NUEVO TEMARIO 2012 16. Las categorías sintácticas (I). Sustantivo y adjetivo. Estructura y funciones del sintagma nominal y del sintagma adjetivo. 16.1 Sustantivo. 16.2 Adjetivo. 16.3 Estructura y funciones del sintagma nominal. 16.4 Estructura y funciones del sintagma adjetivo. ESQUEMA 1. Clasificación del sintagma 2. Estructura del sintagma nominal 2.1. El núcleo Estructura formal Significación 2.2. Los adjuntos El artículo 3. Funciones del SN 3.1. Sujeto Realizaciones sintagmáticas 3.2. Objeto directo 3.3. Atributo 3.4. Complemento circunstancial INTRODUCCIÓN El estudio de los constituyentes de la oración puede llevarse a cabo desde dos perspectivas diferentes. Una de ellas consiste en analizar las categorías sintácticas que la componen e intentar recoger los principios que determinan su disposición y estructura interna. Según esta opción, que podemos llamar categorial, las unidades que han de ser objeto de estudio son el SN, el SV, y en general, todas las categorías sintácticas. La otra posibilidad se centra, en cambio, en el estudio de las funciones que los constituyentes desempeñan dentro de la oración. En el análisis funcional el estudio parte de conceptos como los de sujeto, objeto, etc. No se trata de dos enfoques excluyentes, sino que ambos se complementan. Así, el primero atiende fundamentalmente a las características formales internas de los constituyentes gramaticales, mientras que el segundo trata de la relación existente entre ellos (sobre todo, de la que se da entre el verbo y sus complementos). Por lo tanto, todo estudio sintáctico debe tener presente ambos conceptos pero nunca confundirlos. Una categoría es un constituyente sintáctico con unas propiedades distribucionales. Llamamos distribución al conjunto de contextos sintácticos en que puede aparecer una misma unidad. La función es el papel sintáctico que una categoría desempeña dentro de una oración. De esta forma, una misma categoría puede realizar funciones diferentes: el SN puede ser sujeto, objeto, circunstancial, etc. La gramática tradicional y sobre todo la estructuralista ha operado fundamentalmente con el concepto de función (de ahí el nombre que algunos modelos gramaticales han recibido (Gramática funcional); desde el punto de vista de la Gramática generativa y transformacional es la categoría el concepto primitivo básico de la sintaxis. Con el objeto de que la exposición quede más clara y completa nosotros hemos decidido valernos de ambas nociones (al igual que muchos lingüistas en la actualidad), pero el lector no debe olvidar nunca que no son conceptos equivalentes, error en el que se ha caído con frecuencia. 1.Clasificación del sintagma César Hernández define el sintagma como “toda unidad de función dentro de una estructura de nexus” (= proposición). El sintagma nace de la combinación de palabras; es una unidad eminentemente del decurso, sintagmática, y de extensión variable. De las combinaciones posibles de dos sintagmas diferentes (nominal y verbal) se origina la oración. Todo sintagma consta de una función en abstracto, dentro de una estructura superior, y unos elementos que la cubren. Dependiendo de dicha función y de las relaciones entre las unidades que lo forman tendremos un tipo de sintagma u otro. Como se ha dicho, hay dos clases de sintagmas, sintagma nominal (SN) y sintagma verbal (SV), que son los componentes de la oración. El segundo incide sobre el primero y lo desarrolla. Los sintagmas nominales, atendiendo a su función , se clasifican en: SN Sujeto. SN OD, Suplemento, Atributo. SN OI = Prep + SN. SN C.C. Según sus componentes y su forma de organizarse, los sintagmas nominales pueden ser: – Monorrémicos: sólo núcleo. – Endocéntricos: concéntricos (uninucleares) y coordinativos (plurinucleares). – Exocéntricos: predicativos (SN-SV) y prepositivos. Los sintagmas endocéntricos son aquellas construcciones conmutables en su función por algunos de los constituyentes del propio sintagma, es decir, que todo es conmutable por alguna de sus partes. El elemento conmutable del conjunto suele recibir el nombre de núcleo. En la oración La gran ciudad se extendía a lo lejos podemos conmutar el SN La gran ciudad por la ciudad, que pertenece a la categoría nominal al igual que el sintagma completo conmutado. Entre los sintagmas endocéntricos, algunos tienen sólo un núcleo, los uninucleares, y se denominan frecuentemente concéntricos. Están formados por un núcleo y unos adjuntos (adyacentes y determinantes). Cuando poseen varios núcleos se denominan plurinucleares o