: “educación consiste esencialmente en la formación del hombre tal cual debe ser...” dice la Encíclica. Por la palabra “esencialmente” se ve que el análisis es de tipo conceptual. La única novedad con respecto a Aristóteles, es que ese hombre y su posibilidad de perfección ahora trascienden el ámbito humano para proyectarse a un fin último sobrenatural. No es el mero hombre sino el hombre trascendente. Rousseau al eliminar lo social del hombre acentúa la naturaleza (conceptual) de éste. No sin razón prefiere Luzuriaga llamar a la doctrina de Rousseau humanismo más bien que naturalismo. La actitud de la Ilustración sigue la misma línea. Es fácil deducirlo de la prioridad de la razón y verlo culminar en el humanitarismo. La reverencia a la esencia “hombre” y a su pleno desarrollo. Kant, influido por Rousseau, nos dice: “Educación es el proceso por el cual el hombre llega a ser hombre” “Tras la educación está el gran secreto de la naturaleza humana”. “Es encantador imaginar que la naturaleza humana se desarrollará cada vez mejor por la educación”. Este hombre que Kant imagina es un “hombre de gabinete” un esquema mental de hombre absolutamente desubicado de su contexto social. Actitudes similares podemos hallar en Comenio, quien sigue el principio de la naturaleza que debe desarrollarse y, en Pestalozzi, otro entusiasta de Rousseau, encontramos: “la educación verdadera y natural conduce hacia la perfección, hacia la plenitud de las capacidades humanas”. Hemos rememorado muy brevemente autores que estimamos ejemplifican la posición que enfoca teóricamente la educación, que la trata como concepto a analizar para derivar de esos conceptos sus elementos fundamentales. CONCEPTO Y NATURALEZA DE LA PEDAGOGIA El estudio de cualquier ciencia debe iniciarse obviamente con un concepto preliminar para que la incursión a su territorio tenga un mínimo de orientación y sentido. En este sentido, muchas son las razones por las que el pedagogo analiza inicialmente las cuestiones del fundamento y significado de su disciplina. Decir que la pedagogía es la ciencia de la educación, nos conduce a la necesidad de descubrir el significado de este término. En primer lugar, debemos destacar el doble carácter de la educación, definida simultáneamente como influencia y actividad intencional y como realidad para la vida del individuo, de la cultura y de la sociedad. Si la educación es una actividad intencional, la pedagogía debe preocuparse por regularla, dirigirla o conducirla; pero como, al mismo tiempo, se ofrece como un hecho real o como un dato, tendrá que describirla, explicarla o comprenderla. El pedagogo no puede elegir entre los dos caminos, sino decidirse a recorrer ambos porque está en la esencia de la educación ser una acción regulable y un dato a estudiar o un problema a resolver. Esa circunstancia da cuenta del vaivén de la pedagogía entre la práctica y la teoría, entre la norma y la ley, entre la experiencia y la doctrina, entre el arte y la ciencia. Determinar en qué medida y modo es posible la integración de esos dos aspectos, resulta así una exigencia que toda doctrina pedagógica debe satisfacer honestamente. Si no lo hace en los comienzos, guardará en su seno un conflicto latente pronto a estallar en cualquier terreno. APROXIMACIÓN ETIMOLÓGICA Etimológicamente pedagogía (del griego: paidós = niño, y de agogía = conducción) equivale a conducción del niño. En sus orígenes el pedagogo (paidagogos) fue el esclavo que cuidaba de los niños y los acompañaba a la escuela mucho más tarde, en los siglos XVII y XVIII, todavía se empleaba ese nombre para los preceptores de los hijos de familias acomodadas. El tiempo, sin embargo, modificó el sentido primitivo. Pedagogía no designa ya el acto de conducción, sino, en forma mucho más amplia, el estudio y la regulación del proceso de la educación; no es más la actividad misma o el oficio correspondiente, sino el afán por captar su esencia y su dirección. Pero, si gracias a la historia viva de las palabras, pedagogía no tiene en su significado conceptual contemporáneo nada que ver con la raíz etimológica, no puede desprenderse totalmente de ella. Pues, podemos decir que: a) La pedagogía no puede definirse solamente como la ciencia de la conducción de los niños y de los adolescentes, porque la educación afecta a la totalidad de la vida humana, nace con el hombre y muere con él. b) La pedagogía no puede definirse únicamente como la ciencia de la conducción o de la educación consciente y sistemática, porque la educación también adopta la forma de una realidad social y cultural- histórica casi asistemática. c) La pedagogía no puede definirse sólo como teoría de la formación o de la educación, porque debe reconocerse también que la educación es una actividad concreta que necesita ser regulada mediante un conjunto de principios y normas. Según nuestro criterio la palabra pedagogía debe referirse siempre a la educación en todas sus formas y aspectos, y comprender tanto la reflexión como el conjunto de principios y reglas que permitan, respectivamente, explicarla como hecho y encauzarla como actividad consciente. No se trata de negar la importancia y el valor de cada uno de los aspectos que coexisten dentro de la pedagogía, pero como nos es imprescindible lograr una base más o menos firme, el término pedagogía estará dotado, para nosotros de la mayor generalidad que puede dársele: teoría y práctica científica de la educación. NATURALEZA DE LA DIDÁCTICA De modo general y amplio, la didáctica el es arte y la ciencia de enseñar. Es ciencia en cuanto tiene su objeto de estudios y sus métodos propios; pero además lo es porque investiga y experimenta nuevas estrategias, técnicas y procesos de enseñanza, teniendo como base principalmente a la psicología, la biología y la fisiología. Es arte por cuanto para su desarrollo demanda de creatividad, imaginación y habilidad; por tanto, la didáctica para el cumplimiento de sus fines y propósitos, no puede de ningún modo separa teoría y práctica. Ambas deben fundirse en un solo cuerpo mutuamente complementario procurando la mayor eficacia y eficiencia del proceso enseñanza-aprendizaje orientada fundamentalmente a coadyuvar al propósito de alcanzar calidad educativa De un modo algo más explícito, puede decirse que la didáctica está representada por el conjunto de técnicas y procedimientos a través de las cuales se realiza la asimilación de los saberes; para ello reúne y coordina, con sentido práctico, el conjunto de aportes de las otras ciencias de la educación. Otro aspecto importante de la naturaleza de la didáctica consiste en considerarla como una disciplina orientada en mayor grado hacia la práctica, toda vez que su rol y función primordial es orientar el proceso enseñanzaaprendizaje.