coordinativos. La coordinación es una forma de expansión que da lugar a sintagmas de mayor extensión y complejidad; se da entre elementos equifuncionales y cada uno de los núcleos puede tener a su vez expansiones de carácter subordinado. De ahí nace la gran complejidad que puede tener una oración. Por ejemplo: El hijo de Marta y mi hermana se fugaron de casa. Pablo examina y puntúa con justicia. Se llaman sintagmas exocéntricos a las construcciones que pertenecen a distinta categoría de aquella a la que pertenecen sus elementos componentes, es decir, que tienen diferente función y en ella no son conmutables por sus constituyentes. Existen dos clases de sintagmas exocéntricos: la primera es la que constituyen oraciones y proposiciones (SN-SV), y la segunda es la de los sintagmas prepositivos (Fuimos de excursión a la montaña). En estos casos, el sintagma corresponde a una categoría a la que no pertenecen sus componentes, ni es conmutable por sus miembros. Su forma es preposición + término. El término a su vez es un sintagma endocéntrico de cualquiera de los tipos vistos. 2. Estructura del sintagma nominal El SN es una categoría sintáctica formada por un núcleo nominal y unos adjuntos relacionados por las marcas de concordancia y de rección. Teniendo en cuenta la clasificación anterior, puede ser monorrémico o endocéntrico. El primero no presenta ningún tipo de dificultad porque es aquel que está constituido por un único elemento, el núcleo (Adela salió por la mañana). El segundo, sin embargo, puede adoptar diversas estructuras según sean concéntricos o coordinativos. La estructura de SN más frecuente en la lengua es lo que hemos denominado sintagma endocéntrico concéntrico, es decir, aquella formada por un núcleo nominal y unos adjuntos (determinantes y adyacentes): La base nominal es imprescindible, aunque puede aparecer sustituida por un infinitivo, un pronombre, etc. Los componentes suelen aparecer en el orden citado. Los determinantes son elementos adyacentes que suelen preceder al nombre. Dentro de los determinantes, se distinguen dos subgrupos: actualizadores (artículos, demostrativos y posesivos) y cuantificadores (numerales e indefinidos). Respecto a los actualizadores, los artículos funcionan como morfemas facultativos del SN, mientras que demostrativos y posesivos se caracterizan por el valor deíctico. Los adyacentes del SN van generalmente pospuestos al núcleo, aunque también le pueden preceder. Por sí solo el adyacente tiene autonomía y capacidad suficiente para formar un sintagma. Estos elementos inciden sobre el núcleo y lo delimitan, precisan, explican, modifican. La adyacencia sobre el núcleo es un proceso que aporta una significación delimitadora o aclaradora para el sintagma. La adyacencia de carácter adjetiva es la más importante y es aquella formada por un adjetivo o elementos conmutables por ellos. No es imprescindible que exista en el léxico español el adjetivo correspondiente a todo grupo adyacente, sino que es suficiente la posibilidad de creación (aun forzada) de tal adjetivo o la conmutación en esa misma función por uno cualquiera de diferente significado. Dentro del otro grupo de SN endocéntricos, los coordinativos (plurinucleares), se distinguen tres clases de construcciones: asociativas, reiterativas y explicativas. Las construcciones asociativas están formadas por los elementos coordinados de igual clase que configuran un solo sintagma: Adela y Juan Carlos no son novios. Las reiterativas son construcciones coordinativas en que un elemento aparece reiterado en la misma función bajo distinta forma: Yo, y sólo yo, solucioné el problema. Le han dado a Juan el premio. Por último, las explicativas son construcciones endocéntricas de forma yuxtapuesta, en las que el segundo elemento tiene la misma extensión significativa que el primero y aporta unas connotaciones al significado del término nuclear. Estos sintagmas se encuentran a medias entre las coordinativas y las concéntricas o nucleares. Algunos lingüistas señalan que hay en ellas dos núcleos mientras que para otros existe sólo uno y un modificador. Se trata de lo que se conoce tradicionalmente bajo el nombre de aposiciones explicativas (Madrid, capital de España), aposiciones prepositivas (La ciudad de Madrid) y las aposiciones explicativas de carácter metalingüístico unidas por fórmulas de transición (La capital de España, esto es, Madrid). 2.1. El núcleo El núcleo de un SN es siempre un sustantivo o un elemento que esté incorporado a la clase de los sustantivos, es decir, un segmento transpuesto categorialmente a sustantivo (un adjetivo, un infinitivo, etc.; por ejemplo: El verde es mi color, Querer es poder). Las definiciones que se han dado del nombre son muy diversas. Siguiendo un criterio lógico se consideró que era la unidad que expresa sustancia, frente al adjetivo (cualidad) y al verbo (acción). Sin embargo, son muchos los nombres que no indican sustancia sino acción, efecto, cualidad, etc. Desde el punto de vista gramatical el sustantivo es el núcleo del sujeto (criterio funcional) caracterizado por la presencia de un morfema de género y de número (criterio formal). Sin embargo, coincide en estos aspectos con otras unidades de la lengua, como pronombres y adjetivos. Para C. Hernández, el sustantivo es “un signo lingüístico, núcleo de un SN, con morfemas de género y número, que denota unidades semánticas referentes a entes, procesos, acontecimientos..., independientes y autónomos, subsistente por sí solo”. Estructura formal La estructura formal del sustantivo es la siguiente: En español existen dos géneros: masculino y femenino; lo que conocemos como género común, epiceno y ambiguo no son sino variaciones, subgéneros. Hablamos de género común en aquellos sustantivos de persona que indistintamente aluden a masculino o femenino: artista, mártir, nómada. Cuando se trata de sustantivos de animal, se denomina género epiceno: perdiz, águila, avestruz. Nos referimos al género ambiguo cuando un sustantivo admite indistintamente determinación en masculino o en femenino sin que ello implique un cambio semántico, aunque sí manifieste una distinta percepción de la realidad: el mar/la mar. El masculino es la forma no marcada, el término extensivo, frente al femenino, que es la forma marcada. No existe en nuestra lengua el neutro, sólo es posible en el discurso, es decir, como hecho de habla (Lo bueno de...). El género es una categoría gramatical básicamente arbitraria; salvo un pequeño grupo de sustantivos que poseen género natural (realidades sexuadas), en la mayor parte de ellos el género es convencional. En cuanto a la formalización del género, los principales morfemas son los siguientes: Masculino Femenino -o -a niño/a -e -a presidente/a -Ø -a doctor/a -Ø -ina gallo/gallina -Ø -esa abad/abadesa -Ø -triz actor/actriz En general se puede hablar de la existencia de una tendencia del español a marcar como femenino los nombres acabados en -a y como masculinos los terminados en unidades diferentes a -a. Pero existen muchas excepciones: pianista, patriarca, moto, mano, etc. Insistimos en que se trata sólo de una tendencia. En general, la significación del género establece una oposición sexual entre macho/hembra (hombre/mujer). Sin embargo, en otras ocasiones el género tiene la significación de oposición en función del tamaño (barco/barca), de institución/representante de esta (la policía/el policía), de simple relación ((el trompeta/la trompeta), o bien de distinta apreciación de la realidad ((el mar/la mar). Por lo que respecta al NÚMERO, tradicionalmente se define como un morfema que en singular significa un individuo y en plural, varios. Sin embargo, tal definición no está exenta de problemas: – Unidades con forma plural que signifi-can unidad: tenazas (pluralia tantum). – Unidades que sólo existen en singular o sólo en plural: víveres, salud. – Unidades que cambian su significado con la variación numérica: grillo/grillos, celo/celos. – Unidades que significan colectividad: en singular no indican un individuo sino un conjunto de individuos. – Unidades no contables (agua, vino...) que se convierten en contables con la transformación al plural. Todo ello ha llevado a Pottier a definir el número como una cuantificación exter-na no especificada. El plural supone pluralidad, pero el singular no implica singularidad, pues el singular puede referirse a singular o plural en frases como El libro español está en alza. Para Alarcos Llorach el número es un morfema que cuantifica al lexema con el que se combina. El número se formaliza en español siguiendo estas reglas: – Si el sustantivo acaba en vocal átona o -é, se añade el morfema -s: casa casas. – Si el sustantivo acaba en consonante, se suma -es: dedal dedales. – Si el sustantivo acaba en -s, el plural permanece igual. La pluralidad viene marcada entonces mediante el artículo: la crisis las crisis. Significación Desde el punto de vista del significado, Pottier caracteriza el sustantivo como una sustancia semántica predicativa. A. Alonso y Henríquez Ureña insisten en que lo importante no es la realidad en sí misma, sino la manera de percibir la realidad. Lo importante no es que los objetos expresados por sustantivos sean independientes, sino que los pensemos con conceptos independientes, que tengan independencia fenomenológica. Por su significación, Marcos Marín clasifica los sustantivos en concretos y abstractos. Los concretos se refieren a objetos independientes y los abstractos, a objetos que sólo tienen independencia mental o que se piensan sólo con independencia mental. La división de cada uno de ellos puede verse en el esquema siguiente: 2.2. Los adjuntos Los elementos adjuntos que lleva un sustantivo pueden ser de dos clases: determinantes y adyacentes (adjetivos calificativos). En este apartado nos detendremos en el estudio de los determinantes y, dentro de ellos, dedicaremos una especial atención a los artículos. El término determinante puede interpretarse en un sentido más general y abarcaría así a cualquier modificación de un elemento nominal, o de manera más estricta, aludiendo con él a unos elementos gramaticales que suelen preceder al nombre en el sintagma nominal y que lo precisan, sitúan o cuantifican semánticamente, ya que dan al nombre, que tiene carácter virtual en su contenido, un valor existencial actualizado. La función determinante coincide en esencia con la de adyacencia, pues todo determinante incide, a fin de cuentas, so-bre el núcleo del sintagma. Sin embargo, su distribución, combinación, forma, relaciones y presencia le hacen algo diferente de los adyacentes, y por ello conviene establecer esta distinción entre ambos. Los determinantes se distinguen de los calificativos por su contenido, predominantemente deíctico y emparentado con el de los pronombres por su forma y funciones semánticas. Dentro del grupo de los determinantes se encuentran: – Artículos. – Demostrativos (este, ese, aquel...). – Posesivos (mi, tu, su...). – Cuantificadores: definidos (uno, dos, mil...) e indefinidos (pocos, mucho, algunos...). – Ordinales (primero, segundo...). – Identificadores (mismo, último, otro, tales...). Todos ellos participan en un grado u otro del carácter deíctico. Los demostrativos y posesivos muestran unos rasgos deícticos secundarios, con referencia a la zona de los interlocutores de la comunicación. Hay una clara relación entre esta clase de determinantes y las personas de la comunicación. La deixis de los ordinales, cuantificadores e identificadores es algo diferente a la de los demostrativos; la del artículo está particularmente desemantizada. Las funciones semánticas que desempeñan estos elementos son las siguientes: – Actualización, mediante la cual el significado del nombre pasa de esencial o virtual a existencial o actual. – Discriminación, por la que se ordenan los referentes de los nombres en grupos, clases o tipos. Dentro de esta función podemos a su vez distinguir tres: cuantificadora, seleccionadora y de situación. – Delimitación, por la que se precisa o perfila el significado del nombre al que se refieren. De los que desempeñan esta función unos son explicativos, otros especificativos y otros especializadores. – Identificación, por la cual se orienta la interpretación del interlocutor respecto a un signo polivalente o polisemo. La posición que ocupan los determinantes en el sintagma obedece a las siguientes normas: – Los numerales con frecuencia van delante del nombre, pero se posponen los ordinales que indican una jerarquía (Juan Carlos Primero) y los cardinales que expresan un valor ordinal. – Los posesivos con forma apocopa-da (mi, tu, su) van siempre delante del sustantivo como único de--terminante; la forma plena (mío, tuyo, suyo) se pospone y se hace acompañar de otro determinante que preceda al nombre (Este hijo tu-yo...). – Los demostrativos siguen usos muy parecidos a los de los posesivos. – Los indefinidos suelen preceder al nombre al que modifican, pero alguno puede posponerse y entonces adquiere un contenido negativo (Mujer alguna ha entrado). – Entre los cuantificadores encontra-mos algunos que van siempre de-lan-te del nombre, como pocos, al-gunos, varios, bastantes, demasiados... Los cuantificadores pue-den aparecer precedidos de un artículo y seguidos de un nom-bre- o adjetivo que modifique el sustantivo (Los tres primeros días)-. Algunos ordinales aparecen siem-pre pospuestos (anterior, posterior, inferior...). En cuanto a la combinación de los determinantes con otros de su clase, se pueden presentar los siguientes casos: – No pueden combinarse el artículo y el adjetivo determinante un, uno, en el mismo sintagma. – El artículo no puede preceder a cuantificadores indefinidos (mucho, tanto, algún). – Las formas un, uno... no pueden combinarse con todo, mucho, algún, demás, demasiado, otro, tanto. – Los posesivos apocopados no pueden ir precedidos de artículo en la lengua actual, ni de las formas un, una, uno..., ni de numerales, ni de ordinales, ni de los identificadores. Es decir, encabezan siempre el sintagma. El artículo El artículo es uno de los determinantes que más diversidad de opiniones ha provocado entre los expertos, razón por la cual le dedicamos un apartado especial. Tradicionalmente se han dividido en determinados (el, la, los, las) e indeterminados (un, una, unos, unas). Muchos autores rechazan esta división. Sin embargo para Marcos Marín no son convincentes las razones de lingüistas como Pottier, A. Alonso, Henríquez Ureña, y por ello él mantiene las formas un, una... dentro de la categoría del artículo. No obstante, considera que tanto el como un pueden ser determinados e indeterminados. Por tanto, afirma que lo importante es la oposición presentador/reconocedor. Otro de los problemas es si el artículo es un simple morfema, independiente, o si forma una clase de palabras propias. Para Alarcos es un morfema que determina los signos léxicos a los que se asocia. Son muchos los que han aceptado esta hipótesis. Por el contrario, Lázaro Carreter cree que el artículo pertenece a una clase de palabras “fronterizas” y que constituyen una categoría funcional junto con el pronombre personal de tercera persona. El hecho de tratarse de una serie cerrada y muy reducida, de ser componente no obligatorio de un sintagma nominal, el aportar fundamentalmente un contenido actualizador y el que no pueda aparecer él solo, sino que necesariamente haya de preceder al núcleo de un sintagma nominal, induce a considerarlo morfema libre. Las dos funciones básicas del artículo son: – Actualizador de sustantivos virtuales de lengua. Como sustantivador es un transpositor de palabra a la categoría sustantiva: El fumar perjudica. – Sustantivador de discurso. En cuanto a la significación, Amado Alonso establece una alternancia de la significación sobre la base de dos conceptos filosóficos: esencia-existencia. La presencia del artículo sitúa al nombre en la esfera de los objetos existenciales; la ausencia, en la esfera de los objetos esenciales. La presencia del artículo remite a las cosas; la ausencia, a nuestras valoraciones subjetivas y categoriales de las cosas. Los valores semánticos que se le han asignado al artículo son los siguientes: reconocedor y presentador. Como reconocedor, implica que el nombre al que determina ya está determinado en la mente del hablante y del oyente. Puede tener un valor: – Individual: cuando aísla al sustantivo (El vestido de mi tía). – Distributivo: cuando indica todos y cada uno de los individuos de una especie (El perro es un animal maravilloso). – Genérico o sentencioso: presenta al sustantivo como representante de todos los de su especie, indicando lo esencial o permanen-te- (El hombre es mortal). Como presentador, implica que el nombre no está determinado en la mente del hablante y oyente. Tiene valor clasificador (Juan es un ingeniero) o identificador (Esto es una pitillera). 3. Funciones del SN Cuando el SN funciona como sujeto, objeto directo, objeto indirecto (Prep. + SN) o complemento agente (Prep. + SN) se dice que son funciones privativas del sustantivo. Cuando las funciones pueden estar desempeñadas por sintagmas que no sean nominales (predicado nominal, predicativo, atributo, complemento circunstancial, aposición, modificador indirecto), se denominan funciones no privativas, aunque en este caso el sustantivo también sea el núcleo de los sintagmas donde se halle. 3.1. Sujeto El principal rasgo sintáctico -que distingue la función sujeto de las -otras funciones es la concordancia en número y persona entre el sujeto y el verbo. El sujeto es un segmento necesario dentro de la oración, en oposición a otras funciones que no son necesarias sino facultativas. Es evidente que existen un gran número de casos en que el sujeto está elidido; sin embargo, el morfema verbal de persona nos sirve, a nivel formal, de referencia de la función sujeto. Clasificación El sujeto puede presentarse de modos muy diversos. Ello permite realizar varias clasificaciones atendiendo a criterios diferentes: • Atendiendo al significado: – Agente: Juan lava el coche. – Pseudoagente: La puerta se cerró. – Factitivo: El ayuntamiento asfalto las calles. – Paciente: El coche es lavado. – De estado: Juan yace. • Atendiendo a su presencia: puede aparecer explícitamente (Adela salió de paseo esta mañana) o implícitamente; en el segundo caso, puede ser desinencial (Vamos de paseo) o tácito o contextual (Juan llegó tarde. No sabía nada). • Atendiendo a la categoría de su núcleo: nominal o pronominal. • Atendiendo a su composición: – Simple: Ana escribe la carta. – Compuesto: La hija de Enrique está enferma. – Oracional: El que vengas me agrada. Realizaciones sintagmáticas Dentro de la función sujeto encontramos varias realizaciones sintagmáticas: • Sujeto SN: – Sujeto SN homogéneo: los elementos que rodean al sustantivo no presentan ninguna partícula funcional; se trata de un grupo nominal simple. La construcción homogénea está compuesta por determinantes, sustantivos y adyacentes (atribuciones): Las sillas grandes son demasiado caras. – Sujeto SN heterogéneo: el grupo nominal está alargado mediante partículas demarcadoras. Las principales formas de construcción heterogénea son: coordinación, determinación y complementación: Carlos y yo salimos pronto El hijo de Carlos salió pronto Carlos, que salió pronto... • Sujeto SN sustituido: Ellos no vendrán a la fiesta. • Sujeto Oración de infinitivo: Tener miedo es lo peor. 3.2. Objeto directo La noción de complemento directo es definida en las gramáticas tradicionales con un criterio totalmente semántico y no gramatical. A. Alon-so y Henríquez Ureña lo definen como “el objeto de la acción del verbo”, y añaden “otra explicación igualmente usual es: se llama complemento directo a la persona o cosa en que se cumple la acción del verbo”. Luz Gutiérrez, siguiendo criterios estrictamente gramaticales, lo define de la siguiente forma: “Todo sintagma nominal o una oración transformada, adyacente al verbo, que puede ser sustituido por uno de los pronombres: lo, la, los, las (le, les), que responde a la transformación interrogativa con qué, y que en una transformación pasiva pasa a ser sujeto”. Alarcos Llorach llama implemento a lo que nosotros llamamos objeto directo (OD) o complemento directo (CD), en contraste con lo que él llama complemento, que nosotros llamamos objeto indirecto (OI) o complemento indirecto (CI). Las realizaciones sintagmáticas del CD son las siguientes: – CD SN: SN homogéneo y SN heterogéneo. – CD SN-sustituido. – CD Oración: oración de infinitivo, oración introducida por conjunción u oración en estilo directo. 3.3. Atributo El atributo queda enmarcado como función específica de las oraciones atributivas. Esta función sintáctica tiene una serie de rasgos o caracteres que la diferencian fácilmente: – Es un segmento que está en relación sintáctica con el sujeto, pues concuerda con él en género y número. – Aparece junto a uno de los verbos llamados copulativos o atributivos (ser, estar, parecer). – Puede ser sustituido por el pronombre lo. Las realizaciones sintagmáticas del atributo son las siguientes: – A SN: A SN o A SN-sustituido. – A SAdj. – A Oración. – A SPrep. 3.4. Complemento circunstancial La Gramática de la Real Academia habla de los complementos circunstanciales como aquellos que indican el modo y demás circunstancia-s en que se ha verificado la significación- del verbo, especificando que pueden estar realizados por un adverbio, un grupo preposicional, una oración o un acusativo sin preposición. Los rasgos sintácticos más característicos del complemento circunstancial son los siguientes: – Es un elemento facultativo de la oración, no indispensable en la estructura. – Pueden aparecer tantos como se desee. – Goza de gran autonomía y movilidad. – No puede ser sustituido por ningún índice pronominal. Alarcos utiliza el término de aditamento como equivalente de lo que hemos denominado complemento circunstancial. Los define como segmentos de una oración cuya presencia o ausencia no afecta a la estructura esencial de aquélla y que además poseen gran movilidad. Son elementos relativamente marginales que añaden algo al contenido global, sin perturbar la estructura de la oración ni la de sus elementos esenciales, o sea, el sujeto y el predicado. Las realizaciones sintagmáticas son: – CC SPrep. SPrep Prep + SN. SPrep Prep + SV. SPrep Prep + SAdv. – CC SAdv. SAdv Adverbio. SAdv Adv + Adv. SAdv Adv + SPre. SAdv Adv + SN. SAdv Locución adverbial. – CC SN. – CC Oración introducida por elemento funcional. Oración de gerundio. Oración de participio. La función de CC de un SN es la me-nos frecuente; existen sólo algunos- casos del tipo: Sebas llegará esta tar-de.